Un pequeño (y viejo) fanfic muy espedial para este día pedido por una amiga.

Inuyasha y Kuroko no Basuke

KagomePOV

El día de San Valentín, el día que tanto había esperado y temido al fin había llegado. Durante todo el día mis amigas habían estado preguntándome si no tenía pensado regalar chocolate a nadie o si no me interesaba nadie. Pese a que yo les decía que no, la verdad es que sí hay alguien de quien estoy enamorada. Pero siendo realistas no creo que él sienta nada por mí, él es solo un cliente habitual de la pastelería donde trabajo por la tarde, apenas sé nada de él solo sé que ama los dulces. No sé su tipo de chica ideal, si está interesado en tener pareja o si ya la tiene. Por ello ayer, después de acabar de hacerle una tableta de chocolate y mientras estaba en la cama intentando dormir, decidí que si se presentaba a la pastelería solo se la daría.

Bueno, pues ya casi era la hora en la que siempre llegaba, gracias a su chaqueta deportiva sabía que era parte del equipo de básquet y que seguramente siempre venía después del entrenamiento diario.

Sin distraerme más por mis pensamientos me cambio a mi ropa de camarera (ya que antes estaba con un uniforme de cocina para hacer los postres) apenas diez minutos después, la puerta se abrió dejando entrar a un grupo de chicos encabezados por ese que no salía de mis pensamientos.

– Bienvenidos, ¿Ya saben lo que quieren? – Digo después de esperar un rato para que miraran la carta.

Sin apenas levantar la vista de la carta "ese" chico es el primero en pedir su orden seguido del resto de sus compañeros quienes nerviosamente me piden lo que quieren junto a torpes sonrisas.

Pese a tener un plan para darle el chocolate, al estar sus amigos no me atrevo. Les llevo todo lo que han pedido, me agradecen y me voy. A este paso jamás podré hacerle saber mis sentimientos.

Después de un rato, cuando aún estoy pensando en lo mío se me acercan para así pagar e irse. Pero sabiendo que siempre hace una última orden para llevar, no me desánimo y junto a una sonrisa, sin que se dé cuenta, en la misma bolsa que los dulces que me pide le pongo el chocolate.

– Muchas gracias por venir, espero que vuelvan pronto – Digo después de decir el importe mientras intento calmar mi corazón que late rápidamente por la cercanía.

– Gracias Kago-chin – Me dice haciéndome sonrojar aún más por el apodo.

Atsushi POV

Después de la práctica me dispongo a ir a la pastelería que descubrí a principio de curso. Antes, cada día iba a dos o tres pastelerías, pero un día, después de salir de una cafetería con unas pastas pasé por delante de una pastelería a la que nunca había entrado, no pudiendo aguantar mi curiosidad y ganas de comer dulces entré, el ambiente era muy relajante y un dulce olor flotaba por el aire. Pero lo más importante, todos los dulces eran deliciosos, eran de lo mejor que había probado.

En uno de los días que fui, la camarera que siempre me atendía se puso a hablar con migo. Allí es cuando me enteré de que ella era la encargada de hacer la gran mayoría de los postres de la tarde.

Pensando en los deliciosos pasteles que me estaban esperando me di más prisa de lo habitual, el hecho de haberme comido los chocolates de Muro-chin (Buenos pero no deliciosos como los dulces de Kago-chin) habían abierto mi apetito.

Apenas alcancé a salir del gimnasio cuando mis compañeros me detuvieron invitándome a ir a la cafetería cerca del instituto. Pese a lo bien que suena la oferta me contengo pensando en el delicioso gusto de la cocina de esa pequeña camarera.

– Pero Kago-chin me espera con dulces – me recuerdo a mí mismo en voz baja.

Pese a que lo digo en un susurro, mis compañeros logran escucharlo. Sin dejarme salir me empiezan a hacer preguntas sobre quien era esa tal Kago-chin así que para no llegar tarde les dejo que me acompañen.

Una vez llegamos veo como Kagome alza la vista y sonríe, haciendo que mis compañeros se queden sin aliento. Una vez sentados y pasados unos minutos la pelinegra se nos acerca a pedir la comanda para después irse dejando a mis compañeros sonrojados.

– Así que por eso venias aquí – Dijo el capitán Okamura casi babeando como si hubiese visto una tarta – Es muy linda.

No sé por qué, este comentario junto con el resto de mis compañeros quienes la miraban fijamente me molestó. Vamos, hasta Tatsuya tenía las mejillas levemente sonrojadas.

Después de comer todo rápidamente (no quería que estuviesen más rato junto a ella) vamos a la caja a hacer mi pedido para llevar y pagar.

– Muchas gracias por venir, espero que vuelvan pronto – Dice después de que le demos el dinero con una amplia sonrisa y un leve sonrojo.

– Gracias Kago-chin – Respondo viendo fascinado como se le extiende el sonrojo.

Una vez fuera de la pastelería, me separo de mis compañeros sin despedirme, aún estoy molesto por lo que había pasado anteriormente, y lo peor es que no sabía porque estaba así de molesto.

Sin querer pensar más en esto decido comer algo de lo que acababa de comprar, así que hurgando en la bolsa encontré un rectángulo envuelto en un papel blanco con un lazo morado, parece que eso había llamado la atención de mis compañeros, quienes me habían alcanzado para hacerme más preguntas.

Al desenvolver "eso" me encontré con na tableta de chocolate con relieves en forma de corazón y en una esquina una K. No sé porque pero al entender lo que eso quería decir me inundó una gran sensación de alegría y mi enfado se esfumó sin más.

– "Quizás no tenga que preocuparme más por eso" – Pienso para empezar a andar nuevamente sin hacer caso a la nueva ronda de preguntas que había comenzado mientras comía poco a poco ese delicioso chocolate.