Hola a todos!

Este fic es más que nada un homenaje a mi personaje femenina favorita... Bulma.

Deberan saber que esto no va con la historia de GT, osea que Goku no fué con Shenlong y las esferas siguen existiendo.

Este fic contará con varios puntos de vistas de diversos personajes (Principalmente nuestro amado principe Saiya) sobre Bulma... Pondré mi opinión sobre porque fué tan importante en la historia de Dragon Ball.

Espero que les guste.

Mujer...

La vida de Bulma había cambiado drásticamente el día que le diagnosticaron cáncer pulmonar, y eso había ocurrido exactamente hace dos años... Cada día que pasaba empeoraba más , pero trataba de seguir ocultándolo... Después de todo ella se lo había buscado agarrando el tan mal hábito de fumar, y ahora a consecuencia de eso iba a perder todo lo que con tanto esmero había formado y lo que más amaba en la vida: Su familia.

No quería que lo poco que le quedara de vida sus seres queridos la miraran con lástima, tampoco quería someterse a esos espantosos tratamientos que dejaba a la gente calva y que al final sería inútil.. Definitivamente no.

Lo poco o mucho que le quedaba de vida lo disfrutaría al máximo... Y así lo hizo.

Sabía que las cosas estaban graves, pero no acudiría al medico. No señor.

Se miró al espejo y lucía espantosa, sonrió nostálgica recordando años atrás cuando se sentía la más bella de todo el universo, ahora estaba lejos de serlo.

Una lágrima traicionera rodó por sus pálidas mejillas y se las secó rápidamente. No lloraría. No esa noche.

Esa noche ella debía lucir espléndida.. para él, su amado y terco saiyan y para sus dos preciosos hijos.. Se maquilló tratando inútilmente de ocultar la palidez de su rostro.

Se puso un bello vestido blanco y cuando iba a salir de su recámara Vegeta entró con sus tan característicos boxers de entrenamiento y una toalla en el cuello.

- ¿Vegeta aún no te has bañado?- preguntó incrédula la mujer mirando con reproche a su marido. Él solo la miró sin responder por varios segundos. Estaba apunto de responderle con su tan caracteristico tono irónico para así empezar una batalla verbal con su mujer, pero se detuvo. Había algo diferente en ella, algo que a el le asustaba pero no entendía que.

- Ahora lo hago- dijo pasando cerca de ella y metiéndose al baño. Bulma se sorprendió.

Cuando Vegeta salió del baño Bulma todavía se encontraba en la habitación, sentada en la cama mirando el álbum de fotos familiares, sonreía nostalgica mientras posaba sus dedos en las fotos que más le gustaban.

- Pensé que ya estarías abajo- dijo Vegeta mientras se colocaba una camisa blanca y empezaba a abotonarlo.

-Te estoy esperando- comentó Bulma sin apartar la vista de las fotos.

-Uhmm- bufó Vegeta mientras se colocaba el pantalón- Mujer- la llamó

-¿Si?- dijo ella mientras seguia sin quitarle la vista a las fotos, era como si ella quisiera meterse en ellas y vivir nuevamente todo lo que se encontraba grabado en esas imagenes.

-Mirame- ordenó

Bulma alzó la vista encontrándose con esos ojos tan hermosos, esos ojos oscuros que desde el principio la había atraído tanto. Sin proponerse lo sonrió, cosa que a Vegeta sorprendió.

- Últimamente te he notado demasiado rara, y muy pálida- comentó Vegeta- ¿Estas enferma?- Preguntó. Él sabía lo débil que era su mujer, y lo rápido que se contagiaba de las enfermedades tales como el tal resfriado y cosas así, que normalmente duraban una semana entera, pero Vegeta sabía que aquella vez era diferente. El ki de su mujer (A pesar de ser débil de por si) Bajaba cada día más... Ella iba debilitandose cada día más y estaba preocuado.

Bulma volvió a sonreir. Se acerco a su esposo y poso un suave beso sobre los de él. Él no se opuso.

- Yo estoy perfectamente bien- dijo- ahora bajemos ya que Trunks y Bra nos estan esperando- replicó para luego salir de la recamara. Vegeta se quedó pensando unos segundos pero luego salió tras ella.

La noche transcurrió sin más, a pesar de que ninguno de los Briefs entendía el motivo de la cena especial, no se opusieron y aunque en silencio cenaron cómodamente.

-Mamá- habló Trunks de repente- últimamente haz estado muy débil.

Vegeta alzó la mirada en cuanto su primogénito había nombrado aquello. Él tambien lo había notado.

-Sii, mamá últimamente estas muy pálida sin contar que estas flaquisima- comento Bra con voz preocupada.

-No es nada- Bramó Bulma incómoda. Vegeta gruñó- Aunque me alegra que mis amores se preocupen por su madre- dijo cambiando su tono incómodo por uno alegre y jovial. Bra y Trunks se sonrojaron.

- Obvio que nos preocupamos por tí- dijo Trunks- es lo mínimo que podemos hacer, tú nos haz dado todo sin esperar nada a cambio. Y no solo por nosotros tus hijos, si no por todos tus amigos. Eres una mujer maravillosa.-Al terminar Trunks estaba rojo como tomate y Bra asentía con la cabeza apoyando a su hermano. Vegeta estaba de acuerdo pero ni drogado lo iba a admitir. Su mujer era la mejor.

Bulma sitió los ojos vidriosos y una lágrima rodo por sus mejillas. Nunca se lo habían dicho y era bueno oirlo de las personas que más amaba.

Vegeta posó su mirada en ella, en su pequeña lágrima.

-¡Como te atrevés a hacer llorar a tu madre mocoso!- gruñó Vegeta, y Trunks se asustó.

Bra empezó a reír y Trunks al verla reír tambien rió.

Sabían que esa era la manera que tenía su padre para hacer saber a todos que amaba a su madre.

Bulma lo sabía también, más que nadie miró a su esposo que la miraba tambien y le dedicó una sonrisa llena de amor y agradecimiento. Vegeta la miraba preocupado, sentía un nudo en la garganta que no sabía descifrar, pero de todas formas le devolvió la sonrisa a su esposa.

Bulma, amó ese preciso momento. Sus hijos partiendose de la risa mientras que ella y Vegeta se miraban con amor. Ajenos a todo el mundo.

Minutos más tarde Bulma y Vegeta estaban en la habitación. Vegeta estaba recostado en el respaldo de la cama mientras que Bulma se ponía su piyama.

-Mujer, ¿Cuando piensas decirme lo que te pasa?-

Bulma se volteó y lo miró. Ella sentía el cuerpo tan cansado y débil... Aguantaba todo dolor por las pastillas que ella misma había creado, pero eso no sacaba el inmenso cansancio que la agobiaba.

Se acercó a su esposo y lo besó suavemente.

-No necesitas saber nada. Solo que te amo como una condenada- dijo sonriendo. Vegeta volvió a gruñir. Pero cuando su esposa volvió a besarlo con más demandante pasión, él lo olvidó todo. Ya habría tiempo para insistir en saber. Esa noche él solo se dedicaría a amarla, en silencio... Porque entre ellos dos nunca fueron necesarias las palabras mientras que sus cuerpos hablaran el mismo idioma.

Bulma ese día fué inmensamente feliz... Tan feliz que ya se sentía lista para partir.

Hasta aquí el primer cap, que es más bien una intro de la historia.