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Chiquilla

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Despertó agitada, tenía el corazón latiendo sin control. La noche anterior había tenido un extraño sueño donde Shikamaru se había convertido en un apuesto príncipe.

Comenzó a reírse. La escena era bizarra, sin duda.

Miró su celular, en un día normal le mandaría un mensaje mañanero para contarle todo su sueño y reírse con él… o de él, daba igual. Pero ahora la cosa había cambiado mucho, su mejor amigo había declarado primero que ya no quería seguir esa amistad y después el muy desgraciado había gritado a los 4 vientos que la amaba.

Lo mataría si pudiera. Lo haría y retorcería su cuello hasta la saciedad, dándole una vuelta de 360° que lo hiciera mirarla solo a ella.

Un incidente el viernes había causado que sus amigos se pusieran en peligro y terminaran envueltos en una escena romántica completamente idílica, Hinata intentando salvar a un idiota rubio… sin embargo nadie se enteró de la confesión abrupta de Shikamaru hacia ella.

Durante el fin de semana le envió un par de mensajes, la respuesta fue contundente: "Sé de qué quieres hablar y en realidad no me siento preparado para afrontarlo ahora. No quiero hablarte" Si ella pudiera expresar su enojo en ese momento… la casa volaría.

Tocaron a la puerta.

Gaara pasó a su habitación, realmente daba igual si ella emitía una negativa, al pelirrojo criado le era indiferente, era tarde y él tenía que sacarla de su cama, comenzó a recoger las cosas del suelo y a remover su colcha, tirándola al suelo.

— Shikamaru no ha llegado… — dice su hermano menor, queriendo tocar el tema porque el extraño comportamiento de la rubia es notable.

— No vendrá… seguro no lo hará.

— ¿Pelearon?

—Peor

— ¿Se confesó?

Temari hace una pausa, aun en el suelo alza la mirada como sorprendiéndose a sí misma de que para todos fuera obvio menos para ella.

—Lo hizo.

— ¿Y por qué no vendría? Dijiste que sí obviamente.

La chica se levanta, ahora sí confusa.

— ¿Por qué habría de decirle que sí al vago ese?

— Porque lo amas desde hace años ¿Es que me estás tomando el pelo Tema? Baja a desayunar.

Gaara sale de la habitación y ella se golpea contra la puerta del armario. Hace cuentas, lleva haciéndolo todo el fin de semana, revisa sus diarios (por enésima vez) analiza sus mangas shojos y por primera vez analiza los personajes femeninos de los mangas del Nara. Y sí, todo es claro como el agua, todo es tan manga shojo que quiere echarse a llorar.

Seguro todo se había desencadenado por un malentendido, de esos que hacen que quieras romper el tomo de tu manga preferido porque los protagonistas son obtusos a morir, porque la comunicación es tan mala que apesta a podrido, porque las señales son tan obvias que un ciegosordomudo se daría más cuenta que esos patéticos personajes juveniles… y ahora ella se sentía una.

Él y ella. Pedazos de estúpidos.

Seguro fueron celos mutuos todo este tiempo, porque ella recuerda a la perfección sentir esa cosquillita que come cuando vez a un chico que te acelera el corazón, pero era un mocoso. Ella recién pasaba a la secundaria y él aún jugaba por el patio de la escuela con sus mocosos amigos.

Se enamoró de él cuando tenía 10 años y jamás se lo habría admitido a nadie, ni a ella misma.

Era un niño, se repetía una y otra vez. ¿Por qué le aceleraba el corazón un maldito niño? Eso no era sano ni normal, así que se dijo que necesitaba un hombre maduro. En la ecuación entró Hatake Kakashi, era un profesor conocedor, amigo de la familia… fue el blanco perfecto de las hormonas y sueños sueltos de una joven de 13 años.

Durante 3 años ignoró el fugaz sentimiento que ese chico causaba en ella, se avocó en cuerpo y alma a su maestro quien seguramente pensaba lo mismo "es solo una niña"

— Chiquilla

Repitió como si el asunto aún doliera. Porque tal vez había razón en sus palabras, se reencontró con Shikamaru en la preparatoria, al parecer su intelecto lo habían ayudado a escalar en el sistema educativo, cerrando la brecha que los separaba a 1 año.

Aunque a los 22 años 3 años ya son casi nada y conforme el tiempo avanza se vuelve una brecha insignificante, en ese tiempo aún era un impedimento para su psique. Cuando ese reencuentro se ocasionó ella volvió a sentir lo mismo que en su infancia y se siguió reprimiendo.

Sin embargo no pudo evitar los celos que causó la nueva "amiga" del chico, Yamanaka Ino. Desde entonces cualquier contacto entre ambas rubias estaba destinado al fracaso. Porque a partir de ahí, la Sabakuno desistiría de dejar fluir sus sentimientos por el Nara.

Si su ecuación estaba bien, ella había provocado lo primero enamorándose de Kakashi y haciendo creer a Shikamaru que siempre lo vería como un "Bebé llorón" y después él había cortado sus sentimientos cuando se enlazó tan íntimamente con Ino.

Y ahora ella se sentía tan tonta que seguía golpeándose contra la puerta del armario.

Porque durante su segundo año de Universidad recibió la noticia de que su prodigioso amigo había logrado cerrar por completo la brecha entre ellos, su intelecto lo llevó al mismo grado que ella y debió sospechar que todo era por estar a su lado porque más adelante rechazó otra promoción a un posgrado.

¡Qué tonta era!

Si se comportaba indulgente notaría pronto que eso era amor.

Y se dio más duro contra el mueble.

¿Qué cliché debería usar aquí? ¿Cuál?

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Entró a la universidad y lo vio en su usual lugar, él al verla salió del salón. La sangre hervía como caldero en el interior de la rubia, pero lo contuvo.

Más tarde lo vio en la cafetería junto a Naruto, le gritó con la mano al aire y él volvió a seguir de largo.

El ojiazul no comprendía nada y prefirió quedarse callado, pero Sasuke a su lado la barrió de abajo hacia arriba.

— ¿Por fin te has dado cuenta que has sido una molestia para Shikamaru?

Temari lo miró y aunque le dolió el comentario y la pequeña pizca de razón del Uchiha, cada día soportaba menos su facha de galán, le dio un puntapié y salió de ahí, aunque si se hubiera quedado habría presenciado otra escena de inseguridad del pelinegro sobre su forma de atraer a las mujeres llamándolas "molestia"

Por fin llegó a la última clase y lo encontró en su lugar de siempre, con la cara pegada al largo escritorio completamente rendido. Se sentó a su lado y soltó un suspiro, ni idea de cómo organizar esa conversación.

— Huelo tu shampoo Temari, te dije que no quiero hablar contigo ahora.

— Estás comportándote como un chiquillo.

— Lo sé

Se enderezó sobre su asiento y utilizó la silla a modo de mecedora, mordiendo la parte de atrás de su lápiz. Siempre que lo hacía ella lo veía tan sensual… y aunque normalmente reprimiría esa sensación esta vez la dejó fluir.

— Tal vez no debí nunca decir que eras un bebé llorón

Él se dignó por vez primera a verla a los ojos, las ojeras que tenía lo hacían lucir más maduro de lo que en realidad era.

— Tuviste razón, me presioné a volverme maduro sin entender que estaba actuando de la forma más tonta que pude. Volverme mangaka, independizarme, avanzar grados… tal vez todo eso fue porque no quería aceptar que hay cosas que no puedo acelerar.

— ¿Es un buen cliché no? — Exclamó ella extendiendo sus brazos en el mueble, estirándose cual gato, él alzó una ceja esperando que continuara — Has actuado hoy con el cliché de tira y afloja y aun así no estoy conmovida… tal vez nuestro cliché sea más el del orgullo que ciega el amor.

— No creo que sea bueno que hablemos de esto ahora, estás confundida por lo que dije el otro día y tus procesos mentales te están haciendo llegar a conclusiones que después no podrás sostener.

— ¿Insinúas que lo que siento es efecto de tu tonta confesión?

— ¡Perdona que fuera tonta! Has sido mi amiga por años, vives en tu estúpido mundo de fantasía ¿Cómo quieres que alguien intente alcanzar esas expectativas?

El pelinegro golpeó con los puños la mesa.

— ¡Fue tonta! No puedo creer que hicieras todas esas cosas para confesarte. ¿Qué tienes 10 años? ¡Escucha lo que te digo!

Esta vez fue ella quien se levantó plantando las manos contra la madera. Todo el salón, profesor incluido, se quedaron estáticos viendo a los chicos más racionales de la universidad discutir como críos.

— Pues parece que a tus ojos siempre tendré 10 años ¡Estúpida mujer! ¿Pero sabes qué? Tu igual eres una chiquilla, mira a qué hora vas a darte cuenta que te amo.

— ¡Soy una chiquilla y qué! Siempre te he querido y no me atrevía a decirlo porque tú nunca me hiciste sentir segura de hacerlo.

Shikamaru se queó estático, Temari también porque apenas y se cree capaz de decir lo que acaba de decir.

— ¡Estás diciendo que es mi culpa! ¿Cómo una mujer tan segura de sí misma y hastiada de prototipos viene y me dice que tengo que hacerla sentir segura?

— ¡Por eso no te soporto! Acabo de decirte que te amo y lo único que notas es eso.

La bulla estalla en todo el lugar, muchos universitarios no saben qué pasa, nadie entiende y todos quieren seguir viendo el espectáculo.

Nara Shikamaru, el chico más racional de la universidad, el prodigio al que le ofrecieron avanzar a estudios de posgrado a los 18 años de edad, el que siendo tan estratega hubiera desarrollado planes de conquista que jamás salieron bien, el que fijó objetivos y fue previsor para cualquier paso con ella, ahora le había importado tan poco todo que en un arrebato hizo a un lado la silla que estaba al medio de ambos, la jaló de la cintura y le robó el beso que llevaba años guardando en sus profundos sueños.

Ella brincó y reaccionó queriendo alejarse para aclarar la situación, pero él no se lo permitió. Tiró con fuerza de su cintura y la atrajo más hacia ella, su mano se deslizó por sus desaliñados cabellos rubios y empujó su rostro contra el de él.

Los labios de la chica eran más deliciosos de lo que sus sueños habían imaginado, la comisura de sus labios eran los bordes que su lengua deleitaba y lo volvían loco, su respiración entrecortada y la invitación de su boca le dejó conocer su lengua por primera vez y no pudo separarse más, siguió robándole cada suspiro perdido, disfrutando la fricción natural de dos bocas que parecen conocerse por primera vez pero ansiarse desde tiempo atrás.

— ¡Vamos a iniciar la clase! Quien quiera estar que siga quien no ¡Salga!

Es entonces que los dos protagonistas giran el rostro para ver a Kakashi… ¿Qué hacía ahí? Temari siente las piernas fallarle, tiene el rostro sonrojado hasta las orejas que en realidad ni siquiera es capaz de reconocer al profesor, Nara Shikamaru, oh joven genio, decide tomarla de la muñeca y salir de ahí con ella a rastras, con el dorso de la mano se tapa la cara… está muy avergonzado.

Por algún motivo que ni él entiende acaba llegando al invernadero, el aroma a fresas impregna todo, un aire suave corre por el lugar y mece los cabellos de ella.

— Muy bien, he actuado por impulso. He robado tus labios… te he amado todos estos años, he hecho muchas tonterías por amor, estoy en un invernadero lleno de fresas confesándome. ¡No puedo ser más estúpido cliché! Y ahora no puedo renunciar a ti… Temari esto es enserio, muy enserio. Te amo. No es pasajero, no es una idealización… amo a la terca, floja, arisca, tonta, impulsiva, grandiosa, inteligente, graciosa, fuerte… a la tú que he conocido tantos años. Si aceptas estos sentimientos estás aceptando algo con lo que tal vez no quieras cargar.

Ella aún tiene la cara roja y sorpresivamente suelta una carcajada sonora sacando de su locura al chico pelinegro.

— ¡Siempre tan serio! — En un impulso es Temari quien roba un efímero beso de los labios del chiquillo que la ha vuelto loca tanto tiempo — Solo diré que espero no te arrepientas de hacerme corresponder tan fuertes sentimientos con otros de igual intensidad.

Rodeo el cuello del chico con sus brazos, él aún sorprendido se dejó besar aunque eso jamás fue parte del plan.

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Por otro lado… más bien muy cerca una pareja se esconden detrás de unos fresales. Esos dos habían entrado tan histéricos que la primera reacción de ambos fue esconderse… pero con esos besos tan atrevidos Hinata está a punto de desmayarse y Naruto no puede ver porque el corazón le late a mil por hora. Ambos se miran consternados y con un color rojo que les llega hasta los huesos. ¿Cuándo terminarán de besarse para poder salir? Se preguntan con la mirada.

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No sé si este es el final, me lo pensaré! Jajaja muchas gracias a Coeli Nara por dejarme el review que me hizo retomar este fic años después. ¡Espero aun quede alguien que quiera leerlo! Gracias a todos. Estaba viendo el capítulo de la saga de Shikamaru y simplemente me dije que tenía que poner esto jaja ¡Feliz 2017!