Nota:Quiero aclarar, que la norma "No se permiten que la niñas entren en los cuartos de los niños y viceversa" sigue intacta, pero al ser este un fic, en Slytherin los prefectos de hace generaciones quitaron los hechizos que hacían cumplir dicha regla. Snape y Dumbledore lo saben pero hacen caso omiso.
Hufflepuff, Gryffindor y Ravenclaw si tienen los hechizos.
Libro 2: "Harry Potter y la cámara de los secretos"
Cap. 18: Voces y fiesta.
La tarde pasó rápido, para cuando se dieron cuenta eran las ocho menos cinco. Draco y Harry salieron de su sala común, acompañados del resto de sus compañeros de Quidditch.
-¿Con quién te toca castigo, Marcus?-preguntó Harry.
-Con Filch, limpiando los trofeos –dijo con desprecio -¿Y a ustedes?
-Lockhart, respondiendo cartas de admiradoras –respondió Harry con asco.
-Con Snape, "limpiando calderos"-dijo Draco y todas las miradas fueron hacia él.
-Él hace las travesuras y nosotros nos llevamos la peor parte –dijo Marcus y Draco se encogió de hombros.
-No es como si puedan hacer algo… ¿o sí?-preguntó Draco desafiante, nadie respondió
Draco se quedó en el salón de pociones y los demás se dividieron al salir de las mazmorras.
Harry fue al segundo piso, al despacho de Lockhart. Llamó a la puerta y ésta se abrió de inmediato, mostrando a un Lockhart con una gran sonrisa.
-¡Aquí estás! Vamos, Harry, entra.
Los minutos pasaban, tan lentos que parecían horas. Harry no paraba de pensar en cuánto faltaba para acabar con aquello. Mientras escribía la dirección de Verónica Smethley en un sobre, oyó algo, algo que no tenía que ver con la odiosa voz de Lockhart o el sonido de las llamas de las velas consumiéndose.
Era una voz, una voz de helar la sangre en las venas, una voz fría como el hielo.
-Ven…, ven a mí…Deja que de desgarre…Deja que te despedace…Déjame matarte…
Harry se sobresaltó y miró a todos lados, Lockhart no parecía haber escuchado nada, pues estaba hablando sobre quién sabe qué cosa.
-Pro-profesor.
-¿Sí, Harry?
-Mire la hora que es… es tan tarde…
-¡Vaya! El tiempo sí que pasa rápido.
Harry salió de allí casi que corriendo, bajó a las mazmorras. Cuando pasaba frente al aula de pociones, Draco salió y cerró la puerta tras de él.
-¿Qué tal te fue?-preguntó el rubio y Harry miró a todos lados, asegurándose de estar solo ellos.
-En la sala común –lo tomó de la muñeca y lo arrastro frente al muro de piedras – "Veneno de serpiente"-dijo la contraseña y entraron, la Sala Común estaba vacía.
Los niños se acomodaron en un sillón frente al fuego y Harry se dedico a contarle lo de la voz que escucho y que, aparentemente, Lockhart no había escuchado. Draco no pudo descifrar que había sido, así que dejaron el tema así y se fueron a dormir.
Octubre llegó y trajo su característico tiempo de frío y humedad. Madame Pomfrey estaba atareada con la epidemia de cataros entre profesores y alumnos. La poción Pepperup, que le daba a beber a los enfermos, hacía que echaran humo por las orejas durante varias horas.
Gotas de lluvia de tamaño considerable se estampaban contra las ventanas del colegio durante días, el nivel del lago subió, los arriates de flores se transformaron en arroyos de agua sucia y las calabazas de Hagrid adquirieron el tamaño de un cobertizo.
Debido a la constante lluvia, los entrenamientos de Quidditch eran cada vez que el tiempo estaba "considerablemente mejor". Los Slytherin odiaban empaparse y llenarse de barro, algo que Harry agradeció, a él no le apetecía entrenar bajo la lluvia hasta calarse de frío los huesos y enfermar. Un día, particularmente, en el que jugaba un partido de buscadores con Draco mientras que Marcus creaba nuevas estrategias, capturaron a los gemelos Weasley espiando el entrenamiento. Horas más tardes Ron les explico que querían ver que tan veloces eran las Nimbus2001.
Harry se encontraba caminando por un corredor desierto, con los pies mojados y muerto de frío, venia de la cabaña de Hagrid, cuando se encontró con alguien. Era Nick Casi Decapitado, el fantasma de la casa de Gryffindor, miraba por una ventana y murmuraba cosas para sí, parecía preocupado.
-Hola, Nick-
-Hola, hola –respondió el fantasma, dando un respingo y mirando alrededor –Pareces preocupado, joven Potter –dijo mientras plegaba una carta trasparente y guardándola bajo en jubón.
-Igual que usted –dijo Harry, restándole importancia.
-¡Bah!-Nick hizo un gesto elegante con la mano –un asunto sin importancia… no es que realmente tuviera interés en pertenecer… aunque lo solicitara "No cumplo con las características"-a pesar de su tono displicente, tenia amargura en el rostro –Pero cualquiera pensaría, cualquiera –estalló de pronto –que cuarenta hachazos en el cuello con un hacha mal afilada bastarían para permitirle a uno pertenecer a Club de Cazadores Sin Cabeza.
-Desde luego –dijo Harry al entender que el fantasma esperaba que le diese la razón.
-¡Por supuesto!...
Nick Casi Decapitado, comenzó a hablar de un sinfín de cosas sobre el "condenado club". Luego de criticar a "Sir Bien Decapitado-Podmore" (Sir Patrick Delaney-Podmore), el fantasma miembro del Club donde Nick quería ingresar y que le envió una carta negándole el ingreso por no estar completamente decapitado.
Un rato después, cuando Nick le preguntó a Harry que le sucedía y éste estaba por responderle que "se sentía mal por no poder ayudar a Hagrid con las goteras en su casa", apareció la señora Norris y, segundos después, Filch. Al parecer, el conserje estaba enfermo y de un humor veinte veces peor que de costumbre ya que tuvo que limpiar el techo de la mazmorra 5 por un desastre con los de tercer año. Y ahora Harry podía ver que el hombre estaba completamente disgustado ya que su túnica estaba goteando y sus zapatos llenos de barro.
Molesto, Filch llevó a Harry a su conserjería, era una habitación lóbrega a la que todos los alumnos evitaban. Y vaya que con mucha razón; en las paredes había cadenas y esposas y también había muchos archivadores de madera. Por las etiquetas, Harry imaginó que contenían detalles de todos los alumnos que Filch había castigado. Fred y George Weasley tenían una repisa solo para ellos.
Filch comenzó a llenar un formulario sobre Harry cuando un golpe resonó en la habitación, Peeves estaba haciendo de las suyas. El conserje de inmediato fue en busca del poltergeist.
Harry, suponiendo que tendría que esperar a Filch, se sentó a esperarlo y repasando cada cosa, se encontró con un sobre rojo de letras plateadas que decía "Embrujorrapid". Lo que contenía el sobre le pareció extraño, ¿Qué acaso Filch no era un mago? ¿Para que necesitaría aquellas lecciones de principiante en magia? Lastimosamente, Harry no pudo terminar de leer la carta ya que escucho la voz de Filch en el pasillo y tuvo que dejar el sobre donde estaba, o un metro de donde estaba, para ser exactos.
Para satisfacción y sorpresa de Harry, Filch estaba alterado por la sola idea de que Harry hubiese leído el sobre y lo dejo ir. Así, sin más.
Cuando Harry subía las escaleras de la conserjería, se encontró con Nick Casi Decapitado que salía de un aula.
-¡Harry! ¡Harry!-Nick se deslizó fuera del aula y Harry pudo ver tras de él los restos de un armario grande, de color negro y dorado, que parecía haber caído desde gran altura –Convencí a Peeves de que estallara el armario Evanescente justo sobre la conserjería de Filch, pensé que eso lo podría distraer –terminó emocionado-
-¿Fue usted?-preguntó Harry agradecido –Claro que funcionó, ni siquiera me van a castigar. ¡Gracias Nick!
Nick acompañó a Harry por el pasillo que llevaba a las mazmorras. El niño pudo ver que Nick aun sostenía la carta de Patrick.
-Me gustaría poder ayudarlo con lo del club –dijo sin pensarlo-
-¿Tú?-preguntó el fantasma incrédulo y, como se detuvo de pronto, Harry lo traspasó, al instante deseó no haberlo hecho, se sentía como estar bajo la fría lluvia nuevamente-¿Un Slytherin ayudando al fantasma de Gryffindor?
-No veo por qué no…-dijo Harry, encogiéndose de hombros-
-¡Magnifico! Eres sorprendente… Harry Potter… y, si me dejas decir, sí hay algo que puedes hacer por mi…-el fantasma dudo en continuar, pero la mira inquisitiva de Harry lo instó a seguir –En Halloween, cumpliré quinientos años desde mi muerte –Harry no supo que decir así que solo lo vio –Voy a dar una fiesta en las mazmorras más amplias…vendrán amigos de todas partes del país y sería un honor si pudieses asistir. Por supuesto, tus amigos están invitados…pero me imagino que prefieres ir a la fiesta del colegio…
-¡No! –se apresuró a decir Harry –Iré.
-¡Mi estimado muchacho! ¡Harry Potter en mi cumpleaños de muerte! Y…-dudó, emocionado -¿Tal vez podrías mencionarle a Sir Patrick lo horrible y espantoso que te resulto?
-¡Por supuesto!-contestó Harry y Nick le dirigió una sonrisa.
…
-¿Un cumpleaños de muerte?-le preguntó Draco cuando Harry ya estaba limpio y fresco, en su habitación.
-¿Realmente iras?-preguntó Pansy, quien leía "Corazón de Bruja" acostada boca abajo en la cama de Blaise, mientras él chico terminaba de redactar su trabajo de Encantamientos.
-¿Por qué no?-cuestionó Harry.
-Bueno, Harry, es complicado pero simple –dijo Blaise, sin despegar la mirada de su pergamino.
-Un cumpleaños de muerte es un evento de fantasmas, eso lo sabes –Harry asintió –Bien, las personas vivas que han asistido a uno, son muy contadas. Es un honor asistir a un cumpleaños de muerte, he de admitir, pero no es "agradable". Los fantasmas no necesitan ingerir nada, así que los aperitivos que allí están, quizás estén allí desde hace décadas, además de que el lugar va a estar mucho más frio de lo usual –explicó Draco como quien le explica a un niño de cinco años a contar con manzanas.
-¿Y qué? Ya te dije que él me salvo de Filch, se lo debo.
-Jumm…-y fue hasta entonces que Draco bajó el libro que estaba leyendo y fijo su vista en Harry. Cosa que no le resultó tan difícil, ya que su cabeza reposaba en sus piernas -¿Cómo es que eres un Slytherin? Esas son cosas que diría un Gryffindor o un Hufflepuff –dijo con desprecio fingido. Pansy y Blaise estuvieron de acuerdo con Draco y Harry solo pudo encogerse de hombros.
-¡Casi lo olvido! En el escritorio de Filch encontré un sobre de "Embrujorrapid", ¿para qué Filch necesita eso?
-¿Mmm? ¿Hablas del programa que da clases de magia para principiantes inexpertos?-pregunto Pansy, esta vez dejando a un lado su revista.
-Esa misma.
-Filch es un squip –dijo Blaise.
-¿Cómo?
-Un squip, un mago sin magia, usualmente sangrepura o mestizo, aunque son pocos. Mi padre me lo dijo, por si necesitaba alguna vez chantajearlo, ya sabes –dijo Draco, restándole importancia.
Al día siguiente, Harry le comentó a Hermione y Ron sobre el cumpleaños de muerte y la niña, entusiasmada, acepto ir.
Para Halloween, Harry ya se estaba arrepintiendo de haber aceptado ir a la fiesta de Nick. Claro que tenía a Hermione para recordar que "una promesa es una promesa", a veces la idea de aceptar que Pansy "le cerrara la boca a la sabelotodo de Granger" le resultaba tentadora, aunque la chica fuese su mejor amiga.
Para cuando dio las siete de la noche, en Halloween, Harry, Draco, Ron y Hermione salía del Gran Comedor, después de comer apurados algunos pastelillos.
Harry le había pedido a Pansy y Blaise que les acompañaran, pero recibió un:
-Ni lo sueñes, Potter-
De ambos Slytherin.
Cuando llegaron a la mazmorra correspondiente, Nick los recibió con aire de profunda tristeza y los invitó a pasar. Allí hacia más frío que en cualquier mazmorra debido a la concentración de tantos fantasmas.
Las figuras de color blanco perla se deslizaban de aquí a allá. Bailando con la fúnebre música. Los niños comenzaron a caminar y gracias a Hermione, pudieron evitar un encuentro con Myrtle la Llorona, el fantasma que habita en los baños de niñas del segundo piso. Se acercaron a la mesa y vieron la cantidad de comida podrida, mientras miraban la comida con asco, Peeves apareció, atravesando la mesa, y amenazó con llamar a Myrtle para decirle que ellos estaban hablando mal de ella, pero no sucedió.
-Peeves, si lo haces, iremos a hablar con el Barón Sanguinario –dijo Draco con una sonrisa desafiante, mientras apuntaba a una esquina, donde dicho fantasma se encontraba solo.
-No se atreverían –dijo Peeves, asustado.
-Rétanos –terminó Harry.
El poltergeist se fue, lanzando maldiciones contra ellos.
-Vamos, Harry –dijo Draco.
-¿A dónde van?-pregunto Hermione, curiosa.
-A saludar a Barón.
Harry y Draco caminaron con paso firme y Hermione y Ron a paso dudoso atrás de ellos.
-Hola señor –dijeron los Slytherin al unisón.
-Oh, Potter, Malfoy. Me preguntaba que hacían aquí –respondió el fantasma, arrastrando las palabras.
-Hemos sido invitados por Nick-dijo Harry.
-Interesante, un Slytherin que fraterniza con Gryffindor y sus fantasmas –comentó el fantasma, lento y con cierta amargura
-Ya sabe usted como es Harry, señor. Un misterio para los nuestros –dijo Draco.
-Por supuesto… Pero he visto los últimos has sido más… Slytherin, espero que sigas así, Potter, o Salazar Slytherin estaría tan decepcionado –dijo en un susurro ronco antes de irse.
Cuando Nick Casi Decapitado iba a comenzar su discurso, Sir Patrick y su club llegó. Pasaron unos minutos en los que Nick hablaba pero nadie le prestó atención. Entonces, Harry decidió que era hora de irse.
Recorrieron el pasillo que daba a las escaleras y entonces Harry lo escuchó.
-…Desgarrar…Despedazar…Matar…
Era la misma voz que oyó en el despacho de Lockhart, la misma voz fría y asesina
Harry se detuvo de inmediato y se sostuvo de una pared para escuchar atentamente.
-Harry, ¿qué..?
-Es la voz… de nuevo... cállense un momento…
-…deseado…durante tanto tiempo…
-¡Escuchen!-dijo Harry, y los otros tres se quedaron inmóviles, mirándole.
-…matar…es hora de matar…-
La voz se fue apagando. Harry estaba seguro de que se alejaba, hacia arriba. Miró el techo y dudas se apoderaron de él. ¿Fantasmas, quizás? ¿Por qué sus amigos parecían no escuchar nada?
-¡Por aquí!-gritó y se puso a correr escalera arriba, hasta el vestíbulo. Corrieron al primer piso y allí Harry escuchó otra vez
-huelo sangre…¡HUELO SANGRE!-
-¡Va a matar a alguien!-gritó Harry y sin hacer caso de la cara de los otros, subió corriendo al segundo piso.
Harry se quedo paralizado en un pasillo del segundo piso.
-Harry, ¿qué pasaba? Nosotros no…-comenzó a decir Ron cuando llegaron junto a él, pero fue interrumpido por el grito de Hermione.
-¡Miren! –delante de ellos, algo brillaba en el muro.
Se aproximaron, despacio, intentando ver en la oscuridad con los ojos entornados. Allí, brillando a la luz de la luna, pintado en el muro de piedra, se podía leer
LA CAMARA DE LOS SECRETOS HA SIDO ABIERTA. TEMED, ENEMIGOS DEL HEREDERO.
-No puede ser…-balbuceo Draco
-¿Qué es lo que cuelga allí debajo? –preguntó Ron con un temblor en la voz.
Harry, al intentar acercarse, casi se cae por un charco de agua. Draco y Ron lo sostuvieron y los cuatro se acercaron a la inscripción, con los ojos fijos en la sombra que se veía debajo. Comprendieron de inmediato lo que era y juntos, dieron un brinco hacia atrás.
La señora Norris, la gata de Filch, estaba colgada por la cola en una argolla donde se colocan las antorchas. Rígida como una tabla y con los ojos abiertos y fijos.
-Debemos irnos, ya –dijo Draco, viendo hacia todos lados.
-¿No deberíamos intentar…-comenzó Harry, sin encontrar la manera de proseguir
-¡Harry! ¿No entiendes? ¡Es la cámara de los secretos! Y… si quien escribió eso está cerca, quizás venga a atacar a Hermione –habló Draco, con ansiedad y preocupación en la voz-
-¿A qué te refieres...
Ron fue interrumpido por el ruido, parecido a un trueno distante, que indicó que la fiesta había acabado. De cada extremo del corredor, estudiantes comenzaron a llegar. Las charlas se detuvieron de repente, cuanto vieron a la gata colgada.
Harry, Draco, Ron y Hermione eran los únicos que estaban solos allí antes que los demás llegaran.
Y, después de minutos de silencio, una voz se escuchó.
-¡Temed, enemigos del heredero! ¡Los próximos serán los sangre sucias!
Era Theodore Nott, quien se situaba en la primera fila y miraba a la gata colgada, con una sonrisa maliciosa.
Atraído por los gritos de Nott, Filch llegó y se volvió loco al ver a su gata. Mientras Filch culpaba a Harry, llegó Dumbledore y se lo llevó, junto a Harry, Ron, Draco y Hermione.
Una vez en el despacho de Lockhart, el más próximo, Dumbledore puso a la gata en el escritorio y comenzó a examinarla, igual que la profesora McGonagall y tras de ellos Snape.
-No está muerta, Argus –dijo Dumbledore al cabo de un rato, deteniendo el sollozo de Filch –solo está petrificada… pero no podría decir como…
-¡Pregúntele!-exclamó el conserje, señalando a Harry.
-Ningún estudiante de segundo curso podría haber hecho esto.
-¡Lo hizo! ¡Ya vio lo que escribió en el muro! Él lo sabe… sabe que soy un squip.
-¡Yo no toque a la señora Norris!-dijo Harry, con voz potente –Y sí, sé que es usted un squip. Pero, no me podría importar menos –concluyó Harry, cruzándose de brazos.
-Si me permite hablar, señor –dijo Snape antes de que Filch hablara otra vez. Harry y Draco casi suspiraron de alivio –Potter y sus amigos simplemente pudieron haber estado en el lugar menos adecuado en el momento menos oportuno. Sin embargo, queda una incógnita, ¿qué hacían en un corredor del segundo piso en vez de la fiesta de Halloween?-los niños sonrieron, Snape les había dado vía libre para salir de ese problema.
-Nick Casi Decapitado nos invitó a su fiesta de muerte –soltó Harry con simpleza.
-Nos fuimos lo más rápido que pudimos cuando llegó Sir Patrick y su grupo… Íbamos a la torre de Gryffindor porque Hermione nos iba a mostrar algo... sobre el club de Sir Patrick –agregó Draco, viendo a su padrino, instándole a rebatir su historia.
Dumbledore miro inquisitivamente a Harry, como si pudiera ver a través de él.
-Es inocente hasta que se demuestre lo contrario, Argus.
El conserje parecía furioso y Snape imperturbable, mirando a Harry y Draco.
Para cuando les dieron permiso a los niños de irse. Los cuatro salieron apurados pero sin llegar a correr. Dos pasillos después, se encerraron en un aula en desuso.
-¿Creen que debí decirles sobre la voz que oí?
-No, incluso en el mundo mágico no es común oír voces –dijo Ron, y algo en su voz le hizo a Harry querer preguntar:
-¿Tú me crees?
-Por supuesto… pero tienes que admitir que parece raro.
-Lo sé, todo el asunto es raro… ¿Qué es lo que decía en el muro?
-"La cámara de los secretos ha sido abierta"-recordó Hermione.
-¿Qué querrá decir?-preguntó Harry
-La cámara de los secretos…-comenzó a hablar Draco –hay una leyenda en Hogwarts que habla de ella. "La cámara de los secretos fue creada por Salazar Slytherin antes de irse de Hogwarts. Nadie sabe el paradero exacto de esta cámara; se dice que solo su heredero podrá abrirla y cuando eso suceda, cosas malas pasaran. El heredero buscará venganza contra los sangre impura y los traidores a la sangre", eso es lo que me dijo mi padre, hace tiempo.
-¿Crees que puedas averiguar algo más con tu padre?-preguntó Hermione, insegura
-No lo sé… Podríamos preguntar a un profesor.
Ninguno dijo nada, pensado.
-Debemos irnos –dijo Draco –Snape irá por nosotros –se señalo a sí mismo y a Harry –para sacarnos la verdad.
-¿¡Qué!?-preguntó Hermione alarmada
-¿Piensan decírsela?-preguntó Ron. Harry intercambio una mirada crítica con Draco y luego asintió.
Salieron del aula y se dirigieron a sus salas comunes, correspondientemente.
…
-Harry Potter y Draco Malfoy, vengan conmigo. Ahora –dicho y hecho, Snape fue a su habitación por ellos – Siéntense –ordenó una vez en su despacho –Espero por ustedes. Y no quiero que me mientas, Draco.
-Jum… Antes de eso, creo que Harry tiene algo que decirte, Sev.
-¿¡Qué!?-preguntó Harry.
-El año pasado, en el banquete de fin de curso.
Harry pareció pensar y luego abrió los ojos con sorpresa.
-¡Pe-pero… yo… Draco…! –al ver que el rubio lo ignoraba, Harry suspiró –Profesor, debo disculparme…-ante esto, Snape alzo una ceja –Durante todo el curso anterior, Hermione, Ron y yo pensábamos que usted era quien quería la piedra filosofal y que fue también usted quien intento tumbarme de la escoba en el partido de Quidditch.
Severus lo miro en silencio. Harry había hablado rápido, pero entendible, y mirándolo a los ojos. Ese chico no era igual a James Potter. La mirada de Severus se suavizó.
-Acepto… tus disculpas –dijo lentamente el profesor. Draco sonrió y miró a Harry quien también sonreía apenas –ahora quiero saber que estaban haciendo en el segundo piso, en vez del comedor
Harry, sintiéndose raramente tranquilo, le contó todo a Snape. La primera vez que oyó la voz y cuando estaban camino al comedor.
-¿Qué crees que sea, Sev?-preguntó Draco, minutos después de que Harry hubo terminado y el silencio perduraba.
- Esto es, sin duda, muy extraño. Pero siendo Potter, no es de extrañar –Harry bufó. Snape lo ignoró –Debo investigar al respeto para luego decir mi hipótesis… y ustedes, deben preocuparse por asistir a clases mañana ¡Vayan a dormir!
Harry se levantó y caminó hasta la puerta. Draco se acerco a Snape y le beso el cachete. Harry rodo los ojos, molesto.
-Buenas noches, padrino
-Buenas noches, profesor.
Los niños se fueron y Severus se quedo solo, pensando en lo contado por Potter… no, Harry.