VALENTINE'S DAY REPEATED

ENLACE AL FIC ORIGINAL: w w w . s/2800554/1/Valentine-s-Day-Repeated

AUTOR: Bananacosmicgirl

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CORREO DEL AUTOR: bananacosmicgirl

TRADUCCIÓN: Meliza Malfoy

BETA: Cuqui Luna

REDACCIÓN: Bellatrix_2009

DISCLAIMER: Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a JK Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright con este trabajo, la trama pertenece única y exclusivamente a Bananacosmicgirl, sólo la traducción es de nuestro grupo.

RESUMEN: Este no es un feliz día de San Valentín para Draco. No obstante, él podría tener la oportunidad de hacerlo por...


CAPITULO 5


Draco se despertó sobresaltado… y gimió. Estaba de regreso en su habitación y en su pijama, tal y como había hecho los últimos cuatro días. Esta vez, sabía que no fue ahí donde se había quedado dormido. Recordó la conversación con Potter… ¡Harry!, hasta muy entrada la noche. Quería golpear su cabeza contra la pared porque ahora tenía que hacerlo todo de nuevo.

Al mismo tiempo, no podía evitar sentirse agradecido. Si habían logrado volverse amigos una vez, era posible otra vez. Además de eso, después de la larga conversación con Harry de la noche anterior, no estaba tan seguro de si era amistad todo lo que quería. No era nada de lo que Draco había pensado siempre; era divertido, dulce, tímido, valiente, amoroso… y la lista seguía. Aunque sabía que no podían ignorar completamente su historia, también sabía que había algo más ahí, algo muy especial.

Por esos pensamientos, estaba de un especial buen humor cuando Pansy tocó a la puerta y entró en la habitación en su ropa interior y bata.

Como antes, ella dijo: —Draco, no sé qué vestido usar esta noche.

Se levantó y caminó hacia Pansy. Le sonrió ligeramente, lo que obviamente le extrañó, porque él nunca hacía eso.

—Pansy —dijo—, por favor, ve a ponerte algo de ropa encima y luego ve a encontrar a alguien que pueda ser lindo contigo y te aprecie, porque yo no puedo.

No lo dijo groseramente; lo dijo tan amable como pudo. Todavía era un Malfoy y los Malfoy no estaban entrenados para hablar con "gentileza".

—¿Draco? —preguntó Pansy, confundida—. ¿Qué estás diciendo?

—Estoy diciendo que no deberías estar acosándome, deberías encontrar a alguien que te quiera y te llegue a amar —dijo Draco.

—¡Oh! —dijo Pansy. Aprovechando su confusión, Draco la giró y la dirigió fuera de la habitación. Por alguna razón, se sintió bastante satisfecho de no gritarle, o joder con ella, en todo caso.

Como esperaba, Crabbe y Goyle estaban de pie esperándolo en la sala común. Caminaron al Gran comedor, donde Goyle dijo —: Lo hicieron tan bonito —y Crabbe asintió, Draco no dijo nada. El cielo con sus nubes en forma de corazón empezaba a hacerle sentir más que pequeñas náuseas después de verlo por cinco días.

Draco miró hacia la mesa de Gryffindor y encontró a Granger y Weasley besándose con Harry a su lado. Harry alzó la vista para encontrarse con la fija mirada de Draco y obviamente se sorprendió con la falta de odio en los ojos de Draco. Como había hecho el día anterior, Harry ofreció una pequeña sonrisa, que se volvió conmoción cuando Draco la regresó.

Después de eso, ni la repetición de las dieciséis lechuzas con sus tarjetas y cartas pudo poner a Draco de mal humor. Se enfrascó en una conversación con Crabbe y Goyle, hasta donde esos dos podían involucrarse en una conversación, de cualquier forma, y no mandó a volar a Pansy por completo. Parecía haber captado el mensaje mucho mejor esta vez que cualquiera de las anteriores, porque no estaba intentando colgarse de él.

Era obvio cómo estaba el ánimo de Draco, y hasta Millicent se atrevió a abrir la boca mientras señalaba el cielo y decía: —¡Miren! ¡Otra lechuza!

La lechuza con la rosa roja de Harry aterrizó delante de Draco. La tomó y sonrió, respirando su perfume.

—Es muy bonita —dijo Crabbe—, ¿de quién es?

Draco se encogió de hombros.

—No lo sé —mintió—. No trae tarjeta.

Pero, en el momento que la conversación giró a otras cosas, Draco levantó la vista y se encontró con los sorprendidos ojos de Harry.

En Transformaciones el buen humor de Draco continuó. Esto tuvo como resultado que McGonagall casi terminara su clase sin hacer que Draco tratara de transformar el ratón en hurón, lo que hizo que el buen humor de Draco aumentara todavía más. En lugar de eso, toda la clase recibió la orden de empezar a intentar transformar los ratones. La transformación de Draco resultó, como era de esperar, mejor que la del resto.

—Está muy bien para ser un primer intento —dijo McGonagall de su intento de transformar un ratón en conejo. El ratón se había vuelto más grande, con las orejas y la vista general correctas. McGonagall lo recogió y dijo un hechizo para ver el interior del conejo. Cuando lo bajó, le sonrió a Draco—. Cinco puntos para Slytherin. Excepto por un desarrollo insuficiente en la región del estómago, ha logrado convertir al ratón en un conejo. Necesitará más trabajo, por supuesto, pero es un buen comienzo.

Draco asintió, agradecido. No empezaría a sonreírle a sus profesores, aunque eso fuera lo que deseaba hacer.

En su camino hacia pociones, Draco pasó a la chica que sabía que intentaría empujarlo en un salón vacío para besuquearlo.

—¿Quién es esa? —les preguntó a Crabbe y Goyle, asintiendo hacia la chica.

—Es Joanna Willenheimer —dijo Crabbe—. Es una Hufflepuff de sexto.

Cuando la chica intentó jalar a Draco con ella, la siguió voluntariamente, pero antes de que pudiera besarlo, se alejó.

—Joanna —le dijo—. Eres una chica dulce, pero deberías encontrar alguien digno de tus afectos.

—¡Tú eres digno! —dijo Joanna.

Draco negó con la cabeza. —No, no lo soy. Y estoy enamorado de alguien más, así que no tiene caso.

Los ojos de Joanna se humedecieron y Draco se apresuró a salir de ahí antes de que empezara a llorar. Estaba tratando de ser lo más amable posible con estas decepciones, pero obviamente no era algo fácil de hacer con gentileza.

En pociones, no había nada que hacer excepto otra ración de Juroserum. Como la había hecho cuatro veces antes, esta resultó ser perfecta y Draco se preguntó si podría hacerlo con los ojos cerrados para ese momento. El caldero de Weasley explotó y no había nada que Draco pudiera haber hecho o quisiera haber hecho al respecto. Draco salió del salón todavía con una pequeña sonrisa de cuando Harry y él compartieron una mirada significativa después de que el caldero de Weasley hubiera explotado.

La lechuza le entregó la caja de chocolates cuando estaban sentados en el Gran comedor para el almuerzo. Tomó la caja envuelta y las tarjetas y las hizo a un lado, continuando con su pastel de carne, que sabía decididamente mal este quinto día seguido.

—¿No vas a abrirlos? —preguntó Pansy.

Draco la miró pensativamente. Entonces sonrió con superioridad. ¿Por qué no? ¿Por qué tenía que esperar a la tarde para abrir la caja de chocolates? Estaría viviendo este día otra vez de cualquier manera; no había razón para no hacerlo un poco diferente de los días anteriores.

—Sí, lo haré —dijo Draco, decidido y alcanzó la caja. La desenvolvió con cuidado.

—¡Oh! ¡Chocolates! —dijo Pansy.

Draco golpeó la mano de Pansy, alejándola cuando trató de alcanzar la caja. La abrió y sonrió ligeramente ante los dulces en forma de corazón dentro. Entonces alargó su mano y tomó uno, y desapareció, como había esperado.

La habitación estaba otra vez iluminada con velas. Sonrió ante esto; la habitación estaba bien una vez más. Se había sentido extraño ver el aula como había estado el día anterior.

Fingió no saber dónde estaba parado Harry. No supo por qué; era un juego del que no sabía las reglas.

—¿Hola? —dijo—, ¿alguien aquí?

Se preguntó si Potter había tenido tiempo de llegar. Había estado en la comida minutos antes. Un segundo después, Draco tuvo su respuesta. El sonido de la capa de invisibilidad cayendo al piso se escuchó tras él.

Se dio la vuelta y miró a Harry.

—Hola —dijo Harry con nerviosismo. Draco tuvo que recordarse que Harry no había hecho esto antes. Era todo nuevo para él y para Harry, tampoco habían tenido sexo ni pasado horas hablando. Ni lo había matado, le recordó una vocecita, pero Draco no le puso ninguna atención a la voz.

—Hola. —Draco miró alrededor de la habitación—. Bonito arreglo.

Harry sonrió ligeramente. —Gracias.

—¿Piensas traer a alguna chica para enamorarla en el suelo del salón? —preguntó Draco, alzando una ceja.

—No —dijo Harry, nerviosamente—. Te traje aquí.

Draco sonrió con suficiencia.

—¿Para enamorarme?

Harry tragó y los recuerdos de este haciéndolo antes chocaron contra Draco. Cómo le había roto el corazón, cómo lo había seducido, cómo lo había matado, cómo había platicado con él y ahora… ¿ahora que lo amaba? El pensamiento vino de repente, pero…

—Sí —dijo Harry después de unos segundos. Luego desvió la mirada.

Draco sonrió.

—Bien.

Con los ojos muy abiertos, la cabeza de Harry se levantó de pronto y miró fijamente a Draco.

—¿Qué?

—Dije "bien" —repitió Draco—. Porque de otra manera yo habría tenido que enamorarte. Y viendo que tú eres el que me ha traído aquí, me parece justo que seas el que haga el trabajo.

La boca de Harry se abrió involuntariamente.

—¿Tú… tú quieres que lo haga?

Draco dio unos pasos hacia él.

—Harry —dijo, usando su nombre con deliberación—, ¿no crees que es una estúpida idea encerrarte en una habitación con alguien que supuestamente te odia?

—Esperaba que ya no lo hicieras —respiró Harry.

Draco le sonrió. Esta vez fue una suave y genuina sonrisa. Una sonrisa que Draco raras veces se permitía regalar a otros.

—Estás de suerte.

Entonces cerró la distancia entre ellos y sus labios fueron hacia los de Harry. Fue un beso mucho más suave que cualquiera de los que habían compartido mientras tenían sexo. Esta vez, Draco se tomó su tiempo para probar a Harry y sentir su calor.

Harry pronto perdió su aparente parálisis y envolvió sus brazos alrededor de Draco. Una mano fue a descansar en la cintura, mientras la otra se enredó en su cabello. Lo atrajo más cerca, lo suficientemente cerca para que Draco sintiera el calor emanando del cuerpo de Harry.

—Oh, Merlín —respiró Harry, al final apartándose.

Draco sonrió y recargó su frente sobre la de Harry. Finalmente, las cosas se sintieron correctas. De esta manera se suponía que debía ser. Se suponía que debía estar con Harry, no sólo como amigos, sino como amantes.

—Te amo —susurró Harry.

Draco suspiró suavemente y cerró los ojos.

—Creo que también podría amarte.

Sintió los brazos de Harry apretarse a su alrededor todavía más y fue empujado hacia otro beso.

Unos minutos después, o tal vez mucho después, finalmente se forzaron a separarse. La cara de Harry estaba sonrojada y Draco se dio cuenta de que estaba más feliz de lo que había estado nunca.

—Me gusta cuando haces eso —dijo Harry.

—¿Qué? —preguntó Draco. No estaba seguro de haber hecho algo.

—Sonreír —dijo Harry.

Draco se río. —Bien.

Harry mordió su labio. —Probablemente deberíamos regresar al Gran comedor —dijo—. Me fui cuando empezaste a abrir la caja de chocolates y desapareciste muy rápido.

—Por supuesto —dijo Draco—. ¿Un traslador de chocolate? ¿Qué hubiera pasado si compartía los chocolates con alguien más?

Harry se encogió de hombros.

—Estaban hechizados para funcionar sólo contigo.

Draco ladeó su cabeza y preguntó algo que se había estado preguntando durante todos los San Valentín.

—¿Qué tal si lo hubiera abierto después? ¿Ibas a sentarte y esperar aquí todo el día?

Harry sonrió.

—No, definitivamente no. Tenía colocado un hechizo en la envoltura también, así que cuando la deshicieras, sería notificado. Entonces todo lo que tenía que hacer era venir y ocultarme.

Draco alzó una ceja.

—Bajo tu capa de invisibilidad —dijo—. ¿Por qué?

—Podrías venir muy enojado o, eh, asustado por no saber dónde estabas —dijo Harry.

—¡Los Malfoys no se asustan! —dijo, indignado, a pesar de que había estado asustado la primera vez. Harry definitivamente no necesitaba saber eso.

Harry rodó los ojos. —Era sólo precaución.

—Regresemos al tema —dijo Draco—. ¿Deberíamos volver al Gran comedor?

Harry parecía indeciso. —¿Estás seguro de que quieres que regresemos juntos?

Draco le frunció el ceño. —No sé tú, pero mi interpretación de la sesión de besos de antes es que ya no somos enemigos.

Harry sonrió. —Es sólo que no estaba seguro de si querías que nos mostráramos en público tan pronto.

Draco se encogió de hombros. En su interior, suspiró, porque sabía que no importaba. Cuando llegara mañana tendría que hacer esto una vez más. —No me importa —dijo en voz alta.

Harry tomó su mano en ese momento y su sonrisa fue de oreja a oreja. Jaló a Draco con él y se encontraron en el pasillo del segundo piso. Draco fingió no estar seguro de dónde estaban y le permitió a Harry guiarlo.

El Gran comedor era una locura; los estudiantes estaban hablando de forma extraña entre ellos. Draco escuchó menciones de Voldemort y vio que Pansy estaba llorando, sosteniendo la caja de chocolates. Por la conmoción, pasaron unos minutos antes de que alguien notara que Harry y Draco estaban parados en la entrada. Entonces la noticia se esparció como fuego entre los estudiantes y el comedor se quedó en completo silencio.

La mano de Harry se sentía cálida en la de Draco. Miró a Harry. Luego pensó "¿por qué demonios no?" y lo jaló hacia él. Y lo besó con fuerza delante de toda la escuela.

Después de todo, mañana tendría que vivirlo todo otra vez.

El comedor se quedó en silencio por cuatro segundos. Entonces estallaron gritos, aplausos y cuchicheos intensos. Harry y Draco se apartaron, ambos sonriendo ampliamente. A Draco no le importaba que tuviera que hacer todo desde el inicio otra vez mañana, este era un momento que atesoraría por siempre.

—Toda la escuela nos está mirando —dijo Harry.

—Ajá —dijo Draco.

—Vamos a ser las noticias de la escuela —dijo Harry.

—Ajá —dijo Draco.

—Este es el mejor San Valentín que he tenido jamás —dijo Harry.

—Ajá —dijo Draco con una sonrisa y acercó a Harry otra vez.

Esa noche, Draco no durmió en su propia cama. En lugar de eso, Harry lo llevó con él a la Torre de Gryffindor y a la habitación de Prefecto de Harry. No tuvieron sexo; ambos acordaron esperar a que la relación se consolidara antes de que eso pasara, pero durmieron juntos, fuertemente entrelazados.

Cuando despertó, fue con la sensación del cálido cuerpo de Harry a su lado, todavía dormido. Su corazón corrió a toda velocidad y sus palmas empezaron a sudar cuando se dio cuenta de que era quince de febrero. Todas las cosas que habían pasado el día anterior… ¡las personas lo recordarían! Había sido amable con la gente, con Pansy y con esa chica y… ¡y había besado a Harry Potter delante de toda la escuela! Su rostro enrojeció con el solo pensamiento.

Entonces, Harry se movió contra él y el brazo que estaba alrededor de la cintura de Draco se apretó.

Y Draco se dio cuenta de que no había día en el que prefiriera estar.