Capítulo 1

- Recuerdos -

Infiltrarse en las filas del ejército serbio fue difícil, tener un acento perfecto fue algo más complicado pero quedarse inmóvil mirando como golpeaban a su hermano fue terriblemente doloroso.

Por suerte, Sherlock lo despistó y pudieron sacarlo de allí. El regreso a Londres, la visita al barbero y la pequeña discusión solo fueron minucias hasta que saltaron al tema principal, tema del que Mycroft se sentía algo reacio a hablar.

—¿Y qué pasa con John Watson? —preguntó Sherlock sin apartar la vista de su reflejo y colocándose la camisa.

—¿John? —preguntó Mycroft algo confuso.

—Aha… —murmuró Sherlock, giro la cabeza hacia su hermano y se fijó en el —. ¿Lo has visto?

—Oh si —dijo fingiendo ironía —. Quedamos todos los viernes y cenamos Fish&Chips

*Flash Back*

Semanas después de la muerte de Sherlock, Mycroft había comenzado una vigilancia sobre John. Su hermano había fingido aquello para mantenerlo a salvo pero eso no le daba una seguridad total así que la CCTV estaba pendiente de él, además de algunos agentes que había colocado Mycroft.

El político podía observar como los días para John pasaban con mayor facilidad, le había visto llorar en incontables ocasiones, cuando aún vivía en el 221B, también lo había oído llorar en su nuevo apartamento, cuando cogía el metro… Y sobre todo cuando leía en la prensa noticias donde insultaban a su hermano.

Un viernes por la noche, después de casi dos meses en la sombra, mandó un coche negro frente al centro médico donde trabajaba. John no necesitaba insistencia y sabía que le guardaba muchísimo rencor así que iría a donde fuera contar de poder ver a Mycroft.

—"London Fish&Chips" —leyó John a través de la ventanilla del coche —. ¿Estás de coña?

Anthea alzó los ojos del teléfono y negó con la cabeza. La puerta del coche se abrió y John tuvo que salir .Mycroft esperaba dentro, sentado en la barra de espaldas a la puerta aunque ya veía John gracias a su reflejo en el espejo que había detrás de la barra.

—Me sorprende —dijo el rubio cuando llegó a su lado —. Tanto tiempo sin dirigirme la palabra y quedas aquí… No es un sitio en el que esperaba a verte.

—Tampoco he quedado nunca en uno, pero es más cómodo para ti.

—¿Qué es lo que quieres Mycroft? —preguntó John conteniendo un suspiro de cansancio y apretando los puños.

El nombrado despegó un poco el taburete de la barra y le dio golpecitos con la mano en el asiento.

—Acompáñeme doctor Watson, ya hice el pedido.

John suspiró pesadamente y se sentó a su lado, apoyando los codos en la barra para sujetarse el rostro.

—Tengo unas ganas horribles de golpearte… —le dijo —. Vendiste a tu hermano y…

—John —cortó Mycroft —. Esa información era vital para el país…

—¡Pero era tu hermano! —dijo en un susurro.

—¿Qué te crees? ¿Qué para mí no era difícil esa elección? —le recriminó —. Pero tuve que elegir, mi hermano o toda la nación británica… Gracias a eso miles de personas pueden dormir tranquilas por las noches… Y jamás pensé que Sherlock llegaría al suicidio, solo… —dijo mirando al camarero como dejaba las cervezas y las patatas frente a ellos —. Creí que lo soportaría, como siempre.

El rubio tragó saliva y le dio un sorbo a la cerveza para deshacer el nudo que se le había formado en la garganta.

—No lo aguantó —murmuró —. Y tú no lo viste saltar, no lo viste…

—John —dijo Mycroft aproximando una mano para apretarle el antebrazo —. Tú sabías quien era Sherlock, lo importante que era para este mundo. Quédate con eso, de lo importante que fue y lo útil que fue. Solo debe importarte a ti

John ladeó la cabeza para mirarlo, Mycroft no apartó la vista y le miró a los ojos.

—Por Sherlock —dijo el político apartándose un poco y alzando el botellín de cerveza.

—Por Sherlock —repitió John de inmediato imitándole y chocando los botellines.

Dieron un trago y John se atrevió a sonreír. Mycroft era una persona normal a pesar de todo.

*Fin del Flashback*

Por alguna razón, eso se había estado repitiendo todos los viernes durante meses.

—Estoy pendiente de él, por supuesto —dijo al fin Mycroft haciéndole un gesto a Anthea para que le entregara una capeta con fotos del mismo John.

Sherlock leyó los informes y revisó las fotos y asintió lentamente. Dejó la carpeta sobre el escritorio y se volvió a mirar al espejo.

—Voy a darle una sorpresa a John, le encantará —dijo con seguridad.

—¿Tú crees? —preguntó Mycroft con ironía mientras se cruzaba de brazos.

—Apareceré en Baker Street, quizás salga de una tarta —dijo sonriente.

*Flashback*

Mycroft nunca había estado en el piso de John, aunque sabía cómo era por las fotos que tenía intentó mostrarse muy perdido cuando llegaron al bloque de pisos.

—Así que es aquí donde vives… —preguntó Mirando hacia arriba.

—Es un buen sitio, ya sabes, barato y cerca del metro. Lo que me pega —dijo sonriendo con modestia —. ¿Quieres subir? Supongo que será poco cosa para ti pero tengo un whisky buenísimo…

—¿Whisky de malta? —pregunto, y ante la respuesta de John solo pudo sonreír con suavidad —. De acuerdo.

John abrió la puerta del portal y subieron por el ascensor en silencio. John estaba algo nervioso, Mycroft aún le causaba algo de inquietud y eso de que fuera a ver su piso….

—Lo siento si es pequeño, no quería nada más grande para mí solo… —susurró mientras abría la puerta.

Mycroft entró y encendió la luz, sonrió al verlo. Todo estaba muy ordenado y aunque fuera pequeño estaba bien amueblado y colocado.

—Me gusta —le confesó mientras entraba al salón.

—Siéntate —pidió John —. Ahora traigo el whisky… —dijo yendo a su habitación.

Mycroft dejó su maletín sobre la mesita que había frente al sofá, al igual que dejó allí el abrigo.

—Mmmm… ¿Puedo preguntarte algo? —dijo Mycroft.

—Claro —dijo John regresando con la botella y dejándola en la mesa para coger dos vasos.

—¿Por qué te mudaste? —preguntó —. Supongo que la señora Hudson no te hubiese puesto el piso más caro…

—Recuerdos —se limitó a responder John —. Tu hermano es el mejor ser humano que jamás he conocido y estar allí donde todo me recordaba a él… Era raro.

John sonrió con tristeza y se sentó a su lado mientras servía las copas.

—Uhm, ¿brindamos? —preguntó Mycroft alzando el vaso.

—¿Y por qué vamos a brindar? —preguntó John con curiosidad.

—Por lo bueno que vendrá —dijo Mycroft sonriendo.

John rió y chocó sus vasos.

*Fin del Flashback*

—¿Baker Street? Ya no vive allí, ¿Qué pintaría ahí? Han paso dos años. Ha seguido con su vida —le dijo

—¿Qué vida? Si no estaba yo.

Mycroft contuvo un gemido de frustración y movió un poco los brazos.

—¿Dónde estará esta noche? —preguntó Sherlock acercándose a él.

—Y yo que se…—respondió Mycroft.

—Tú lo sabes todo —aseguró Sherlock con orgullo.

"Ahora o nunca" pensó Mycroft, se irguió un poco e intentó relajar los brazos.

—Tiene una reserva para una cena en Marylebone Road, un lugar muy coqueto. Tienen unas varias botellas de Saint-Emilion del 2000 —explicó —. Aunque yo prefiero el del 2001.

*Flash Back*

—No pienso aceptar… —dijo John riéndose.

Mycroft sonrió de medio lado, había ido al trabajo de John al salir este y ahora se estaban tomando un té en una cafetería cercana,

—Oh venga John, mañana es viernes y llevamos quedando todos los viernes durante meses.

—Si bueno, pero en el Fish&Chips….

—He engordado tres kilos desde entonces —le dijo Mycroft muy serio antes de sonreírle —. Déjame invitarte a cenar a un buen sitio, por favor.

John dejó la mano sobre la mesa, cerca de la de Mycroft y este aprovechó y la rozó con sus dedos.

—De acuerdo… -dijo John sin apartar la mano —. Pero no te meterás con mi traje, solo tengo dos —le dijo apretándole los dedos de la mano.

—De acuerdo —dijo Mycroft.

Esa misma noche, Mycroft pasó por el a las siete a recogerle.

"Estoy abajo" MH

Unos cinco minutos más tarde, John salió del portal mientras se alisaba el traje. Mycroft ensanchó su sonrisa. El traje le venía un poco grande y John se veía muy lindo así vestido. Mycroft abrió la puerta y salió del vehículo.

—Estás muy elegante —le dijo.

John le miró y se sonrojó.

—No me sienta tan bien como a ti…

—Oh, por eso no te preocupes, estás muy guapo.

Mycroft se sonrojó tanto como John pero al ser de noche no era muy evidente y nadie lo comentó. John se subió primero al coche y Mycroft le siguió.

—¿Dónde vamos? —preguntó el rubio.

—Marylebone road —le respondió -. Es un buen restaurante, me gusta mucho.

—¿Sueles comer allí?

—Al menos una vez al mes.

—¿Y con quien vas? Suena un sitio romántico.

—Voy solo —respondió Mycroft.

John suspiró con alivio y se relajó en el asiento.

—Entonces, solo para…. Aclararlo —se atrevió a preguntar mirando fijamente al frente —. ¿Esto es una cita?

—Sí —respondió Mycroft con firmeza.

—Vale… -dijo John asintiendo.

Mycroft le miró de reojo y le rozó la mano de nuevo.

—¿Estás de acuerdo con eso? —preguntó.

John sonrió y agarró su mano.

—Solo que no me esperaba que mi primera cita seria en años sería contigo. Pero me siento bien.

—¿Aunque sea un hombre?

John se quedó en silencio y le miró fijamente mientras le acariciaba el dorso de la mano, se acercó a él sacando toda la valentía que pudo y le besó. Mycroft se quedó petrificado, pero cerró los ojos y movió los labios contra John.

Cuando notó como perdía el contacto abrió los ojos.

—Aunque seas un hombre —respondió John sonriéndole antes de mirar al frente.

*Fin del Flashback*

Continuará