He aquí una serie de one-shots no entrelazados (¿o sí?) XD

RESUMEN GENERAL: Veremos algunos momentos (sacados del manga/anime o no), que irán tejiendo una relación algo más cercana entre esta parejita que me encanta (aún no supero que no hayan quedado juntos T.T). Espero les guste.

Ele aquí: "Pasos"

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DISCLAIMER: OURAN HIGH SCHOOL NO ES DE MI PROPIEDAD, PERTENECE A BISCO HATORI

LA UTILIZACIÓN DE LOS PERSONAJES EN ESTE INTENTO DE HISTORIA COHERENTE NO TIENE FINES DE LUCRO

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A: ACCIDENTE

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"No hay tal cosa como el azar, y lo que nos parece el más mínimo accidente brota de la fuente más profunda del destino."

Friedrich Von Schiller

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RESUMEN: De cómo Kyoya Ootori conoce el interesante punto de vista de su compañera host "Haruhi Fujioka", acerca de su persona.

RANKING: K

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Kyoya Ootori era perfecto. Su elegante postura, su alta y estilizada figura; la parsimonia en sus movimientos, la perfección de su mirada, oculta tras el cristal radiante de sus gafas. Su carácter frío, cool; su apariencia de príncipe de hielo. Tan perfecto, tan distante. Cualquiera podría derretirse ante su encanto. Cualquiera desearía ser la afortunada que lograse iluminar su mirada.

Kyoya Ootori era la perfección hecha hombre. Todas amaban esas maravillosas e inusuales cualidades, y deseaban ser aquella afortunada que ganara su corazón, que "descongelara" esa fría postura de chico frío e imperturbable.

"¿¡Qué!?"- se escucharon dos voces juveniles en medio de la sala 3 de música. –"¿Están hablando del mismo Kyoya que todos nosotros conocemos bien?"- continuó diciendo el coro.

—"¿Cómo es que pude perder frente a un demonio de sangre fría como él?"- apoyó dramáticamente el King del Host Club -"¿Es que mi hermosura no ha sido suficiente para convencer a mis princesas de mi adorable y masculina perfección?" - continuaba lloriqueando.

—"¡Shhh! no querrán que mamá los escuche, o ¿sí?"- corrigió el menor de los Hitachiin, bastante consciente de la mirada sobre ellos…

Los susodichos voltearon a mirar donde mamá se encontraba, quien les dirigió una sonrisa encantadora, como esas que acostumbraba a dar a las clientas, pero el brillo de sus gafas no los engañaba: lo había escuchado todo. Seguramente después vería una forma bastante… práctica de cobrárselas.

Y es que nadie podía culpar a los gemelos Hitachiin, ni a Tamaki por la reacción que tuvieron.

Jamás, nadie en el host club, ni en un millón de años, hubiera imaginado tal resultado cuando decidieron comenzar con aquel proyecto…

ALGUNOS DÍAS ATRÁS…

Los miembros del host club se encontraban en la tercera sala de música, esperando a iniciar con las actividades del día. Y discutiendo algo, que –en la opinión del Presidente del club- era de suma importancia…

"¡Hey chicos! Se acerca la fiesta de primavera en nuestra escuela, y para preparar todo para ese día, ¡se me ha ocurrido algo genial!" -ese fue Tamaki llamando la atención de los host, después de despedir a las clientas aquella tarde en particular… —"¡deberíamos preparar una obra de teatro que muestre nuestras sublimes figuras!, yo por supuesto, sería el personaje principal y ¡nuestra Haruhi sería la princesa custodiada por unas fieras bestias que serían derrotadas por mí, el encantador príncipe del Host Club!"

"¡No es justo! ¡Tono siempre es el personaje principal…

y nosotros nos vemos relegados a los acompañantes!"- ese fue Hikaru completando la frase de su hermano menor, Kaoru.

¡Ustedes, gemelos demoníacos, serían las bestias infernales que quieren apoderarse de mi dulce Haruhi!

—"¡Tono no es más que un pervertido que quiere ver a Haruhi vestida de chica!"-dijeron a coro, con la clara intención de molestar a su sempai –"…¡y nosotros no queremos participar!"

Y a continuación…. Tamaki, blanco como una pared, reducido a cenizas…

"¿Qué tal si dejamos que las clientas escojan a quien ellas deseen que sea el personaje principal durante ese día?"- Honey-sempai había sugerido con la usual tranquilidad que lo caracterizaba.

"¡No es justo!"- ahora era Tamaki el que no estaba de acuerdo con la idea. –"Privar a las doncellas de esta institución de mi inusual belleza, y mi gallarda presencia solo porque ustedes así lo desean, gemelos demoníacos, sería una grave falta a los principios de nuestro club"- y miró con desaprobación a los susodichos.

"¿Y esos principios serían según tú…?"- dijeron a coro los gemelos.

"Ni siquiera sabía que este club tenía principios"- Haruhi murmuró para sí.

"Es una buena idea. Y podríamos ofrecer algo a cambio de ello"- Kyoya Ootori, el "Rey entre las sombras" había dado su aprobación.

"Me da igual" – esa fue Haruhi con la profunda expresión de hastío que le caracterizaba.

"Estamos de acuerdo con Kyoya-sempai"- los gemelos a coro.

"Será divertido. ¿Ne, Takashi?- Honey-kun, dirigiéndose a su gran guardaespaldas.

"Ah"- Mori dio su aprobación.

– "¡Mamá! ¡No es justo que me desacredites delante de nuestros hijos!"-refunfuñaba el rey del Host Club.

Y Kyoya como de costumbre… lo ignoró.

Y así, todos los miembros del Host Club lograron –no sin algunos sustos y algunos ¡basta Tamaki! Por parte de Kyoya- quedar de acuerdo en llevar a cabo el proyecto. Tamaki se encontraba sentado en un rincón murmurando acerca de un "demonio de sangre fría y en el por qué sus -hasta hace unos minutos- leales súbditos obedecían a otro que no fuera él, el rey del host club.

Como sea, entre gritos emocionados de las clientas fue recibida la propuesta. Algunas dudaron al principio en participar –no deseaban molestar en absoluto la sensibilidad de su rey-, pero después de escuchar de boca de él mismo –quien había cambiado de opinión luego de haber escuchado a Haruhi decir que "sería bueno cambiar de aires para variar"-, que no se sentiría ofendido, sino todo lo contrario, sería divertido el animar una actividad entre hosts y clientas… para variar.

Además, les pareció atractivo el premio: un álbum de fotografías personalizado para aquella chica que resultara favorecida después de escoger –de entre todas las participantes- a la ganadora, en un sorteo frente a toda la academia, el día del susodicho festival. Además de la probabilidad de salir en una cita con el host ganador.

Y ahora se encontraban allí, develando los resultados de la actividad; y fue grande la sorpresa al ver que nada más y nada menos que Kyoya Ootori, el rey entre las sombras, era el personaje que querrían ver las clientas en el papel principal -y no –entre "las sombras"- por una vez en la vida, y los argumentos que habían logrado recolectar para ello eran, de acuerdo a la opinión de Tamaki y los gemelos, nada más y nada menos que inverosímiles…

Todos los hosts veían a Kyoya Ootori como un chico serio, frío, cool. Parte de su personaje como host. Sin embargo, cada uno de los miembros del club había experimentado en carne propia la agradable personalidad de quien los dirigía desde las sombras. Sabían que podía llegar a actuar muy convincentemente cuando había dinero de por medio, pero eso no quitaba que cuando nadie más lo veía –cof cof estudiantes femeninas de la Academia cof cof- podía llegar a ser un verdadero demonio de sangre fría… un verdadero demonio de presión arterial baja… especialmente cuando alguien osaba despertarlo en la madrugada, que en el diccionario traductor Kyoya-español español-Kyoya eso era… cualquier hora antes de las 12 del día…

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Kyoya Ootori no es alguien perfecto. Tal vez sí es bastante alto, sus movimientos son parsimoniosos. Y nadie duda de su fría mirada. ¿Encantos? Tal vez alguno, muy, muy en lo profundo de su ser… ¿por qué no? Bajo todo ese hielo… Pero ¿un príncipe?... mas bien el "Rey entre las sombras"…

—"Eres muy bueno analizando a la gente, Haruhi-kun"

La susodicha "Karuhi-kun" no se dio cuenta de que estaba pensando en voz alta hasta que escuchó a sus clientas comentar su muy profundo análisis acerca de la personalidad del vicepresidente del Host Club. Ella, por supuesto, no deseaba hacerlo, pero debido a que algunas chicas le habían atrapado en su camino al club, solicitándole muy amablemente su punto de vista acerca de la actividad –y ello incluía una opinión del ganador de la misma por supuesto-, y retrasándola por ello a cumplir con sus obligaciones en ese lugar… hizo lo que cualquiera con la personalidad de Haruhi haría: una concienzuda reflexión acerca de su sempai, buscando salir lo más pronto posible del asunto.

— "Es verdad, después de todo, es la única persona capaz de diferenciar a Kaoru-kun y Hikaru-kun ¿ne?"

– "Bueno, yo no diría que hubiera sido un buen análisis, pero así es como yo lo veo"

—"Interesante punto de vista, Haruhi-kun, pero dado el hecho de que el que estés aquí perdiendo el tiempo en lugar de atender a las clientas que esperan por ti no ayuda al Host Club al cual voluntariamente decidiste unirte, preferiría que guardaras tus opiniones acerca de mí para más tarde."

Y Haruhi se congeló al instante en que escuchó a Kyoya Ootori, el "Rey entre las sombras" materializarse justo a su lado, en la puerta de la Tercera Sala de Música… y con una expresión que decía que lo había escuchado todo…

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Kyoya Ootori no creía ser ni de lejos el galán perfecto. No tenía la dulzura de Honey-sempai, ni la atrayente taciturnidad de Mori-sempai. Mucho menos parecía un príncipe de ojos azules salido de un cuento de Hadas como Tamaki, su idiota mejor amigo. Sabía –y que conste que era poseedor de una mente extraordinariamente dotada- que era lo suficientemente inteligente como para llevar al extravagante host club sin caer en desgracia... y otras cuantas cosillas más… Sabía actuar bien asimismo… las clientas lo escogían con cierta regularidad y él las "enamoraba" de esa manera tan característica que lo identificaba como host "cool". Se controlaba perfectamente, como todo buen Ootori, y controlaba a los demás; obteniendo ganancias de todo aquello que le rodeaba –llámese "todo" al Host Club-. O al menos eso creía… porque cuando un ente de dudoso género apareció aquel día en la tercera sala de música, jamás imaginó que ella sería la encargada de dar vuelta su mundo… mejor dicho, el mundo de todos quienes formaban parte del Host Club de la Academia Ouran…

Ella era alguien interesante desde su punto de vista –y muy pocas cosas merecían la atención de Kyoya Ootori- Una chica becada, una plebeya, a la que no le importaba en lo más mínimo comportarse como toda una niña o un niño… lo único que le importaba era sentirse cómoda al vestir…

Él no la entendía. Claro que jamás admitiría eso a ninguna persona viviente sobre la faz de la tierra. Bueno, quizás sí a alguien: al rubio idiota de su mejor amigo. Quizá.

Parecía no tener ninguna debilidad aparte de lo obvio por los alimentos… Natural, alguien que no temía pensar lo que decía –aun cuando eso significara decirle de frente a alguien que era una vergüenza para la raza humana- y seguir pareciendo un ángel en el proceso.

Perceptiva e ingenua al mismo tiempo, puesto que no se había dado cuenta del extraordinario efecto que tenía sobre los demás, ni de los sentimientos que el rubio idiota de Tamaki tenía para con ella…

– "Y no solo él"- se dijo a sí mismo cuando observó a los miembros del host club tratando de observar disimuladamente a Haruhi, quien se encontraba en ese momento colocando té en las tazas de sus clientas.

Pero lo que la hacía tan increíblemente única era la manera en que podía ver en los demás más de lo que reflejaban al mundo.

No se le ocurría ninguna otra palabra para describirla.

Ella era… peculiar.

–"¿Encantos? Tal vez alguno, muy, muy en lo profundo de su ser… ¿por qué no?..."

Y ella se sintió observada, y sus grandes ojos castaños lo observaron de regreso… Ella sonrió con esa sonrisa boba, abstraída de la realidad que la rodeaba, y continuó con lo que hacía.

Y esa peculiaridad, esa rareza justamente era la que hacía que sintiera ganas de observarla y estudiarla.

Sí.

Definitivamente Haruhi Fujioka era un personaje bastante interesante…

Le agradaba.

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¿Merece reviews?