CAPÍTULO 12: SOLUCIÓN

POV NORMAL

Raito y Ayato se encontraban a la defensiva, ubicaron en un costado a la pobre Yui, quien miraba incrédula la escena, pues los vampiros estaban dispuestos a pelear contra el cazador. Sin embargo, existía una gran diferencia de poder y sobretodo, en la cantidad de combatientes.

- Nfu, humano, en serio planeas morir?... – dijo Raito caminando en dirección a Sora y con una gran sonrisa en el rostro – nosotros fácilmente podemos vencerte, puede que tengas armas, pero nosotros somos seis vampiros, contra un débil y tonto humano, ¿qué te hace pensar que puedes vencernos? – sentenció el pelirrojo.

- Debiste de haberte quedado lejos, nuestros asuntos con Chichinashi no te interesan… – añadió Ayato mientras se disponía a agarrar un fierro plateado largo y delgado que encontró en un costado de la mansión.

- Yo sólo vengo por Yui, ella no les pertenece, así que devuélvanmela… - contestó un prepotente castaño, quien se lo veía seguro de sí mismo - … Yui – san, no te preocupes, te rescataré pronto y nos iremos de aquí.

Ayato y Raito no estaban felices con lo que acababan de escuchar, así que arremetieron contra el humano, corrieron hacia él para atacarlo, Sora estaba seguro que harían eso, por lo que sabía que esta pelea no sería como la de la última vez, donde cobardemente los chupasangre lo atacaron cuando se había quedado medio dormido, aprovechándose para llevarse a la rubia. Sin embargo, esta vez sería diferente.

Los vampiros pensaron que quitándole el arma todo habría acabado y sólo con darle un certero golpe al pecho y a la cabeza lo matarían en el acto, pues eso querían esta vez, matarlo, sino les seguiría ocasionando más problemas, aparte porque sabían que Yui querría huir con él y nunca jamás volverlos a ver, algo que no permitirían.

- Es tu fin, humano… - dijeron los dos vampiros orgullosamente.

Fue entonces cuando Sora aprovechó su ingenuidad de los chupasangres para sacar una larga y filuda espada plateada, que con un rápido movimiento, les originó un profundo corte a cada uno, uno del que no podrían escapar fácilmente.

En cuestión de segundos, Ayato y Raito cayeron al suelo retorciéndose del dolor, mientras que una asustada Yui los miraba sin poder decir palabra alguna, solamente cubriéndose su boca con las manos para evitar dar un grito del susto.

- Nee, vampiros, ¿Qué se siente morir por culpa de un humano? – dijo Sora sonriendo malévolamente, y justo en el instante en donde iba a darles el último golpe a ambos, dos vampiros más llegaron para defender al resto de sus hermanos.

Kanato y Subaru empujaron con mucha fuerza al castaño. Este último sacó de uno de sus bolsillos una pequeña daga plateada, la cual la incrustó en el estómago del humano.

- Ahora ya no podrás moverte humano idiota, no nos causes más problemas… - dijo el vampiro de cabello violeta mirando con malicia cómo el castaño escupía sangre por la boca-… intentarte llevar a nuestra presa de nuestro territorio ¿pero qué tan estúpido eres?

No le provocaron una muerte instantánea, pero si no curaba pronto esa herida, es probable que muriera por desangrarse.

- Sora – kun! – dijo Yui, quien hace unos momentos estaba impactada por todo lo que había visto, se aproximó corriendo hacia el cazador quien yacía en el suelo, no obstante, ni Kanato ni Subaru, ni mucho menos Shu, quien se había acercado lo suficiente para apreciar la escena, dejaron que lo toque.

Por otro lado, Reiji también ya se encontraba en el lugar y fue lo suficientemente veloz como para brindarles a Ayato y a Raito un brebaje para que se recuperen, logrando una mejora instantánea.

- ¿qué estás haciendo, chichinashi? Sólo deberías preocuparte por Ore – sama…- contestó el ojiverde con gran enojo en sus palabras, pues Raito y él resultaron gravemente heridos y la rubia sólo se había molestado en preocuparse por el castaño - …además, creo que ya tengo suficiente, basta de juegos!

Ayato se acercó al humano, lo cogió del cuello de su camiseta y lo elevó por encima de él, mientras Yui gritaba para que no le hicieran más daño, después de todo, él sólo quería rescatarla, ¿qué podría hacer Yui en esta situación? Era obvio que lo matarían, debía reaccionar pronto.

POV YUI

Los Sakamaki me cogieron de los brazos, me impidieron acercarme a Sora, ¿es que no podía hacer nada? ¿Dejaría que una de las personas más importantes de mi vida muriese por mi culpa? No, y no sé con qué fuerza pude liberarme de su agarre.

Corrí lo más deprisa posible para impedir que Ayato – kun mate a Sora, una vez que lo alcancé me trepé de su espalda tratando de evitar que le haga daño.

- Detente por favor, Ayato – kun! No lo hagas! … - fue lo único que se me ocurrió decirle - … Sora – kun es un gran amigo mío, y si tú lo matas, te juro que no volverás a verme jamás!

No podía ver su reacción, Ayato – kun no se movía, Sora – kun estaba cruelmente herido, pero con la poca fuerza que le quedaba, alcanzó a tirarle una fuerte patada en el estómago a Ayato – kun para hacer que lo suelte. Fue allí donde pude acercarme a Sora y con mi cuerpo traté de protegerlo, me puso delante de él y evité que le hagan mayor daño.

- ¿por qué lo defiendes tanto humana? ¿Qué significa esto?...- preguntó Reiji – san, quien, al igual que los demás, me miraban con mucha indignación, al punto de querer asesinarme a mí también - … lo que estás haciendo, es cometer una traición hacia nosotros, ¿acaso quieres morir con él?

- Háganlo, aunque dudo mucho que puedan hacerlo… - contesté sin arrepentimiento alguno - … si dicen que soy tan importante para ustedes, estoy segura que no lo harán, pero si lo hacen; simplemente, seré libre.

- Yui – san, ¿qué estás diciendo? Ellos te matarán… - contestó Sora, agarrando uno de mis hombros para poder sostenerse, el dolor lo había empezado a hacer ver borroso.

Los Sakamaki definitivamente no se iban a quedar tranquilos después de esto, querían acabarlo, pero las palabras que les dirigí fueron suficientes para mantenerlos alejados por un buen momento.

Como Reiji – san había sido uno de los que cogió de mi brazo antes, alcancé a quitarle el brebaje que les dio a Ayato – kun y a Raito – kun, para darle un poco a Sora – kun y pueda recuperarse en el acto.

- Bitch – chan, no te haremos daño, nosotros te queremos, pero sí a este sujeto, después de todo, se atrevió a lastimarnos – contestó Raito quien estaba totalmente recuperado, junto a él Kanato, Subaru y Ayato se preparaban para atacarlo nuevamente, lo único que pude hacer fue voltearme hacia Sora y abrazarlo fuertemente, pensando que podría evitar que se acercaran más.

POV NORMAL

Fue entonces cuando 4 personas más aparecieron en la escena e impidieron el ataque de los Sakamaki hacia el humano. Eran los Mukami, se interpusieron en la pelea y evitaron que Yui también saliera herida.

- ¿Qué están haciendo?! ...– dijo el menor de los Sakamaki, furioso e impaciente por una respuesta - … ¿por qué nos atacan a nosotros? ¿Acaso perdieron la cabeza?!

- Tuvimos una corazonada de que algo iba a suceder, hay una buena razón para haber hecho esto… - contestó el Mukami rubio, quienes habían tenido que golpear con fuerza a los Sakamaki - … nos meteremos en problemas si herimos a este humano.

- Ruki, explícanos qué significa esto, porque este cazador trataba de matarnos y de llevarse a Yui hace un momento… - contestó Reiji, quien también se había quedado sorprendido al ver cómo los Mukami defendían al humano.

- Sí, les explicaré… - contestó el mayor de los cuatro vampiros - … sucede que estamos prohibidos de tocar a este humano, así como este humano está prohibido de hacernos daño alguno.

- ¿A qué te refieres? Exijo una explicación… - dijo Kanato un tanto molesto.

- Hace unos años, el Sr. Karl Heinz había hecho un trato con los cazadores, no sé todos los detalles, pero en el trato figuraba que los cazadores estaban impedidos de matar a los vampiros nobles o al menos, a los descendientes directos del rey vampiro, así como los vampiros debían evitar poner en peligro a uno de los cazadores si no había una buena razón de por medio… - explicó el Mukami, a quien lo escuchaban atentamente todos los vampiros y un par de humanos -… si nosotros rompemos este trato matando a este cazador, nos encontraremos en serios problemas con su padre. Por lo tanto, esta pelea no puede continuar.

- Ya veo, entonces será mejor que te vayas de una buena vez, humano… - dijo Reiji.

- Ah? ¿Por qué haría eso? Ya se los había dicho, no me iré de aquí sin llevarme a Yui conmigo… - Sora parecía completamente convencido de lo que quería, a pesar de todo lo que acababa de escuchar.

- Sora – san, ¿por qué estás tan apegado a Eva? …- preguntó inocentemente Azuza, no obstante, todos los demás querían saber el porqué, aunque el rostro de Yui se tornó de un ligero color rojo, así como de un nerviosismo incontenible, algo que dio a notar perfectamente al resto - … no será que…

Enseguida Sora agarró a Yui fuertemente de la cintura y le dio un largo y prolongado beso, desconcertando y asombrando a todos los vampiros, a los que se les caía la cara por la sorpresa, mientras que a Yui se le humedecían los ojos por la sorpresa. Enseguida, Sora la soltó:

- YO AMO A YUI – SAN! Me ha elegido a mí y es por eso que no dejaré que la sigan poniendo en peligro, daré mi vida si tiene que ser así… - contestó Sora mientras se ponía de pie y agarraba de la cintura a Yui, tan apegado a él que prácticamente sus labios casi chocan otra vez.

Los Mukami y los Sakamaki no podían creer lo que habían visto y lo que estaban escuchando, siempre habían tratado a Yui pretendiendo que les importaba ella, o que en realidad sentían algo por aquella rubia, pero nunca creyeron que llegaría el día en que alguien alejado al mundo de los supernatural se interesaría tanto por una humana. Les incomodaba y apestaba tanto esa idea de verla con alguien que no sea uno de ellos, que les hervía la sangre, estaban a punto de estallar por los celos, una emoción que nunca habían sentido antes con ninguna otra mujer, inclusive Raito, quien era el que tenía más experiencia en esos temas.

- Ya vimos que es imposible llevarse bien con gente como tú… - contestó Kanato quien era apoyado por todos sus hermanos - … pero Yui – san llegó a esta casa para escoger a uno de nosotros diez para que sea su compañero, y eso no te incluye a ti.

- Oigan, ya deténganse por favor, déjenlo en paz … - dijo Yui con voz temblorosa, pues no sabía lo que los vampiros eran capaces de hacer después de haber visto y oído algo como eso.

- Chichinashi sólo le pertenece a Ore – sama… - dijo Ayato arrancando de los brazos de Sora a la chica de ojos rosados, y apegándola a su pecho -… ella se quedará con nosotros te guste o no.

- Bueno, eso lo veremos pronto… - contestó Sora quien ya pensaba en atacarlos nuevamente.

- Entonces… - contestó el mayor de los Sakamaki, recostando su espaldar contra uno de los árboles -… si tanto te preocupa la humana, ¿por qué no te mudas y te quedas a vivir por aquí? Vas a la misma escuela que nosotros, sólo así sabremos a quién prefiere Yui y con quién se piensa quedar. De ese modo evitamos todo este tonto y aburrido conflicto.

Su punto de vista de Shu conmocionó a todos, pero tenía razón, quitarle la novia de sacrificio a los vampiros y violar el contrato de los cazadores y lo vampiros, no era lo adecuado si no tenía una adecuada justificación. Si tanto quería a la humana, debía de luchar por ella, tal y como lo hacían los vampiros, cada uno a su manera.

- Bien, yo estoy de acuerdo… - contestó Ruki, quien sorprendió al resto, pues ninguno de los otros había asimilado aún esa idea - … esta será una oportunidad para saber a quién Eva escogerá y si resulta que no es la adecuada para uno de nosotros, entonces será libre de irse, pero si sí lo es, deberás dejar que se quede y respetar su decisión.

- Entonces, si me quedo, no podrán atacarla en mi presencia… - contestó el castaño quien parecía estar comprendiendo la situación, pero aun así no quería compartir a Yui con ellos - … Yui – san, sé que eres una novia de sacrificio, eso ya lo entendí y es algo que nosotros, los cazadores, no podemos evitar que suceda, si ese acuerdo es cierto, entonces respetaré las reglas, pero no podré evitar proteger a Yui – san cuando crea necesario, ya que estoy enamorado de ella.

- No te preocupes, Sora – kun, yo ya me había acostumbrado a vivir con ellos, después de todo, ya te lo había dicho, son mis familiares lejanos… - contestó Yui con una gran sonrisa.

Los vampiros y el cazador habían llegado a una solución, les disgustaba la idea, pero era la única que podían encontrar para resolver su problema.

Unos días después, Sora se cambió de colegio y estudiaba en el mismo horario nocturno que Yui y los vampiros, de hecho se hizo bastante conocido por lo guapo y atlético que lo consideraban los demás alumnos, llegando a ser tan popular como los Sakamaki y los Mukami. Estudiaba en el mismo salón que Ruki, y en los minutos de descanso, se iba a ver a Yui para saber cómo se encontraba.

- Yui – san, ¿te quedarás hasta tarde hoy también? … - le preguntó el castaño a la rubia, muy emocionado y sonriente.

- Ah, Sora – kun! Ah lo siento mucho, pero sí, tengo otra reunión del consejo de estudiantes, así que… - contestó Yui con la cabeza agachada

- Así que nosotros la esperaremos hasta que termine… - contestó otra voz, era Yuma, Azuza y Kou también se encontraban con él, estaban todos recostados sobre las paredes del pasadizo del colegio, mirando al humano cómo se acercaba sin descaro alguno a su linda rubia - … el día de hoy, Eva viene con nosotros a la mansión, porque es nuestro turno de tenerla para nosotros… - contestó Yuma, con una gran sonrisa de boca a boca y relamiéndose los labios.

- Tch, se olvidan que puedo ir a visitar a Yui – san cuando lo desee, ese era parte del trato que habíamos impuesto… - dijo Sora con mucha seriedad, sabía de lo que los vampiros eran capaz de hacerle, sólo de pensar de lo que le harían en las noches, le revolvía el estómago y sólo pensaba en matarlos, para él no eran más que unos malditos chupasangres que deberían de extinguirse.

- Ustedes, ya paren de pelear! Sora – kun, te agradezco que te preocupes por mí, pero yo estaré bien, ya he pasado por esto en varias oportunidades, y así como ellos respetan el trato, tú también debes de aceptarlo… - contestó Yui con amabilidad y mucha convicción en sus palabras.

- Bitch – chan, te quedarás otra vez sin nosotros? Nos tienes descuidados… - dijo Raito acercándose con sus hermanos Ayato, Shuu y Kanato - … nos iremos sin ti el día de hoy, eso nos pone tristes…

Todos los vampiros se reunieron alrededor de Yui al igual que Sora, pero Yui les tenía noticias. Al parecer, iba a ver un gran baile como bienvenida de confraternidad entre estudiantes, donde todos estaban invitados a asistir.

¿Qué iban a hacer ahora los vampiros ya que tenían un nuevo enemigo? ¿por quién se decidiría Yui? ¿Qué sucederá con el baile?

Continuará…