SDE – CAPÍTULO 18

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HACE ALGUNOS AÑOS- EN ALGÚN LUGAR

― Siempre has sido demasiado débil ― Se mofó una voz masculina.

Arthur Shiraishi yacía colgado de manos y pies. Y su cuerpo mostraba signos de tortura.

― ¿No vas a decir nada? ― Cuestionó la misma voz. De nueva cuenta, no hubo respuesta alguna. El hombre de la oscuridad sonrió. ― Debes sentirte patético, tu padre te abandonó, y ahora tu familia y tu equipo de niños serán borrados del mapa ―

Arthur sonrió de lado. ― Tú mismo lo dijiste idiota, mi padre me abandonó, pero no abandonará a sus nietas ― Comentó con altanería. ― ¿Te sientes tan cuerdo como para meterte con la mafia Shiraishi? ― Interrogó.

El desconocido se acercó y golpeó el rostro del mafioso Shiraishi. ― ShiEn es capaz de hundirse con tal de salvarlas. Claro que eso me asegura una victoria ― Aseguró con una sonrisa retorcida.

Arthur se recuperaba de aquel golpe. Se soltó a reír. ― De verdad debo darte tanto miedo ¿No es así Dean? ― Interrogó. ― Tanto miedo que estás empeñado en destruirme a cualquier costo ― Agregó con los ojos entrecerrados.

El renombrado avanzó alrededor de su víctima. ― De hecho. No estás tan lejos de la realidad ― Confesó. ― Toda tu familia me repugna, han degradado lo poco que queda del honor de la Mafia original ―

― Pobre de ti, me gustaría consolarte con un abrazo Dean ― Se mofó Arthur.

Dean sonrió. ― Quien ya no recibirá abrazos serás tú ―

― ¿Crees que con eso me amenazas? ― Pidió Arthur con algo de burla. ― Aunque lo dudes, no tienes ninguna posibilidad, si no soy yo… el viejo de mi padre es más listo que tú ―

― ¿De verdad lo crees? ―

― Así es, pero como justo ahora acabas de amenazar a mi esposa y a mis hijas, no te la dejaré para nada fácil ―

― Hay demasiada altanería de tu parte Shiraishi ―

― ¿Altanería? ― Repitió el susodicho. ― No… te equivocas, la palabra correcta son… refuerzos ―

― ¿Qué? ―

De la nada, se empezaron a oír un montón de disparos por aquel almacén. Los guardaespaldas de Dean se pusieron en guardia. Incluso el mismo Dean sacó su arma.

― ¡Oye! ¿Estás asustado? ― Se mofó Arthur.

Dean enfureció. ― ¡Maldito! ― Exclamó planeado darle un golpe.

Sin embargo, Arthur fue más hábil y logró esquivarlo. Se impulsó y le dio una patada certera al otro hombre, lanzándolo algo lejos, la fuerza de aquella patada lo impactó contra un mueble de metálico, dañándole el rostro. En ese momento, el Shiraishi se soltó de aquellas ataduras. Sobó sus muñecas y se acercó a Dean con una sonrisa de lado.

― No te ves tan rudo desde el suelo ― Le dijo con descaro. Disfrutando como el otro se esforzaba por ponerse de pie. ― ¿Escuchas eso? ― Interrogó, haciendo silencio para que se pudieran oír con más fuerza los disparos que se desencadenaban afuera de aquel lugar. ― Exacto, el sonido de tu derrota ― Finalizó.

― Eres un imbécil ― Musitó el otro, quitándose el hilo de sangre que había salido de su boca.

Arthur rodó los ojos. ― Le mandas mis saludos a Mark Lee cuando lo veas ―

― ¡No te atrevas a compararme con ese inútil! ― Exigió.

― Tienes razón, la basura debe clasificarse ― Dijo el otro en un tono pensativo.

Esa respuesta hizo enfurecer aún más a Dean. Se puso de pie y con toda su furia contenida planeaba golpear a su enemigo.

Arthur fue más rápido y le plantó un puñetazo cuando estaba lo suficiente cerca. Dean cayó de nuevo sobre su espalda. Su visión empezaba a tornarse borrosa, por lo que sólo pudo escuchar.

― Tómalo como advertencia ― Sentenció el otro hombre antes de retirarse de ahí.

Después de eso, todo se volvió oscuro para Dean.

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EL PRESENTE

"Su llamada será transferida al buzón de voz"

Era la décima vez que escuchaba esa odiosa grabadora de voz.

Frustrada, Mako dejó de intentar.

― ¿Y bien? ― Interrogó Ahim, quien estaba a su lado.

Takeru y Marvelous también esperaban oír la respuesta.

Después de haber leído aquella aterradora y amenazadora carta, todos habían quedado en shock. Mako no perdió tiempo y desde entonces había intentado comunicarse con Amy y con Kagura, pero ninguna respondía. Cosa que la preocupaba más y le hacía pensar que algo malo les había pasado.

― Daigo y Right deben estar con ellas; pero si te hace sentir más segura vamos a buscarlos ― Ofreció Takeru, tocando el hombro de la joven castaña.

Mako asintió un par de veces. ― ¡Vamos! ― Exclamó.

Mako y Ahim corrieron para salir de aquella habitación y encaminarse a la camioneta de la familia. Marvelous se acercó a Takeru.

― Si hay que pelear, no tenemos armas con nosotros ― Dijo en un tono algo preocupado.

Takeru suspiró. A estas alturas su malestar anterior había desaparecido, siendo remplazado por un sentimiento de preocupación.― Esperemos que las armas no sean necesarias. Andando ― Finalizó.

Con esto, ambos corrieron para alcanzar a las chicas.

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HELADERÍA

El cuarteto de amigos, salían de aquel local bastante satisfechos. Incluso llevaban conos de muestra para el camino de regreso.

― ¡Eso estuvo delicioso! ― Exclamó Daigo saboreando nuevamente de esa cubierta helada blanca.

Amy soltó una risilla. ― Te dije que te gustaría King ― Le dijo, mientras se terminaba su propio cono. ― ¿Cómo van ustedes? ― Interrogó, volteando hacia atrás para ver a los menores del grupo.

― Ese cartel de verdad que no exagera ― Comentó Right, casi terminándose aquel postre frío.

Kagura sonrió. ― Quizás deberíamos volver el próximo fin de semana ― Sugirió.

― ¡Eso estaría bien! ― Exclamaron los chicos Shiba.

De pronto, los sentidos de ambos se activaron. Y sus cuerpos los obligaron a ponerse alerta.

― ¿Están bien? ― Interrogó Kagura, notando el cambio en sus acompañantes.

Amy, que iba unos pasos adelante; también se detuvo en seco. Su rostro se mostraba serio, movía su cabeza en todas las direcciones posibles. Con sus ojos escaneaba el terreno. No había nadie cerca, como siempre. El lugar era algo retirado, por ello era poco transitado a pesar de los años que llevaba en el mercado.

Entonces lo vio.

Aquella punta metálica que sobresalía de los arbustos.

Lo primero que pasó por su mente fue…

― ¡Kagura! ― Exclamó, al correr hasta su hermana menor empujándola para que ambas cayeran al suelo de manera algo dura.

Los disparos se hicieron presentes.

Su agilidad les permitió a Daigo y a Right tirarse al suelo a tiempo.

Los impactos eran consecutivos. Era como si tirando al azar lograran que alguna bala diera en algún objetivo.

El enorme ventanal de la heladería fue destruido. Aquellos cristales caían sobre las cabezas del cuarteto.

Amy abrió los ojos para poder observar el panorama. La cosa no pintaba nada bien. Esperaba que no llegara más gente o que los malhechores se dieran cuenta donde estaban y salieran de su escondite para terminar "bien" su trabajo.

Podía ver lo aterrada que estaba su hermana menor. Como un impulso, apretó su mano, y lentamente la dejó ir.

Al sentir que su hermana se alejaba, Kagura abrió los ojos. ― Amy… ― Le llamó.

La chica sólo la miró. Y siguió arrastrándose. De pronto, un llamado la detuvo.

― ¡No lo hagas Amy! ―Le gritó Daigo desde el otro extremo. Luego se volvió a Right, ambos asintieron entre sí. ― Nos encargaremos ―

Ambos se arrastraron. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, se pusieron de pie y corrieron hacia los atacantes. Era un gran riesgo, puesto que ellos no llevaban armas, pero tenían que hacerlo. Su ataque sorpresa funcionó y lograron derribar a uno de los tiradores.

― ¿De dónde diablos salieron? ― Interrogó el que aún seguía de pie. ― ¡Mueran! ― Planeaba dispararles. Right corrió y Daigo utilizó al hombre caído como escudo. El arma de éste último, llegó a la cercanía de Amy.

Sin perder tiempo, la chica tomó el arma y se puso de pie para hacer frente.

― ¡Amy espera! ― Exclamó Kagura intentando ponerse de pie también. ― ¡Ah! ―

La de largo cabello negro, sólo alcanzó a levantar el arma cuando un nuevo disparo se hizo presente, y con ello el alarido de su hermana menor.

Esos dos sonidos emitidos al mismo tiempo, lograron detener su mundo.

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TALLER – UNIDAD DE DELITOS ESPECIALES

― Quizás hubiera sido mejor traer el chip para que lo revisaras Krim ― Comentó Kiriko empezando a impacientarse.

El cinturón habló. ― Sabes que lo haría con gusto Kiriko, pero pueden empezar a sospechar ― Le recordó. ― Deja que Rinna haga su trabajo ―

La chica suspiró, y se volvió a su compañero que permanecía extrañamente callado. ― ¿Y tú que haces? ―

Shinnosuke tecleaba y observaba aquella enorme pantalla. ― ¿Ah? Este… sólo trataba de familiarizarme con este tipo de tecnología ― Explicó algo distraído. ― Y quiero ver si hay algún crimen ocurriendo en estos momentos ― Agregó. Giró aquella silla para observar a su compañera. ― De verdad me estoy aburriendo aquí ―

Kiriko rodó los ojos.

El cinturón se volvió hacia ellos. ― De hecho, yo puedo hacer eso Shinnosuke ― El aparato parecía "pensar", segundos más tarde había un resultado. ― Percibo un atentado en una heladería de la zona histórica de la ciudad ―

Un punzante dolor en el pecho de Kiriko la hizo emitir un quejido.

― ¿Kiriko, estás bien? ― Preguntó él acercándosele.

La chica se sobaba su pecho y su cara mostraba dolor y tenía dificultades para respirar.

― ¿Kiriko? ―Volvió a llamarla Shinnosuke sintiéndose más preocupado.

― Algo… algo está mal ― Musitó. ― No sé, pero me siento muy inquieta ― Confesó. Se agarró del ante brazo de su compañero y empezó a caminar.― Tenemos que ir allá… Por favor ―

En el poco tiempo que tenían juntos, el Shiba jamás la había visto de esta manera. ― Está bien, si es lo que quieres ―

― Usen el Tridoron para que lleguen más rápido ― Sugirió Krim.

Ambos asintieron.

Shinnosuke ayudó a su compañera a tomar asiento. Rápidamente él se sentó en el asiento del piloto y arrancó a toda velocidad.

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EN ALGÚN LUGAR…

― ¿Cómo ves las cosas hasta ahora? ― Interrogó el castaño que vestía de blanco.

El otro castaño, de vestimenta verde torció el gesto. ― La verdad nada bien, no sé cómo pero las cosas se complicaron ― Explicó.

El primero detuvo su andar. ― ¿Cómo es eso? ―

Chiaki, resopló y también se detuvo. ― Parece que ellas no tienen más problemas que los cotidianos… pero no es así, hay mucho más detrás ― Comentó en un tono pensativo.

Ambos siguieron su caminata, hasta detenerse en un árbol que estaba a las orillas del parque por el que transitaban.

― Pero Yamaki no sigue cerca… ¿O sí? ― Interrogó Gou con cautela.

Chiaki se sentía encoger. Y el otro lo tomó como respuesta.

― ¡Idiota! Sabes que no debemos confiar en ese imbécil ― Le reprimió golpeándole el hombro.

― ¡Eso dolió! ― Exclamó el otro, sobándose el hombro.

― Te mereces eso y más ― Le dijo. ― ¿Acaso quieres ir a prisión de nuevo? ― Interrogó, elevando un poco la voz.

El de verde se indignó. ― ¡No caeré dos veces! ― Aseguró.

Gou se cruzó de brazos buscando calmarse. ― Entonces dime, ¿Qué razón lógica tienes para mantenerlo cerca? ―

―… Para poder atraparlo… atraparlo y humillarlo tal y como lo hizo conmigo ― Explicó con su vista en la nada.

― Lo convertiste en algo personal ¿Eh? ― Resolvió Gou con un gesto preocupado.

Chiaki chasqueó la lengua y se sentó en aquel verde pasto. Nunca le habían gustado los sermones, mucho menos viniendo de parte de su primo que no "cantaba malas rancheras". ―… No lo entiendes ― Musitó.

Gou rodó los ojos. ― ¿Qué es lo que no entiendo? ―

El otro, empezó a jugar con el pasto de aquel lugar. ― La mirada de Mako cuando me descubrieron… cuando me atraparon… cuando me condenaron ― Enumeró de forma lenta, y es que recordar aquello, lo hacía sentirse demasiado molesto y triste.

Por primera vez en el día, Gou no dijo nada. Sólo se limitó a escuchar.

Siempre les habían tenido un respeto y cariño enorme a sus seis primas. Eran todo su mundo, eran su familia. Pero por alguna razón, el lazo entre Mako y Chiaki era más fuerte. Y eso era algo que Gou respetaba. Sabía que la única que podía controlarlo era su prima mayor. La única que lograba tener algún efecto en la mente del hiperactivo chico. Era ella, Mako Shiraishi Tani.

― Ren me las va a pagar ― Declaró de pronto con aire decidido.

Gou se acercó y le colocó una mano en el hombro. Chiaki lo miró hacia arriba. ― Muy bien, estoy contigo ― Concluyó con una media sonrisa.

Chiaki sonrió de igual manera.

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ZONA DE DESASTRE

Por inercia, Amy dejó caer aquella arma. Sentía su cuerpo temblar. Por alguna razón tenía miedo de voltear hacia atrás.

Todo se volvió distorsionado. No lograba distinguir las voces ni las figuras que estaban frente a ella.

El tercer tirador fue bloqueado por Right. Quien actuó a tiempo y pudo desviar el disparo que iba directo a la menor de las Shiraishi. El grito de ella, se debió a que el choque de la bala contra el suelo la asustó.

El hombre que Daigo usaba como escudo quedó herido en un brazo.

El grito de la niña sirvió de distracción para que los tres huyeran. Uno de ellos golpeó a Right en el estómago. El herido le dio una patada a Daigo y el único tirador que quedaba huyó sin más.

― ¡Rayos, se fueron! ― Exclamó Daigo sobando su pierna. ― ¿Cómo estás? ― Cuestionó caminando hacia Right.

Éste tosió antes de responder. ― Tranquilo… sólo me dejó sin aire ― Después su vista se dirigió hacia Kagura, la cual seguía sentada en el suelo. ― ¿Kagura, te encuentras bien? ― Pidió, caminando hacia ella.

Ella lo miró. ― Si, lo siento… sólo me asusté ― Respondió dándole una tímida sonrisa.

Ambos se sonrieron.

Daigo los observaba. Pero el que Amy no se moviera captó su atención.

Él sabía que el alboroto pronto atraería más gente. El dueño de la heladería estaba bien, de hecho estaba teniendo una pequeña charla con los menores, mientras hablaba por teléfono. Eso sólo indicaba que la policía y las ambulancias llegarían pronto.

Esto no estaba para nada bien.

Y todo empeoró cuando aquel enorme carro lujoso llegó, y del mismo bajó Mako Shiraishi y compañía.

― Lo mejor es que nos demos prisa, los medios pueden llegar en cualquier momento ― Señaló Ahim, siguiendo a su hermana mayor por detrás.

Mako sólo asintió.

Finalmente, ambos grupos se encontraron frente a frente. Rápidamente, la mayor se acercó a Kagura y la abrazó. El escenario era aterrador, pero quería asegurarse de que su hermana menor estuviera bien.

― ¿Estás bien? ― Interrogó, sobándole las mejillas.

Kagura asintió. ― Lo estoy, lo estamos ― Respondió.

― ¿Qué sucedió aquí? ― Pidió saber Takeru.

Right dio un paso al frente y habló. ― Fue realmente extraño. Tres sujetos encapuchados llegaron de la nada y comenzaron a dispararnos ― Explicó.

― Es tal y como lo decía la… ― Takeru terminó tragándose sus palabras, al ver que Mako lo mataría si continuaba.

La castaña se volvió y le sonrió a su hermana menor. ― Me alegra que estés bien. Me han dado un susto enorme ― Comentó, alejándose ligeramente, dándole una mirada significativa a Kagura y Amy. A ésta última, decidió inspeccionarla desde lejos.

― ¿Cómo supieron que estábamos aquí? ― Se apresuró a preguntar King, con aire medio confundido.

Mako y Takeru instintivamente le dieron una mirada a Marvelous, quien estaba algo atrás. Éste se encogió de hombros.

― No es mi culpa que dijeran sus planes en voz alta ― Excusó el hombre. ― Además, no estoy pintado ¿Saben? ― Agregó. Recordándoles que había permanecido en la sala durante todo ese rato.

Mako volvió su mirada hacia Amy, y empezó a avanzar hacia ella, mientras la menor se sentía encoger a cada paso.

― Justo cuando creo que no puedes superar tus tonterías del pasado… sales con esto ― Le dijo con voz seria, clavándole aquellos ojos amenazadores.

Los presentes se mantuvieron estáticos y atentos a las palabras de la mayor de las Shiraishi.

Amy apretó los dientes. ― Yo no sabía que nos emboscarían ― Excusó por lo bajo.

Mako avanzó un paso más. ― Sabes que debes contestar las llamadas ― Le dijo, ignorando el comentario anterior.

La chica de largo cabello negro, remojo sus labios antes de responder. ― Mi celular se quedó sin batería y lo dejé en casa ― Explicó. ―… Sólo era una vuelta por un helado ―

La mayor asintió y se cruzó de brazos. ― ¿Te pareció gracioso Amy? ― Interrogó de repente en un volumen algo alto.

La mencionada se encogió. ― No pero yo… ―

― Sabes que no debes salir sin avisar ¿Por qué eres tan negligente? ― Le gritó un poco más fuerte.

Amy apretó sus puños. ― Puedo cuidar de mí misma ― Musitó.

― ¡Pero no puedes cuidar de los demás! ― Le apuntó. ― Kagura pudo salir lastimada, ¿te diste cuenta de eso? ― La menor retrocedió. ― ¿Me estás oyendo? ― Cuestionó acercándose. ― ¡Amanda, responde! ― Exclamó empujándola ligeramente.

Fue todo.

― ¡No me llames así! ― Le gritó alejándose de ella de forma brusca. ― ¡No eres mi mamá y tampoco eres mi hermana! ―

Mako planeaba debatir, pero se abstuvo. Amy respingó y salió corriendo de ahí.

― ¡Amy regresa en este instante! ―Gritó Mako.

Pero la aludida no respondió y tampoco detuvo su carrera.

Sin pensarlo dos veces, Daigo corrió tras la chica de largo cabello oscuro.

― ¡King! ― Llamó Right, sin saber realmente qué hacer.

Temerosa, Kagura planeaba decirle algo a su amigo. Pero alguien más se le adelantó.

― Déjalo así Right, no quiero que se separen ― Anunció Takeru desde el otro lado.

― ¿Pero qué pasará con…? ―

― Sólo debemos esperar ― Interrumpió el líder con un aire tranquilo.

Las patrullas empezaron a llegar, así como las camionetas de los medios de comunicación.

Esto estaba lejos de acabarse.

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AÑO 1985

Kaori terminó de poner una gruesa venda encima del hombro de Arthur. ― Con esto debería bastar ― Musitó, alejándose de forma lenta.

Arthur la observó. ― Te lo agradezco ― Después, de forma lenta empezó a ponerse su camisa.

Ella asintió, sintiéndose incapaz de mirarlo a los ojos.

Después del beso, ninguno de los dos dijo nada. Así que Kaori volvió a su labor de curar al hombre herido. Pero nuevamente el incómodo silencio reinaba entre ellos.

― ¿Te das cuenta que esto lo cambia todo? ― Interrogó él, observando a la chiquilla de reojo, analizando sus movimientos.

Ella trató de actuar normal. ― ¿En qué sentido? ―

Arthur sonrió de lado. ―… No te voy a dejar ir tan fácil Kaori ― Ante aquello, la chica se congeló en su lugar. ― Me correspondiste… ―

Kaori al fin reaccionó y se alejó. ― ¡Es una locura! ― Exclamó. ― Se lo dije, usted hasta debe ser un hombre casado, deje de jugar así conmigo ― Le pidió con nervios.

El Shiraishi de verdad se estaba divirtiendo con la actitud de ella. ― Bueno, si el problema es eso, sólo dime la fecha de boda y lo arreglamos ―

La chica bufó. ― Estás loco ―

― ¿Tú crees? ― Interrogó con un aire seductor. Lentamente se puso de pie y se encaminó a la joven. ― ¿Por qué esa expresión de miedo? ― Interrogó observándola de arriba abajo. ― No has parado de retarme desde que nos conocemos, ¿Qué es lo que cambia ahora? ― Pidió saber.

― Ya he curado tus heridas… lo mejor es que te vayas ― Sugirió con cierta desesperación. ― Me has hecho perder toda la noche y mis hermanos pueden regresar en cualquier momento ― Explicó, empezando a empujarlo hacia las escaleras, para que pudiera irse.

Pero Arthur ofrecía resistencia; así que con un hábil movimiento se apartó de ella y volvió a mirarla. ― Está bien, me iré ― Accedió con calma. ― Pero esto no va a terminar así ― Aclaró con un gesto divertido en su rostro. ―Necesito tu respuesta Kaori… No me voy a alejar hasta que aceptes verme de nuevo ―

Kaori formó un mohín de molestia. ― Eres un tramposo ― Masculló. ― Primero me dices que eres algún tipo de monstruo, que tu trabajo es complicado, que debo alejarme… pero después estás tú aquí… ― Explicó, empezando a perder la razón. ― ¿A qué estás jugando Arthur? ― Interrogó, sintiéndose cada vez más y más molesta.

Arthur sonrió de forma tenue. ― Es lo que aún trato de descubrir ― Musitó más para sí. ― Sólo confía en mí, hay algunas cosas que quiero aclararte ¿Por favor? ―

Kaori estaba dudosa. ¿Pero ya qué más daba? ― Está bien… ―

El Shiraishi sonrió complacido. ― Gracias, te buscaré en cuanto pueda ― Se acercó a la chiquilla. Por puro instinto, ésta cerró los ojos esperando lo que fuera. Más su sorpresa creció al sentir los labios de él en sus frente. Ya separados, él sonreía con ternura. ― Me ganaré tu permiso, ya lo verás ―

Y con esto, el hombre se alejó rápidamente y abandonó el hogar de los Tani.

La chica dejó salir un sonoroso suspiro. Observó la escena "del crimen" si se pudiese llamar de esa forma. El desorden, la sangre… ¡Dios! ¡La sangre! Definitivamente tenía mucho trabajo por hacer justo ahora.

Más tonta no puedes ser Kaori Tani… ― Le recriminó su mente.

Algo en su interior le decía que lo que estaba haciendo no era para nada correcto. Más sin embargo, otra parte de su corazón le dictaba que permaneciera junto a ese hombre, que debía darle esa oportunidad y tratar de entenderlo. Que algo en él era especial.

Con algunos objetos de limpieza, frotó aquellas manchas de sangre que adornaban el piso de aquel sótano.

― Bien, veamos hasta donde llega esto ― Murmuró.

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EL PRESENTE

― Tal parece que el alboroto comenzó ― Anunció Shinnosuke, observando que no podía pasar con el vehículo. ― Lo mejor será estacionarme aquí ―

Kiriko no perdió tiempo y se desabrochó el cinturón para poder bajarse. Shinnosuke hizo lo mismo.

― Si quieres adelántate ― Sugirió él. ― Vigilaré los alrededores ―

― Parece un buen plan ―

― Cualquier cosa, estamos en contacto ― Le dijo, mostrándole su celular. Antes de alejarse, ella le llamó.

― ¡Shinnosuke! ― Él la miró y ella se puso nerviosa. ― Ten cuidado ¿Bien? ―

Él sonrió y asintió. ― Lo tendré, y por favor cuídalos ―

Ella asintió antes de salir corriendo hacia la verdadera escena. Al no verla más, Shinnosuke emprendió su propio camino.

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― ¿Amy? ― Llamó Daigo de forma cautelosa. Por fin había logrado alcanzarla. Ante el llamado ella se tensó, el Shiba se percató de esto y alzó sus manos. ― Por favor… ya no corras… ― Le pidió sin avanzar. ― Sólo quédate ahí… y… hablemos si tú quieres ―

― No hay nada qué hablar ― Musitó ella mirándolo con cierta desesperación.

Daigo seguía sin moverse. ― Sí, si lo hay ― Le dijo. ― Yo sé cómo te sientes ― Confesó. El pecho de ella subía y bajaba y estaba ahí sin decir nada. El chico de rizos pasó saliva y habló. ― Crees que vives atrapada, que estas en un mundo al que no encajas ― Comenzó a expresar. ― Fuiste muy valiente allá atrás… pero a veces debemos medir esa valentía ― Aconsejó.

― ¿Eh? ― Musitó ella, muy poco audible. Pero el Shiba se sentía feliz de haberla podido controlar.

Él sonrió. ― Ayudar a los demás es un impulso que no puedes controlar, tu cuerpo simplemente actúa ― Abandonó su pose de estado de alerta. ― Muchas veces fui reprimido por actuar de esa forma y muchas veces también mi familia ha resultado herida por ese mismo comportamiento ―

Amy seguía sin decir nada. Era como si procesara aquellas palabras.

― Escucha, no sé cuál fue el pasado entre Mako y tú para que terminaras traumada de esta manera… pero yo sé que… ―

― Ella tiene razón… ― Musitó por lo bajo, interrumpiéndolo. ― No soy capaz de cuidar a nadie más ― Luchaba con todas sus fuerzas para no llorar. Se sentía demasiado triste y destrozada.

― ¿Por qué dices eso? ― Tragó duro y avanzó un paso más. La chica detectó aquella acción y se echó a correr nuevamente. ― ¡Amy, no! ― Gritó él alzando su mano, como si de esa manera la detuviera.

Chasqueó la lengua viendo su plan yéndose al caño y volvió a emprender carrera para alcanzarla.

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― ¿No fuiste demasiado dura con tu hermana? ― Interrogó Takeru con confusión.

Mako se cruzó de brazos. ― No te metas en esto ¿quieres? ― Lo miró de reojo y se alejó de él, planeando hacerles frente a los reporteros.

― Y… parece que volvimos al principio ¿No es así? ― Comentó Marvelous, colocándose a lado de su líder.

Takeru puso los ojos en blanco. ― De hecho, caímos a un hoyo enorme ― Aclaró con fastidio. Se giró por completo hacia su igual. ― Ahora sabemos que hay una guerra en la que también estamos envueltos… hay que tener mucho cuidado ― Advirtió.

Marvelous asintió, comprendiendo aquella indicación o al menos parte de ella. Puesto que instantes después su visión se dirigió a la niña que cuidaba. Se estaba alejando, y él sólo podía seguir sus movimientos con sus ojos.

― ¿Marvelous? ― Llamó Takeru, pero éste último lo ignoró alzando su palma, en señal de que lo esperara. El mayor resopló. Y el de cabello puntiagudo se alejó en dirección a la Shiraishi.

― ¿Todo bien? ― Pidió al colocarse a su lado.

La chica se mantenía un tanto erguida y con la cabeza abajo. Como si quisiera escuchar algo. Se volvió a él negando. ― No. Algo anda mal aquí ― Informó preocupada.

― ¿Enserio? ― Repitió al momento que se acercaba para escuchar mejor. Usó su mano derecha para ponerle frente a ella a manera de protección. Tardó unos segundos, pero a lo lejos pudo identificar un tintineo molesto. Agudizó más sus sentidos. ― ¡Maldición! ― Masculló. Y antes de que Ahim pudiera preguntar algo, éste se le abalanzó para cubrirla. Ambos, guiados por la fuerza de aquella mini bomba, terminaron rodando por el asfalto, al final la joven chica terminó encima de él.

Takeru también percibió aquello. Se giró y cubrió a Mako con su cuerpo. Ésta se encogió entre los brazos de su compañero. Cuando parecía que todo había terminado. Ambos se descubrieron de forma lenta.

Right y Kagura trataron de calmar a los reporteros, y los policías se acercaban a terminar de inspeccionar la escena.

― ¡Ahim! ―

― ¡Marvelous! ―

Llamaron Mako y Takeru respectivamente, corriendo hacia ellos.

Los mencionados se encontraban en un momento realmente incómodo. Una escena realmente comprometedora que cualquiera de los reporteros de por ahí, obtendría el chisme de la semana.

― ¿Estás bien? ― Rompió el silencio Marvelous. Más como una excusa para dejar de ver los labios de la pequeña chica.

Ahim parpadeó un par de veces sintiéndose enrojecer. ― Sí… lo estoy ― Musitó. Tragó duro.― Gracias por salvarme ― Agregó.

Marvelous sonrió de lado. ― En realidad, ahora parece que amortigüé tu caída ― Comentó.

La chica cayó en cuenta de la situación. ― ¡Lo siento mucho! ― Exclamó, poniendo su mano en el pecho de él para impulsarse hacia arriba.

― ¡Auch! ― Se quejó él al sentir el peso de ella.

― Perdóname ― Volvió a susurrar la pequeña peli negra, haciendo una reverencia.

Marvelous resopló y se puso de pie con algo de dificultad. ― Como sea ― Musitó.

― ¡Hey! ¿Se encuentran bien? ― Interrogó Takeru, llegando a ellos, siendo seguido por Mako.

― ¡Ahim! ― Exclamó Mako sujetando las manos de su hermana menor.

La pequeña sonrió. ― Estoy bien, no te preocupes ―

― Esos reflejos sirvieron de algo ― Comentó Takeru mirando a su primo.

― De hecho fue ella quien escuchó el zumbido ― Corrigió el del cabello alborotado. ― Tal parece que esto se convirtió en una cacería ― Agregó en un tono serio.

Mako se sorprendió. ― ¿Crees que fue planeado? ― Cuestionó mirándolo.

― Bueno, si se planeaba un atentado, este no es el lugar más céntrico… sin embargo este es el lugar que ustedes suelen visitar ¿No es así? ― Inquirió. Las hermanas se quedaron calladas. ― Como lo suponía… Todo ha sido una trampa, y esa cosa era el plan B ― Concluyó, señalando los restos de aquel artefacto explosivo, que los policías revisaban.

Mako restregó su mano en su cara. ― No puede ser ― Musitó. ― ¿Por qué justo ahora? ― Pensó con cansancio y temor.

Takeru observó de reojo sus acciones, sintiéndose también preocupado.

― Lo mejor ahora es reagruparnos ¿No lo creen? ― Opinó Ahim tratando de aligerar aquel ambiente tenso. ― Además, Shinnosuke y Kiriko no tardan en aparecer… ―

― Está bien, Ahim por favor llama a Haruto y Koyomi… diles que los quiero de regreso inmediatamente en la Mansión ― Ordenó la hermana mayor.

La pequeña de pelo rizado asintió, alejándose para poder realizar la llamada.

― ¿Qué va pasar con Amy? ― Interrogó Kagura llegando a ellos.

La mayor de las Shiraishi bajó la vista. ― Le daré tiempo… ella tiene que regresar ― Comentó con tranquilidad. ―… Sólo es un berrinche ― Concluyó, retirándose de ahí.

El ánimo de Kagura decayó ante la respuesta tan "fría" de su hermana mayor. ― Esto es mi culpa… ― Pensó con tristeza.

― ¿Estás bien? ― Interrogó Right llegando a ella por detrás.

Kagura lo miró, mientras negaba. ― Yo sé que Mako no es así… Sólo lo dijo porque no quiere admitir que se equivocó ― Explicó. ― Pero Amy es quién más me preocupa ―

― Estoy seguro que estará bien, es un chica bastante fuerte ― Le dijo, en un intento por calmarla.

Ella asintió ligeramente. ―… Es demasiado impulsiva, espero que King la encuentre ―

Right también pensó en su primo. Sonrió. ― Lo hará. Los dos estarán bien ―

Ambos se sonrieron.

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AÑO 1985 - MÁS TARDE ESE DÍA

― Arthur ¿qué demonios te pasó? ― Interrogó Jia observando lo herido y mallugado que venía aquel hombre.

El aludido la pasó de largo y tomó asiento tras su escritorio.

― ¡Arthur, maldición! ¡Te estoy hablando! ― Exclamó la mujer con enfado.

― ¡Me emboscaron! ¿Ya? ― Le gritó de vuelta.

Jia se encogió ante el grito. ― Por eso te pasan esas cosas, eres un mal agradecido ―

Sintiendo aquello, Arthur se calmó. ― Tienes razón… Lo siento ¿Está bien? ―

La mujer sonrió complacida y se acercó a él. ― ¿Por qué no fuiste a un hospital? ―

El hombre se quitó el saco y lo acomodó en el respaldo de su asiento. ― Sabes que odio los hospitales Jia ― La mujer rodó los ojos. ― Además, de haber esperado una ambulancia, ya estuviera muerto ― Explicó.

El rostro de ella ahora mostraba confusión. ― ¿Entonces cómo tienes ese vendaje…? ―Interrogó señalándole el hombro vendado y ligeramente sangrante.

Arthur miró su hombro. Y sus recuerdos lo llevaron con Kaori Tani. Sonrió suavemente. ― Recibí algo de ayuda… ― Respondió en un susurro.

― ¿Ayuda? ― Repitió su asistente.

Él negó, tratando de olvidar sus divagaciones. ― ¿Has recibido alguna llamada de mi padre? ― Interrogó, cambiando radicalmente de tema.

El rostro de ella cayó. Sabía que no conseguiría más respuestas, sobre todo con el genio que se cargaba el día de hoy. ― No, también revisé la contestadora y tampoco hay mensajes ―

Arthur se puso de pie ― Supongo que tendré que ir a buscarlo ― Anunció, volviendo a tomar su saco, para ponérselo con algo de dificultad.

― ¿Qué? ―

― Regresaré más tarde ― Dijo y se detuvo en el marco de la puerta. ― Por cierto, ¿ya cancelaste mis planes del sábado? ―

Ella se extrañó. ― Sí, ya lo hice ―

― Bien, nos vemos después ― Se despidió sonriente.

Jia de verdad estaba confundida. ― Recientemente está de muy buen humor ― Pensó. Negó y salió de aquella oficina.

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― Llegaste tarde el día de hoy ― Comentó Gai.

Él y Kaori caminaban de regreso a casa. Por obvias razones, Geki y Mei no se les unieron.

Kaori metió un mechón de cabello tras su oreja. ― Bueno, mi hermana llegaba tarde del trabajo y quise esperarla ― Respondió.

Gai asintió. ― ¿Sigue en la veterinaria? ―

― Así es. De hecho le ha ido muy bien estos días, por eso tuvo que cubrir turno nocturno ― Explicó con tranquilidad.

― Ya veo ― Sonrió Gai. ― ¿Sabes? Te he notado muy feliz estos últimos días, claro que, sin contar el día que te encontré llorando ― Comentó con suavidad.

Kaori paró en seco y miró a su amigo. ― ¿Tú crees? ― Cuestionó. Su amigo asintió y ella sonrió. ― Puede ser… ― Musitó ella de vuelta en un tono cantarín, volviendo a caminar.

Gai se extrañó de aquella actitud. Apresuró el paso para no quedarse atrás. ― ¿Entonces…? ―

― Entonces ¿qué? ―

― ¿Puedo saber el motivo de tu felicidad? ― Pidió cauteloso el chico.

Por esta ocasión, la chica optó por mentir. O como ella solía llamarle, "contar parte de la verdad". Sonrió aún más. ― El director aprobó mi show de talentos ― Dijo.

Ahora, Gai detuvo su andar. ― ¿Enserio? ― Interrogó. ― Te había costado casi dos años convencer a ese tonto ― Comentó.

Kaori no pudo evitar reír. ― Lo sé. Quizás sólo estaba de buen humor ― Volvió a omitir la parte en la que conoció a Arthur.

Gai sonrió. ― ¿Cuándo será el evento? ―

― Este sábado ― Anunció. ― De hecho, ya voy muy retrasada con los preparativos y yo todavía debo alistar la canción que voy a cantar ese día ― Explicó con un deje nervios. Con el asunto de Arthur había olvidado por completo su evento que se llevaría a cabo en dos días y ya estaba demasiado retrasada.

― Estoy seguro que lo harás bien ― Le animó él. ― También supongo que Geki y Mei te van a ayudar ― Comentó con cierta cautela.

― ¡Sí, puedes unírteles también si quieres! ― Exclamó la chiquilla un tanto distraída.

Gai sólo trató de sonreír. La riña entre Geki y Mei contra él, había sido así, sólo entre ellos. Por el bien de Kaori ninguno dijo nada. De hecho él estaba sorprendido de que Mei no corriera a Kaori y le contara "lo que él había hecho mal", en cierta parte se lo agradecía, cualquier otra persona hubiera aprovechado para "mancharlo", pero la peli negra no lo hizo. Y sabía que la razón era para no lastimar a la joven Tani.

― ¿Gai? ― Llamó la chica a su lado.

El chico salió de sus pensamientos. ― ¿Sí? ―

Ella lo miró extrañada. ― ¿Vas a ayudarme? ― Interrogó nuevamente.

Él rascó su nuca con nervios. ― Bueno, me haré un espacio y veré que puedo hacer ¿Está bien? ―

El rostro de ella decayó un poco, pero luego sonrió. ― ¡Está bien! ―

― Pero cuenta conmigo para estar ahí el sábado ― Agregó Gai.

― ¡Genial! ―

Ambos se echaron a reír y siguieron su camino.

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EL PRESENTE

Amy caminaba con la vista perdida en el suelo. Realmente se sentía muy mal y no tenía ganas de volver a casa. Menos con las circunstancias que las rodeaban justo ahora. Se sentí un poco mal por haber tratado así a Daigo, pero en verdad necesitaba de su propio tiempo a solas.

― ¿Por qué nada me sale bien? ― Interrogó gritando al aire. Y en un intento por aliviar su frustración pateó una roca. El golpe fue tan fuerte que logó que ésta se elevará por los aires.

― ¡Auch! ―

La chica apretó sus mejillas con miedo. ― ¡Oh no! ― Pidió. Abrió los ojos y corrió hacia el hombre que había herido. ― Lo siento, no quería que… ― Pero sus disculpas desaparecieron al reconocer a la persona. ― ¿Shinnosuke? ―

― ¡Diablos! ― Musitó él sobando su frente, que ahora estaba roja por el golpe de la piedra. ― Tienes una gran fuerza Amy ― Comentó. Dejó de sobarse. ― Ahora veo que el pie es de familia ¿no? ― Agregó divertido.

Amy trató de ahogar una risita. ― ¿De verdad estás bien? ― Interrogó nuevamente.

Shinnosuke sonrió. ― Lo estoy ― Aseguró. ― Con una pomada esto ya no será nada ― Agregó señalando el punto rojo en su frente. ― Por cierto, ¿qué haces aquí? Acaban de llamar a Kiriko diciendo que tus hermanas habían sufrido un atentado ― Comentó mirando a la menor de arriba abajo.

Al instante, la mirada de la chica decayó. ― Sí así fue… ― Respondió.

― ¿Entonces…? ¿Están bien? ―

Ella lo miró. ― Sí. De hecho King y Right venían con nosotras ― Confesó.

Shinnosuke se irguió un poco. ― ¿Tú ibas con ellos? ― La señaló. Ella asintió. ― ¿Qué pasó? ¿Por qué no estás con ellos? ― Interrogó buscando su mirada.

Amy resopló. ― A estas alturas lo que menos quiero es estar cerca de Mako y los demás ― Lo miró de arriba abajo. ―… Sin ofender ―

El hombre hizo un gesto con su mano, en señal de que no había problema. ― No hemos tenido más trato desde la cena ― Empezó a decir. ― Pero… ¿quieres hablar de ello? ― Ofreció de manera tranquila.

La Shiraishi lo miró. En verdad que Shinnosuke le parecía un buen chico. Muy amigable, casi como el hermano mayor que siempre quiso. Sonrió y asintió en respuesta.

Ambos, uno al lado del otro se encaminaron hacia un lugar donde pudieran hablar de forma más privada

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LA PLAYA

― ¿Qué te dijeron? ― Interrogó Haruto, después de que Koyomi colgara.

Ella guardó su celular y lo miró. ― Mis hermanas… Bueno, Amy, Kagura, Daigo y Right sufrieron un ataque hace rato ― Explicó.

― ¿Qué? ¿Un ataque? ― Repitió el joven castaño.

Ella asintió. ― No tengo los detalles, pero Mako quiere que regresemos a la Mansión de inmediato, por seguridad ―

― Muy bien, entonces regresemos ―

Koyomi tomó la mano de Haruto para detenerlo. Éste la miró. ― Gracias por traerme ―

Haruto sonrió. ― Si las cosas no se complican, con gusto te traeré de nuevo ―

Koyomi sonrió en respuesta.

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― ¿No vieron quiénes eran? ― Interrogó Kiriko a su hermana menor, Kagura.

La chica negó. ― No. Todo fue demasiado rápido ―

Kiriko suspiró con pesadez. Había una multitud rodeándolas. Algo alejada, Mako se enfrentaba a los medios de comunicación. Mientras tanto algunos compañeros del cuerpo policíaco revisaban la escena.

Pronto, Ahim llegó a ellas, después de que unos paramédicos la revisaran. ― Kiriko-Chan, hay algo más que debes saber ― Miró a sus dos hermanas. ― O bueno, algo que ambas deben saber ― Volteó su cabeza, esperando que no hubiera fisgones. Las tres se acercaron más y ella susurró. ― Mako recibió una carta muy escalofriante hace rato ―

Kiriko entrecerró los ojos. ― Define escalofriante ―

Ahim meditaba sus propias palabras antes de hablar. ―… De la mafia ― Confesó.

Las expresiones de Kagura y Kiriko mostraban preocupación, miedo y confusión.

― ¿Estás segura de eso? ― Interrogó Kagura.

Ahim miró sus manos. ― No al 100% ― Confesó. ― Pero el remitente nos conoce a nosotras y… a los Shiba ― Argumentó en un murmullo.

― ¿Qué? ¿También ellos? ― Pidió Kagura, sin poder creerlo.

Ahim asintió. ― También mencionaba a papá y al abuelo ― Finalizó.

La detective resopló. ― Entonces… No hay más duda, todo esto lo hicieron "ellos" ― Dedujo con un aire preocupado.

― ¿Qué es lo que vamos a hacer? ― Cuestionó Ahim.

Kiriko parpadeó. ― Hay que calmarnos, estoy segura que Mako pensará en algo y nos las arreglaremos, de momento no hay que comentar más esto ¿Quedó claro? ― Sugirió.

― Bien ― Concordó la pequeña de rizos negros. ― Veré como siguen las cosas ― Dicho esto, se alejó.

― Kiriko, me preocupa Amy ― Anunció de repente la menor de la familia.

La aludida la miró confundida. Ni siquiera se había dado cuenta que su hiperactiva hermana no estaba. ― ¿Qué le pasó a Amy? ―

― Mako y ella discutieron, al final Amy salió corriendo… Daigo fue tras ella, pero aun así ya sabes lo impulsiva que es ― Le explicó.

― Bien, quédate aquí. Estoy segura que Mako nos llevará de regreso a casa, yo iré a buscar a Amy por los alrededores ― Vociferó, sujetando los hombros de su hermanita para que la mirara a los ojos.

― Muy bien, ten cuidado ―

Kiriko sonrió ligeramente y sobó la cabeza de Kagura antes de salir corriendo de ahí.

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― No más preguntas ― Anunció Mako con voz firme, alejándose de toda esa bola de paparazi. Takeru la tomó de la mano, para ayudarla a salir de ahí. ― Te lo agradezco ― Musitó.

Ambos empezaron a caminar, para encontrarse con el resto de su familia.

― ¿Cuál es el plan ahora? ― Interrogó Takeru.

Right, Kagura, Ahim y Marvelous, esperaban la respuesta de la magnate.

― Volvamos a casa ― Declaró. ― Además, Koyomi y Haruto llegarán ahí ― Explicó, tratando de mantenerse calmada. ― A propósito ¿Dónde está Kiriko? ―

Kagura se estremeció. ― Oh, ella fue a buscar a Shinnosuke, estaban analizando los alrededores ― Explicó. Por ahora, no podía hablarle de Amy.

Mako asintió. ― Bien, los esperaremos un rato. Necesito que regresemos juntos a casa ―

Todos los presentes asintieron.

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PARQUE DE LA CIUDAD

― Gracias por el helado, no tenías que… ― Empezó a decir ella.

― No hay problema ― Le cortó Shinnosuke con una sonrisa.

Ella soltó una risilla. ―De hecho sí hay problema… ― Shinnosuke la miró. ― Acabamos de regresar de una heladería ― Le recordó con diversión.

El detective se sentía algo avergonzado. ― ¡Oh, lo siento! Debí preguntarte antes… ― Musitó.

Amy disfrutaba de su reacción. ― Jajaja descuida ―

Shinnosuke también rio contagiado por ella. ― ¿Segura? Si quieres podemos ir por otra cosa ―

Ella negó. ― Así está bien, te lo prometo ― Le aseguró. El Shiba se sentía más tranquilo. ―… Es como si supieran que el helado logra calmar a las Shiraishi ― Explicó.

Shinnosuke sonrió y comió de su helado. ― Supongo entonces que di en el clavo ―

La chica a su lado asintió, estando de acuerdo. Un silencio reinó entre ellos por unos minutos.

De pronto, Amy sonrió y lamió de su capa de helado de chocolate. ― Sé que no lo parezco… pero soy muy inteligente… soy muy perceptiva ― Empezó a decir después de un rato.

Al escucharla hablar, Shinnosuke, dejó de comer su helado combinado y se limitó a observar a la hermana menor de su compañera.

― Creo que de todas yo soy catalogada como la hermana inmadura e impulsiva ― Dijo la peli negra con un aire depresivo.

Shinnosuke sonrió ligeramente. ― En una familia, todos ocupamos un rol ―

Ella lo miró. ― ¿Cuál ocupas tú? ―

El Shiba aspiró profundo antes de responder. ―Debo admitirlo, soy el tercer mayor después de Takeru, pero… suelo ser bastante impulsivo, me emociono de más, aunque parece que la mayor parte del tiempo soy perezoso, sólo me coloco en ese estado porque me he bloqueado y necesito un respiro ¿Lo entiendes?

Amy sonrió y asintió. ― Fingir que no pasa nada alrededor, es bueno ―

― Con las circunstancias en las que estamos, yo diría que sí ― Musitó Shinnosuke comiendo de su helado. ― Pero no deberías dejar que eso te moleste, tienes una buena vibra ― Agregó señalándola con su helado.

La chica sonrió ampliamente ante aquel cumplido. ― Gracias ― Le dijo. ― King me dijo algo similar hace rato… ― Agregó.

Shinnosuke estaba a punto de terminar su helado. ― ¿King? ― Repitió confundido.

Amy limpió su rostro con aquella servilleta y sonrió de forma incómoda. ― Sí… él me siguió cuando salí corriendo hace rato ― Argumentó. ― Me siento mal, sé que sólo quería ayudar… espero que no se haya perdido ― Musitó preocupada.

― A él le gusta ayudar mucho a las personas, incluso sin importarse él mismo ¿no sé si me entiendas? ― Explicó con la vista hacia ningún punto en específico de aquel parque.

Amy empezó a balancearse en aquel columpio. ― Sí, te entiendo… él me dijo "a veces hay que medir la valentía" ― Recitó.

Shinnosuke sonrió al escuchar eso. ― Es un lema que ha tratado de seguir últimamente… ―

La chica a su lado parecía confundida.

FLASHBACK- HACE ALGUNOS AÑOS

Te ves algo nervioso ― Susurró Shinnosuke. Su nuevo compañero dio un saltito. ― Lo siento, no quería asustarte, Daigo ¿cierto? ―

El chico de largos rizos oscuros asintió repetidas veces. ―… Pero la mayoría me dice King ―

¿King? ―

El aludido se encogió de hombros. ― Los niños de aquella Isla solían llamarme así… de verdad me gusta ―

Entiendo… ― Musitó. Y después agregó. ― Debes extrañarlos mucho ¿No es así? ―

Normalmente no me quedo mucho tiempo en los lugares que visito ― Explicó. Y después de su mochila extrajo un cuaderno y un sobre con varias fotografías y lo que parecían ser cartas. ― Pero siempre conservo mis recuerdos y los llevo conmigo ¿Ves? ―

Es genial ― Le aseguró. ― Supongo que será difícil que te acostumbres a esta nueva vida ―

Lo será, pero oye, a veces es bueno andar con la manada ¿No crees? ―

Shinnosuke sonrió ante aquel entusiasmo. ― Sí, tienes razón ― Luego le tendió la mano. ― Bienvenido a bordo, King ―

El otro chico sonrió aún más, tomó su mano y tiró de él para abrazarlo. Él más alto se confundió por aquella actitud, pero sabía que de alguna forma lo hacía sentir mejor.

Gracias… ―

FIN DEL FLASHBACK

― Sólo confía en sus palabras ¿está bien? ― Le pidió Shinnosuke a Amy, luego de abandonar sus divagaciones.

Amy no quiso hacer más preguntas, así que sólo asintió. ― ¡Está bien! ― Después de esto, la chica se terminó el último bocado de aquel cono. Detuvo el columpio y se puso de pie. ― Lo mejor es que vuelva a la Mansión, no quiero que Mako mande llamar a la policía ― Shinnosuke le dio una mirada de incredulidad. Amy rio.― Bueno, a más policías para buscarme ― Corrigió.

Shinnosuke también se puso de pie. ― Bien, te acompañaré ―

― No te preocupes, a lo mejor Kiriko te necesita, yo estaré bien ― Dijo la chica.

El Shiba entrecerró los ojos. ― Sigues conmocionada, no puedo dejarte ir sola así como así ― Avanzó unos pasos. Y después la miró. ― ¿No vienes? ―

La chica no discutió más. En el fondo agradecía su gesto. Asintió y lo alcanzó para que así ambos pudieran avanzar.

No hubiera sido tan malo tener un hermano mayor como él ― Pensaba Amy con una sonrisa mientras miraba de reojo a su acompañante.

La charla con él de verdad le había servido. Ahora tenía que prepararse mentalmente para lo que le esperaba al llegar a casa.

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― De pronto todo se volvió un alboroto ― Comentó Gou, observando a la gente correr y empujarlos, mientras intentaban pasar.

Chiaki sonrió. ― ¿Vamos a ver? ―Sugirió.

― ¡Te ganaré! ― Exclamó Gou, dándole un empujón a su primo antes de echar carrera.

Chiaki retrocedió. Y cuando por fin cayó en cuenta le gritó. ― ¡Oye, eso es trampa! ― Rápidamente intentó alcanzarlo.

Segundos más tarde, ambos se encontraban en lo que habían definido como la "escena del crimen".

― ¡Eres un tramposo! ― Se quejó Chiaki, llegando segundos detrás de su primo. Respiraba de forma agitada.

Gou sonrió. ― Te estás volviendo lento querido primo ― Le dijo con burla.

Chiaki terminaba de ganar aire. ― Tonto ― Le dijo de vuelta.

Gou no dijo más y se dedicó a observar el lugar donde se había armado todo aquel alboroto. ― Oye, recuerdo este lugar ― Musitó, con la vista perdida en algún punto.

Ya recuperado, Chiaki observaba también. ― Creo que… tienes razón ― Le apoyó.

― ¡El mejor postre de helado de fresas! ― Exclamó el castaño que vestía de blanco.

― ¿Eh? ― Pidió el otro con notoria confusión.

― La heladería a la que solía traernos la tía Kaori con el resto de las chicas ¿Recuerdas? ¡Éramos unos niños de siete años! ― Le explicó, con cierta emoción.

Segundos después de procesar aquella información, los ojos de Chiaki se abrieron como platos. ― ¡Es cierto! ― Exclamó. Sonrió con un aire nostálgico. ― Esos tiempos fueron los mejores ―

Gou asintió con esa misma sonrisa. ― Sí que lo eran ―

―… Pero tal parece que alguien quería destruir este recuerdo ― Añadió Chiaki, acercándose a la multitud para observar mejor. Gou lo siguió, y el primero le señaló aquella cristalería rota, y los casquillos de bala regados en el piso.

Ambos primos, compartieron una mirada de incomprensión y preocupación.

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― ¿Shinnosuke? ¡Vaya! al fin te encuentro ― Comentó Kiriko acercándose a su compañero. ― ¿Qué pasó con estar en contacto? ― Interrogó, alzando su celular.

Por inercia, el hombre sacó el suyo y revisó la pantalla. Quince llamadas perdidas.

― Oh… rayos ― Masculló.

― ¿Dónde diablos estabas? ― Interrogó ella colocando sus manos sobre la cintura.

― Lo siento Kiriko, estaba registrando el área cuando me encontré con Amy ― Explicó él.

― ¿Amy? ― Repitió ella con cierta sorpresa. ― ¿Está contigo? ― Volvió a preguntar, moviendo su cabeza de lado a lado en busca de su hermana menor. ― Mako dijo que ella y Amy discutieron y salió corriendo, apenas iba ir a buscarla ―

Shinnosuke sonrió. ― No te preocupes, sólo tuve una charla con ella y la acompañé a la Mansión, prometió comportarse hasta que llegaran ―

Kiriko dejó salir un suspiro largo. Un suspiro que empezaba a alejar toda preocupación. ― Te… Te lo agradezco de verdad ― Pasó una mano por su cabello tratando de aliviar la tensión. ― Normalmente ella es un tanto infantil y juguetona, pero cuando sale corriendo es porque algo en verdad le molesta ― Argumentó.

― Sólo necesitaba hablar con alguien, estoy seguro que cuando la veas estará más tranquila ― Comentó él con tranquilidad.

― De verdad te lo agradezco ― Dijo ella mirándolo a los ojos. ― Si no la detienes es capaz de comprarse un boleto de avión e irse ―

Shinnosuke alzó una ceja. ― ¿No crees que exageras? ―

― Ella es capaz de cometer muchas locuras cuando está triste o enojada ― Dijo la Shiraishi. ― Cuando vio los afiches de papá estaba empeñada en irse tras él ―

― Pero no saben dónde está ¿O sí? ― Interrogó con cautela.

― Por supuesto que no ― Respondió ella. ― Pero Amy estaba decidida a buscarlo por todo el mundo ― Musitó con la mirada perdida.

― ¿Y qué hay de ti? ― Interrogó el Shiba de pronto. Kiriko lo miró sorprendida. ― ¿Estabas decidida a lo mismo? ―

La mujer tragó duro. ― No estamos hablando de mí ― Debatió apartando la mirada.

― Pero es verdad ― Aseguró él. ― Estás decidida a todo con tal de ir tras tu padre ― Sonrió levemente. ― Lo haces por Amy ¿Verdad? ― Inquirió un tanto enternecido.

Kiriko se dio cuenta que era inútil mentir o tratar de escapar de la situación. ― Yo sólo quiero lo mejor para mis hermanas ― Dijo por lo bajo. Parpadeó un par de veces. ― Mejor volvamos con los demás ― Se excusó para caminar de regreso a la zona de desastre.

Shinnosuke se quedó atrás. Aspiró profundo sin dejar de observarla alejarse. ― Kiriko… ― Musitó para sí. Pensando cuánto tiempo más le llevaría para lograr que ella fuera más abierta con sus emociones con él.

― ¡Shinnosuke! ―

Al oír su nombre el chico volteó en dirección a quien venía. ― ¿King? ¿También huiste? ― Cuestionó mirando como el muchacho se empinaba para tomar bocanadas de aire debido a su carrera.

― ¿Viste a Amy? ― Interrogó ignorando su pregunta. Y tratando de ganar aire.

― Oh, sí… justo le dije a Kiriko que me topé con ella ―

― ¿Dónde está? Intenté alcanzarla pero es muy rápida ― Pidió saber con cierta desesperación.

Shinnosuke se sentía extrañado por la actitud de su amigo. ― Está en su Mansión… ¡espera! ¡King! ¿Qué vas hacer? ― Le gritó. Pues después de darle el paradero, el chico de cabello rizado se echó a correr por el camino de donde vino. ― Ese niño ― Musitó con un gesto cansado. Negó y decidió apresurarse para alcanzar a su compañera.

Ya era tiempo de volver a casa.

Y pisar de una buena vez la realidad.

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LOS ÁNGELES

― ¿Sosuke? ― Le llamó una voz femenina. El joven hombre volteó en dirección a la mujer que había llegado por detrás. ― ¿Qué haces? ―

― Oh, Miu… lo siento ¿te desperté? ―

Ella negó y terminó de llegar a él. Apretó más su bata de dormir contra sí. ― No, bajé por un vaso de agua y vi la luz encendida ― Buscó su mirada. ― ¿Estás bien? ―

Sosuke alejó sus manos del teclado de aquella laptop. ― Sí, lo estoy… sólo que… ―

― ¿Qué cosa? ―

― Sigo siendo bastante torpe con estas cosas ― Comentó señalando el aparato tecnológico.

La chica alzó una ceja. ― Speedor utiliza un comando computarizado, no creo que esto sea más difícil ―

El pelirrojo rascó su nuca.― Bueno yo… ―

Ella sonrió y se sentó encima del escritorio para poder observar mejor al chico. ― Sigues buscando a Kaoru ¿No es así? ― Comentó, sabiendo que había adivinado la situación.

Sosuke suspiró derrotado. ― Así es… Lo siento ―

Ella tomó las manos de él entre las suyas. ― No te disculpes ― Dijo. ― Sé lo importante que es para ti poder encontrarla ―

― Es una cuenta que tengo que saldar ― Contestó él con un tono algo apenado.

― Lo sé ― Le sonrió, mientras frotaba sus manos. ― Sabes que te apoyo en eso ¿No? ―

El pelirrojo sonrió aún más. ― Incluso con mi pasado, no te alejaste ¿Por qué…? ―

― Si bien me sorprendí cuando supe tu verdadero "oficio", no me alejé porque ya te quería ―Sobó sus manos nuevamente. ― Además, no piloteé un Jet por que sí ¿Recuerdas? ― Agregó divertida.

Sosuke besó las manos de ella, y la miró. ― Eres la mejor ―

― Tú lo eres ― Comentó ella. ― Takeru te dio la oportunidad y la aceptaste para cambiar y… aquí estamos ―

― Tienes razón ― Concordó él.

Miu suspiró. ― Takeru es como un hermano, debemos hacer lo que esté a nuestro alcance para ayudarlo ― Sugirió.

― Me gusta esa idea ― Dijo él con una gran sonrisa.

La chica deshizo el enlace de manos y de un salto se alejó del escritorio, para posicionarse de manera que sus manos quedaran apoyadas en sus mejillas y sus codos sobre el escritorio. ― ¿Y bien? ¿Has encontrado algo? ― Interrogó mirando el ordenador.

Sosuke soltó una risita. ― Nada concreto aún. Sabes que después de una carrera trato de hacer publicidad discreta ― Explicó mientras abría su lista de correos electrónicos. ― Ojalá Hiroto estuviera aquí ― Musitó, sintiéndose frustrado.

― Ani también trata de hacer lo suyo, estoy segura que llamará en cuanto tenga información ― Le calmó la chica castaña. ― Lo mejor ahora es que intentes descansar. Mañana temprano tendremos que volar a Japón ―

― Cierto… lo mejor ahora es descansar y ver a Mako para contarle nuestros planes ―

Miu asintió con una enorme sonrisa.

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MANSIÓN SHIRAISHI

― ¿Amy? ¿Estabas aquí? ¡Gracias al cielo! ― Exclamó la hermana mayor de todas, acercándose a la susodicha. Planeaba abrazarla, pero los acontecimientos anteriores se lo impidieron.

Ambas se miraron entre sí de forma incómoda.

Después de reunirse con Shinnosuke y Kiriko, ambas familias regresaron a la mansión de ellas, donde Haruto y Koyomi justamente acababan de llegar también. Mako esperaba que los reporteros no hicieran demasiado alboroto para mañana y que los policías no hicieran por buscar más "pistas". Este era un asunto, que confiaba poder resolver por su cuenta.

La menor se sobó el brazo con nervios. ― Sí, Shinnosuke hizo favor de acompañarme ― Explicó tranquila, dándole una mirada rápida al Shiba mencionado.

Mako la observó de arriba abajo. ―Lo importante es que estás bien ― Le dijo.

Amy suspiró. ― Iré a darme una ducha ― Avisó, sintiendo que no podía soportar la mirada de su hermana mayor. Deseaba con todas sus fuerzas escapar de ahí.

La mayor asintió. ― Sólo date prisa, hay algo que quiero decir ¿De acuerdo? ―

La de largo cabello negro asintió y se alejó rápidamente por aquellas escaleras.

Mako la observaba alejarse. Resopló con pesadez y después se volvió al resto. ―… Dentro de lo que cabe, todos estamos bien ― Agregó.

― Por poco… ― Corrigió Marvelous desde el otro lado de la enorme sala. Takeru no tardó en reprenderlo con la mirada.

― Él tiene razón ― Habló Mako antes que nadie.

Todos se volvieron a la hermana mayor Shiraishi.

Las miradas de todos sobre ella la animaron a continuar con sus palabras. ―Por poco libramos esta situación ― Empezó a decir, conforme apretaba aquella carta dentro del bolsillo de su pantalón. Quizás aún no era momento de admitirlo de forma abierta con el resto de sus hermanas, mucho menos con el resto de los Shiba. Ya encontraría el momento de contar todo eso. ― Todo esto ha sido planeado, por tanto de ahora en adelante debemos ser más cuidadosas ― Comentó, mirando a sus hermanas menores.

Éstas se miraron asustadas entre sí.

― ¿Y qué pasa con nosotros? ― Se apresuró a cuestionar Haruto.

La castaña miró a cada uno de los Shiba que estaban en su casa. ―… Lo mejor es que se vayan ― Susurró. Como si no hubiera querido decirlo, pero tenía que hacerlo.

Al oír aquella sentencia. El rostro de todos decayó.

Sin que los demás se dieran cuenta, Daigo abandonó aquella mansión.

Aún tenía un asunto pendiente que atender.

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RESIDENCIA YAMAKI

¡Vaya! Será mejor que me tome un descanso ― Pensaba Ren con una sonrisa marcada en sus labios; al mismo tiempo que depositaba un periódico en su mesa de centro.

En letras grandes se podía leer.

"ATENTADO CONTRA HEREDERAS SHIRAISHI"

Encendió su televisor. Y las cintillas de las noticias decían lo mismo.

― ¡Hey Ren! ¿Estás aquí? ― Se escuchó una voz tras la puerta.

El aludido sonrió y gritó. ― ¡Pasa! ―

El desconocido hombre ingresó. ― ¿En qué problemas te metiste ahora que me has llamado? ― Interrogó con nervios.

Con esa misma sonrisa descarada. Ren le pasó el periódico.

― ¿Qué diablos hiciste? ― Cuestionó el recién llegado con asombro.

El Yamaki se encogió de hombros. ― No fui yo ― Declaró.

El sujeto entrecerró los ojos. ― ¿Entonces…? ―Pidió sin poder creerle completamente.

Ren fue a la cocina y tomó una botella de agua del refrigerador. ―Creo que los mafiosos están cazando a mis cuñaditas y a mi futura esposa ―

Algo temeroso, el otro preguntó. ― ¿Para qué me llamaste entonces? ―

― El tarado de Chiaki se enterará de esto y no tardará en buscarme ― Explicó, después de beber un poco de aquella botella.

― ¿Y eso te preocupa? ―

― No tanto él ― Corrigió. ― Pero no quiero ser carne de hamburguesa para la mafia, eso es algo en lo que no estoy dispuesto a meterme ― Argumentó. Le dio su botella de agua y le sonrió. ― Necesito salir de aquí, al menos un rato y tú eres el indicado para ayudarme ― Se encaminó hacia un mueble, y de un cajón extrajo un sobre.

El otro dudó. ―Lo haré, claro, pero me cubrirás ¿no es así? ―

Ren le guiñó el ojo antes de pasarle aquel sobre amarillo.― Dalo por hecho ―

Los ojos del otro hombre brillaron al ver aquella cantidad de billetes.

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MANSIÓN SHIRAISHI

Amy salía de una reparadora ducha. Estaba enredada en su bata de baño, y caminaba hacia su closet mientras se secaba el cabello con una toalla.

― ¡Vaya! Pero qué día ― Musitó para sí con cierto cansancio. Tomó su pijama, pero antes de siquiera pensar en ponérsela, se dejó caer de espaldas sobre su cama. Cerró los ojos por unos momentos. En verdad necesitaba relajarse. Meditar la situación consigo misma. Necesitaba poder olvidar todo lo ocurrido aquella tarde.

― ¡Mou! ¿Qué se supone que debo hacer? ― Se preguntó, mientras formaba un mohín y se cubría la cara con la misma toalla mojada.

Segundos más tarde, un golpeteo en su ventana llamó su atención, logrando que abandonara sus pensamientos. Intentó ignorar el ruido. Pero un nuevo golpeteo hizo que se quitara la toalla de la cara, en un intento por saber si había escuchado bien. Esperó, hasta que el tercer golpeteo se hizo presente.

― ¡Qué rayos! ―

Harta, decidió ponerse de pie y quitar esa cortina para supervisar lo que pasaba afuera. Con fuerza corrió la cortina de color rosa, revelando a alguien en su ventana. Sus ojos se ampliaron por la sorpresa.

― ¿King? ― Metió un mechó de cabello tras su oreja. Y se apresuró a abrir la ventana.

― ¡Hola Amy! Gracias por abrirme ― Saludó él haciendo su signo de paz.

― ¿Qué estás haciendo aquí? ― Interrogó ella ignorando su saludo.

― ¡Ay! ― Exclamó Daigo intentando mantener el equilibrio de la enramada sobre la que estaba parado. ― Jejeje Sólo pasaba a ver si estabas bien ― Explicó con naturalidad. ― Te veías muy molesta y triste hace rato ―

Amy se ajustó su rosada bata de baño, pues el frío se colaba por su ventana. ― Lamento lo que pasó King, de seguro te hice perder tu tiempo ― Comentó desanimada.

El chico Shiba negó al instante. ― Para nada. Bueno, me hiciste correr como loco… pero eso es lo de menos ―Añadió en tono divertido.

Amy lo miró. ― ¿De verdad me buscaste? ― Interrogó vacilante.

― ¡Pero claro! ― Exclamó él. ― Quedé muy preocupado por ti ― Esa última frase los hizo sonrojar a ambos. ― Quiero decir, tus hermanas estaban preocupadas también y yo… ― Detuvo su absurda excusa, al escucharla reír, eso de alguna forma lo hizo sentirse feliz, así que sonrió. ― Ya no importa ― Musitó apenado.

La peli negra detuvo su risa. ― Te lo agradezco King… enserio ― Le dijo ya más tranquila. ― Si no me castigan de por vida, prometo volver a invitarte a esa heladería ― Sugirió sonriente.

Él sonrió de la misma manera. ― Eso en verdad me gustaría Amy ―

Ambos se sonrieron. Provocando un silencio que empezaba resultar incómodo, pues ligeramente sus mejillas se tornaban de color rojizo.

― ¡Amy! ― Llamó una voz tras la puerta.

― ¡Rayos! ― Exclamó la aludida y de forma veloz tomó la ventana.

― Ow, Amy, espera ¿qué vas a hacer? ¿Amy? ― Pidió Daigo de forma atropellada.

Pero fue tarde, la chica cerró la ventana y los dedos de él fueron aplastados, haciendo que pegara un grito de dolor y que a muy duras penas lograra sujetarse de la enramada.

Al sentir el dolor de él y su grito. Amy se encogió mientras formaba una mueca de dolor.

― Amy ¿qué fue eso? ―

La chica rápidamente corrió la cortina y se apresuró a abrir la puerta. ― Ya, ya Koyomi ¿cuál es el escandalo? ― Cuestionó, tratando de permanecer tranquila.

Koyomi ingresó a la habitación de su hermana. ― Escuché un ruido en verdad extraño ― Musitó empezando a avanzar. ― Estoy segura de que hablabas con alguien ― Sentenció mirándola.

― Creo que alucinas querida hermana ― Respondió la mayor con una sonrisa nerviosa. ― Es más ¿para qué me buscabas? ―

― Oh, es cierto ― Se dijo la otra. ― Mako quiere que bajes, tiene algo importante que decirnos a todas ―

La chica bajó la mirada. ― Bien, sólo me pondré la pijama y enseguida bajo ―

Koyomi asintió, estaba por retirarse cuando un fuerte ruido, seguido de un grito las alertó a ambas.

― ¡Diablos! ― Masculló Amy, corriendo hacia la ventana.

― ¿Qué fue eso? ― Interrogó Koyomi corriendo a la par de su hermana.

― ¡King! ¿Estás bien? ― Gritó Amy asomándose por la ventana. Sólo pudo percatarse que el chico Shiba inútilmente trataba de incorporarse. ― ¡Resiste King! ― La chica corrió y se puso sus pantalones de pijama y una camiseta. Se deshizo de su bata de baño y regresó a la ventana.

― Amy, ¿qué vas a hacer? ― Interrogó temerosa su hermana. ― Hay una puerta detrás de ti ¡No lo hagas! ― Le advirtió.

Pero la mayor no le hizo caso en lo absoluto. Se posicionó en el marco de la ventana y dio un salto para sostenerse de la rama más cercana.

― ¡Amy! ― Exclamó Koyomi sacando su cabeza por la ventana.

― Está genial, está genial ― Susurró la aludida, en un intento por calmar a su hermanita. Dio un par de respiraciones, antes de balancearse para llegar a la siguiente rama. Cada vez que hacía eso, Koyomi sentía que le faltaba la respiración. Finalmente Amy, hizo una voltereta hacia atrás para caer perfectamente sobre sus pies.

Koyomi rodó los ojos. ― Presumida ― Musitó para sí. Luego, salió corriendo de la habitación. Llegó finalmente a la planta baja, donde el resto de las dos familias se encontraban.

― ¿Qué sucede Koyomi? ― Interrogó Mako con preocupación al ver a su hermana agitada.

― ¡Afuera, es King! ― Respondió la pequeña peli negra.

― ¿Eh? ― De inmediato, Haruto salió corriendo para seguir a Koyomi hacia el jardín trasero de la casa.

Mako le dio una mirada de incredulidad a Takeru, el cual sólo pudo encogerse de hombros.

Ese mocoso ― Pensó el Líder Shiba.

Pero al final todos terminaron corriendo hacia el lugar de los hechos.

― ¡King! ¿Te encuentras bien? ― Pidió Amy ayudando al aludido a incorporarse.

― Ay, Ay… ¡Duele! ― Exclamó el chico.

Amy metió un mechón de cabello tras su oreja. Y con sus manos sostuvo al chico por los hombros. ― Sólo resiste, ¿Ok? ―

― ¡King! ― Exclamó Haruto corriendo hacia él. Segundos después se le unió Right para ayudarlo a levantarlo.

― ¿Qué pasó con tus habilidades niño de la selva? ― Cuestionó Marvelous con una media sonrisa.

Con dificultad, logró permanecer de pie. Amy lo sostenía del lado izquierdo, mientras que Haruto y Right lo hacían del lado derecho.

― Ti-Tienes suerte de que no te- tengo nada inteligente para decir ¡Auch! ― Respondió de forma entrecortada, haciendo un montón de gestos, debido al dolor.

Takeru finalmente apareció a escena. ― ¿Qué se supone que hacías? ― Cuestionó cruzándose de brazos, a la espera de su respuesta.

― Fue mi culpa ― Anunció Amy, en un intento por salvar a su amigo.

― ¿Qué? ― Exclamó Mako.

La chica se sentía encoger. Ya bastantes problemas tenía con su hermana mayor y ahora sucedía esto. En verdad que este día sólo empeoraba cada vez más.

― Bueno yo… ― Empezó a decir.

Daigo sonrió ligeramente, no la dejaría hundirse de esa manera. ― En verdad, ha sido mi culpa ― Interrumpió. Todas las miradas se postraron en él. ―… Yo vine a ver a Amy, pero supongo que la próxima vez usaré la puerta ― Explicó de forma torpe.

― Sí, definitivamente esto te quedará de lección para la próxima vez cabeza de chorlito ― Sentenció Takeru, dándole un ligero coscorrón.

El chico emitió un quejido en respuesta.

― Por favor Mako, ¿podemos llevarlo adentro? ― Pidió Amy con una mirada suplicante.

La mayor resopló. ― Háganlo, no quiero tener más sorpresas por hoy ―

Amy asintió. ― Vamos ―

Junto a Right y Haruto guiaron a King hasta la sala de la mansión. Y lo recostaron en el enorme sofá, para que la Shiraishi pudiera hacerse cargo de sus heridas.

FLASHBACK

¡Auch, Auch! ¡Nee-san, eso duele! ― Exclamó el chico de cabello castaño claro.

Mako ofreció más fuerza en los toques de algodón humedecidos con alcohol. ― Bien, esa es señal de que te recuperarás ― Comentó con ironía.

¿Estás molesta? ― Interrogó el joven con cautela.

Sólo no te metas en más problemas ¿quieres? ― Pidió. Se alejó para poder guardar los utensilios de curación. Y así tomar un curita que cubriera la herida recién limpiada. ―… Suficiente tengo con que la tía Sumiko y el tío Kurando me odien ― Musitó mientras le colocaba la tira de pegamento sobre la piel herida.

El ánimo del chico decayó. ― No te odian, no digas eso Nee-san ―

Mako aspiró profundo. ― Sí lo hacen ― Aseguró. Sin despegar su atención de la herida. ― Ya no somos nada para ellos ― Finalizó con la voz ahogada.

Antes de que pudiera alejar sus manos. El castaño, las tomó entre las suyas. Ella lo miró al borde de las lágrimas. ― Para mí… lo son todo ―

La chica sonrió. Antes de que él tirara de ella para abrazarla con fuerza.

Gracias, Chiaki… ―Le musitó en su hombro, dejando que sus lágrimas cayeran.

FIN DEL FLASHBACK

― ¿Todo en orden? ― Interrogó Takeru colocándose a lado de Mako. El resto ya había ingresado a la Mansión, pero por alguna razón ella no se movió de su lugar.

La mayor Shiraishi parpadeó un par de veces antes de procesar aquella preguntar. ― Sí… ― Respondió en un susurro. ― Sólo pensaba ―

Takeru arqueó una ceja. ― ¿En la mafia? ― Trató de adivinar.

Ella aspiró profundo. ― En lo que ocurrirá con mi familia ― Contestó. ― Por más que traté de huir, al final todo el mal nos está alcanzado ― Mordió su mejilla por dentro antes de mirarlo. ― ¿Alguna vez te han dado la espalda? ― Interrogó de pronto.

El Shiba se sorprendió ante aquella pregunta. ―… Una vez… sí ― Susurró con cierta nostalgia.

― Mis tíos lo hicieron también ― Jugueteó con sus manos. ―… Siempre nos consideraron una amenaza y terminaron alejándose ―

― Yo… lamento eso ―

Ella sonrió débilmente. ― La familia siempre lo será todo ― Pronunció. ― Mi padre siempre decía eso… y ahora es cuando más me lo repito ¿sabes? Creo que es lo único bueno que me dejó de aprendizaje ―

Takeru se acercó y le tocó el hombro. ― Entonces aprendiste lo necesario ― Le dijo.

La sonrisa de ella se ensanchó y asintió. ― Gracias ―

― Volvamos a dentro ―

No dijeron nada más, e ingresaron a la enorme casa.

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LUGAR DESCONOCIDO

― ¿El mensaje fue recibido? ― Interrogó una voz masculina tras las sombras.

Los tres tiradores de la heladería asintieron. ― ¡Mensaje recibido Señor! ―

El hombre tras el escritorio sonrió. ― Perfecto… ― Giró su silla, para quedar frente a su trío de "ayudantes". ― Hay demasiadas piezas para jugar ― Después sacó una carpeta de su cajón y de la misma extrajo diversas fotografías de las Shiraishi y de los Shiba. ―… Hay demasiados puntos para atacar ― Finalizó con una sonora carcajada.

Incómodos, los secuaces sólo se limitaron a observar.

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MANSIÓN SHIRAISHI

Right y Haruto recostaron a Daigo en aquel largo sofá. Mientras tanto Amy, corrió por el botiquín. No tardó demasiado y empezó a tratar las heridas del chico.

El silencio era bastante incómodo en aquella sala.

Momentos después, Mako retomó la palabra. ―… Como estaba diciendo, es tiempo de que cada uno siga su camino ― Anunció llamando la atención de todos. ― Shiraishi aquí… y Shiba… a donde sea que quieran ir, sólo deben alejarse ― Declaró con un semblante serio.

Parecía que nadie iba a decir nada, hasta que el líder Shiba avanzó un paso frente a la castaña.

― Siento diferir contigo, pero me temo que eso no será posible ― Anunció Takeru con tranquilidad.

Todos en la sala lo miraron con expresión sorprendida.

El mayor Shiba, ya tenía una idea del peligro al que se estaban metiendo, sumándole al loco de Ren, jamás pensaría en dejarlas solas.

Mako entrecerró los ojos. ― ¿Qué dijiste? ―

Takeru metió sus manos a sus bolsillos del pantalón y avanzó más hasta la mayor Shiraishi. ― Lo que oíste. No nos vamos a alejar ―

Mako se giró por completo hacia él. ― No les pregunté, les estoy diciendo que lo harán ―

El Shiba sonrió de lado. ― No me das órdenes ―

La castaña lo observaba con escepticismo. ― ¿Acaso estás loco? Viste lo que sucedió, lo mejor es separarnos para no correr más riesgo ―

― Pues si no lo notaste, esto ya no es una cacería de hermanitas Shiraishi ― Declaró. ― Ahora nosotros vamos en el paquete ― Señaló.

― Él tiene razón Mako ― Intervino Shinnosuke. La castaña lo miró. ― Si nos mantenemos unidos, podremos dar pelea ―

Amy tragó duro y habló. ―… De querernos sólo a nosotras, no nos hubieran atacado hoy ― Expuso, sin dejar de sobar las heridas de Daigo. ― Queramos o no, los doce jugamos en este juego ― Concluyó mirando a la mayor.

Mako bajó la mirada, analizando la situación.

FLASHBACK

Tío Kurando… ― Musitó Mako un tanto sorprendida, retrocediendo ligeramente.

El hombre le dio una mirada sombría. ― ¿Qué haces aquí? ―

Vine… Vine a ver a Chiaki ― Respondió un tanto temerosa.

¿No han ido demasiado lejos ya? ― Se apresuró el adulto a interrogar.

¡No fue mi culpa lo que pasó! ― Se defendió ella al borde de las lágrimas.

Kurando se acercó a la joven. ― Sí, sí que lo fue… Chiaki fue atrapado con esa extraña mercancía, de seguro bajo tus órdenes ―

Mako negó repetidas veces. ― ¡No fue así! ― Exclamó. ― ¡Es mi primo! ¿Por qué lo dañaría de esa manera? ―

Será mejor que no regreses Mako ― Le dijo, planeando darle la espalda.

La joven apretó sus puños. ― ¿Por qué nos odian? Se supone que somos familia ―

Kurando le dio la espalda por completo. ― Dejamos de serlo… hace mucho tiempo ―

La castaña bajó la mirada. ― ¿Qué sucederá con Gou? ―

Será enviado a América, lejos de ustedes ― Respondió, antes de avanzar lejos de la chiquilla.

Mako observó las flores que traía en las manos, y con un gesto cansado caminó hacia un bote de basura y se deshizo de ellas. Se limpió las lágrimas y abandonó aquel edificio. ― Perdónenme Chiaki… Gou ― Susurró.

FIN DEL FLASHBACK

― ¿Mako…? ―

La mayor estaba tan sumida en sus recuerdos que no se dio cuenta de que sus hermanas le llamaban. Rápidamente se deshizo de una lágrima que amenazaba con salir. Se volvió al resto, tratando de actuar con naturalidad.

― Todos los que intentan ayudarnos terminan dañados y se alejan… ¿Por qué con ustedes será diferente? ― Cuestionó observando a los Shiba con una expresión seria.

"¿Por qué con ustedes será diferente?"

No lo sería.

No sería diferente con ellos.

Y los Shiba lo sabían.

Ellos iban a hacer, lo que la Shiraishi mayor trataba de evitar.

Las iban a dañar y después se alejarían.

Las dejarían solas.

Las harían sufrir.

Las hermanas, empezaban a preocuparse por el silencio de ellos. ¿De verdad no estaban dispuestos a acompañarlas?

Kiriko se cruzó de brazos y se alejó ligeramente de Shinnosuke.

Instintivamente, Kagura y Koyomi se tomaron de las manos, y avanzaron hacia Mako. Para tener una mejor perspectiva de los chicos.

Amy dejó de darle toquecitos a la herida de Daigo. Y su mirada se perdió en el vacío.

Finalmente, Ahim concordó con sus hermanas y sobándose el brazo, se colocó junto a ellas.

Al ver aquellas reacciones por parte de sus hermanas, y el hecho de que ellos seguían sin decir nada; le hizo ver la verdad.

Mako sonrió de lado. ― ¿Lo ven? ― Interrogó. ― Esto no tiene sentido; ustedes tienen su propia vida… sus propios asuntos ― Comentó mientras los señalaba. ― Además, éstos son nuestros propios problemas de familia… lo mejor es que todo termine hasta aquí ― Concluyó la mayor.

Daigo observaba la mirada triste y vacía de Amy.

Nunca había sentido un hueco tan grande en su corazón. Era como si lo hubieran golpeado muy duro en el estómago.

Si tomaban la oportunidad ahora, ya no habría vuelta atrás. Él podría ser libre y correr tras Mikoto. Pero ahora que lo veía, esa parte de su corazón ya no le importaba demasiado.

Amy sonrió de lado y se volvió a él. ― Mako tiene razón… ―

― Amy… ― Musito él sin poder creerle.

Ella se puso de pie. ― Mírate cómo has quedado ― Le dijo. Luego se volvió a los demás. ― Hoy fuimos nosotros, y no sabemos qué ocurrirá mañana ― Tragó duro. ― Lo mejor es terminarlo, ustedes no tienen que llevar esta carga, además nosotras estaremos bien… ―

― ¿Por qué no dices lo que en verdad sientes? ― Le gritó Daigo, quien con dificultad se sentó en aquel sofá.

― ¡King! ― De inmediato, Haruto y Shinnosuke se acercaron a él para ayudarlo a incorporarse.

Amy lo observó sorprendida. ― ¿Qué? ― Cuestionó sin comprender. ― Pero yo sólo intento ser… sólo intento aterrizar este avión ― Se defendió, sin entender realmente el exalto de él.

¿Aterrizar el avión?

Daigo en verdad se sentía muy molesto con aquella situación. ¿Cómo se iba a rendir así de fácil? Él no quería dejarla ir, y ella actuaba como si nada. Lo tenía claro ahora, no iba a retroceder, y si eso implicaba que al final ella se molestara con él, no le importaba siempre y cuando pudieran estar juntos un tiempo más.

Ahora Kiriko y Mako estaban igual de confundidas por la actitud de su hermana menor. Amy, era la chica que nunca "aterrizaría el avión" más bien, ella preferiría pilotearlo hasta el final. Algo andaba mal con ella. Y tristemente Mako sabía que era por su culpa.

Con la ayuda de Haruto y Shinnosuke, Daigo se puso de pie y quedó frente a la chica de largo cabello oscuro. ― Sabes que esa no es la verdad ― Insistió él. ― Sé que tengo poco de conocerte, pero aún así sé que jamás dirías algo como eso ― Argumentó. ― Eres la chica más valiente que he conocido, no intentes convencerme con esas palabras que no te las creo Amy ―

―King… ― Musitó ella enternecida por las palabras.

Marvelous bostezó de forma sonora, captando la atención del resto. ― El niño de la selva tiene razón… ― Empezó a decir. ― No sé ustedes, pero no me voy a bajar de este avión ― Finalizó encogiéndose de hombros.

Ahim sonrió ampliamente ante las palabras de su "guardaespaldas".

Right también sonrió y dio un paso al frente. ― Bueno, si resultamos heridos, ustedes son buenas enfermeras, eso es de gran ayuda ¿No creen? ― Bromeó, antes de caminar hacia Kagura y extendió su mano hacia ella. ― Yo también me quedo ―

Kagura sonrió y tomó la mano de él. ― Gracias… ― Le musitó por lo bajo.

Ambos sentían sus mejillas colorearse de rojo.

Koyomi observaba enternecida, la escena que protagonizaba la hermana menor de la familia.

― Yo también acepto el viaje ―

La chica se sorprendió al escuchar eso. Se giró, Haruto estaba parado tras ella con una sonrisa divertida. ― Haruto… ― Musitó.

Él se encogió de hombros. ― Hace mucho que no tengo una verdadera aventura ― Argumentó. ― Y prometí acompañarte ¿Recuerdas? ―

Instintivamente, Koyomi observó su anillo y sonrió de forma amplia. ― Tienes razón ― Respondió alzando la vista para conectarla con la de él.

Ambos se sonrieron.

Kiriko suspiró. Sus hermanas eran muy fáciles de persuadir, y eso en gran parte le resultaba molesto. Le gustaría poder sentir esa confianza, esa facilidad en las palabras para poder decir lo que siente, al igual que ellas. Pero Kiriko ha sufrido suficiente. Sabía que dejar a los Shiba quedarse era una mala idea, y Shinnosuke… bueno, para ella, él ya era un caso aparte.

― Iré por un vaso de jugo ― Excusó en un ligero murmullo.

Mako la miró de reojo. Ella comprendía la situación por la que atravesaba.

― ¡Oye! ―

Ante aquella exclamación, Kiriko se detuvo en su lugar.

― Aún no me has escuchado sobre si estoy de acuerdo con esto ― Habló Shinnosuke, desde el otro lado de la sala.

Sus primos lo miraron. Shinnosuke fue uno de los primeros en caer ante ellas, así que era más que obvio que él no dejaría las cosas así como así.

― ¿Por qué tendría que escucharte? ― Cuestionó, mirándolo de lado. ― Mis hermanas están ahí… son a ellas a las que tienen que convencer ¿No es así? ― Inquirió con cierto enfado.

Shinnosuke metió una mano a su bolsillo y caminó hacia ella. Kiriko no se movió, y alzó la cara. Después de todo, la diferencia de altura era bastante considerable. Ambos tenían su pequeña pelea de miradas. Y el resto de ambas familias observaban atentos.

― No se trata sólo de convencer Kiriko ― Habló él finalmente. ― Se trata de que nos tengamos confianza… de que los doce nos volvamos un equipo… una familia ― Explicó, buscando la mirada de su actual compañera.

Kiriko entrecerró los ojos. ― Si fuese así… ¿Por qué se demoraron tanto en responder? ― Contraatacó. Shinnosuke bajó la mirada. Y ella lo observó convenciéndose más de que la situación era un error. ― Sí… exactamente así ― Agregó.

La joven detective, planeaba seguir su camino, pero la voz de él nuevamente la detuvo. ― ¿Por qué eres tan obstinada? ―

― Oh no… No lo dijo ― Musitó Haruto con miedo.

― Sip, lo dijo ― Aseguró Marvelous, esperando ver a Shinnosuke volar por los aires.

Las hermanas Shiraishi mantenían su boca abierta con sorpresa. En realidad también esperaban una reacción agresiva por parte de su hermana.

― ¿Qué intentas decir? ― Cuestionó Kiriko, buscando paciencia dentro de sí, para no cometer un asesinato.

Shinnosuke pasó saliva sonorosamente. ―… Confiaste en mí la primera vez para detener a esa bola de criminales, lo volviste a hacer cuando rescatamos a esos niños del vagón del tren ― Empezó a enumerar de forma lenta.

― No puedo creer que Kiriko lo esté escuchando ― Le mustió Amy a Daigo.

Daigo sonrió y asintió con diversión, estando de acuerdo con su amiga.

Ella no respondía, así que Shinnosuke prosiguió. ― Confiaste en mí para esa misión en la que resultamos victoriosos… y en todo este tiempo yo he confiado en ti ¿No te parece suficiente eso, Kiriko? ―

― Bueno yo… ― Ahora, ella se había quedado sin palabras.

Shinnosuke sonrió. ― Le prometí al Señor Cinturón que no te dejaría y es algo… ―

― ¡Shh! ― Le calló ella.

― ¿El Señor qué? ― Cuestionó Mako desde el otro lado.

Kiriko se giró nerviosamente a su hermana mayor. ― ¡Nada Mako! ― Respondió. ― Este tonto ya no sabe ni lo que dice ― Excusó.

― ¡Hey! ― Debatió él.

― Ok ya, confío en ti ― Resolvió ella rodeando su antebrazo y sonriendo. ― Seamos un equipo como tu sugieres ―

Shinnosuke se encontraba perdido en el tema. ― Bien… gracias ―

Todos empezaron a reír ante aquella escena.

― Bien, supongo que no hay nada más que decir ― Comentó Takeru, rompiendo aquellas risas. Se volvió a Mako. ― Seguiremos aquí… como un equipo, hasta que todo termine ―

La mayor de las herederas Shiraishi, se sentía en verdad conmovida y complacida con el coraje que habían mostrado aquellos hombres. Quizás un poco de ayuda no vendría mal.

― Está bien ― Aceptó finalmente. Prometiéndose a sí misma que no sucedería lo mismo que pasó con sus primos Chiaki y Gou.

FLASHBACK

Lo siento por llamarte a esta hora Gou… pero sabes que yo…―

Lo sé ― Respondió el chico desde la otra línea. ― Además sólo son las dos de la mañana, no te preocupes por eso ― Explicó, tratando de ahogar un bostezo. ― ¿Mako? ― Interrogó, luego de escuchar un sollozo por parte de su prima.

Lo siento tanto, por mi culpa estás ahí… y ahora Chiaki… ― Intentó explicar la mayor.

Sabes que nosotros nos metimos en esto, Chiaki también lo sabía y se jugó el todo o nada… pero todo salió al revés― Intervino Gou, sintiéndose más despierto. ― Escucha, no quería decirte esto, pero mereces saberlo… ―

El semblante de Mako cambió. Observó la puerta de su habitación, deseando que nadie estuviera escuchando, así que optó por hablar más bajo. ― ¿De qué hablas Gou? ―

A Chiaki le tendieron una trampa ― Respondió su primo. ― No sé cómo… pero algo más sucedió y fue atrapado ―

Mako estaba en verdad sorprendida por aquella declaración. ― ¿Por qué no me dijo nada? ― Cuestionó. ― ¡Espera! Entonces eso significa que él es inocente ¿No es así? ―

Bueno… eso es cierto, pero… ―

¡Entonces hay que decirle el juez y sacarlo de ahí!―

Gou resopló. ― Sabes que un acto bueno no lo salvará de todo… Sólo déjalo así Mako, Chiaki lo ha pedido de esa manera… él resistirá, confía en él ―

El ánimo de Mako volvió a decaer. ― Está bien… ― Musitó.

FIN DEL FLASHBACK

Ésta vez, Mako se aseguraría de que las cosas fueran diferentes.

Takeru sonrió complacido. ― Muy bien, creo que es tiempo de irnos ― Anunció. Todos los miraron.― Han sido demasiadas sorpresas por hoy, lo mejor es que todos descansemos ―

Mako asintió estando de acuerdo. ― Me parece bien ― Se volvió a todos los Shiba. ― De verdad les agradezco su ayuda el día de hoy, lo digo enserio ― Confesó, sonriéndoles e inclinando su cabeza ligeramente.

Algo impresionados, los chicos imitaron su gesto.

De ahora en adelante, sus destinos se habían entrelazado. Las circunstancias los habían obligado a crear lazos y así se mantendrían por el resto de la aventura.

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LUGAR DEL ACCIDENTE

― Estás pensando demasiado las cosas ― Dijo Gou con un gesto cansado. ― Estoy seguro de que Ren no lo hizo, no es tan inteligente ―

Ya era de noche. Y los dos primos decidieron regresar a observar mejor la escena del crimen.

― Puede ser… ― Musitó Chiaki. Se agachó y tocó el suelo. ― Esto fue planeado, muy bien planeado ― Explicó. ― Pero hay algo que no me cuadra ―

Gou se agachó a su altura. ― ¿Qué cosa? ―

― Los tiradores estaban demasiado cerca, dime ¿quién puede fallar un tiro así? ― Interrogó mirándolo con curiosidad.

El otro castaño se levantó y observó nuevamente la escena. ―… Quizás eso era lo que ellos querían… Fallar ― Comentó en tono reflexivo.

― ¿Una advertencia? ― Resolvió Chiaki poniéndose de pie también.

Gou sólo se encogió de hombros.

Ambos se miraron entre sí y los alrededores.

Ahora sabían, que todo era posible.

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MANSIÓN SHIRAISHI

― ¿Querías verme Mako? ― Cuestionó Amy asomándose por la puerta de la oficina de su hermana mayor.

Cuando los Shiba se fueron, las demás regresaron a sus respectivas habitaciones. La mayor hablaría del tema al día siguiente y por el momento quería que todas intentaran descansar. Sin embargo, aún tenía una charla pendiente con su hermana de en medio.

Mako alzó la vista, y dejó de hacer lo que estaba haciendo. ― Sí, pasa por favor ― Indicó.

Amy rascó su cabeza y avanzó de forma lenta. Tomó asiento frente a la castaña. Nunca antes se había sentido tan intimidada, era su hermana mayor, pero esa pose de mujer dura y atemorizante no se le quitaba. Observó con atención a la mayor firmar algunos papeles, eso la hizo entrar en pánico.

― ¿Me mandarás a un internado? ― Cuestionó por lo bajo.

Mako guardó aquellos papeles en una carpeta y la metió en un cajón. ― Por supuesto que no ― Respondió. Coloco sus manos sobre el escritorio y aspiró profundo. ― Lo lamento mucho Amy ―

La peli negra quedó sorprendida. ― ¿Tú lo sientes? ― Repitió, haciendo énfasis en el "Tú".

La castaña asintió. ― No tuve la oportunidad de disculparme contigo antes ― Expuso con tranquilidad y después continuó. ― No debí llamarte así… no debí gritarte en aquel momento ― Explicó. ― Tú no tienes la culpa de lo que pasó, simplemente estaba tan aterrada y frustrada por lo que pudiera pasarles que lo único que hice fue desquitarme contigo ― Empezó a tronar sus dedos con nerviosismo.

Amy la observó. ― Mako… ― Musitó con preocupación.

― Cuanto más lo intento… cuanto más trato, no logro mantenerlas seguras ― Comentó con la voz algo baja. ― Tan sólo mira lo que pasó ahora, nos quieren cazar y lo primero que hago es ahuyentarte ― Estiró sus manos y las unió con las de su hermana. ― Por eso te suplico que me perdones, por favor Amy ― Le pidió mirándolo a los ojos.

― ¿Prometes no llamarme Amanda de nuevo? ― Cuestionó cautelosa.

Mako sonrió. ― Nunca más en la vida. Es una promesa ―

Ambas se sonrieron y se pusieron de pie para abrazarse con fuerza.

― No vuelvas a huir así, por favor ― Le pidió la mayor sobre su hombro.

Amy sonrió de lado. ― Lo intentaré ― Respondió del mismo modo.

No las voy a perder… te lo prometo mamá ― Pensó. ― Por cierto… a ese chico Daigo se nota que de verdad le importas ― Cambió de tema, al momento que ambas se separaban. Pudo notar como su hermanita se sonrojaba. ― Fue muy lindo de su parte todo lo que te dijo ―

Amy volvió a tomar asiento, tratando de parecer desinteresada. ― Sí, bueno… está bien ―

Mako arqueó una ceja. ― ¿Sólo dirás eso? ―

― Mako, no es momento para una charla de "amor" y esas cosas ¿Ok? ― Comentó la peli negra con un gesto cansino.

La mayor sonrió complacida. ― Yo no dije cosas sobre amor ― Dijo de forma inocente.

Amy se sintió como tonta, al darse cuenta que había caído en el jueguito de su hermana mayor. El color rojo adornaba toda su cara. ― Qué jugada más sucia Mako… ― Susurró. ― Sólo se ha convertido en un gran amigo, sabes que siempre ha sido difícil tenerlos con Gina cerca… ―

Mako sonrió y caminó hasta quedar junto a ella. ― No dejes que eso te preocupe ― Le aconsejó. ― Sé que toda nuestra vida ha sido difícil en los últimos años, pero podemos seguir adelante… sólo conserva a las personas que realmente importan ― Se agachó y observó su cara. ― ¿Amy? ―

― ¿Qué? ¿Acaso intentas hacerme llorar? ― Cuestionó formando un mohín, en un intento inútil por retener las lágrimas.

Mako soltó una risilla y abrazó a su hermana. Amy también le correspondió.

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PARADERO DESCONOCIDO

El anciano hombre avanzó entre sus súbditos. Todos realizando una reverencia de respeto hacia el mayor. Éste finalmente se sentó en su "trono".

― Es un honor tenerlo de vuelta ShiEn ― Saludó un hombre colocándose a su lado.

El mayor sonrió de lado y jugueteó con sus dedos. ― Dame los detalles ― Ordenó.

El hombre se alejó y tomó una carpeta y se la extendió a su líder. El viejo Shiraishi la tomó en sus manos. ― En el último año, sus nietas han sufrido una serie de atentados ― Empezó a decir el sirviente.

― ¿Mente maestra? ―

― Un familiar o al menos así se hace pasar… su nombre es Ren Yamaki ―

Al escuchar eso, Mamoru se sintió enfurecer. ― ¿Y qué han estado haciendo todo este tiempo bola de incompetentes? ―

Ante el grito, el resto de los invitados se sentían encoger.

― Lo siento mi amo, pero alguien más se nos ha adelantado ― Intervino el mismo hombre. ― Creemos que los sobrinos de Kaori Tani tienen algo que ver ―

ShiEn apretó sus puños. ― Esto no está nada bien ― Masculló.

El agobiado hombre a su lado volvió a hablar. ― Y hay algo más… ― El líder mafioso lo miró de reojo esperando que prosiguiera. El pequeño hombre tragó duro. ―… Las han llamado ― Soltó.

― ¿Qué? ¿Tan pronto? ― Interrogó alterado el mayor.

― Su heredera ya tiene la edad ― Anunció el joven.

Mamoru no perdió tiempo y abrió aquella carpeta. Entonces la vio, la foto de su nieta mayor, acompañada de una descripción.

― Mako… ― Susurró el anciano con cierta preocupación. Cerró la carpeta y se puso de pie con rapidez.

― Mi señor ¿qué va hacer? ―

ShiEn ajustó su saco. ― Voy a saldar cuentas en este momento ― Anunció. ― Ningún imbécil se va a pasar de listo y meterá a mis nietas en este asunto ―

― Creí que quería que las seis reinaran ― ShiEn se detuvo ante aquella frase. ― ¿Qué fue lo que cambió? ―

El mayor tragó duro. ― Hay alguien a quien le prometí cuidarlas, y ya saben que yo siempre cumplo mis promesas ― Finalizó, antes de alejarse de aquel lugar.

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RESIDENCIA SHIBA

― Entonces ¿También te enamoraste de una Shiraishi? ― Cuestionó Marvelous con cierta diversión. ― Nunca pensé que lo diría… pero tuviste agallas allá atrás ―

Apoyado de Haruto y Right, Daigo se sentó en el sofá largo de aquella sala. ― ¡Auch! ― Exclamó, tratando de acomodar su pierna. ― Dilo como prefieras… La cosa no es así ― Debatió.

― ¿Entonces por qué la defendiste de esa manera? ― Interrogó Haruto, dirigiéndose a la cocina por un vaso de agua. Marvelous lo siguió dispuesto a asaltar el refrigerador.

Daigo resopló. ― La verdad no lo sé… Me pareció demasiado triste su expresión y no podía dejarla así ―

Right se sentó a lado de sus piernas. ― Te entiendo… Cuando Mako le gritó, parecía que iba a colapsar en ese momento ― Recordó con tristeza. ― Pero… ¿Qué pasa con Mikoto? ―

El del cabello rizado dejó salir un sonido de frustración y recargó su cabeza hacia atrás. ― No me recuerdes…― Pidió cansado. ― La tuve presente en mi mente, pero las palabras simplemente salieron… yo sólo podía pensar en animar a Amy ¿Me entiendes? ―

Right asintió. ― Fuiste muy amable con ella, ya le tomaste cariño ¿No es así? ― Intentó adivinar.

Daigo sonrió ampliamente. ― Bueno… ambos somos muy iguales… Muy valientes y con espíritu libre ― Murmuró más para sí. ― Por cierto ― Alzó la cabeza. ― Shinnosuke, gracias por hablar con ella y detenerla ―

Shinnosuke, estaba sentado en el comedor, quitándose su corbata. ― Ni lo menciones… en verdad disfruté su compañía ― Confesó con tranquilidad.

― Te lo debo en serio ― Volvió a decir Daigo.

Shinnosuke asintió mientras se quitaba el saco y lo llevaba a guardar a su habitación.

― No sé ustedes, pero pienso que debemos celebrar ― Alegó Marvelous, después de cerrar el refrigerador.

― ¿Por qué de repente esa sugerencia, "Señor yo me quedo en el avión"? ― Se mofó Haruto.

Marvelous lo señaló en advertencia. ― No empieces ― Trató de calmarse y se volvió a los demás. ― Lo que digo es que no tenemos nada para comer… u ordenamos algo de comida o terminaré huyendo de aquí en búsqueda de alimento. Ustedes eligen ― Sentenció, al momento de cruzarse de brazos.

Right, Daigo y Haruto se miraron entre sí, sabían que el tipo hablaba enserio, puesto que cuando de comida se trataba, el ex Capitán perdía el juicio.

Cinco minutos después…

― ¿Van a salir? ― Interrogó Takeru llegando junto a ellos a la sala común.

Viéndose atrapados. El resto apuntó a Marvelous con un dedo.

Éste último los fulminó con la mirada. ― Traidores ― Musitó. Rápidamente se volvió a Takeru, quién aún los miraba en espera de respuestas.― Iremos a cenar. No hay nada en esta casa y definitivamente no esperaré hasta mañana ― Explicó con un gesto desinteresado.

― Está bien ― Contestó Takeru de vuelta.

― Pues aunque no quieras, yo muero de hambre y…― Intentaba debatir el de cabello alborotado. Pero después de registrar las palabras del otro, su semblante cambió. ― ¿Espera, qué dijiste? ― Cuestionó, sin poder creerlo. Al igual que el resto, que lo miraban asombrados.

Takeru se encogió de hombros ante las miradas expectantes de sus compañeros. ― Dije que "Está bien" ― Repitió. ― Iré con ustedes ― Agregó, colocándose un abrigo negro encima.

― ¿Enserio? ― Cuestionó Right.

Takeru asintió. ― Ha sido un día verdaderamente largo, salir nos refrescará un poco ― Explicó. Después se volvió a Daigo, quien se encontraba sentado, esperando el veredicto final. ― ¿Crees poder caminar? ―

El chico de largos rizos sonrió ligeramente. ― Me duele un poco, sí ― Comentó antes de ponerse de pie con cierta dificultad. ― Pero estaré bien ― Admitió.

Takeru sonrió. ― Muy bien. Entonces andando ―

Right, Daigo y Shinnosuke asintieron emocionados. Mientras ayudaban al segundo a caminar.

Marvelous y Haruto, sólo sonrieron de lado.

― Saben, esto me recuerda a aquel restaurante Italiano… ― Empezó a decir Takeru a medida que avanzaban.

Y eran estos precisos momentos, los que los seis de verdad disfrutaban.

Conversaciones de recuerdos divertidos los ayudaban a aliviar la tensión y los malos ratos.

Y en estos momentos esto era lo que más necesitaban.

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N/A: ¡Hola mundo! Ha pasado un tiempo… de hecho, hace unos días se cumplió un año desde la última vez que actualicé. Como muchos ya saben, me he retirado de la escritura de Fics del Fandom Toku, más sin embargo yo dije que continuaría con SDE, aunque viendo la situación actual, me costará más tiempo que antes.

Sin entrar en muchos detalles este fue un capítulo que empecé a escribir en diciembre y que recién he terminado, me tomó demasiado, lo sé, pero al menos aquí está y sinceramente me siento satisfecha con el resultado, fue difícil porque ya no estaba tan familiarizada con los personajes pero di lo mejor de mí.

En fin, espero que estén muy bien, y que hayan disfrutado de esta lectura.

Un saludo y abrazo muy fuertes para todos los que siguen por aquí y me siguen apoyando.

¡Hasta la próxima!

GEMITHA0208