Shaka y Chantal tienen un disperso encuentro psíquico en la que el dorado le hace una promesa. Los santos de Athena siguen muy atareados, pero ahora el foco está concentrado en el hospital, por cuyos pasillos Thanatos se pasea. Omake: Robar cosmos no es lo único que buscan los renegados. ¿Quién es Flos? COMPLETO.


Nunca me olvido de las madrinas originales del Fic: Sonomi, Arwencita y Seika Lerki. Conste. A ellas gracias eternas. Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas. En esta ocasión, sumen 5 años a las edades del canon. Por favor, quienes dejan reviews anónimas, atentos que les responderé al final del capítulo. Tengan en consideración que Ekléctica, Avatar de Chronos, está revisando TODA esta saga para que temporalmente (valga la redundancia) todo calce como corresponde y el tiempo que transcurre entre un fic y otro no genere conflictos. En ese proceso nos hemos llevado grandes sorpresas, así que en ese sentido, les ruego paciencia. Por cierto… LEAN EL OMAKE "CACHORRO DE LEÓN"fue ajustado y reformado (con el dolor de mi alma)

Un especial agradecimiento a Seika Lerki, Tsuyu Ryu y Ekléctica (El Concilio del Fic), madrinas y lectoras de prueba de este fic, que me instaron e incentivaron a escribir y reformar, y que incluso pudieron ver escenas del próximo fic.

Una recomendación especial, si quieren ver este universo expandido, lean "Madness of Love", de Lady Seika Lerki y los Omakes "Lo que Sueño de ti" y "Futuro" de Ekléctica. Finalmente, aunque no menos importante, "Luz Amatista", de Tsuyu Ryu. Las conversaciones que las inspiraron a ellas, de paso me inspiraron a mí para reformar el fic que ahora leen. ¡VAYAN A LEER! =D


ADVERTENCIA.

Manual del Villano Para la Malvada Conquista de la Galaxia, Artículo Cuarenta y ocho: Trataré cualquier bestia que controle mediante magia o tecnología, con sumo respeto y amabilidad. Incluso la mimaré. De tal forma que si el control que tengo sobre la misma es roto, no venga inmediatamente a vengarse de mí.

Cualquier coincidencia con la realidad, con situaciones reales y semejanzas con personas vivas o muertas, es una mera coincidencia. Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.


SOUNDTRACK SUGERIDO: Broken, Seether. (Feat. Amy Lee)


"XII. Lo que los Ojos no ven"

Clausura: Único Testigo.

"¿Recuerdas este lugar?"

Shaka flotaba en un espacio totalmente blanco, en el que no se distinguía ni arriba ni abajo. En teoría, el lugar debía trasmitirle paz, pero en vez de eso sentía que todo lo que le rodeaba parecía estar asustado. Eso no lo sorprendía y hasta se lo esperaba: era normal que la mente de alguien que estaba a un paso de la muerte se sintiera así… pues sí, estaba dentro de la mente de Chantal, sondeando el lugar a ver si daba con ella o con el mensaje que los renegados dejaron para la diosa.

No se sentía tranquilo: aunque ya antes se había topado con ambientes así cuando sondeaba la mente de los moribundos, era la primera vez que su estado anímico lo traicionaba. También estaba asustado e incluso sentía que su estómago físico ardía de ansiedad. Nunca había estado tan cerca, tan en contacto con la amazona como en ese momento y de verdad dudaba que esta ocasión se repitiera. Se sentía como un ladrón primerizo en su primer robo.

"¿Chantal?"

"Shaka… ¿Eres tú?" Dijo Chantal sin mucho entusiasmo, tras varios instantes de mutismo. "¿Recuerdas este lugar?"

El dorado giró sobre su eje, sin lograr ver desde donde Chantal hablaba. Se abstuvo de responder, pues lo único que veía era un espacio casi infinito de color blanco, sin distinguir nada.

"¿Dónde estás? Dime…"

"Aquí."

Shaka volvió a girar sobre sus talones una vez más, notando de súbito una superficie en la cual pisar. No lejos de él, a varios pasos de distancia, Chantal le miraba fijo… o mejor dicho, era una figura de porcelana blanca, con la forma de la amazona, que se encontraba trizada y con varios pedazos menos, la que le devolvía la mirada. El dorado tragó saliva y de paso un nudo en la garganta. Avanzó hacia ella.

"¿Me has venido a ver?" Preguntó la figura, adquiriendo pálidos colores, como si estuviera contenta… pero se destiñó al cabo de unos momentos. "No… por supuesto que no. Nunca vendrías por mí." Añadió molesta. "¿Has visto a Ferris?"

"Nos tienes muy preocupados, larki: ¿Qué fue lo que te pasó?" Preguntó deteniéndose a muy poca distancia de ella. Estiró la mano para tocarla, pero se contuvo.

"Fui torpe… yo… olvidé como debía… atacar… defenderme. ¡Torpe! Siempre me lo decías."

Shaka ladeó la cabeza: la amazona se estaba comportando extraño, desorientada. Debía ser aquél golpe que tenía en la cabeza. ¡Genial! Ojalá que las ideas no se le hubieran confundido mucho. Una nueva trizadura apareció en la estatua y Chantal gimió de dolor.

"… me duele mucho. ¡Ayúdame!"

Shaka apretó la mandíbula y puso su mano sobre la trizadura, como queriendo curarla. No. No mataría al que le había hecho esto. Primero lo hacía sufrir y después vería si lo mataba o no.

Exhaló aire y acarició el costado herido de la superficie de la porcelana, cosa de la que desistió cuando la trizadura que había querido detener aumentó más. A paso lento, rodeó a la figura, que se deshacía a pedazos, notando que cada resquebrajamiento se correspondía con las heridas reales que había visto en el cuerpecito de su amazona. Entendía que ambos eran guerreros y que las heridas son parte del plan, pero ¿tanto ensañamiento era necesario?

No era rencoroso, pero esto ya estaba probando el límite de su tolerancia.

"¿No recuerdas este lugar?" Insistió la porcelana con inocencia. Shaka volvió a tragar saliva y optó por ponerse más profesional: de otro modo no podría obtener el mensaje.

"… Larki querida, ¿Qué pasó con tu cosmo? No logro sentirlo…"

"Lo perdí."

"¿Sabes cómo?"

"No. Yo… Olvidé como se usaba, como se atacaba… olvidé como… debía defenderme." Explicó escuetamente, casi con hastío e impaciencia. "¿Te sorprende? Ya sabes que soy torpe."

"No eres torpe, solo distraída… eres…" Bella hubiera querido decir, pero no se sintió con el derecho.

"¿En serio no recuerdas este lugar?" Preguntó ansiosa. "No encuentro a mi cerdito."

Esto iba a ser difícil. Además de apenas estar viva, encima Chantal estaba dispersa y no parecía pensar en coherentemente. Shaka miró a su alrededor, sin poder distinguir más que una extensa planicie. Se volvió a la figura de la amazona, con el estómago apretado. ¿Por qué tenía ganas de abrazarla? Bufó de hastío. En ese momento no se podía, debía ser profesional.

Moría por abrazarla…

"Tengo mucho miedo…"

¡Le ardían los brazos por hacerlo!

"Chantal…"

"¿Desde cuándo tú te dignas y me llamas por mi nombre?" Gruñó la amazona.

"Larki preciosa, Dime: ¿Qué fue lo que te pasó?" Preguntó Shaka poniéndole las manos sobre los hombros con toda la delicadeza que pudo.

"Ayúdame, por favor… ¡No quiero estar así!"

Sonaba aterrada y con justa razón.

Silencio. Shaka se mantuvo frente a la figura, aunque no firme. Luchaba por quedarse frente a ella, mirándola, a través de sus ojos cerrados, cosa que no podía hacer: necesitaba el mensaje. Esto le estaba costando más de lo que creía. Un nuevo trozo cayó al suelo y se hizo pedazos.

Se acercó a ella, le besó la frente y la abrazó.

"Me quedo contigo… también me asusta, pero estaré contigo… ¡Te Lo Juro! Ni te dejo sola, ni vulnerable."

Ahí estaba. Como un flash en la distancia: el cosmo de Chantal en la lejanía dio un pulso de alegría que le permitió saber en qué parte del mundo estaba. Y la amazona que aún abrazaba, aunque fuera una imagen de frágil porcelana, le abrazó de vuelta.

"Recuerdo haber contado cinco renegados." Dijo Chantal por fin. "Les ataqué una vez, pero… algo cayó a mis pies, no sé… vi una luz muy fuerte que me dio náuseas… fue como si me arrancaran algo del alma… oí palabras, intenté moverme, no pude. Sentí un crujido detrás de mi cabeza… recuerdo una taza de té." Explicó como temerosa de que le volviera a ocurrir. "Viniste por el mensaje… ¿Pero no por una niña torpe?" Añadió llena de pena.

"No vine por ninguna niña. También vine por ti, larki" Shaka trató de sonar con más suavidad, como tratando de acentuar su afirmación previa de que no la iba a dejar sola. "Todos estamos muy preocupados…"

"Podrían matarme a palos y tú no te darías ni por aludido." Reclamó Chantal con dureza.

"Eso no es así…"

"Tampoco vendrías por voluntad propia, tú no harías nada por mí. Por ti que yo me muriera."

Shaka no respondió nada. Frunció el ceño, pero no porque estuviera enojado: sentía la presencia de Chantal muy bipolar. El dorado inspiró aire, con algo de dificultad: le dolía que le dijeran eso, pero bueno, no era momento de ponerse a pensar así, ¿Cuántas veces tenía que reprocharse lo mismo? Carraspeó molesto, pero dolido al mismo tiempo. ¿Esa era la imagen que ella tenía de él?

Recordó sus dibujos…

"No te pongas así, que no es el momento…"

"¿Era mucho pedir un poquito de cariño?" Interrumpió la amazona de pronto, hastiada. "Ya sé que soy muy torpe y pegote, pero en verdad… solo quería un poquito de cariño." Añadió la amazona más suave, más para sí misma que para su interlocutor. Shaka gruñó molesto. "Ni siquiera recuerdas este sitio…"

De nuevo, el dorado optó por no contestar nada. Se cruzó de brazos y resopló hastiado. ¿Reconocer algo? Si este lugar no era más que una infinita nada de color blanco. Apenas se distinguían detalles… Dio un respingo de la sorpresa y miró sorprendido a su alrededor. De pronto estaba rodeado por el bosquejo de paredes de roca y árboles dibujadas a mano alzada con un lápiz; no lejos de allí, había una cueva (o eso parecía). Frunció el ceño… todo esto, ¿se le hacía familiar de algún modo?

"Aquí encontré a Ferris… cuando Máscara lo secuestró para hacerte rabiar. Aquí… aquí pasó algo importante…"

"No recuerdas nada."

"¡Aquí me sonreíste! O eso me pareció…"

La figura de porcelana ahora le daba la espalda. Seguía llena de trizaduras y trozos menos, pero además, en esta ocasión, estaba cabizbaja, pero al escuchar a Shaka, le miró de soslayo… y sonrió.

"Aquí me enamoré de ti… ¿Eso significa algo para ti?"

Tomado por sorpresa, de nuevo se abstuvo de hablar. No porque estuviera pensando en alguna respuesta ingeniosa, sino porque se había quedado sin palabras. Y les digo por experiencia que si ustedes logran dejar a un Virgo sin palabras, entonces pueden anotarse un triunfo. Shaka abrió la boca para decir algo, pero la cerró de nuevo: algo dentro del pecho se agitó inquieto, enojado, lo cual provocó una extraña reacción en cadena. Si antes se sentía mal y ansioso, ahora se sentía peor y más asustado. ¿Él, asustado? Eso era inaudito. ¡Tanto que decirle y no saber cómo!

"¿Chantal…?"

"Tengo el mensaje. ¿Ves?… tan tonta no soy. No se me olvidó: Saori debe saberlo."

"No digas eso."

"… me duele la cabeza… las manos… ¿por qué tengo tanto frío en la espalda?"

"Respira, no pasa nada…"

"Mejor te doy el mensaje de una vez. Estoy agotadísima… ¡no tienes idea como!" Le dijo cansada y dolida. "Tengo miedo…" Shaka se tragó sus palabras de nuevo y asintió cansado.

"Entonces dame el mensaje…" Le dijo con dulzura mientras le acariciaba una mejilla. "No te dejaré sola."


Santuario, Casa de Leo.

02:19 a.m.

Marín no le quitaba los ojos de encima a Aioria, quien estaba muy ceñudo al otro lado de la mesa. En todo ese rato, desde que la alarma había despertado a todo el mundo, la amazona no había podido dormir. De hecho, a duras penas se mantuvo dentro de Leo: de buena gana hubiera ido a ayudar en algo… aunque con casi 8 meses de embarazo, más que ayuda hubiera sido un estorbo.

Aioria bebió un sorbo de café y dejó el tazón sobre la mesa. El dorado acababa de llegar a la quinta casa hacía no más de 20 minutos. Tras haber ordenado que se revisara todo el Santuario y tras haber ayudado a Milo y Afro a revisar los pasadizos, por fin había regresado a Leo, en donde pretendía quedarse hasta que le dieran la orden contraria. No tenía sueño, estaba más despierto que nunca: después de todo, tenía bastante qué cuidar. El Santuario ya no parecía un hormiguero agitado, pero no se podía decir que todo estuviese en calma. Ambos se mantuvieron en silencio un buen rato. Finalmente el león miró a Marín con una sonrisa.

"¿Sintiéndote bien?" Le preguntó con un guiño.

"He tenido noches mejores." Reconoció la amazona, quien señaló su barriga. "El bebé está impaciente: lo noto más activo que otras noches." Añadió con un guiño.

Esto provocó que Aioria pusiera sonrisa de tiburón. Se llevó las manos detrás de la nuca y se recostó en el respaldo de la silla, muy altivo y orgulloso, de momento aliviado de sus preocupaciones y las molestas cargas que eso implicaba.

"Debe ser por la fluctuación de cosmos. ¡Hija de León!" Exclamó con orgullo.

"Y dale con que será niña." Le sonrió la amazona, antes de ladear la cabeza.

De súbito, su mirada se llenó de genuina preocupación y no necesitó llamar la atención de Aioria. El dorado, cuando cruzó miradas con ella, supo en seguida qué quería preguntar Marín. Negó con la cabeza y se cruzó de brazos.

"A Chantal no la vi bien." Le dijo con voz calma. "He vistos santos morir por menos: hacía mucho que no veía tantas fracturas juntas." Gruñó mientras afilaba la mirada. "Curamos las que pudimos, pero no todas. Aguantó porque Mu y Camus le compartieron cosmo." Aioria apretó los puños y la mandíbula. "A Daniel de Sculptor apenas le dejaron huesos enteros. Espero que la suya haya sido una muerte rápida."

"Ya veo. ¿Es cierto eso que dicen que no se defendieron?" Preguntó Marín ansiosa. "Alisa me comentó que solo vio heridas defensivas." Aioria asintió con lentitud.

"Además de heridas causadas a traición. Eso fue una paliza." El dorado se encogió de hombros. "¡Y entre varios!: Máscara dice que por lo menos fueron 4 personas."

Marín se acarició la barriga y bajó la cabeza. Aioria se quedó en silencio, tras inspirar aire. La amazona se mordió un pulgar antes de ponerse de pie, con algo de parafernalia (¡Oigan! No es fácil moverse con tremenda barriga). Caminó unos cuantos pasitos y se sentó en el regazo de Aioria, dejándose acunar por él: como que de pronto necesitaba un mimo que el León no le negó.

"¿Y Shaka de Virgo?" Preguntó pasados unos minutos. "Le vi pasar hace una media hora: iba con una expresión muy rara… me dio pena el pobrecito." Aioria levantó ambas cejas. "Sabes que no digo eso seguido."

"El Patriarca le pidió que fuera al hospital lo antes posible." Dijo Aioria con cautela. "Quienes atacaron a Chantal le dejaron un mensaje para Athena y se teme que no sobreviva para contarlo." Marín abrió mucho los ojos.

"¿Shaka tendrá que entrar a la mente de Chantal para pedirle el mensaje?" Preguntó incrédula. Aioria asintió. "Eso dolerá…"

"Mucho."


Hospital.

Quirófano, 03:00 a.m.

En momentos como éste agradecía no tener los ojos abiertos. Shaka levitaba junto a Chantal, a quien apenas percibía viva. El santo de Virgo meditaba en la posición del loto mientras sondeaba la mente de la amazona que yacía sobre la mesa de operaciones. Camus le observaba receloso y Shion se mantenía alerta por cualquier cosa. Los tres dorados estaban vestidos de acuerdo al sitio en el que estaban: el Patriarca había tenido que hacer gala de todo su poder de convencimiento para que los dejasen entrar al menos a él y a Shaka… Camus había entrado de colado en el último momento y puso una mirada tan ácida que nadie se atrevió a echarle. Los médicos y enfermeras que estaban allí listos para intervenir, observaban atentos, vigilando tanto lo que pretendían los santos, como los monitores a los que Chantal estaba conectada y que daban el único indicio de que aún estaba viva.

"¿De verdad esto no puede esperar?" Rezongó el cirujano que parecía ser el jefe. Shion le miró de reojo.

"Usted mismo dijo que la amazona podría no sobrevivir la cirugía."

"Así es, pero…"

"Necesitamos saber quién le hizo esto y cuál es el mensaje que dejaron a la diosa." Gruñó Camus, que no dejaba de mirar a Shaka… quien cada vez se sentía más intranquilo.

O preso de una pena espantosa.

"Dense prisa." Exhortó un segundo médico. "Perdemos tiempo precioso con esto."

La cirugía era necesaria y debía realizarse cuanto antes. Sin embargo, y por muy cruel que sonase, se estaba retrasando. El personal médico presente en aquél quirófano esperaba impacientes a que Shaka terminase con el sondeo a la mente de Chantal, que Shion había pedido con tanta insistencia. Debían rescatar cuanto antes aquél mensaje que suponían urgente.

"Shaka. Date prisa." Le instó Camus de mal humor.

El santo de Acuario volvió la cabeza hacia su hermana, casi sin atreverse ni a respirar. ¡La presencia de Chantal estaba MUY diluida! Era como si estuviera siendo mantenida viva solo por medios artificiales. ¡Qué Espanto! Hacia tan solo unas 4 horas que esta amazona estaba bien y ahora su vida pendía de apenas una delgada hebra que amenazaba con romperse en cualquier instante. ¡Se Cobraría De Ésta! Oh sí, sí lo haría: NADIE le hacía eso a su hermana y vivía para jactarse.

"Esto no debería tomar más tiempo." Interrumpió Shion al percibir que Shaka regresaba lentamente a este plano de la realidad.

El santo de Virgo lentamente dejó de levitar. Con elegancia se puso de pie. Como siempre, no abrió los ojos, pero a diferencia de muchas ocasiones, estaba muy, muy abatido. Shaka se volvió hacia Shion.

"Ya tengo el mensaje…"

"¡Estupendo!" Gruñó el cirujano a cargo. "A ver si lo comentan fuera que aquí no quiero cotilleos. ¡Largo de mi Quirófano!"


Hospital.

Pasillos. 03:10 a.m.

"¿Y ese qué está haciendo aquí? ¿No tiene que estar en casa? ¡Me cae gordo!"

"¿Quién?" Preguntó Selene.

"¡Giannis! Mírale. ¡Lo hace a propósito!"

Selene observó en la dirección que le señalaban, solo para ver al dios Thanatos paseando con aire remolón por aquél pasillo de hospital. La chica sonrió de costado: el dios "trabajaba" como asistente social allí y no se llevaba bien con su colega. Un escalofrío le recorrió el espinazo: la presencia del dios de la muerte siempre le perturbaba, más aún en una noche como aquella.

"Déjalo, sabes que pasa muy solo. Mientras no haga daño." Trató de calmar los ánimos

Las cosas en la sala de emergencia estaban del todo tranquilas en esos momentos. Esa noche parecía ser de esas en las que no ocurren cosas interesantes, aunque como siempre, las apariencias engañan: la calma había seguido a la tormenta que significó atender las heridas de la amazona que ahora estaba en cirugía. Rea había optado por ir a hacerle compañía a Selene, quien a su vez estaba con Alsacia. De momento y debido a que ésta última había ido al baño, las dos médicas estaban solas.

"Rea, ¿Crees que Chantal tenga alguna posibilidad?"

"¿Estás de broma?" Le dijo sorprendida. "No debería ni siquiera estar viva: eso no es normal." Afirmó muy seria: no en balde la había atendido desde su llegada. "He visto pacientes graves, pero esto es el colmo."

"¿Estás molesta?" Le preguntó Selene.

"¡Claro Que Sí! Me Enfurece Cuando Atacan En Bola." Protestó Rea apretando los dientes. "Esos malparidos no solo le fracturaron el cráneo, con todo y laceración, sino que además TRES vértebras. ¿No viste las radiografías?" Selene hizo un gesto de dolor. "Le pegaron los muy malditos. ¡Y la apuñalaron unas tres o cuatro de veces! Y no hablo solo de su mano. No sé cómo no se murió camino aquí. Si sobrevive, seré la primera sorprendida. ¡Debería Estar Muerta!"

"¡Malditos! Creí que le habían curado al menos las fracturas en el Santuario. ¡Eso me dijo Shura cuando me llamó al teléfono!"

"Cinco Costillas, la rótula izquierda, la clavícula y el brazo derecho (¡Entero!), muestran señales de haber sido fracturados y curados HOY mismo." Explicó Rea, que seguía indignadísima. "Cierto, los santos esos hicieron un buen trabajo curándola, pero supongo que no se fijaron ni en la cabeza ni en la columna… o no se atrevieron a curarle."

"Habrá que esperar a que despierte para ver la extensión de los daños." Suspiró Selene. "¿Qué tan grave es lo de la columna?"

Rea chasqueó la lengua.

"Dudo que sobreviva la cirugía." Afirmó apenada. "Si sobrevive, DUDO que despierte algún día. ¿De qué le servirían las piernas?" Selene negó con la cabeza y abrió la boca para emitir comentario, pero…

"Los santos son más resistentes de lo que crees."

Ambas médicas se sumieron en silencio cuando Alsacia se les acercó y les habló. En sus manos llevaba la larga trenza de Chantal, ahora llena de tierra y sangre, que una enfermera había cortado para tener mejor acceso a la herida que su cuñada tenía detrás de la cabeza, y que un enfermero había rescatado del suelo, justo antes que la botaran a la basura.

"¿Es la trenza de Chantal?"

"Sí… ¡Con lo que cuida su cabello! Le dará un colapso cuando despierte y note que le cortaron la trenza." Dijo Alsacia llena de pena, pero con cierto optimismo. "Se la voy a ofrecer a Afrodita, a ver si sirve de algo.

"No creo que sobreviva." Insistió Rea con más tacto. "Y si lo hace… el cabello crece."

"Chantalcita es fuerte, van a ver que los deja a todos con la boca cerrada cuando se recupere." Dijo en castellano, con mucha decisión.

Alsacia se encogió de hombros y procedió a guardar la trenza en su bolso con mucho cuidado. Selene le dio un codazo a Rea, quien optó por permanecer en silencio. En ese momento, la temperatura bajó varios grados y Camus de Acuario apareció molesto. Una vez que la ubicó con la mirada, se demoró tres zancadas en alcanzarla.

"¡Camus!" Exclamó Alsacia. "¿Ocurrió algo?"

"… Shaka ya obtuvo el mensaje."

"¿Y qué decía?

Camus, taimado, se cruzó de brazos y miró en la dirección contraria, justo en los momentos en que Shion y Shaka se alejaban por el pasillo. El santo de acuario negó con la cabeza.

"Aún no lo sé."

Todo el grupito se quedó viendo en la dirección indicada por Camus. Shion y Shaka se alejaban a paso calmado por el pasillo. El santo de Virgo se mantenía en lóbrego silencio, estaba pálido y se le notaba muy afectado, aunque tratando de retener algo de dignidad. El Patriarca sopesaba la información recibida y que tenía que darle cuanto antes a Saori.

"A la diosa que una vez renegó de nosotros, la estirada que nos echó del Santuario: sabemos cómo derrotar a sus santos, dejándoles inútiles y sin su cosmo. Primero destruiremos su orden y luego a ella la llenamos de vergüenza." Repitió Shion con calma, enojado mientras repetía las palabras del mensaje. "¡Que Mensaje Tan Insolente! ¡Blasfemos!" Gruñó para sí.

"Chantal estaba desorientada, pero sí… ese fue el mensaje que le dieron: una amenaza directa a la orden." Respondió Shaka casi en forma automática. "Es evidente que no es infundada." Añadió con la voz fría. Shion le miró de reojo y suspiró preocupado.

"Lo lamento mucho, hijito." El Patriarca negó con la cabeza y bajó la mirada, antes de darle unas palmaditas. "Estoy seguro que Chantal sobrevivirá… ¿No te dijo nada más?"

"No… al menos nada relevante a la causa."

Shion ladeó la cabeza: no hizo comentario respecto del lóbrego tono usado por el Iluminado. Shaka parecía firme, pero a él no lo engañaban. El Patriarca se hubiera arrancado varios cabellos de haber podido y propinado una buena patada al santo de Virgo de haber tenido la oportunidad, pero se contuvo. Apenas le dio un zape.

"Será mejor que te vayas a casa." Le dijo Shion, llamando la atención del dorado. "Me iré en una media hora más… comunícale el mensaje a Athena cuanto antes, por favor."

"¿Excelencia?"

El Patriarca miraba hacia el fondo del pasillo, con rostro tranquilo. Apenas giró la cabeza para verle a la cara. Inspiró y exhaló una vez más y le puso una mano sobre el hombro.

"Vete a descansar, Hijo. Pídele algo a Astrea que te haga dormir." Shaka enarcó una ceja. "Lo necesitas."

Tenía razón y Shaka, por mucho coraje que le diera, lo sabía. Toda esa noche había estado experimentando muchos sentimientos que no podía controlar ni se explicaba porque le emborrachaban la cabeza. Derrotado, Shaka asintió.

"Me retiro entonces." Dijo dolido. Shion bajó la mirada.

"Lo lamento muchacho." Le dijo acongojado.

"No lo lamente."

Shaka le dio la espalda y se alejó con paso constante. Tomó las primeras escaleras que vio y se retiró del lugar…

Se sentía mal… y dolido.

Mal Karma.

Fin de "Lo que los Ojos no ven."

Por
Misao–CG


PS: Este fic me fue difícil de escribir, lo admito, pero por lo menos logré causar impresiones diversas. Sí, una vez más los finales abiertos atacan y los dejan desarmados, pero más abajo les dejo una pequeño adelanto de lo que se viene. Ahora, no les voy a prometer fechas ni nada, pero sí les aseguro que está siendo escrito y que el Concilio del Fic conspira para que termine todo. Ojalá que no los haya decepcionado, del mismo modo que agradezco como no tienen idea el apoyo que me dieron durante estas semanas. Ustedes son los mejores lectores que una fanwriter como yo podría pedir. Faltas de ortografía, de gramática, tipeo y redacción (excepto en el caso de los diálogos de Niké) no son intencionales y si descubren alguna, por favor, sean buena leche y avísenme para poder corregirla, lo mismo si tienen quejas o críticas respecto de la historia, para poder ver como lo soluciono (en tanto sean educadas y civilizadas) ¡GRACIAS POR HABER LEÍDO EL FIC!


óOo ¡YAMID! Tienes que cuidarte mejor. ¡Y no te vas a morir! Son cosas que se te ocurren. Tú preocúpate de sanar bien. Sobre el fic… no, los renegados no usan tecnología: encontraron artefactos muy arcaicos y especiales. Más sobre ellos no te puedo decir. Y digamos que Shaka… va a estar algo ocupado. ¡GRACIAS POR EL REVIEW!

¡Hola Noel! Me alegra mucho saber que disfrutas de mis desvaríos y que mi sorpresivo regreso te sacó alguna que otra sonrisa. Shaka, como viste, es un ser humano más, por mucho que se diga que es el hombre más cercano a un dios. Comete errores tanto como cualquiera y su humanidad insiste en recordarle que es un ser humano. Acaba de cometer error tras error durante este fic, pero en el próximo intentará rectificar todo lo que echó a perder. No le odies, sino que apóyalo: todos hemos arruinado las cosas y hemos tenido que repararlas. Shaka no es diferente. Ya verás lo que ocurre con Chantal, y con todo este lío de los renegados. ¡Solo pido paciencia! Esta vez no serán años. Sobre las armaduras doradas… no las he bautizado a todas, pero veamos de las que me acuerdo ahorita. Crisomalón (aries), Cástor y Póllux (géminis), Romeo (cáncer), Aquiles (leo) y Sibila (virgo). Tendría que revisar si le he puesto nombre a la de escorpión, y he pensado en llamar Ganímides (si es que no lo he hecho ya) a la de acuario. ¡GRACIAS POR EL REVIEW!


No hubo animales heridos durante la producción de este fic…

Excepto uno de nuestros asistentes de producción, que debido al hielo en Acuario, se resbaló y solo logró detenerse a la altura de Escorpión, solo porque Milo puso el pie.

El sindicato de Patos del Parque protestó porque no obtuvo el pan remojado en leche restante.

Máscara descubrió a Kiki convenciendo a Thanos para que quemara el guardarropa de Saori, por lo que decidió pegar al mini lemuriano con MUCHA CINTA ADHESIVA en el baño de niñas de la secundaria de Saori.

Kiki por poco no sobrevive a las rábidas adolescentes.

Sibila se mantuvo tranquila todo el fic, debido a que Mu, para evitar que diera más problemas, mezcló un valium en la mezcla de polvo de estrellas que usó para pulirla y la armadura aún duerme.


Playlist sugerida:

1. 1917, Mecano.

2. Ironic, Alanis Morisette.

3. Complicado y Aturdido, Los Pericos.

4. Si te Vas, Shakira.

5. Fireworks, Katy Perry.

6. The One that Got Away, Katy Perry.

7. I'm Yours, Jason Mraz.

8. Now and The, Blackmore's Night.

9. El Mariachi. Leo Sánchez. Banda sonora de "Once Upon a Time in Mexico"

10. Black, Pearl Jam.

11. Rolling in the Deep, Adele.

12. Livin' on the Edge, Aerosmith.

13. Someone Like You, Adele.

14. Concierto de Aranjuez, Adagio, Segundo Movimiento, Joaquín Rodrigo.

15. "Eungenio" Salvador Dalí, Mecano.

16. Broken, Seether (feat. Amy Lee)


Omake Introductorio de Flos Floram

Ojos Rubí.

Era de noche, no había luz de luna disponible. El bosque estaba tan tranquilo que ni siquiera se escuchaban a los insectos. Pero… en aquél claro, algo ocurría.

Alguien lloraba a mares. Era una muchacha de unos 22 años, y sus llantos eran muy expresivos. Se lamentaba igual que una niña pequeña, con la diferencia que era una mujer a quien de muy poco le importaba quedar en ridículo… quizás porque no conocía bien el concepto. La llamaban Flos y estaba acurrucada en la tierra, sobre un pequeño túmulo, gimoteando, mientras le daba ocasionales golpes al suelo, motivados por la pena.

Allí enterrado, yacía uno de sus seres queridos.

Solo al cabo de un buen rato se incorporó, sin dejar de refregar su sucio rostro con sus manos, dejando escapar unos últimos sollozos. Gruesos surcos de lágrimas se dibujaban en sus mejillas, pero la chica tranquilizaba su respiración, o al menos lo intentaba. Aspiró aire un par de veces antes de sacudir la cabeza. Se rascó el cuello y sorbió aire por la nariz.

Flos era una persona simple, para ella, las cosas no tenían matices. O se estaba feliz o triste, o era blanco, o negro. O se estaba llorando, o se reía. Su mundo era sencillo, libre de complicaciones… y desde hacía cuatro meses estaba siendo sacudido por lo que podría llamarse una debacle cultural.

Los renegados le habían dado caza a su gente. Ella era la última que quedaba.

Y la buscaban.

Sus ojos eran lo más llamativo de Flos. De color rubí intenso, que parecían brillar con luz propia, destacaban con tremenda claridad por entre toda la capa de mugre que la cubría. Esta chica no estaba precisamente limpia o bien vestida, si es que a los funcionales harapos que la cubrían podía llamársele ropa. Cierto, cumplían con su primordial objetivo, aunque con muchas corrientes de aire. Eran pieles y cuero curtido muy artesanalmente. Además, todo su cuerpo estaba cubierto por lodo muy espeso de un extraño color gris y su cabello, impregnado con la misma sustancia, estaba tan pegoteado que un rastafari se habría sentido envidioso. Podrán suponer que no olía precisamente a flores.

Solo sus ojos estaban libres de mugre, y por ello se veían tan impactantes… eso y también la piedra que llevaba colgando del cuello, de color verde esmeralda del tamaño de un huevo, aunque sin pulir, opaca y con bordes filosos.

Ris, Ras… Ras…

"Está allí. ¡Mírala! Tiene una de las piedras."

"… Esa piedra está vacía."

Aquellas voces la pusieron del todo alerta. Flos asumió una posición de ataque y escaneó hacia los tupidos árboles, que desafiando todas las leyes físicas (no deberían estar allí), se alzaban orgullosos. Entrecerró los ojos y apretó la mandíbula. Aspiró aire por su nariz y boca, retrocediendo con cuidado, como queriendo fundirse con el follaje. No lejos de ella, había un hacha de mano en el suelo, que tomó sin perder tiempo. Esta herramienta no era más que una sencilla piedra cuyos bordes habían sido afilados adrede y que podía usarse para absolutamente todo lo que se le ocurriera: desde abrir nueces, desgarrar carne y hasta quizás apuñalar presas o enemigos. Carecía, eso sí, de un mango que ayudase en su precisión.

"¡AAAAGH!" Exclamó la chica. No era un grito de auxilio, sino de uno advertencia.

"¡La Asustaste, Tarado! Ahora no se dejará atrapar."

"¡Entonces no perdamos tiempo! Necesitamos esa piedra."

Dos renegados salieron al claro, claramente con intenciones de reducirla. Estos dos sujetos, como la muchacha, llevaban piedras similares colgando de sus cuellos, pero a diferencia de la que usaba ella, estas piedras eran negras como la obsidiana y brillaban con luz propia. Flos ni se inmutó, sujetó la piedra que llevaba colgando al tiempo que con la otra lanzaba una estocada con su fiel hacha de mano, atacando a sus agresores antes de darles siquiera una oportunidad. Hirió a uno de ellos en el antebrazo, pero en seguida el otro se le abalanzó sobre la espalda e intentó reducirla, oportunidad que el que había sido alcanzado en la mano aprovechó para tomar revancha. Sin embargo, entre mordiscos, patadas y contorsiones, Flos logró soltarse y echó a correr.

"¡QUE NO SE ESCAPE!"

"¡PERRA!"

"¡GGGGGGGGÑÑÑÑ!"

Uno de los renegados le lanzó a la chica una rama cercana a los pies, logrando que cayera al suelo. Su compañero aprovechó para lanzársele encima, pero en el último momento Flos rodó sobre su espalda y usando sus piernas, lo pateó en el estómago lanzándole contra un árbol. No alcanzó a ponerse de pie cuando el primero decidió atacarla.

El bosque se sumió en un ruido de estática muy extraño que alertó a la chica. Se dio la vuelta sobre sus talones a tiempo para ver como el renegado, usando un cosmo que parecía venir de la misma piedra y que no le pertenecía, se preparaba para atacarle.

"¡NOOOO!" Exclamó la chica enfadada e indignada. Más parecía ser una orden, un reclamo, que una petición. Y por ello, sin perder tiempo, Flos se lanzó contra el renegado… encendiendo su propio cosmo… uno bruto, cierto, pero propio y lleno de vida.

Una luz roja resplandeció contra la oscuridad de la noche, y el bosque volvió a sumirse en silencio. Momentos después, el único sonido que se podía escuchar era el de los pies descalzos de Flos corriendo a toda velocidad por entre el bosque.

Fin del Omake.

Por
Misao-CG