MUSAS LOCAS ME ATACARON Y ME PRESIONARON PARA ESCRIBIR LA CONTINUACIÓN. BUENO, SÍ LO ADMITO ESTE CAPÍTULO SALIÓ TAN RÁPIDO PORQUE ERA PARTE DEL ANTERIOR.

COMO SEA, AQUÍ SEGUIMOS PARA CONTINUAR LA HISTORIA. POR CIERTO, NO TIENEN LA IMPRESIÓN DE QUE ESTOY OLVIDANDO ALGO EN ESTE FIC… OH SÍ.

Capítulo VIII
Marea baja

Descansó como nunca lo había hecho. Y no era por el hecho de haber viajado tanto los últimos días sin poder parar para dormir como se debe, ni siquiera por desfogar los deseos de su cuerpo, de los cuales no fue consciente en muchos años. Fue por ella, por su calor, su paz.

Cómo era posible que una persona pudiera brindar una sensación así.

Cómo es posible que Misty lo haga – pensó- Todo esto no debe borrar lo que hizo, al contrario, ahora te debe más explicaciones.

-Norespondió dormido. Porque no tenía ganas de escuchar, no quería entender lo que había pasado entre ellos, porque tenía miedo. De que ella le dijera que sólo significaba cosa de un rato, por eso la discreción y la falta de protocolo.

Ash, aún dormido, frunció el entrecejo y gruñó levemente; por instinto movió sus brazos para sentir aquella suave piel que era lo único que lo reconfortaba.

No la encontró. Sólo sintió la fría sábana con la que ella lo había privado de la hermosa vista que era su cuerpo. Sus cavilaciones se volvían realidad.

Despertó casi con un salto. Parecía que pronto iba a amanecer y Ash casi agradecía internamente la oportunidad de haber pasado toda la noche con Misty; sin embargo, el miedo de no verla, de no tenerla, se estaba materializando.

Se puso de pie para buscarla en el lugar. El día anterior no tuvo tiempo de observar con detenimiento la casa. Era muy pequeña, apenas una cocina, la cama, un librero, un ropero, un comedor y un sillón, todo en la misma pieza. Abrió una puerta y se encontró con el baño, donde ella tampoco estaba. Volvió al cuarto principal y notó que sobre la mesa estaba perfectamente seca y acomodada la ropa que traía el día anterior.

El maestro pokémon apenas tuvo tiempo de vestirse para salir a buscarla.

-¡Misty!... ¡Mist!... – la llamó una y otra vez mientras salía corriendo, tropezando con la arena de la playa y cayendo de cara en la arena.

-¡Shhh! – dijo de pronto la chica. Ash alzó la mirada y la vio sentada tranquilamente viendo al mar.

Se levantó sintiéndose como un tonto. Había hecho un drama en su cabeza cuando no la vio y salió corriendo y gritando como un tarado. El cuadro de la ridiculez lo completaba su cara, pecho y rodillas llenos de arena.

Se sacudió y carraspeó, tratando de fingir que no era un tonto. Casi se ríe por ello, en su vida normal (esa misma en la que había borrado a la pelirroja), él era un sujeto respetado, formal, quizá hasta temido. Ahora estaba ahí parpadeando rápidamente para quitar de sus ojos arena, mientras pensaba qué es lo que tenía que decir o temiendo que es lo que ella iba a decir.

-Desde que llegué aquí, todos los días me levanto temprano para ver el amanecer – dijo Misty de pronto sin apartar la vista de los tonos naranjas del horizonte- Creo que significa algo nuevo, un inicio, una oportunidad.

Ash se sentó a observar, guardando una distancia con la chica. Y aunque tenía cientos de dudas sobre todo lo que había pasado, también se quedó viendo al horizonte. Había pasado los últimos años sin viajar, casi sin salir de su casona de Ciudad Lumiose, que olvidaba lo increíble que era ver un amanecer, escuchar el mar, sentir el viento y escuchar cómo éste jugueteaba con la vegetación… estar con una amiga.

Estuvieron ahí en silencio, sólo observando. Cuando amaneció por completo, el muchacho pasó su mano por su cabeza, el golpe le dolía ya menos y su gasa se le había caído en algún momento de la agitada tarde anterior.

-Olvidé agradecerte – dijo por fin- por ayudarme ayer. Gracias -pronunció sintiéndose raro ¿hacía cuánto que no le agradecía algo a alguien?

-No te preocupes – respondió sin mirarlo- Todo se salió de control por Gyarados, sé perfectamente que no mandan ferries por las mañanas y menos con la neblina que se forma en esta época del año, pensé que sería buen momento para sacarlo de su pokebola y que disfrutara un rato del agua.

-¿Estás diciendo que ese Gyarados que casi me mata es el tuyo?- dijo también sin atreverse a mirarla.

-Claro, mis hermanas no lo podrían cuidar y no lo iba a abandonar así… Es un poco territorial y se alteró cuando te escuchó gritar – suspiró- Lo lamento, apenas lo logré controlar.

-Fui muy impulsivo al gritar así. De pronto no vi nada y me preocupé. Me advirtieron que no era buen momento para venir pero… - hizo una pausa y por fin se decidió a mirarla- sólo quería verte.

Hubo un silencio entre ellos en el que sólo las olas vestían la atmósfera. De pronto ella se puso de pie y se dirigió a su casa. Ash también se levantó y le habló.

-No me alejes así- se atrevió a decirle. Logró que ella se detuviera y él buscó valor para seguir hablando- Como esta mañana que desperté y ya no estabas, por eso salí como un idiota y me caí.

Misty se volvió hacia él – Para empezar, no me culpes por tu torpeza al caminar. Segundo, cómo se te ocurre que me voy a ir, ahora vivo aquí… y el que se tiene que ir eres tú – agregó mientras su voz se hacía más baja.

Se dio la media vuelta para regresar a su casa y Ash la alcanzó y la tomó del brazo – Espera…

-¡No Ash! – se soltó de su agarre – Ni siquiera sé qué tienes que estar haciendo aquí.

Buena pregunta Ash -se dijo a sí mismo- Bien podríamos responderle pero es ella la que te debe las explicaciones.

-Yo… yo… ammm… Supe que estuviste en Paleta y… - no sabía qué decirle, porque en realidad en años no había pensado en ella y de pronto empezó a actuar con impulso tras impulso, sin razonar nada y ahora estaba ahí, frente a ella. Tragó saliva – Me dio la impresión que estuviste hablando de lo que pasó hace tiempo entre nosotros en Ciudad Celeste… lo de la medalla -aclaró rápidamente.

-¿Por qué haría algo así? – le cuestionó con un aire de indignación.

Él no estaba dispuesto a dejarla hacerse la ofendida- Pues no lo sé, quizá para afectar mi reputación.

-¡¿Qué?! -posó su mano en su propia frente – Claro, cómo no lo vi venir. Todo se tiene que tratar de ti, del gran maestro pokemon… Adivina qué, el resto tenemos nuestros propios asuntos.

-¿Qué querías que pensara si vas a hablar con mi madre y de pronto desapareces? – le reclamó – Como si lanzaras una piedra y escondieras la mano.

-¿Me crees capaz de…?

-Ya ni siquiera sé de qué eres capaz – la interrumpió alzando la voz- Si me diste una medalla sin merecerla, sin explicarme nada y después de tener relaciones conmigo, como si estuvieras pagándome el favor.

Apenas terminó la frase cuando la bofetada le llegó a la cara. Por mucho tiempo imaginó que Misty tenía la mano pesada pero no imaginó que tanto.

-Tú no entiendes nada, nunca entiendes nada – le dijo la chica furiosa, se dio la media vuelta murmurando algo por lo bajo.

Entró a su casa y dejó ahí a Ash frotándose la mejilla por el dolor. Nunca le habían dado un golpe que doliera tanto.

Se quedó ahí en la playa, furioso por ser tan tonto al ir hasta allá a buscar respuestas que no existían. Incluso se reclamó a sí mismo por ser tan débil, caer tan fácil en los encantos de Misty y ceder a sus deseos.

¿Qué no es obvio lo que pasó ayer? – pensó- De alguna manera ella iba a cobrarte el que te salvara. Cómo fuiste tan idiota para no verlo.

Se quedó ahí por un buen rato. Yendo de un lado a otro y en momentos sentándose en la arena. Reprendiéndose una y otra vez por su ingenuidad.

De pronto la puerta de la casa se abrió- ¿Por qué sigues aquí? – dijo Misty.

Él se puso a la defensiva – Obviamente no me puedo ir si tu Gyarados destruyó mi bote, que ni si quiera era mío y ahora no sé qué explicación le daré al pobre diablo que me lo alquiló…¡Gracias también por eso! -agregó con ironía.

-Ash basta, no te hagas la víctima. Sabes que esto no hubiera pasado si no hubieras venido sólo para asegurarte de que no arruinara tu reputación.

-Tú dices que yo no entiendo nada, pero tú no te quedas atrás- dijo acercándose a ella – Después de estar en Paleta fui a buscarte a Ciudad Celeste y Tracey me aclaró que no dijiste nada… me imagino que no te conviene- agregó tratando de ser tan frío como ella, pero al tenerla de nuevo tan cerca, volvió a ceder – Si vine fue porque me preocupé que desaparecieras así – la atrajo un poco hacia él pero inmediatamente se arrepintió y la soltó- Es decir, tus hermanas están preocupadas por ti y por el gimnasio.

-¿De qué hablas?

-Temen perderlo y… yo sé lo importante que es para ti, para tu familia, tener el gimnasio. Pensé que era importante que lo supieras.

Ella pareció dudar por un momento y por fin habló- Ven, pasa – dijo regresando a su casa. Ash se quedó congelado, por un momento pasaron por su cabeza todas las cosas que hicieron ahí adentro – Pasa y come algo mientras me alisto, vamos a Porto Corsa.

Empujó la puerta y Ash vio aquel mismo comportamiento que notó hacia años, cuando ella lo guió hasta su habitación para estar más cómodos. Esa mano que temblaba, el gesto que ella nunca admitiría.

Él tampoco admitió que se puso nervioso al estar de nuevo a solas con ella. Entraron y ella fue directamente a su ropero, sacó una mochila y dentro puso algo de ropa.

Por un momento pareció que por reflejo iba a cambiarse la que traía enfrente de él, pero tomó rápido consciencia y se dirigió al baño.

-Ahí hay algo para que desayunes- le dijo.

-Ah sí- respondió en automático. Por un momento pensó en ella, en su cuerpo. Ash no hubiera soportado verla cambiarse frente a él sin no resistir el ir hacia ella o al menos observarla para grabar en su mente cada detalle.

Qué pasa, yo no soy un pervertido – se recriminó. Y es que había pasado años sin atender sus necesidades y ahora que había vuelto a abrir ese camino, se le dificultaba no desear tanto para satisfacerse. Corrección, desearla tanto.

El joven se sentó a comer en automático pensando en todas las oportunidades que debió haber tenido para estar con una mujer y ninguna lo motivó ni una millonésima parte de lo que le provocaba tan sólo imaginar a Misty cambiándose de ropa a unos pasos de él.

Se estaba volviendo loco por ella. Debió prever eso desde el instante en que empezó a hacer locuras por ella -¿Qué rayos me está pasando? ¿Qué significa todo esto?

Y de pronto vino a él de nuevo la voz de Brock en su cabeza: ¿Sentiste algo por ella?

-¡Hey! – dijo Misty que ya había salido del cuarto de baño.

-¿Qué?

-¿Estás aquí o no? – le reclamó- Te preguntaba qué te dijeron mis hermanas.

-Ah… - recordó cómo lo había golpeado con sus bolsas (vaya que a las chicas Waterflower les gustaba golpearlo) y prefirió no entrar en detalles – En realidad sólo hablé con Tracey, él me dijo que ellas están preocupadas por ti… Supongo que es una fuente confiable. Confías en lo que me dijo ¿no? Él es muy cercano a ti – terminó serio, cruzándose de brazos, no supo por qué de pronto cayó en la cuenta de que no le agradaba que Tracey estuviera tan cerca de Misty cuando admitía abiertamente que había estado interesado en ella.

-Es mi cuñado – le respondió- y sí, también es un amigo muy querido. Sólo eso ¿de acuerdo? No tienes que ponerte así – porqué parecía que ella quería aclararle ese punto.

Ese momento ayudó a que ambos se relajarán un poco y minimizar la tensión del ambiente. Ash quitó los brazos cruzados. ¿Había sido tan evidente su reacción?

-Y bien ¿no vas a comer? – le preguntó al notar que apenas había tocado lo que le dejó mientras ella se alistaba.

-Ah, no tengo mucha hambre – le respondió, no iba a decirle que no comió por estar imaginando lo que sucedía del otro lado de la puerta.

-De acuerdo. Entonces vámonos.

-¿Y cómo? – le preguntó poniéndose de pie.

-Tengo mi propio bote. Sé que tengo increíbles habilidades para la natación pero no creerías que te traje nadando desde tan lejos ¿o sí? – la manera en la que lo dijo y su gesto se parecía mucho a aquella Misty de antes.

-Me he vuelto más atlético, no podrías con mi peso- respondió siguiéndole el juego como lo hubiera hecho hace años.

Ambos caminaron hacia la puerta. Ella rió ligeramente por su comentario- Creo que el término es robusto – dijo cuando ambos coincidieron en la umbral de la puerta y quedaron de nuevo muy cerca. Misty pareció analizarlo un momento, Ash pensó que estaba recordando cómo era su cuerpo. Le hubiera gustado preguntar pero no quería recibir una bofetada y pasar por otra discusión.

Se apartó para cederle el paso y la siguió. Efectivamente tenía una lancha en mejores condiciones que la que se había deshecho el día anterior.

Misty parecía muy hábil con el tema y él sólo se sentó a verla, sintiéndose un inútil y por momentos embelesándose con ella. ¿Por qué las cosas tenían que ser así? Seguían llevándose como amigos, pero cualquier paso en falso podía desatar una auténtica discutían, se sentían incómodos (al menos él sí) y no podía negar que se moría por besarla de nuevo. Todo al mismo tiempo. No tenía sentido.

Ash quiso distraer su mente de todo ese conflicto y le preguntó porqué le gustaban las Islas Sete. Mientras navegaba, Misty le contó que, además de Ciudad Celeste, le gustaba mucho estar cerca del mar. Además, tal como Brock le había comentado, ella guardaba recuerdos agradables de ese lugar y su familia.

-Es tranquilo y solitario… no mucha gente viene y hay pocos pobladores. No hay una señal de televisión y casi no hay telefónica… Quería apartarme de todo- dijo casi para sí.

De nuevo Ash quiso preguntar pero temió iniciar una discusión que terminara con él abofeteado y nadando perdido en alta mar; así que cambió de tema - ¿Y ya llegamos a la parte en la que me encontraste?

Misty le dijo que aún faltaba un tramo. Por lo que Ash reconoció que su Gyarados llegó muy lejos para buscarlo. Entonces se enfrascaron en una larga charla sobre su entrenamiento, la dieta que llevaba, lo bien que le sentaba el clima de ese archipiélago.

Pasaron un buen rato platicando apasionadamente de eso. Incluso Ash le confesó que nunca se había atrevido a tener un Gyarados por la naturaleza de su carácter, lo que Misty vio como una oportunidad de burlarse de él. Ash no pudo argumentar mucho en su defensa, principalmente porque le agradaba escucharla reírse así (aunque fuera de él).

-Tengo mala suerte con los Gyarados… Mira que éste casi me mata cuando partió esa triste embarcación.

-Y yo que pensaba que eras un cabeza dura… -Ash sonrió, sabía que ella diría algo así sobre él.

-Bueno, debes de saber que ahora me debes un bote y no creo que sea tan fácil de reponer como una bicicleta – dijo aludiendo aquel día lejanísimo en el que se conocieron, pero que viéndolo en retrospectiva, era uno de los mejores días de su vida.

-Conozco a los de esa empresa de ferries. No te preocupes, no tendrías que cargar conmigo hasta que la deuda esté saldada.

Y de pronto su boca hablaba de más – No me molestaría… es decir, saber de ti, tener contacto contigo… ser amigos como antes.

Ella resopló y abandonó su concentración en el camino -Ash, nosotros no podemos ser amigos como antes, y platicar, estar cerca… ya no. Lo sabes.

Lo sabes Ash. No significaste nada.

-Sí… - dijo agachando la cabeza y sintió algo en su pecho, le dolía. El sabor de la derrota de nuevo. Parecía que ella estaba destinada a ser su gran fracaso.

Se quedó callado, pensando en que quizá cuando llegaran a Porto Corsa se despedirían y no se volverían a ver.

¿No era eso lo que él deseaba mientras iba a buscarla? Estaba convencido de que cuando ella le dejara en claro que no era importante, él volvería a su vida normal. Sin embargo, algo importante había cambiado. Entre ellos había pasado algo y él no quería despedirse sin que ella supiera algo, algo que debió decirle desde aquella primera vez.

-Mist… - pronunció pausadamente, mientras buscaba qué decir.

-Ash, perdóname- dijo ella de pronto mientras se dejaba caer y se sentaba en el la embarcación.

El maestro pokémon se sintió confundido. Y no supo si estaba bien o no acercarse a ella. Tragó saliva y tomó el riesgo. Se aproximó a ella, nervioso por volver a tenerla tan cerca.

-¿De qué hablas? – le preguntó pausadamente.

-De lo que pasó ayer- respondió la pelirroja con la mirada agachada.

-No te preocupes, Gyarados no me lastimó… soy un cabeza dura ¿recuerdas? – trató de reconfortarla y al ver que no tenía que éxito, agregó- Y por el bote, no te preocupes, no hay ninguna deuda. En cuanto lleguemos a Porto Corsa, yo pagaré todos los daños.

Ella soltó un leve gemido. No podía ver su rostro pero juraría que estaba conteniendo las ganas de llorar y eso le preocupó aún más.

-No es eso- le respondió al fin – Me refiero… me refiero a lo que sucedió en mi casa.

-Esa bofetada no fue nada, casi no me dolió – le dijo tratando de que ella se tranquilizara.

-No seas tonto Ash – por fin lo miró y efectivamente se encontró con unos ojos cristalinos – No te debí besar… - resopló- Para empezar ni debí quitarte la ropa, creo que te provoqué y… no debió pasar todo lo demás – ella volvió a agacharse.

El muchacho se sintió completamente fuera de balance. Él tenía la idea de que no ponían el tema porque a ella no le importaba pero ahora estaba confundido. De lo único que estaba seguro es que no podía aceptar esa disculpa porque no había nada qué perdonar.

-No Mist – le dijo por fin y se aventuró a tomar el rostro de la chica entre sus manos para que lo mirara – Lo que pasó ayer… tú no provocaste nada. Tienes razón, si no me hubieras quitado la ropa, ahora estaría enfermo y… yo acepto que fui el primero que te besó.

Entonces tomó valor para decirle – En realidad, yo lo disfruté mucho… No sólo lo que sucedió ayer, también lo que pasó aquella vez que en tu habitación. Debí decírtelo esa vez, me gusta estar contigo de esa forma – no soportó más y se arrojó a besarla.

En un principio, Misty correspondió el beso y eso le dio pie a bajar sus manos y recorrer su talle. Estaba volviéndose loco por ella y sentía que necesitaba de ella, de sus besos, de su cuerpo. Pero había algo más, no sólo era la intimidad y lo físico, necesitaba seguir escuchando su voz, ver su sonrisa, perderse en sus ojos, tener esas largas charlas sobre pokemons, sus discusiones amistosas que siempre terminaban en risas, hasta volver a sentir su cálido aliento tan cerca mientras dormía.

¿Sentiste algo por ella? – de nuevo la pregunta retumbó en su cabeza.

Si Brock se refería a esa frenética necesidad de ella, de estar siempre con ella, sí.

Y Ash sabía que justamente esa sensación era la misma que tuvo aquella vez en Ciudad Celeste. La misma que lo abrumó y le dio miedo. Esa misma que le hizo por primera vez cuestionarse si valía la pena seguir persiguiendo su sueño de ser el más grande maestro pokémon.

¿Y qué te dejó llegar a serlo? Una enorme casa vacía, amigos que te olvidaron, discusiones con mamá…

Ahora las cosas eran diferentes, había logrado todo lo que quería pero nunca había saciado lo que realmente necesitaba: a ella, a la única con la que se sentía auténtico, a su amiga de siempre, a su sirena, a Misty.

Sin embargo el beso se tornó con un sabor salado.

-No – dijo ella interrumpiendo el contacto y Ash notó que ese sabor era el de unas lágrimas de Misty que habían rodado por su mejilla hasta llegar a sus labios.

-¿Qué sucede? – preguntó preocupado -¿Acaso lo hago tan mal?

-No seas tonto – le dijo de nuevo y se limpió las lágrimas- Esto no está bien… - el abrió la boca para rebatir- No digas nada, sólo quiero aclararte una cosa. No soy una chica fácil... lo que sucedió esa vez y lo de ayer… es algo que sólo he compartido contigo.

Ash no entendía a lo que se refería ¿por qué demonios era tan torpe para esas cosas?. Y como era de esperarse, ella notó que ya se había perdido en la conversación y continuó.

-Ay Ketchum, eres un gran tonto… Qué no te diste cuenta que fuiste el primer hombre que… - se puso roja- estuvo conmigo.

El muchacho recordó que esa vez, en un principio creyó que estaba lastimándola porque lo estaba haciendo mal o algo así. Ahora suponía que tenía algo que ver con su virginidad.

-Entre los chicos y las chicas hay muchas diferencias en su primera experiencia- le había dicho el profesor Oak en aquella incomoda charla explicativa de su adolescencia.

Pero volviendo a lo que en ese momento debía ocuparle, había algo más en la confesión de Misty, no sólo había sido el primero, sino también el único.

Eso lo llenó de dos sensaciones. La primera era para su ego y deseo, enterarse así que aquella chica había sido sólo suya estimulaba sus ganas de volver a tenerla, si era necesario ahí mismo Qué importaba que estuvieran navegando, la marea estaba baja, tranquila y dispuesta a albergar uno de aquellos desfogues de intimidad; o tal vez debía esperar un poco y buscar un lugar privado una vez que llegaran a Porto Corsa. Esa no sonaba como una mala idea, incluso "robársela" por unos días antes de que se dirigiera a Ciudad Celeste. No importaba el cómo, sólo quería estar con ella otra vez.

Por otro lado, también se sintió tranquilo de no ser el único que se mantuvo inmaculado por tanto años. La tarde anterior, se había esforzado en vano por demostrarle que no era un inexperto. Ahora sólo se sentía como un fanfarrón.

Y antes de hacerle él esa confesión, quiso reconfortarla con sus labios y la besó de nuevo; sin embargo, ella de nuevo lo apartó- Qué pasa, qué tienes.

-Ash esto está mal.

-No digas eso – le pidió mientras besaba sus mejillas y la abrazaba, tratando de indicarle que no había nada de malo en lo que estaba pasando, quería verla tranquila, incluso cuando en él había tantas sensaciones y pensamientos que no sabía cómo ordenarlos para compartírselos.

-Pero yo no quiero interferir… Lo que pasó ayer, todo esto está mal, tú ya estás con alguien.

-¿Qué? – expresó separándose de ella sin entender.

-Serena, la Reina de Kalos – sentenció fríamente.

Chismes, historias ridículas, revistas del corazón baratas. Toda esa maldición seguía persiguiéndolo. Ahí íbamos de nuevo.

-Mist – empezó a aclarar – Ella y yo… entre nosotros no… - su propia explicación se vio interrumpida por el recuerdo de la conversación que había tenido con la rubia.

Sí, claro di que somos pareja; es más, diles que vamos a formalizar, a comprometernos, como quieras llamarle. No me importa, porque no me importan los sentimientos (ni los tuyos, ni los míos; es más, yo ni tengo), sólo me importa mi reputación, porque soy un completo imbécil.

Enredado en su propia cabeza, Ash no se percató de que Misty interpretó su repentino silencio como una confirmación de lo que ella acababa de decir.

Tampoco notó que se acercaban a la costa, donde en la bahía de la empresa de ferries desde donde había salido parecía que pasaba algo.

No se percató de lo que sucedía hasta que el bote de Misty llegó al lugar y fue la voz de la propia Serena la que lo volvió a la realidad.

-Pero yo necesito ir hacia allá- reclamaba con un berrinche.

-Señorita, entiéndame que por ahora no hay viajes disponibles a Isla Sete- decía el mismo empleado con el que Ash había hecho su trato.

Se trataba del mismo sujeto que compartió en redes sociales la foto presumiendo que acababa de conocer al gran maestro pokemon, imagen que no pasó desapercibida de los radares de Serena que esperaba una pequeña pista para encontrar a su futuro prometido.

-¿Qué está pasando? – preguntó en cuanto bajó de la embarcación sin entender cómo había llegado Serena hasta ahí.

-Ash, mi amor – ella lo tomó del brazo para sonreír a la lente de algún oportuno fotógrafo que, como siempre, la seguían a casi a todos lados. Y la chica estaba decidida a desempeñar el papel de novia tan impecablemente que nadie dude que es real.

Y aunque había cientos de preguntas y aclaraciones que quería hacerle a la rubia, su cabeza se centró en una sola cuestión: Misty.

Se volvió hacia el bote y no la vio, tampoco estaba alrededor.

Claro Ash, sal otra vez corriendo y gritando su nombre y esta vez no tropezarás con la arena de una playa, sino con el resultado de tus malas y viscerales decisiones.

Serena apretó más el agarre de su brazo, haciendo que discretamente éste rozara uno de los pechos de la chica. Quizá antes, cuando no era tan sensible a esos contactos, hubiera ignorado ese detalle, pero ahora sí lo detectaba y no porque lo estimulara, sino porque era una señal de que Serena estaba muy decidida a asumir su rol de novia/prometida. Una tormenta se le avecinaba.

Continuará…

ESTE FUE UNO DE ESOS CAPÍTULOS EN LOS QUESOS NUESTRO PROTAGONISTA LO TENÍA EN EL PISO, LO LEVANTÉ, LO VOLVÍ A TIRAR Y LO ELEVE MÁS Y MÁS HASTA QUE DECIDÍ SOLTARLO DE GOLPE. LA GRAN CONCLUSIÓN, QUERIDOS LECTORES, ES QUE SOY MALVADA.

COMO PODRÁN SOSPECHAR LAS ULTIMAS ACTUALIZACIONES SALIERON MUY SEGUIDITAS Y ALGO BREVES. LA REALIDAD ES QUE ME ESTOY APLICANDO CON LA HISTORIA PORQUE ME SIENTO INSPIRADA Y TENGO TIEMPO PARA ESCRIBIR (UNA RARA COMBINACIÓN EN LOS ÚLTIMOS AÑOS), PERO SÍ, EN UN PRINCIPIO CONCEBÍ AMBOS COMO UNO SOLO PERO CREO QUE CADA UNO FUNCIONA INDEPENDIENTE Y CUENTA LO QUE TIENE QUE CONTAR. ESPERO QUE LOS HAYAN DISFRUTADO.

RESPECTO A LA HISTORIA. BUENO, SI USTEDES PASARON VARIOS CAPÍTULOS ODIANDO A ASH Y LUEGO LES CAYÓ PESADA LA ACTITUD DE MISTY, HE LOGRADO LO QUE QUERÍA.

Y COMO DIJE AL PRINCIPIO, SI EN ALGÚN MOMENTO TUVIERON LA IMPRESIÓN DE QUE ESTABA OLVIDANDO ALGO O SI USTEDES SE OLVIDARON DE ESO DE TANTAS COSAS QUE IBAN PASANDO EN LA TRAMA, ME SIENTO TAMBIÉN COMPLACIDA DE HABERLOS DISTRAÍDO TANTO QUE SE OLVIDARON QUE SERENA ANDABA POR AHÍ.

COMO SIEMPRE, MUCHAS GRACIAS POR EL FAVOR DE SU LECTURA Y COMENTARIOS. CUÍDENSE MUCHO, ESPERO LEERLOS PRONTO.