¡Hola, chicos!... Bueno, se supone que no habría segunda parte para esto, pero un par de personitas me lo pidió y creí divertido escribir que pasaba después de todo el loco asunto de la sudadera y salió esto.
Disfruten la lectura.
La academia Fairy estaba demasiado alborotada por los últimos rumores que corrían por los pasillos de la enorme escuela. Se trataba de algo cliché: una relación. Aunque no cualquier relación. Se trataba de una muy peculiar.
— ¡Heartfilia-san!
Lucy se recargó en la pared del pasillo y trató inútilmente de encogerse. Le avergonzaba que la llamaran por su apellido, era demasiado novedoso aun en la escuela. Ella aún era como una especie en peligro de extinción, y eso no era agradable.
Comenzó a jugar con sus manos cuando un grupo de jovencitas la rodeó. No se veían con malas intenciones (últimamente había muchas chicas con esas) si no que le miraban con admiración. Eran menores que ella, eso era obvio por como la habían llamado.
—Heartifilia-senpai, debe decirnos
— ¿Decirles que?—preguntó ya más tranquila.
— ¡Pues cómo fue que conquistó a Dragneel-senpai!—gritaron todas ellas juntas y Lucy se aturdió un poco.
—Yo no hice nada de eso— respondió avergonzada. —no sé cómo es que llegaron a esa conclusión
—Es obvio que hay algo entre ustedes, utilizabas su sudadera hace tres días
Lucy mordió su labio inferior con nerviosismo. No podía desmentir aquello, pues era cierto. Hace tres días, ella había utilizado la sudadera de Natsu después de que un chico pervertido la empapara de agua y la ropa se pegara a su cuerpo. No podía cambiarse ya que precisamente por algo parecido a eso, ambos uniformes (el de gala y el de deportes) estaban mojados. Después de ese día escuchó que todo eso se trataba de una apuesta entre dos chicos mayores, y ella no reaccionó precisamente bien ante ello. Los pobres hombres aun seguían en el hospital.
Pero el punto aquí era que sólo por el hecho de haber utilizado la única prenda que traía en su maletín ya la relacionaban con el chico de cabello rosa, con el que no había cruzado palabra desde que él le otorgó su sudadera.
—Bueno, pero eso no significa que haya algo entre él y yo— explicó. —y ya no diré más sobre esto
Lucy empujó suavemente a dos de las chicas para abrirse paso y se fue rápidamente. Sus piernas temblaban demasiado. Eso había sido muy incómodo.
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— ¡Gray!
El Fullbuster se agachó enseguida y una pierna pasó por encima de su cabeza. El chico se incorporó y con una sonrisa burlona encaró a su amigo.
—Inténtalo en otra ocasión, Natsu
El Dragneel hizo un mohín y Gray una mueca de asco al ver aquello.
—Necesito distraerme, ¡peleemos!
—No tengo tiempo, idiota, debo seguir a Juvia
Natsu sonrió con burla ahora.
— ¿Intercambiaron papeles?—Gray se sonrojó un poco.
—Sólo trato de averiguar donde vive, necesito recuperar ese álbum
—Ah, eso— Natsu hizo un gesto con su mano, restándole importancia.
—Es tu culpa, ¿sabes?
—No trates de involucrarme en tus asuntos de mujeres, exhibicionista
Gray bufó molesto y siguió su camino. Natsu sólo vio la mano de su amigo arriba, en señal de despedida.
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Cana y Levy veían a Lucy sin decir ninguna palabra. La chica rubia metía la sudadera verde de Natsu en una bolsa, con mucha rudeza. Murmuraba cosas incomprensibles y su seño estaba fruncido.
Sus amigas se miraron entre sí y en un acuerdo silencioso decidieron quien empezaría con el interrogatorio. Levy suspiró con cansancio cuando perdió la guerra de miradas. Era su turno.
—Lu-chan…
— ¡No puedo creer que todos en la academia crean que estoy en una relación con Natsu por usar su estúpida sudadera!—Lucy explotó sola. Levy volvió a suspirar y Cana supo que era su turno de intervenir.
—Debiste de haberla regresado— opinó la castaña.
— ¿Crees que no lo intenté?—Lucy aventó la bolsa que contenía la sudadera al asiento de su banca.- ¡Lo intenté!, pero él se negó
—Tranquila, Lu-chan
Lucy se sentó en el poco espacio que quedaba del asiento y se recargó en la paleta de la banca. Tomó sus cabellos con ambas manos y un gruñido salió de su boca.
—No es para tanto, rubia— Cana puso una mano en su hombro. —son rumores que se extinguirán, Natsu ni siquiera tiene idea de que está en boca de todos
—Cierto, Lu-chan, Natsu es demasiado lento
—Es que ese es el problema— Lucy estaba un poco sonrojada. —yo tengo que aguantarlo todo, y es su culpa. Solo debió aceptar de vuelta su estúpida sudadera
—O tal vez es tu culpa por utilizarla— comentó Cana con picardía.
—Era necesario, chicas
— ¿Sabes? Creo que el verdadero problema es que no ves interés de parte de Natsu en esto. Acaso… ¿te gusta?
Lucy se sonrojó aún más de lo que estaba y volteó a otro lado. Después se maldijo por eso. Había confirmado lo que sus dos amigas sospechaban.
— ¡Es eso!
—No tiene nada de malo
Las amigas de la Heartfilia negaron con la cabeza. Tenían la intención de decir algo, pero Lucy se adelantó a sus intenciones y salió del salón, llevándose con ella la bolsa.
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—Juvia, hablemos de nuevo de esto
—Juvia no le regresará su álbum, Gray-sama
Lucy esquivó a una feliz Juvia por el pasillo e impidió, sin querer, el paso de Gray para poder seguirle. El chico chasqueo la lengua con fastidio y con nerviosismo.
—No te ves bien, Gray
—No estoy bien
Lucy suspiró.
—Juvia es buena, sólo que es una persona…
— ¿Chiflada?—Gray sonrió de medio lado.
—De hecho, iba a decir que es una persona a la que se le dificulta la manera de expresar sus sentimientos
El Fullbuster desvió la mirada, avergonzado.
—No se te ve muy molesto, aun así
—Creo que Juvia es agradable siempre que no me está acosando
Lucy sonrió divertida por aquella inesperada confesión. Antes de poder decir algo más, Gray se dio cuenta de lo que la Heartfilia cargaba en las manos.
—Creí que ya la habías devuelto
— ¿Qué?—la chica le miró confundida. —ah, ya, hablas de la sudadera. Natsu no quiso aceptarla, me dijo que podía conservarla el día que me la prestó
Lucy suspiró.
—Pero aun así intenté devolverla al día siguiente y ayer pero se negó
—Deberías intentar de nuevo— sugirió el Fullbuster. —esa sudadera fue un obsequio de su padre, creo que es importante
—No lo sabía
—Descuida, siempre puedes agradecer la información más tarde—Gray le guiñó el ojo.
El chico se alejó del lugar con una sonrisa de satisfacción. Natsu tenía que pagar tarde o temprano lo que le había hecho respecto a Juvia.
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Lucy salió de los vestidores de chicos, sin éxito alguno en su búsqueda del Dragneel en ese lugar. Al menos se sentía con la suficiente determinacion para no irse a casa sin devolverle la prenda a su dueño. Siguió andando por todo el instituto para hallarlo y no fue demasiado difícil, lo encontró recargado en un árbol fuera del edificio, demasiado entretenido con su celular. Lucy se acercó con seguridad en su andar y se quedó enfrente de él hasta que el despistado chico notó su presencia.
—Hola, Natsu
—Hola— Natsu le sonrió.
—Te vine a entregar esto— estiró sus manos con la sudadera en ellas. —acéptala de regreso
Natsu no le respondió nada, estaba demasiado ocupado en ver una silueta conocida que se iba acercando más a ellos. El Dragneel comenzó a sudar frío al reconocer de quien se trataba.
—Debes aceptarla— Lucy insistió. —Gray me dijo que fue un regalo de tu padre, no lo sabía
Natsu hizo desesperadamente señas exageradas para intentar que Lucy no siguiera hablando, pero ella ignoraba del todo los movimientos del chico.
El joven Dragneel pudo ver a su padre acercarse cada vez más a la chica y se rindió totalmente a salir ileso de esa situación.
Era hombre muerto.
—Así que… Natsu
Lucy tembló levemente al escuchar la intimidante voz tras de sí. Se giró despacio y cuando su mirada se cruzó con la de aquel hombre maduro, este le dedicó una sonrisa llena de calidez que la tranquilizó.
— ¿Tenías intención de deshacerte de la sudadera?—aquel hombre fulminaba al chico con la mirada.
—No, Igneel— Natsu se cruzó de brazos. —sólo que…
—Esta chica debe ser especial si le regalaste algo tan preciado ¿no?—la expresión de Igneel se suavizó y después se tornó burlona.
Lucy enarcó una ceja. ¿Cómo era que había llegado a una conclusión tan confusa? De pronto cayó en cuenta, por las expresiones similares, que se trataba del padre de Natsu Dragneel y captó lo que Igneel quiso decir. Ella hizo una equis con los brazos y trató de negar a través de su voz también, pero Natsu la abrazó por los hombros.
—Así es, se llama Luigi
—Lucy—corrigió.
—Se llama Lucy, Igneel
— ¿Y es tu novia?
Natsu asintió despreocupado y aliviado de no haber sido asesinado por las manos de su progenitor. Igneel asintió con aprobación, y les dedicó una sonrisa a ambos.
—Te espero en el auto, Natsu. Luigi, mucho gusto
Joder, que no podían aprenderse su nombre. Sus padres se habían quebrado la cabeza eligiéndolo.
—Mucho gusto— logró articular con dificultad. — ¿Por qué mentiste?
Lucy quitó los fuertes brazos de Natsu de sus hombros, y lo enfrentó.
—No mentí. Según toda la escuela, eres mi novia— explicó. —eso dicen todos
— ¿Sabes de los rumores?—él asintió.- ¿y por qué no los detienes, Natsu?
—Porque no importa que piensen eso— se encogió de hombros. —además así nos ahorraremos el trabajo de dar la noticia, podemos ser novios
— ¡No puedes decidir eso!, ni siquiera sé si te gusto, no se da una relación sólo porque la demás gente lo dice
—Pero me gustas, Luce
— ¿Eh?
—Eres muy rara
— ¡Eso no es un cumplido para una dama, y mucho menos si te gusta!—Lucy se avergonzó. —además no me has preguntado que pienso
Natsu se acercó demasiado al rostro de la joven, y ella se perdió en esos ojos llenos de sinceridad.
— ¿No te gusto?—él hizo un mohín que logró sonrojar a Lucy.
—Me gustas… un poco— admitió. —pero…
— ¡Entonces seamos novios!
Lucy sonrió levemente y asintió abochornada de la situación.
Natsu le dio una mirada a la sudadera.
—Consérvala
—Sí, mejor para ti, la odias ¿no?—dijo con diversión.
—Se ve mejor en ti
El joven Dragneel le dedico una enorme sonrisa a Lucy, y con ternura puso una de sus manos en la coronilla de su ahora novia.
—Te diré un secreto. No me gusta usarla pero no se la daría a cualquiera, fue un regalo de mi padre después de todo
—Natsu…
—Debo irme ya— el chico presionó con suavidad sus labios con los de Lucy. —te veré más tarde
La chica susurró un "sí" y lo vio subirse al lujoso auto de su padre.
—Debiste decirme que no te agradaba esa sudadera, hijo
— ¿Quién dijo que no me agrada?—Natsu se rió. —al menos ahora la aprecio un poco, gracias a ella Lucy se fijó en mí
Porque sí, Natsu Dragneel estaba enamorado de aquella joven rubia desde antes que su padre le regalara esa estúpida sudadera…
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Parte Gruvia (no pude evitarlo)
— ¡Gray-sama!
Gray se preparó para recibir el efusivo abrazo de Juvia. Ella enredó sus brazos en el cuello de chico y se rió alegremente.
— ¿Qué pasa, Juvia?
—Salga con Juvia— pidió.
—No creo que pueda hoy
—Juvia le devolverá el álbum— se adelantó a decir.
—Pasaré por ti a las ocho
Gray se soltó del abrazo y siguió su camino. El Fullbuster sonrió.
—Estúpido álbum…
Gracias por leer, chicos.