Vuelo al corazón.

Descargo: Ni Glee ni sus personajes me pertenecen, cualquier coincidencia con la realidad es casualidad. Esta es una historia ficticia.

Capitulo 18


Bengala

Hola también para ti Santana, tanto tiempo— dijo una guapa y alta morena con un delineado perfecto en los ojos.

Gracias Tina, yo me encargo ahora— dijo Santana alejándose y tomando del brazo a la nueva Chef.

Puedes decirme que diablos haces aquí Danielle— dijo reprendiéndola

¿Qué crees tú? — dijo exasperada. —Vine por el puesto de Chef en este maravilloso Hotel, la misma dueña me contacto, deje mi trabajo en Paris por venirme aquí, me ofrecieron un sueldo envidiable. No tenía idea que trabajabas acá.

No lo puedo creer, debo hablar con Shelby. — dijo mas para ella que para su poco deseable acompañante. Santana comenzó a caminar anonadada pero Danielle la intercepto.

¿Bueno cual es el problema que trabaje aquí Santana? Sé que eres la mejor amiga de Quinn pero eso es pasado, yo le envié una cart…— pero Santana no aguanto más e hizo lo que reprimió desde el día en que Danielle planto a Quinn.

Un manotazo seria decir poco, la mano empuñada de Santana fue directa al ojo izquierdo de Danielle, desestabilizándola y lanzándola sobre una pared. Los huéspedes que pasaban por ahí y algunos trabajadores se detuvieron a mirar pero a Santana no le importó.

¿ Qué diablos Santana Lopez? Te has vuelto loca— gritaba enfurecida con su acento americano francés, mientras se sobaba el ojo apoyada sobre una pared, su cartera y todas sus pertenencias habían caído estrepitosamente al suelo.

Santana se acercó decidida y sin titubeos le habló cerca de su cara.

Esto debería haberlo hecho el mismo día que le destrozaste el corazón a Quinn. No puedo creer lo cobarde que fuiste. — dijo dándole un empujón con el dedo. — ¿Una carta Danielle?¿ Una carta? Es lo más bajo que he escuchado, lo más cobarde.

Yo traté de buscarla, yo quise pedir perdón… pero desapareció y no pude..

Cállate, cállate en serio. Esto no me lo debes decir a mi. Y dudo que la persona que merece estas palabras quiera y pueda escucharte.

¿De qué hablas? — preguntó Danielle sin entender nada. — ¿Acaso Quinn no está en Miami?

Veo que enserio no sabes nada, eres la misma egocéntrica de siempre Lebrant. Quinn trabajaba aquí, conmigo como piloto— le dijo enojada.

¡Oh Dios! Quinn esta acá, Dios mío… llévame a verla, necesito hablar con ella, explicarle tantas cosas. Por favor Santana, se que la cague pero…

¿Acaso no viste que está la guardia costera afuera, el gope y diversos equipos de búsqueda?

Si vi, también hay prensa afuera..¿Pero que tiene que ver eso? — preguntó desencajada la morena.

Danielle, la avioneta de Quinn desapareció en el mar. No han encontrado nada… lleva un mes desaparecida.


En algún lugar del atlántico.

Las cosas se habían tornado mas intensas los últimos días, si bien se divertían y ya tenían una rutina en la isla, Quinn se dedicaba a pescar o recolectar algunos frutos, mientras la morena se preocupaba del fuego y recolectar leña. Ambas hacían deporte durante la mañana, para mantenerse en forma y además se dedicaban a recorrer la isla.

Por séptimo día consecutivo, la morena ya había acabado con sus tareas por lo que se aplicó bronceador y se puso a tomar sol. Quinn que venía llegando del manantial, se le quedo mirando nuevamente con cara hambrienta y para variar ya excitada. Ese era su castigo, porque si, la morena cumplió su palabra y no la buscó mas, claro que se daban besos, cariños y muchos mimos, pero cuando Quinn quería pasar a la siguiente etapa, Rachel de la nada detenía los besos o se daba vuelta. La rubia solo suspiraba, sonreía y la abrazaba, sabía que era su castigo, pero ya no aguantaba más.

En ese momento, dejo el agua y se dedicó a contemplarla, la morena no se había percatado de su presencia ahí.

Rachel se aplicaba aceite de coco en la piel, de manera metódica y lenta. Aplicando una generosa cantidad de aceite por sus piernas, abdomen, brazos y busto. Basta! — pensó Quinn, basta de este juego entre el gato y el ratón.

¿Te aplico aceite en la espalda Berry? — preguntó con la voz más profunda que de costumbre.

Oh Quinn, no te había visto, no es necesario. No te preocupes— le respondió la morena haciéndose la difícil. Se puso sus lentes de sol y se acomodo nuevamente.

De eso nada, anda date la vuelta— dijo la rubia acercándose.

Rachel la miró, era preciosa, sexy y completamente atractiva. Ese tono mandón que a veces le salía, le producía cosas en más lugares de los permitidos.

Anda, mira que no muerdo— dijo la rubia sonriéndole. Sonrisa que era capaz de dividir aquellas aguas en un, dos por tres. Quinn sin previo aviso se sacó la camiseta sudada, quedando solo en bikini y unos shorts de mezclilla.

Vamos, voltéate. — le mandó Quinn. La morena no tuvo más que obedecer y se volteó.

Quinn se subió sobre su espalda, pasando una pierna a cada lado. Y Rachel creyó morir.

Tendré que desabrocharte la parte de arriba sino quedaras con eso marcado— le dijo la rubia.

Claro... — susurró la morena

Quinn delicadamente le corrió el cabello de la nuca y pasó sus manos por su morena espalda. Se acomodó mejor en el culo de la morena, se aplicó aceite en las manos y comenzó a esparcirlo.

Rachel tenía una espalda preciosa, con los lunares justos en ella. Tenía la cantidad de vello exacto que le formaba una fina capa de terciopelo. El espectáculo era un deleite para los ojos de Quinn, quien comenzó a masajear lentamente sus omoplatos, bajando poco a poco por espalda hasta llegar a la línea imaginaria que separaba la lujuria de la razón. Solo se dedicaba a llegar hasta ahí, para después subir nuevamente y contornear sus costillas con bronceador.

El bronceador hacía minutos que se había absorbido completamente, pero a ninguna de las dos parecía importarles. Rachel comenzó a gemir muy despacio por la intensidad de los masajes y la rubia sin proponérselo comenzó a mecerse sobre su espalda inferior. Ninguna de las dos hablaba, solo continuaban el movimiento rítmico en una nube llena de placer, junto al sonido de las olas romper.

En un momento de osadía, Quinn se agachó sobre ella rozándole sus pechos por su espalda, presionándolos con la intensidad justa para que sus pezones duros hicieran su aparición, Rachel lo noto, comenzó a besarla poco a poco, subió y bajo por su espalda llenándola de suaves y húmedos besos en donde también le dio protagonismo a su lengua, imitaba un torbellino y sintió a Rachel moverse más intensamente, buscando mas contacto y gemir. Ella quería lo mismo.

En un abrir y cerrar de ojos, la rubia la dio vuelta quedando frente a frente, se acercaron ambas y se devoraron la boca, sin respirar, se olvidaron del oxigeno disponible y solo es escuchaban suspiros y jadeos.

Hazme el amor Quinn, olvida tus miedos— le dijo la morena entre medio de un beso mojado, mientras la rubia estaba adueñándose de su cuerpo y la apretaba de la cintura.

Ya no tengo miedo Rach… ya no. — le respondió dentro de su boca.

Los fantasmas se habían ido, no había un Derek, no había una Danielle, no había un hotel ni nada mas en que pensar. Solo pensaban la una en la otra y la manera de fundirse completamente, estar dentro de la otra y fusionarse.

La rubia se fundió sobre ella y no fue mas que hacer eso para sentir como el calor quemaba entre las dos, la tomo entre sus brazos y la adoro, adoro su cuerpo como si fuese el primer cuerpo humano que hubiese visto en su vida, atrás quedaban las cientos de mujeres que habían pasado por sus brazos, Rachel era como una Diosa, hermosa, perfecta y brillaba esperándola a ella, después de mirarla con deseo y acariciarla constantemente, comenzó a basarla sin tregua mientras la morena la tomaba por el cuello y la acercaba más hacia su boca para profundizar con sus lenguas. Rachel estaba desesperada, necesitaba tener aun mas contacto, podía sentir lo mojada que estaba Quinn. Ella estaba totalmente humedad, desde el momento en el que le ofreció ponerle bronceador.

En un repentino movimiento, la morena tomo las riendas de la situación y se subió sobre Quinn

¿Wow qué… que haces Rach…?— preguntó jadeando, pero no alcanzó a esperar una respuesta por que la morena terminó de sacarle el Short y el bikini. Mientras que Quinn solo le sacó la parte de abajo del bikini. Ambas parecían dos sirenas en la orilla de la playa, brillantes por el aceite bronceante y mojadas por el resto de las olas que les llegaba en algunos momentos hasta la orilla.

Rachel se acercó sobre ella y se dedicó a pasar su lengua por su abdomen hasta llegar a sus pechos, ese añorado abdomen que más de una vez había mirado y había querido morderlo. Deslizo su lengua entre sus pechos, dedicándose completamente a cubrir con su boca uno de ellos, mientras apretaba delicadamente el pezón de otro. No sabía como, pero sabía hacer la presión exacta para que la rubia gimiera exquisitamente. Mientras tanto Quinn se volvia loca, jadeaba y suspiraba metiendo sus manos en el cabello de la morena — Dios de donde aprendió eso. pensó. Rachel se dedico de igual forma a su otro pecho, pasando lentamente su mojada lengua por el mientras que con su otra mano se dedicaba a endurecer el otro pezón. Se dedicó a subir hasta el cuello y lóbulo de la oreja de Quinn, mordiéndolo y pasando su lengua.

¿No te irás arrepentir no Fabray? — le susurró Rachel mientras se comía el lóbulo de su oreja

Dios, no…Ven aquí. — respondió la rubia, subiéndose ella ahora sobre Rachel y agarrando con fuerza su moldeado culo. Lo había soñado tantas veces.

Se dedicó a contornear, moldear y re lamer los pechos de Rachel, mientras la morena a su vez le apretaba el dorso y movía sus manos rápidamente por su espalda apretándola más a sí misma Rachel gemía con intensidad, mientras la rubia no paraba de jadear. Sus intimidades se necesitaban, palpitaban en la misma sintonía. Ambas habían podido sentir la humedad de la otra, aun sin llegar hasta ese lugar.

Quinn se dedicó a recorrer con su lengua los pezones de la morena, tomándose todo el tiempo del mundo, los contorneo y apretó tierno y fuerte a la vez.

Dios, vas a matarme Quinn…— gimió la morena tirándole el cabello

La rubia se dedicó a recorrerle a besos el abdomen hasta llegar a sus muslos y comenzar a besarlos. La rubia se tomaba su tiempo e iba dejando pequeños y húmedos besos entre sus muslos.

Quinn… no iras…—

Shhh… déjate llevar Rachel, déjame adorarte.

Llévame a donde quieras, pero contigo… respondió entre suspiros.

Quinn se dedico a besar sus muslos lentamente, hasta que suavemente introdujo su lengua en su intimidad, comenzó a succionar una y otra vez mientras sentía el sabor y el olor de ella embriagándola. Sentía su clítoris hinchado y deseoso por más de lo mismo. Por lo que se dedico exclusivamente a comérselo como su fuese un cono de helado.

Oh haz que me venga. — gimió apenas en un susurro la morena apretándola contra ella y a la vez apretándole el culo hace ella. —Oh dios, me vas a matar ohhh ohhhh — gimió.

Rachel todo lo que pudo ver fue la mezcla de colores en el cielo, ya se ponía el atardecer y lo único que pudo vislumbrar eran los tonos anaranjados rojizos, mezclados con los flashes de luz del producto del orgasmo que acaba de tener. —Dios, ni con Derek ni con nadie jamás se había ido de esa forma. Pensó la morena mientras jadeaba. — Oh Dios mío, esto si es paraíso y cielo juntos.

Quinn llegó hasta ella delicadamente y le dio un suave y delicado beso en sus labios.

Sabes a mí— susurró la morena.

Sabes delicioso— le respondió la rubia mientras se dedicaba a darle mimos y besos cortos por todo el cuello, la cara y los labios. — ¿Te sientes bien?

Te amo— le soltó sin aviso Rachel.

Quinn detuvo los besos y la miró. — Yo también te amo Rae.

La morena sonrío y se subió nuevamente donde la rubia que ya la estaba esperando sonriente.

¿No pensaras que te libraras de esto no? — le dijo mientras comenzaba a besarla desesperadamente, mordiéndole el labio inferior. Siguió por el cuello, dejándole una hilera de besos húmedos en el cuello, junto a su respiración profunda. Amaba los besos en el cuello.

No te haces una idea de cuánto me gustas Quinn y ahora te tengo completamente para mí. — le susurraba la morena al oído.

Quinn solo tragaba saliva y se dejaba hacer, estaba totalmente humedad, lista para Rachel, lo estaba hace tiempo, todo dependía de la tortura de preámbulo que quisiera darle la morena.

La morena se dedico a besar su abdomen y comerse sus pechos nuevamente, con total suavidad y lentitud.

Dios, no me hagas esperar más.

Rachel rio y bajó llenándola de besos hasta sus caderas, paso por sus muslos, pudo sentir el calor en la intimidad de la rubia, introdujo su lengua sin previo aviso, mientras la tenia agarrada por el culo, le succionó primero suave para después aumentar el ritmo, justo cuando la rubia pensaba que se vendría, la morena introdujo ambos dedos dentro de ella embistiendo enérgicamente, mientras seguía succionando con su lengua.

Dios Rach… no pares— gimió la rubia, tirando de la cabellera de Rachel. La rubia sentía como la morena le mordía su clítoris y a la vez le pasaba su lengua con devoción, se sentía que subía y bajaba en una montaña rusa, completamente excitada y eufórica.

Quinn comenzó a correrse, con gritos ensordecedores mientras la morena no dejaba de succionarle y frotarle. En ese mismo momento les llego una oleada refrescante en la orilla del mar. Era agradable, la mejor sensación, sus cuerpos se mezclaban el contraste de sus colores, el agua de mar y el tono del sol, provocaba que sus cuerpos brillaran el uno sobre el otro. Sexy.

Dios… eso fue…

Maravilloso. — completo la morena besando despacio y acariciando su rostro. Los ojos de la rubia se veían aun mas verdes que lo normal.

Se quedaron en silencio, escuchando el corazón de la otra. Comenzó hacer frió, por lo que se acercaron al lugar de la fogata, se arroparon y se acostaron a tomar calor. Se mantuvieron muchos minutos contemplándose y sonriéndose mientras se miraban, era adoración, adoración de la una por la otra.

Rach...

¿Si? — pasaron unos segundos.

¿Crees que nos encuentren?

No lo sé Quinn, quiero creer que si. — suspiró.

Llevamos un mes aquí ya… es mucho tiempo— dijo la rubia.

Bueno, hay personas que han sido encontradas después de meses. — dijo la rubia. — Al menos estamos juntas. — le respondió dándole un beso en la frente.

Sí, no se que hubiese pasado si no fuese por ti amor mío. — le dijo la morena, sin darse cuenta de cómo la había llamado.

¿Cómo me llamaste? — la miro Quinn inspeccionándola como si tuviese tres cabezas.

Rachel se puso roja de vergüenza. —¿Esta.. Esta.. Mal?

Claro que no está mal, Dios Rach…Te Amo, lo se desde hace tiempo pero he sido una imbécil superando los miedos. Esto es real, esto es de verdad. — la abrazó Quinn

¿Y qué pasará cuando volvamos a la isla? — preguntó la morena.

Quinn soltó el abrazo y la miró profundamente. — Eso debes respondérmelo tú.

¿Yo porque?

Tu dime Rach…¿ que pasara con tu compromiso con Derek?

Eso esta mas que claro Quinn. Lo de Derek hace años que es una ilusión, una falsedad, una mentira. No lo amo. Con él en estos años no he sentido ni un decimo de lo que he sentido contigo desde que te conocí.

Entonces…. — afirmó expectante la rubia.

Entonces cancelare mi compromiso Quinn. Quiero estar contigo, claro… si tu estás de acuerdo.

Más que de acuerdo— saltó la rubia sobre los labios de la morena.

¿Qué hay de ti?

Tú sabes que a mí no me espera nadie Rach, tu eres mi primera oportunidad de amor. — dijo mientras la abrazaba más fuerte.

Lo sé Quinn, pero me refiero a tus fantasmas… me refiero a Danielle.

No te preocupes por Danielle Rach, eso es un tema superado, tú misma fuiste parte de ese proceso. Además, ella está muy lejos. No nos molestara. — dijo dándole un beso profundo en los labios que incitaba a repetir el encuentro reciente.

En ese mismo momento, mientras comenzaban un apasionado y acalorado beso ambas pudieron sentir un helicóptero que sobre volaba la zona.

¡No puede ser! — dijeron las dos al mismo tiempo, levantándose rápidamente de su refugio y corriendo por la arena.

Era un Helicóptero de la guardia costera, con enormes focos iluminaban toda la zona. El mar estaba desatado producto de las alas que giraban a toda velocidad.

Los gritos de Quinn y Rachel eran opacados por el sonido de las olas del mar y el helicóptero que sobrevolaba la zona. Ambas solo imploraban que al menos pudiesen notar la enorme fogata que tenían ahí. Pero al parecer no, el helicóptero comenzó alejarse del lugar de a poco.

¡ Nooooooooo, vuelvan! — gritaba Quinn que no paraba de correr cerca de la orilla — ¡Vuelvan! ¡Estamos aquí!

Y en un momento de milisegundos, Rachel recordó la bengala que estaba dentro de CharlyF que se usaba en casos de emergencia para pedir S.O.S, la rubia se lo había explicado con total amor y devoción, hasta que entendió como funcionaba.

Corrió a su refugio y la encontró. Corrió nuevamente hasta Quinn que casi no tenia voz de tanto gritar y se la mostro. La rubia la miró anonadada, jamás se le pasó por la cabeza. La Bengala, era su única oportunidad.

No lo pensó, giró el seguro y apretó el botón de encendido. Con una enorme fuerza bengala salió disparada hacia el cielo con toda la intensidad requerida, haciendo una explosión en el aire que ilumino el cielo que ya estaba casi oscuro.

El helicóptero detuvo su andar y poco a poco comenzó a regresar a la zona de la isla donde estaban ellas. En ese momento se deslizo una escalera de cuerdas desde el helicóptero que poco a poco comenzaba acercarse a la orilla. A través de la cuerda comenzaron a bajar rescatistas que nadaban a toda velocidad y a la vez iluminaban de la parte de arriba de la nave. Las iluminaban a ellas y su fogata.

Varios rescatistas llegaron hasta Quinn y Rachel que estaban abrazadas muy fuerte.

¿Señoritas se encuentran bien? ¿Alguna esta herida? — les hablaba uno de los rescatistas. Pero todas las demás voces se volvieron lejana, había espacio para solo una cosa.

Oh Dios… No lo puedo creer…— pensaron ambas a la vez. Ambas se miraron esperanzadas y con los ojos cristalinos.

Se abrazaron fuerte, sollozando y juntas lloraron intensamente apoyándose la una en la otra. — ¡Nos encontraron!


Primero que todo, mis disculpas por la demora.. con el bloqueo de escritura, sentí que los capítulos no serian de calidad. Se necesita inspiración saben? y no la tenia.

Ahora poco a poco me llego una inspiración hermosa. Gracias a ti. :*

Gracias por leer, por sus mensajes en Twitter y estar atentas Belas.

Saludos y un abrazo a las chicas de Chile que escriben!

Sigámonos en Twitter: Riley_too

Besitos.

Riley.