Disclaimer: Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto, pero pienso que a veces leía los fanfiction y así fue como definió las parejas oficiales xD

Nota del autor: Solamente advertir que hay lemon (si, por fin xD) y bueno, muchas gracias a todos los que han llegado hasta aquí.

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Capítulo 15. Final

Cicatrices

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Kakashi se sentía en paz por primera vez en mucho tiempo, fue como si de golpe lo abandonaran todos los sentimientos aprensivos pero aún no era momento para bajar la guardia. Lo sucedido a la familia de Nabiki-chan afectó demasiado a Hinata, quien no se despegó en ningún momento de la pequeña pelirroja. El heredero del clan Yara, Yamamoto, murió decapitado en los campos de arroz, y contrario a lo que pensó Kakashi, el segundo hermano Hayato, se arrodilló frente a su padre, ofreciéndole su vida por no haber podido proteger al heredero del clan. El actual líder del clan le dejó claro que si sentía culpa por la muerte de su hermano, que entonces tomara su carga y se convirtiera en un buen líder.

El peligris notó lo mucho que esa escena afectó a Hinata y no era un gran misterio para él, seguramente Hinata estaba pensando en Hanabi y la carga que habían quedado en sus pequeños hombros al ser la heredera de su clan.

— Ella lo hará bien. Tsunade-sama y Naruto la apoyaran. — Le susurró Kakashi, por lo que ella se aferró más a su mano y asintió aún con un poco de dudas.

— Creo que sería mejor dejarlos — Respondió Hinata, pues en esos momentos estaban ayudando a condicionar una vieja casa que la Mizukage le asignó a la familia de Saizo.

Justo cuando estaban terminando de arreglar las ventanas de la sala principal, Hayato llegó luego de haber ido a recuperar el cuerpo de su hermano. Hinata se despidió con un movimiento de cabeza de la pequeña Nabiki, quien había estado limpiando el piso de madera con un trapo.

— Aún es muy reciente su pérdida, pero no dudo que saldrán adelante. — Kakashi observó el cielo nublado de Kirigakure.

— Esta semana ha sido muy dura para todos... — Respondió ella, seguido de un pequeño bostezo que la hizo sonrojar, aquello le sacó una pequeña sonrisa a él.

— Creo que lo mejor es intentar descansar un poco, no has parado ni un poco estos días. — Y soltó su mano para abrazarla por los hombros y caminar juntos. Aquel gesto hizo que el sonrojo de la chica se incrementara. — Aunque ahora que lo pienso un poco, no creo que haya suficiente espacio para los dos en tu dormitorio.

Hinata asintió, aún compartía su habitación con Meiko-san en una zona de casa en el centro de la aldea. Los últimos días los dos se habían estado turnando para dormir en el departamento y así continuar ayudando al arresto y confinamiento de los hombres que atacaron al clan Yara.

— ¿Entonces qué hacemos?

— Puedes dormir un poco, yo podría aprovechar para ir a Iwa — Le respondió como si no se tratara de viajar a otra aldea.

— ¿Por qué quieres ir a Iwa, Kakashi-kun?

— Los exámenes siguen, así que sería una buena idea ir a hablar con Tsunade-sama, sería un viaje más largo ir hasta konoha. — Kakashi notó que ella aún le miraba con duda. — Te dije que pienso quedarme en Kiri contigo, pero creo que sería irresponsable si no le comunicara personalmente mi decisión a Tsunade-sama.

Ella le sonrió.

— Entiendo — Y desvió la mirada, mientras mordía su labio.

— ¿Sucede algo? — Kakashi se detuvo al momento. El sol comenzaba a ocultarse y el cielo nublado comenzó a teñirse de colores más oscuros.

Ella esperó un poco para responder.

— Saizo Taicho me entregó más temprano un pergamino. Saldré de misión mañana.

Un silencio incómodo los rodeó.

— Sé que aún no hemos hablado de esto, así que te lo preguntaré... ¿Piensas seguir en ANBU? — Preguntó Kakashi mientras la miraba fijamente. Hinata desvió la mirada, pero no por vergüenza, sino para tratar de disimular su indecisión.

— He mejorado considerablemente desde que estoy ahí... además... creo que aún debo cumplir unos meses obligatorios antes de poder salirme... — Le respondió Hinata, y él respondió con un suspiro un poco cansado, gesto que la puso un poco nerviosa — Además, con la paga podemos costear un lugar donde vivir y...

Pero Kakashi colocó un dedo en sus labios.

— Creo que aún necesitamos conversar muchas cosas, planear qué haremos y cómo viviremos en esta aldea.

Kakashi volvió a tomar su mano y la invitó a continuar su camino.

— ¿No lo haremos ahora? — Preguntó un poco insegura. Sabía que lo quería pero aún no estaba segura de si su relación fuera a funciona. Ya había pasado el mágico reencuentro, ahora quedaba pendiente saber si la realidad les permitiría continuar juntos.

— No hay prisa, creo que por esta noche, Meiko-san y tu tendrán que volver a compartir cama... claro, a menos que quieras que durmamos juntos. — El rostro de ella volvió a tornarse rojo. No, si se quedaba en la misma cama que él no podría detenerse, y se había prometido llevar las cosas con calma, sin arrojo y con paciencia. Kakashi rió al ver su rostro arder. — Es broma, puedo esperar a mi regreso de Iwa, entonces veremos qué hacer... Aunque supongo que no hay mucho que hacer con lo de tu misión. Regresa a salvo, te esperaré.

— Hai, te veré a mi regreso — Le contestó con una gran sonrisa.

— Eres hermosa, Hinata. — Ella se sonrojó.

— Arigato... — Murmuró muy apenada, mientras Kakashi depositaba un casto beso en su frente y continuaban su camino.

Sí, definitivamente había tomado la mejor decisión.

Al día siguiente, muy temprano salió Kakashi de Kirigakure para llegar al medio día a Iwa, donde no le fue difícil encontrar a la Hokage, quien regañaba a Naruto, quien al parecer había vuelto a saltarse las lecciones.

— ¡Yo! — Saludó a los dos rubios que peleaban en un balcón del hotel donde se hospedaban.

— Kakashi-sensei — Y Naruto saltó para llegar hasta el peligris.

— ¿Cómo van los estudios, Naruto?

— Aburrido, y también el examen, pasé sin dificultades a la segunda fase, dattebayo. — Dijo mientras ponía las manos en su nuca.

— Me alegra Naruto. — Le dijo Kakashi, entonces miró de nuevo hacía arriba y vio a la rubia fruncir el ceño. — ¿Ocurre algo?

— Sube, quiero saber cómo te fue desde que te fuiste en Suna. — El hombre suspiró y se encaminó a entrar al edificio. — Tú no, Naruto. Busca a Sai y dile que te dé los pergaminos extra que traje, mas te vale seguir leyendo y no hacer el vago...

El rubio asintió mientras un escalofrío los recorría.

— Nos vemos, Kakashi-sensei...

El ex jounnin llegó hasta la habitación de la Hokage, donde también se encontraban Sakura y Shikamaru. Procedió a contarles todo lo sucedido desde que se separó del Nara en la entrada a la aldea de la Mizukage, el enfrentamiento en los terrenos del clan Yara y su decisión de quedarse en Kirigakure con Hinata.

— No me causa ninguna gracia esto, Kakashi — Tsunade miró con cansancio al peligris. — Pero supongo que es lo mejor.

— Muchas gracias, Tsunade-sama — Él hizo una inclinación.

— ¿Y dónde está ella? — Preguntó Shikamaru.

— Está de misión. Pero hemos estado ayudando a establecerse a los sobrevivientes del clan Yara en Kiri.

— Es una pena lo sucedido con el clan Yara, la Hierba no se caracteriza por cuidar mucho de sus clanes. — Tsunade dio un trago a su botella de sake.

Sin embargo, Sakura estaba inusualmente callada y eso atrajo la atención de su antiguo sensei.

— ¿Sucede algo, Sakura? — Preguntó y todos vieron la expresión de tristeza de la chica.

— Es que será triste ya no verlo en la aldea... sé que la mayor parte del tiempo estamos en misiones y no era posible reunirnos como equipo... — Apretó la tela de su blusa. — Pero será diferente sabiendo que ya no vive en Konoha...

— Sakura... — Suspiró Tsunade, suponía que sería difícil para ella separarse de su maestro. Cuando Naruto y Sasuke se marcharon de la aldea a entrenar, se quedaron ellos dos solos, y a pesar de que Sakura entrenó con la rubia, solía pasar las tardes con Kakashi en la biblioteca o cenando ramen. Así fue como trataron de mantener vivo al equipo 7.

— Entiendo que desde que salió de misión con Hinata le han sucedido muchas cosas, y no me atrevo a juzgarlo o decir algo sobre eso... solamente quiero decir... que lo voy a extrañar mucho, sensei — Respondió Sakura intentando contener las lágrimas. — Pero no importa, porque quiero que sea feliz y hoy se ve mejor que todos los meses que pasó en la aldea deambulando sin un propósito...

Kakashi respiró profundamente, y puso su mano derecha en la cabeza de su alumna.

— Siento mucho que mi decisión tan egoísta te lastime, Sakura. Pero este no es el fin de nuestro equipo, serás bienvenida en Kiri cuando quieras.

— ¿Vendrá a visitarnos en Konoha?

— Hinata no puede regresar, pero seguro que lo haré yo. — Revolvió el cabello de la chica como cuando era más pequeña. — Ahora soy un shinobi retirado, pero como diría Gai, aún me acompaña la fuerza de la juventud.

Aquello arrancó una sonrisa a todos los presentes.

— Hai — Sakura sonrió más convencida.

Kakashi carraspeó un poco.

— ¿Te gustaría ir a beber algo con Sai, Naruto y conmigo? Podríamos darles juntos la noticia.

— Claro, ya quiero ver su cara cuando sepa que está saliendo con Hinata-chan — Exclamó la joven.

Tsunade y shikamaru se despidieron de Kakashi deseándole suerte.

— Te enviaré un día de estos al equipo ocho, espéralos — Le dijo Shikamaru mientras estrechaban la mano.

— Supongo que si no hay más remedio — Respondió con una sonrisa, seguramente a Hinata le encantaría ver de nuevo a su equipo.

— Esta vez haz las cosas bien, Kakashi-baka — Tsunade lo acompañó a la salida y fue así como los dos miembros del equipo siete marcharon en búsqueda de su escandaloso compañero.

Después de caminar un rato, lo encontraron discutiendo con Sai sobre pergaminos y castigos.

— Pero eso me ordeno Hokage-sama — Decía Sai mientras Naruto le rogaba que le dijera que ya había acabado de leer, pero entonces la voz de Sakura hizo voltear a ambos chicos.

— ¡Hey! Dejen de pelear y vayamos a beber algo los cuatro. — dijo Sakura con una mano en la cintura.

— ¡Apoyo la moción! — Naruto sonrió.

— Pero la Hokage dijo...

— Está bien dejarlo por hoy, Sai, venga, es una salida para el equipo siete. Además tengo una noticia que darles. — Kakashi comenzó a caminar. Pronto llegaron a un puesto con un gran letrero que decía "Sake".

— ¿Y qué noticia nos dará, Kakashi-sensei? — Preguntó Naruto mientras Sakura ordenaba un par de botellas.

— Bueno, en realidad es una historia muy larga y me da pereza contarla — Se rascó la nuca. — Pero el punto es que me quedaré a vivir en Kirigakure.

— Sé que ya no es un ninja activo, pero ¿Por qué? — Cuestionó Sai mientras recibía una copa con Sake.

— Conocí a una chica muy linda en Kiri y pensé en quedarme ahí con ella — Ante esas palabras, Naruto escupió su bebida.

— Ya decía que usted era más que un pervertido de closet — Gritó y lo señaló.

— Naruto, no empieces con tu escándalo. — Sakura lo regañó.

— ¿Pero no le dirás nada a Kakashi-sensei? — Preguntó el rubio.

— No, si se enamoró y quiere hacer esto, es nuestro deber como sus compañeros y familia apoyarlo. — Respondió con energía.

— ¿Acaso habrá embarazado a esa chica y ahora se tiene que casar? — Sai lo dijo al recordar lo que había leído en un viejo libro.

— ¡Lo ven! Sensei es un pervertido total...

Pero el rubio se vio interrumpido ante el golpe que le proporcionó la única chica del equipo.

kakashi comenzó a reír, también los iba a extrañar pero estaba seguro de que aquella no era una despedida, era solo un hasta luego.

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Esa noche se quedo a dormir en Iwa y al día siguiente, emprendió su regreso a Kirigakure. Extrañamente el día estaba un poco soleado, aunque para los nativos de esa aldea, era un día extremadamente soleado, por lo que salían de sus casa a disfrutar de la tibieza.

Mientras avanzaba por el parque que estaba cerca del departamento de Hinata, vio una melena blanca avanzar en dirección al palacio de la Mizukage.

— Parece un día espléndido, ¿no? — Saludó Kakashi.

— Así es. — Respondió Saizo de manera seca. — Regresamos al amanecer, Hinamori-san ya debe estar en su residencia.

— Gracias por la información... aunque hay un par de cosas que quisiera consultar contigo, si tienes tiempo, claro.

Saizó miró el cielo para calcular la hora. Cuando regresaron de la misión escribió su reporte y durmió un poco, ahora planeaba ir a entrevistarse con su Kage para reportar el éxito de la misión y consultarle algo.

— Supongo que tengo unos minutos. Aunque imagino que será sobre el trabajo de Hinamori-san.

— Así es. — Kakashi asintió.

— Ella aún no me indicado nada sobre eso y de cualquier manera aún tiene un periodo mínimo que cumplir.

— Entiendo. — Suspiró. — Entones no te quito más tu tiempo...

Pero justo cuando el peligris se daba la vuelta, Saizo carraspeó.

— ¿Regresarás a Konoha? — Kakashi lo miró con una sonrisa.

— No, me quedaré donde Hinamori-san esté.

Saizo asintió.

— Se lo agradezco — E hizo una leve reverencia.

— ¿Por qué? — Ese gesto confundió al ex shinobi.

— Mei-sama aprecia a Hinamori-san, le agradará saber que piensan establecerse en Kirigakure.

Kakashi se rascó la nuca.

— ¿La Mizukage sigue con la idea de no dejarla ir?

— Como ya dije antes, Hinamori-san a tenido acceso a secretos de la aldea de kirigakure, no sería apropiado dejarla ir... además... — Saizo desvió la mirada. — Si ella se queda, quizás Mei-sama me conceda un deseo.

El hombre mayor alzó una ceja muy interesado en lo que el chico decía.

— ¿Qué deseo?

Saizo lo miró y con la seriedad que lo caracterizaba, pensó que sería apropiado responder, quizás ese shinobi extranjero podría comprender mejor su situación.

— Que la Mizukage ceda la bahía Meki al país de la Hierba para que ellos cedan los terrenos del clan Yara y sus alrededores.

— Es un intercambio muy grande.

El ANBU asintió.

— Así es, así que seré capaz de complacer a Mei-sama en todo lo que me pida con tal de proteger a mi familia. Por ello le agradezco que no se lleve a Hinamori-san y se quede en Kiri.

Kakashi comenzó a caminar.

— Bueno, eso aún está pendiente. — Alzó una mano como gesto de despedida. — Nos vemos...

Saizo observó al peligris caminar. Nunca lo diría en voz alta, pero empezaba a entender que Kakashi era más que solo la leyenda del famoso ninja copy.

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— Supongo que las cosas pudieron ir peor — Murmuraba Mei Terumi mientras contemplaba su aldea desde el gran ventanal de su oficina.

El hospital estaba a tope y se instaló un campamento improvisado para todos los aldeanos que perdieron su hogar. Suspiró pesadamente, los exámenes ya habían comenzado pero ella debía atender este problema, por lo que mandó a Chōjūrō en su lugar como representante de Kiri. Ahora tenía frente suyo el tratado que haría oficial la reorganización territorial entre el país de la hierba y el agua, pero no estaba segura de firmar.

Unos golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos, por la hora se imaginaba que sería Saizo Taicho.

— Adelante.

— Buenas tardes, le traigo el informe de mi misión y de la situación del hospital. — Colocó los pergaminos en el escritorio de la mujer.

— Bien, ¿Hace falta algo?

— No, las cosas están bajo control. —

— Bien, puedes retirarte — Saizo asintió, pero al llegar a la puerta se detuvo.

— Hatake-san ya regresó de Iwa.

— Me alegra saber eso — Murmuró la Mizukage aún con los ojos en la ventana.

— Y ha externado su intención de quedarse a vivir en nuestra aldea. — Aquello hizo reaccionar a la mujer.

— ¿Hablas en serio?

— Hai.

— Bueno, supongo que eso resuelve de momento la permanencia del Byakugan en Kirigakure. — Suspiró cansada. — En ese caso, imagino que querrás preguntar si haré el trato con el país de la Hierba, ¿No?

— Si no es molestia para usted... — E hizo una reverencia.

Mei tomó asiento y señaló los papeles que estaban sobre su escritorio.

— Aquí tengo el tratado, aunque no estaba muy segura de si debía firmar o no. — Saizo se quedó en silencio. — Hiciste un buen trabajo con Ookami, aunque parece que fallaste rotundamente cuando te pedí que la enamoraras — Suspiró la mujer. — Aunque no la culpo, ese maldito Hatake es un dios...

Lo último lo dijo en voz baja, pero Saizo lo escuchó y de alguna manera eso lo golpeó en el orgullo, pero permaneció en silencio.

— En fin, supongo que si tu familia está dispuesta a negociar el reparto de las tierras, no tendré ningún problema en ceder la bahía.

Él asintió.

— Le informaré de esto al líder del clan Yara. — Hizo una reverencia más pronunciada. — Muchas gracias, Mizukage-sama.

— Es algo que te ganaste a pulso, pero desde ahora te digo que tu estarás a cargo del marcaje de los nuevos límites. Ahora ve a descansar o con tu familia, y de paso, si ves a mi asistente, dile que quiero los reportes de Chōjūrō en mi escritorio inmediatamente.

— Hai.

Y Saizo marchó con una imperceptible sonrisa.

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Kakashi llegó al departamento, pero lo encontró vacío. Ni Meiko-san ni Hinata se encontraban por ningún lado.

Kakashi se sentó en la cama que le pertenecía a la peliazul y se recostó. No estaba cansado por su viaje a Iwa, pero se preguntaba qué continuaba ahora que estaba al lado de Hinata. ¿Se acabaría el amor? ¿Envejecerían juntos? ¿Seguirían siendo felices? Realmente no sabía qué responder a todas esas cuestiones, pero lo que sí tenía claro, era que la quería y que sentía tranquilo con la elección que había hecho. Entre ese y más pensamientos, se quedó dormido.

Más tarde, un sutil aroma lo despertó e hizo que su estomago le exigiera un poco de comida. Salió de la habitación y pudo ver a Hinata vestir una blusa y un pantalón negro y sobre ellos un delantal blanco de cocina.

— No estabas cuando llegué. — Kakashi se sentó junto a la mesa.

— Salí de compras. — Le respondió ella con una sonrisa. — Meiko-san tuvo un misión de último momento y no pudo abastecer el refrigerador. Estoy preparando algo.

Kakashi asintió y cuando la comida estuvo lista, continuaron en silencio.

— ¿Sucede algo? — Preguntó él. — Estás más silenciosa que de costumbre.

— No, todo está bien — Se sonrojó ante la observación. — ¿Cómo te fue en Iwa? ¿Tsunade-sama se enojó?

— En realidad lo tomó muy bien, también salí a beber y conversar un poco con los chicos. Supongo que los extrañaré.

Ella desvió la mirada.

— Yo...

— No estoy reclamando nada, extrañarlos no hace que estar aquí deje de ser la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo. — Las palabras de Kakashi hicieron que el corazón de ella saltara de emoción.

— Entiendo — Sus mejillas sonrojadas fueron adorables para él.

Continuaron comiendo en silencio, pero de pronto el ambiente fue transformándose a uno más íntimo. Hinata se sintió cohibida ante sus propios pensamientos, tenían el departamento solo para ellos y aunque habían acordado esperar a estabilizar más sus vidas antes de continuar su acercamiento físico, de alguna manera ella anhelaba que él la tocara.

— ¿Sucede algo, Hinata? — Preguntó al notar que ella se estaba sonrojando y que jugaba con el delantal que se había quitado y que colocó a un lado de ella.

— No. — Respondió como si la hubieran atrapado haciendo algo malo, pero su mente la estaba traicionando trayendo viejos recuerdos.

— Podemos ir al médico si algo anda mal... — Pero ella negó insistentemente con la cabeza.

— No, es solo que soy muy feliz de que estés aquí.

Su radiante sonrisa llenó de calidez el corazón del peliplateado.

— Me alegra ver que estar en ANBU no haga que se pierda tu hermosa sonrisa. — Y se puso de pie para llegar a su lado, donde sujetó cuidadosamente un mechón de su cabello y lo acomodó tras su oreja. — No importa si decides quedarte o dejar ANBU al final de tu tiempo obligatorio, te juro que no voy a dejarte caer en la oscuridad.

La chica lo miró sorprendida.

— Saber que estás esperándome me anima a no rendirme. — Fue su respuesta, mientras ladeaba su cabeza para hacer contacto con la mano de Kakashi.

Aquel inocente gesto bastó para terminar con su templanza y hundir su mano entre sus cabellos y juntar sus bocas en un beso lleno de pasión, con el cual le pedía, no, le suplicaba que lo dejara hacerla suya. Ella comprendió el mensaje y le dio su aprobación mordiendo suavemente su labio y empezando a abrir el cierre de su chaleco.

— ¿Estás segura? — Suspiró él sobre sus labios.

— Sí, quiero hacerlo ahora.

Y no hicieron falta más palabras.

La ropa comenzó a estorbarles, pero Kakashi se recordó que debía ser paciente, quería que su primera vez juntos fuera memorable y llena de amor.

Colocó una mano en la espalda de ella y otra en sus piernas y la llevó cargando hasta la cama, donde la colocó despacio para después acostarse sobre ella. Entonces se bajó su máscara y decidió que besar su piel sería el placer más grande que los dioses le habían concedido. Había extrañado tanto el sabor dulce de su piel, podría volverse adicto a su cuello, a sus mejillas, a su frente, a toda ella. Sus manos acariciaron sus largos cabellos, su clavícula, hasta bajar y buscar la parte baja de su playera para quitársela.

En cuanto ella quedó sin su blusa, continuó con su trabajo de bajar el cierre del chaleco, para que con un poco de ayuda, terminara en el suelo revelando la playera negra que usaba su amante, así que rápidamente se deshizo de ella para que estuvieran en las misma condiciones.

— Eres perfecta... — Ella quiso cubrirse, pero él volvió a atacar sus labios y comenzó a masajear sus senos al mismo tiempo, mientras las manos de ellas llegaron a su espalda, firme y cálida.

Los suspiros de placer no se hicieron esperar, cada vez que él mordisqueaba sus senos miles de sensaciones la embargaban y aquello solo la hacía desear más, quería y necesitaba más de ese hombre. Mientras él comenzaba a bajar sus manos para desatar el pantalón de ambos, ella solo atinó a dar largas caricias a sus brazos y a su espalda, dejando algunas marcas que denotaban el éxtasis en el que estaban sumergidos.

Kakashi quitó el pantalón de cada uno, pero Hinata quería demostrarle lo mucho que lo deseaba y la fuerza de sus sentimientos, así que se colocó sobre él y comenzó a besarlo mientras con sus manos acariciaba sus pectorales y sus brazos. Cuando lo escuchó gruñir, dejó por un momento sus labios y comenzó a dar pequeñas laminas al cuello del platinado, quien solo atinó a desabrochar el sostén de ella y arrojarlo lejos de su vista para poder dejar danzar libremente sus dos montes.

Era demasiado difícil para él deshacerse de la última prenda que tenían, se sentía listo para entrar en su amada, pero ella parecía disfrutar de que él devorara por completo sus enormes pechos, pero decidió que le podía dar aún más placer antes de consumir su coito. Así que con delicadeza la acostó para quedar de nuevo sobre ella, sin dejar de atender su par favorito y una de sus manos se dirigió a su vagina, con la misión de que ella disfrutara al máximo. El mejor afrodisíaco para él era ver a esa hermosa mujer estremecerse entre sus brazos, saberse la causa de sus gemidos y escuchar su nombre salir de sus labios entre suspiros de placer.

Retiró con maestría la última prenda y con presteza separó las piernas de la chica, quien al sentir una mano en aquella zona, no hizo hizo estremecerse ante las nuevas sensaciones que la hacían sentir aún más. Con ritmo y precisión Kakashi empezó a masturbarla con movimientos rítmicos pero sin dejar de estrujar sus pechos con la boca.

— Dime si lo hago más abajo o arriba o hacía donde sientes más placer. — Le dijo de manera de la chica asintió perdida en las pequeñas cargas eléctricas que comenzaban a sacudir su cuerpo.

— Así... más rápido... más... Kakashi... ah...

Sus deseos eran ordenes, por lo que se acomodó de manera que pudiera abrir con sus manos las piernas de la chica y acercar sus labios a los labios vaginales de ella, para empezar a acariciarla con la lengua y depositar besos de devoción que la llevaron al primer orgasmo de muchos más que él iba a proporcionarle.

Hinata se sentía sumamente avergonzada de que él estuviera dando tanta atención a esa parte de su cuerpo, pero el pudo pasó a segundo plano cuando su espalda se arqueó y una explosión de poder la hicieron perder el sentido por unos segundos. Su cuerpo se convulsionaba mientras él se quitó su ropa interior, dando paso a un miembro totalmente erecto que goteaba incapaz de esperar mucho más.

— ¿Quieres que yo...? — Preguntó ella, pero Kakashi negó con la cabeza.

— Esta es tu noche, ya tendremos mucho tiempo para eso. — Y le sonrió como pocas veces se había permitido hacerlo en su vida. — ¿Estás lista?

— Si...

Con solo escuchar esa palabra Kakashi perdió el poco autocontrol que le quedaba, ya habían jugado bastante, era tiempo de que consumaran su amor, así que con una mano abrió las piernas de su hermosa amante y sumió su miembro erecto dentro de ella, sintiendo la calidez y estrechez de su interior dándole un placer que creía olvidado. Comenzó a moverse despacio, dejando su cabeza descansar entre los senos de ella.

Ella apenas estaba recuperando el aliento cuando sintió que su cavidad era invadida por el miembro de él, dejándola nuevamente sin aire por unos segundos en lo que se acostumbraba a la nueva sensación. Acarició la cabellera que descansaba en su pecho y comenzó a moverse al son de las suaves estocadas.

— Voy a hacerlo más duro... — Susurró y ella asintió, sujetándose de sus hombros y recibiendo los embistes de la furiosa bestia que acababa de despertar.

El calor subió en aquella habitación y dejó de importarles que estuvieran haciendo ruido con el traqueteo que hacía la cama contra la pared y la mesita de noche que estaba a un lado, no, ahora lo importante para ella era la maravillosa sensación de danzar y gemir al ritmo que Kakashi le marcaba. Ella lo sujetó con fuerza, mordió sus lóbulos, arañó su espalda, besó su pecho, pero a su cuello le dio las lamidas más sensuales que hubiera podido imaginar, cosa que solo estimulaba más al entregado hombre. Entre golpes de cama e invocaciones a dios, los dos terminaron, aunque él tuvo cuidado de salir primero para evitar (sí aún se podía) un embarazo.

Sin necesidad de palabras, cuando ambos recobraron el aliento, fue turno de ella para acostarlo y sentarse a horcadas sobre él, comenzando a acariciarlo para que la dureza regresara a ellos. Cuando el miembro estuvo listo para nueva nueva guerra, con ayuda de él, claro, ante el aún pudor de ella, se lanzó a cabalgarlo y empezar a marcar el ritmo de lo que quería. Él gozó de sus senos saltando y los estrujó como el par de manjares que eran, mataría a quien se atreviera a tocar a la hermosa mujer que tal vez el destino había apartado para ella. Si todo el sufrimiento que tuvo que pasar fue el pago que debía hacer para llegar a ese momento celestial, lo aceptaba, no volvería a maldecir su destino ni a quejarse si ella era la culminación de todos sus desventuras.

La amaba y sin duda bendeciría su vida cada vez que gozara de su cuerpo y alma.

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Estaban acostados apenas cubiertos por las sábanas azules de la chica, cuando de pronto un olor extraño encendió la alerta de los dos ninjas.

— ¿Es humo? — Preguntó él.

— Oh no, he dejado la comida en el fuego. — Exclamó Hinata sumamente ruborizada. Cuando intentó ponerse de pie, él la detuvo y la colocó de nuevo a su lado.

— Yo me encargo. — Le dio un beso en la comisura de los labios y después se puso de pie. — Si algo sobra en Kiri es pescado, mi especialidad.

— ¿Sabes cocinar?

— Claro, ¿qué clase de hombre sería si ni siquiera pudiera preparar algo a mi hermosa novia?

Ella se sonrojó y contempló la desnudez del peliplateado cuando salió de la cama, tal vez podría a acostumbrarse a eso.

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* Un año después *

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Era un día nublado como cualquier otro en Kirigakure, el atardecer iba acompañado de una ligera lluvia que era ignorada por la mayoría de los habitantes, acostumbrados a ella.

— Volví. — Una voz se dejó oír en la puerta de la cocina de un pequeño local en el centro de la aldea.

— Bienvenida — Otra voz le respondió. Kakashi se quitó el mandil blanco que evitaba que se manchara con lo que estaba preparando.

— Huele rico. — Exclamó Hinata mientras se quitaba el abrigo y dejaba en el suelo su mochila de viaje.

— Llegaste a tiempo, ¿Quieres tomar una ducha antes de cenar? — Ella asintió con un adorable sonrojo. — Ve, yo prepararé todo.

Hinata tomó su mochila y su abrigo y subió las escaleras que conducían a su hogar. Hace 11 meses se habían mudado a esa casa y la condicionaron para que la planta baja fuera un restaurante. Era un lugar pequeño pero muy acogedor, perfecto para un par de recién casados.

Él sonrió mientras terminaba de sazonar el pescado que estaba cocinando, tenía una gran sorpresa para su esposa en la parte principal del local, y por suerte ella no solía usar el byakugan cuando estaban en casa.

— Te ves inusualmente animado, anata. — Le dijo Hinata mientras bajaba con una yukata blanca y sencilla, unas sandalias de madera y una toalla con la que secaba sus largos cabellos negros.

— Disfruto mucho cocinando pescado, es extraño que siendo una aldea con gran actividad pesquera tuvieran muy pocas formas de hacer un buen pescado frito. — Comentó el hombre mientras apagaba el fuego de su estufa.

— A mi me sorprende más que cocines tan bien. — Respondió ella mientras se sentaba junto a la pequeña mesa que servía en las mañanas para depositar las compras.

Kakashi sonrió, algo bueno había salido de vivir solo casi toda su vida.

— ¿Y qué tal estuvo tu misión?

— Bastante tranquila, no tuvimos muchos problemas para llegar pero la nueva chunnin se torció su tobillo cuando rastreábamos los jarrones.

— Imagino que fue problemático. — Opinó él mientras colocaba la comida en la mesa y le acercaba unos palillos a la mujer.

— Un poco.— Dijo un poco avergonzada, no le gustaba ser quejumbrosa pero su esposo solía tener el efecto de animarle a decir todo lo que pensaba. Instintivamente sujetó los palillos, cuando Kakashi se acercó y atrapó sus labios en un candoroso beso, el cual ella no tardó en corresponder.

Con mucho gusto el peliplateado hubiera hecho a un lado la cena y llevar a su esposa a su habitación en la parte de arriba, pero no debía olvidar que algunas personas esperaban por ellos en su restaurante supuestamente cerrado a esas horas de la noche.

— Hina... — Se separó un poco de ella y pegó sus frentes. — Gracias por llegar a tiempo.

Ella se sonrojó y depositó un beso corto en los labios de su amado.

— También quería festejar mi cumpleaños a tu lado.

Él sonrió y se separó de ella.

— Te tengo un par de sorpresas, ¿quieres verlas? — Sacó un sobre de su bolsillo trasero y se lo acercó a la mujer.

— ¿Qué es? — Preguntó en un murmullo mientras recibía el papel, lo miró expectante.

— Me pediste que fuera a recoger los resultados de tu examen médico y parece que el capitán Saizo te ha asignado un año de descanso.

El ceño de ella se frunció.

— ¿Por qué?

Kakashi señaló el sobre, el cual ella abrió con un poco de preocupación. ¿Por qué motivo suspenderían sus misiones jounnin tanto tiempo? El mayor tragó en seco, no sabía cómo tomaría la noticia pero por su parte estaba sumamente contento, asustado, pero contento. Si se trataba de Hinata, él con gusto se entregaría a esa nueva aventura.

— ¿Estoy embarazada? — La perplejidad fue notoria en su rosto.

— Sí, tenemos un mes y medio aproximadamente.

Hinata alzó la mirada y no encontró palabras para decir lo que sentía, por lo que decidió dejar que su cuerpo respondiera por ella, lanzándose a los brazos de su esposo. Las lágrimas no se hicieron esperar. Siendo honesta no había pensando en la posibilidad de tener una familia más allá de Kakashi o sus nuevos camaradas en Kiri, pero tampoco es que se hubieran cuidado mucho al momento de tener relaciones y era consciente de que eso podría pasar. No, estaba pasando.

— Es maravilloso... — Pero las lágrimas de felicidad se fueron convirtiendo en un leve sollozo, aquello asustó a Kakashi.

— ¿Qué ocurre? ¿No quieres...?

— No, si quiero que seamos padres de éste bebé... — Tomó un poco de espacio para limpiar sus lágrimas y tratar de llevar un poco de oxigeno a sus pulmones. — Es solo que hace mucho tiempo que no se nada de Hanabi y siempre imaginé que ella estaría a mi lado cuando llegara este momento. Lo siento, no quería preocuparte. — Y volvió a tallar sus ojos.

Kakashi sonrió más tranquilo y se felicitó internamente por ser conocer tan bien a su esposa. A veces ser un genio es bueno.

— Bueno, aún no te doy mi segunda sorpresa. — Kakashi la tomó del brazo y la hizo ponerse de pie.

— ¿A donde vamos? ¿Y la cena?

— ¿Qué opinas si cenamos en la mesa principal del restaurante?

Hinata ladeó la cabeza un poco confundida, solo cenaban ahí cuando iba a visitarlos la Mizukage o Nabiki y su familia. De pronto una idea se asomó por su mente mientras avanzaban por el pasillo que conectaba la cocina con la zona de los comensales... tal vez su hermana estaría ahí...

— Es justo lo que estás pensando. — Le dijo él en el oído. — Nabiki-chan y su familia vinieron a cenar.

— Oh.

Kakashi sonrió ante el gesto de Hinata, pero antes de que pudieran añadir algo más, las luces se prendieron y sí, efectivamente estaban sentados en la mesa Nabiki, su madre y un par de sus hermanos. Pero detrás de ellos, sentados en perfecta posición, Hiashi y Hanabi Hyuuga estaban bebiendo té con la Mizukage Mei Terumi.

— Feliz cumpleaños.— Gritó Nabiki mientras arrojaba algunos pétalos de flores. Sin duda ella y el clan Yara estaban muy agradecidos con la pareja de recién casados, tanto que se ofrecieron a llevar a los dos Hyuugas de Konoha a Kiri sin levantar sospechas de ningún tipo.

Hanabi fue la primera en ponerse de pie y llegar corriendo al lado de la cumpleañera, sin reparos se arrojó a sus brazos y las lágrimas empaparon el rostro de las dos hermanas.

— Te ves muy hermosa, Hanabi-chan, has crecido mucho. — Fue lo primero que Hinata pudo decir sin sollozar.

— Tú también onee-san.

Sin embargo aquel momento cimbró un poco, cuando Hiashi Hyuuga llegó hasta ellas.

Hinata no sabía que hacer o decir, al final de cuentas su padre la había lanzado como carnada para el hijo del señor feudal y de alguna manera había sido el responsable de que ella terminara lejos de su tierra natal. Pero ella jamás podría odiarlo, por más estricto que fuera o todo lo que hiciera, lo amaba, y no olvidaba que también en parte, gracias a todo lo que había pasado, es que hoy en día era muy feliz con su esposo Kakashi Hatake.

— Padre. — Ella hizo una reverencia, pero se quedó congelada al sentir los brazos de su padre abrazarla. Hiashi no tuvo que decir nada para que Hinata comprendiera que de esa manera le estaba pidiendo perdón por haberla descuidado, al final de cuentas los Hyuugas son seres de pocas palabras y gramdes sentimientos. — Todo está bien.

El silencio reinó en la habitación hasta que un carraspeo de parte de la Mizukage.

— Ya es hora de cenar y empezar el festejo.

Hiashi soltó a su hija y asintió.

— Feliz cumpleaños, Hinata.

— Gracias otou-san...

Y entonces Kakashi apareció con dos grandes bandejas de comida y la puso en el centro de la mesa más grande.

— Aún no llega Saizo-kun... — Comentó Nabiki a su hermana Shin.

— Tenía que organizar mi papeleo, Choujuro está de vacaciones y alguien tenía que hacerlo. — Respondió la Mizukage sin dejar de servirse comida.

— Moh, lo está explotando, Mizukage-sama. — Respondió la niña y todos rieron.

Kakashi se dedicó a llenar la mesa de diversos platillos, mientras Hinata le servía un poco de Sake a todos los presentes.

— Nunca pude agradecerte todo lo que hiciste por mi, onee-san. — Le dijo Hanabi a su hermana mayor, quien le acarició su largo cabello. — ¿Eres feliz aquí?

— Sí, te extraño mucho, pero la vida junto a Kakashi-san es muy apacible aquí. — Hinata contempló a su esposo conversar con Hiashi Hyuuga.

— Es extraño que viviendo en la misma aldea no pasara nada entre ustedes, quizás todo ocurrió para llegar a esto. — Comentó la menor.

— Quien sabe, tal vez tarde o temprano nos hubiéramos encontrado aunque en otras circunstancias. — Hinata sonrió y tomó las manos de su hermana. — Lo importante ahora, es que vas a ser tía. — Le dijo con una gran sonrisa.

— ¡Es genial! — Hanabi abrazó a la otra y con gran complicidad le dijo. — Convencí a padre que me permitiera fundar una escuela de taijutsu en Kiri para apoyar la economía del clan, la Mizukage está de acuerdo así que podré estar a tiempo para conocer a mi pequeño sobrino o sobrina.

— Parece que las cosas te están llendo bien como líder del clan, ¿no es así?

— Fue difícil, sobre todo porque no estabas, pero me las he arreglado bastante bien.

Y las dos chicas se sonrieron.

Sin duda Hinata había aprendido muchas cosas desde que salió de Konoha hacía la capital del país del fuego. Le parecía sorprendente que ahora su vida se desarrollara en Kiri, pero no se arrepentía de nada, porque al final todo ello la condujo a caminar al lado de kakashi Hatake.

Mientras tanto el aludido veía a su esposa conversar incesantemente con su hermana, se alegraba mucho de ver a todos en su restaurante, incluso se dio prisa en abrir al abatido capitán Saizo que llegaba cuando la Mizukage ya estaba notablemente ebria. Nabiki y su familia lo habían pasado muy mal el último año, pero en momentos así se permitían sonreír y tratar de recoger lo que quedaba de sus vidas para salir adelante, sin duda Hinata fue una gran influencia para la pequeña pelirroja.

Kakashi sonrió satisfecho. Un hijo o hija venía en camino y seria recibido por sus dos padres. Kakashi se juró nunca dejar a sus hijos en la soledad tal como él creció, les transmitiría la sabiduría que su padre, su sensei y todas las personas importantes en su vida le habían enseñado. Pero sobre todo, nunca dejaría de amar a la chica de ojos perla y cabello negro, nunca volvería a hacerla llorar. La tomaría de las manos cada noche y protegería su sueño con su propio sueño, detendría la respiración tan solo para sentir su dulce respiración y adorarla como el tesoro que era para él.

— Hinata. — La llamó y llegó a su lado. — Es tiempo de dar la noticia.

— Hai. — Ella lo abrazó de la cintura y él rodeó sus hombros con sus brazos. — Quiero que todos sepan que vamos a ser papás.

Y Kakashi la besó, con dulzura y agradeció a la vida por darle la oportunidad de ser tan feliz por primera vez, junto a Hinata.

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~ ~ ~ ~ FIN ~ ~ ~ ~


¡Gracias por leer!

(errores de dedo edito después xD)

Llegamos al final de Heridas (Por fin xD).

Bueno, me llevé más tiempo del esperado con éste fic, me costó trabajo terminarlo, pero lo logré (aunque honestamente ya no quería hacerlo, pero ustedes lo pidieron así que aquí lo tienen xD).

Éste fic nació hace casi tres años e inicialmente la idea era darle un final medio gore depresivo, pero no, le di un final feliz porque creo que fue la mejor forma de terminar. ¡Así que ahora vendrán nuevos proyectos de ésta y más parejas crack! ¡Ojalá puedan acompañarme y seguir disfrutando de nuestras ships favoritas! :D

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Muchas gracias a todos los que siguieron la historia desde el inicio y a los que se fueron sumando al paso del tiempo, gracias por llegar hasta el final de la aventura y quiero decirles que estoy muy agradecida con cada uno de ustedes por todas sus palabras de aliento, sus vistas y sus reviews.

Ojalá puedan decirme que piensan del final, a partir de ahora comenzaré a contestar los reviews por PM.

Pueden seguirme en facebook, me encontraran como Tamashitsumo y ahí podemos seguir en contacto, además de estar al día con noticias de mis fics, así como también información, recomendaciones de fic, noticias y más.

Sábado 30 de diciembre del 2017