Ultimo capitulo.

El final de un nuevo comienzo.


Mi vida dio un cambio radical desde el momento en que Ranma propuso que viviera en su apartamento. Al principio dudé en aceptar. Era una decisión precipitada si te ponías a pensar con seriedad, pero aún así, terminé cediendo.

Quería compartir cada uno de mi días con él y disfrutar cada segundo de su compañía. Quería despertar a su lado, sentir el calor de su cuerpo junto al mio y complacer el amor que nos teníamos el uno por el otro.

Al instante en que hizo su propuesta, inmediatamente mi cerebro se congeló y mis ojos se abrieron al estilo de un búho. Sus palabras me habían tomado por sorpresa. Estábamos pasando a otra etapa sumamente importante.

Generalmente, las personas decidían vivir juntos después de varios años de noviazgo. Llevaba casi el mes saliendo con Ranma y ese "casi mes", fue suficiente para darte cuenta que nuestro romance era lo bastante fuerte e intensa como para enfrentar el siguiente paso.

No hubo necesidad de convivir más de lo que ya lo hacíamos. Además, no creo que sea estrictamente obligatorio tener que pasar años y años con una persona, para empezar a convivir en un mismo lugar todos los días. Mientras la conexión permaneciera al rojo vivo, no le veía ningún problema.

Otra cosa que me sorprendió luego de haber aceptado, fue su reacción. Sus ojos color azul brillaron de felicidad y su sonrisa se llenó de satisfacción. Cuando menos pensé, me levanto en sus brazos y comenzó a dar vueltas con rapidez.

Me contagió su alegría y empecé a reír, mientras estaba en el aire. Podría calificar el momento en la categoría cliché, solo faltaba que rosas rojas cayeran encima de nosotros, mientras dábamos vueltas en cámara lenta.

Sería asquerosamente romántico si lo viera de otra perspectiva, pero siendo yo la protagonista de nuestra pequeña burbuja, lo tomaba como el acto más preciado y tierno del mundo.

La tensión fluyó a través de mi cuerpo cuando pensé en mis padres. Principalmente en una persona llamada Soun Tendo, mi padre. Últimamente había sido razonable y comprensivo en lo que a mi relación se refiere, pero no estaba muy segura que estuviera de acuerdo con la noticia que le daría.

A eso de las seis de la tarde, llegaron mis padres y Ranma fue el que los reunió en la sala. Fue el primero en iniciar la conversación, diciendo sin rodeos ni indirectas, que me iría a vivir con él. No estaba pidiendo permiso, estaba avisando. Contuve la respiración, preparándome para escuchar la negación de papá. De hecho, esperaba que me regañara por decidir tal cosa, pero no sucedió. Se limitó a intercambiar miradas con mi mamá que no podía descifrar.

El silencio se volvió incómodo y preocupante, sintiéndome vulnerable. Si me quedaba en casa, sufriría la ausencia de Ranma y nuestra relación se convertiría en una carga, y no quería que eso pasara.

El nudo que comenzaba a formarse en mi pecho, fue desenredada por las palabras de mi mamá. Rompió el silencio con un "¿Estas segura?" No dude ni un segundo en responder positivamente a su pregunta, explicando brevemente mis sentimientos hacía él.

Mi papá puso mala cara y negó con la cabeza, pero no dijo nada en ese instante. Cuando se levanto del sofá, yo hice lo mismo. Si se le ocurría comentar algo desfavorable, me enfrentaría a su negación, pero en vez de discutir, se acerco a mi y me abrazó. Mis brazos se quedaron en los costados por unos segundos antes de reaccionar.

- Eres mi única hija Akane. Te sostuve en mis brazos cuando eras pequeña y te vi crecer... - murmuró en voz baja.

- Entonces ¿Estas de acuerdo? - pregunte, escondida en su pecho

Lentamente, se fue alejando hasta que me miró.

- Algún día tenía que dejarte ir y si ésta es la manera en la que tienes que ser independiente, entonces, no te detendré - sonrió.

Soltando un suspiro, lo abrace de nuevo, observando a mamá reteniendo las lágrimas. La situación empezaba a volverse nostálgica y triste ¿, odiaba ese tipo de momento. Diría que estaban exagerando, pero en cierto punto, los comprendía.

Extrañaría mi habitación y a mis padres principalmente. De cualquier forma u otra, echaría de menos éste lugar. Las diferentes cosas que pasé éstas vacaciones, se quedarían grabados en mi memoria y continuaría creando nuevos recuerdos a partir de mañana, y lo mejor de todo, es que Ranma estaría involucrado en ellos.

Los abrazos se volvieron primordiales durante las siguientes horas. Nodoka, Toma y Taro ya estaban listos para partir. Ranma había terminado de empacar y ahora se encontraba en mi habitación, ayudándome con las pequeñas maletas que se encontraban llenas. Decidí llevar lo básico como ropa y pertenencias personales.

Una vez que coloqué todo en su lugar, bajamos las escaleras y llegamos a la sala. Ranma se apresuró a dejar mi maleta y la de sus hermanastros en la suburban. Cuando mis padres se despidieron de Nodoka y los niños, se volvieron hacia a mí. Mi mamá comenzó a sollozar y me acerqué para animarla con un abrazo.

- Te extrañaremos - dijo, sorbiéndose la nariz.

- Mamá, no es para tanto. Vendré a visitarlos y ustedes podrán ir a verme cada vez que quieran - me quedé pensando sobre lo último - bueno, tienen que avisarme primero -

No sería factible que llegaran al departamento en medio de la sesión de cariños y besos que posiblemente llegaría a tener con Ranma, sería demasiado incómodo y vergonzoso.

Mis sugerencias parecieron tranquilizarla ya que se alejó, asintiendo, con una ligera sonrisa.

- No quiero que tus calificaciones se vean afectadas ¿Entendido? - dijo mi papá, en un tono firme y divertido.

Rodando los ojos, me incliné a darle un beso en la mejilla. En eso, Ranma apareció en la puerta de la entrada, era hora de irnos.

- ¿Lista? Nodoka, Toma y Taro ya están en la camioneta - me ofreció su mano y la tomé, enlazando sus dedos con los míos.

Estábamos por salir cuando mi padre llamó a Ranma, pidiendo hablar con él por unos momentos. Asentí y besó mi frente, antes de dirigirme a la camioneta. Ya había anochecido y la pereza llegó a mi sistema, cuando recordé que mañana tendría que levantarme temprano para la universidad. Volvería la rutina de antes, pero ésta vez no lo haría sola. Ranma me hizo saber que se transferiría a la misma universidad que yo, de hecho, mañana hablaría con el director. Genial!

Luego de sentarme en la parte de atrás, Nodoka se giró hacia a mí desde el asiento pasajero.

- Gracias - dijo, sonriendo cálidamente.

- ¿Por qué? - fruncí el ceño.

- Por conquistar el corazón de Ranma - me guiñó el ojo y se incorporó.

Sonreí y suspiré. Él fue el primero que conquistó el mío y sucedió sin que me diera cuenta. Creo que de eso se trataba, cuando menos pensé ya sentía esos sentimientos hacia a él. Pensaba que era causado por la atracción que sentía, pero al final, logré detectar que estaba orgullosamente enamorada de él, descubriendo que el sentimiento era mutuo.

- ¿Vivirás con Ranma? - la voz de Toma, me volvió a la realidad.

- Que tonto eres, qué no ves que sus maletas están aquí - intervino Taro, que se encontraba sentado en la orilla del asiento.

- Yo pensé que te irías con nosotros - dijo Toma, haciendo un puchero

- Algún día iré a verlos ¿Está bien? -propuse.

Con una enorme sonrisa, asintieron satisfechos. Giré mi cabeza y miré a través de la ventana, esperando impaciente. Luego de unos segundos, Ranma venía saliendo de la casa y mis padres se quedaron en el umbral de la puerta. Llegó hasta el lado del conductor y encendió el motor de la suburban. Observando a mis padres, me di cuenta que los extrañaría demasiado.

Cuando ambos hicieron un gesto de despedida con su mano, sentí como unas inesperadas lágrimas comenzaban a aparecer en mis ojos. Les devolví el gesto y la camioneta fue poniéndose en movimiento, perdiéndolos de vista. Limpiando la lágrima que cayó por mi mejilla, me volví hacia al frente. Por el retrovisor, Ranma me miraba de reojo. Sonrió suavemente, cuando nuestros ojos se encontraron.

Durante el trayecto, Toma y Taro permanecieron en silencio gracias al iPad que Ranma les había prestado. Luego de unos cuantos minutos, llegamos a lo que era la casa de Nodoka. Los niños bajaron rápidamente y comenzaron a pelear por quién seguiría el juego de carreras. Me despedí de Nodoka y cogió sus maletas. Ranma la ayudó, acompañándola hasta la puerta.

Bajé de la camioneta y me trasladé al asiento de copiloto, riendo cuando Nodoka abrazó a Ranma y él hizo una mueca. Se despidió de sus hermanastros, sacudiendo sus cabellos y volvió al volante.

- ¿Qué te dijo mi papá? - pregunté, una vez que nos encontrábamos en la carretera.

- Las cosas que ya sé - contestó, con su vista enfocada al frente.

Cuando no respondí, me miró de reojo y sonrió de lado al notar que lo observaba escéptica.

- Dijo que te protegiera, te cuidara y que no te rompiera el corazón -

- Y, ¿Piensas cumplir sus palabras? - cuestioné, alzando las cejas.

- Las cumpliré y las mantendré por un largo tiempo. También dijo que durmiéramos en camas separadas, pero sabes que eso será imposible - me miró fijamente por un momento, y se volvió a la carretera.

Ruborizada, me giré hacia la ventanilla. Claro que sería imposible dormir separados, más aún cuando pasamos la noche juntos el día de ayer. Comencé a pensar en lo que pasaría una vez que estuviéramos viviendo en mismo lugar, solos sin la presencia de mis padres o Nodoka. Ahora nadie podría interrumpirnos, podríamos demostrarnos el afecto que querrámos el cualquier sitio de la casa.

Akane, estás empezando a mostrar el lado pervertido de tu personalidad. Por favor, guarda compostura.

Mis pensamientos se despejaron cuando la camioneta se detuvo frente al apartamento. Ranma inmediatamente rodeó el vehículo y me abrió la puerta. Sonriendo, bajé y sentí la brisa fresca del viento nocturno. Sujetó mis dos maletas con una sola mano y las suyas en la otra.

Caminando detrás de él, miré a mi alrededor. Tendría que acostumbrarme al panorama exterior a partir de ahora. Lo vería todos los días. Cuando vaya y regrese de la universidad, me encontraré con los edificios de a lado y el césped que los rodeaba.

Luego de que Ranma girara la llave de la cerradura, le quité una de mis maletas y me adentré a la estancia. Los recuerdos de anoche vagaron en mi mente y mis latidos comenzaron a acelerarse. Mis ojos viajaron por la acogedora sala, la pequeña cocina, la puerta del baño y luego a la habitación de Ranma, o más bien, a nuestra habitación.

Suspirando, me giré hacía él. Prendió la luz y dejo caer las maletas en el suelo. Una sonrisa sincera y llena de orgullo se hizo presente en su rostro. Luego de cerrar la puerta detrás de él, se acerco a mí. Escondió un mechón de cabello detrás de mi oreja y su mirada se fijó en la mía de una manera intensa.

- Bienvenida a tu nuevo hogar - susurró, antes de besarme apasionadamente.

FIN.


Hola chicos! bueno hemos llegado al final de esta grandiosa historia, espero que hayan disfrutado de ella tanto como yo.

Vi un review en donde me decían que cuando terminaría las etiquetas no mandan! Bueno pues no puedo prometer nada, necesitaría volver a leerla y a ver si recuerdo o se me ocurren buenas ideas porque quien sabe que tanta ideas locas tenía en la cabeza hace tiempo. Y bueno si se me ocurren ideas empezare a escribir y a ver si avanza la historia.

Y sin mas me despido por un tiempo, porque solo podré hablar con ustedes si hago un nuevo capitulo de alguna de mis historias.

Hasta pronto!