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La sangre es amarilla, dejate caer, consuelame otra vez porque no pienso volver; el suelo tiene sed, la vida es imprecisa, dejate caer
Los Tres
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Capitulo uno.
Cuatro pequeñas tortugas de cuatro años veian una divertida caricatura en un viejo televisor. Los niños se veian contentísimos y de vez en cuando soltaban risas por las tonterías que hacían o decían los personajes animados. Su padre, una rata maestro en ninjitsu, aprovechaba para limpiar un poco la cocina, después de la comida. Sus hijos siempre dejaban algo que limpiar después de las tres.
-Karen, tu sabes que no debes hacer caso a lo que digan los demás. Con que tu sepas lo que tu eres en realidad, esta bien.-dijo una guapa mujer en el televisor. Su alumna –llamada Karen- había ido a decirle sobre el acoso que sufria de parte de sus compañeros de clases. Los hermanitos veian asombrados el televisor.
-Wow,-dijo Mikey con una sonrisa en su rostro.-seria genial tener una maestra así.
-Que nos apoyara en todo y nos ayude a salir de problemas, como Gabriela-sensei.-continua Leo igual de feliz.
-¿Por qué nosotros no tenemos una maestra?-pregunto Rafael mirando a los demás.
-Para eso debemos ir a una escuela.-explico Donnie con paciencia. Al escuchar la respuesta de su hermano, el pecoso de levanto y fue a la cocina a hacerle una pregunta a su padre. Los otros tres, casi sin saber porque, lo siguieron igual. Quizás era porque ellos también querían escuchar lal respuesta que Splinter le daría al menor.
-Papa…-llamo Mikey a su padre. El adulto volteo a verlo.-¿Por qué nosotros no vamos a la escuela?
La pregunta dejo pensativo al maestro. A pesar de saber perfectamente la respuesta, pensaba que era algo complicado explicárselo a sus hijos. La verdad seria algo cruda para ellos. ¿Cómo decirle a tus hijos que no son aceptados simplemente por su aspecto? Sabia que era una excusa demasiado tonta, incluso para ellos.
Al final, se agacho a la altura de sus hijos y les explico:
-Bien Miguel Ángel… como puedes notar, tu, yo y tus hermanos no son como los personajes de las caricaturas ¿cierto?
-Hai. Si es cierto.-respondió.
-Hay personas que no entienden eso y se asustan al ver a alguien distinto a ellos. Y puedo decir que cuando se asustan, no reaccionan de forma amigable.
-Que tontos…-murmuro Rafa cruzando los brazos. La rata continuo:
-Ellos no miran que buenas personas detrás de nuestro aspecto.
-Pero, ¿eso significa que si queremos ser amigos de algún humano, no podríamos?-pregunto Leonardo.
-Hijos, se que en los programas que les gustan hay personas buenas que enseñan cosas a los niños. Pero… ustedes tiene un caso diferente.
-¿Un caso diferente?-cuestiono Donatello.
-Es complicado de explicar.-dijo su padre.-Se que lo entenderán cuando sean mas grandes.
Los cuatro niños se fueron. Leonardo, Miguel Ángel y Donatello parecían satisfechos con la respuesta. Pero el pequeño ojiverde estaba inconforme. ¿Acaso solo por ser diferentes no podían integrarse a la sociedad? ¿Por qué diablos no podían?
-Te lo mostrare papa…-murmuro para si, sin que nadie le escuchara-te mostrare que los mutantes podemos será amigos de los humanos y podremos integrarnos con los demás. Y seremos mas felices.
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-Donnie…
-Donnie…
-¡Hey, despierta!
El nombrado se tallo los ojos y despertó. Encontró a su hermano ojiverde sentado sobre su plaston, mirándolo con un ligero ceño fruncido.
-¿Qué quieres Rafa? Son las dos de la mañana.-se quejo el otro.
-Tienes que ayudarme.-respondió. No parecía haber estado durmiendo. Tenia la cara lavada y un improvisado cinturón hecho de tela. Vio lo que parecía ser una linterna pero no estaba seguro.-Es sobre lo de esta tarde.
-Papa ya lo explico, no somos aceptados por nuestro aspecto.-dijo Donnie. Entonces, empujo a su hermano y se volvió a tapar con las cobijas.-Deja de molestar.
Rafa cayo de sentón de la cama. Se sobo el trasero y pensó en un plan para atraer a su hermano.
-Vamos Donnie.-dijo desde el suelo-Tu eres muy inteligente y sabes mas que nadie que tengo razón. Quizás encontremos a una maestra como Gabriela-sensei que nos ayude a vivir en la superficie. ¿Qué opinas?
-Que es una tontería.-respondió el castaño aun sin quitarse las cobijas. La cara de Rafa se torno roja de desesperación. Subio de nuevo, puso a su hermano boca arriba y le dijo:
-¡Vamos! ¡Ayúdame, ayuda… mmhhh.
-Callate Rafa.-lo regaño Donnie con el ceño fruncido.-Si despiertas a Splinter nos veremos un serio aprieto. Sobre todo porque nos queremos escapar de casa.
La carita del ojiverde se ilumino al escuchar esa frase de su hermano. Sonrió y le pregunto emocionado:
-¿Enserio me vas a ayudar?
-De acuerdo, pero regresamos temprano-se quito las cobijas de encima y bajo de la cama, seguido por Rafa-No queremos algún problema.
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Los dos niños iban caminando por el sistema de alcantarillado mientras iban alumbrando el camino con las linternas que llevaban. El menos se sentía algo inseguro por lo que su hermano le propuso. Sabia que era una idea estúpida entonces ¿Por qué lo estaba haciendo? Bien podía agarrarlo del brazo y amarrarlo a la cama si era necesario. La respuesta era simple: no quería que Rafa se enfrentara solo a eso.
-Tengo sueño hermano.-dice Donnie para intentar detener a su hermano.
-Aguanta un poco, ya llegamos.-respondió. Subieron por la escalera de la alcantarilla y el mayor se encargo de abrir la tapa. Era pesada pero es no lo detuvo. Al llegar a la banqueta, le hecho una mirada a su hermanito, quien aun seguía en la escalera. Parecia asustado. Rafa suspiro un poco fastidiado y le extendió la mano a su hermano.
-No te asustes, estaremos bien.-le aseguro el mayor. Donnie acepto su mano y subió
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Caminaron por las calles. No estaban tan desiertas, incluso se podía decir que era peligroso si no fuera porque solo eran prostitutas –y la mayoría drogadas- tipos ebrios y algunos vagabundos.
-Rafa…-llamo el menor a su hermano al pasar por un callejón.-ese tipo me ve raro.
El ojiverde volteo a donde su hermano. Había un tipo recargado en la pared con otros tres a su alrededor y no le quitaba su fría mirada al menor. Rafa sintió que un escalofrió recorrió su espina dorsal pero, siguiendo su papel de chico rudo, tomo de la mano a Donatello y siguió su camino.
-No los mires hermano.
El pequeño estaba asustado y tenia razón para estarlo. No se daban cuenta pero la pandilla conversaba sobre los pequeños mutantes en el callejón.
-Mmm… esos no son niños normales.-dijo uno de ellos, llamado Rokuro
-No me digas,-respondió con sarcasmo, quien tenia por nombre Kenta-no me había dado cuenta.
-¿Qué eran? ¿Era mi imaginación o tenían la pie verde?-pregunto confundido otro, Goro, que estaba sentado en una caja de madera.
-Eran mutantes.-contesto el segundo al mando, Ichiro.
-¿Creen que podamos hacer algún negocio con ellos?-pregunto Rokuro.-No se, un circo de fenómenos o algo así.
-Mmmm…-pensó Kenta para luego sonreír maliciosamente-conozco a alguien que se interesaría mucho en ellos.
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-Rafa, tengo sueño.-se quejo el castaño tallándose los ojitos-Este lugar me da miedo, el hambre no me deja en paz y quiero a mi papa.
El ojiverde ignoro las quejas de su hermano menor. Solo habían caminado cinco kilómetros, no era para tanto. Justo en ese momento, pasaron por una esquina de prostitutas.
-Hola niño…-dijo una de ellas, acercándose al mayor de los dos pequeños-Hijole, creo que fume demasiado de la verde Joselyn,-continuo dirigiéndose a otra mujer que estaba a lado de ella-veo a estos niños verdes.-luego, volvió a fijar sus ojos rojos en ellos-Son tan lindos, lastima que no puedo tener hijos. Niños, ¿esos tipos son de ustedes?
Ambos chicos giraron sus cabezas al mismo tiempo y vieron a los cuatro tipos del callejón atrás de ellos, caminando a unos pocos metros detrás de ellos.
-Corre Donnie.-le dijo en voz baja el mayor. Sin embargo, Donatello estaba paralizado por el miedo-¡Te he dicho que corras, estúpido!
Ambos niños comenzaron a correr tan rápido como sus cortas piernas se lo permitían. Los sujetos no tardaron en comenzar a perseguirlos. Rafael nunca soltó la mano de su hermanito en todo el trayecto, saltaba sobre los obstáculos, pasaba por debajo de cosas demasiado altas para saltarlas pero nunca la soltó.
En un momento dado, el ojiverde tuvo la idea de meterse en callejón, pensando que así los confundiría. Pero, como es obvio, solo termino por acorralarlos. Ambos chiquillos saltaban para intentar alcanzar el borde del muro y poder saltarlo pero era imposible. Entonces, la luz que proyectaba la luna fue bloqueada, provocando que ambos voltearon solo para encontrarse con los cuatro… no, tres sujetos.
-Vaya, vaya, vaya, creí que las tortugas estaban en peligro de extinción.-comento Rokuro con ironia en su voz.
-Vengan niños, los llevaremos a su casa.-dijo el líder extendiendo sus manos para alzarlos. El miedo se apodero de ambos, e involuntariamente se abrazaron. Cuando el hombre se acerco a solo treinta centímetros de su rostro, el labio inferior de Donatello comenzó a temblar y sus ojos cafés se cristalizaron. Unos segundos después, soltó un alarido y lloraba sin parar.
-¡Papa!-gritaba sin cesar-¡Quiero a mi papa!
Los pandilleros se percataron de que comenzaban a llamar mucho la atención. Algunas luces de los edificios eran prendidas al escuchar el llanto del pequeño y sus dueños estaban listos para ir a ver que pasaba.
-¡Carajo!-exclamo Goro-¡Ichiro debería estar aquí!
Como si fuera magia, una camioneta blanca apareció enfrente de ellos, y era conducida por Ichiro. Los tres pandilleros sonrieron al ver a su compañero. Rokuro le tapo la boca a Donatello y lo apretó tan fuerte contra su pecho que no podía ni mover sus manos, mientras que Goro fue por Rafael, quien no dejaba de patearlo.
-Matilde, te juro haber escuchado a un niño llorar por su padre.-dijo un hombre dueño de un departamento del edificio, abriendo su ventana. Pero, si la hubiera abierto dos segundos antes, hubiera podido ver como los perversos hombres subían a los niños a la camioneta para desaparecer en la noche.
Yey! Al fin! ¡Ya quería hacer esta historia :D!
Si, se que no es la gran cosa pero ya verán como ire poniéndole mas emoción al fic. Veo que a muchas les gusto la idea y espero recibir sus lindos reviews :3 O no muy lindos, lo que sea solo díganme que les pareció. Y si, Splinter se dara cuenta de que sus hijos o están y TAMBIEN, Karai tendrá un papel importante en la historia Y NO, no fui yo quien mato a Karla Suarez.
Ahora, a buscar una imagen de portada :D
Adios y comenten!