Hola a todos! Hace unos días se me ocurrió una idea loca, hoy me levanté y dije: quiero escribir esa idea loca! Así que aquí está esa idea loca :3

Originalmente la historia iba a ser de como Zelda pensaba que Samus era hombre (como la mayoría de los fans en los primeros años de Metroid), pero luego recordé que Zelda también tiene otra identidad (Sheik), que curiosamente también hay muchos que creen que es hombre... Así que decidí que para hacerlo más divertido, haría de la confusión algo mutuo entre las dos.

Espero que les guste: lean, disfruten y (si pueden) comenten :3

Ningún personaje me pertenece, sólo la historia


Se terminó el tiempo

El combate había terminado hace tan sólo unos segundos con la victoria de Samus Aran y su siempre fiel armadura. Derrotar a Kirby no fue tan difícil cómo pensaba; es verdad que su habilidad para flotar a voluntad era peligrosamente útil, pero no se igualaba a la velocidad y fuerza con las que contaba Samus, además de tener ataques a distancia claro.

Samus saludaba al público emocionado que no paraba de aplaudir la victoria. Sin querer, la caza-recompensas se había convertido en el héroe de muchos; y esto se debía a que pocas personas la habían visto sin su armadura, por lo que la mayoría todavía pensaba que era hombre. Si bien se presentó ante los participantes de Super Smash sin su casco, sabía que para muchos todavía era un misterio su verdadera identidad; de hecho, sólo sabían sobre su identidad los que participaron del primer Smash junto a ella.

Sin embargo, a Samus no le afectaba en nada el hecho de que la mayoría de sus conocidos o fanáticos pensaran que es hombre; es más, no puede culparlos, tenía que admitir que su armadura la hacía ver más varonil de lo que debería.

Una vez que recibió su premio (unas monedas), se retiró del mapa, para alegría y pena de muchos.


-Nooo, ¿por qué se va tan rápido?- Dijo Zelda a su mejor amiga, Peach.

-Pues porque ya acabó su pelea

-¡Eso ya lo sé! Me refiero a que no quiero que se vaya…

Peach y Zelda estaban entre el público viendo la pelea entre Samus y Kirby. A ambas les pareció fantástico el combate, aunque una estaba concentrada más en otra cosa, o mejor dicho, una persona.

-¿Ooh? ¿Qué es esto? ¿Nuestra pequeña Zelda está loca por alguien?- Bromeó la princesa de rosa.

-¡C-c-cállate! Tonta…- Respondió Zelda con la cara roja, evitando contacto visual con su amiga.

-¡No puede ser! ¡En verdad estás enamor- La rubia fue interrumpida por la mano de la castaña, quien no quería llamar la atención.

-No hagas tanto ruido, ¿acaso quieres que todos lo sepan?- Le dijo Zelda fastidiada.

-Mmm, esa no es mala idea… ¡Oigan todos, Zelda está enamorada de-

-¡Qué estoy enamorada de los sandwichs de pollo!- Gritó Zelda para opacar el anuncio de Peach.

El público cercano se les quedó viendo de manera extraña, ninguno entendía lo que pasaba entre esas dos princesas.

-Idiota- Le dijo Zelda mientras se iba yendo del lugar.

-jajajaja, cálmate Zelda, sólo estaba bromeando

-¿Sólo bromeando? ¿Te gustaría que yo les diga a todos que tuviste aventuras con Bowser?- Preguntó molesta la princesa de Hyrule.

-¡Hey! ¡Eso no es verdad, y lo sabes!

-Pues, sólo es una broma- Le respondió Zelda imitando la voz de Peach de hace un rato.

-Ya ya, tranquila, ¿sí? Perdón…- Le dijo Peach mientras trataba de abrazar a su amiga, quien no dejaba de alejarla. –Bueno, entonces ¿en serio te gusta este tal Samus?

-Pues… en verdad sí…- Admitió la castaña tímidamente.

-Kawaii- Pensó Peach de su amiga. –Bueno, pero si nunca lo has visto sin su armadura, ¿qué es exactamente lo que te gusta de él?

-Pues es justo eso. Cuando lo veo, siento ese misterio y la emoción de saber quién está debajo de la armadura

-Mmm… bueno, ahora que lo pones así… un caballero misterioso no suena tan mal, ¿no?

-¡Exacto! Creo que él es el caballero que necesito, y también que necesita Hyrule.

-Awww, pobre Link, se sentirá destrozado.- Dijo Peach, fingiendo una cara triste.

-No creas, no hay nada entre nosotros dos. La verdad es que hace tiempo lo intentamos, pero nos dimos cuenta que nuestra relación es más fraternal. Para mí él es como un hermano, y para él nunca dejaré de ser su princesa.- Dijo Zelda mostrando una sonrisa por aquellos recuerdos que se le vinieron a la cabeza.

-¿En serio? Uno diría que después de todo lo que hizo por ti y por Hyrule, acabarían juntos o algo así, ¿no?- Indagó la rubia.

-Bueno, él sabe que en verdad tanto yo como mi pueblo aprecia las hazañas que hizo por nosotros. Él se ha vuelto un indudable héroe en Hyrule, y siempre es tratado con amabilidad y respeto.- Contestó honestamente la princesa, expresando en su rostro que dice la verdad.

-Aaah mira, que interesante… bueno, y volviendo al tal Samus, ¿qué más te gusta de él?- Le preguntó emocionada, acercándose repentinamente a Zelda.

-Yo… pues… supongo que me siento atraída por él por su fuerza y coraje. Es decir, parece de esos caballeros en armadura que nos cuentan a las princesas de pequeñas, ¡hasta peleó contra un dragón!

-¿Hablas de Regly? No espera, ¿Ridley? ¿Así se llamaba, no?

-Sí, ese mismo. Cuando me enteré de él, me sentí como una niña otra vez, viviendo en un cuento de hadas en un reino mágico.

-Bueno, técnicamente Hyrule sí es un reino donde hay magia y hadas, ¿no?- Preguntó en tono de broma Peach.

-¡No me refiero a eso tonta!- Le contestó Zelda mientras se reía.

-jajaja, bueno… ¡Pero igual! No puedo creer que mi pequeña Zelda por fin encontrara el amor, estoy feliz por ti, y te deseo mucha suerte con tu caballero misterioso.

-Gracias Toadstool- Agradeció Zelda en tono de broma, sabiendo el fastidio que le daba a Peach que la llamaran por su segundo nombre.

-¡Te dije que no me digas así, elfa!- Contestó Peach, devolviendo el ataque.

-¿Elfa? Eso fue bajo hasta para ti Peach… el hecho que tanto los elfos como los Hyrulianos tengamos orejas similares, ¡no significa que seamos lo mismo!

-¿En serio? Pues, a mí sí me pareces una elfa…- Dijo Peach mientras se rascaba la barbilla.

-ja ja, que graciosa. Oye, ¿quieres ir a comer algo? Me muero de hambre

-No me digas… ¿no comiste nada por la emoción de ver a Samus pelear?- Preguntó Peach con una ceja levantada.

-…- Zelda no respondió nada, sólo miró a sus pies mientras su rostro cambiaba de color.

-¡¿EN SERIO?! JAJAJAJA- Se rio fuertemente Peach de su amiga.

-¡No te burles! No es gracioso…- Dijo completamente avergonzada.

-jajaja no puedo jajajaja, es muy gracioso jajajaja- Decía Peach, quien a las justas decía algo legible por estar riendo.

-¡Ya cállate y vamos!- Le gritó Zelda.

-jajaja, yaya, yo te sigo- Contestó Peach, tomando aire fuertemente para recuperar el aliento.


Samus estaba en el balcón de su habitación, apoyada en éste mientras veía el mar no muy lejos de donde estaba ella. No sabía cuánto había estado parada ahí, pero a juzgar por el negro cielo que lo cubría todo, podía deducir que fueron un par de horas.

A penas llegó a su cuarto, Samus se quitó la armadura, y se metió al baño a ducharse. Luego de tan refrescante momento, se puso la ropa más cómoda que encontró y salió por la ventana que daba al balcón, sintiendo la fría y fresca briza que le acariciaba el rostro. Le gustaba esa vista, se sentía muy afortunada de tener un cuarto en dirección al mar. El sonido de las olas la tranquilizaba, y le ayudaba a pensar y reflexionar; y vaya que tenía mucho en qué pensar.

La verdad es que todo ese tiempo que estuvo ahí mirando al horizonte, sólo estaba pensando en una cosa.

-Sheik…

Así es, la gran y poderosa Samus había caído ante los encantos de un chico. Se sentía estúpida y débil, es más, casi pierde la pelea de hoy por estar pensando en ese enigmático personaje. No se soportaba a sí misma en ese estado, suspirando por otra persona como si fuera una adolescente; aunque claro, tampoco sabía cómo era eso, porque estaba segura que la adolescencia no se trataba sobre eliminar razas extraterrestres y perseguir alienígenas.

De pronto un leve y casi inaudible ruido atrajo la atención de la rubia. De inmediato sacó la pistola que tenía escondida en la ropa y se volteó velozmente, sólo para encontrarse a sí misma con otra pistola apuntándole en la barbilla. El frío metal del arma le erizó la piel, y levantando la vista, pudo observar al dueño de dicho objeto, Solid Snake.

-Gané esta vez Aran…- Le dijo soltando una presumida risa.

-Agh, cállate. No estoy concentrada- Le respondió Samus, alejándose de la pistola para volver a apoyarse en su balcón.

-¿Distraída? Eso es raro en ti, Aran.- Le dijo Snake, apoyándose de espaldas al costado de Samus.

-No tienes que decírmelo. No sé qué me está pasando- Dijo Samus mirando al horizonte.

Snake analizó por un momento su cara, y llegó a una conclusión. –Mmm, por esa mirada perdida y la cara de estúpida, puedo deducir que estás enamorada- Le dijo en tono burlón.

Samus sólo suspiró y escondió su rostro entre sus brazos, evitando ser vista por Snake.

-¡JA! ¿Es en serio?

-Si…- Dijo Samus en un tono de voz que a las justas pudo ser escuchado por Snake.

-No puedo creerlo, ¿la indomable Samus Aran al fin fue domada?- Bromeó.

Samus no sabía si esas eran las mejores palabras para expresar lo que pasaba, pero si algo sabía era que no le gustaba la manera en la que lo veía Snake.

-Yo no diría que fui domada… estúpido. Simplemente siento esta extraña atracción por él.

-¿Y quién es el afortunado, si se puede saber?

-Sheik…- Dijo Samus bien despacio.

-¿Disculpa?

-Sheik- Volvió a decir Samus, casi en el mismo volumen que antes.

-No te escucho rubiecita

-¡SHEIK!- Le gritó Samus con todas sus fuerzas, para después darse cuenta de su reacción y volviendo a ocultar su rostro.

-¡¿Sheik?!

La cazadora asintió con su cabeza.

-Las cosas se pondrán interesantes…- Pensó Snake. En verdad, para alguien tan habilidoso y tan preparado como Snake, había solo pocas cosas que desconocía. Obviamente, la verdadera identidad de Sheik no era una de ellas. Snake sabía que Sheik en verdad era una chica, y no cualquier chica, sino la mismísima princesa del reino de Hyrule, aunque eso no era algo que le diría a la cazadora, tendría que descubrirlo ella misma. –Y dime, ¿qué es exactamente lo que te atrae de… él?

-Pues… no lo sé. En realidad nunca le he visto la cara, pero su manera de ser me parece… sexy.

-¿Sexy?- Dijo Snake aguantándose la risa. Él sabía que Zelda era linda, pero ¿sexy? Ya le estaba dando curiosidad por saber cómo reaccionaría Samus cuando supiera que Sheik en verdad es una princesa.

-Sí… no lo sé, es este hecho de que es una persona tan misteriosa… es decir, es de los que aparece de las sombras y desaparece por las mismas, eso me parece genial…- Confesó Samus.

¿Aparece y desaparece de las sombras? Samus está en verdad mal…- Pensó Snake. –Qué cursi… Pero, ¿no has pensado que quizá deberías conocer su verdadera identidad antes de obsesionarte con él?

-Sí, eso lo sé. Pero esa máscara que trae puesta nunca me deja ver su verdadero rostro; sin embargo, creo que eso hará más especial la primera vez que lo vea.- Dijo Samus, imaginándose ese especial momento en el que Sheik se sacaría lentamente la máscara, revelando el hermoso rostro de un sujeto que esté listo para darle un beso justo en los labios.

-¡AAAhhh!- Exclamó Samus, asustada de sus propios pensamientos. ¿Qué le estaba pasando? Samus no era de las que pensaba en esas cosas.

Snake sólo se le quedaba viendo, riéndose de las expresiones de Samus y muerto de curiosidad por saber cómo terminaría esto.

-En verdad Aran… esto no se ve todos los días…


Zelda y Peach habían terminado de comer, por lo que satisfechas y ya con el estómago lleno, se dirigieron a sus respectivas habitaciones. Estaban hablando de cosas triviales en el camino, hasta que una persona parada justo delante de la habitación de Zelda, llamó la atención de ambas.

-¿Link? ¿Qué haces a esta hora aquí?- Le preguntó Zelda.

-Princesa, tenemos que hablar- Le contestó el guerrero seriamente.

Peach al ver la escena, sintió que lo mejor sería retirarse, y luego de anunciar que se iría y despedirse de los dos Hyrulianos, se dirigió a su respectiva habitación.

-Bueno, y ¿Qué era eso de lo que querías hablar?

-Es sobre tu padre- Le respondió Link.

Zelda se quedó paralizada, y de inmediato le abrió la puerta para que pasara su acompañante. Cuando entraron, Link caminó un poco, buscando las palabras adecuadas para darle la noticia a Zelda. Luego de aspirar hondo, se dirigió a Zelda y le dijo:

-Hace unas horas recibí un mensaje de él. Dice que tu tiempo se terminó.

-¿Qué? Pero… no puede ser…- Dijo Zelda un poco asustada.

-Lamentablemente así es. Dice que el plazo que te dio para encontrar prometido se terminó… Quiere que nos cacemos.- Dijo Link, diciendo la última parte de manera forzada e incómoda.

-¡¿Pero por qué no entiende?! ¡No me quiero casar sólo porque deba hacerlo! Quiero encontrar el amor, y sentirme protegida y necesitada.

-Lo sé princesa, lo sé. Yo no estoy más cómodo que usted con esta decisión, pero son las órdenes del rey, ¿qué puedo hacer?- Dijo Link.

El padre de Zelda, es decir, el rey de Hyrule; quería que su única hija encuentre rápido una pareja para que pudiera gobernar Hyrule cuando él se fuera. Pero viendo cómo Zelda no le mostraba simpatía con ningún pretendiente, decidió solucionar el problema a su manera. Se dio cuenta que al único al que le mostraba su verdadera forma de ser, y el único con el que se sentía cómodo, era Link; además el chico había salvado Hyrule, era el más adecuado para el puesto. Sin embargo, cuando su padre le dijo esto a Zelda, ella se rehusó a casarse con Link; y bueno, Link también, pero éste no podía expresárselo por temor a desobedecer un mandato del rey. Luego de varias horas de discusión, su padre no aceptaba que entre Link y Zelda había una relación de mejores amigos, así que quedó en un acuerdo con ellos: si Zelda no encontraba a alguien en el próximo año y medio, tendría que casarse con el héroe de Hyrule, Link. Había pasado año y medio desde entonces.

-Ya sé, hablaré con él. Le pediré más tiempo.- Dijo Zelda, desesperada mientras buscaba soluciones.

-Espero que funcione princesa, usted sabe que no tengo nada en contra de casarme con usted, pero tampoco no me parece que esta sea la forma correcta de decidir esto.- Le dijo Link sinceramente.

-Lo sé Link, lo sé. Encontraremos una manera de salir de ésta. –Le dijo Zelda más para tranquilizarse a sí misma que al mencionado.

-Sólo esperemos que su padre la escuche.


Al día siguiente, Peach estaba acompañando a Zelda a mandar una carta. Ambas estaban dirigiéndose a la torre de las palomas mensajeras, dónde Zelda le mandaría la petición a su padre para que le dé más tiempo.

Querido padre, rey de Hyrule,

Mando la presente carta para realizar una petición. Recibí el mensaje de Link, reconozco que se me terminó el plazo de año y medio para encontrar prometido, pero lamentablemente no pude hallarlo. Por eso, me dispongo a pedirle un nuevo plazo de año y medio para encontrar a alguien que pueda cumplir con las expectativas del próximo rey de Hyrule. Le prometo que si acepta mi solicitud, conseguiré a la persona más digna de sentarse en el trono a mi lado, y del mismo modo, a la persona más digna de ser su heredero.

Zelda, princesa de Hyrule.

-Aun no entiendo por qué tu padre les está haciendo esto, me parece tan injusto.- Le dijo una fastidiada Peach a su amiga.

-Sí, pero en parte lo hace por una buena razón. Tiene miedo de que algo le pase, y quiere dejarme a salvo con la persona que heredará el trono.- Explicó Zelda.

-Bueno eso entiendo… y ¿qué pasa contigo? ¿Has tenido año y medio y no has conocido a nadie?- Preguntó Peach.

-Pues, no realmente.

-¿no saliste con chicos en todo este tiempo?- Volvió a preguntar la rubia.

-¡Claro que sí! Yo en verdad lo intenté, pero ninguno parecía ser el indicado.- Le contestó Zelda.

-Bueno, ¿y piensas que Samus es el indicado?

-Pues… eso espero.- Dijo Zelda, preguntándose lo mismo. –Pero igual ahora no puedo hacer mucho, mi corazón me pide a Samus- Continuó la castaña.

-Estás en una situación complicada, amiga…

-Lo sé…

En ese momento se oyó unas campanadas, anunciando que ya sería medio día.

-Oye Zelda, ¿no tenías una pelea ahorita?- Preguntó la rubia.

-¡Verdad! ¡Casi lo olvido!- Zelda amarró velozmente la carta a la pata del ave, y después de decirle que se dirija a Hyrule, se fue corriendo hacia el combate. Este era un evento que no podía perderse: en esta pelea por equipos, tendría el placer de ser la aliada de Samus Aran.

Ambas princesas corrían con todas sus fuerzas, pero lamentablemente eso no era suficiente. Necesitaba correr más rápido, necesitaba ser más veloz.

-Ya sé- Dijo Zelda para sí misma. –Espérame un momento- Le dijo a su amiga.

Zelda se ocultó tras unos arbustos, y unos minutos después, salió vestida como Sheik. La ropa de Sheik le ayudaba a ser más veloz por lo ligera que era, además de cómoda.

-Peach, perdón pero no puedo llegar tarde. Te veo en la pelea, ¿sí?- Le dijo a Peach, y sin esperar respuesta se fue corriendo a una velocidad 5 veces mayor a la que tenía con su otra vestimenta.

La rubia se quedó sola, observando hacia la dirección en la que se fue su compañera. –Sí claro, me dice que la espere, y luego se larga…- Dijo Peach un poco molesta, mientras se levantó el vestido con ambas manos y corrió detrás de Sheik.


-¿Dónde estará Zelda? Si no llega rápido, perderemos por su culpa.- Pensaba Samus, irritada por la tardanza de la princesa.

De un momento a otro, Sheik apareció de una pequeña nube de humo justo al lado de la cazadora.

-¿Llego tarde?- Le preguntó a la caza-recompensas.

Samus no le pudo responder, no se esperaba que de todas las personas, justo Sheik sea el que aparecería a su lado. Pero, ¿dónde estaba Zelda? De seguro algo le pasó a la pobre princesa y Sheik, como el caballero que es, se ofreció a reemplazarla en el último minuto. Bueno, no es que realmente le importe, es decir, Sheik pelearía con ella, ¿qué más querría la cazadora?

-Esta es mi oportunidad de demostrarle mi fuerza- Pensó Samus. –Si le muestro mis habilidades, ¡de seguro me invita a salir!

-Tengo que enseñarle a Samus que no soy una princesa que necesite que la estén salvando, tengo que mostrarme lo más poderosa posible ante él- Dijo Sheik en su cabeza.

Ambas escucharon la cuenta regresiva que daría inicio al combate contra el equipo enemigo conformado por Bowser y Donkey Kong.

La pelea no duró mucho, tanto Samus como Sheik sabían qué era lo que tenían que hacer. Sheik, aprovechando su velocidad se dirigió velozmente para atacar a Bowser, quien al ser un luchador lento le daba la ventaja. Por otro lado, pero bajo la misma idea, Samus que tenía a su disposición un montón de ataques a distancia atacó al gran simio de lejos hasta acabar con él. Tanto Samus como Sheik queriendo verse lo más genial posible para sorprenderse la una a la otra, presumían sus habilidades más complicadas y poderosas para que la otra la viera. Parecía como si estuvieran jugando con sus enemigos, estando más en un concurso de exhibición que en un combate real.

Una vez que ganaron, se dirigieron a ducharse y cambiarse en los camerinos. Sheik, que llegó antes, aprovechó para quitarse el traje y después de su respectivo aseo, se volvió a poner la ropa de princesa. Cuando Samus llegó, sólo vio a Zelda ya acabando de alistarse.

-Así que aquí estabas…- Dijo Samus. –Por tu culpa casi pierdo, niña engreída

-Síp, aquí estaba- Dijo Zelda, no entendiendo la confusión de Samus con sus dos identidades. –Por cierto Samus, estuviste genial ahí afuera, de verdad les diste una lección.

Samus la miró sonriendo, y al darse cuenta que no ganaría nada enojándose con Zelda, pues al fin y al cabo ya ganó el combate, le dijo: -Si bueno, aunque no pude hacerlo sin Sheik. De verdad que llegó en el momento justo.

Zelda le sonrió, pensando que Samus le dijo Sheik jugando con ella porque esa había sido la identidad que usó en la pelea. Ella no sabía que Samus jamás jugaba.

De un momento a otro, se oyeron unos pasos apurados que se dirigían hacia ellas. De la puerta, entró apresuradamente Peach

-¡Zelda, tienes que leer esto!

La castaña recibió la carta que le pasó su amiga, leyéndola de inmediato.

Hija mía,

Lamento negarme a tu petición. Teníamos un acuerdo, año y medio fue en lo que quedamos. Lo siento, pero un mes es todo lo que puedo darte para que regreses a casa.

Hasta entonces,

Tu padre.

Zelda se sugestionó cuando leyó la carta. Le aterraba la idea de que su padre no le diera más tiempo, y que en un mes tendría que casarse con su mejor amigo, Link. No pudo soportarlo más, así que arrugó la carta entre su mano y se fue corriendo del lugar, llorando.

-¿Qué le pasa a la princesa?- Preguntó Samus, quien no entendía lo que pasaba.

-Después te explico, ve por ella por favor y asegúrate que no haga nada estúpido- Le pidió la princesa del Reino Champiñón a la cazadora. Ésta no entendía por qué la extraña petición, pero viendo más de cerca, parecía que Peach había corrido hasta aquí. Se veía cansada, y Samus entendió que probablemente no tendría las fuerzas necesarias para ir por ella. No lo pensó mucho y fue en su búsqueda.


Zelda estaba corriendo mientras las lágrimas le caían de los ojos. El mensaje de su padre había sido devastador para ella, se imaginaba su futuro arruinado, un futuro donde jamás halló el amor.

-Antes muerta- Dijo la castaña, quien sin detenerse ni una sola vez, se dirigió al espeso bosque que se levantaba adelante suyo

Su carrera contra sí misma no le hizo darse cuenta del momento en que accidentalmente se topó con un precipicio delante de ella. Zelda cerró los ojos en el momento en que, sin poder detenerse, terminó dando un brinco al vacío. Pero algo estaba mal, no sentía la caída. Cuando abrió los ojos y se dio cuenta de qué pasaba, supo que unos brazos la agarraban por la cintura. Samus había llegado justo a tiempo para evitar el terrible accidente en el que la castaña acabaría con su vida, abrazándola por detrás para evitar que se desplomara. Cuando se dio cuenta de que la tenía, toda la emoción la hizo agotarse, y sin ningún interés se dejó caer hacia atrás, salvando a la princesa.

La princesa de Hyrule estaba echada encima de Samus, quien aún tenía sus brazos rodeándole la cintura, aliviada. La cazadora estaba cansada, correr con ese traje no era tan fácil como algunos creen, y menos después de una pelea. Zelda rodó hacia un lado, hasta echarse justo a la derecha de Samus. Ambas estaban recostadas en el césped, viendo al cielo, respirando fuertemente.

-No… vuelvas… a hacer… algo así…- Dijo Samus, tratando de recuperar el aliento.

-Perdón…- Fue la única respuesta de Zelda.

Ninguna de las dos se creía lo que acababa de pasar. Samus acababa de salvarle la vida a una princesa en estado de paranoia; y Zelda acababa de ser salvada por la persona de la que estaba enamorada. La adrenalina se sentía en el aire.

-Eso estuvo cerca, pero… ¿qué le habrá afectado a la princesa a tal punto?- Se preguntó Samus mientras se tranquilizaba.

-Es por mi padre…- Dijo Zelda casi como si leyera la mente.

-A, está bien. No tienes que decírmelo si no quieres…- Le dijo una nerviosa Samus, definitivamente lo peor que podía hacer ahora era tocar un punto frágil que acabara igual de mal que antes, o peor.

-No, creo que necesito contárselo a alguien- Le aseguró Zelda.

-Está bien… entonces cuéntame qué te paso- Le dijo Samus lo más comprensiva que podía.

-Mi padre quiere que me case con Link, aun cuando yo no quiero- Dijo la princesa con lágrimas en los ojos.

-¿Qué? ¿Por qué haría algo así?- Preguntó Samus, llenad e curiosidad.

-Por el bien del reino, y el mío…- Respondió la castaña.

-¿Entonces qué tiene de malo?- Indagó la rubia.

-¡Que no hay amor! Yo no quiero pasar mi vida con alguien de quien no haya caído profundamente enamorada. Así no debería ser como acabe esto…

-Bueno… ese sí es un problema. ¿Y tienes que regresar a tu reino de inmediato?- Volvió a preguntar la cazadora.

-No, tengo un mes para regresar

-¡Genial! Entonces todavía tienes tiempo. No tengo duda en que encontrarás a alguien. Además, quién sabe, tal vez el amor de tu vida esté más cerca de lo que pienses…- Dijo Samus, tratando de tranquilizar a la princesa.

Esto último que le dijo la caza-recompensas le llegó al corazón a Zelda, sacándole una sonrisa sincera de ese triste rostro.

-Gracias, Samus.- Le dijo mientras se acercaba y le daba un fuerte abrazo.

Samus se quedó algo sorprendida por la muestra de afecto, pero de inmediato rodeó sus brazos por el cuerpo de la frágil princesa. Ésta fue una manera de decirle que todo estaría bien, y que podría contar con ella si era necesario. Gesto que Zelda entendió, y agradeció con todo su ser.

Estuvieron abrazadas por un buen rato, sentadas mientras miraban el anochecer. Finalmente, y luego de llorar por un rato más, Zelda se quedó dormida con sus brazos alrededor de Samus. La rubia vio a través de su casco, la expresión inocente y relajada de Zelda, pareciéndole de cierto modo tierna.

La mano de Samus se acercó con cuidado al rostro de Zelda, y de una manera cariñosa, uso su dedo para limpiarle las lágrimas de la cara. Acto seguido, levantó a Zelda en estilo nupcial y se dirigió lentamente de vuelta a casa para que pudiera descansar.

El camino de regreso no fue tan difícil como pensó que sería. Zelda no pesaba lo suficiente como para poder cansarla, y el camino que eligió le sirvió de atajo para llegar más rápido a su destino. Una vez que llegó, fue recibida por una preocupada Peach que esperaba en la puerta. De inmediato, la princesa de rosa le abrió la puerta para dejar pasar a Samus; acción que la cazadora aprovechó para recostar a Zelda en su cama. Una vez que la castaña estaba echada en su cama, Samus se le quedó viendo, recordando lo que pasó esta tarde con la princesa. Podría jurar que la princesa abrió los ojos por unos segundos, mirándole fijamente; pero los cerró de inmediato.

Ya decidida a irse, Samus se alejó de la habitación, pero fue detenida por Peach, que la estaba esperando.

-Samus, yo sólo quería agradecerte por lo que hiciste hoy- Le dijo Peach, inclinando la cabeza en señal de respeto y gratitud.

-No es para tanto, sólo hice lo que me pediste- Le respondió Samus, justo antes de seguir caminando.

Peach se quedó mirando cómo se iba alejando poco a poco Samus. A decir verdad, la descripción de Zelda si era acertada; Samus ahora mismo parecía un caballero misterioso, que apareció para salvar a su princesa, sólo para volver a desaparecer. Sin embargo, sabía que después de esto, podía confiar en Samus después de todo, y si llegara a convertirse en el prometido de Zelda, podía confiar en que estaría en buenas manos.


A la mañana siguiente, Zelda se levantó en su habitación. Al inicio no sabía cómo llegó hasta ahí, pero poco a poco los recuerdos del día anterior fueron apareciendo en su cabeza. Podía recordar ver el rostro (o casco) de Samus observándole fijamente mientras dormía, o tal vez había sido un sueño. Sea cual fuera el caso, se levantó emocionada, tomó una pluma y un papel, y escribió lo siguiente.

Querido Padre,

Por fin he encontrado al hombre indicado.

Su nombre es Samus Aran, estoy seguro que cumplirá con tus expectativas. Lo llevaré cuando vaya a visitar Hyrule, en un mes.

Hasta entonces,

Zelda.


RECOMENDACIÓN

Bueno, para los que no están leyendo mi otro fic, les iluminaré respecto a esta sección. Simplemente son recomendaciones que hago de historias, mangas, etc que me gustaron tanto que deseo compartirlas con ustedes. (se incluyen historias de blogs, wattpad, fanfiction, etc)

Título: Algunas cosas sobre el amor

Autor: Alchemya

Tipo: Fanfiction - Vocaloid

Idioma: Español

Sinopsis: Luka está lidiando con sus fuertes sentimientos de amor por su compañera de trabajo, Hatsune Miku, luego de meses sin dormir y puras frustraciones, llega a la conclusión de que conquistará a la niña a pesar de que las circunstancias se le tornen imposibles.

Lo recomiendo por: Por que la historia es simplemente hermosa, definitivamente una de las mejores que he leído en Fanfiction. El fic lo tiene todo: romance, es tierno, drama (mucha drama, están advertidos), historia, personajes increíbles, desarrollo perfecto, para resumir, es hermoso. Otra cosa buena es que es algo largo, así que tiene para rato :D Muy recomendado


Eso es todo por ahora, espero que les haya gustado la historia :D

Quería aclarar algo para (si hay alguno por aqui?) los que están leyendo mi otro fic: Mis dos princesas. El hecho de que esté haciendo un fic SamusXZelda no signifique que esté del lado de la castaña, por lo que no deben tener preocupaciones con que seré imparcial en el trio amoroso entre PeachXSamusXZelda; sino que simplemente Zelda era la indicada para la historia (y nadie confunde a Peach con hombre).

Y bueno, volviendo a la historia, qué opinan del fic? qué les gustaría ver? Por favor háganme saber todo lo que piensan, eso me ayudará a continuar la historia lo mejor posible.

Entonces, sin nada más que aclarar, nos vemos en el siguiente cap!