Notas- Mes difícil e intento trabajar en algunos randoms aprovechando que no son mis días más felices del año. Trato de distraer mi mente y esas cosas. Y además traigo una pequeña crisis en mis ojos, espero poder ir al oftalmologo en estos días, no se me están saliendo pero es un poco molesto la sensación de cuerpo extraño. Me desespero.

Reviews anonimo-

Yuya- Creo que me dejaste el review de random acá pero no importa, igual llegó. Solo no respondí comment en una ocasión porque estaba muy estresada, aunque aún lo sigo trato de hacer lo mejor. Respecto a Vlad ya llegará el día en que alguien lo ponga en su lugar y no creo que sea Dimitri. Pero !En fin! Gracias por leer. Un saludo.


Random II: 30 days challenge

Día cuatro: Masturbación

"Sadist"— Stone Sour


«Este es todo el dolor que un hombre puede soportar.

Esto es cómo puede romper el corazón más negro».

Alfred se consideraba heterosexual.

Tuvo un par de novias bonitas y en una fiesta en Canadá se acostó con una de las porristas del equipo. Un par de veces. Bueno, muchas veces. Alfred era un púber apuesto en crecimiento y con mucha energía que necesitaba soltar, y no solo en el Futbol americano, sino de muchas miles de maneras.

Entonces su vida se vino al demonio cuando se enteró que debía de mudarse y con eso se jodió la relación con su chica. Alfred estaba seguro de eso del amor a distancia, pero el amor le duro muy poco. La chica comenzó a salir con uno de sus compañeros de equipo y para ese entonces Alfred estaba salvando gatitos de los árboles. O suicidas de azoteas.

Arthur le resultaba una persona interesante. Primero vino la necesidad de entender por qué intentó lanzarse y luego de el porqué todo mundo lo trataba como muñeco de porcelana. Sentía algo de celos ver como las chicas lo mimaban y lo cuidaban como un animalillo indefenso o como otros chicos lo protegían. Como Mathias, que a veces terminaba llevándolo a casa o Kiku siendo su sombra. Como todo buen ninja. Porque los ninjas eran de Japón ¿no? (¡¿no?!).

Luego se enteró que era gay. Y no lo juzgó por eso, de hecho su hermano también lo era, pero Matthew era un caso especial. Intentó acercarse a él de muchas maneras pero él huía y llegó a la conclusión de le gustaba a Arthur. Y la siguiente escena es Alfred preguntándose por qué eso no lo molestaba, sino todo lo contrario. Se sentía raro porque él nunca se había fijado en otro hombre hasta que Arthur Kirkland se le metió por los ojos.

Entonces dijo que era amor. Alfred F. Jones estaba enamorado de Arthur Kirkland. Y los primeros días fue hermoso porque se sentía enamorado y Arthur lo seguía rechazando. Vamos, era ese jueguito de hacerse el difícil. Como una chica pero mil veces más difícil. Allí venía lo interesante. Podría haberle cantado miles de veces «I was made for loving you baby, You were made for loving me» de Kiss. En realidad una vez lo hizo y lo terminó bañado en té.

Después de un largo rato de insistirle. Arthur tuvo la iniciativa de darle un beso, uno rápido y brusco para luego echarse a correr por el pasillo. Luego Alfred le dio uno y así hasta que competían para ver quién abducía el alma del otro. Obviamente Alfred siempre ganaba porque tenía mejores Skills que Arthur.

Fue inevitable. El día que Alfred lo invitó a pasar la noche en su casa con la excusa barata de que tenía una mejor pantalla para jugar y ver películas.

Tener a Arthur tan cerca le resultaba extraño. Con la cabeza recargada en su hombro viendo la primera temporada de American Horror Story. Alfred saltaba de vez en cuando porque todo lo que fuera de miedo le causaba ansiedad, de hecho, tenía una larga lista de cosas que le daban miedo; como la oscuridad, los fantasmas y los ponis salvajes. Arthur lo tomaba de la mano y trataba de no reírse de él.

Compartir la cama con Arthur era otro nivel de nerviosismo. No era como la novia que tuvo porque ella no podía tener novio y lo colaba a su casa después del colegio, lo hacían, se vestía, le daba un beso de despedida y le cerraba la puerta en la cara. No tenía nada de romántico, ni de divertido. No representaba un reto para Alfred. Nada más que ser pillados, pero ser encontrado fumando era más peligroso.

La textura de las sábanas era muy molesta, rasposa e insoportable.

— ¿Arthur?

— ¿Mhm?

— ¿Estás despierto?

—Es obvio que sí, Alfred. ¿Qué pasa?

—Nada.

Alfred se removió inquieto hasta que sintió la mano de Arthur tanteando en la oscuridad, alcanzó su brazo y la deslizó hasta abajo para entrelazar sus dedos.

—Estás ansioso—afirmó—. ¿Qué pasa?

—No es nada…—Arthur gruñó—, estoy nervioso. Solo eso.

— ¿Nervioso, por qué?

—Nunca he estado con otro chico.

— ¿De verdad?

— ¿Tú sí?

Arthur guardó silencio. Soltó una suave risita. Se movió entre las sabanas con figuritas de Superman y se pegó al cuerpo de Alfred, él se sobresaltó dando un gritito y comenzando a respirar de forma acelerada.

—Dime, Alfred… nunca has…— susurró cerca de su rostro— ¿Tocado a otro chico?—Sintió la mano del americano temblar con violencia—. Tranquilo.

—Nunca lo había pensado. Hasta hoy.

Arthur lo besó y estuvieron devorándose las bocas largo rato. Abrazados con las piernas entrecruzadas, restregando sus cuerpos entre jadeos y suspiros, tratando de que nada cruzara las paredes porque su hermano dormía al lado de él y sus padres al frente. De hecho, eso era muy aventurero.

Sentir la adrenalina de tocarse con Arthur en su cama a las dos de la mañana, eso era excitante.

Se separaron cuando la ropa comenzó a ser molesta, sus erecciones comenzaban a rozar y ser dolorosas. Arthur se acomodó de su lado de la cama y los dos miraros las estrellitas fluorescentes del techo mientras trataban de recuperar la respiración.

Alfred se levantó de la cama.

— ¿A dónde vas?

—Al baño— respondió. Arthur se alzó con rapidez y gateó por la cama hasta alcanzarlo. Le tomó de la muñeca.

—Ven— pidió en un ronroneo—. Vuelve a la cama.

No supo que había en la voz de Arthur, pero lo atrapó y lo calló. Ahogó sus gemidos entre besos y gritos que se querían escapar. La mano de Arthur tiró de pantaloncillos y acarició lentamente su erección, con un ligero temblor. Estaba igual de nervioso, pero había tomado la iniciativa y eso lo valoraba mucho.

—Más rápido— pidió Alfred. Un beso y un gemido.

—Sssh, guarda silencio—, susurró en sus labios y comenzó a mover la muñeca con más velocidad.

Un beso largo y las respiraciones contenidas. Alfred arqueó un poco la espalda y se movió inquieto.

—Alfred, tócame… — y guio la mano del Alfred hasta su miembro que se levantaba sobre su ropa interior. El americano jadeó por la sorpresa, sin embargo lo olvidó al instante en que Arthur gimió en su oído por el mero contacto.

Y para las tres de la mañana estaban los dos frente a frente con sus alientos encontrados y las manos aceleradas en los miembros ajenos. Jadeaban tratando de contenerse a sí mismos, algunos besos pero, realmente solo deseaban sentir el calor del otro cuerpo. Se acercaron lo más que podían hasta que Alfred gimió y se corrió. Su mano comenzó a bajar de velocidad y antes de detenerse, Arthur le obligó a seguir, sujetándolo con su mano para poder ayudarle a terminar.

— ¿Sabes algo?— jadeó —, eres el primer hombre con el que he estado así.

Incentivo necesario. Alfred imprimió más fuerza a pesar de que estaba cansado y adormilado por su reciente orgasmo. Arthur se vino, mordió su labio inferior reprimiendo un grito.

Alfred se comenzó a carcajear tras un rato.

— ¿Qué es tan gracioso, idiota?

—Sí así es un toqueteo casual, imagina el sexo.

—La monja de American Horror es sensual.

—Me quedo con la mucama, gracias— dijo Lukas tecleando algo en la computadora número tres del salón de máquinas. Vlad a su lado hojeó el libro y se lo mostró.

—Bueno, sí, tiene potencial, pero piensa que realmente no es lo que parece y se me quitan las ganas.

—Creo que es mejor que un demonio…

—Entonces es mejor un fantasma— acotó Lukas. Vlad se quedó pensando por breves segundos— ¿Qué dices Arthur?… ¿Arthur?

Arthur los ignoró y siguió usando su móvil.

— ¿Con quién te mensajeas, eh?

—Seguramente con Alfred— dijo Lukas—. Déjalo.

— ¿Y ya están saliendo?— inquirió Vlad— ¿Ya eres la señora de Jones?

—El termino en una relación me parece más adecuado— soltó Arthur y levantó la vista del teléfono—, y sí… se puede decir que estamos saliendo.

—Entonces es oficial: Los tres estamos atados— sonrió Vlad y Lukas le miró de reojo.

—Lo dices como si fuera algo malo.

—Solo… —torció la boca—. Solo prometamos que esto no nos va a separar.

—No seas tonto Vlad, eso no va a pasar…

—Promételo— hizo la seña del diablo, haciendo cuernitos.

Arthur roló los ojos y lo imitó. Lukas lo hizo sin dejar de ver la pantalla porque el trabajo que tenía que acabar era importante.


Notas- Este fue el último random II que tengo escrito, y sigo sin saber hasta cuando podré traer otro de estos, de Rnadom voy a intentar escribir algo en estos días o la proxima semana. !En fin! Gracias por leer y comentar, se aprecia mucho mucho.