Bueno, pues aquí estoy con mi nuevo proyecto de fic. Hace tiempo alguien en mi tumbrl me pidió un crossover de estas dos franquicias(sin saber que yo ya quería hacer uno), y por fin encontré una idea que desarrollar. Tanto la imagen como el sumario son provisionales.

Los personajes de este fic pertenecen a Valve y Hasbro. Cronológicamente, este fic ocurre entre Equestria Girls: Rainbow Rocks y el incio de la quinta temporada para el universo de My litte Pony, y antes de la actualización de Two Cities (Rottenburg y Mannhattan) para el universo de TF2.


Prólogo: Lluvia de estrellas.

Mannworks era una de las muchas sucursales que MannCo (la famosa multinacional especializada en la venta de armas y sombreros) tenía en América, dedicada a la fabricación de cal. Estaba situada en mitad de un bosque en la ladera de una montaña, en un lugar en el que era poco habitual que el cielo estuviera despejado. Aunque aquella noche no había una sola nube a la vista, y el cielo se mostraba lleno de estrellas.

Pese a que normalmente en aquella sucursal solía haber una gran cantidad de trabajadores, en las últimas dos semanas, y tras unos primeros días de locura colectiva, el edificio había sido completamente desalojado. Solamente diez personas permanecían allí, nueve de ellos eran mercenarios y la décima persona podría ser confundida por una secretaria, aunque su título correcto fuera asistenta personal de la mujer más poderosa de la Tierra. ¿Y por qué iba una empresa a contratar mercenarios en su plantilla? Porque esta estaba siendo amenazada por robots.

Aquella noche, el equipo de mercenarios de MannCo celebraba otra misión cumplida con éxito con una abundante cena. Las historias y experiencias personales de cada mercenario en el campo de batalla iban y venían junto a sugerencias y mejoras para las estrategias de combate, aunque una de las voces sonaba más fuerte que las de las demás.

-¿ Visteis cómo bateé la cabeza de ese robot? -decía Scout, hablando rápido y muy nervioso sin motivo aparente.-¿Lo visteis? ¿Lo visteis? ¿Lo visteis?

-Sí, lo vimos- respondió Medic, en un tono que revelaba lo molesto que estaba con el joven.- Pero por Dios, Scout...¿cuánta azúcar llevas en el cuerpo?

-Me he tomado treinta latas de Bonk en la misma vida-respondió el joven, enseñando una lata de su refresco favorito, que no sólo contenía gran cantidad de azúcar sino que además se rumoreaba que era radiactivo.- ¿Tú me has visto Miss Pauling?¿Me has visto?¿Me has visto?

-No, andaba ocupada vigilando el interior de la fábrica con Pyro, Spy y Sniper, por si se colaba algún robot en medio de la batalla- respondió la muchacha, en el mismo tono que el doctor.

-Oh. Es una pena, porque habrías visto el novio tan molón que tienes- presumió Scout.

Miss Pauling puso los ojos en blanco. No, ni de coña era Scout su novio, aunque habían tenido una cita una vez (si se le puede llamar cita a una batalla contra un pan que había mutado en un monstruo gigante con tentáculos).

-Tranquila, cuando le de el bajón de azúcar te dejará en paz un rato- le murmuró Demoman en el oído, para darle consuelo.

-¿Sabéis que a medianoche hay una lluvia de estrellas?-dijo Sniper, quien estaba leyendo el periódico.

-Ah, sí. Y una de las grandes. De hecho creo que esta noche voy a descansar de investigar y subiré al tejado con Pyro para verlas- comentó Engineer.-Estas cosas siempre son un espectáculo digno de verse.

-Sólo a los empollones os gustan esas cosas- dijo Scout en tono burlón.- ¿Verdad Miss Pauling?¿Verdad?¿Verdad?

-A decir verdad a mí también me apetece verlas- dijo la joven, no para fastidiar a Scout, si no porque en realidad hacer algo así la ayudaría a relajarse de su trabajo como niñera de un equipo de mercenarios pirados.

-Pues lo que os decía: esta noche nos subimos y las vemos- cambió Scout rápidamente de opinión.

El resto de sus compañeros rió por lo bajo mientras que Miss Pauling soltó un suspiro de exasperación. No era que el más joven de los mercenarios le cayera mal, pero le agotaba el hecho de que convirtiera cada conversación en un intento de seducirla.

-Voy a preparar algo para picar esta noche-dijo Engineer, levantándose de la mesa y dirigiéndose al frigorífico.-¿Alguien más se apunta?

- Es una buena idea. A lo mejor vemos un extraterrestre y todo- respondió Demoman alegre.

-Yo prefiero preparar estrategias para mañana- dijo Soldier.-Tengo un plan perfecto que implica mis cosas favoritas.

-¿Mapaches, la bandera de América y cabezas de tus enemigos?- le preguntó Spy con ironía.

-Casi, pero no. Una pista: cajas de cartón, tanques y cupcakes- respondió el americano, dejando al resto del equipo estupefacto-. Y ahora me marcho a mi habitación, que tengo que empezar a trabajar.

Y dicho esto, se levantó y se marchó de la sala con una risa que indicaba que no maquinaba nada bueno.

-Miedo me da...-comentó Engineer una vez Soldier se hubo marchado.-¿Y vosotros cuatro?-preguntó dirigiéndose al resto de los presentes, quienes todavía no habían dado su opinión.

-Lo siento, Heavy estar cansado y necesitar dormir para machacar a robots blandengues- se disculpó el ruso.

-Yo estoy con Heavy- dijo Medic.

-Ya me lo imaginaba- comentó Scout entre risas.

-¡Me refiero a estar de acuerdo, no en ese sentido, Dumpkoff!- replicó el alemán indignado.

-Sí, seguro...- siguió riendo Scout.

-Yo por mi parte tengo que planear una estrategia de verdad, que la de Soldier seguro que es absurda e inútil- interrumpió Spy, para evitar que la cosa fuera a peor.-¿Qué hay de ti Sniper?

-Paso. Tengo cosas que hacer- respondió el australiano cruzándose de brazos.

-¿Cómo llenar jarras de pis?- le dijo el francés con sarna.

-¿Y a ti qué te importa lo que yo haga?- replicó Sniper, enojado pero manteniendo la calma. Aunque era cierto: tenía que llenar jarras de pis.- Además, el fraskungfú es una técnica muy útil contra los robots.

-Útil pero poco sana, si te digo la verdad- le informó Medic.- La orina contiene desechos humanos, que además suelen estar mezclados con...- comenzó a exponer el doctor.

-Me aburres...- dijo Scout, abriéndose otra lata de Bonk.

-Y tú vas a acabar con mi paciencia- le replicó el alemán, en tono amenazante.

-¡Suficiente!- exclamó Miss Pauling, interrumpiendo la discusión.- El que no quiera venir que no venga y punto.- Luego se giró hacia Scout y añadió- y tú deja ya de beber esa porquería, que te va a dar algo malo.

-Si me da algo malo, simplemente resucitaré por el sistema de respawn- dijo Scout quitando importancia al asunto.- Aunque es lógico que mi novia se preocupe por mí...

Miss Pauling se palmeó la cara, cansada por el pedante comportamiento de su compañero de trabajo.

-Medic...¿a qué hora le va a dar el bajón de azúcar?- preguntó la joven, ligeramente desesperada, al alemán, deseando que este respondiera "pronto".

Un par de horas más tarde

Cuando el resto del equipo se había acostado ya, Demoman, Engineer, Pyro, Miss Pauling y un demasiado activo Scout, debido a que todavía seguía con el subidón de azúcar, subieron a la azotea del edificio: la lluvia de estrellas debería comenzar pronto. Los cinco estaban tumbados en el suelo mirando al cielo.

-Así que básicamente las estrellas son en realidad enormes masas de gas explotando- le explicaba Engineer a Pyro, a quien la conversación sólo le interesaba porque había explosiones y donde había explosiones había fuego.

-¡Eh, ya he visto una!- dijo Demoman señalando al cielo.

-Yo no veo...-comenzó a decir Scout mirando al cielo. Entonces vio una luz cruzar el cielo rápidamente.-¡Ah sí, ahí! Ostias tío: que rápido van. Se parecen a mí.

Miss Pauling sonrió: era un tanto extraño ver a una parte del grupo haciendo algo normal sin que acabara siendo un desmadre. La verdad es que el cielo estaba precioso esa noche. Sería una pena que algo sobrenatural (y lo sobrenatural era algo que a lo que el equipo estaba acostumbrado), estropeara aquel momento de normalidad. Pero ¿que probabilidades había de que eso pasara?

-Oye Engi...¿qué es esa cosa?

La voz confusa de Demoman interrumpió los pensamientos de Miss Pauling: en lo alto del cielo había una estrella extraña. Extraña por dos motivos. Uno era su estela, de un tono rosáceo. El otro eran sus movimientos: subía, bajaba, se movía de izquierda a derecha, volvía a subir... de manera muy acelerada y frenética.

Pero aquella extraña estrella no estaba sola: había otra junto a ella, con una estela celeste, comportándose de la misma manera.

-No tengo ni idea- respondió Engineer preocupado.

Ya se había estropeado la noche.

Los mercenarios siguieron mirando al cielo, siguiendo los movimientos de la extraña estrella.

-¿Seraph Ovpnhis?- supuso Pyro.

-No me extrañaría, la verdad- respondió el texano con resignación. Extraterrestres era lo único a lo que les quedaba por enfrentarse

De pronto la estela rosa comenzó a caer en picado hacia el bosque, en una zona muy cercana a la base. Se produjo una pequeña explosión del mismo color cuando la "estrella" impactó contra el suelo.

-¿Qué cojones ha sido eso?- preguntó Scout asustado.

-¿Deberíamos acercarnos a mirar?- consultó Engineer a sus compañeros.

-¡Pues claro que sí! -exclamó Demoman.-¡Podríamos tener la oportunidad única de conocer a un extraterrestre de verdad!

-Eso si ha sobrevivido al impacto, ¿no?-comentó Scout.

-Sea como sea, no debemos perder el tiempo si queremos investigar- dijo Miss Pauling. Los mercenarios asintieron y se dirigieron con rapidez al ascensor.

Los mercenarios tardaron apenas unos cinco minutos en llegar a la zona donde se había producido el impacto. Era extraño que pese a que la estrella hubiera caído por ahí cerca, no se hubiera producido ningún incendio debido a la explosión.

Antes de proseguir, Miss Pauling detuvo la marcha.

-Scout...¿puedes subirte a un árbol para inspeccionar el terreno por si hay algún peligro?

Dicho y hecho: Scout trepó por el árbol con más agilidad de la habitual gracias al azúcar, y quién sabe qué más, que permanecía en sus venas. El joven bajó del árbol rápidamente, con gesto preocupado.

-La estrella ha caído en un claro a unos pocos metros de aquí y ha formado un cráter bastante grande- informó a sus compañeros.-Pero se nos han adelantado.

-¿Qué quieres decir?- preguntó Demoman.

-Los robots han llegado antes- respondió el bostoniano.

-¿Los robots?- volvió a preguntar el escocés.-¿Qué cojones están haciendo aquí?

-¿Ephtaphan phe phicnic?- sugirió Pyro.

-¿Cómo van a estar de picnic? Los robots no comen- le respondió Engineer.

Con precaución los cuatro mercenarios se aproximaron a inspeccionar los alrededores, escondidos entre la espesura del bosque.

Había una docena de robots rodeando el cráter, cada uno de ellos apuntando con sus armas al interior de este. Los robots de Gray Mann había sido fabricados imitando la apariencia física y las habilidades de los mercenarios, probablemente usando datos robados del sistema de Respawn. De la docena que se hallaba presente, siete de ellos eran robo-Scouts, dos eran robo-Sniper, otros dos eran robo-Heavys y el último era un robo-Spy.

-Obtetivo TL-SP: si no acepta nuestra solicitud de acompañarnos en menos de treinta segundos, tendremos que usar la fuerza- decía el Robo-Spy al interior del cráter.

Para sorpresa de los mercenarios, una voz femenina respondió:

-¡No voy a ir a ninguna parte con vosotros!

El Robo-Spy siguió inmóvil, hasta que pasados unos segundos, anunció:

-Tiempo de espera para la confirmación de la petición agotado. Entrando en modo combate en tres, dos uno...

El Robo-Spy dijo "cero" y todos los robots vaciaron sus armas a la vez, aunque en lugar de las letales balas que usaban habitualmente estaban usando dardos como munición, cosa que extrañó al grupo. De nuevo brilló aquella luz rosácea, esta vez desde el interior del cráter.

Los robots siguieron disparando hasta que se quedaron sin munición. Entonces se oyó un ruido, semejante al de un cristal quebrándose. La luz rosada se apagó en el interior del cráter. Fue entonces cuando los mercenarios salieron de entre las sombras, llevados por la curiosidad de saber a quién habían atacado y si esta "persona" había sobrevivido al ataque.

-Aquí Robo-Spy [6754] a tanque de carga: hemos atrapado al objetivo TL-SP. Nos disponemos a llevarlo con nosotros.

-No tan rápido, montón de hojalata...

Aquellas palabras, salidas de la boca del bostoniano, fue lo último que los receptores de audio del robot procesaron. Un disparo le voló la cabeza, reventando sus circuitos internos. Por suerte, los mercenarios siempre llevaban un arma a mano, por si las moscas. Así pues, Miss Pauling y Scout llevaban escopetas recortadas, Engineer una escopeta normal, Pyro una pistola de bengalas incendiarias y Demoman llevaba el hacha del Jinete Decapitado sin Montura.

Con una rapidez asombrosa, Scout y Miss Pauling eliminaron a la mitad de los robo-Scout (el resto salió huyendo lo más rápido que su metálicas piernas les permitían), mientras Demoman se ocupaba de los Sniper y Engineer junto a Pyro abatían a los Heavys. En menos de dos minutos eliminaron a los robots, dejando el claro lleno de chatarra y dinero.

Con la amenaza metálica neutralizada, el grupo se acercó a examinar el cráter. En su interior encontraron a quien parecía ser una humana de unos diecinueve años. Aparentemente, gran parte de los dardos habían caído a su alrededor, pero en cada uno de sus brazos se podían ver clavados al menos una decena de estos. Miss Pauling no pudo evitar fijarse en el extraño tatuaje que la chica tenía cerca del hombro derecho: una estrella rosa, rodeada de cinco estrellas blancas más pequeñas.

Lo joven era de piel tostada, llevaba un destrozado vestido violeta de diseño sencillo, que pegaba con su largo pelo de un extraño azul oscuro con un par de franjas magenta y morado. Sin embargo, no era el inusual color del pelo de la chica lo que llamó la atención del grupo.

-¿Eso son alas?- preguntó Engineer fascinado, para comprobar si los demás veían lo mismo que él.

Un par de alas lavanda salían de la espalda de la muchacha, y aunque eran algo llamativo, no lograban apartar del todo la atención del cuerno del mismo color que salía de su frente.

-Alas y un cuerno...- señaló Demoman.

-¿Quién es? ¿Qué es? ¿De dónde ha venido? -comenzó a preguntar Scout a gran velocidad.-¿Por qué la querían los robots? ¿Qué...? Oh mierda, me está dando el bajón.

De una manera cómica Scout se desplomó en el suelo, toda su energía desapareciendo de golpe.

-¿Qué hacemos?- consultó Engineer a sus compañeros

-¿Con Scout? Dejarlo ahí para que le sirva de lección y no vuelva a pasarse con el azúcar- dijo Demoman entre risas.

-Lo decía por ella...- aclaró el texano señalando a la chica.

-Creo que si era el objetivo de los robots deberíamos llevarla con nosotros- contestó Miss Pauling. Los otros tres se giraron hacia ella, sorprendidos por la decisión de la muchacha. Todos sabían que no era conveniente llevar civiles a una de sus bases, aunque este civil viniera probablemente del espacio exterior.- Cualquier cosa que le interese a Gray es algo que debemos proteger- aclaró.

-¿Y la Administradora?-insistió Engineer.

-¿Quién crees que fue la que me dijo eso?- respondió la joven.-De todas formas debo informarle de que lo que ha pasado para que ella tome la decisión final. Lo más seguro es que nos pida que averigüemos que está tramando Gray Mann y que parte juega ella en sus planes.

-Espero que no decida que Medic pueda experimentar con la pobre chica- suspiró Engineer.

-Bueno, contra antes volvamos a la base, antes sabremos qué hacer con ella- dijo Demoman mientras la cogía con cuidado y se la echaba sobre los hombros.

Engineer y Pyro agarraron a Scout y lo cogieron en volandas. Pyro empezó a menearlo tarareando una alegre cancioncilla, cosa que hizo sonreír a sus compañeros. Quien fuera como Pyro y vivir siempre en un mundo inocente y féliz, ajeno a toda la crueldad del mundo...

Miss Pauling recogió el dinero que habían dejado caer los robots al ser destruidos e hizo una señal a sus compañeros, indicando que podían marcharse. Mientras se alejaban del cráter, no notaron como unos pequeños ojos verdes de lagarto les observaba marcharse del claro, como tampoco notaron cómo alguien comenzaba a seguirles de regreso a la base.