"Asqueroso, asqueroso… ¡asco, asco, asco!"

Sus manos se refrescaban al moverlas de un lado a otro, sudaban como cuando solía prepararse antes de cada interescolar

—Esto no es necesario… esto… asqueroso, no puedo llevar tanto, no es de importancia —Hablaba para sí mismo mientras aún pensaba en cancelar todo e irse en bicicleta a dar toda una vuelta a Tokyo, con tal de evitar la invitación que Onoda le había hecho. "¿Por qué tengo que ir?" — ¿¡Solo porque estarás ahí Sakamichiii?! —Exclama molesto, reacomodando por tercera vez su maleta para aquel fin de semana que, sin esperarlo, había llegado más rápido de lo que pudiera imaginar. Bufa molesto mientras responde sus preguntas mentales, desde en la decisión de llevar o no traje de baño, algo que le resultaba grotesco ya que era difícil descifrar si se metería a un lugar con aguas termales junto a Sakamichi, quien le había mencionado sobre el lugar y sus atracciones… "Asqueroso"; Cierra su maleta carmesí y se lanza de espaldas sobre la cama, suspirando con pesadez y adelantándose a los hechos que tal vez ocurrirían al día siguiente, ideas que hasta después se daría cuenta que estaban por demás. Imaginar la brillante sonrisa de Onoda, sus movimientos torpes al intentar charlar con él, su rostro sonrojado que tal vez sea constante por el calor del lugar… justo con la expresión de esa noche de vuelta del bar…

—¡SAKAMICHIIIIII! —Dice en voz alta, pero en un instante cubre su rostro con la almohada más cercana, ahogando ese grito que fue inevitable al descubrirse pensando en cosas tan "asquerosas", se había tomado la libertad de que su mente y emociones le crearan esa imagen del megane frente a sus ojos. Ya un poco estabilizado, se levanta y toma su celular buscando el número del chico de ojos celeste, dejando que la luz proveniente del aparato le cegara; Se mantiene un largo momento pensando en el porqué de su necesidad de escuchar al chico de Chiba, ya tenía todo en claro… la estación donde tomarían el autobús que los llevaría hasta su destino, el "puerto" donde serían recibidos para abordar y entregar sus maletas e incluso los asientos, no valía la pena gastar en una simple llamada para escucharlo, aunque sabía que si lo hacía, lo tranquilizaría de una u otra manera. Se levanta, toma un sweater y se dedica a salir de su departamento, tomar su DeRosa y dar un paseo nocturno por el lugar, necesitaba aire.

La mañana había llegado, escucha el tema de Love Hime sonando a la distancia, indicando que era hora de despertar y por lo tanto, preparar sus asuntos a última hora antes de salir rumbo a la estación de autobuses. Se levanta con sumo esfuerzo e inicia su ritual matutino, apurando un poco solamente. Una ducha, almuerzo, y preparar todo lo necesario para ese fin de semana que no lo dejaba dormir de vez en cuando. Abre su closet en busca de prendas para el lugar al que iba, unas cuantas camisas, pantalones, ropa interior, traje de baño, chaquetas en caso de que el frío sea más de lo esperado… todo estaba listo, suelta un suspiro de alivio hasta que recuerda aquel pequeño detalle, ese pequeñísimo detalle que protagonizaba a Midousuji y a sus dos mejores amigos, los mismos que aún no sabían de qué persona se trataba, los primeros días agradecía que no los tuviera que enfrentar ya cuando pidieran el registro del individuo sorpresa que los acompañaría, el lugar siendo propiedad de los padres de Imaizumi les ahorraba el movimiento administrativo, aun así la última semana antes del viaje había pasado desapercibida y no les había comentado algo en absoluto, ahora estaba frente a él y no tendría otra opción más que enfrentar a los tres juntos, vaya bomba se había encerrado en la misma habitación.

Imaizumi llega junto con Naruko a la estación, buscando con prisa al joven de lentes. Gracias a su altura le era más fácil ubicarlo, pero no todo era ventaja con cierto pelirrojo a su lado, quien le preguntaba constantemente si ya había visto a Sakamichi

—No lo entiendo, Onoda-kun no suele ser impuntual —Dice por fin Imaizumi, con molestia

—Tal vez no pueda salir del baño —Responde Naruko que de no ser por su expresión, diría que su acusación fue una broma

— ¿Qué tal si vas a buscarlo? Bien si puede estarlo —Continúa el de mayor estatura buscando ventaja

—Uhm, de cualquier manera quiero pasar por aperitivos para el viaje, son… ¿dos o tres horas? ¿Cuántas frituras estarían bien? —Naruko busca la mirada de Shunzuke

—Lo que sea, pero anda a buscar a Onoda, yo también lo haré, te veo donde se entregará el equipaje —Con seriedad, el chico de cabello azabache da su indicación al otro, quien solo asiente sin problemas y se va. Imaizumi cumple su palabra y va en busca de Sakamichi, no era una estación muy grande, pero estaba buscando a una persona que se pierde fácilmente entre las multitudes de gente, agradeciendo esta vez por la poca cantidad de personas que adornaban el lugar a pesar de la temporada. Su mirada busca en los rincones que se le permite, el tiempo pasaba realmente lento cuando se trataba de estas situaciones, dando una y dos vueltas; Ve los pequeños "puestos" que venden comida o algún tipo de entretenimiento, pasa y compra una revista, la abre y comienza a leer su contenido dándose media vuelta para continuar, es entonces cuando percibe a una silueta en particular, levanta su rostro rápidamente volviendo de inmediato a su lectura, pero algo lo hace abrir sus ojos un poco más y mirar de nuevo hacia el frente… Esa pose, un hombre muy delgado y de gran estatura, un tanto erguido y parecía estar viendo algo en un folleto, puede sentir como su cuerpo pulsa emergiendo desde su estómago, sin embargo antes de que pueda ver el rostro del susodicho, se da otra vuelta y va hacia el encuentro con Naruko

— ¡Hey Primeizumi! —Exclama el pelirrojo al avistar a su amigo dirigirse hacia él y comienza a rebuscar entre la bolsa que traía —Encontré estos dulces, parecen buenos, su precio lo confi… Eh, Primeizumi —Continúa Shoukichi, llamándolo de nuevo al observar su expresión — ¿Estas bien? ¿Has visto un fantasma? ¡Ka!

—Creo que he visto a Midousuji —Dice Imaizumi sin preámbulo, dejando un poco atónito a Naruko

— ¿Qué cosa? Has visto mal Primeizumi, yo también creí haberlo visto, ¿pero qué probabilidades hay de encontrar a esa lagartija por aquí? —Responde el de cabello rojizo dando una sonrisa

—L-Lo que sea, es solo que me ha traído recuerdos

— ¿Cómo no hacerlo? Digo, no es alguien difícil de olvidar, ¡pero anda Hotshot! Tenemos un fin de semana para olvidar los estragos, reviviremos viejos tiempos, solo yo, tú y Onoda-kun

—Onoda, tú y yo —Dice el joven Shunzuke corrigiendo a Shoukichi

— ¡Es igual!

Ambos conversan mientras dejan su equipaje y van hacia el centro del lugar, y es entonces cuando ambos se enfrentan de nuevo, Naruko en un infantil juego, empuja a Imaizumi sin percatarse que golpearía a la persona detrás de Shunzuke

— ¡Eh Imaizumi! —Exclama Shoukichi para que el otro lo evitara, y que para su buena suerte, funciona

—Lo siento… —Shunzuke se da cuenta de a quien está a punto de golpear, esa delgada y alta figura se da media vuelta y enfrenta a ambos, una sonrisa se plasma en el rostro del susodicho

—Midousuji —Habla Imaizumi con el ceño fruncido, manteniendo su distancia junto a Naruko

— ¿Qué cosas tan desagradables puedes encontrarte por aquí? Ahora lo veo —Habla Akira con poco interés, sorprendiéndose por dentro al ver a tales personas por ahí

—Cuanto tiempo, Midousuji Akira —Saluda Naruko con poco afecto

— ¿Dos o tres años? Grotesco, jamás creí encontrarme con tan buen lastre fuera de una competencia —Responde el de Kyoto con su vista hacia todos lados, observando por encima de ambos jóvenes, los cuales solo ignoraban las palabras hostiles que se les dedicaba

—Bien, no puedo decir que fue un gusto, ya nos… Hasta luego —Habla Imaizumi tomando del brazo a Naruko para alejarse de él, pero antes de ello, Midousuji capta la atención de ambos

—Neee, Sohoku, ¿no han visto a una persona de esta altura? Sonrisa desagradable y actitud grotesca… —Los sorprende indicando las características, evaluadas por Akira, para cierta persona…

—Oh no… —Susurra Naruko

— ¿Ah? —Imaizumi mira confundido al pelirrojo, quien al parecer había captado primero las intenciones del otro

—Olvídenlo, aquí viene pffft —Exclama Midousuji sonriendo burlonamente, para así los tres de forma uniforme, mirar hacia el mismo lado…

— ¡Naruko-kun! ¡Imaizumi-kun! —Se escucha la voz de cierto joven que corre a duras penas hacia el trío, quienes observan cada uno con sus propios pensamientos; Sakamichi se acerca a ellos, sus amigos mirando crédulos mientras Midousuji se contiene

—Has llegado tarde, Sakamichi —Dice el más alto —Tenemos que llevar el equipaje —Continua el de Kyoto para tomar sin avisar las pertenencias de Sakamichi que habían sido empacadas en una maleta muy ágil, dándose media vuelta y dirigiéndose a donde antes habían estado Imaizumi y Naruko dejando las suyas

—Me cuesta creer que esto está pasando —Habla por fin Naruko soltando una fuerte carcajada a lado de Shunzuke — ¡Tu cara no tiene precio Primeizumi!

—Pasaremos unas cortas vacaciones con Midousuji durmiendo a tan solo unas habitaciones… Onoda…

Responde Imaizumi dirigiéndose a Sakamichi, quien lo miraba con cierta tensión, ocultando su mirada tras sus gafas

—I-Imaizumi-kun… esto… L-Lo siento debí avisarles antes p-para que lo digiriesen más fácil… —Habla con tartamudeo el megane, no sabía cómo excusarse. Naruko solo queda expectante, a decir verdad, Shoukichi pasaba por alto que Midousuji se uniera, mientras mantuviera su distancia y no lo sacara de quicio; Imaizumi da un fuerte suspiro y trata de encontrar la mejor respuesta para esos instantes, ya que debía haber una buena razón para que Sakamichi eligiera aquel tipo como acompañante extra, le pediría más información tal vez en un ambiente tranquilo

—Onoda-kun… Sé que mi rivalidad con Midousuji tal vez no se haya desvanecido por completo, y no me causa mucha molestia… es solo que me cuesta ver que se trata de Él, solo tendrás que explicarnos después de que va todo esto —Habla Imaizumi dando una media sonrisa al final, sorprendiendo a ambos jóvenes

— ¡Por supuesto que lo haré! Tengo tanto que contarles —Sakamichi responde gustoso.

Los tres alcanzan a Midousuji, quien los esperaba con poco interés en la parte donde subirían al autobús. Sakamichi se adelanta y se acerca al de Kyoto, Shoukichi y Shunzuke solo observan como el megane llama la atención de Midousuji, quien se encontraba de espaldas, el de ojos celeste se pone al frente suyo, parece dedicarle unas palabras y antes de que puedan descifrarlo, Onoda se lanza al cuello de Akira, el cual solo parece corresponder al afecto abrazándole de vuelta

—Esto es algo serio —Dice Naruko con un nudo en la garganta, como si estuviera a punto de llorar dramáticamente y lanzarse a los brazos de Imaizumi, el cual solo mira con molestia al pelirrojo, y es entonces cuando escuchan las indicaciones para comenzar a abordar

— ¡Hey! ¡Chicos! ¿Qué número de asiento tienen? —Exclama Sakamichi corriendo hacia ellos, mientras Midousuji los observa a su distancia —Yo tengo la fila D, al parecer lado izquierdo

— ¡D, Izquierda! —Responde Naruko de inmediato con emoción, chocando sus manos con Onoda —Oh, Primeizumi, te has sacado el premio mayor… —Continúa aguantando las ganas de reír a carcajadas ante el hecho de que, por seguro, compartiría asientos con Midousuji.

Todos entran al gran autobús, Naruko va en jugarreta con Onoda para encontrar sus asientos, mientras que Imaizumi entra y busca su asiento, sintiendo solamente la presencia de Akira a poca distancia de él, ya que claro ambos iban al mismo lugar.

El camino no fue tan atareado, el autobús no iba con muchas personas, Imaizumi dormitaba con sus audífonos puestos chocando su cabeza de vez en cuando contra la ventana, Midousuji iba despierto pero de igual manera unos auriculares adornaban sus orejas. Sakamichi constantemente captaba la mirada de Midousuji, solo el pasillo y un par de asientos los separaba, pero era suficiente para que el joven de Kyoto no lo perdiera de vista; El ahora acompañante de Imaizumi sacaba provecho de los momentos en que Naruko echaba unas siestas, así enviaba mensajes a Sakamichi sin el riesgo de que Naruko buscara indagar en el teléfono del megane. El de ojos azules siente un suave vibrar en su bolsillo trasero, saca su celular y observa a que se debía, un mensaje de Midousuji

— "¿Por qué aceptaste ir con el frijol rojo sin problemas?" —Escribe el ex integrante de Kyofushi con recelo

—"Lo siento, no he tenido opción, Naruko se veía muy entusiasmado" —Envía de vuelta Onoda. Akira recibe ese corto texto y mira a Sakamichi con molestia, girando su mirada de nuevo al solo recibir un levantón de hombros por el megane y un rostro de incomprendido, concentrándose en la ventana; Con un Imaizumi y Naruko dormitando entre ambos, no podían hablar mucho o hacer movimientos sugerentes sin que alguno de ellos se interpusiera. Akira bufa molesto e ignora por completo al de Chiba, guardando su celular y dejando sin responder el último mensaje recibido, haciendo que Onoda decida intentarlo de nuevo pero con otras palabras… Enviado estaba, Midousuji no puede evitar revisar y se encuentra con otro texto

—"No estás celoso, ¿cierto, Midousuji-kun?"

— ¡Pigiiiii! —Ahoga aquella palabra contra el mismo, provenían de aquel joven que no era capaz de dar un primer paso y ahora le enviaba esto. El chico de mayor estatura lo ignora de nuevo, esta vez tomando sus audífonos y poniéndolos a todo volumen con tal de que su mente estuviera concentrada en otro asunto; Sakamichi por su lado, no puede evitar sonreír con ternura al ver al más alto, quien reaccionó con ojos totalmente abiertos y un sonrojo en todo su rostro.

Habían llegado, el frío se había hecho notar desde kilómetros antes, y por definitiva bajar sería la parte difícil para aquellos a los que no les caía muy bien.

—Bien, ¡ahora viene la mejor parte! —Exclama el pelirrojo con emoción, estirándose y levantándose de su asiento, toma algunas de las pertenencias guardadas en la parte superior de su lugar y sale a toda prisa del autobús; Imaizumi sigue los pasos de Naruko, dando una fugaz mirada a Sakamichi, quien intenta aún despertarse

— ¿Tendrías problemas compartiendo tu habitación con alguien más? —Habla el de semblante serio, mientras reacomoda sus cosas

— ¡Ah! En lo absoluto —Responde el de lentes

—Date prisa, si no tendrás que compartirla con alguien desconocido, o aún peor, con Midousuji…

—…Lo he escuchado Yowaizumi —Interrumpe Akira, levantándose e intentando mantener su figura en pie en un espacio tan limitado, captando la atención del megane

—No era mi intención que no escucharas. —Responde Shunzuke de inmediato, dando una media sonrisa y dirigiéndose a salir

—Asqueroso —Emite Midousuji y con su maleta cruzada a su pecho sigue el paso de Imaizumi, dejando a un Sakamichi confundido

—Por favor… Sólo los quiero a todos vivos hasta que esto acabe, ¿Será mucho pedir? —Sakamichi se dice a sí mismo, recargando su frente contra el asiento con los ojos fuertemente cerrados.

Habían llegado a la recepción, colores primaverales adornaban el lugar de forma moderna, piso liso y blanco, las paredes de igual color con algunos adornillos y cuadros color carmesí, un enorme espacio en el que solo había una pequeña sala de estar y el lugar de registro. Imaizumi se adelanta y habla con la joven mujer que parecía ser la encargada, con un carisma de por parte del joven difícil de creer, arregla las cosas y a los pocos minutos ve como se le entregan un par de llaves; Shunzuke agradece y se acerca al grupo que lo acompañaba, y como siempre, Naruko es el primero en hablar

— ¿Era necesaria tanta charla? ¿Qué les causaba tanta gracia eh? ¿Primeizumi? —El pelirrojo lo enfrenta como una madre que ve a su hijo llegar en altas horas de la madrugada

—Es llamado ser amable, Naruko, no dejes que te venzan los celos —Responde el de cabello azabache con una seriedad abrumadora, como si lo que acabase de decir fuera un tema de controversia

— ¿¡Qué cosa has dicho?! ¿¡C-Celoso?! ¡No eres tan importante Imaizumi!

Ahí iban de nuevo, de no ser porque ambos lo negaban constantemente, Sakamichi podía jurar que había algo entre ambos… Y aun lo creía, esas escenas solo lo alentaban a cada vez más creer que los gustos de aquellos dos eran similares a los suyos… Eso lo llevaba a pensar en el hombre a su lado, el cual miraba desinteresado la discusión y veía de vez en cuando a su alrededor. No podía evitarlo, perderse en esa mirada que tanto le atraía, paseaba su vista desde su clavícula hasta subir por su cuello, sus labios que eran dulces y rígidos algunas veces, sus mejillas que se encendían constantemente en "ciertas" situaciones… Sus pensamientos son inminentemente interrumpidos al recibir la devastadora mirada de Midousuji, atrapándolo justo en el momento en el que se deleitaba del paisaje

—Ahora viene la parte en la que se decide que tan mal acabará esto —Habla el de Kyoto mirando al megane, quien agradecía que no le pidiera excusas por estarle mirando como bobo

— ¿P-Por qué lo dices, Midousuji-kun? —Pregunta confundido

—Solo son dostarjetas, serán dos habitaciones, habrá que compartir con alguien más, ¿Quién será tu acompañante? —Pregunta el más alto, justo para ser interrumpido por el par que antes discutía sobre quien estaba más celoso de quien

— ¡Hey Onoda-kun! ¿Prefieres compartir tu habitación con alguien más o una para ti solo? Aunque eso la haría más pequeña… —Exclama Naruko, acercándose al de ojos azules

—He cambiado una noche por otro hospedaje, sería mejor, algunas de las habitaciones no serían bien dispuestas con dos personas en su interior —Interrumpe Imaizumi

—Yo tomaré la habitación por separado, espero que no sea inconveniente —Dice Midousuji con una expresión que se catalogaría como aborrecible, llamando la atención de los tres

—Eh, ¿M-Midousuji-kun, n-no…? —Habla el megane pero de inmediato es silenciado por Imaizumi —Bien entonces, yo tomaré la otra habitación, Naruko, Onoda, espero no haya problema que ustedes compartan la habitación, está muy completa y es más espaciosa

— ¡Eh! ¿Tienes que decidir sobre todos? Qué molesto… ¿Cuál es la llave? —Responde el pelirrojo acercándose a Imaizumi

Mientras tanto, Onoda trata de enfrentarse al hecho de que por alguna razón, pensó que a Midousuji le agradaría la idea de compartir una habitación, y que tal vez, sólo tal vez, compartir una habitación sería una buena idea, pero ¿Por qué? ¿Por qué creería que algo así mejoraría lo que sea que existía entre ambos? Refutar contra sus propios sentimientos por la culpa de que los del otro no sean iguales, aún después de lo que se habían dicho y por lo que habían pasado.

Habían dedicado parte de la tarde en instalarse en sus dormitorios. Naruko y Onoda habían tenido problemas para encontrar el suyo, pero logran llegar a salvo, mientras que Imaizumi y Midousuji con solo una hojeada al folleto se habían ubicado sin mediar palabra. Las habitaciones quedaban cerca unas con otras, agradeciendo que fuera así para evitar que los puntos de encuentro fueran complicados.

Midousuji cae con fuerza en el futon de la habitación, como si fuese un cuerpo inerte "¿Por qué habría de compartir mi lugar de descanso con ese tonto?" Daba vueltas mientras intentaba sacarse de encima el remordimiento "El así lo hubiera querido" Que pensamiento había indagado en su mente

—Esos dos tontos estarán con él el resto del día, asqueroso… —Habla para sí observando el techo, aún acostado — ¿Celos? Eso es desagradable, no es posible que algo así maneje mis emociones, sería patético —Continúa, mientras saca su celular en busca del último mensaje enviado por Sakamichi, el cual le acusaba de que en efecto, estaba celoso.

El megane había dedicado la tarde a Naruko e Imaizumi, primero habían asistido al restaurante del lugar, para después de dejar pasar la comida, asistir a las aguas termales que las instalaciones ofrecían. En todo el trayecto el megane no podía evitar pensar en Midousuji, con quien no habían mantenido contacto ya que el de Kyoto no había salido de su habitación. La tarde caía y el cielo abría paso a la completa oscuridad; Los tres jóvenes provenientes de Chiba se relajan en una de las "piscinas naturales" del lugar

—Apenas mi estómago se relaja —Habla Imaizumi acercándose por el piso de madera para meterse al agua, dirigiéndose a los dos jóvenes que ahí se encontraban

— ¿Indigestión? ¡No has comido nada Primeizumi! —Responde Shoukichi con molestia

—No tengo mi estómago acostumbrado, tonto —Refuta Shunzuke, sentándose en frente de Naruko y un Sakamichi expectante

—Eh… ¿Imaizumi-kun? —Interrumpe el megane, continuando al ver que capta la atención del susodicho —… ¿No has visto a Midousuji-kun? Si mal no recuerdo, tu habitación está cerca de la de Akira-kun

—No, no le he visto, incluso dudo que esté ahí, no he visto movimiento desde que nos instalamos —Responde Shunzuke con los ojos cerrados, intentando relajarse en el agua

—Ya veo, creí que tal vez tú lo hayas visto, ¿Habrá comido? No recuerdo habérselo preguntado cuando lo vi en la estación, ¡Ah! ¡A él le gusta tomar baños con agua en muy altas temperaturas! Seguro que le agradará venir

— ¡Oi oi oi! Onoda-kun, ¿Qué te traes con ese tipo? —Interrumpe Naruko

—Parece que acabas de decir todo lo que tu mente traía —Continúa Imaizumi

—No, no, aunque… ¿Y-Yo? ¿Q-Qué? No m-me traigo nada… creo —Responde Sakamichi, agradeciendo que el vapor que tenía ya su rostro en carmesí, disimulara el sonrojo

—Somos de confianza Onoda, seguro que puedes contarnos —Habla el pelirrojo dando una cálida sonrisa al megane

—Es una muy… muy larga historia, bueno, no tan larga pero son muchas situaciones que debo explicar y l-la verdad no creo poder contarles todos los d-detalles… —Exclama Sakamichi dejando una larga pausa al último de sus palabras, dando a que la imaginación de Imaizumi y Naruko se expandiera hasta rincones imposibles de creer

— ¡Onoda! —Dicen casi gritando los dos chicos al unísono hacia el de ojos azules, quien salta en sorpresa; Permanecen con los ojos totalmente abiertos agregando la cara de horror de cierto pelirrojo, dando un largo silencio que aplastaba al trío, Sakamichi no sabía por dónde empezar, ¿Qué era lo que sus amigos habían pensado? ¿Por dónde empezaría? Estaba el hecho de que tal vez hubieran entendido que esto era con un fin romántico, hablando de su relación con Midousuji, si es que así se le podía llamar, y luego el punto en que el megane también sentía atracción por otros hombres, dándole solo deseos de salir corriendo. Solo un momento después, Onoda decide hablar para evitar que esto se tornara más bochornoso

—Antes de que digan alguna otra acusación que me haga arrepentirme más de haber iniciado esto… Sé que una relación hombre con hombre no es…

—Ese no es el punto Onoda, pero ¿Midousuji? —Interrumpe Imaizumi volviendo a una postura más cómoda

— ¿C-Como lo has descubierto? ¡¿Él se te ha insinuado?! —Exclama Naruko, invadiendo el espacio personal de Sakamichi, quien retrocede al instante

— ¡¿Qué?! No… exactamente —Responde el de ojos azules. —Solo pasó

Los tres, en silencio, simplemente tratan de cambiar de tema, esto era algo que llevaría días explicar. El joven de lentes sentía como la presión poco a poco bajaba, desde el hecho en que no tuvieran problemas con su sexualidad a pesar de que antes de ello ya tuvieran sus sospechas, al parecer lo habían tomado bien, pero su problema fue el saber de quien se trataba.

Una hora más tarde, Onoda se levanta, llamando la atención del par que lo acompañaba

—Lo siento chicos, creo que iré a descansar, será mejor si quiero empezar mañana con más energías —Se disculpa el de lentes, saliendo y tomando la toalla más cercana y como consiguiente ponerse una playera color amarillo; Comienza a buscar su tarjeta que le permitiría la entrada a su habitación, sin embargo no la encuentra en ningún lado, —Se quedó en la habitación —Se dice a sí mismo, suspirando con cansancio y una expresión de derrota —H-Hey Naruko, ¿podrás prestarme tu tarjeta? Olvidé la mía

— Mi tarjeta está sobre aquella mesilla —Dice el pelirrojo indicando al estante que lucía a través del espejo de la puerta deslizante —Tal vez me quede otro rato más por aquí, cierra pero procura abrirme, no pienso dormir en el pasillo ¡kakaka! —Continúa burlesco Naruko, ante la mirada de Imaizumi, quien solo esperaba que dejara afuera a su ex compañero

— ¡N-No lo haré Naruko-kun! —Termina Sakamichi para así salir de ahí.

—Derecha… derecha, izquierda… Izquierda —Habla en voz alta mientras camina por los pasillos, siendo la única forma que le puede ayudar a no terminar en otro módulo; Saca la tarjeta y abre la puerta, cuando justo en aquel momento siente una presencia punzante a pocos metros de él, haciendo que gire su mirada hacia el costado —¡O-Oi! ¡Akira-kun! Heh, me he asustado, apareces muy repentino —Exclama Onoda, recobrando su postura después de aquel leve susto

— ¿Apenas regresas Sakamichi? Desagradable

— ¿Por qué no has estado con nosotros?

—Solo he dado una vuelta y volví a mi habitación, no hay mucho que ver por aquí —Responde Midousuji —…Naruko, ¿Crees que tarde mucho?

—No lo sé, se ha quedado con Imaizumi-kun en la piscina —Exclama Sakamichi guardando su pase de entrada

—Bien entonces, y ese par de poca monta no me interesa —Dice Akira a los pocos segundos de que el joven de Chiba terminara de hablar; Es entonces cuando se acerca a Onoda y con una mano toma su brazo para llevarlo consigo hasta el interior de la habitación que estaba detrás del megane, el cual queda sorprendido al ser guiado de tal forma

— ¿M-Midous-suji? —Pronuncia el nombre del más alto, quien se gira y enfrenta su mirada

—No he estado un momento a solas contigo en este día, ¿Qué esperabas, que ignorara ese brutal hecho? Zaku —Responde el de Kyoto, acercándose peligrosamente. Sakamichi no puede evitar sentir algo cálido en su interior, le llenaba de felicidad saber que era necesario para el otro, ahora sonriendo con ternura a las acusaciones de Akira, no podía esperar el momento en se decidiera a unir sus labios con los suyos. Nace como una necesidad, habían cerrado la puerta detrás de sí, dedicándose miradas difíciles de descifrar por alguien más; El de ojos azules toma entre sus manos el rostro de Akira y lo acerca al suyo, desapareciendo la distancia entre sus labios

—Te extrañé —Habla el joven que había tomado la iniciativa, separándose solo un instante y sonriéndole

—Deja de ser tan desagradable —Exclama el de Kyoto solo para abalanzarse de nuevo contra el de menor estatura. Ambos se hunden en un dulce beso, el calor iba ascendiendo entre ambos a pesar del prominente frio que les traía la madrugada; Las manos de Sakamichi se mueven con torpeza en el cuerpo del contrario, quien solo bufa con molestia al ver el trabajo que el megane quiere hacer. Habían quedado en medio de la pequeña sala de estar y la cocina de la habitación, quedando al frente de un arco con buen acabado que abría paso a uno de los cuartos

—Es como si este tipo de sesiones ya las hubiéramos vivido… —Exclama Sakamichi con ironía, desapareciendo su media sonrisa al escuchar la respuesta inmediata de Midousuji

—Lo hicimos, cuando regresamos del bar de aquella noche

—Oh… entonces n-no ha s-sido… —Responde Onoda, cortando por completo sus palabras para evitar que una última frase saliera de su garganta

—… ¿Qué ha sido, eh, Sakamichiii-kun? —Insiste el mayor, con cierta acusación, ansioso de saber que era lo que estaba por decir

— ¡Nada! —Grita nervioso, evadiendo la mirada de Midousuji aún en sus brazos, los cuales lo habían rodeado anteriormente pero ahora lo sujetaban con más fuerza — ¿Ha-Hace calor aquí no lo crees? Debería prender la luz y buscar, tomar, ¡agua! —Continúa con su cara totalmente encendida, como si la anterior sesión de besos no hubiera sido necesario. Akira lo mira, pero se toma un momento para pensar, y es ahí como deduce la respuesta correcta

— ¿Creíste que fue solo un sueño erótico? —Dice Midousuji, sonriendo levemente con maldad en sus comisuras, mientras que Sakamichi trata de ocultar su rostro en vergüenza

—La sensación era demasiado vivita pero los recuerdos borrosos, definitivamente lo dudé… Pero verte por la mañana y, ajustándote los pantalones, fue ciertamente… —Termina Onoda, con temblor en su voz

—Ya veo… que desagradable persona eres, Sakamichiii —Susurra con toque gatuno mientras se acerca al megane, llevándolo poco a poco hasta la cama que yacía detrás de ambos. El de Kyoto rodea al menor quedando así detrás suyo; Con sus largas extremidades guía al otaku hasta el aposento, sentándose primero el de mayor estatura colocando al otro en su regazo —Dime, Sakamichi… —Habla mientras hunde su boca en el cuello de Onoda y sus manos se pasean por su bien torneado cuerpo; No sabía por qué lo hacía, pero ahora sentía una fuerte concentración de sangre en su entrepierna, algo que solo le pedía seguir más y más, deseaba sentir más… Es así cuando en un movimiento, comienza a deslizar su mano por dentro de la playera del megane, quien solo tiembla al sentir su mano fría abrirse paso por su torso, pasando por su vientre y subiendo hasta uno de sus pezones

—M-Midousuji-kun —Exclama Sakamichi, intentando mantener la calma. Onoda no sabía que hacer al respecto, ¿Acaso dejaría que esto sucediera? Esta vez podía ver que no había vuelta atrás, tan solo era el chico que quería, o era lo que su conciencia le permitía pensar ya que las emociones y sensaciones que le causaba, la necesidad, era mucho más fuerte que un "me gusta"

—Onoda-kun, ¿Has fantaseado conmigo? —Continúa Akira después de un intervalo de tiempo, mientras jugaba con su mano apoderándose de su pecho, aunque esta vez yendo un poco más lejos — ¿Has imaginado… lo que puedo hacer contigo? —Pasa su mano libre hasta su entrepierna, sobando con delicadeza a través la prenda inferior que traía puesta, acercándose poco a poco a su parte más sensible — ¿Has imaginado… como te podría tocar? —Susurra en su cuello, besándole y dejando ir sus respiraciones en busca de conectar sus sensaciones con las de él, Midousuji deseando esta vez saber si Sakamichi se sentía como el —Yo lo he hecho —Declara el de Kyoto, sintiendo la dureza en el centro del de ojos azules. Era verdad, ya lo había hecho un par de veces… Imaginando al joven de lentes a su merced, con ese rostro lleno de placer, para que lo siguiente que apareciera a frente a sus ojos fuera dejando correr aquel tibio líquido en su mano y en una habitación no más que con su propia compañía, algo vergonzoso pero digno de recordar; Mientras tanto, el de Chiba se sentía acomplejado al ver como su fantasía se hacía real, y como Midousuji se lo había hecho recordar con aquellas palabras tan desnudas, y solo para agrandar la situación escucha como el de mayor estatura le dice que también ha imaginado cosas morbosas con él

—Te deseo, Sakamichi Onoda —Murmura, moviendo sus dedos con agilidad sobre la tela que lo separaba de su deseo carnal más vivo. Sakamichi, cubriendo su boca y ahogando sus gemidos, mueve inconscientemente sus caderas contra las de Akira; Midousuji intenta evitar pensar en el tenue dolor por su erección contenida, y por lo tanto dar el placer por completo al de lentes, internando su mano por su ropa interior, sintiendo su punzante y ahora húmedo miembro; comienza a sobarlo e intenta rodearlo con su mano… momento para agradecer que las prendas no fueran tan ajustadas

Solo un instante después, se escucha el tocar en la puerta, seguido de una voz conocida

¡Onoda-kun!

— ¡N-Naruko-Ku…! —Habla Sakamichi en medio del silencio, siendo callado de inmediato por la mano libre de Midousuji, aquella que no estaba en los pantalones del megane

—Shshhhh, no pienso dejarte así… —Continúa, dando una media sonrisa, pero es interrumpido de nuevo por el incesante toque de Naruko a la entrada

—M-Midousuji-kun… D-Debe…

— ¿Quieres que nos vean de esta manera? —Interrumpe el de Kyoto, volviendo a callarlo, pero esta vez bufando molesto, con suavidad y una rápida respuesta de Sakamichi, Midousuji se pone de pie y con paso lento y discreto ve a través de la puerta, avistando al pelirrojo "¡Demonios, que repugnante persona eres, Shoukichi!" Piensa Akira, para darse media vuelta y encontrarse con Sakamichi camino al baño —Hey, Asquimichi, aún no te he terminado —Le dedica al megane, con voz baja

—No es n-necesario —Refuta Onoda, pero es atrapado nuevamente por Midousuji, esta vez contra una de las paredes cercanas a la puerta. Sin preámbulo, mete su mano de nuevo para continuar, esta vez masturbándole con más fuerza y cubriendo la boca del de Chiba para evitar que sus gemidos se escucharan a través

—Si viene con Yowaizumi, seguro que le ofrecerá un espacio en su habitación —Dice Akira hacia Sakamichi, quien solo se deja ir por los movimientos del de mayor estatura —Más vale que no gimas muy fuerte, de otra manera levantaras sospechas, pigi —Murmura el de Kyoto, ascendiendo y bajando por su miembro; Onoda llega a su límite y se corre en la mano de Midousuji, ahogando su último grito placentero en la palma del otro

Naruko escucha venir a Imaizumi a través del pasillo, el cual al ver su situación le dirige unas palabras

—Se ha quedado dormido, no lo levantes, puedo conseguirte una cama deslizable en mi habitación —Shunzuke, con aquel frígido tono de voz, le ofrece al pelirrojo quien comenzaba a colmar su paciencia

— ¡Fue lo primero que le dije! Mañana saldaré cuentas con él… ¡Onoda-kun! —Exclama Shoukichi con molestia, solo para así seguir el paso de Imaizumi

— ¿Estas bien? —Dice Midousuji después de un momento, asegurándose ya de que nadie estuviera del otro lado de la puerta, para así dirigirse al baño y tomar algo para limpiarse los restos de su mano y así llevar algo a Onoda para que hiciera lo mismo

—Si… —Responde entre pequeñas bocanadas de aire, para así mirar a Midousuji y observar como limpiaba su mano, haciéndolo avergonzarse por completo —L-Lo siento —Continúa, moviendo su mirada

— ¿De qué te disculpas? No seas tonto, Sakamichi —Responde Midousuji, observando su mano por un momento, e inconscientemente lamer uno de sus dedos mientras mantiene esa expresión perdida

— ¿¡Eh?! ¡M-Midousuji-kun! —Habla el de lentes al ver su acción, no puede evitar darse la vuelta y ocultar su rostro con una de sus manos

—Si vuelves a levantar la voz, es posible que te escuchen —Dice desinteresado en respuesta, dirigiéndose a la puerta — ¿Tienes la llave? ¿Tarjeta? Lo que sea

—Eh… Huh, sí —Responde el megane y se dirige junto con él a la salida

—Me da pereza dar explicaciones, así que inventa tu propia historia de por qué has dejado a tu amigo en el pasillo —Termina Midousuji, para así salir con discreción y dirigirse a su habitación.

Llega a su parte del lugar y camina a través del pasillo, cuando al dar la vuelta se encuentra con un conocido

—Debilzumi… ¿Has olvidado tu ropa interior en la lavandería? —Exclama primero el de Kyoto

— ¿Sueles dar paseos nocturnos, Kimosuji? —Responde el otro con poco interés, pero con cierta sospecha

—No te gustaría saber, Cerdizumi —Termina Midousuji para así, con una sonrisa característica de ser dedicada a sus contrincantes, llega a su habitación y entra sin decir más.

Después de tomar una ducha, con solo una toalla amarrada a su cintura, cae en su cama en busca de descanso. Piensa en todo lo anterior ocurrido, inexpresivo pero con una cantidad vulnerable de emociones en su interior y de cómo Sakamichi había cedido a sus instintos más bajos… Toda una delicia, por definitiva sería un fin de semana largo.


Deeeeeeuuuus, esto parece un one-shot, se me pasó la mano. Espero con esto justificar mi ausencia D:

Le agradezco a cada uno de los reviews por sus lindas palabras, he notado que vienen con traumas de fics no terminados, ¡tranquilos! Este fic llegará a su final, con honores y todo, no lo dejaré sin concluir… Lo digo como una autora que también ha dejado reviews desesperados en fics que no actualizan :'D, aunque aún no sé cuántos capítulos más tendrá esto, tengo varias ideas a flote.

Estoy trabajando en un one-shot que tal vez vean publicado esta semana, ¿Quieren leer algo trágico de estos dos? Prepárense

Miles de gracias de nuevo por seguir la historia y así *inserte otro corazón* ¡Ya nos leeremos!

Y recuerden…

ALL HAIL MIDOSAKA