-Y esta es una rara especie de hongos.- explicó Pronto.- Nadie sabe realmente su función, puesto que tiene distintos efecto en cada persona.

La búsqueda de la Banda de una babosa magnetosa había termiando en el maravilloso descubrimiento de Pronto de una rara especie de hongos, aunque solo a él parecía fascinarle.

-¿Y cuál es el peor efecto de estos pequeños?- preguntó Eli sin mucho interés mientras acercaba su dedo hacia ella.

-Brotes en la piel, picazón, manchas, irritación, fiebre y, eh, muerte.- Al escuchar esto, el chico alejó su mano de inmediato. Ya había comenzado a acarciar la parte superior del espécimen.

-Amigo, ¿qué acabas de hacer?- preguntó Kord.

-¿Me voy a morir?- preguntó el Shane algo asustado sosteniendo su mano.

-No... posiblemente.- dijo el topoide alejándose de ahí. Eli regresó su vista a su dedo. Este no tenía absolutamente nada diferente, pero eso no disminuyó su temor.

-Relájate, Eli. Pronto seguramente estaba jugando.- dijo Trixie frotando su espalda para tranquilizarlo.

-No lo sé. No conozco muchas cosas de BajoTerra. Eso podría ser verdad.

-La muerte no es un efecto común.- dijo el topoide desde su meca, a la que preparaba ya para partir.

-Ven, Eli. Seguro es un malentendido.- intentó calmarlo el troll. El grupo regresó a su hogar, ya que el líder insistía en que era mejor estar en un lugar seguro si es que había un efecto real.

-Creo que está siendo paranóico.- dijo Pronto sin darle mucha importancia al hecho de que el muchacho se había encerrado en su habitación y no la había abandonado durante casi dos horas. Kord se había ofrecido a tratar de averiguar que era lo que pasaba con él.

-No puedes reclamar nada, Pronto.- dijo Trixie.- Tus comentarios fueron los que lo pusieron así.

-No quiere abrir.- dijo el troll al regresar con ellos.- Pero pude escuchar algo como unos estornudos.

-¡Eso me recuerda!- dijo el topoide.- Alergia. Ese es otro de los síntomas.

-¿Intentaste abrir tú la puerta?- preguntó la chica a Kord.

-¿Para qué harías eso?

-¿Es que no conoces a Eli? Las cosas no salen de él hasta que se le aplica algo de presión.- aclaró ella poniéndose de pie decidida a hablar con él.

Subió las escaleras rápidamente y abrió la puerta de la habitación del Shane sin preguntar. Lo encontró hecho un ovillo sobre su cama, evidentemente congestinado. Su dedo ahora parecía algo hinchado.

-¿Por qué nos dijiste que habías tenido esta reacción a esa cosa?- preguntó ella preocupada tomando su cara entre sus manos.

-¡No me toques! Puedo contagiarte...- dijo él hechándose para atrás.

-No seas ridículo.- reclamó ella vendando su dedo.- Solo mira como estás. Tu naríz parece una babosa carnero.- dijo señalando el centro de su enrojecido rostro. Él miró hacia abajo.

-Me duele un poco la cabeza.- admitió al ver que ella no se iría de allí.

-Te prepararé algo caliente para descongestinarte.- dijo la pelirroja con una sonrisa mientras tomaba su brazo y lo sacaba de su habitación.

-Gracias.

-¿Sabes? Creo que con esa reacción alérgica podemos saber algo bueno.- murmuró en el corredor.

-¿Qué cosa?

-Que no te vas a morir.- respondió Trixie riendo. Eli sonrió apenado.

-Sí, eso creo.

Un fic inspirado en la alergia que tengo desde hace casi nueve horas... :(