Muy bien, antes de comenzar, quiero aclarar algunas cosas: tuve que afinarla en todos los entidos y al final salio esta rara fusion de distintas culturas: Arabe, Egipcia, Y creo que Hindu

Se lo dedico a Ari-nee, espero te guste, y austedes tambien

Alcaraciones:

Kuroko no Basket y sus personajes no pertenecen

Disculpen cualquier falta de ortografia.

Sin mas... A LEER!


" Cuando el amor es para el mejor postor, no se puede confiar… y sin confianza NO HAY AMOR"

-Moulin Rouge-

…Calor…

Un calor tan sofocante, imposible de respirar…el olor a azufre inunda tus sentidos y ardía tu vista que le era imposible ver claramente. Sin embargo sigues adelante, por que tu instinto te dice que es lo mejor…

…Arde…

Estas cerca de las llamas, estas te hacen sentir el fuego abrazador, rodeado por un circulo de fuego. Debes encontrar un forma de salir de esto… tu puedes…

—¡…ga…!—

¿Escuchas eso? ¿de donde viene? Tratas de agudizar la vista, pero el humo te lo impide…

—¡…aiga…!—

Ahi esta otra vez, se esta acercando, todo a tu alrededor se esta hundiendo, tienes que actuar rápido.

—¡…Taiga…!—

—…mama… — Aun puedes hablar, sabes de quien es esa voz, responde a ella…

— ¡TAIGA!— Esta frente a ti, tratando de acercarse.

— ¡MAMA!— Gritas deseperado, igual que ella untes acercarte

— ¡No te muevas! quédate ahi— Te indico, lo único que los separaba era una pared de fuego. Tus ojos se llenan de lagrimas.

— Mama…— Sollozaste, tosiste, el humo se colaba por tus pulmones. Sin darte cuenta tu madre había atravesado la pared, impresionado no saliste de tu miedo.— mama… tengo miedo…— Te abrazo fuertemente. Ella también estaba asustada.

— Lo se, mi pequeño, lo se…—Oculto su rostro lleno de hollín, para luego, con sus hermosos ojos cristalinos te miro una sonrisa.— …Todo va estar bien… — Te dio un beso en la frente… el ultimo. Escuchas la madera romperse, tu madre ya no esta. Tu estas afuera de la pared de fuego. No lo puedes procesar, tu mente infantil solo pensaba en tu madre…

— …No olvides que mama te ama…— Eso es lo ultimo que oirás.

— ¡MAMA!—

— ¡Kagami! ¡despierta!—

Con un arrebato de oxigeno, se enderezo alterado, respiraba irregualrmente, estaba empapado de sudor. Otra vez volvió ese sueño. Se froto su cara, relajando cualquier músculo facial, su vista se empaño, y pudo notar un pedazo de tela era sostenido por una mano, mano de la chica que le miraba preocupada.

— Gracias…— Tomo la toalla para quitarse el resto del sudor.

— No es para eso.— Acoto la chica de ojo claros. El contrario le miro con una ceja alzada, y ella señalo su propio ojo.
¿Acaso había…? se toco sus párpados, efectivamente, lloro mientras soñaba.

— ¿Otra vez el sueño? — El pelirrojo no dijo nada, solo asintió.— ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?— La miro por fin para luego negar.

— Ya no te molestes, estaré bien.— Dijo con una sonrisa mas tranquila.

— De acuerdo, creeré en ti.— Se acomodo otra vez en su asiento para mirar de frente. El imito la posición. Volvió a recapitular en su situación.

Habían pasado 10 años desde ese incidente, y las pesadillas le carcomían a mas no poder. Para sobrevivir hizo lo que era considerado el segundo trabajo mas viejo del mundo: la servidumbre. Pero no lo mal interpreten, era eso o morir de hambre, ademas de que en este tipo de trabajo te daban techo y comida cambio de servicio casero o externo, todo vale, entre mas sea mejor. Esa era su política, lleva casi toda su vida de sirviente, sirvió a ricos, nobles y de la mas alta alcurnia. Conoció muchas personas, pero el placer no le duraría, pues ocurría que el por que había pasado de tantos en tantos, se lo deben de estar preguntando, el trueque. Por las razones mas especificas de sus anteriores amos, era para estar en paz entre ellos, intercambiando los siervos, y él era … un caso especial.

Hace solo un día, había sido intercambiado, pero esta vez por dinero, no pudo ver bien al hombre, solo se entero que necesita la mayor cooperación, posible de cualquier sirviente, muy importante a como pudo escuchar. Kagami junto con otros cuatro mas, habían sido escogidos, para este intercambio. Algo le decía que este trayecto le conducía a algo de suma importancia.

A él y los otros los subieron abordo de una embarcación, donde los alojaron en un lo mas profundo del barco en un camarote, suficiente para que ocho personas estuviesen. Estaba ansioso, pues esta vez haría servicio fuera de su lugar de nacimiento, para distraer su mente examino por cuarta vez el cuarto: cóncavo y con unas bancas en los extremos de esta para sentarse, unas cuantas cajas de madera y curadas y hasta ahí.

— ¡Ya es hora!— Escucho unos pasos por encima de de aquel cuelo de madera, se preparo para lo que se esperaba. El leve choque, y el crujir de la madera le hizo una estremecimiento terrible. Cuando alguien abrió la puerta.

— Vamos, es hora de desembarcar.— Anuncio el hombre, entonces todos se levantaron, y en fila avanzaron a la superficie, contemplaron el atardecer. Debió haber sido un viaje de por mínimo 5 horas.

Según el pelirrojo tenia entendido que llegaría a una ciudad egipcia, pero nada de sus especulaciones era lo que esperaba. El esperaba ruinas y antigüedades, un lugar perdido en el tiempo y el avance, pero se trago sus palabras al ver la belleza del lugar. Desde su lugar en lo alto de la cubierta, miro maravillado el paisaje de techos de casa muy bien estructurados para dar un camino directo a lo que parecía ser un gran recinto con una torres hermosa rodeadas de blanco y dorado. Ya tendría tiempo de dar un paseo.

Bajo junto la fila por la tabla hacia el suelo firme, podía aspirar el nuevo y exótico aire del que conocía.

— ¡Hola!— Interrumpieron sus pensamientos un voz amable.— Sena bienvenidos a nuestra bella ciudad, espero hayan disfrutado de su viaje.— Entonces lo vio de frente, era alto y una tez blanca y cabellos castaños, con un sonrisa de adorno.— Por favor sean amables de seguirme.— Le miro extrañado, ¿desde cuando se le daba un trato especial a los sirvientes?

Grande fue su sorpresa al analizar la caminata, que el castaño le estaba guiando nada mas que al recinto, su emoción no le cabía en si. No se dio cuenta de que ya estaban frente a las enormes puertas que resguardaban este lugar, fueron abiertas lentamente, para un vistazo al paraíso.

El brillo lo cego por un instante haciendo sus ojos chicos, no obstante los abrió inmensos al ver frente a sus ojo: un camino de piedra blanca que se dirigía a la puerta principal, al rededor de esta unos pilares tallados en tonalidades, un césped que creía que no volvería a ver, verde y con vida. Las murallas rodeaban este recinto, ¿será eso? ¿trabajaría aquí? se moría por saber.

— Bien hemos llegado.— Paro para voltearlos a ver con su sonrisa.— Antes que nada me llamo Kyoshi Teppei, pueden llamarme como gusten.— Hizo una pausa y prosiguió.— Sean bienvenidos a la cuidad de Teiko, y ahora están su joya principal "el trono de mármol" — Alzo su brazo en dirección a la edificación, los ojos rojizos brillaron con intensidad.— Por favor sigan me y les contaré nuestra historia.— La curiosidad y las ansias pudieron con kagami y lo siguió.

— Este Templo fue construido hace 200 años.— Comenzó a narrar mientras hacia el recorrido por un pasillo del interior hacia un gran salón. Donde los guardias de paseaban por rondas, también los vio por unas torres vigías.— Lo se, es algo nueva, pero les aseguro que sus alabastros tienen mas siglos de los que se imaginan. En fin, fue construido por la familia Nijimura, este recinto es usado por los "cinco" como punto de reunión, ya sea para tratados o como centro de para relajarse.— "En conclusión, una casa de vacaciones" dedujo mentalmente Kagami.

— Disculpe, pero dijo los "cinco" ¿se refiere a esos "cinco"?— Pregunto un voz preocupada

— Asi es, esos "cinco''— Le contesto serio. Todos exhalaron asombrados por no decir preocupados.

— ¿Los cinco?— Esa era la voz de Kagami, que luego todo los ojos dieron con el, asombrados.— ¿Que?—

— ¿No sabes quienes son los cinco?—

— A decir verdad, no.— Negó levemente.

— Los cinco…— Le llamo la atención Kyoshi— Son los líderes de las tierras vecinas que nos rodean, son las familias mas poderosas, son leyendas. Temidos en otros lados, y respetados por otros. Nosotros somos el centro de ellos, por lo tanto estos reinos viven en paz y alianza y nosotros estamos especializados en atenderlos y ser hospitalarios. — Finalizo.

— ¿Y quienes son ellos?— Se refería al los nombres, claro.

— En el reino de Kaijo su actual rey es Kise Ryouta, el reino de Shutoku: Midorima Shintarou, el reino de Touou: Aomine Daiki, Yosen: Murasakibara Atsuchi y por ultimo la corona de estos, el poderoso imperio de Rakuzan, regido por Akashi Seijuro. Este ultimo no se conforma con el titulo rey, por eso se refiere así mismo como emperador. Lo que tienen en común es que nadie se mete con ellos sin pagar la cuota, nadie se les es capaz de hacer frente frente, pues iniciaría la guerra.—

—…— Se quedo meditando toda esa información, ahora se sentía un ignorante. Pero como lo iba a saber si vivía a cinco horas de este lugar.— Entiendo.— Finalmente. El contrario sonrío.

— Te acoplaras rápido, te lo aseguro.— Le guiño el ojo para luego darse vuelta.— Sigamos, que el sol se ocupara en cualquier momento.—

Siguió el recorrido por todo el recinto, era mucho mas grade de lo que veía, conoció la sala de reuniones, esta era tan formal, con un gran mesón blanco con un traga luz que daba directo en la superficie haciendo la que brillara y al rededor de esta las cinco sillas. La sala informal, esta era para relajarse y entretenerse, un sala fiesta al fin y al cabo, ubicada al lado de unos pilares que daba la mejor vista del jardín, y en este se decoraba con mantas, cojines y unas cuantas mesas adornadas con frutas y flores. Las habitaciones todas acomodadas para diferentes gustos y personalizadas para los diferentes regentes, elegantes y apropiadas. La cocina, una inmensa sala, con hornos de barro y almacenes para guardar los condimentos e ingredientes.

Ahora el espacio para el servicio.

Al atravesar una puerta pudo apreciar mas movimiento. En este apartado, era mucho mas grande que los mismos cuartos elegantes, Las paredes tenían pasillos flotantes con barandal de madera de la mas resistente. Estas contaban con escaleras del mismo material, e intercesiones y vueltas de esquina, debían de ser por mínimo cincuenta pisos hacia arriba. El grupo se puso en el centro, y todos los pisos y pasillos con barandal de madera, estas daban un gran espacio para que la luz entrase por un tragaluz mas grande que el del salón formal.

Se quedo maravillado por la armonía y ambiente del lugar, tan ameno y cálido, pudo divisar por los barandales contrarios unos cordeles que se atravesaban paralelamente, debían ser para poner la ropa a secar. Lo adivino pues miro ciertas telas por ahí.

Antes de que perdiera entre la multitud de servicios, miro cada sección y cada piso. La cerámica, esta era hecha por hombres pero mas mujeres. La herrería, donde manejaban adornos de metales, y un poco de oro por ahí. Las encargadas del lavado, mujeres traían telas del lavado semanal y retiraban del secado. Las ruecas y otras maquinas textiles que no logro reconocer. ¿Acaso esa era la sección de danza? pues si, pues vio a un grupo de muchacha en distintas pociones con ropas especiales y la voz de una mujer contando los paso, así fue como conoció a la maestra: Alex Garcia, una extranjera experta en la danza y vino aquí para instruir al grupo de baile, según le explico Kyoshi y esta apareció para darles la bienvenida.

— ¡Vaya! caras nuevas…— Dijo la rubia analizandolos a cada uno— ¡Tu!— Apunto a quien estaba al fondo.

— ¿Yo?— Volteo el pelirrojo confundido para confirmar que era él, sin darse cuenta ya tenia los ojos esmeraldas enfrente de su rostro.

— Que lindos ojos tienes.— Le dijo con una sonrisa radiante. — Tu cabello también. —No supo que responder al halago mas que…

— Gracias…— Agradeció un poco sonrojado, la otra se alejo un poco.

— Ven a visitarme cuando quieras.— Le guiño el ojo y volvió a supervisar la rutina y dar por concluida la clase.

Ok, sentio raro, pues es la primera vez en mucho tiempo que le mencionan de su cabello, de sus ojos esta claro. Tenia en cuenta que su cabello estaba algo largo, a mitad de la espalda y algo disparejo ya que tenia mas mechones en la cabeza que los largos, pero gracias que no eran muchos sus mechones, bien podía arreglarselo con una coleta.

El recuerdo nostalgico de su madre se le vino a la mente, cuando le dijo que su cabello se le veria bonito si dejaba algunos mechones crecer y así lo hizo, no se lo corto desde entonces.

Volviendo a la realidad, el recorrido seguía y conoció mas secciones como la de ambientación, aquí se encontraban los instrumentales para ocasiones especiales. Otras secciones como de caballería y mas … ¿es que ese lugar no tenia fin?. Las personas, cada quien en sus secciones y posiciones para cada tarea, mujeres, hombre y hasta niños. Veia a los pequeños de 3 para arriba correr por ahí mientras sus madres les decían que parasen o furan mas lento. Tambien vio algunos bebes.

— A terminado el recorrido.— Enuncio Teppei parando frente unas escaleras principales de madera.— Ahora los conduciré a sus habitaciones, pero antes: quiero que recuerden que nosotros no somos simples sirvientes o esclavos, somos una familia y la familia esta para apoyarse. Esa es nuestra política y espero se acostumbren a ella.— Terminado su discurso se sintió algo conmovido, pues en su ideología jamas lo había visto desde esa perspectiva.

Era cansado subir tantos pasillos, no fue mucho hasta que le toco el suyo por fin.

— Este es el tuyo. Descansa, mañana empieza el entrenamiento— Diciendo esto lo dejo solo en su habitación.

La analizo, tenia una ventana al exterior, era pequeño sencillo y acogedor. Para él era todo lo que podía pedir, pues solo había dormido en una sala común con muchas camas, durmiendo al lado de sus colegas. Constaba en un catre en unas telas para hacerlo menos incomodo con dos cojines y unas mantas perfectamente dobladas. Y una cubeta grande para el agua y asaearce, aun que ya haya visto los baños comunales para los sirvientes, así que calvez no la ocuparía.

Se ecomodo en la improvisada cama, entre las mantas y observo el cielo nocturno, dejando se arrullar por el sonido del viento que golpeada las paredes.

AL ALBA

Sus ojos se abrieron, no es que haya tenido otra pesadilla, es solo la costumbre. Se estiro la espalda bostezando y miro por la ventana, los colores del amanecer están a un formandose. Cuando fue a ponerse las mismas prendas de ayer, tocan a su puerta.

— ¿Hola?— Al abrirla no miro a nadie, se cercioro mirando ambos lados del pasillo, y antes de que cerrara.

— Aquí…— Una débil voz lo detuvo abriendo de nueva y esta vez mirando hacia abajo. Unos grandes y bellos ojos, con mejillas sonrosadas y un bello lustroso recién peinado. De baja estatura, la niña sostenía lo que parecían telas perfectamente doblados, extendió sus bracitos hacia él.— Ten, es el uniforme.—

Tomo las prendas con cuidado, y antes de que pudiese agradecerle por tan amable hazaña, vio la mata de pelo alejarse rápidamente. Pobre, debe ser tímida.

Una vez cambiando con sus prendas, se preguntaba como es que sabían su medida, pero lo veria en otra ocasión.

— Buenos días— Saludo una voz femenina, prensado toda la atención—Me llamo Aida Riko, y soy supervisora de las labores.— Todos saludaron firmes a la castañas.— Les asignare unas tareas esta semana, una vez tengo los resultados de desempeño les asignare sus áreas.— Dicho esto comenzó con un listado para cada uno, esto ya se lo esperaba, sabia que pondrían este tipo de pruebas, fáciles de superar. Estaba listo para lo que se viniera.

UNA SEMANA DESPUES

Muy bien, admitía que algunas tareas fueron algo arduas y duras, pero las pudo superar. Conocio a todas las personas y equipo, y conoció a los sirvientes destacados, los elegidos: Kasamatsu Yukio, Takao Kazunari, Furihata Kouki, Sakurai Ryou y Himuro Tatsuya, este ultimo les presento a estos chicos, que son los especiales de sus amos pues saben sus gustos y demás. La relaciono entre Kagami y Himuro se hizo mas arraigada, pues si bien se hizo amigo de los sirvientes la suya era casi de hermanos. También su relación con Alex fue tal, que la consideraba una madre, y cabe destacar que se llevaban de tal manera que la mujer era tan atrevida como para dar un beso en la boca.

También desarrollo lazos con las cocineras, pues alababan su manera de cocinar. Las decoradoras, a estas le agradecían por la forma en combinar y retocar algunos colores o habitaciones. Y con los niños ni se diga, siempre estaban al rededor de él, le apoyaban y le ayudaban en ciertas cosas pequeñas. Cuando termina sus tareas, el tiempo libre se lo dedica a los niños, jugando o hablando con ellos, y de paso cuidandolos. Esto se lo agradecen su madres preocupadas.

— Taiga-nii— Una nena de cabello azabache le llama por la espalda.

— Dime Ayum.—Responde tiernamente su "ni-chan".

—Tu cabello es muy bonito.— Exclama tiernamente mientras con sus manos agarra uno de sus mechones.

— Eso me han dicho, y gracias.— Se dio vuelta para tomarla y alzarla en brazos.

—¿Me dejaras algún dia peinartelo?— Pregunta inocentemente desde sus brazos mirando el suelo avergonzada.

— Claro que si, solo si promete no dejarme sin pelo, ¿ok?—Le responde amanera de juego

— ¡No, eso nunca!—Niega repetidas veces haciendo al mayor reír. De pronto su madre le llama y él al deja en el suelo.— ¡Hasta mañana Taiga-ni!—Se despide tiernamente batiendo su mano, pues ya era la hora de ir a la cama.

Lo considero y él también estaba cansado, había sido una semana provechosa, y en verdad necesitaba dormir. Sin mas se fue a su correspondiente cuarto.

Mientras todos dormían, una castaña estaba ansiosa y contando los minutos esperando en el salón comedor. Cuando ve la figura de su compañero llegar.

— ¿Entonces?— Pregunta ella seria.

— Esta confirmado— Le responde aquel que portaba Kufiya.

— Entonces hay estar preparados— Se levanto de su asiento.— Mañana por la tarde vendrán a mas tardar. Los quiero a todos dispuesto al alba.— Ordeno a su colega.

— Si, Riko-san.— Ambos se fueron sus receptivas salidas.

Así es, los cinco vendrán mañana, y se deben preparar… otra vez.


Espero haya sido de su agrado, y por favor dejen su review :)

See you next time!