Nota del autor:

Hola mis queridos lectores, lo sé ha sido muchísimo tiempo desde la última vez que actualice, me disculpo por ello, ya no he tenido mucho tiempo por la escuela pero una buena noticia ya saldré de vacaciones lo que significa que tendré mas tiempo para ponerme al corriente con el fic.

Espero que el capitulo sea de su agrado a partir de este cap las cosas se pondrás interesantes.

Bien sin más que decir me despido disfruten de la lectura ;)


"Please help me forget"

Capítulo 4

"Semana del infierno."

El no dormir durante tres días seguidos era duro y lo era más si de tras de sí cierta persona llevaba una molesta carga, que en esta ocasión se denomina como: Takano Masamune. Vaya que el hombre durante la semana perecía un incondicional, molesto y pegajoso chicle.

A cada minuto del día lo tenía "literalmente" a su lado, era un hecho que el trabajaran juntos hacia que el ambiente se tornara tenso y desagradable, pero ahora aumentándole el acrecentado acoso de parte del pelinegro provocaba que el día se tornara insoportable. Sumándole que ambos eran vecinos Onodera estaba más que seguro que en poco tiempo estallaría.

Pero para ser honestos no era solo el fastidio chicle de cabello azabache lo que lo molestaba y hacia que sus nervios se crisparan, si no también era las interminables llamadas de su padre y sobre todo los endemoniados días en vela, a demás del trabajo apresurado que estaba produciendo, gracias a que tenía que pedir prestado el domingo, además de la estúpida cita que el bastardo de su jefe no se cansaba de recordarse cada minuto del día.

Era el infierno, no podía saber cómo es que seguía vivo y aun no mataba a nadie, pero estaba seguro que pronto llegaría a su límite, tan solo esperaba que ninguna pobre alma se cruzara en su camino cuando eso sucediera ya que no se haría responsable de sus acciones.

Por otro lado también estaba Misaki, en los últimos tres días había estado visitándolo en el departamento de manga, el chico se miraba nervioso mientras le solicitaba el que comieran o desayunaran juntos, lamentablemente Ritsu no tenía el tiempo para cumplirle ese capricho, muy apenas tenía tiempo para respirar.

Era extraño como día a día el chico iba y venía, debido a la curiosidad en una de sus visitas, Onodera cuestiono al más joven el porqué de la insistencia, recibiendo como respuesta -"solo tengo la necesidad de pasar el tiempo contigo." – Misaki lucia abatido al momento que pronuncio las palabras, provocando que Ritsu también se tornara un poco nervioso.

Debido a ello decidió hacer un espacio para dedicárselo al chico, vaya que ver a diario como se retiraba con el rostro abatido cada que le daba una negativa, provoco que su conciencia lo reprendiera haciéndolo sentir mal.

Por esa razón en ese momento se dirigía junto al chico a un pequeño restaurante familiar cerca de Marukawa.

-me alegra el que por fin tuvieras un poco de tiempo Ricchan.-dijo Misaki mientras tomaban asiento en una de las mesas del lugar.

-lamento haberte hecho esperar Misaki.- se disculpo el castaño mientras se dibujaba una sonrisa apenada en su rostro.

-Está bien no te preocupes, estas muy ocupado debido a que están en los últimos días para entregar sus manuscritos ¿no es así?- dijo comprensivo el menor ya que sabía lo demandante que era su trabajo como editor de manga.

-Así es, estos días han sido muy difíciles.-y no lo decía por nada, ya que en esos últimos días todo se le estaba juntando al pobre castaño.

-Ritchan luces muy cansado.-le hizo saber Misaki al observarlo más de cerca.- ¿Estás bien?-

Ritsu se trago un suspiro, vaya a Misaki no se le escapaba nada, era tan observador que a veces lo asustaba.-Es solo el trabajo, no te preocupes.- mintió.

-No quiero que pienses que quiero entrometerme en tu vida, pero últimamente luces muy cansado y estresado, ¿hay algo que te este molestando? Si es así me gustaría poder ayudarte.-

-Estoy bien Misaki, es solo el trabajo.- dijo Onodera mientras un pequeña sonrisa se posaba en sus labios.- "por favor solo déjalo así y ya no preguntes mas."- se dijo a sí mismo el castaño.

-siempre dices eso, ya no sé si estas diciendo la verdad o solo estés mintiendo…- declaro el menor con amargura, últimamente le era tan difícil hablar con Ritsu, sentía que le ocultaba demasiadas cosas y no lo soportaba.

-"lo sé, también estoy cansado de mentir…"-

-o tal vez es solo que no confías en mí.-Dijo con angustia el pequeño mientras ocultaba sus ojos bajo sus mechones castaños.

-"no, no es eso Misaki."- pensó con angustia Onodera al mirar como el más joven se encogía y trataba de esconderse entres sus pequeños hombros.

-Eres una persona muy importante en mi vida Misaki, así que no te preocupes por eso.- le hizo saber al menor mientras le sonreía, no quería que se preocupara por él, no quería que cargara con sus problemas, no era justo para Misaki.

-"yo solo…"-

-Estás seguro, yo solo quiero ayudarte, si necesitas a alguien con quien hablar siempre puedes contar conmigo, no me gusta verte tan agotado.- Dijo Misaki al mirar directamente a los ojos a su acompañante.

-"quiero evitar este tipo de situaciones…"- pensó con angustia.

Ritsu no sabía que decir, sus labios se separaron para pronunciar palabras, pero no salió nada, su garganta se sentía tan cerrada, un gran nudo se había formado en ella impidiéndole decir nada incluso el respirar ya era un problema para él.

-"Lo siento Misaki…"- pensó el mayor mientras una amarga sonrisa se formo en sus labios.

-¿Ricchan?...-

-"se que estas preocupado por mí, pero…"-

-¿Estás bien? Ricchan luces muy pálido.- le hizo saber el menor con preocupación.

-"No quiero que salgas herido, por esa razón nunca digo nada, no es que no confié en ti, eres una maravillosa persona, no quiero arrastrarte conmigo y mis complicados problemas, ya he involucrado demasiado a Takano-san, no quiero que tu también salgas perjudicado por mi culpa."-

-Gracias Misaki lo aprecio mucho, yo también estaré aquí para escucharte y ayudarte en cualquier momento.- Inclinándose hacia delante estiro una de sus manos para revolver los cabellos castaños de Misaki al momento que le sonreía.

-"Tan cálido."- pensó el menor al momento que Onodera colocaba su mano sobre su cabello.

Ritsu era una persona con carácter fuerte y siempre conseguía lo que quería, por esa razón Misaki lo admiraba, vaya que a su corta edad Onodera era una persona muy exitosa en muchos sentidos, y no lo pensaba porque viniera de una familia adinerada, era todo lo contrario el castaño había obtenido todo lo que tiene por sí mismo.

Si era una persona fuerte y a la vez tan amable, Misaki en muchas ocasiones lo miraba como a su hermano mayor, sus sonrisas eran tan cálidas, aun que últimamente estas carecían de sinceridad, lucían tan forzadas, esa era una de las razones por las cuales comenzó a preocuparse por el mayor.

Ahora comprendía el porqué Takano-san discutía y tenía demasiados problemas con él, Onodera tenía muchas virtudes tantas que le faltaban dedos en las manos para poder contarlas, pero a su vez tenia defectos como todo ser humano y uno de ellos es que no era honesto con las personas a su alrededor, eran tan malditamente cerrado que no solo lastimaba a las personas a su alrededor si no también así mismo.

Soltando un suspiro Misaki cerró sus ojos, vaya que el pensar en ese tipo de cosas era agotador. Pero aun así no se daría por vencido con Ritsu, de una manera u otra lo ayudaría.

-lo ves Misaki…-

-Mmm..-

-No tienes porque preocuparte, todo está bien…-dijo Onodera mientras regresaba a su asiento.-no tienes que agobiarte por los problemas de los demás.-

Misaki soltó nuevamente un suspiro de exasperación, que acaso a Ritsu no le entraban las cosas en la cabeza.-Está bien, pero aun así, no estás solo de acuerdo.-

-Hai, hai… lo sé.- le hizo saber el mayor.

-Sabes eso no suena muy convincente.- declaro el menor con frustración.

Ritsu por su parte soltó una risita nerviosa.-vamos Misaki no te enfades, hablo en serio.- dijo con sinceridad mientras lo miraba a los ojos.

-Bien te creo.-

-"Me duele…"-

-Bien comencemos a comer ya que no tenemos mucho tiempo.- declaro el castaño menor.

-Mmm… ¿qué acaso no han traído aun nuestras órdenes?- pregunto sorprendido.- a este paso no nos quedara tiempo.-

-Tienes razón.-

-"Tener que mentirle a las personas importantes para mí…"-

-Llamemos a la editorial, estoy seguro que Takano-san te dará un poco más de tiempo.-

-Oh por favor no…-declaro angustiado Onodera no quería llamar al hombre bajo ninguna circunstancia.

-Está bien no, pero aun así llegaremos tarde, no creo que se moleste contigo has estado trabajando muy duro.-

-"pero es la única manera de mantenerlos a salvo de mi mismo…"-


-Uhg…Ahora si voy a morir~…-Dijo Kisa recostado sobre su escritorio.

-"¿Cómo diablos es que sigo vivo?"-se preguntaba Onodera, ya que era el infierno mismo, después de la comida con Misaki, rápidamente se dirigió al departamento de manga, ya que como lo habían predicho el tiempo nos les alcanzo y tardaron más de lo esperado, estaba agradecido que Takano estaba lo suficientemente ocupado como para reprenderlo.

Pero eso no quería decir que ya había terminado su trabajo, no tenía ni la más mínima idea de cómo iba a terminar todo para el sábado.

Un suspiro de frustración salió de sus labios, todo era culpa de su padre, su vida de por si era ajetreada y ahora tenía que estresarse más de la cuenta.

Los papeles que sostenían sus manos fueron arrugándose poco a poco debido a la fuerza que inconscientemente estaba aplicando, una vez más un suspiro se le escapo, tenía que relajarse de lo contrario nunca terminaría con su deber y estaría en problemas, pero como podía mantenerse tranquilo con la gran carga que se le había impuesto encima, de seguir así estaba seguro que sus compañeros estarían al tanto de su situación y no quería llamar la atención y mucho menos de Takano, pero lamentablemente el tiempo no estaba de su lado y la presión se estaba acumulando con cada segundo que pasaba.

¡Al diablo todo! El no quería eso, no quería sentirse frustrado, quería disfrutar de su trabajo no sentirse agobiado, ¿Por qué diablos había terminado en ese lugar? Tal vez, solo tal vez si no hubiera huido de la empresa de su padre estaría más tranquilo, debido a que no se habría encontrado con Masamune, porque desde que el hombre había entrado nuevamente a su vida todo había sido tan confuso, la incertidumbre a diario lo visitaba, la toma de decisiones era cada vez más difícil de manejar debido a que todo se relacionaba con él. Todo giraba en torno a Masamune porque lo amaba así de simple.

Un tirón en sus manos hizo que saliera de su burbuja de autocompasión, los papeles que sostenía con rabia ya no estaba, confundido miro a su alrededor, solo para encontrar al hombre que rondaba sus pensamientos llevaba los endemoniados papeles a su lugar de trabajo.

-Takano-san ¿Qué estás haciendo?- pregunto confundido pero con un deje de irritación en su voz al momento que se levantaba para seguir al ojimiel.

-Reviso tu trabajo.- dijo sin contratiempo el azabache mientras pasaba las páginas al tiempo que hacia correcciones aquí y allá.

-Pero eso no está…-

-Es mejor que sigas avanzando Onodera, una vez termines con la siguiente parte no olvides dármela también para la revisión final.-le hizo saber al castaño sin apartar la mirada de los papeles en sus manos.

Por otro lado Ritsu tan solo atino a mirar al pelinegro con sorpresa, acaso Takano pensaba ayudarle con su trabajo para que cumpliera con la fecha limite que les dio la imprenta, esa parte del manuscrito que el hombre tenía en ese momento ni siquiera estaba corregido.

-Tú también tienes trabajo Takano-san.- le hizo saber el castaño con frustración en su voz, el no quería eso, el no quería que lo mirara como un mediocre.

-ya hice mi parte de hoy tengo tiempo.-

-Pero…-

-Onodera, necesito que eso esté listo para el sábado como lo prometiste, así que te sugiero que sigas con tu trabajo y no desperdicies valioso tiempo.-

Apretando los puños el castaño miro con odio a su superior, el no le pidió ayuda, ¿Por qué le hacía eso? No era justo. Sin decir nada volvió a tomar asiento, él le demostraría que no necesitaba ayuda que era capaz de hacer su trabajo.

El tiempo pasó con prisa para el gusto de todos en ese lugar, tan solo se escuchaban los gritos y quejas por los manuscritos retratados, la presión de la imprenta y de otros campos de trabajo que necesitaban los manuscritos terminados.

Sin embargo eso no los detenía, ni siquiera al malhumorado castaño que en ocasiones lograban escuchar como murmuraba para sí mismo mientras corregía su trabajo. Sin contratiempo entrego cada uno de sus manuscritos ese día al tirano de su jefe, no le daría el gusto de pedirle ayuda y no lo dejaría.


El resto de la semana transcurrió sin ningún contra tiempo, ya era viernes por la noche, no sabía como lo había hecho pero prácticamente ya había terminado, solo tenía que pegar los condenados fondos darle la revisión final y mandarlo a la imprenta.

Mutou-sensei al igual que él se habían esforzado para tener el manuscrito a tiempo, y ahora por fin lo habían conseguido, ¡Cielos! Estaba tan feliz que podría morir y no lo decía en sentido figurado en serio ¡se iba a morir!

Ahora recostado sobre su escritorio se encontraba el castaño tratando de cualquier forma recuperar un poco de fuerzas ya que estar desvelándose toda la semana lo había drenado hasta los huesos, pero solo necesitaba un pequeño esfuerzo y todo estaría hecho.

-Onodera…-

-¿uh? ¿Takano-san?- salió el nombre de sus labios al momento que levantaba un poco su cabeza para encarar a su jefe.

-¡Woo! Ricchan se esforzó demasiado en su trabajo esta semana.- menciono un entusiasmado Kisa ojeando el trabajo de su compañero.

-¿ah? Kisa-san te lo gradezco, pero aun me falta pegar los fondos.- le hizo saber el ojiverde tratando de recuperar el manuscrito.

-No te preocupes Ricchan yo me hare cargo de ello.- dijo sonriente el pelinegro mostrándole una sonrisa.

-¿Qué?-

-Onodera será mejor que vayas a casa.- menciono Masamune regresando a su puesto de trabajo.

-Pero la imprenta, mí manuscrito…-Soltó el castaño en modo de protesta.

-Hatori se hará cargo de la imprenta, Kisa de pegar los fondo, y por ultimo Mino y yo nos aseguraremos que no haya errores.-

-Takano-san…-

-Además te están esperando.-dijo por último el ojimiel mientras dirigía su mirada a la entrada del departamento de manga.

-¿Qué? ¿De qué hablas?- confundido el ojiverde se giro para encontrarse a un sonriente castaño.- ¿Misaki?-

-Ricchan, Takano-san me dijo que hoy podrías acompañarme, así que decidí venir por ti, espero no te moleste.-le hizo saber Takahashi mientras le sonreía de manera amigable.

-Pero yo no…-

-Está bien Ricchan, no te preocupes por nosotros.-dijo Kisa.

-Nosotros también estamos al corriente con las fechas así que no hay de qué preocuparse.- le hizo saber Hatori mientras seguía haciendo revisiones en su propio manuscrito.

-Sabemos que te has sobre esforzado esta semana, así que será mejor que te vayas a casa, no queremos que colapses como la ultima vez por no cuidarte.- le recordó Mino con su típica sonrisa.

-¡Takano-san! ¡No pueden!-

-No discutas, o te juro que te bajare de puesto y hare que me traigas café.- amenazo el azabache mientras una sonrisa de superioridad se posaba en su rostro.

-¡No lo harías!-grito con desespero el castaño mirando con sorpresa a su jefe.

-Pruébame.-

-¡Ahg! ¡Te odio!-

-Yo también te amo.-

-¡Muérete!-

-No sabía que me amaras tanto.-

-¡Ah! ¡Eres imposible!-

-Ammm…Ricchan…-Ritsu miro al más joven que se encontraba en la entrada con angustia, para después mirar a su déspota jefe que aun lo miraba con su estúpida sonrisa, ¿Por qué le hacían eso a él? Todo era un complot.

Cerrando los ojos en señal de derrota prosiguió a recoger sus cosas o al menos eso intentaba ya que el lugar nuevamente era un basurero. Una vez terminado se dirigió a la salida donde Misaki ya lo esperaba impaciente.-Lamento las molestias, gracias por su ayuda.- dijo Ritsu por ultimo mientras los miraba desde la entrada.

-Oye.- llamo el pelinegro.

-¿Ahora qué?- se quejo el castaño mirando desafiante a su superior.

-No se te olvide, tenemos un trato, mañana es sábado.- dijo sonriente recargándose sobre el respaldo de su silla, mostrando un aire de superioridad.

-¡Ya lo sé!- grito molesto girándose una vez más para encarar a Misaki.- Vámonos ya no lo soporto.-

-Buenas noches.- se despido Misaki haciendo una pequeña reverencia mientras Onodera lo dejaba atrás.- ¡Ricchan espérame!-

-Tsk, tan molesto.- susurro para sí mismo Masamune.


-Al menos los vagones están vacios.- menciono satisfecho Onodera que se encontraba sentado junto a Misaki.

-Lo sé, creí que estarían llenos, pero ya es algo tarde no me había percatado de ello.- dijo el más joven mientras revisaba unos papeles en sus manos.

-¿Trabajo?- cuestiono el mayor refiriéndose a los papeles.

-Algo así, es un escrito de Usagi-san, su editora me pidió de favor que lo llevara de regreso debido a que ya hizo las correcciones.- le informo el pequeño castaño al más grande.

Ritsu escucho con atención al pequeño castaño, aun recordaba cuando fue editor de ese gran escritor, oh como anhelaba nuevamente trabajar en literatura, no es que trabajar en manga Shojo fuera malo, si lo admitía era el infierno mismo pero cuando trabajaba con Usami también lo era ya que el escritor era muy exigente.

-¿Ricchan?-

-¿Uh?-solo atino a decir el ojiverde al ser sacado de sus pensamientos.

-¿Quieres verlo?- cuestionó Misaki refiriéndose al manuscrito que tenía en las manos, ya que el más grande no le había quitado la vista de encima.

-¿Puedo?- pregunto esperanzado Ritsu debido a que tenia tanto tiempo que no ojeaba un borrador de un libro.

-Claro no hay problema.- declaro sonriendo el más bajo mientras le entregaba al mayo el escrito.

Pasando las páginas con habilidad Onodera se enfrasco en el borrado que tenía en sus manos analizando cada error y corrección que estaban plasmados en las hojas. La editora de Usami era muy buena, cada corrección y consejo que le daba al escrito era correcta, como la envidiaba.

-Usami-sensei nunca cambia, sus escritos siempre han sido muy buenos.-menciono con nostalgia el castaño sin apartar la vista del borrador.-lo único que ha cambiado es la trama, antes solían ser mas nostálgicas sus novelas, pero aun así siguen siendo muy buenas, incluso son mejores.-dijo por ultimo dirigiendo su mirada hacia su acompañante.

El pequeño castaño miro con admiración al más grande.- Usagi-san menciono que tú fuiste su editor en el pasado.-

-Sí, así fue, cuando comencé a ejercer como editor al principio me hice cargo de escritores poco reconocidos, pero mi padre me dijo que tenía el potencial para hacerme cargo de escritores más sobresalientes.- comenzó a explicar Onodera mientras una sonrisa nostálgica se formaba en sus labios.- Cuando me asignaron como editor de Usami-sensei no lo podía creer, siempre me gustaron sus libros.-

-si es así entonces ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué dejaste de ser su editor?- pregunto con inocencia Misaki.

Desviando la mirada hacia al frente Ritsu soltó un pesado suspiro al recordar el porqué se alejo de la compañía de su padre.-Pasaron muchas cosas.- se limito a decir mientras cerraba los ojos y se negaba a mirar al castaño a su lado.

-Usagi-san menciono que eras muy bueno en tu trabajo, que cuando renunciaste fue muy difícil encontrar a otro editor de tu nivel.- le hizo saber al mayor mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro.

Con sorpresa abrió sus ojos esmeraldas debido mencionado por el menor, en muchas ocasiones se llego a preguntar si realmente era bueno en lo que hacía, no iba a mentir las palabras dichas por aquellas personas que decían ser sus compañeros de trabajo de algún modo lo habían marcado, por esa razón muchas veces se hizo esa pregunta, incluso ahora que tenía un nuevo oficio se preguntaba si realmente era tan bueno como se lo decía Takano.

-Ricchan es una maravillosa persona.- dijo Misaki cortando los pensamientos del mayor.-siempre te esfuerzas y das lo mejor de ti, por esa razón yo estoy de acuerdo con Usagi-san.-

-Misaki…-

-Nunca lo olvides Ricchan, no importa lo que te digan tu eres un gran editor, Takano-san también lo menciona mucho a menudo, por esa razón no dudes de tus habilidades, no dudes de ti mismo.- dijo con seguridad Takahashi mientras miraba intensamente al mayor que se encontraba a su lado mirándolo con asombro, no sabía el porqué pero, por alguna razón sentía que debía decirlo, tenía el sentimiento que Ritsu necesitaba que alguien se lo dijera.

Parpadeando un par de veces Onodera se permitió procesar lo que había dicho su acompañante, por un momento sus ojos se volvieron cristalinos, por alguna razón esas palabras lo llenaron de algo que muy en su interior necesitaba. Por un momento nuevamente parpadeo duro mientras bajaba un poco su cabeza, provocando que sus castaños mechones cubrieran un poco su rostro.

Una sonrisa acuosa se formo en sus labios, manteniendo sus ojos cerrados levanto su rostro para encarar al menor.

Fue ahí cuando Misaki lo miro, el rostro de Ritsu mostraba un sinfín de emociones que nunca había visto, sus cejas estaban levemente encorvadas hacia arriba, mientras sus ojos se mantenían cerrados y en los bordes de estos se asomaban pequeñas lagrimas necias a morir en sus mejillas, pero lo que más le sorprendió fue su sonrisa, era acuosa y también mostraba de algún modo el dolor que en mucho tiempo había reprimido, pero más que eso se percato de que después de mucho tiempo su sonrisa era sincera.

-Gracias…- dijo el mayor con voz temblorosa mientras abría sus ojos esmeraldas y acariciaba los castaños cabellos del más joven.


Sábado 7:30 pm.

Estaba aburrido, verdaderamente aburrido y cansado, la noche anterior después de despedirse de Misaki se dirigió rápidamente hacia su departamento, encontrándolo igual o peor que el basurero de el departamento de manga, pero decidió dejarlo así y dirigirse directamente a la cama nuevamente si cenar, estaba seguro que Masamune le daría una cátedra después por ello pero estaba cansado.

Al despertar desayudo rápidamente y llamo al azabache por si había algún error con su manuscrito o tuvieran cualquier otro problema, para su suerte todo estaba bien con su trabajo y al parecer se las habían arreglado en su ausencia. Antes de cortar la llamada Takano le recordó sobre la "cita" que tendrían esa noche provocando que al castaño se le ruborizaran las mejillas mientras le gritaba un sinfín de cosas sin sentido a su jefe y cortara la llamada con rudeza.

Después de ello se propuso a poner en orden su departamento, ¡Dios! Alguien tenía que ayudarlo ¡porque rayos quera tan desordenado!

Después de ello literalmente había terminado sin energías, vaya que limpiar su departamento había sido una tarea difícil, y ahora ahí se encontraba vistiendo un traje formal ya que su jefe se lo había dicho, al parecer irían a un lugar elegante o algo por el estilo. ¡Rayos! Se sentía tan aburrido, cansado y al mismo tiempo nervioso porque sabía que Masamune no tardaría demasiado el recogerlo.

En ese momento el sonido de unos golpes sobre su puerta se hizo presente, ¡Demonios Lo había invocado!

Con lentitud se dirigió hacia la entrada, sin quitar el pasador abrió un poco la puerta dejando ver al hombre de cabellos azabaches vistiendo un elegante traje negro logrando destacar más sus claros ojos color miel.

-Bunas noches Onodera.- dijo el azabache sonriente mirando al joven que muy apenas se veía en la estrecha abertura.

-Bunas noches…- susurro el castaño desviando la mirada.

-¿Esa es la forma de saludar a tu cita?- pregunto divertido el mayor.

-Takano-san.- gruñendo el castaño abrió por completo la puerta. Cielos por alguna razón muy en el fondo sabia que se arrepentiría de haber aceptado salir con ese hombre.

-Bien es hora de irnos Ritsu.- dijo el mayor mientras su sonrisa se agrandaba y su mirada se llenaba de nostalgia, estaba feliz de que por fin después de tanto tiempo tuviera una cita formal con el hombre que amaba, se aseguraría de disfrutar cada momento a su lado.

-"¡Uhg! ¡No definitivamente ya me arrepentí!".- se dijo mentalmente el castaño al mirar la expresión en el rostro del hombre frente a él, definitivamente iba a ser una larga noche.


Notas finales:

Espero que el capitulo haya sido de su agrado espero sus lindos comentarios nos vemos ;)