Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto

Esto suponía ser un One-shot, pero me quede 100 horas tras el teclado y cuando me di cuenta había llenado de letras 23 hojas, así que, no es lo suficiente largo para ser un fic talla XL pero me daba cáncer de ojo verlo como un solo capitulo razón por la cual es un Three-Shot, no estoy muy segura de que el termino exista pero me da igual.

Disfruten ;)

Ink Panic!

Parte 1/3

Me sentía como basura.

No, basura es poco, me sentía como un trago de tequila que ha sido lamido del ombligo de un gordo que se alimenta exclusivamente a base de hamburguesas y papas fritas de McDonald's que después fue vomitado en un baño público portátil, así de asquerosa me sentía.

Me dolía la cabeza, el estómago, tenía una sensación agria en la puerta de la garganta y sentía los parpados pegados con mega-glue, exhalar e inhalar era horriblemente doloroso y estaba segura de que tenía un hueso roto en algún lugar, había una sensación incomoda recorriéndome la piel y millones de preguntas recorriéndome el cerebro.

¿Dónde estaba? Estaba en las Vegas, más concretamente en una de las suites del hotel MGM Grand.

¿Qué hacia allí? Fácil, mi padre, Yamamoto Ryota, o como lo conocen aquí "El dragón de cristal", me había pagado tres boletos de avión, desde Japón hasta estados unidos, para que viniera con dos de mis mejores amigos, Sabaku No Temari y Nara Shikamaru, a ocuparme de la organización de una fiesta donde se reunirían figuras importantes del espectáculo.

¿La razón? Mi querido y temerario padre celebraría 15 años -años de cristal- de su exitosa carrera como mago e ilusionista, la fiesta seria en menos de dos semanas.

Como adivinaran, las cosas por ahora no van demasiado bien, pero créanme una vez te despiertas en las vegas con la mitad de tu memoria difuminada las cosas solo pueden ir peor.

Y no me equivoco, en el momento en el que decidí subirme en el avión que me traería hasta aquí marque mi destino con la indeleble tinta de "Las vegas, Baby!".

Y ahora que menciono la palabra tinta e indeleble, la cabeza me duele aún más.

Esto había sucedido: después de un largo vuelo, de Tokio a New york, y otro más corto, de New york a las vegas , por fin podía descansar, o por lo menos todo lo que se puede descansar mientras Shikamaru y Temari, mis queridísimos amigos a los cuales conozco desde la preparatoria, discutían sin parar sobre algo bastante estúpido, tan estúpido que no pienso ni mencionarlo, me quede dormida en la suite del hotel, Shikamaru y Temari se marcharon a desayunar sin mí, cuando volví a abrir los ojos el sol ya se había apagado y las vegas se había encendido, Temari estaba frente a mi vestida con una falda de lentejuelas y un blusa color salmón, subida en unos tacones plateados, "Vamos a salir" me dijo mi rubia amiga y entonces me di cuenta que a unos metros de la cama donde yo había estado durmiendo, se encontraba Shikamaru, sentado en frente de la TV vestido en un elegante traje, seguramente había querido ir con su ropa normal y Temari le había dado un ultimátum y lo había obligado a cambiarse, encima de la cama había un vestido color lavanda, era mío , me levante sin decir palabra y me metí al baño, me di una rápida ducha, una vez vestida y arreglada, los tres salimos a disfrutar de la ciudad del pecado.

Y eso es lo único con sentido que puedo recordar, después de eso entramos en varias discotecas, recuerdo que había música, alcohol y gente riendo y bailando por todo el lugar, alguien en particular, un joven alto y pelirrojo, Akasuna Sasori, hijo de un empresario que tiene un hotel en la ciudad y además de eso, mi ex – novio, mi padre trabajo con el suyo para promocionar su nuevo hotel y yo le conocí gracias a eso, a mi padre nunca le agrado y no tenía miedo de decírselo, un par de veces menciono "Sasori, te odio, aléjate de mi hija" sin rechistar justo en frente de la atónita cara del chico, después el termino conmigo y yo llore mucho y mi padre lo odio aún más, recuerdo haber tomado un trago o dos acompañada de Sasori, simplemente porque en algún momento de la noche tanto Temari como Shikamaru se habían esfumado, ambos borrachos, me habían dejado sola con mi ex.

Y una chica al lado del ex que le rompió el corazón, con la sangre llena de alcohol siempre termina humillándose o haciendo cosas estúpidas, en mi caso hice las dos.

Porque esa mañana, peleando contra la resaca del siglo, me encontré a mí misma mirándome en el espejo, con el cabello revuelto, el maquillaje corrido y unas ojeras de espanto, los pies sucios y descalzos , aun con el vestido lavanda puesto el cual ahora tenía una mancha horrible de color rosa mezclado con naranja, acerque mi nariz a la mancha y lo descubrí, un fuerte olor a vodka, un seguramente costoso coctel derramado sobre un igualmente costoso vestido, grandioso, todo era normal hasta allí, el cabello, el maquillaje, la cara de muerta etcétera, etcétera, lo que estaba totalmente fuera de lugar era el vendaje que cubría mi brazo derecho desde el codo hasta la muñeca, con miedo, cautela y mucha curiosidad, desenvolví mi brazo con cuidado suponiendo que se trataba de alguna herida pues me dolía un poco la piel.

Con los ojos desorbitados y la boca abierta a mas no poder, observe exactamente lo que escondía el vendaje, tenía grandes letras petrificadas en mi piel, un tatuaje, un maldito tatuaje, un tatuaje enorme, colosal, letras gigantes, como el aviso de un cafetería que abre las 24 horas, y lo peor, mi cafetería se llamaba Sasori.

Sí, no solamente había bebido lo suficiente para tatuarme, sino que había bebido lo suficiente como para tatuarme el nombre de mi ex – novio, persona non-grata para mi padre al cual, dios, tenía que ver en menos de dos semanas cuando regresara de su tour por Europa.

-¿En qué diablos estabas pensando?- Me gritaba Temari, con esponja en una mano y un jabón en la otra mientras me restregaba fuertemente la piel del antebrazo.

-No estaba pensando, eso fue lo que sucedió- Le respondí, mirando al techo, resignada, había una realidad que aceptar, era un tatuaje, de los de verdad, de esos que no se van con jabón – Sabes no quiero culpar a nadie, pero no hubiera terminado en un salón de tatuajes totalmente borracha, si mi mejor amiga se hubiera asegurado de que llegara al hotel- la mire un poco molesta, Temari dejo de restregar con la esponja, me levante, había estado sentada en el borde de la bañera mientras Temari se esforzaba por remover la fea marca, me acerque al lavamanos y con un poco de agua removí los restos de jabón , me seque con un toalla cercana y cubrí la abominación con la misma venda que había quitado hace unos momentos.

Estaba en grandes problemas, mi padre me vería con esta cosa en el brazo y seria el padre más decepcionado del mundo, no porque su única hija se hizo un tatuaje, mi padre es un hombre de tatuajes, tiene los dos brazos cubiertos de ellos, sino porque su querida y dulce hija, la niña de sus ojos y su corazón, se ha tatuado el nombre del más grande idiota del mundo, y si, es permanente.

Y si, es posible ocultarlo, algo con manga larga y ya está, el problema es que papá me había comprado un vestido, un vestido hermoso, elegante y costoso para que usara el día de la fiesta y este no tenía ninguna manga larga, ¿debía llamarlo y decirle que no lo usaría?, claro que no, sabría de inmediato que algo andaba mal.

- Dormí con Shikamaru- Fue lo que escuche de boca de Temari, quien aún estaba cerca de la bañera, mire su reflejo en el espejo, tenía la cara más seria del mundo, no era una broma.

-EHNHN- ese fue el sonido que salió de mi boca mientras mis hombros se estremecían víctimas de un escalofrió que se extendía por mi espalda.

Shikamaru y Temari, juntos, en la misma cama.

-¿Pero que me estás diciendo?- susurre, en realidad creo que el verbo correcto es gritar, pues mi cabeza parecía estar un tono más bajo que la realidad.

- Dormí con Shikamaru- repitió la rubia levantándose del suelo donde había estado de rodillas, abandono el jabón y la esponja dentro de la bañera en un lanzamiento brusco y salió del baño, yo la seguí con cara perpleja, ¡Que ni pensara que se escaparía de mí!

- Eres consciente de que eso es algo que no pasa todo los días…- le dije incrédula, Temari se sentó en el sofá de cuero de la suite- Es más, es algo que no debió de haber pasado nunca, es decir, ¡acaban de abrir la caja de pandora!- le replique mientras hacía estúpidos movimientos con mis brazos tratando de ilustrar mi punto.

- Lo entiendo, pero que me lo digas no ayuda- suspiro- me he escapado de él esta mañana, estábamos los dos en la cama, era un desastre, no puedes ni imaginar…

-Sin instrucciones guiadas, de verdad te lo agradecería- le dije, Temari estaba a cinco minutos de un ataque de nervios.

-¿Qué se supone que haga?- me pregunto mirándome a los ojos desesperadamente.

- Pues como voy a saberlo yo, olvídalo, ¿sabes lo que tienes que hacer? Ayudarme a ocultar esto de mi padre- le respondí irónica apuntando a mi vendado brazo derecho.

-Es un tatuaje y uno muy feo en mi opinión, tendrás que explicarle lo que sucedió o fracturarte el brazo y hacer que te pongan un yeso para cubrirlo- contemple esta opción por un par de minutos- Es broma Matsuri- me dijo al ver mi cara de concentración.

Deje escapar una cosa rara entre un suspiro y una queja, segundos después mi estómago me hablo por medio de un extraño ruido: Tenía hambre, mucha hambre.

0000

Y ahí estábamos.

Sentados en una mesa para tres y hundidos en el más incómodo silencio, a mi derecha mi rubia amiga y a mi izquierda el desordenado Shikamaru, ambos comían con prisa con los ojos puestos en el plato evitando mirarse, y en el medio estaba yo, quien moría de hambre pero tenía un inmenso problema.

Nos habíamos saltado el desayuno por lo que estábamos comiendo a una hora inapropiada en el solitario buffet del hotel, no habían camareros o algo parecido, si querías algo debías levantarte y tomarlo por tu cuenta, pero vaya, la hambrienta Matsuri, esa soy yo, en su afán de tomar todo lo que pudiera rápidamente había olvidado tomar su paquete de cubiertos.

Me daría una patada en el culo si fuera así de flexible.

Tenía hambre, no podía comer porque no tenía cubiertos, si quería cubiertos tenía que levantarme y si me levantaba…

-No te atrevas- dijeron mis dos acompañantes cuando hice el más mínimo ademán de levantarme, no querían quedarse solos en la misma mesa.

Así que mire mi plato por un par de minutos.

Hasta que me harte.

-¡Pues ya es suficiente!- Grite de repente haciendo saltar a mis dos amigos- ¡Han tenido sexo qué más da! Es estúpido, tenían ganas y sucedió, fin de la historia, tengo mucha hambre, así que me iré por cinco segundos por que no puedo comer con las manos, es lo único que me falta ¡Podrán sobrevivir!- Concluí poniéndome de pie y caminando hacia mis anhelados cubiertos.

0000

Pasamos una semana y media de inocente turismo, pues ninguno de los tres nos atrevimos a salir de fiesta de nuevo, Temari y Shikamaru hablaron de lo ocurrido y extrañamente regresaron a su trato habitual, nos dedicamos entonces a hacer lo que se supone era nuestra verdadera misión en aquella ciudad, visitamos muchos lugares buscando locación para la fiesta de mi padre, elegido el ideal, hicimos invitaciones, contratamos decoradores, entretenimiento, seguridad, meseros, cocineros y mil cosas más, lo único que seguía molestándome y me quitaba el sueño era el maldito tatuaje, no podía verlo, me deshacía en lágrimas cuando lo veía, había visitado a un dermatólogo para encontrar una manera de quitarlo pero vaya, removerlo costaba demasiado y no tenía todo ese dinero, tenía el dinero de mi padre, pero me lo podía imaginar recibiendo noticias del banco "Has gastado un dineral con un dermatólogo ¿Te encuentras bien?" Y después de eso se me caería la cara de la vergüenza y confesaría todo, nunca había sido buena para los secretos.

-Cúbrelo- Me dijo Shikamaru un día mientras íbamos en la parte de atrás de un taxi, Temari se sentaba adelante con audífonos en los oídos obvia a nuestra conversación.

- No podré hacerlo por mucho tiempo- le respondí mientras me hundía en el asiento, derrotada, me imaginaba la cara de papá, aun peor, me imaginaba a mí misma en la fiesta frente a toda esa gente importante con la atrocidad en mi brazo.

- Quiero decir que lo cubras con otro tatuaje- me dijo el castaño, mis oídos zumbaron, en mi cabeza se escuchó "DING! DING! DING!".

Eso era, la perfecta solución, una cobertura, esas cosas existían, te tatúas encima de la abominación y problema resuelto.

En cuanto estuvimos en el hotel salí disparada hacia mi habitación.

Necesitaba un salón de tatuajes, inmediatamente.

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Me senté, teléfono en mano, entre las suaves almohadas de la cama, Temari apareció en la puerta mirándome con curiosidad pero decidí concentrarme en la tarea que debía cumplir.

-¿Qué haces?- pregunto, sentía como intentaba mirar la pantalla de mi móvil por encima de mi hombro- ¿Buscas un salón de tatuajes? ¿Acaso no has tenido suficiente con lo que sucedió?- Le escuche decir en voz de regaño, llena de energía me levante y la mire a la cara, me dirigió una mirada de confusión.

-¡Una cobertura!- le grite- ¡Es la idea del siglo! ¿Vez esto? – Dije con energía mientras enrollaba la manga derecha de mi camisa y dejaba al descubierto el escrito en mi piel- ¡Ponle un poco de tinta encima y parecerá que nunca estuvo hay!- Bien, exageraba, necesitaría más que un poco.

-¿Estas segura?- Me pregunto aun un poco recelosa de mi idea.

-Completamente, no lo he pensado yo, ¡Ha salido del genio Nara Shikamaru! Así que debe funcionar- asegure dirigiendo la mirada de vuelta al móvil.

-En ese caso- Dijo Temari, caminó hacia la mesa de centro que se encontraba entre el televisor y el sofá y tomo su bolso, la vi rebuscar algo entre los bolsillos de este hasta encontrar una tarjeta pequeña, era negra, el contenido en letras rojas.

Me entrego aquello y procedí a leerlo.

-¿Un salón de tatuajes?-pregunte al aire- Acid Ink- susurre el nombre que se leía en aquella tarjeta- Un momento… ¡Sabaku No Gaara!- dije en voz extremadamente alta, escalando del tono más bajo al más rompe tímpanos posible.

-Calla, me está doliendo la cabeza será mejor que bajemos a almorzar- me recomendó Temari tomando su bolso y caminando hacia la salida.

Corrí hacia ella tomándole de los hombros, la agite violentamente mientras le decía.

-¡Tienes un hermano con un estudio de tatuajes en Las Vegas especializado en coberturas y hasta ahora se te ocurre decírmelo!

- ¡Detente!- me pidió, pare de sacudirla pero mantuve mis manos en su hombros mientras le miraba como una desquiciada- Te comente que visitaría a mi hermano, no sabía lo del salón, me lo comento ayer cuando me encontré con él, solía trabajar como tatuador en otro lugar pero parece que se ha unido con un amigo y ha abierto su negocio propio- me explico, entonces la deje ir- la verdad no se me había pasado por la cabeza lo de la cobertura, esperemos que funcione- concluyo.

-Todo ha quedado en manos de tu hermano de un momento a otro- le comente mientras salíamos de la habitación y nos dirigíamos al ascensor.

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Baje del taxi vestida con unos pantalones cortos y una camisa manga larga color negro, me sofocaba un poco, pero preferiría morir sofocada que enseñar aquel tatuaje, camine por la acera con la tarjeta en la mano buscando la dirección, le había pedido a Temari y a Shikamaru que se encargaran de organizar los últimos detalles de la fiesta de mi padre, que sería en menos de dos días, había pasado por esta misma calle múltiples veces y siempre salía corriendo, me avergonzaba y asustaba lo que podía suceder, no sabía si dolía, la primera vez estaba demasiado ebria para sentir nada y además me cohibía el hecho de enseñar aquella pieza de tinta.

Estaba entonces enfrente del lugar, desde fuera solo se veía un gran anuncio donde en letra color neón se leía "Acid Ink: Tattoo Parlor" había una gran puerta de caoba con una pequeña ventana donde se asomaba un letrero de "Abierto" , empuje la puerta mientras tragaba en seco y me encontré en la recepción, colgaba de la pared una gran pantalla de televisión que en ese momento pasaba un video de una banda de rock, una de la paredes estaba completamente cubierta de espejo lo que hacía ver al lugar más espacioso de lo que era , arriba de mi cabeza colgaba un candelabro de cristal negro realmente atrayente y a mi derecha la pared se cubría de dibujos hechos a mano enmarcados en molduras metálicas, eran obviamente diseños de tatuajes y cada uno se veía mejor que el otro, estaba fascinada con la decoración.

-¿Necesitas algo?- me pregunto la chica del mostrador, tras ella había un estante con algunas piezas de joyería, dijes y demás, la joven era delgada tenía cabello oscuro y largo y lo más llamativo de ella eran sus ojos de un color lavanda perlado.

Me acerque a ella con pasos vacilantes.

-Necesito una cobertura- dije rápidamente.

-¿Acordaste un cita con alguno de nuestros artistas?- me pregunto amable mientras giraba levemente hacia su computadora.

- No estoy segura, mi amiga se comunicó con uno de los dueños- le dije con un poco de vergüenza, sí que apestaba en planear cosas, la chica me miro un poco incrédula y supe que debía explicarme mejor- Su nombre es Temari- me detuve para mirar de reojo la tarjeta en mi mano- es hermana de Gaara- al decir esto la joven pareció salir de su duda.

-Oh, ya veo, Gaara dijo que vendrías ayer y también el día anterior a ese, ¿Han habido problemas?- me pregunto con una sonrisa escribiendo algo en su computadora.

Dios, ¿qué podía decirle?, estaba asustada, necesitaba que alguien me aconsejara pero aquella chica, o al menos lo que podía ver de ella, no parecía tener ningún tatuaje o algo parecido.

-¿Tu nombre?- me pregunto sacándome de mis cavilaciones.

- Yamamoto Matsuri- Le respondí rápidamente.

-¿Eres de Japón? ¿Hace mucho que conoces a Gaara?-continuo tecleando rápidamente.

-No le conozco- la chica me miro extrañada.

-Vaya, hablas tan familiarmente de él que me dio la impresión de que… olvídalo, estoy siendo muy inquisitiva, lo lamento- se disculpó y yo me relaje un poco- Le avisare que estas aquí, creo que está terminando una sesión con otro cliente, no debe tardar, espera en el sofá si deseas- me dijo mientras salía de detrás del mostrador.

¡Que no tenía tatuajes! Vaya que estaba equivocada, la joven tenía un diseño de pájaros volando que se extendía por toda su pierna izquierda mientras que la derecha tenía varios diseños que desde mi punto de vista no podía reconocer, la chica desapareció por el pasillo y se detuvo en la última puerta.

Sentí un nudo en la garganta y las manos sudorosas, los nervios me destruían y me construían de nuevo, no podía pensar en nada más que la aguja perforándome la piel, ¿Y si salía mal? ¿Si era imposible de cubrir aquella abominación? Me carcomían las dudas, no tenía tiempo para un plan B.

La puerta se abrió a mi derecha, gire casi inmediatamente, encontrándome con un chico vestido en un vaquero y una camisa negra que en su mayoría estaba desabotonada, los brazos completamente cubiertos por tinta en diseños fantásticos, tenían un casco de motociclista cubriéndole el rostro.

-¡Oh! Nuevo cliente- dijo, la voz distorsionada por hablar con el casco puesto-¡Hinata! ¡Hay un cliente aquí!-Grito enérgicamente el hombre.

Segundos después la chica regreso.

-Ya le he atendido, espera a que Gaara esté libre- le dijo la chica, parecía más alegre que antes y ahora sus mejillas se teñían levemente de carmín.

- ¿Y qué pasa conmigo? ¿Por qué no tengo clientes?- Reprocho el chico.

Miraba la escena queriéndome morir de risa, el hombre demasiado entusiasta que parecía haber olvidado deshacerse de su casco, la linda chica intentando calmarle.

-Es tu día libre sabes, no deberías estar aquí, por eso no hay clientes para ti- Dijo finalmente la chica entre la protestas del joven.

-Es estúpido, por que tus días libres y los míos son diferentes ¿Qué se supone que haga en casa si no estás allí?- Pregunto el hombre haciendo que la mujer se pusiera aun mas colorada.

-Naruto- le llamo la chica un poco avergonzada regresando a su puesto detrás del mostrador.

El chico se acercó allí y se inclinó un poco hacia ella, como si tratase de besarle en la mejilla.

-Cariño, el casco- dijo la mujer al ver su intención, dejo escapar una risilla.

-Diablos, nadie nunca me avisa- dijo el chico con voz cansina removiendo el casco de su cabeza revelando su desordenado cabello rubio, tenía ojos azules y facciones que por alguna razón me recordaban a un zorro, un zorro demasiado feliz, parecía agradable, un poco despistado claro está, bueno lo despistado que se debe de ser para olvidar que traes un casco puesto es más que un poco, pero repito, parecía agradable.

-Sabes, si Gaara planea tardar yo debería encargarme de ti- Me dijo de repente dirigiéndome una sonrisa que parecía sacada de un comercial.

-Mmm… yo…- murmure, no sabía que debía responder.

-Se trata de una cobertura Naruto- hablo la chica ojiperla- Sera mejor que se encargue Gaara.

-¿Cobertura? ¡También puedo hacerlo!- Aseguro el chico- ¿Puedo ver el tatuaje?- me pregunto con grandes ojos azules.

-Preferiría que no- Respondí sin siquiera pensarlo, dios, ¿por qué tenía tanta vergüenza?, tarde o temprano tendría que enseñarlo.

"Mejor tarde" me dijo mi subconsciente.

-Ya veo- anuncio el chico mirándome de arriba abajo- Esta en un lugar privado- enrojecí como un tomate y sentí mi corazón escapar de mi pecho mientras esa frase se repetía en mi mente una y otra vez.

-¡Naruto!- reprocho la pelinegra como si lo regañara.

-No, no se trata de eso- salte casi de inmediato.

-Entonces porque…- empezó a decir el rubio.

-Corta el interrogatorio, es mi cliente- Escuche decir desde el pasillo, busque el poseedor de aquella voz…

¡Y vaya! Lo que encontré.

Nota: Los demás capítulos serán subidos eventualmente, ya están escritos ¡Paciencia!

Thank you for feeding your brain with my madness!

Nos leemos. ;)