Adv. AU, Celos, Kise con complejo de Aomine


Fidelidad

Kise Ryouta x Kagami Taiga

Había tanta piel al descubierto, tantos rostros hermosos, tanto de chicos como de chicas. Definitivamente la playa era un lugar paradisiaco para cualquiera, no solo por la naturaleza, sino también por la vista, pues ver a tantas chicas y chicos en bañador, luciendo sus espectaculares cuerpos era la maravilla para cualquiera.

Y Kise Ryouta no era la excepción. No podía evitar mirar a cada persona que se le cruzaba en la camino. Había visto a varias chicas en trajes de baño diminutos, dejando muy poco a la imaginación. Una que otra le había coqueteado, pero el solo sonreía de forma nerviosa. ¿La razón? Su novio, Kagami Taiga, estaba junto a él y estaba atento a cualquier cosa que hiciese el rubio.

Kise no iba a mentir, su novio se veía espectacular en ese bañador. Su torso al descubierto, sus bíceps fuertes, aquella ancha espalda junto con su increíble abdomen, aquellas piernas largas y torneadas, y un trasero que el bañador resaltaba muy bien. Sin duda alguna su novio era una de esas personas tan perfectas que aparecían en la playa.

Pero tampoco estaba de más mirar, ¿no? Ver a alguna que otra chica con su bikini colorido, sus cuerpos esculturales, aquellas curvas, caderas anchas, piernas perfectas y bustos prominentes.

– Kise, cierra la boca que se te cae la baba – La voz del pelirrojo sacó al chico de su ensoñación. Demonios, se había quedado perdido en sus pensamientos sobre los bikinis. Miró de reojo a su novio. Taiga estaba tomando una piña colada, usando la cáscara de la fruta como vaso, y parecía totalmente indiferente a él.

– K-Kagamicchi, iré un momento por... – Se detuvo mientras buscaba que decir y que fuese creíble – Allá… – Terminó diciendo para sonreír falsa y forzadamente, saliendo huyendo de ahí para que el pelirrojo no dijese nada en su contra. Kagami vio a su rubio y tonto novio irse rápidamente lejos de ahí, de seguro a irse a ver a las chicas sin que él le regañe.

Suspiró con fastidio.

– ¡Hey, pelirrojo! – Una voz junto a él le llamó la atención – ¿Está ocupado este asiento? – Preguntó un chico moreno, de cabellera y ojos azules, con un físico totalmente increíble. Estaba señalando la silla que Kise había dejado vacía. Él negó con la cabeza, a lo que el chico se sentó junto a él, sonriéndole seductoramente – Me llamo Aomine Daiki, un gusto – Se presentó.

– Kagami Taiga, el gusto el mío.


Después de unos diez minutos que Kise consideró que eran suficientes para ver cuerpos femeninos en bañador, regresó a aquel bar playero donde había dejado a su novio. Lo encontró charlando animadamente con un muchacho de piel morena. Kagami tenía las mejillas levemente rojas, mientras parecía reír a gusto a la par con el desconocido. Para sus ojos miel no pasó desapercibida la mirada de esos ojos azules sobre su pareja.

No le gustó en absoluto.

– Hola – Saludó con una falsa sonrisa, una vez hubo llegado hasta el par. No tardó en rodear la cintura de Taiga con su brazo, acción que el pelirrojo pasó por alto. Después de todo, no estaba tan molesto con el rubio, y seguía siendo su novio – Disculpa pero, ¿Quién eres?

– Aomine Daiki – Respondió sin dejar de sonreír con arrogancia. Kise quiso romperle la cara – ¿Y tú eres…? – Dejó la pregunta al aire.

– Kise Ryouta – Contestó con seguridad, mientras rodeaba con más fuerza la cintura de su pareja – Novio de este chico – Dijo señalando con la cabeza al pelirrojo a su lado. Kagami sonrió, aunque al estar bebiendo de su segunda piña colada, no se notó.

– Ah, eres el idiota que le dejó solo por ir a ver chicas – Ante esas palabras, tanto Taiga como Daiki explotaron en carcajadas. El ojo derecho de Ryouta dio un tic, y se sonrojó con vergüenza por esas palabras verídicas – Deberías cuidar más a tu novio.

– Kise siempre me deja solo mientras se va a mirar a las mujeres – Por primera vez en la plática de esos dos, Kagami se metió encogiéndose de hombros. El rubio quiso que la arena se lo tragara – A veces creo que no existe la fidelidad de su parte.

– N-No digas eso, Kagamicchi – Se apresuró en decir Kise, nervioso – Yo te quiero mucho y te soy muy fiel.

– Pues no lo parece – Tanto Kagami como Aomine dijeron esa frase al unísono. Ryouta se sintió peor.

– Bueno, yo me voy – Avisó el moreno, levantándose de su asiento – Mi hermana me debe estar buscando. Espero verlos de nuevo algún día – Antes de despedirse, Kagami se inclinó para dejar un leve beso en la mejilla de Aomine, acción que al peliazul no le sorprendió, y correspondió el gesto.

– Yo también lo espero – Respondió el pelirrojo agitando su mano en señal de despedida, una vez Daiki comenzó a caminar lejos de ellos, despidiéndose del mismo modo también.

– Yo realmente no lo hago – Fue turnó de mascullar del rubio. Kagami ahogó una carcajada ante los celos de su novio – A veces creo que el infiel eres tú – Le hizo saber. El pelirrojo se encogió de hombros.

– Tú no me das opción.


– Hola guapo, dime… ¿Tienes la noche libre hoy? Podríamos salir a algún lado… – Kise se inquietó al escuchar como otra chica intentaba coquetearle y encima tocarle la mejilla lentamente con un dedo. Nervioso y con la mirada en otro punto que no sea la chica, le contestó:

– Lo siento pero tengo pareja y la quiero mucho – Dijo – Si pudieras irte lejos de mí te lo agradecería muchísimo – Ante esas palabras, la chica castaña le miró sorprendida para luego chasquear la lengua al mismo tiempo que fruncía el ceño, dándose la vuelta para retirarse.

– Buen chico – Le felicitó Kagami, quien se encontraba sentado a su lado, degustando se tercera piña colada. Ryouta soltó un suspiro de alivio cuando se dio cuenta de que el peligro había pasado. Más le valía estar con su novio si no quería que alguien se le acercara, de nuevo. Notó como es que otra chica se le acercaba y tragó en seco.

Si esto seguía así, la cosa se le iba a poner difícil.


No mentiré, me encanta poner a Aomine para hacer sentir celoso a Kise *Corazón*