Disclaimer: Digimon no me pertenece.

Categoría: Romance

Imagen:Pareja Frente a Estantería Llena de Libros. Propuesta por jacque-kari.


En Biblioteca

— Y eso es todo. Página 34 a 48 de este libro, anoten el nombre — Señaló la profesora levantando del escritorio ante ella un libro de portada verde, mientras seguía con los ojos clavados en los documentos a firmar, el parte del día. Con la pluma en mano deslizándola en garabatos sobre el blanco papel, —. Están en la biblioteca de la escuela. Quiero el trabajo completo para la semana que viene, sin excusas.— culminó.

En ese mismo instante se lanzó a sonar el timbre dando aviso a el almuerzo. Todos los alumnos presentes se levantaron tal ejercito ordenado marchando al comedor.

Entre ellos, la bella castaña recién llegada de los Estados Unidos, algo atareada intentando nuevamente incorporarse al ambiente asiático de donde se había marchado años atrás. Mimi Tachikawa sin duda, con aquellos cabellos cobrizos amarrados en una coleta, cayendo por su espalda en un elegante zigzag de risos abiertos. Vestía aquel marinero verde, mientras iba cabizbaja por los pasillos, enredando sus dedos en el mechón suelto a un lado de su oreja. Pensando, algo que contenía hace un tiempo.

Se dirigía hacia donde todos los demás en un tumulto de empujones también lo hacían, de la nada sintió que unas manos se posaron en cintura. Giró sin vacilo su cabeza preparando la mano para cachetear a quién se atrevió a posar las manos en su cuerpo, chocándose aquella inolvidable gran sonrisa.

— ¡Eh! — Largó el muchacho deteniendo la mano de la castaña sin perder la sonrisa, — ¿Esa es la manera para saludar luego de tanto? … Así ni me imagino como será cuando quieras despediste.

El joven poseía una maraña de cabellos marrones alzados en un despeinado... peinado, digno de alguien como él. Algunos creen que los cabellos de la persona define su carácter.

Despeinado:

Rebelde

Osado

Original

Ella era una de las que pensaba eso, además de creer que quién lo tenía así debía poseer un errado sentido del orden fashonista... si es que eso podría ser un "sentido", quizá para la Tachikawa sí.

Ajeno a los pensamos de moda referidos a su cabello, el muchacho sostenía aún el intento de golpe de ella en sus manos, intentando bajar lentamente la guardia de ella.

— ¡Tai! — Liberó acabando, ya sonriente Mimi mientras se disponía a saltar para encontrase en un ferviente abrazo con el otro castaño.

En el momento que rodeó el cuello de él con sus brazos, logró percibir dos chicos familiares un poco más a tras de ellos.

— ¡Sora, Matt! — Soltó ella a al vez que salía de entre los brazos de Taichi y corría al encuentro de los otros. Él permaneció quieto mirándole de perfil, sin perder la sonrisa que inevitablemente surgía en sus labios gracias a la alegría que le causaba tener a una de sus amigas de nuevo allí.

Otra muchacha de cabello anaranjado hasta los hombros vestida con un uniforme de años superiores; un saco azul cerrado en escasos botones en el torso, con un moño rojo atado al cuello abierto del saco, en la parte inferior una falda negra pintando a un azul marino.

Ambas se abrazaron lanzando gritillos agudos, siendo admiradas por el rubio que se acercaba a paso lento, vestido igual que el castaño mas adelante; ambos con un saco del mismo color que la colorada, bajo ese un suéter formal junto a unos pantalones colegiales azul marino. Llegando a la escena, se vio recibido por un fuerte abrazo de parte de Mimi quien se tiró a sus brazos eufórica exclamando:

— ¡Matt, Matt! ... ¡Ay, que alegría chicos! —

Regalándole una sonrisa él la acompañó al almuerzo, junto a los otros dos.

Una charla superficial surgió entre el cuarteto mientras comían en aquel salón poblado de otras personas que poca importancia le daban a la nueva ingresada. Más bien, aclarando, en lugar de una charla superficial parecía una lluvia de granizos acompañada de preguntas ametralladoras contra Mimi:

"¿Cuándo fue que volviste? ; ¿Por qué volviste? ; ¿Por qué no avisaste? ; etcétera, etcétera."

Al despejo de las dudas, ella también preguntó.

A su sorpresa, Matt y Sora habían terminado volviéndose los mejores amigos, Tai seguía solo y del resto, ni rastro, mucho estudio. El saber que el rubio estaba nuevamente disponible en el anaquel, era como esa liquidación de verano imperdible a al que hay que esperar una vez por año.

Pero el timbrazo se escuchó a las afueras del comedor que ya estaba vacío. La muchacha había desperdiciando su tiempo charlando con sus amigos en lugar de ir a apresurase a coger el libro que había dejando pedido la profesora.

— Oigan, ya debo entrar a clases pero necesito que alguno de ustedes vaya a buscarme algo rapidísimo — Dijo Tachikawa agitando sus manos a la vez que daba saltitos de niñita agitada casi desesperada, apretada por el reloj —. Me iré temprano hoy y no podré pasar a buscar un libro ceñado que tengo en la biblioteca... solo deben retíralo a mi nombre, ¡por favor!

— Ya, tranquila. Iremos Matt y yo por él. Te lo alcanzaremos antes de que te vayas.

Con eso oído, la joven salió corriendo al aula.

Ya habían pasado veinte minutos y nadie le traía lo precisado. La joven desesperaba a las afueras del colegio, con una maleta negra en mano, donde llevaba lo que debía por le estudio.

Miró el reloj una vez más golpeando el suelo con un pie y no resistió. Corrió a dentro de la instalación dejando a tras el maletín, viéndose atrás en entrada de rejas que un auto negro entraba en su búsqueda.

Ella corrió por los pasillos ciegamente, sin darse cuenta que al doblar por el corredor arroyó a un muchacho. Casi mareada permaneció en el suelo, siendo ayudada por la real victima del accidente, que no era nada más ni nada menos que Taichi, quien iba de paso.

Ella se incorporó casi de un salto, tomando la mano del joven al cual llevó corriendo con dirección a la biblioteca mientras decía:

— ¡No tengo tiempo, ayúdame a buscar el maldito libro!

Una vez allí, entraron silenciosamente.

— Oye... sabes, te quiero confesar algo. — Le susurró Tai entrando tras ella a la biblioteca.

— Si, dime... ¿De qué trata?

— Quiero declararme le a Sora... Sabes que terminó con Matt hace rato y como tu eres una de sus mejores amigas quería oír tu opinión, para asegurarme.

— ¡Me parece fantástico! — Gritó ella recibiendo una mirada asesina por parte de la vieja bibliotecaria con cara da amargada llena de gatos esperándole en casa, — Sabes, yo también pretendo a Matt.. ayúdame, tu eres su mejor amigo.— Dijo ella dándole la espalda al camino adentrándose en un callejón de estantes. Sin retraso Tai cogió un libro del estando viendo del otro lado una escena... impactante. Quedó inmóvil dejando caer el libro al suelo, intrigada por lo que vio en silenció ella alzó la mirada y se encontró conque detrás del estante, Matt tenía entra sus manos el rostro de Sora plantando un fugaz beso en sus labios.


¡Hola! Bueno, todo comenzó esta tarde donde me llegaron un par de correos alertando de actividad en el topic, "Escribe a partir de una imagen"

No sé como llegué a esta imagen que me cautivó.

Me salió un one-shot, yo quería una viñeta, me pasé por ciento y tanto de palabras u.u

Soy muy vaga para corregirlo.

Bueno, gracias por leer a quien se pase por acá y... notarán a mis frecuentes lectores, que soy muy mala a la hora de dar finales, ¡MUAJAJA! *truenos terroríficos de fondo tras la risa diabólica* (?)