Componer junto a tí.

Tenía diez años. Estaba en el salón de música de su nueva escuela, sentada en un rincón mientras las lágrimas surcaban sus mejillas. La pequeña pelinegra llevaba ya un buen rato allí y aquellas lágrimas no dejaban de caer.

Escuchó la puerta abrirse, pero no le prestó atención. El sonido de unos pasos le dijeron que alguien se acercaba a ella, pero lo único que pudo hacer fue esconder su rostro.

―¡¿Tomoyo?! ―al escuchar aquella voz supo al instante que ese era Eriol, uno de los pomposos niños de su clase, el favorito de todos―… ¿Por qué lloras?

―¡¿Qué te importa?! ¿También quieres burlarte de mí? ―replicó muy molesta la pelinegra.

―Como quieras ―respondió el niño.

Tomoyo levantó la vista un momento y lo vio levantar aquel cuaderno violeta que ella usaba para escribir sus cosas y que ella misma había arrojado después de lo que había dicho su profesor de piano.

El pelinegro comenzó a pasar las hojas, dedicándole algo de tiempo a cada una de ellas y una sonrisa apareció en su rostro.

―Eso es mío déjalo donde estaba ―se quejó Tomoyo poniéndose de pie y limpiando sus lágrimas.

―¿Es tuyo… tú hiciste esto? ―preguntó bastante intrigado el joven, centrando sus azules ojos en la muchacha.

Tomoyo solo asintió, esos ojos la sorprendieron.

El pelinegro siguió girando las páginas y se detuvo donde aquella cinta violeta señalaba la última página escrita. La niña de ojos amatista volvió a recordar la expresión y las palabras de su profesor y se acercó para quitarle su cuaderno a ese niño, pero cuando estaba a punto de arrebatarselo de las manos se detuvo. Eriol estaba sonriendo y ella estaba segura de que esa no era una sonrisa de burla como muchas de las que había recibido en su corta estancia en ese pomposo colegio inglés.

Eriol centró sus ojos en esos orbes amatistas y su sonrisa se amplió. Tomó la mano de la niña y casi la arrastró hasta el piano. Se sentó y comenzó a tocar las primeras notas que estaban dibujadas en los márgenes y en el espacio que quedaba a un lado de aquella canción. Una sonrisa apareció en el rostro de Tomoyo, probablemente su primera sonrisa no forzada desde que estaba en Londres, sus ojos se centraron en aquellas manos que se movían con la naturalidad con la que se respira. De repente el pelinegro se detuvo, tomó esa rosada lapicera que colgaba de la cinta violeta y siguió dibujando notas, lo que sorprendió a la amatista.

—¡¿Qué haces?! —exclamó la niña acercándose más.

—Continúo tu partitura —respondió sin desviar su mirada.

—¡¿Que?! ¿Por qué? —agregó mirando algo incrédula al muchacho.

—Porque está incompleta y se me ocurrió cómo seguirla —murmuró sin dejar de escribir—… ya verás que te gustara —agregó volteando a ver a la niña que parecía estar dudando entre arrebatarle el cuaderno o sentarse a su lado. Amplió su sonrisa y dio dos pequeños golpes al espacio a su lado en el taburete, para indicarle a la amatista que se sentará, está pareció volver a dudar y soltando un suspiro se sentó—… ¿Tocas conmigo?

—Yo no toco, no lo hago bien —el pelinegro la miró levantando una ceja.

—¡No es posible! Si escribiste esto debes tocar —acotó sin quitar aquella sonrisa de su rostro.

—Soy buena para hacer letras y conozco las notas,puedo leer partituras por mi padre… pero soy torpe con los dedos —la última frase fue un murmullo cargado de dolor que sorprendió al pelinegro.

—A ver —dijo girandose hacia ella y extendiendo sus manos, la niña lo miró algo confundida—. Dame tus manos —Tomoyo dudo un momento y finalmente extendió sus manos hacia el pelinegro, quien las sujetó y las inspeccionó, para terminar acariciando delicadamente los suaves dedos de la amatista—. Eso no es posible… veamos cómo tocas —agregó poniéndose de pie y ubicándose detrás de la niña.

Tomoyo soltó un suspiro y ubicó sus manos sobre las teclas y comenzó a tocar, se sentía nerviosa e insegura y como le pasaba cada vez que tocaba esa pieza se equivocó…

—Lo siento —se apresuró a murmurar mientras quitaba sus manos y cerraba los ojos con algo de temor.

—No te disculpes y no quites las manos —dijo el pelinegro tomando las manos de la amatista y llevándolas nuevamente hacia las teclas. Ubicó sus manos sobre las de ella notando la diferencia de tamaño—, déjame guiarte —murmuró y comenzó a mover los dedos lentamente, rozando los de la niña.

La música comenzó a inundar el salón. Las manos de Eriol guiaban las de Tomoyo y por primera vez la amatista pudo terminar de tocar aquella pieza sin equivocarse. Una enorme sonrisa se dibujó en los rosados labios de la niña. Eriol alejó sus manos y volvió a sentarse junto a Tomoyo.

—Jamás hubiera imaginado que escogerías esa pieza, es muy linda pero poco conocida —dijo antes de centrar nuevamente sus azules ojos en ella—… y aunque te cuesta te sabes la partitura.

—Fue un regalo de mi padre, aprendí a leer partituras con él —susurró tomando el cuaderno y comenzando a leer lo que el pelinegro acababa de escribir—… ¿La tocarías para mí?

—Con una… no, dos condiciones —respondió sin despegar sus ojos de la bella sonrisa de la amatista—… tú cantas la canción y me cuentas porque llorabas —la amatista dudó un momento y finalmente asintió—. Bien, primero lo primero, ¿Por qué llorabas?

—Odio este lugar, todos aquí me tratan mal y se burlan, mi prima los incentiva y el profesor de música parece que me odia, todo lo que hago está mal, mis manos no sirven para tocar ningún instrumento y dice que mis canciones y partituras son horribles —respondió la amatista bajando la mirada y su voz con cada palabra, hasta acabar en un susurro.

—Hey no llores por ellos —dijo el pelinegro acariciando la mejilla de la niña y haciendo que esta lo mirara—… sí, esta escuela está llena de idiotas y lamento decirlo, pero tu prima lidera a los peores… en cuanto al profesor de música, él es un pianista frustrado que no es feliz y no quiere que nadie lo sea, dice que le robaron su gran oportunidad… yo dudo que haya existido esa oportunidad —agregó en un tono malicioso con una sonrisa de lado, lo que provocó una pequeña risa en la amatista.

—¿Por qué lo crees?

—¿Lo escuchaste tocar? —Tomoyo negó con la cabeza—, todo suena igual, sin emoción y demasiado rígido y forzado, no le des importancia, según yo ese hombre no sabe nada.

—La música son emociones que salen del alma y el corazón —murmuró la amatista, ganándose una mirada y una sonrisa del pelinegro.

—¡Correcto! —exclamó el ojiazul dando algunos aplausos—. Bien ahora la otra parte, yo toco y tu cantas.

Tomoyo asintió y cerró los ojos mientras soltaba un suspiro. Eriol comenzó a tocar y la amatista a cantar. Su voz era tan dulce que realmente sorprendió al pelinegro.

Yoru no sora ni matataku

Tooi kin no hoshi

Yuube yume de miageta

Kotori to onaji iro

Nemurenu yoru ni

Hitori utau uta

Wataru kaze to issho ni

Omoi wo nosete tobu yo

Yoru no sora ni kagayaku

Tooi gin no tsuki

Yuube yume de saite 'ta

Nobara to onaji iro

Yasashii yoru ni

Hitori utau uta

Asu wa kimi to utaou

Yume no tsubasa ni notte

Yasashii yoru ni

Hitori utau uta

Asu wa kimi to utaou

Yume no tsubasa ni notte

(Doradas estrellas resplandecen lejanas en el cielo nocturno,

son del mismo color que los pajaritos que vi anoche en mi sueño.

Esta canción la canto sola,

las noches que no puedo dormir.

Junto con el viento que sopla,

voy volando sobre mis sueños.

La luna plateada brilla lejana en el cielo nocturno,

son del mismo color que las rosas silvestres que florecían

anoche en mi sueño.

Esta canción la canto sola,

en las noches tranquilas.

Mañana cantaré contigo esta canción,

montados sobre las alas de nuestros sueños.

Esta canción la canto sola,

en las noches tranquilas.

Mañana cantaré contigo esta canción,

montados sobre las alas de nuestros sueños)

En cuanto la música terminó los aplausos inundaron el lugar y la cantantes salió de sus recuerdos. La preciosa joven de 24 años amplió su sonrisa y sus hermosos ojos amatista parecían brillar. Su cabello negro ondulado estaba acomodado sobre su hombro derecho, para que cayera como una cascada y dejará ver su espalda descubierta y sus bien marcadas curvas.

Sintió una presencia a su lado y levantó la mirada para verlo, pues sabía muy bien quién era. Aquellos lentes enmarcaban esos zafiros que tenía por ojos, su anguloso rostro mostraba una sexy sonrisa, su cabello negro como la noche estaba algo alborotado. Eriol solo le devolvió la mirada y amplió su sonrisa mientras tomaba la mano de su amiga y dejó un beso en el dorso de la misma.

—Increible señoras y señores, la primer canción que compusieron juntos —dijo la conductora de aquel programa con una enorme sonrisa mientras ellos volvían a acercarse a sus lugares en aquel sillón—… en verdad no puedo creer esto, aquí dice que tenían 10 años cuando hicieron esta canción…

—Si, así es Mei, hacía muchísimo que no tocaba esa canción —comentó Eriol sin quitar su sonrisa.

—Bueno, yo también… en verdad volví a cantarla hace poco para dormir al bebé de Nakuru…

—¿Cuando viste al bebé de Na? —indagó Eriol centrando sus ojos solo la amatista.

—Hablamos luego de eso, Mei tiene preguntas que hacernos.

—Genial eso significa que podemos cenar y hacer una de nuestras locas noches —dijo el pelinegro con un brillo en sus ojos que la amatista no veía desde hacía mucho.

—No —exclamó Tomoyo entre risas.

—Oh dios… ahora todos queremos saber ¿qué hacen en sus "locas noches"? —preguntó la conductora provocando un pequeño sonrojo en la amatista.

—Bueno como muchos saben, nos conocemos desde los 10 años así que hemos tenido muchas noches juntos que por lo general implican cocinar, componer, hablar de muchas cosas… y depende mucho de nuestro ánimo, podemos terminar bebiendo, jugando en un parque, dentro de una piscina, en algún antro bailable, corriendo por alguna calle perdida...

—Haciendo alguna competencia o desafío —agregó la amatista mordiéndose el labio inferior—… conduciendo hasta la playa más cercana solo para ver el amanecer…

—Lo dicho depende del ánimo de cada uno —acotó el pelinegro con su sonrisa seductora.

—Wow parece que saben divertirse, pero ¿Qué pasa si alguno está triste o mal por algo?

—Bueno, cuando Tomoyo está triste…

—Espera un momento Eriol —se apresuró a decir la conductora sorprendiendo a ambos jóvenes—… producción me está pidiendo que hagamos el juego de las parejas —la cantante y el pianista rieron.

—¿Si sabes que no somos pareja, no? —dijo Tomoyo con una de sus sonrisas tratando de ocultar sus nervios, sabía que el único allí que podría notar sus nervios era Eriol, y no quería que lo hiciera.

—¿Como no saberlo, si hace tanto que lo vienen aclarando? Pero un pajarito nos contó que se conocen muy bien el uno al otro y que no por nada siempre los confunden con una pareja —ambos rieron ante el comentario—. Bien vamos a un corte muy cortito y enseguida volvemos para comenzar con el juego de la mejor pareja.

La música invadió el lugar y las luces bajaron, indicando que estaban fuera de cámara. Tomoyo y Eriol se miraron y soltaron un suspiro de resignación antes de susurrar al unísono "Nakuru". Para ambos era más que obvio que la castaña estaba detrás de todo. Rieron mientras dos mujeres se acercaban para retocarles el maquillaje y casi sin darse cuenta ambos miraron hacia la pelirroja que en ese momento discutía con los productores.

—No quiere que lo hagas —dijo la amatista centrándose un momento en el pelinegro.

—Probablemente —respondió Eriol provocando la risa de Tomoyo.

—¡¿Probablemente?! Todavía no sé cómo estás aquí… esa mujer simplemente me odia.

—Estoy aquí porque te extrañaba… y ella ya lo sabe si le molesta nuestra amistad puede irse por donde vino —dijo el pelinegro ganándose una mirada curiosa de la amatista.

—Me urge una explicación, ¿Qué rayos sucedió? Hasta donde sabía estabas muy enamorado de ella —murmuró la amatista mientras las maquillista se alejaban.

—¿Entonces aceptarás cenar conmigo? —preguntó con una sonrisa de lado.

—¿No recibiré amenazas ni nada por el estilo, como las últimas veces?

—Debiste decirme desde la primera vez y no, no volverá a suceder —respondió el pelinegro con una expresión que reflejaba su molestia.

Tomoyo solo sonrió y asintió mientras los guiaban a otro sector y los hacían sentar enfrentados en unas sillas altas tras un atril con una pantalla delante, de fondo había una enorme pantalla que en ese momento solo mostraba colores en movimiento.

La conductora se acercó a ellos y comenzó a platicar amenamente hasta que las luces volvieron a subir y uno de los productores le indico que volvían a estar al aire.

—Bienvenidos nuevamente a esta maravillosa noche con sus estrellas favoritas, y hoy tendremos en "la mejor pareja" a la bellísima cantante y compositora Tomoyo Daidouji y a nuestro sexy cantante y pianista Eriol Hiragizawa —los gritos y aplausos inundaron el lugar desde que la mujer mencionó a Tomoyo y duraron un buen rato—… bien veamos qué tan bien se conocen y qué cosas podremos descubrir de ellos —los aplausos volvieron a resonar pero esta vez duraron solo un momento—. Todos sabemos cómo funciona, cada uno escribirá su respuesta y el otro dirá que le parece que respondió su pareja y si es posible dará un motivo —ambos asintieron y Mei se centró en la amatista por un momento—. Como siempre damas primero, Tomoyo dime un número del 1 al 10

—Mmmmm… 8 —respondió luego de dudar un momento. La conductora tomó la tarjeta con dicho número en el dorso y leyó.

—¿A qué le temes? —pregunto la rubia con una sonrisa.

—A todas las tarjetas que tienes en la mano —dijo Eriol entre risas antes de soltar una pequeña maldición y centrar sus ojos en la amatista que se mordía el labio dudando que responder. Soltó un suspiro y luego se centró en la pantalla de tenía ante él para escribir una respuesta.

Una vez los dos estuvieron listos la conductora instó a Tomoyo para que respondiera.

—Eriol, esa sonrisa no me ayuda —murmuró antes de soltar una risita.

—¡Oh vamos cielo será divertido! —respondió el pelinegro y al instante Tomoyo supo que la respuesta del ojiazul era una mentira, él sólo le decía cielo cuando quería ocultar algo y que ella le siguiera la corriente.

—Bien… Creo que todavía temes que encuentren tu retrato hechizado —respondió la castaña consiguiendo una carcajada de Eriol y la mirada curiosa de todos los presentes que inmediatamente cambió a sorpresa al ver la respuesta en la pantalla delante de Eriol.

"Que encuentren mi retrato y se rompa el hechizo"

—Por todos los cielos esto requiere una explicación —dijo algo sorprendida la conductora.

—Bien… siempre tomé las clases de arte en el colegio —comenzó a contar Tomoyo—, una vez viendo rostro y figura humana, nuestro modelo tuvo problemas y no podíamos conseguir a nadie, entonces apareció Eriol buscándome desesperado…

—Estaba escribiendo una partitura y necesitaba el fragmento de canción que Tomoyo ya tenía —acotó el pelinegro y con una sonrisa espero que Tomoyo continuará…

—En la clase éramos casi todas mujeres y los ojos de todas se clavaron en él al instante, estaba hablando conmigo e inmediatamente comenzaron a rodearnos y algunas no tardaron nada en comenzar a elogiarlo y pedirle que nos ayude… bueno para hacerlo corto uno de los cuadros le gustó mucho porque según él había capturado por completa su belleza.

—Y lo hizo, no cualquiera puede hacer que esto —agregó Eriol señalando su rostro—, luzca mejor de lo que ya es.

—Oh por todos los cielos tenemos que ver ese cuadro entonces —comentó la presentadora con una enorme sonrisa.

—Eso no va a suceder, su autora me lo dió con la condición de que nadie lo vea jamás —respondió Eriol antes de mirar a Tomoyo y sonreír—, entonces mi prima Nakuru hizo que naciera el dicho de que ese cuadro era como el retrato de Dorian Gray —agregó y escuchó la risa de varios de los presentes.

—Genial… bien Eriol, ¿A qué le teme Tomoyo? —indagó la presentadora.

—Tomoyo le teme a las serpientes, es una fobia, les tiene pavor —respondió como si nada mirando a la amatista y su sonrisa se amplió al ver en la pantalla delante de Tomoyo la palabra "serpientes."

—Excelente, parece que en verdad se conocen —dijo la presentadora con su enorme sonrisa antes de centrar sus ojos en el ojiazul—, un número…

—Que sea el 5… ¿Qué puede ser peor que los miedos? —exclamó con su sonrisa coqueta mientras la presentadora abría el sobre.

—¿Cómo sabes que está triste? —ambos se miraron por un momento y con un suspiro bajaron la mirada hacia la pantalla donde debían escribir su respuesta—. Bien Eriol tu elegiste así que respondes primero.

—Bueno hay dos formas de saber cuándo Tomy está triste una es cuando cocina su deliciosa, deliciosa selva negra y la otra es cuando toca o tararea la canción que su padre escribió para ella.

Tomoyo sonrió ante esa respuesta y en la pantalla delante de ella pareció la respuesta "cantar la canción de papá."

—Es más común está, porque muchas veces no tengo los ingredientes para hacer selva negra —comentó Tomoyo antes de soltar un suspiro y prepararse para responder—… cuando Eriol está triste se dan dos cosas al mismo tiempo… anda descalzo y bebe coñac.

En ese momento apareció en la pantalla delante de Eriol la inscripción "coñac y pies fríos."

—¿Podemos saber, por qué coñac? —preguntó la presentadora mirando primero a Tomoyo y luego a Eriol.

—Era la bebida favorita de mi abuelo y de pequeño él siempre estaba para mí cuando yo estaba triste… creo que el coñac es como volver a sentirlo cerca —respondió con una mirada que parecía algo nostálgica.

—Bueno es una linda forma de verlo… Tomoyo un número.

—Bien creo que 9.

—Ohh esta es una pregunta interesante que seguro más de un fanático quiere saber… ¿Con quién fue tu primer beso?

—Ahh ¿Podemos saltarnos está? —se quejó tomoyo cubriendo su rostro con ambas manos.

—Oh vamos Tomy, es fácil, la sabes, te has quejado muchas veces —dijo entre risas el ojiazul escribiendo su respuesta.

—Te odio —susurró la amatista provocando la risa de todos los presentes.

—Sí, sí, yo también te odio amor mío —respondió Eriol lanzandole un beso antes de agregar—, tú primero.

—Tu primer beso fue a los 12 con la señorita Mizuki, tu profesora particular de matemáticas.

Las exclamaciones de sorpresa inundaron el lugar, Eriol asintió y ensanchó su sonrisa mientras la pantalla revelaba la inscripción "Mizuki, 8 años mayor."

—Y tu primer beso fue conmigo —agregó Eriol con una sonrisa socarrona, haciendo que Tomoyo volviera a sonrojarse y que las expresiones de todos cambiarán a unas de felicidad, mientras en la pantalla delante de Tomoyo aparecía la inscripción "Eriol, ensayando para obra escolar."

—Definitivamente queremos saber ¿cómo fue eso? —preguntó la presentadora centrándose en Eriol, pues era probable que Tomoyo no contesta.

—Estábamos ensayando, su coprotagonista era otro chico y ella estaba en conflicto porque iba a tener que besarlo, entonces yo le dije "no sé por qué te haces tanto problema solo será algo superficial, ni que fuera algo así…" y la besé, se puso completamente roja y escapó… estuvo molesta por días evitandome a mí y a todo el mundo… Nakuru casi me mata y me dijo que fui su primer beso… me costó bastante, pero finalmente me perdonó.

—Desde entonces cada vez que quiere molestarme me lo recuerda —comentó Tomoyo inflando un poco los cachetes y provocando la risa de Eriol.

—En verdad no me esperaba eso… Eriol ¿Número? —el pelinegro como respuesta levantó un dedo y la presentadora tomó el sobre con el número 1— ¿Un regalo que le hayas hecho que le encante y uno que odie?

—Si otra fácil —exclamó el ojiazul mientras comenzaba a escribir, provocando risa entre los presentes— ¿Listo? —preguntó el pelinegro mirando a Tomoyo después de que el término con su respuesta, la amatista le hizo una seña con la mano para que esperara y al terminar de escribir asintió—. El regalo mío que más te gusta es ése brazalete de zafiros que estás usando en este momento y que usas desde los 16 cuando te lo regalé y el que odias… es ese perfume que hice para ti mezclando como 10 fragancias… era horrible —dijo entre risas antes de ver la pantalla que mostraba otra respuesta correcta "amo el brazalete de zafiros. Odio el perfume, pettit zorrine."

—En verdad es el perfume más horrible —agregó Tomoyo escuchando la risa de los presentes—… está me costó pero creo que lo que más odiaste fue el disfraz de conejo que te hice para una de las fiestas que organizamos —dijo entre risas recordando aquel disfraz que parecía una enorme bolsa de papas con largas orejas—, y el que más te gustó creo que fue ese perfume, que se volvió tu fragancia porque lo usas siempre.

—Uhh casi, casi Tomy —dijo Eriol mientras en su pantalla aparecía la respuesta "amo las camisas que me regala y odio la botarga de conejo"—, es verdad me gusta mucho ese perfume pero me encantan las camisas que me regalas, son hermosas y muy cómodas, no he podido deshacerme de ninguna —comentó Eriol con una sonrisa ladina.

—Ahhh no sabía eso, ¡qué lindo! —exclamó Tomoyo burlándose un poco.

—Vamos genial y ya faltan menos, Tomoyo un número —dijo la presentadora mostrándole los seis sobres que quedaban.

—Ok… 6.

—Esta si que es fácil y creo que todos los presentes conocen la respuesta… comida favorita —ambos pelinegros se miraron con una sonrisa pícara y luego de escribir la respuesta volvieron a mirarse y asintieron.

—Okonomiyaki —respondieron los dos al unísono, un instante después las pantallas de ambos revelaban que la respuesta era correcta, confundiendo a los presentes.

—Un momento, tengo entendido que sus comidas favoritas son otras —se quejó la presentadora y espero una explicación.

—El okonomiyaki es el plato favorito de ambos porque es lo que siempre cocinamos cuando estamos juntos —dijo Tomoyo…

—Tenemos otros platos favoritos, pero este siempre gana cuando somos solo nosotros… es más a veces cuando uno tiene ganas de comer okonomiyaki, nos llamamos y arreglamos solo para eso —agregó Eriol entre risas.

—Se volvió una tradición.

—Wow, nunca imaginé algo así… vamos a la mitad, Eriol —la presentadora miró al pelinegro mostrándole los 5 sobres…

—Espero que sigamos con la racha de fáciles… 2

—Bueno, no sé si es fácil, ¿Tú me dirás? Una persona a la que no soporte —dijo con una sonrisa algo maliciosa la presentadora.

—¡¿Quien armó estas preguntas?! —se quejó Tomoyo antes de soltar un suspiro cansado.

—No te preocupes Tomy, no es como que ella no te odie a ti también —comentó Eriol entre risas—, Kaho te odia tanto o más de lo que tú a ella.

—A ti te causa gracia, pero no lo haría si tuvieras que cruzarte más seguido con mi prima Charlotte —replicó Tomoyo mientras las pantallas mostraban ambas respuestas correctas.

—Interesante ¿Podemos saber por qué?

—Bueno Kaho y Tomoyo nunca se quisieron y cuando estábamos saliendo Kaho le hizo varias maldades a Tomoyo y ese desagrado se convirtió en odio mutuo —respondió Eriol buscando con la mirada a Kaho que no dejaba de lanzarle miradas asesinas desde su lugar cerca de una de las cámaras. Sabía que se enojaría aún más con él, pero no le importaba, solo deseaba que ese mes pasará rápido así terminaba su contrato y ella dejaba de ser su representante.

—¿Y Eriol por qué odia a tu prima Tomoyo?

—Según sus palabras ella se lo busco haciendo cosas que no debía —respondió Tomoyo mirando de reojo a Eriol, quien solo asintió.

—Ohh parece que tenemos a alguien rencoroso —comentó la presentadora con una sonrisa pícara.

—No tienes una idea Mei —agregó entre risas la amatista.

—Nunca lo hubiera imaginado… bien ¿Seguimos Tomoyo… 3, 4, 7 o 10? —indagó la mujer mirando a Tomoyo.

—Mmmmm 4.

—Su lugar favorito en el mundo.

En cuanto terminó de leer la tarjeta Tomoyo y Eriol centraron sus ojos en la pantalla ante ellos y comenzaron a escribir.

—El viñedo de la familia Delanoy en Francia —dijo la amatista con una sonrisa antes de que la pantalla de Eriol revelará la respuesta "el viñedo de mi abuela."

—El lugar favorito de Tomoyo es la casa de sus padres en Tomoeda —respondió Eriol ampliando su sonrisa al ver otra respuesta correcta—, aunque no lo parezca a los dos nos encanta estar tranquilos en familia y enloquecer a los demás

—Nos conocemos hace tanto que es como si fuésemos familia, no nos tenemos secretos y con una mirada sabemos si al otro le pasa algo.

—Eso es hermoso y entenderán que por eso mismo nos es difícil creer que nunca fueron pareja —comentó la presentadora.

—Bueno pues lo crean o no, es la verdad —exclamó Tomoyo intentando ampliar su sonrisa.

—Eriol nos quedan tres números ¿Cuál quieres? —preguntó volviendo a mostrar los sobres que le quedaban y el ojiazul levantó tres dedos a modo de respuesta—. Algo que odie pero hace de todas formas.

Tomoyo soltó una carcajada y Eriol se mordió el labio inferior imaginado qué respuesta daría de él la amatista y con algo de pesar escribió eso que odiaba pero que hacía solo por Tomoyo.

—Esa es fácil, Tomoyo siempre odio las fiestas sociales pero asiste para satisfacer a las personas que quiere —dijo Eriol antes de ver en la pantalla de Tomoyo otra respuesta correcta, luego soltó un suspiro y cerró los ojos algo resignado al ver la sonrisa algo maliciosa de Tomoyo.

—Eriol odia ser mi modelo cuando confecciono ropa, porque le puede tocar traje, disfraz o vestido… pero luego de quejarse por mucho tiempo termina haciéndolo…

—Odio que me hagas hacer esas cosas, pero eres mi mejor amiga y siempre estás para mi, así que es lo menos que puedo hacer —agregó Eriol mirando con dulzura a la amatista quien sonrió y le arrojó un beso al pelinegro.

—Wow eso es lindo y creo que todos estarán de acuerdo conmigo… quiero fotos de eso —dijo la presentadora con una mirada pícara, provocando los gritos de las fans.

—Tomoyo ni se te ocurra —exclamó Eriol al ver la sonrisa maliciosa de la amatista, quien solo rió ante el comentario.

—Tomoyo, primero no dejes que coarte tu libertad de expresión, en verdad queremos esas fotos y segundo… último número escoge ¿7 o 10? —dijo Mei con una enorme sonrisa.

—No te preocupes Mei, sé cómo manejarlo y creo que me quedaré con el… 7.

—Si pudieras obtener cualquier deseo… ¿Qué querrías?

Tomoyo y Eriol se miraron y soltaron un suspiro antes de escribir sus respuestas

—Tocar y cantar una canción más con su padre —murmuró Eriol con una sonrisa algo triste, igual a la que mostró Tomoyo antes de mostrar que la respuesta era correcta.

—Me conoces muy bien y me molesta decir que en verdad no sé qué desearías… pero creo que optare por "no volver a participar en un programa de preguntas en tu vida" —respondió entre risas.

—Ese es bueno, muy bueno… pero la verdad creo que escribí un deseo muy cursi —terminó confesando el pelinegro antes de revelar su respuesta "que la persona que amo sea siempre feliz."

—Awww eso es muy dulce y demasiado cursi para ti —dijo Tomoyo con una sonrisa, deseando que esa tortura termine de una vez por todas..

—Me encantaría que nos extendamos con esto, pero ya se nos termina el programa, así que haremos rápido la última pregunta… Eriol, quedó el 10 y dice… "tócame cualquier cosa menos…"

—Eso es simple, y creo que los dos respondimos lo mismo… cualquier cosa menos, las personas a las que queremos —respondió Tomoyo con una sonrisa.

Eriol también sonrió y simplemente asintió mientras veía a uno de los productores hacer señas desesperado, a la conductora para que ya terminará el programa.

—Bueno amigos eso es todo, este ha sido un excelente programa y creo que todos obtuvimos más información de la que esperábamos. Tomoyo, Eriol muchísimas gracias por prestarse para todo esto y por la buena onda, esperamos poder tenerlos nuevamente aquí pronto…

Tomoyo se acercó a Eriol sin prestar atención a lo que la presentadora decía. El pelinegro le sujetó de la mano e hicieron una reverencia a modo de despedida, antes de que Tomoyo pudiera ver la respuesta que Eriol había dado a la última pregunta, lo que provocó que se sonrojara y mirará algo sorprendida al pelinegro, quien se apresuró a borrar la respuesta…

Bueno esto hace un tiempo que lo tengo ahí a medio hacer, surgió de una pequeña idea y de a ratos iba avanzando, hasta quedar así, decidí publicarlo en dos partes, aunque todavía tengo que terminar la segunda, en cuanto la tenga la publicaré.

Espero que les guste.

ahhh quisiera dedicarselo a Elanie, que hace unos dias me estaba pidiendo que continue "¿donde estás?" o algo nuevo de esta pareja que tanto amamos.

Bien si para la semana que vuene termino la segunda parte la estare publicanfo aqui a continuación.