Nico miraba la pantalla de su móvil, esa era la única luz en la habitación. Estaba echada en la cama y preparada para dormir pero, al igual que en los últimos días, no podía sin hacer aquello. Sus parpados empezaban a cerrarse poco a poco con cansancio mientras miraba ese video. En él veía como Maki la abrazaba firmemente y le encantaba imaginarse otra vez con ella a su lado. Tras su vuelta después del viaje a la playa Nico había descubierto un CD entre sus cosas. Al principio se puso furiosa con Nozomi. Sin embargo, cuando lo vio a solas, con calma y sin tener que preocuparse de lo que los demás pensaran, no pudo evitar dar gracias por aquel regalo. Empezó a caer en la costumbre de verlo de vez en cuando y pronto acabó por guardarlo a su móvil para tenerlo siempre a mano. Sabía que aquello no era bueno para ella, no podría superar sus sentimientos por la pelirroja si seguía aferrándose a esas imágenes pero era reconfortante, por unos minutos disipaba la frustración y la tristeza que cada vez sentía más a menudo. Últimamente nada la alegraba, cosas con las que antes saltaba de ilusión ahora no le hacían ni pestañear. Sabía que sus amigas estaban empezando a preocuparse pero no había forma de que les contara lo que realmente pasaba. Aun así su trato con Maki seguía siendo el mismo de siempre aunque era cierto que últimamente peleaban menos. No se veían a diario por las vacaciones pero aun así el grupo seguía ensayando en el colegio varias veces a la semana con el permiso de la directora. Además, todas solían quedar para tomar algo o dar una vuelta de vez en cuando. Nico soltó un gran suspiro y dio media vuelta sobre la cama. Dejó el móvil junto a la almohada y cerró los ojos esperando a que el sueño llegase.

Se levantó con pereza aquella mañana. No tenía nada que hacer ya que ese día no había ensayo y su madre iba a estar en casa así que no tenía que cuidar de sus hermanos. Pensó en aprovechar la oportunidad para hacer algo que llevaba retrasando bastante tiempo. Aun no le había agradecido a Nozomi lo mucho que la había ayudado con los exámenes, gracias a ella había logrado pasar la evaluación sin un solo suspenso y quería tener algún detalle con ella. Pensaba regalarle algo pero aunque había estado pensando en ello muchas veces no se le había ocurrido nada bueno. Desayunó junto a su familia y estuvo viendo un rato la tele con sus hermanos. Pensaba mandar un mensaje a Rin y Hanayo para preguntarles si querían ir de compras esa tarde pero se detuvo al tener la lista de contactos delante. Vio el nombre de Maki y se replanteó el plan. Tal vez estuviera bien salir las dos solas, había pasado bastante tiempo desde la última vez que lo habían hecho. No lo pensó más y comenzó a escribir.

Ey, voy a comprar un regalo para Nozomi esta tarde. ¿Te vienes y me ayudas a elegir?

Maki estaba en el escritorio de su padre mirando el ordenador y leyendo todo tipo de informes y datos sobre el hospital. Durante las vacaciones solía pasar mucho tiempo allí y aprovechaba para aprender cómo funcionaba todo poco a poco. Aun le quedaban un par años para comenzar a estudiar medicina pero podía ir adelantándose la parte administrativa. Si ahora se hacía con ello tendría una preocupación menos en el futuro, sabía que la universidad iba a ser difícil y luego tendría más que suficiente con trabajar allí todos los días. Su padre le dejaba ojear su ordenador siempre que quería, confiaba en ella porque sabía que entendía lo suficiente como para no estropear nada ni crear algún problema con los documentos pero todo estaba más que encantado con el interés de su hija por el negocio familiar. El móvil le vibró en el bolsillo y se sorprendió un poco. Leyó el mensaje de Nico y frunció el ceño. Lo primero que hizo fue preguntarse por qué tenía la chica que comprarle nada a Nozomi pero quería responder pronto porque sabía que Nico estaría esperando una contestación. No tenía nada que hacer ese día. Llevaba allí desde primera hora de la mañana y le apetecía salir. Comenzó a escribir con rapidez.

Vale. Estoy en el hospital. ¿Te pasas por aquí a las 5.30 y vamos andando hasta el centro? ¿Para qué es el regalo?

Miró a la pantalla durante un segundo y cambió lo que había escrito.

Vale. Estoy en el hospital. ¿Te pasas por aquí a las 5.30 y vamos andando hasta el centro?

Quería saber cuáles eran las razones de Nico para hacerle un regalo a Nozomi, no era su cumpleaños ni le había pasado nada importante, de alguna forma le molestaba no saberlo. Sin embargo, no quería parecer cotilla.

Nico leyó el mensaje mientras sujetaba el brazo de Kotarou, quien estaba intentando golpearla con su martillo de juguete.

OK. (づ ̄ ³ ̄)づ

.

.

.

Las dos paseaban por el distrito comercial. Tras entrar en un montón de tiendas no habían encontrado nada que les convenciera. Nozomi era una persona con gustos peculiares y no estaban seguras de acertar. Nico estaba cada vez más segura de que la mejor idea era invitarla a comer yakiniku algún día. Aun así siguieron con su búsqueda y entraron en una tienda de decoración. Nozomi vivía sola, tal vez estuviera bien algo para adornar su casa o algún utensilio para la cocina. Fueron caminando entre los pasillos, cada una deteniéndose cada vez que algo captaba su atención. Nico miró un portarretratos con muchos espacios para exponer varias fotografías. Observó a Maki que estaba un poco más adelante, ella también estaba mirando algo y parecía pensativa. Nico recordó la primera impresión que tuvo de la habitación de la pelirroja, totalmente impersonal. Echó en falta fotos de personas importantes para ella pero si pensaba en lo que la madre de la chica le había contado después, era normal. Maki no había tenido a nadie que considerase lo suficientemente cercano como para ponerlo en su habitación, al menos hasta que las conoció a todas. Sin embargo ahora era diferente. Se acercó a ella con el portarretratos y se lo enseñó.

-Voy a comprar esto. ¿Te gusta?

-Sí, está bien. Me gusta esto de aquí –señaló un pequeño dibujo plateado que el marco tenía en las esquinas. Eran pequeñas notas musicales que sobresaltaban contra el resto del objeto que era de color negro.

-Me alegro. Entonces ya podemos dar por terminada la búsqueda.

-Bien porque estaba empezando a pensar que nos íbamos a ir a casa de vacío.

Salieron a la calle de nuevo y se dedicaron a pasear ya que aún les quedaba algo de tiempo antes de que se hiciera de noche. Acabaron por sentarse en un banco y siguieron con la conversación que tenían a medias.

-Ayer a Kokoro le dio por decir que también quería ser una idol. No se quedó tranquila hasta que le enseñé una coreografía, le improvisamos un vestido con las cosas que había por casa y… -Nico sacó su móvil –este es el resultado.

La chica buscó un vídeo y le dio al play, colocándolo delante de las dos para que pudieran verlo bien. La niña tenía una pinta de lo más graciosa. Su vestido de idol era claramente una mezcla de varios disfraces de Halloween y estaba maquillada de forma exagerada. La música de Korekara no someday empezó a sonar y la niña imitó torpemente los movimientos que ella conocía tan bien. Maki no pudo evitar sonreír porque aquello era adorable.

-Tengo sed, mientras lo acabas de ver voy a aquella máquina. ¿Quieres algo?

Maki pausó el vídeo y se pensó la pregunta.

-Café, si puede ser.

-Okay.

La chica quiso continuar con el vídeo pero sin querer le dio a atrás y accedió a la galería. Intentó buscarlo de nuevo pero algo hizo que se detuviera al instante. Reconoció una imagen que hizo que su corazón comenzara a latir más fuerte. Con los ojos abiertos de par en par tocó la pantalla y un nuevo vídeo se reprodujo. Era el vídeo de ellas dos durmiendo en su casa de la playa. Lo había visto decenas de veces pero verlo allí era algo totalmente diferente. Maki no sabía qué hacer, miró como Nico seguía aún ocupada con la máquina de bebidas y volvió la vista al móvil. No sabía que pensar de esto. "¡¿Ella también lo tiene?! ¿Y por qué lo guarda aquí? ¿Nozomi también se lo dio en un CD? Pero entonces… ¡¿por qué lo ha pasado al móvil?!" Vio que Nico se acercaba y volvió a poner el vídeo de su hermana. Cuando se sentó de nuevo junto a ella le devolvió el móvil y le sonrió con nervios intentando fingir que no había pasado nada.

-Tu hermana es adorable.

-Por supuesto. Por cierto, aún están esperando a que les vuelvas a hacer una visita.

-C-claro, iré cualquier día. Cuando te venga bien llámame y voy.

Nico levantó las cejas sorprendida.

-Genial.

Las dos se quedaron un rato en silencio contemplando sus latas de refresco pero entonces Nico vio la hora que era y pensó que debía ir volviendo a casa si quería tener cena, si tardaba más sus hermanos se comerían su parte.

-Yo tendré que marcharme ya.

Maki no podía dejar que se fuera en ese momento, necesitaba saber qué hacía ese vídeo ahí. Lo malo es que no era capaz de preguntarle, llevaba un largo rato planteándose que decir sin atreverse con nada. No podía irse sin respuestas y además no quería separarse aun de Nico.

-¿Seguro? ¿Y si cenamos por aquí? No me apetece irme a casa aun.

Nico sopesó sus opciones. Le había encantado pasar la tarde con ella y se sentía un poco triste al tener que marcharse pero no le quedaba otra.

-No me queda dinero, entre el regalo y lo demás… No había salido con la idea de cenar fuera así que no llevaba mucho desde un principio –se levantó del banco decidida a marcharse pero se dio cuenta de que el regalo aún seguía en su bolsa. Estaba pensando que decirle a Maki antes de dárselo cuando esta se levantó también.

-No, espera –se dio cuenta de que había sonado algo desesperada e intentó parecer más tranquila. –No pasa nada, yo te invito.

-¿Qué? ¡No! No tienes por qué… -aquello la sorprendió tanto que casi se olvidó de lo que estaba pensando.

-B-bueno… pero me apetece estar más tiempo contigo así que no me importa.

Nico se sonrojó a más no poder. Aquella frase había sonado demasiado bien en sus oídos y perdió todas las ganas de negarse.

-V-vale está bien… pero te devolveré el dinero en cuanto pueda.

-He dicho que te invito, no que vaya a prestarte dinero. No seas cabezota.

A Nico no le gustaba aquello, no quería deberle nada ni parecer una aprovechada pero aun así no pudo con la mirada que Maki le estaba ofreciendo. Era diferente a las que usaba con ella normalmente. En esta había mucha timidez, algo de amabilidad y un brillo de ilusión que fue lo que acabó por rematar la poca resistencia que la mayor aún mantenía en pie. Nico acabó por poner los ojos en blanco y luego soltó un suspiro.

-De acuerdo.

Las dos caminaron en busca de un lugar para cenar hasta que la morena señaló hacia un punto de la calle.

-¿Vamos ahí? –Se refería a un McDonalds que estaba al final de la avenida. Desde luego era la opción más económica y la chica no quería que su amiga se gastara demasiado en ella.

-¿En serio? –Maki levantó una ceja mirando el edificio con poca emoción. No le apetecía mucho cenar eso. Sus padres no tenían muy buena opinión sobre ese tipo de comida por lo que a ella tampoco le gustaba mucho. Las pocas veces que iba a esos sitios era porque el resto de sus amigas querían comer ahí. -¿Seguro que no quieres algo un poco más…? No sé, ¿no prefieres ir a algún sitio mejor?

-No, ahí está bien.

Las dos intercambiaron miradas. Maki veía perfectamente que era el orgullo de Nico el que hablaba. A esas alturas lo conocía de sobras, seguramente mejor que nadie. Ya estaba acostumbrada a chocar una y otra vez contra él y parecía que hoy no iba a ser diferente.

-Nico… De verdad, no te preocupes por el dinero. Te digo que podemos ir a cualquier parte, ¿en serio tenemos que ir al mismo sitio de siempre?

Nico la miró con el ceño fruncido mientras por dentro se peleaba consigo misma. Maki vio que la estaba poniendo en un compromiso y se sintió un poco mal.

-Si no propones nada más decidiré yo.

-Pues hazlo, al fin y al cabo eres tú la que va a gastarse el dinero –la morena cruzo los brazos y desvió la mirada.

-Vale –la chica miró alrededor y enseguida vio algo que le gusto. –Ahí, vamos.

Nico siguió la mirada de la pelirroja hasta dar con un restaurante italiano. No era muy grande pero por la decoración parecía caro. Nico había estado muy pocas veces en sitios así y en cuanto pudo, agarró el brazo de la chica para que se detuviera.

-Espera. Creo que eso es demasiado. Seguro que ni si quiera vamos vestidas apropiadamente. Los demás nos miraran raro, igual ni nos dejan entrar.

-¿Pero qué dices? –Maki la miró realmente sorprendida de su repentina inseguridad. –He estado muchas veces ahí y no es para tanto, la comida tampoco es nada del otro mundo pero estamos al lado así que me parece la mejor opción –vio que la chica seguía sin convencerse. –Además solo es comida italiana, pasta y pizza, no es precisamente algo elitista si es eso lo que te preocupa.

Nico bajó la mirada.

-Vamos –Maki tomó la mano de la mayor y tiró de ella con suavidad para que caminara a su lado.

La cara de Nico se puso totalmente roja, por suerte ya se había hecho de noche y no había la suficiente luz como para que Maki lo notara. Las mejillas de esta también se sonrojaron un poco al darse cuenta de que iban de la mano pero hizo todo lo posible por actuar con normalidad. Las dos llegaron hasta la puerta sin soltarse y una vez allí esperaron a ser atendidas. Las colocaron en una mesa para dos y comenzaron a ojear la carta. Nico miró los precios y vio que Maki tenía razón, no eran excesivamente elevados pero aun así ella no podría permitirse cenar ahí porque si cuando le apeteciese, tal vez en alguna ocasión especial pero aun así tendría que pensarlo.

-Ni se te ocurra pedirte lo más barato –la chica podía saber lo que la mayor tenía en mente solo con ver la arruga que se le formaba entre las cejas mientras escaneaba la carta.

Un cuarto de hora más tarde tenían sus platos servidos. Comenzaron a comer sin intercambiar muchas palabras pero como el silencio no les molestaba no sentían la necesidad de llenarlo. Sin embargo, aquello sirvió para que Maki volviera a pensar en lo que había descubierto antes en el móvil de Nico. "Tal vez lo tenga ahí porque Nozomi se lo ha enviado desde el móvil… ¿Pero entonces por qué no lo ha borrado? Si lo guarda es por algo." Quería sacar el tema pero le daba miedo la reacción de la chica, seguramente la conversación acabaría a gritos y no quería armar un escándalo dentro del restaurante. Aun así se dijo que le preguntaría antes de separarse de ella esa noche, si había alguna posibilidad de que Nico sintiera algo por ella quería saberlo. Necesitaba saberlo. Cuando salieron de allí ya era bastante tarde, aunque como hacia buena noche seguía habiendo gente que paseaba por la calle. Las dos volvían a caminar la una junto a la otra. Maki sabía que si quería hablar del tema que le había estado amargando la cena debía hacerlo ya. Se aclaró la garganta con nerviosismo y miró de reojo a la chica.

-Hay algo que llevo un rato queriendo decirte… antes he visto algo… -vio como Nico la miraba interrogante al no hablar claramente. -…e-en tu móvil –volvió a aclararse la garganta una vez más. –He visto algo en tu móvil… ¿Por qué tienes ahí el video que grabó Nozomi de nosotras en la playa?

Nico se detuvo al instante y la miró con los ojos de par en par. Maki vio como poco a poco su rostro se iba contrayendo por el enfado y sintió que estaba en peligro.

-¡¿Por qué has…?!

-¡Ha sido sin querer! –la pelirroja levanto las manos enfatizando su inocencia. –Cuando me has dejado el móvil le he dado sin querer a salir durante el video de tu hermana y he visto que tenías el nuestro ahí. Lo siento.

Nico no la miraba pero por un momento creyó que iba a pegarle porque la chica parecía realmente enfadada. Sin embargo, a los pocos segundos vio asomar lágrimas en sus preciosos ojos y sintió un nudo en el estómago.

-¿Nico…?

La chica se giró dándole la espalda, hacía todo lo que podía para no echarse a llorar pero no lograba controlar su cuerpo. Los hombros le temblaban al intentar contener los sollozos y aunque se limpiaba las mejillas volvían a mojarse al instante. Ya no podía más, Nico había llegado a su límite. Aquellos sentimientos la estaban hundiendo cada vez más y necesitaba sacárselos de dentro o sentía que acabaría ahogándose. Ya no le importaba lo que pasase después, por supuesto que le daba miedo ahuyentar a la chica pero seguir guardándose aquello no era una opción, no después de haber sido descubierta y de haberse derrumbado delante de ella. La miró de nuevo y vio cómo está la observaba preocupada lo que le provocó a la morena una sonrisa triste.

-Maki, tú… me gustas.

-… -la pelirroja no daba crédito a lo que estaba oyendo y la miraba con ojos como platos. -¿Q-qué…?

-Hace mucho que me siento así y… lo siento. Sé que es raro y que no…

La chica fue incapaz de seguir aguantándole la mirada y sus sollozos se hicieron más fuertes. Sintió la necesidad de salir corriendo y lo intentó pero Maki fue lo suficientemente rápida como para alcanzarla al instante sujetándola del brazo. Las dos se quedaron en silencio sin saber que decir durante un momento. Nico seguía de espaldas, sin atreverse a encarar el rechazo de Maki y mirando al suelo. La pelirroja no alcanzaba a verle la cara pero sabía que seguía llorando.

-Nico, yo… esto es…

-No hace falta que digas nada. Deja que me vaya, por favor –Nico la miró por fin suplicándole. Lo único que quería ahora era encerrarse en su habitación y pasar toda la noche llorando.

Maki estaba roja hasta las orejas y abría y cerraba la boca sin atreverse a pronunciar las palabras que tenía en mente. Nico comenzó a sentirse muy incómoda bajo aquella mirada. No entendía que hacia la pelirroja, no dejaba ir su brazo por mucho que intentara soltarse y su agarre era tan fuerte que estaba empezando a dolerle, aunque parecía que no se daba cuenta de que le estaba haciendo daño. Quería que aquello acabara ya pero Maki no parecía conforme.

-¡Si vas a decir algo dilo, si no suéltame, quiero irme a casa!

Maki se sobresaltó por el grito y parpadeó repetidas veces. La mayor vio como arrugaba el ceño y la miraba de hito en hito. La mente de la pelirroja se había quedado bloqueada, sabía que tenía que decir algo y quería hacerlo pero su cerebro era incapaz de mandar la orden a sus labios. Nico apretó los dientes con fastidio y volvió a mirar a otro lado.

-Sera mejor que hagas como que esto no ha pasado –la voz llorosa de Nico temblaba con cada palabra. Trató de soltarse de nuevo, esta vez para marcharse definitivamente.

Su insistencia por irse puso contra las cuerdas a Maki, si no hacía algo todo iba a acabar aun peor de lo que ya estaba yendo. No podía dejar que se fuera, sentía lo mismo por ella pero era incapaz de decir las palabras, además por culpa de su estupidez Nico estaba llorando. Al verse sin salida actuó sin pensar y en un segundo se inclinó y presionó sus labios contra los de la morena. Esta se sorprendió tanto que sus sollozos pararon al instante. Maki cerró los ojos con fuerza temiendo la reacción de la otra y tras unos segundos separó sus bocas. El beso había sido un poco brusco porque no sabía cómo hacerlo y miró con inseguridad a su amiga. Esta estaba aún tan sorprendida que solo abría los ojos de par en par sin mover ni un músculo. Con el paso de los segundos su cara se fue poniendo más y más roja mientras asimilaba lo que había pasado. Se llevó la mano a la boca a la vez que retrocedía unos pasos, sentía tanta vergüenza que necesitaba taparse la cara de alguna forma.

-¿Q-qué…? ¿Qué ha sido eso?

-¿Cómo que qué ha sido? ¡Está claro, un beso! –Maki retorcía uno de sus mechones de pelo sin apartar la vista de los cordones de sus zapatillas.

Nico logró recuperarse un poco de la sorpresa y volvió a acercarse a la chica hasta estar que las puntas de sus pies estaban a pocos centímetros de distancia.

-Ha sido un beso bastante malo.

Maki levantó la cabeza al instante y le miró con mala cara.

-Ha sido la primera vez que lo hago, no hace falta que seas cruel.

Las dos estaban sonrojadas a más no poder y se miraban a los ojos con un brillo de emoción en ellos.

-Entonces repítelo.

-¡¿Ueeh?!

-Hazlo hasta que salga bien.

-¡N-no! –La chica era incapaz de volver a hacer algo así, antes no había tenido otra opción pero si lo pensaba con calma era imposible que se atreviera. –Hazlo tú si tantas ganas tienes.

-Pero yo no lo he hecho nunca.

-¡¿Entonces por qué te quejas?!

Iba a seguir hablando pero Nico le colocó la mano en la mejilla y se quedó muda. La mayor se acercó más aún con lentitud hasta que sus labios estuvieron a escasos milímetros. Se quedó ahí un segundo pero reunió todo el valor que pudo y acabó juntándolos de nuevo. Esta vez el contacto fue mucho más suave y las dos cerraron los ojos para disfrutar mejor de las sensaciones que la otra les proporcionaba. Poco a poco fueron tomando confianza y atreviéndose a explorar sus bocas. Entonces Maki sintió algo húmedo mojándole la mejilla. Abrió los ojos y vio que Nico estaba llorando otra vez. Se separó con cuidado y la miró con preocupación.

-¿Nico?

Esta sonrió y se secó las lágrimas con el dorso de la mano.

-No pasa nada es solo que… estoy feliz, llevo mucho tiempo deseando que esto pase –la morena colocó los brazos sobre los hombros de Maki y la abrazo hundiendo la cara en su cuello. –Siempre pensé que era imposible.

Maki la estrechó entre sus brazos con una sonrisa en los labios y la besó con ternura en la cabeza. Las dos permanecieron así durante mucho tiempo sin cansarse del calor de la otra pero entonces Nico se separó y buscó el regalo que habían comprado antes.

-Toma, es para ti.

La muchacha la miró sin comprender.

-¿No era para Nozomi?

-Nah… a ella la invitaré a comer. Vamos ábrelo.

-Pero si ya se lo que es… -vio que Nico la estaba empezando a mirar mal y rasgó el papel de regalo.

-Es para que nos pongas a todas en tu habitación.

Maki miró con nuevos ojos el regalo, lo cierto es que quedaría perfecto junto al resto de la decoración de su dormitorio. Era evidente que Nico lo había elegido a conciencia.

-Gracias.

La mayor sacó el móvil del bolsillo y se colocó junto a la otra.

-Y ahora nos vamos a hacer una foto para que la pongas ahí y tengas un recuerdo de este día.

Las dos miraron a la cámara, Nico sujetaba el móvil en alto y Maki que estaba tras ella apoyaba su cabeza en el hombro de la chica. Conformes con la foto se volvieron a mirar y sonrieron, era difícil no hacerlo sintiendo tanta alegría en su interior. Lamentablemente se estaba haciendo tarde y debían volver a casa. Nico enlazó su mano con la de Maki y volvieron a caminar pero esta vez mucho más pegadas y felices.

. : FIN : .


Omake

Maki y Nico estaban sentadas en la mesa, esperando a que el camarero les trajera lo que habían pedido. Empezaron a hablar de todo un poco pero acabaron hablando de idols como era de esperar.

-¿Sabes? A mí siempre me había parecido que las idols son todas un poco… tontas pero ahora me doy cuenta de que no. En realidad son todas unas falsas, siempre con esa sonrisa y actuando como si fueran tontas aunque en realidad no lo sean. Lo hacen aposta para gustarle a los hombres… en cierta forma es admirable ser capaz de mantener ese papel siempre pero aun así…

-V-vaya… tengo que irme –Nico cortó a la chica hablando con un tono de voz un pelín más alto de lo normal. Abrió su bolso y comenzó a meter en él los colines de pan que les habían servido como aperitivo mientras esperaban sus platos. –Me acaba de surgir algo y tengo que marcharme. Adiós.

En un abrir y cerrar de ojos la muchacha ya no estaba ahí y Maki se quedó sin entender lo que había pasado.


Mientras escribía la escena del restaurante no podía dejar de pensar en el meme que circula ahora por Tumblr de las citas fallidas y los colines de pan, lo siento, ya sé que es patético pero no he podido resistirme.

Bueno y este ha sido el último capítulo de Magnetismo. Espero que hayáis disfrutado de esta historia de principio a fin al igual que yo lo he hecho escribiéndola. Es curioso lo mucho que se ha alargado cuando mi idea original era hacer un oneshot alrededor de cierto tema y al final ese tema ni siquiera ha llegado a aparecer en el fanfic. Aun así lo reservo para una segunda temporada, en principio no sería muy larga pero si me pasa lo mismo que con esta no lo sé… ya veremos. Lo que no puedo decir es cuando me pondré a escribirla, de momento quiero ponerme con proyectos nuevos para variar un poco así que tal vez cuando me empiece a cansar de ellos vuelva a esta historia.

Muchas gracias por todas las reviews y gracias a la gente que sigue y tiene este fic en favoritos. Es una delicia cada vez que veo a alguien nuevo interesado en mi historia.

Sería genial si dejarais comentarios hablando de que os ha parecido el final pero también toda la historia en conjunto, que partes os han gustado más y si hay algo que no lo ha hecho tanto. Me servirá para tenerlo en cuenta a la hora de escribir nuevas historias.

Un abrazo a todos y espero que nos leamos pronto.

¡Hasta la próxima!