Los personajes de esta historia pertenecen a la serie Naruto & Naruto Shippūden © Masashi Kishimoto

Capítulo 21.

- Estás muy guapa esta noche – dijo Shikamaru mirando a la rubia moviéndose por la cocina.

Aquel día la antigua casa de Shikamaru era un jaleo. Yoshino había invitado a su hijo y a su nuera a cenar por Navidad. En la casa se encontraban ahí otras madres como la madre de Ino y la madre y padre de Chōji. También estaban el propio Chōji, Ino, Karui, Sai... en definitiva, todos los miembros del InoShikaChō.

- Me alegro de haberte dicho que vinieras por Navidad, a pesar de la situación convulsa de Suna – siguió hablando el Nara. – sé que quizás no es el mejor momento para hacerte venir…

- Es que esa carta que me escribiste fue bastante convincente. Me dijiste: "Te hecho mucho de menos Temari. Pronto será navidad y me encantaría que estuvieras aquí. Hacemos una buena cena, pasamos un rato romántico juntos… no sé, piénsalo… He estado soñando contigo estos días… soñaba que hacíamos el amor."

- Vaya, te la sabes de memoria – recalcó Shikamaru. – Aunque en verdad mi idea era la de pasarlo juntos, no le pude decir que no a mi madre cuando me propuso una cena con todos.

- No te preocupes, así está bien… - dijo ella sonriente dejando unos platos en el fregadero. – Me gusta este ambiente.

- Siempre podemos irnos más pronto que los demás – sugirió él delatando su ansiedad por estar solo con ella.

- ¿Qué es lo que quieres shinobi? – preguntó ella ahora directamente, con la mirada de perversión.

- Creo que ya lo sabes – dijo él acercándose lo suficiente a ella como para poner sus manos alrededor de su cadera. Temari llevaba una falda azul marino con volantes y una camisa blanca con escote. En cuanto a Shikamaru, llevaba una camisa verde manzana y un pantalón ajustado en los tobillos negro acompañado con un cinturón negro también con hebilla plateada.

En ese momento él la besó tiernamente y trató de levantarla para dejarla sentada en la encimera de la cocina pero ella se resistió y le dijo:

- ¿Estás loco? Todos pueden vernos si alguien se asoma a la cocina… - dijo susurrando.

- Están entretenidos jugando a juegos de mesa – dijo él para convencerla.

- ¿Es por el vino? – dijo ella con las mejillas sonrosadas. Tampoco era la más serena aquella noche.

- Es por ti – dijo él demasiado seductor.

- ¿Y si vamos a otro lugar más apartado? – sugirió ella.

- Vamos a mi cuarto – dijo él refiriéndose al cuarto que ocupaba en aquella casa cuando todavía era un adolescente.

Temari y Shikamaru se escaparon por la puerta que daba al patio y desde allí accedieron a la zona de habitaciones.

Entraron a su cuarto cerrando con rapidez antes de que alguien se diera cuenta de su ausencia.

Shikamaru no tardó en alzarla en brazos y la sentó en el borde de la cama. Se arrodilló frente a ella y le quitó las braguitas. Temari se dejaba hacer extasiada por la excitación del momento. La idea de que todos estaban allí en la casa y ellos estaban a punto de tener sexo a escondidas era toda una experiencia.

Pero Temari no quiso que el Nara metiera la boca entre su vulva sino que tomó su rostro entre sus manos y alzó su cara para besarlo intensamente. Compartiendo su saliva, rozando sus lenguas como más les gustaba besarse. En esas ella aprovechó para desabrocharle el pantalón y él se apartó hacia atrás sorprendido y escuchó que ella le susurró "tiene que ser rápido". Él pensó que si eso era lo que ella quería eso sería lo que le daría aunque no por ello dejaría de ser intenso.

Al final ella logró sacar al descubierto su miembro erecto y después de deleitarse unos segundos acariciando sus testículos y chupando su glande, Temari volvió a demandar su rostro frente al suyo para mirarlo fijamente a los ojos y decirle "hazlo". Y sin más miramientos el se hundió adentro de su cuerpo inclinándose sobre ella hasta el punto que terminaron acostados en la cama aunque cerca del borde.

Temari estaba disfrutando demasiado puesto que hacía días que no veía a su shinobi favorito y ella tenía tantas o más ganas que él. Aunque el encuentro fue más repentino de lo que ella se había imaginado. Quizás era el alcohol de la cena que les estaba nublando el juicio.

Shikamaru tenía el pantalón por debajo de las rodillas pero eso no le molestaba para penetrarla bien. "Más fuerte" y "más rápido" le demandaba la kunoichi y él la apretó fuerte rodeándola con sus brazos. Ella hizo lo mismo y así se hicieron el amor hasta explotar en un intenso orgasmo teniendo que contener un gemido para no ser pillados por los demás de la casa.

El Nara, con sus sentidos ralentizados, no tuvo mucho tiempo de pensar donde eyacular y sólo se quedó vertiendo su fluido en la vulva de la kunoichi. En ese momento, manteniendo su glande justo en la entrada de su vagina sujetó sus piernas hacia arriba para que ella no se levantara y dejara caer todo a la cama y al suelo.

- ¿Te has corrido adentro? – preguntó ella sin parecer enfadada. Sólo lo preguntaba por curiosidad.

- No, sólo afuera. Pero ahora tengo que limpiarte… - dijo él haciéndole señales de que no se moviera de la postura en la que la había dejado.

Shikamaru miró en su mesita de noche y por suerte todavía tenía allí una caja de pañuelos de cuando tenía sus momentos en solitario. Ahora le serviría para limpiar a su caliente novia que había aceptado tener un encuentro rápido a escondidas en su cuarto de juventud.

El Nara terminó dejándola completamente limpia y luego arrugó los pañuelos y los desechó en la papelera. Luego le tendió la mano a la kunoichi para que se levantara y se acomodara la ropa.

Los dos, ya más calmados, se sonreían por sentirse cómplices de un delito…


- Hola Shikamaru – dijo ella acompañándolo con la sonrisa más bonita que el shinobi había visto en toda su vida.

Incluso ella era capaz de poner el listón de sonrisas más y más alto.

Los shinobis de Suna los siguieron hasta la casa del Nara y una vez adentro, Temari les dio las gracias por acompañarla y se retiraron para volver a la tierra de viento y arena. Ahora ella se tendría que quedar en su nuevo hogar.

- Bueno… ya conoces esta casa… - dijo Shikamaru nada más entrar con Temari a su casa – he ordenado las cosas del armario principal para que dejes toda tu ropa. Tienes un armario secundario para otras cosas en el estudio…

- Lo sé Shika – dijo ella sonriéndole. Shikamaru no sabía cómo se hacía eso de mudarse con alguien a pesar de que llevaba mucho tiempo deseando ese momento.

- Bueno, entonces haz lo que creas conveniente. Esta es oficialmente tu casa… - Shikamaru se fue un momento a la cocina para beber algo de agua. Todavía no podía creerse que ella estuviera trasladándose ahí. Cuando terminó, se acordó de que había más paquetes en la entrada que habían dejado los dos shinobis de Suna. Aunque la verdad que para ser una mujer no traía muchas cosas, pensó.

Subió los dos paquetes al segundo piso porque allí estaban todos los armarios para guardar sus cosas. Temari le dio las gracias y terminó de llevar un paquete adentro de la habitación principal.

Shikamaru se quedó sentado en la cama mirándola, de vez en cuando echando una mirada a su trasero. Temari casi lo pillaba pero él se salía airoso muchas veces. Hubo un momento en que ella ya sabía que él se estaba quedando embelesado mirándola mientras se agachaba y enseñaba su escote o trasero por accidente. Al final se giró de golpe y se cruzó con sus ojos negros sorprendidos por el susto. Enseguida él se rio y empezó a echarse hacia atrás en señal de miedo ante la rubia que se acercaba. Temari estaba dispuesta a darle un puñetazo o al menos fingir que se lo daba pero él paró sin problemas su mano y la estiró haciendo que se cayera encima de él.

- Te ves tan hermosa cuando te enfadas – dijo él mientras ella hacia una mueca de enfado con risa contenida. Al final no pudo aguantar y se echó a reír.

- Te odio – le dijo la rubia moviéndose hacia un lado para no mirarlo desde arriba. Pero Shikamaru se mantenía con las piernas firmes rodeándola para que no se escapara.

Ella lo miraba con los ojos entrecerrados, de nuevo intentando no reírse. Pero no había mucho éxito.

- Ahora en serio… te ves radiante – le dijo el shinobi acercando su nariz a un lugar entre el cuello y la clavícula. – Siento como si algo hubiera cambiado en ti pero no puedo averiguar qué es, ¿te has cortado el pelo?

- Estás alucinando Shikamaru – le dijo ella poniendo las manos detrás de la cabeza del shinobi. – Será porque llevas muchos días sin follar.

- Eres una kunoichi tan mal hablada… - le dijo él alejando su cara y mirándola con el ceño fruncido y la mirada pícara. – Sabes de sobra que esas cosas son secundarias.

- Pues para ser secundarias siempre tenemos mucho sexo cuando vengo a verte… - dijo Temari bajando la mirada.

- Pero eso es porque te veo muy pocas veces – dijo Shikamaru – pero sí, hoy estoy un poco más ansioso de lo normal.

- Entonces me das la razón – dijo Temari sintiéndose victoriosa.

- Quizás…

Ella se iba a volver a subir encima del shinobi para luchar contra él, despacito claro. Pero a veces se le olvidaba que hacía tiempo que él le ganaba en fuerza. Shikamaru retuvo fuertemente su brazo y Temari vio su bíceps marcado en la camiseta mientras la retenía. Todo aquello hizo que ella perdiera su fuerza y quisiera que le hicieran fuerza pero de "otra manera". El shinobi notó el cambio de expresión de la rubia al ver su brazo y se miró a sí mismo y la miró a ella. El ambiente estaba demasiado tenso como para que no pasara lo que estaba por pasar.

Temari se vio de repente con la boca atrapada por la del Nara que la estaba aprisionando entre sus labios. Ella soltó un gemido sonoro y le empezó a quitar la camisa. Él la entendió y se quitó rápidamente el chaleco y la camiseta quedándose con todo el torso desnudo.

El cuerpo de Shikamaru era moreno y musculoso. No eran unos músculos demasiado enormes pero sí bien definidos ya que él era de constitución delgada. Sobre su piel morena destacaban unos pezones más morenos que el resto de su piel y un ligero vello negro alrededor. Algún que otro pelo entre los pectorales y luego algo más de pelo por la parte baja. La parte que descendía hasta su vello púbico, por debajo del ombligo. Mientras Temari admiraba su cuerpo Shikamaru se quitaba las sandalias y luego procedía a desabrocharse el pantalón de donde asomaba un bulto en sus calzoncillos azul celeste.

La rubia le puso un pie en el vientre de abdominales marcados cuando él iba a volver a ponerse encima de ella y le dijo:

- Quítate más ropa… - ella se estaba divirtiendo demasiado con ese pequeño striptease que le estaba concediendo el moreno.

Shikamaru enarcó una ceja e intento esquivar el pie de la rubia pero Temari apretó más el pie contra su vientre porque ella no quería que éste se acercara sin estar completamente desnudo.

- ¿No me has oído? – dijo ella con voz casi ronca. Estaba demasiado excitada con el shinobi. Shikamaru se la quedó mirando por unos segundos. Su rubia estaba tirada en la cama con las piernas al borde de los pies de la cama y una de sus piernas por fuera del yukata se veía tan fuerte cuando le apretaba la barriga. Sin duda Temari no se saltaba el entrenamiento.

- Sí te he oído… - dijo el shinobi rindiéndose ante las órdenes de la kunoichi. Enseguida Shikamaru dejó de intentar avanzar hacia delante y se fue unos centímetros hacia atrás para bajarse el pantalón. Justo después, por enésima vez, volvió a intentar llegar hasta la kunoichi.

- Toda la ropa – le ordenó ella poniendo énfasis en el "toda".

- Tú no te has quitado nada – dijo Shikamaru recalcando la injusticia del momento. Aunque para Temari eso sonó técnicamente incorrecto ya que ella tenía casi un pecho entero asomando entre el yukata.

- A veces la vida es injusta shinobi – le dijo ella con una voz tan seductora que él no pudo seguir negándose.

Shikamaru volvió a ponerse de pie por completo y dispuesto a bajarse los calzoncillos, se dio cuenta de que la rubia lo miraba fijamente. Y sólo para torturarla, se los quitó terriblemente lento. Temari chasqueó los dientes. Él se había dado cuenta de las ganas que ella tenía.

Ella no apartó la mirada. Hacía tiempo que lo habían superado ya pero eso no quería decir que no dejara de sorprenderse con el género masculino cuyo miembro era capaz de cambiar drásticamente de tamaño según la situación. Y aquella situación requería de su máximo esplendor…

- ¿Por qué será que siempre nos pasa esto? ¿Desde... siempre…? - susurró el Nara mirando a los ojos verdes que tenía en frente mientras su cabeza reposaba de lado sobre la almohada. Habían pasado varias horas desde que Temari entró al cuarto con él y había intentado organizar sus cosas en el armario sin mucho éxito al final. Había otros temas que cubrir primero.

- Siempre fuiste algo más que un amigo… siempre… y ahora eres mi prometido… - respondió la kunoichi rubia y se acercó para darle un besito en la comisura de los labios al joven moreno.

Shikamaru cerró los ojos y disfrutó de aquel beso como si fuera el último día de su vida. Los labios de la kunoichi se separaron de su piel y él abrió abruptamente los ojos.

- ¿Tú no tendrías que estar trabajando hoy? – preguntó Temari.

- Me concedieron un día libre para ayudarte con la mudanza – dijo Shikamaru con voz socarrona – pero… - y entonces se levantó de la cama para ponerse buscar los calzoncillos. Sobre la mesita de noche del lado derecho reposaban cuatro preservativos usados durante aquel día. - … como tenías muchas ganas de sexo… mañana tendrás que acabar sola.

Temari se rio y ligeramente avergonzada se giró bocarriba y se tapó casi hasta la cabeza con la sábana.

Él cogió los preservativos y con cuidado de no derramar nada se fue a desecharlos a la basura. En menos de treinta segundos estaba de nuevo en la habitación mirándola con picardía.

- Me vas a dejar seco, rubia problemática… - Shikamaru dijo esto volviéndose a meter en la cama al lado de la kunoichi.

- No lo creo, tienes buen aguante shinobi – dijo ella pellizcando la mejilla izquierda del moreno.

- Por cierto, no quiero ser aguafiestas pero… - el Nara se giró y sacó de la mesita de noche una caja de preservativos vacía y le enseñó el interior de la caja a Temari.

- ¿Se han acabado? – dijo ella confirmando la terrible noticia, para su gusto.

- Sí, lo cual me recuerda que debo decirte que ahora que vas a vivir aquí y teniendo en cuenta que no quieres tener hijos por ahora…

- Lo sé… quieres que me tome la maldita píldora…

- Sí…

Temari hizo un puchero. La verdad es que le parecía pesado eso de tener que acordarse de tomar cada día la píldora siguiendo un horario estricto.

- Pero… antes de empezar a tomarla te la tiene que recetar el médico, ¿no?

- Sí – afirmó Shikamaru ilusionado por escuchar que ella estaba aceptando.

- ¿Entonces podría ir mañana al médico?

- Mañana haré tu registro así que quizás debas ir otro día de esta semana, cuando esté el registro en el sistema.

- Está bien… - Temari se levantó ligeramente y se quedó apoyada sobre su brazo derecho, con la mano sujetando su mejilla derecha – entonces mañana, ¿trabajas?

- Sí, mañana sí.

- ¿Y vendrás a comer? – consultó ella ya haciendo planes para el día siguiente. - Lo digo porque me imagino que pasaré aquí todo el día…

- Normalmente no vengo ya que no me da tiempo de prepararme comida – explicó el shinobi.

- Entonces debería prepararte un bento – dijo ella intentando ser amable.

- No te esfuerces tanto, cuando vienes aquí ya te da por prepararme la cena y el desayuno. ¿Ahora también piensas hacer la comida? No te preocupes tanto Temari… - Shikamaru no quería que ella se sobrecargara de trabajo de esa manera.

- Me aburriré mucho si no hago nada en todo el día Shikamaru – la rubia se levantó y se vistió de nuevo. – Si en algún momento no puedo hacerlo te lo haré saber.

Shikamaru vio que ella se disponía a salir de la habitación y decidió seguirla. Entre risas y abrazos prepararon la cena y después la comida del día siguiente.

Después de todo aquello se dieron un baño juntos frotándose el uno al otro. Se fueron a la cama y, dándose una tregua sexual, se durmieron abrazados como si no quisieran que el otro se fuera de su lado.

El día siguiente fue bastante aburrido para Temari. Se despidió de Shikamaru por la mañana y ella se quedó ordenando todas sus cosas. También se dedicó a limpiar la que se acababa de convertir en su nueva casa.

Afortunadamente Shikamaru llegó pronto para su sorpresa. Le dijo que se había escapado antes para poder verla más tiempo. Temari agradeció el gesto con un abrazo cariñoso.

El shinobi le había dicho que el día que completaría su registro todavía no podría ir a la consulta del médico pero al día siguiente sí. Temari se levantó muy animada en su segundo día viviendo en Konoha. Se apresuró con el desayuno para poder ir temprano al hospital.

Temari se sentía nerviosa por ser la primera vez que visitaba el hospital de Konoha como paciente. Si bien es cierto que había estado en numerosas ocasiones, nunca había tenido que ir por ella misma. También tenía que admitir que hubiera preferido que Shikamaru la acompañara.

Acababa de hablar con la recepcionista del hospital cuando de repente apareció una cara conocida: era Ino. Ella era una amiga de Shikamaru así que su presencia la tranquilizó en parte.

-¡Temari-san! – dijo la kunoichi emocionada. Temari no sospechaba por qué. Lo cierto es que Ino llevaba un buen tiempo con un ligero resentimiento hacia Shikamaru porque éste no quería contarle nada de lo suyo con Temari. Era la oportunidad perfecta para averiguarlo todo sobre ellos. – Yo misma la atenderé – le dijo Ino a la recepcionista indicándole que no hacía falta que Temari esperara en la sala de espera.

La recepcionista asintió y le dio a Ino la ficha que acababa de rellenar con los datos de Temari y el motivo de la visita.

Ino se llevó a Temari a una de las consultas y una vez allí se sentó en el escritorio del médico quedando en frente de Temari.

- ¿Cómo te va la vida? – le preguntó muy sonriente.

- Bien, bien... gracias – respondió Temari con amabilidad.

- ¿Y Shikamaru? ¿Sigue portándose tan estúpido contigo como de costumbre?

- ¿Estúpido? No, jaja ya no... ahora estamos bien y ayer me mudé a su cas- Temari no pudo terminar de hablar porque la otra kunoichi estaba interrumpiéndola en menos de una fracción de segundo.

- ¿Que te has mudado a su casa? – exclamó Ino impresionada – ¡eso quiere decir que las cosas entre tú y Shikamaru van muy en serio!

- Eso parece... – dijo Temari poniéndose muy nerviosa. Había sido mala idea ir al hospital y había sido mala idea cruzarse con Ino. Todo indicaba que Shikamaru no le había contado muchos detalles a Ino y ahora se pondría hecha una fiera por ser una de sus amigas más cercanas y no tener ni idea de lo avanzada que iba la relación con Temari.

- ¡Shikamaru no me cuenta nada! Ese maldito shinobi... me las va a pagar. Yo le he contado todo lo mío con Sai y él no me cuenta nada de vosotros... – Ino parecía bastante enfadada con Shikamaru, pero por fortuna parecía que con ella no. Después de todo ella no vivía en Konoha hasta hace dos días.

- Shikamaru ha pasado muy malas épocas y se ha vuelto un poco reservado, es cierto. Yo también pasé por esa situación de tener que sacarle la información a las malas... y lo peor es que ha llegado a poner en riesgo su vida por no contar con sus amigos...

- ¡Tienes toda la razón Temari, Shikamaru es lo peor...! – Temari no dejó que la rubia de Konoha hablara mucho ya que volvió a seguir con su discurso sobre el comportamiento de Shikamaru.

- Pero Ino... las cosas entre nosotros las ha mantenido en secreto porque yo se lo pedí – mintió deliberadamente para salvarle el culo, una vez más, a Shikamaru – en serio, esto no se lo tengas en cuenta... mira, al ser yo la hermana del Kazekage es de vital importancia que nuestra relación se mantenga en parte en secreto. Eso sin contar con que los dos somos representantes de nuestras respectivas aldeas en la Unión. Hasta que no lo hemos tenido todo claro no nos hemos abierto como ahora yo te estoy contando todo esto... pero ahora... soy su prometida y nos vamos a casar. Por eso me mudo a Konoha, tengo que planificar la boda que se celebrará en varios meses. Debemos invitar a importantes cargos políticos, etc.

Ino la miraba incrédula, Temari le acababa de soltar el bombazo del año después de lo de Sakura y Sasuke. La kunoichi de Konoha suspiró y tras sobarse la frente con la mano derecha, se calmó y le sonrió a Temari.

- Supongo que no puedo matar a Shikamaru porque ahora es tu prometido... – dijo Ino en broma – pero... ¡odio no saber la situación sentimental de mis amigos! Hace un par de meses Sakura se fue casi sin avisar porque quería viajar con Sasuke a toda costa, ¿te lo puedes creer Temari?

- Me lo puedo creer – dijo Temari entre risitas. Ino también se reía.

- Bueno... Creo que nos hemos desviado un poco del tema principal, ¿cuál era el motivo de tu visita? – preguntó Ino mirando la ficha de Temari. Temari se puso nerviosa.

- Pues es que quería empezar con algún método anticonceptivo hormonal... ahora que me voy a mudar aquí... ¿tú tomas alguno? – preguntó Temari para quitarle importancia al hecho de que implícitamente estaba confesando que mantenía activamente relaciones sexuales con Shikamaru.

- No... yo no tomo ninguno... desde hace tiempo quiero formar una familia con Sai, y estamos intentándolo – dijo Ino confesando que ella estaba buscando un bebé.

- Oh... ya veo...

- Pero, ¿tú no quieres tener hijos Temari?

- Sí, pero por ahora no...

- Para Shikamaru es importante tener descendencia, ya sabes... es el heredero de su clan.

- Lo sé, también es importante para el Kazekage tener descendencia, aunque sean sobrinos...

Ino asintió. Entendía que tarde o temprano Temari tendría hijos. Entonces siguió con su papel de médico.

- No te voy a hacer las típicas preguntas de si has tenido hijos o si has tenido algún aborto – dijo Ino obviando todo ese trámite. – pero hay algo que si debemos hacer a las mujeres a partir de una edad antes de darles anticonceptivos hormonales. Debes hacerte un test de embarazo.

- Está bien – dijo Temari – hagámoslo.

Para Temari no era la primera vez que pasaba por eso así que ya era como algo rutinario. Temari se fue con el vasito para la orina que le había dado Ino. En pocos minutos volvió e Ino hizo la prueba a su lado.

Temari estaba mirando al infinito cuando de repente Ino abrió mucho los ojos.

- Temari... ¡estás... estás embarazada! – chilló Ino de golpe, levantándose de la silla de escritorio. Temari se quedó en shock. Su cara tomó un color pálido tirando a transparente y empezó a tartamudear.

- No-no... no puede ser... ¿en serio? – le dijo a Ino sin terminar de creérselo.

- Estos test son infalibles... – respondió la rubia de Konoha – Temari... ¿acaso no has tenido síntomas? ¿Y retrasos?

- Es que ha habido varias ocasiones en las que la regla se me ha retrasado por estrés así que esta vez no le he dado importancia... y no he tenido ningún síntoma... – Temari se explicaba mientras pensaba como podía haber pasado. – Además la última vez que no usamos protección fue cuando vine por Navidad… y estaba por bajarme la regla... – Temari se dio cuenta enseguida de su fallo.

- Si la regla estaba por bajarte y por eso no usaste protección tendrías que haberte dado cuenta días después de que no llegó a bajarte... – Temari la escuchaba aterrorizada. Ino tenía razón, había sido un descuido importante. - ¿aquello... cuando fue?

- Hace algo más de un mes... – dijo Temari casi susurrando con una expresión de perplejidad total.

- ¿Hace más de dos meses? – preguntó Ino ahora angustiada.

- No no, más de dos meses no, un mes y un poco más creo – aseguró Temari con un tono de voz que calmó a Ino.

Las dos se quedaron en silencio analizando la situación. Aunque Ino no tardó en recuperar la compostura.

- Vale, Temari... yo no estoy especializada en ginecología pero considero que deberías hacerte una ecografía transvaginal para saber el tiempo exacto de embarazo y comenzar con tu control. – Temari escuchaba a Ino alucinada. – Ahora vengo...

La kunoichi salió de la estancia, parecía que quería consultar con un médico especializado. En pocos minutos Ino estaba de vuelta. La médico que entró no dijo gran cosa. Tan sólo corrió una cortina que dejaba a la vista una camilla con unas barras metálicas en los pies que parecían que servían para sujetar las piernas y le dijo a Temari que se tumbara.

...

- Seis semanas – le dijo la médico a Ino cuando terminó de trastear dentro de la pobre Temari con un artefacto largo que afortunadamente habían tenido la delicadeza de lubricar antes de metérselo. – Bien... esta ha sido tu primera ecografía, la próxima debes hacértela exactamente en seis semanas.

La médico recogió todo y se fue deprisa sin decir nada más.

- ¿Por qué se comporta así? – preguntó Temari debido a la prisa y la actitud con la que actuó la médico.

- Porque le pedí por favor que la necesitaba ya mismo para hacerte esta ecografía, para la próxima deberás pedir cita... – explicó Ino – Temari, debes informar a Shikamaru inmediatamente.

- Si, lo sé...

- Espero que no sea algo que os cause problemas... no sé si lo estabais esperando... si necesitas algo no dudes en venir a mi casa. ¿Sabes dónde es?

- Si creo... no está lejos del clan Nara, ¿verdad?

- Así es – Ino y Temari salieron con calma. Las dos estaban bastante impactadas pero Ino parecía más contenta que Temari. Ino acompañó a Temari hasta su casa y le indicó como llegar hasta la casa Yamanaka desde allí.

Finalmente Ino regresó al hospital tras despedirse de Temari.

La rubia entró a su casa y se quedó un buen rato sentada en el escalón del recibidor. Se descalzó sin pensarlo en plan autómata y se dirigió hasta la cocina. Allí vio la comida pero no le dieron ganas de comer así que salió y se fue hasta el salón y simplemente se quedó tumbada en el sofá un par de horas.

Temari no solía ser una persona vaga que se queda tumbada sin más pero la noticia que le acababa de dar Ino había precipitado todos los planes que pudiera tener para sus siguientes años de vida. Precisamente lo había hablado con Shikamaru. Ella no quería tener hijos por ahora. Y justo tenía que pasar...

Al final de tanto pensar tumbada en el sofá se quedó completamente dormida.

...

Se despertó cuando escuchó el ruido de la puerta al entrar Shikamaru. El Nara entró al salón y percibió algo extraño en el estado de ánimo de Temari en cuanto la vio. Ella estaba tumbada y parecía que acababa de despertarse. Sus ojos lucían caídos y su mirada era lejana.

- ¿Te ocurre algo Temari? – le preguntó agachándose al lado de ella con el rostro lleno de preocupación. Cuando Shikamaru se fue aquella mañana juraba que ella era plenamente feliz porque por fin iban a dar el paso de vivir juntos y casarse. Pero la imagen que tenía ahora ante sus ojos daba a entender que sus sentimientos eran muy diferentes. Ella no estaba siendo precisamente feliz por algún motivo. Temari se levantó lentamente y se quedó sentada. En silencio se quedó mirándolo fijamente a los ojos.

- Es que... He ido al médico esta mañana como hablamos.

- ¿Te ocurre algo malo? – preguntó él rápidamente.

- No sé si malo es la palabra... Tal vez inesperado se adecua más.

- ¿Inesperado? – dijo él repitiendo sus palabras. - ¿Qué te ocurre?

Temari se quedó callada unos segundos mirando el suelo.

- Estoy... embarazada Shikamaru... – dijo ella sin mirarlo.

- ¿QUÉ? – exclamó el shinobi por la sorpresa de la noticia inesperada. Su cara era de total ingenuidad como si no pudiera ser posible lo que ella estaba diciendo. Para Temari fue frustrante su reacción pues ella sabía que en parte era el gran culpable - ¿¡En serio!?

- ¿Qué esperabas? – dijo ella ahora con tono de estar enfadada - ¡lo raro es que no hubiera ocurrido antes! Maldita sea, tú y tu problema con los condones...

- ¿Me estás diciendo que es sólo culpa mía? ¿¡Me echas toda la culpa!? – Shikamaru vio que Temari se había enfadado más con él debido a su tono y ahora se levantaba y se iba del sofá pero él inmediatamente se levantó del suelo y la retuvo por la muñeca – ¿Y todas las veces que te dije que tomaras anticonceptivos qué?

- ¡Escucha, yo no tengo por qué tomar la píldora si no quiero! ¡Son tantas las veces que lo hemos hecho sin condón que lo raro es que no me haya quedado embarazada en cuatro años! ¡Y todo porque Shikamaru odia las malditas gomitas!

- Estás siendo muy dura conmigo... y, ¡eso no es cierto! – Temari estiraba su brazo para soltarse del agarre del shinobi pero él no la dejaba ir - ¡HEY! ¿Y quién ha sido la que a veces no me ha dejado salir antes de eyacular? ¿Y quién ha sido la que a veces me ha dicho "No pasa nada Shikamaru, me tiene que bajar la regla"? ¡Yo no soy el responsable de controlar tu ciclo menstrual! ¡Quizás si lo hiciera yo, lo haría mejor que TÚ!

Esa última frase fue la gota que colmó el vaso para que Temari estallara de ira. Se soltó haciendo uso de toda su fuerza y le dio una bofetada que lo dejó allí parado. Pero antes de salir por la puerta se detuvo unos instantes para decirle una última cosa:

- ¿Sabes qué Shikamaru? Quizás me haya equivocado y quizás no deba casarme contigo...

Temari estampó la puerta con fuerza y salió corriendo de allí hacia la casa de Ino...

Tras un par de minutos de haberse quedado solo en casa Shikamaru reaccionó y se sentó para poder pensar con calma. ¿Qué debía hacer ahora?

Completamente desesperado pensó que quizá no era bueno quedarse solo. Necesitaba hablar con alguien...

- ¡Chōji! – pensó – voy a hablar con él...

...

- Shikamaru... ¿qué te ocurre? – preguntó su viejo amigo al ver la cara que traía. – Ven, pasa y me lo cuentas...

Shikamaru pudo ver, cuando entró a la casa, que Chōji estaba prácticamente viviendo con Karui ya que toda la casa estaba decorada con fotos de los dos y algunos detalles de la tierra de ella. Según Chōji, era la mujer de su vida. Era la única mujer que no estaba diciéndole todo el tiempo que hiciera dieta porque no se veía atractivo. Al revés, a Karui le gustaba mucho comer y por algún motivo no engordaba un gramo.

Fuera como fuera, el caso es que los dos se sentían muy bien estando juntos y era todo lo que importaba.

- ¿Qué te ha pasado Shikamaru? – el Akimichi percibió rápidamente el estado de ánimo de su amigo y fue a la cocina para servirle una taza de té mientras el Nara se acomodaba en el sofá.

- La he cagado Chōji... he dejado embarazada a Temari... Y ahora ella está muy enfadada conmigo...

Chōji se quedó pensativo meditando las palabras que le servirían de consuelo a su amigo. Él no es que fuera un experto pero en el tiempo que llevaba con Karui había logrado aprender algo. Tras unos segundos de silencio le dijo:

- Pero si te ibas a casar con ella... no es tan grave... ¿no?

- Ojalá fuera así como dices, pero ella me había dejado muy claro que no quería tener hijos por ahora – empezó a explicarle Shikamaru – y ahora hemos tenido una discusión muy fuerte y nos hemos dicho cosas muy feas. Ahora se ha ido de casa y no sé dónde estará...

- ... Shikamaru... estoy seguro que Temari te ama demasiado... ella no se habrá ido lejos, ya lo verás. Las mujeres lo pasan un poco mal con los cambios hormonales que experimentan durante el embarazo. Y para colmo seguro que se ha sentido especialmente mal si nunca había discutido así de fuerte contigo.

- Supongo que... tienes razón… – dijo Shikamaru asimilando las palabras que le había dicho su amigo. – No debí decirle esas cosas ahora que está más sensible que nunca.

- Y no le tengas en cuenta las cosas que te diga, ella no lo piensa así realmente – terminó diciéndole su amigo justo antes de que Shikamaru tomara la determinación de levantarse e irse a buscarla.

- Gracias Chōji... creo que voy a ir a casa por si acaso aparece... ¿adónde habrá ido?

- Es probable que haya buscado consuelo femenino, ¿sabes si hoy durante habló con alguna mujer? ¿Ino? ¿Tu madre quizás?

- Hoy fue al hospital y fue cuando supo lo del embara... – Shikamaru abrió los ojos dándose cuenta de con quién podría estar. - ¡Eso es! ¡A lo mejor Ino estaba allí cuando supo lo del embarazo!

En ese momento, Chōji, que llevaba un rato mirando el móvil, lo giró para que Shikamaru viera la pantalla. En el mensaje Ino decía que Temari estaba con ella.

- Ve por ella Shikamaru – el Akimichi sonrió y el Nara le correspondió la sonrisa.

Ahora, más animado, Shikamaru se despidió de su amigo con un abrazo y se fue a la casa Yamanaka.

...

Mientras tanto, en la casa de Ino, la rubia platino acababa de enviarle el mensaje a Chōji sobre el paradero de Temari. Por alguna razón estaba segura de que Shikamaru habría acudido desesperado a hablar con un amigo.

- Temari, no tengas en cuenta la reacción de Shikamaru. Seguro que está tan nervioso como tú y por eso ha elevado su tono de voz... – dijo Ino guardando rápidamente el móvil antes de que la kunoichi de Suna se preguntara qué hacía con el aparato en la mano.

- ¿Tú crees? Yo he llegado a pensar que en verdad tiene miedo de algo así y he querido echarme atrás por mí misma antes de que fuera él el que me dejara plantada sin casarme...

- En verdad, es cierto que Shikamaru a veces puede ser un cobarde. Pero ya poco queda de ese cobarde. Tú bien lo sabes – dijo la Yamanaka esbozando una sonrisa – además, nunca lo había visto tan feliz por algo. Es la primera vez que veo sus ojos brillar como si su alegría fuera contagiosa.

- ¿De verdad? – preguntó Temari aferrando el pañuelo que tenía entre sus manos. Ese pañuelo que le había secado las lágrimas minutos antes.

- Sin duda él te ama... Vuelve con él... ¡Quiero veros felizmente casados Temari!

Tras esas palabras Temari se sintió reconfortada y decidió volver a su nueva casa...

...

Shikamaru se plantó delante de la casa de Ino en pocos minutos. No obstante, decidió que no la iba a molestar. Dejaría que hablaran lo que hiciera falta y esperaría afuera para conocer su respuesta...

Al poco rato escuchó un ruido de voces femeninas cercanas. Eran las dos rubias despidiéndose, Temari le daba las gracias a Ino por su hospitalidad y por escucharla.

Su kunoichi favorita apareció en su campo visual. Temari pudo apreciar el rostro arrepentido de Shikamaru del mismo modo que él a ella.

- Temari... – susurró Shikamaru mientras ella se acercaba hasta quedar totalmente en frente de él. – Lo siento mucho... No tendría que haberme puesto así. Debo asumir mi parte de responsabilidad.

- No, Shikamaru... Yo soy tan responsable como tú, pero me he puesto demasiado nerviosa... Te debo una disculpa... – Temari miraba alicaída el suelo.

De pronto, el Nara que ahora la miraba con ternura, tomó una de sus manos aferrándola para reconfortarla.

- Te amo más que a nadie en este mundo – dijo él de repente con las mejillas sonrosadas. Temari alzó la mirada gratamente sorprendida por esas palabras y ahora clavó sus ojos en los del shinobi con la mirada llorosa.

- Shikamaru... – Sólo dijo ella y los dos se quedaron mirándose fijamente. Parecían bastante arrepentidos de los gritos que se habían pegado. – Yo también te amo...

Shikamaru sonrió y la abrazó aferrándola fuertemente contra su pecho. Temari correspondió el abrazo y lo rodeó por la cintura dejando sus manos en la espalda del shinobi.

- Entonces, ¿todavía quieres casarte conmigo? – susurró en su oído el shinobi sin atreverse a separarse de ella.

- Supongo que... Ahora más que nunca... tenemos que hacerlo porque debemos darle a este pequeño ser un buen hogar... – respondió ella a la vez que una lágrima de alivio se resbalaba por su mejilla y una leve sonrisa se dibujaba en sus labios pensando en el pequeño ser que crecía en su vientre.

Shikamaru se separó un poco sin soltarla y observó su rostro. Inmediatamente, con una de sus manos limpió la mejilla mojada por el paso de la gota. Temari no se sentía ahora triste. La verdad era que se sentía increíblemente feliz. La discusión que habían tenido había sido sólo producto de los nervios y ahora que veían las cosas con una actitud más relajadas eran capaces de ver cuáles eran sus verdaderos sentimientos con respecto al tema. Temari sonrió como a él le encantaba y Shikamaru no pudo hacer otra cosa que sonreír de la misma manera.

...

Se fueron de la mano caminando a su casa. La joven pareja pasó el resto de la noche en paz. Habiéndose disculpado el uno con el otro, ahora la única preocupación que tenían era la de preparar la boda.

A pesar de que los dos lo estaban pensando, en silencio, ninguno de los dos quiso tocar el tema de la boda aquella noche. Simplemente esperarían hasta el día siguiente.

Shikamaru estuvo observando los movimientos que hacía Temari detenidamente. Quizás era demasiado pronto pero ya se estaba comenzando a obsesionar con que ella no hiciera movimientos bruscos. Temari lo sabía por cómo la miraba. Mientras se ponía el pijama y mientras se lavaba los dientes él no paraba de hacer un escaneo de su cuerpo aunque no en sentido sexual esta vez. Se le notaba que la vigilaba de cerca.

- Shikamaru, ¿por qué me miras así? – dijo ella frunciendo el ceño tras dejar su cepillo de dientes en el vasito al lado del lavamanos – no me voy a romper por estar embarazada.

El shinobi esbozó una sonrisa como pudo mientras se lavaba los dientes a su lado. Ella lo había pillado y ahora tendría que explicarse.

- Lo siento, ya me conoces – dijo al terminar de enjuagarse y secarse la boca con la toalla.

Temari pellizcó su vientre en señal de advertencia. El Nara dormía sin camiseta, sólo con el bóxer. Así que era fácil acceder a su piel.

El ambiente que les rodeaba era diferente a como era otras veces. Shikamaru tenía la sensación de que ella ahora ya no se iba a ir, así que no tenía la ansiedad por tenerla aquella noche como si no hubiera más momentos. Aparte, todavía se sentía ligeramente mal por haberle gritado antes y no se sentía con derecho de pedir "amor".

Apagó la luz del baño y se fue detrás de ella a la cama. Sólo estaba encendida la lamparita de la mesita de noche de ella.

Se metieron en la cama y se miraron unos segundos. No querían decir nada pero la emoción era casi palpable. Tanto, que no dejaban de sonreír y se abrazaron instantes después sabiendo que ahora iban a ser padres.

...

La mañana se colaba mediante rayos de sol entre las cortinas de la habitación de la joven pareja. El despertador de Shikamaru no tardó en sonar. Era raro que ella no se hubiera despertado ya porque generalmente era capaz de detectar minutos antes la alarma y al final siempre era ella la que apagaba el despertador y acababa despertándolo a voces.

- Buenos días princesa – dijo él tras ver que ella acababa de abrir los ojos.

- Buenos días Shikamaru – dijo ella sonriéndole y desperezándose a la vez.

En ese momento él se dio cuenta. Aquello que le notaba diferente en el físico era que se veía increíblemente hermosa, probablemente porque el embarazo le daba un toque especial. No había hecho falta un test de embarazo para que él pudiera percibir ese cambio en ella.

Se levantaron y fueron a preparar juntos el desayuno. Él quería ir con calma, ahora que sabía lo de Temari tenía excusa para llegar un poco tarde. A pesar de las palabras de la rubia la noche anterior sobre su fragilidad, él no paraba de mirarla con mucha atención.

Al cabo de un rato, Shikamaru se preparó para irse a trabajar. Él sabía que tenían un tema pendiente del que hablar pero en ese momento no había tiempo suficiente.

- ¿Estarás bien sola? – sólo le dijo el shinobi a la rubia de Suna después de darle un dulce beso en los labios.

- Shikamaru, estoy embarazada. No enferma. – le tuvo que recordar ella burlándose de él por su extrema preocupación.

- Está bien, está bien... – respondió él como cuando le respondía a su madre – por la tarde hablamos.

Esta vez ella no tenía nada que hacer en todo el día así que se dedicó a pasear por Konoha. Por un momento pensó que el hecho de estar embarazada le provocaba una cierta obsesión de manera que por el camino no paraba de encontrarse con tiendas que hacían referencia a cosas para bebés o bien ropa premamá, etc.

También encontraba tiendas de comida que no debía comer... pero eran tantos los antojos, pensaba ella.

No supo cómo, pero al final volvió a casa con un par de vestidos premamá y algunos dulces.

Cuando por fin Shikamaru regresó a casa él no tardó en ver como ella ya estaba padeciendo todos los síntomas del embarazo. Lo primero: un vómito repentino tras un atracón de dulces.

Parecía que el destino se burlara de ella porque justo en todo ese tiempo que estuvo embarazada sin saberlo no tuvo ni un síntoma y sin embargo ahora que lo sabía le venían todos de golpe.

Temari se sentía demasiado sucia después de eso ahí agachada frente al inodoro y Shikamaru mirándola con cara de pena desde la puerta. Después de tirar de la cadena, se levantó y se dirigió corriendo al lavamanos a lavarse los dientes antes de que Shikamaru se atreviera a acercarse a ella en esas condiciones.

- Qué asco doy – dijo ella después de enjuagarse. Él la observaba con preocupación contenida desde la puerta. Aunque para nada pensaba que ella diera asco, sólo no soportaba que ella estuviera pasándolo mal.

- No digas eso, exageras demasiado – dijo él encogiéndose de hombros y tendiéndole la mano para después decirle: - ¿Por qué no me enseñas esos vestidos que te has comprado?

Temari se sintió reconfortada porque probarse los vestidos conseguiría que se le olvidara el malestar. Recogió las bolsas que había dejado en el salón y fue con Shikamaru hasta su habitación donde se puso delante del espejo mientras el Nara se sentaba a observar en la cama.

La kunoichi se desvistió frente a él y le lanzó una prenda de ropa a la cara para que no se quedara mirando con su cara de embobado. Shikamaru se la quitó de encima riéndose.

- Shikamaru, ¿cuál me queda mejor? – preguntó la rubia sonriente tras probarse los dos vestidos que se había comprado.

- Los dos – respondió él sin fijarse mucho mientras seguía mirando más su cuerpo que a los vestidos en sí.

- Shikamaru, es en serio – insistió ella porque quería saber la opinión del shinobi.

- En serio, los dos te quedan bien – dijo él ahora mirándola directamente. - ¿Son premamá?

- Si, por eso son así de anchos – explicó ella.

- ¿De cuánto tiempo estás?

- Seis semanas me han dicho... – de mientras Temari suplicaba para que Shikamaru no se diera cuenta de lo que eso significaba. No obstante, no por nada Shikamaru era considerado uno de los shinobis más inteligentes del País del Fuego.

- ¿Seis semanas...? – dijo él ya pensando en mil cosas y haciendo cuentas para ver cuando fue ese momento en el que ella se quedó embarazada – ¡HEY! ¡Los días que fuiste escolta de Gaara y el día que te ayudé a recuperarte tras explotarte los sellos en la cara... ya estabas embarazada!

- Es probable que así fuera... – dijo Temari pensando que era lógico que él no tardara en darse cuenta.

- Oh joder... ¿y el bebé está bien? – dijo ahora el Nara casi pálido.

- En la ecografía que me hicieron salió todo bien – explicó Temari.

- Que temeraria eres... – dijo él frunciendo el ceño y sobándose la frente.

- Yo no tenía ni idea de que ese día ya estaba embarazada...

Shikamaru hizo una pausa en la que se puso a pensar en mil cosas.

- Esto ocurrió en Navidad, ¿verdad? – dijo él intentando confirmar sus sospechas con ayuda de la opinión de la kunoichi.

- Solo así me salen las cuentas – respondió ella asintiendo con la cabeza. Luego volvieron a hacer una pausa. Había mucho en lo que pensar.

- Ahora que ya lo sabes deberían darte la baja por maternidad, al menos en lo que se refiere a misiones – dijo Shikamaru analizando la cara de disgusto de Temari – no me mires así. Sabes perfectamente que es lo que debes hacer. Las kunoichis no tienen permitido ir de misión cuando están en estado porque se ponen en riesgo ellas, al bebé y al equipo entero.

- Vale Shikamaru, no hace falta que me des el sermón. Ya lo he captado. – dijo ella ligeramente disgustada haciendo un puchero.

- Mañana iré personalmente a hablar con el Hokage para que no te tenga en cuenta para las misiones.

- Suena tan malo cuando lo dices en voz alta – dijo la rubia sentándose en el sofá al lado del shinobi. – Sabes perfectamente que nunca he pensado en ser otra cosa aparte de kunoichi. No me veo quedándome en casa sin más... sin nada que hacer. Se me hace muy raro Shikamaru.

- No te amargues pensándolo, vas a hacer algo más importante... vas a dar a luz a una personita muy importante: mi hijo...

Temari giró la cabeza a un lado para mirar al Nara. Él la miraba con ternura mientras ponía un brazo entorno a ella.

El Nara se quedó acariciando su vientre por encima de la tela a la vez que echaba la mirada arriba para ver la expresión de Temari. Ella parecía en calma en ese instante.

- ¿Cuándo se podrá saber el sexo del bebé? – preguntó él de pronto.

- Todavía falta un poco de tiempo hasta que podamos saberlo – afirmó ella tocándose la barriga. Se quedó en silencio unos segundos y después levantó la mirada para cruzarse con sus ojos negros y le dijo: – Shikamaru, habrá que acelerar los preparativos de la boda.

- Lo sé – dijo el Nara asintiendo – y quizás no debemos tardar más de un mes. Dado tu estado... no sería bueno que te casaras con un tamaño que hiciera evidente que estás embarazada. ¿Lo sabe alguien?

- Ino lo sabe porque ella me atendió en el hospital – dijo la rubia de Suna. – y recuerda que después estuve hablando en su casa con ella.

- Es cierto... Pero, si Ino lo sabe... los demás no tardarán en enterarse. Yo se lo conté a Chōji pero él no es problema. Debería hablar con ellos para asegurarme de que serán absolutamente discretos.

- Y yo debería decirles la verdad a Gaara y Kankurō. Si no les digo la verdad se extrañarán cuando les diga lo de adelantar la boda.

- Serán discretos, seguro que no hay problema con ellos – dijo Shikamaru aceptando. – En cuanto a la boda... Quizás deberías hablar con Ino para que nos ayude con los preparativos.

- Mañana mismo debería empezar – respondió ella sonriendo levemente.

...

Al día siguiente Shikamaru cumplió con su cometido de excluir a Temari como kunoichi disponible para misiones. Dadas las condiciones de la rubia, era su máxima prioridad impedir que se la tuviera en cuenta entre los planes de alguna misión. Si prevenía eso, todo iría bien.

Aunque esto significaba que ahora también lo sabía Kakashi...

Al mediodía fue a comer con Ino y con Chōji:

- Al final... Tendré que casarme en menos de un mes – les dijo cuando cesaron las risas por alguna anécdota que estaban contando. Sus dos amigos se quedaron de repente en silencio.

- ¿Es por el embarazo de Temari, no? – dijo Ino – si estás preocupado porque alguien más se entere... no te preocupes, mis labios están sellados.

- Entonces lo habéis arreglado todo – comentó Chōji.

- Sí, la discusión que tuvimos no fue tan grave. Gracias a los dos – les dijo Shikamaru sincero.

- ¡Para eso estamos! – dijo Ino emocionada porque Shikamaru y Temari se hubieran reconciliado. Ahora que por fin empezaban a vivir juntos, lo que no se podía permitir es que una discusión lo arruinara todo.

- Ino, Temari necesita tu ayuda para prepararlo todo... yo por desgracia voy a estar bastante ausente. Temari no va a trabajar así que yo tendré que hacer horas extras para pagarlo todo sin problemas.

- Pero, ¿queréis hacer una boda a lo grande? – preguntó la rubia extrañada – hay muy poco tiempo para eso.

- Teníamos ganas de una celebración normal, por poco tiempo que haya. Lo llevábamos hablando un tiempo por carta.

- ¿Por carta? Qué anticuado eres Shikamaru. – exclamó Ino llevándose una mano a la frente.

- Es que no confiaba mucho en la seguridad de los mensajes por el móvil y para hablar de ciertas cosas... era mejor así.

- En fin, omitiré de mi memoria tu resistencia a modernizarte. – la Yamanaka observó a Chōji sacar una bolsa de patatas de algún bolsillo secreto. - ¡Por favor Chōji! ¿Nunca te cansas de comer?

- Es que habéis pedido la cuenta demasiado pronto – se quejó el Akimichi.

- Lo siento Chōji, pero con la boda en menos de un mes y un bebé en camino debo empezar a pensar en el dinero... – se excusó Shikamaru.

- No te preocupes Shikamaru, esta la pago yo – respondió Chōji ahora que habían traído la cuenta a la mesa. – Después de todo habíamos venido a comer como solemos hacer habitualmente y, ¡hemos acabado celebrando que te casas y vas a ser padre!

Los tres amigos sonrieron y ya saliendo del restaurante de barbacoa volvieron a entablar una conversación.

- Ino, ¿hoy estarás en la tienda? – consultó el Nara.

- Sí, ¿por? – cuestionó ella.

- Le diré a Temari que pase a verte para hablar de los preparativos.

- ¡Claro! ¡Estoy deseando ayudaros a decorarlo todo y ayudarla a elegir su vestido y todo! Me servirá de práctica para mi propia boda.

- ¿Tú también tienes fecha para casarte? – preguntó Chōji curioso porque era extraño que su amiga ocultara algo.

- Pues... después de la boda de Naruto y Hinata y ahora que sé que Shikamaru también se casa, ¡he estado pensando que no quiero ser la última en casarme!

- Siempre tan competitiva – dijo el Akimichi resoplando.

- Lo he estado hablando con Sai. Pero hay que tratar el tema con cuidado, él es más sensible de lo que parece.

- Él es el hombre de hielo – comentó Shikamaru burlándose un poco de Sai. Ino le dio un golpe en el hombro.

- Conmigo no se comporta como el hombre de hielo – dijo ella refunfuñando.

- ¡Vale! ¡No quiero saber nada más! – respondió Shikamaru exclamando.

Tras un breve paseo los amigos se separaron y luego cada uno continuó con su respectivo trabajo aquel día.

Temari se había pasado la mañana con mucho malestar por primera vez en todo el tiempo de embarazo. Después de ducharse y de vestirse se acordó que ahora el obi no se lo podía apretar demasiado. De hecho era probable que en cosa de un mes dejara de usarlo, pero por el momento debía disimular el embarazo hasta que pasara la boda.

La rubia de Suna recibió un mensaje de Shikamaru en su teléfono móvil diciéndole que fuera a ver a Ino para empezar con los preparativos. Así fue como en pocos segundos ya estaba saliendo de casa dispuesta a dirigirse a la floristería Yamanaka. Por el camino iba pensando que, por supuesto, sería Ino la que se encargaría de las flores y toda la decoración...

...

- ¡Hola Temari-san! – la saludó una efusiva Ino al ver a Temari entrando por la puerta de la tienda.

- Hola Ino – respondió Temari también alegremente – gracias por lo de ayer...

- No te preocupes, ¡ahora vas a ser casi parte de mi familia! Ya sabes, Shikamaru es como un hermano para mí – dijo Ino saliendo de detrás del mostrador. - ¿y bien? ¿Por dónde empezamos? Tal vez… ¿el estilo de las invitaciones?

- Sí, empecemos por las invitaciones... – dijo Temari contenta por ver que no estaría sola en la preparación de la fiesta.

Ino dejó a un ayudante a cargo de la tienda para poder irse con Temari a ver diferentes posibilidades. Tras unas horas de mirar diferentes diseños se dieron cuenta que se estaban entreteniendo demasiado en elegir las invitaciones. A ese paso iban a estar hasta el último día preparándolo todo.

Las dos juntas eligieron qué escribir en la invitación general y por otro lado Temari se encargaría de meter en el sobre dirigido a sus hermanos una carta extra donde les explicaba la situación y a que se debía la prisa por casarse.

Aquel mismo día tuvieron listas todas las invitaciones aunque no las mandarían por el momento.

Entre la lista de invitados se encontraban, por una parte los más cercanos de Shikamaru: Yoshino, Ino, Chōji y sus respectivas parejas: Sai y Karui. También estaba el equipo/familia de Temari: Gaara, Kankurō y Baki. A continuación, amigas de Temari, o lo más próximo a unas amigas en Suna: Yukata, Matsuri y Sari.

Por otro lado estaban, sin duda: Kurenai y su pequeña Mirai, Konohamaru, Kakashi, Naruto, Hinata, Sakura, Kiba, Shino, Lee, Tenten. Los compañeros de la Unión: Chōjūrō, Omoi, Kurotsuchi, Tsunade, los padres de Chōji y la madre de Ino. Los tíos de Shikamaru del clan Nara. Mei, Ōnoki, A (Raikage), y un largo etcétera de otros tantos compañeros y personas relevantes en sus vidas…

- Shikamaru… - susurró ella estando entre sus brazos aquella noche después de cenar. El Nara la abrazaba en el sofá de su casa.- Mira, estas son las invitaciones – dijo Temari alcanzándolas de la mesita al lado del sofá.

- Son muy bonitas – dijo Shikamaru tomando en sus manos la pequeña pila de invitaciones. – me gusta mucho el lazo dorado que llevan y el papel, parece de gran calidad.

- Lo son – dijo la rubia – aunque hay una invitación que mandaré con una carta extra.

- ¿La de tus hermanos? – preguntó Shikamaru curioso.

- Sí… - respondió ella pensativa. Tardó unos segundos en salir de su mente cuando el Nara rozó una de sus manos en un intento de tener su atención. - Shikamaru, ¿qué te parece si te adelantas a la cama y yo me quedo escribiendo la carta para ellos?

- Bueno – asintió él sin dudar. Le dio un beso en la mejilla y se fue directo a las escaleras para dejarle un poco de espacio.

Temari buscó una hoja de papel y un bolígrafo y se sentó en la mesa del comedor para empezar a escribir. Pensó durante un buen rato lo que iba a escribir y cuando por fin lo tuvo claro plasmó lo siguiente:

Gaara, Kankurō:

Escribo esta carta para informaros de la fecha de la boda. Será exactamente dentro de 51 días y tendrá lugar en el Templo del Clan Nara de Konoha. Me encantaría que los dos pudierais venir aunque sé que es difícil dejar Suna desprotegida. Pero aunque sea por un día…

Hubiera sido suficiente con la invitación para que supierais la fecha pero creo que tenéis el derecho de saber la verdad. Y la verdad es que se han precipitado un poco los preparativos porque recientemente he descubierto que estoy embarazada.

Varias veces en el pasado sospeché que esto podía ocurrir y ocurre cuando no tengo síntomas de nada…

Por suerte la boda ya estaba planeada. Ahora sólo hemos tenido que adelantar la fecha y hacerlo un poco más rápido.

Kankurō, tengo que pedirte un favor especial: tienes que buscar el vestido de la boda de mamá. Sé que ella también se casó al estilo sintoísta así que qué mejor que heredar su vestido.

Shikamaru llevará el que un día usó su padre.

Tengo muchas ganas de que llegue la fecha para volver a veros pero también tengo miedo de que os cause una molestia lo del embarazo. No quiero que haya discusiones entre nosotros. Sois toda la familia que tengo…

Aunque esté lejos siempre os llevo en mi corazón.

Temari

PD. Kankurō, también tengo que pedirte que no mates a Shikamaru por esto. Es mi futuro marido.

Temari metió la carta y la invitación en el propio sobre de la invitación. A la mañana siguiente bien temprano lo llevaría al correo para mandarlo a Suna.

Subió hasta su cuarto y se encontró con Shikamaru leyendo un libro. Cuando el Nara se quitó el libro de la cara ella pudo ver que él tenía unas gafas con la montura muy fina y negra.

- Me voy a casar contigo y no sabía que llevabas gafas – exclamó ella sorprendida por encontrarse con esa imagen que nunca antes había visto.

- No es que las necesite pero desde hace poco el médico me recomendó que en condiciones de escasa luz y sobre todo cuando estuviera largo rato leyendo era conveniente usar gafas para evitar que me aumentara en el futuro.

- Oh, entiendo… - dijo ella yendo al baño para acicalarse.

En pocos minutos entró al baño y salió de nuevo para meterse en la cama a su lado.

Temari se acurrucó a su lado y él la aferró en un abrazo que duró un par de minutos. Cuando dejaron de abrazarse los dos se sonrieron y él se quitó las gafas para dejarlas junto al libro. Temari aprovechó que tenía más posibilidad de maniobrar y se acercó a su boca para deleitarse con un beso de su shinobi.

- Y pensar que he tenido un novio tan joven…

- Novio y ahora padre y futuro marido… - él hizo una pausa - ¡tampoco tan joven!

Siguieron prolongando el beso casi un minuto hasta que ella notó en la piel de su pierna que quedaba al descubierto entre el camisón de dormir que Shikamaru estaba "contento".

- Ya sabes… - dijo él encogiéndose de hombros – me gustas demasiado.

- ¿Quieres…? – dijo ella con voz sensual llevando su mano por la piel de su pecho hasta la entrepierna del shinobi.

- ¿EH? – exclamó él – no, me niego.

Shikamaru sonó enfadado de repente. Ella frunció el ceño porque no se podía explicar a qué se debía esa reacción.

- Oe, ¿qué te pasa? – dijo ella molesta por ese rechazo.

- Es que estás embarazada. Lo que llevas adentro es mi futuro hijo o hija… no pienso meter mi pene y arriesgarme a hacerle daño.

- A veces pareces un poco denso – dijo ella llevándose una mano a la frente y resoplando – ¡eso es imposible que pase! ¡Lo dicen los médicos! E incluso se recomienda que las embarazadas no dejen de practicar sexo.

- Aun así, no me parece ético – dijo él frunciendo el ceño también. Ella volvió a resoplar.

- ¿Y si…? ¿Te hiciera…? ¿Un poco de…? – Temari insinuaba claramente que le iba a dar placer oral y placer manual.

- Bueno… - dijo él cambiando su semblante. Aquella oferta sí le interesaba: - Eso sí podemos negociarlo…

Por la mañana Temari cumplió con su cometido de enviar la carta antes de encontrarse de nuevo con Ino. En su móvil tenía un mensaje que decía que llevara también la de Sakura porque parecía que ese día la iban a ver.

Cuando se encontró con ella, Ino la llevó hasta una cafetería de la zona centro. Al poco rato de sentarse llegó Sakura.

- ¡Ino, Temari! – exclamó ella saludándolas efusivamente. Las dos chicas hicieron lo mismo y la invitaron a sentarse.

- Ayer por la noche Sakura me dijo que iba a volver a Konoha por unos días, por eso te dije que trajeras la invitación a tu boda para ella… - le informó Ino casi susurrando pero no lo suficiente como para que Sakura no escuchara nada.

- ¿TE VAS A CASAR? – chilló Sakura abriendo mucho los ojos - ¿CON QUIÉN?

- ¿No es como que demasiado obvio Sakura? – dijo Ino a modo de pregunta retórica encogiéndose de hombros. Temari se sintió de repente un poco avergonzada por como gestionaban el tema las dos amigas.

- ¡CON SHIKAMARU! ¡SEGURO!. – respondió la kunoichi de pelo rosado con un tono de estar totalmente segura - ¡ES POR ESO QUE PARECES ESTAR VIVIENDO AQUÍ!

- Era obvio – volvió a decir Ino por lo bajo asintiendo con la cabeza.

- Así es – dijo Temari disimulando calma e intentando ocultar sus mejillas ruborizadas sin levantar demasiado la cabeza.

- Bueno, parece que los temas a tratar hoy son todos sobre hombres – dijo Sakura suspirando y relajando sus hombros después de escuchar la gran noticia de la boda inminente de Temari y Shikamaru – Yo he vuelto a Konoha porque… estoy intentando tener un bebé así que vine a hacerme un chequeo en toda regla. Sasuke casi me lo exigió antes de dejarme seguir viajando con él.

- ¿En serio? ¿Tan de repente? – exclamó Ino sorprendida - ¡Me voy a quedar atrás!

Sakura soltó una risita por la reacción de su amiga pero enseguida volvió a prestar atención a las palabras de Ino.

- Pero… Sasuke tiene razón. Si eso es lo que queréis, si ya estuvieras embarazada y si no te haces una buena revisión expones a tu posible bebé a un riesgo innecesario.

Temari sintió una punzada en su corazón. Como si de repente escuchar "bebé" y "riesgo" en la misma frase le causara terror.

- Es cierto…. – dijo Sakura suspirando - ¡Pero tengo que volver a irme sin que pase mucho tiempo! ¡O Sasuke es capaz de no dejarme que retome el viaje con él!

- Si estuvieras embarazada, no creo que Sasuke te deje estar con él cuando tengas una barriga que no quepas por la puerta. – dijo Ino con tono de broma. Sakura se hizo la enojada y al final estallaron en carcajadas.

Pasaron la tarde eligiendo flores y toda la decoración en la floristería Yamanaka.

Y aunque Temari le pidió a su hermano Kankurō que le trajera el vestido de su madre, había cosas que debía comprarse nuevas como un nuevo tsuno kakushi que llevaría debajo del wataboshi que traería su hermano.

Los siguientes días fueron más o menos la misma rutina. Temari se dedicaba a dejarle el bento preparado y luego tenía todo el día libre para organizar más detalles de la boda. Terminaron de concretar detalles como las joyas. Rescataron el traje de novio de Shikaku en casa de Yoshino y comprobaron que todo estuviera en perfectas condiciones.

Ella y Shikamaru fueron un día a ver el templo del clan Nara. Formaba parte de la preparación, esta vez junto con el sacerdote, porque les explicaba con detalle cómo era la ceremonia y como debían entrar y todo.

Esto es algo que cualquier pareja haría pero además Shikamaru tenía que hacer algo más: todavía no había ido a comunicarles a los ancianos lo de su boda. Aquel día que paseaba con Temari por esa zona aprovechó para darles la noticia. Los ancianos lo recibieron con alegría puesto que ya sabían algo del tema y, para su sorpresa, sólo asintieron y simplemente les dieron su bendición.

Shikamaru esperaba que aquella visita hubiera sido más problemática pero por suerte no lo fue.

Aquel mismo día aprovecharon para ver el menú del convite y elegir qué querían. La comida después de la ceremonia se celebraría dentro de los territorios del clan. En un sitio que habitualmente se preparaban comidas para este tipo de eventos.

Entrada ya una nueva semana, Temari tuvo que seguir organizando ciertas cosas sin la ayuda de Shikamaru puesto que él seguía trabajando duro entre semana.

Poco a poco en esos días también fueron recibiendo respuestas de los invitados a la boda.

La más esperada era la de sus dos hermanos. El día que por fin la recibió le costaba asimilar el hecho de que ya la tuviera en sus manos y supiera su respuesta.

Hola Temari,

Soy yo, Kankurō.

No te preocupes por nosotros. Ya te dijimos que lo importante es que tu fueras feliz.

No estamos enfadados por el embarazo. Al contrario, nos parece bien tener un sobrino en camino.

En cuanto al vestido… he tardado en contestarte porque casi me vuelvo loco buscándolo pero finalmente logré encontrarlo. Parece un vestido muy caro y se ha conservado muy bien.

Me he puesto a llorar cuando he visto las fotos de boda de papá y mamá y he pensado que ojalá todo hubiera sido tranquilo siempre… como cuando éramos tan pequeños. La maldita guerra convirtió a nuestro padre en un autómata. Sólo espero que los tiempos que vienen sean mucho mejores y que los nuevos shinobis tengan mejores valores que con los que nos criaron a nosotros, como tu hijo Temari.

Iré la última semana antes de la boda para ayudarte con todo lo que pueda y así te llevo el vestido y compruebas si necesita algún arreglo. Aunque he visto el tamaño y estoy seguro que problema con la talla no tendrás.

Kankurō

Temari se sintió bastante satisfecha con la respuesta de su hermano. Parecía que por fin iba a dejar de ser problemático y se iba a portar bien. Incluso le había conseguido el vestido que le había pedido. Tal vez el hecho de haber encontrado las fotos de la boda de sus padres le hizo recapacitar sobre el tema.

Tal vez también se puso a pensar que si Temari tenía un hijo eso significaba que ya no estarían solos en el mundo y su familia se agrandaría.

- Tal vez... – susurró ella sosteniendo la carta en sus manos. Shikamaru a su lado estaba quedándose completamente dormido.

Estaban en la cama cuando ella se puso a leer esa carta. Luego, la dejó en su mesita de noche y se giró hacia él. El embarazo hacía que Temari se sintiera más excitada de lo normal pero Shikamaru no estaba por la labor. Llevaba días diciéndole la excusa de que tenía que madrugar para irse a trabajar. Pero estaban a sábado por la noche así que ahora no tenía excusa alguna.

Temari intentó acariciar su pecho con la yema de sus dedos y empezó a bajar hasta el pubis del shinobi. Shikamaru paró a gran velocidad su mano y la cambió de sitio. Ella se sorprendió porque pensaba que el Nara estaba lo bastante dormido como para toquetearlo un poco.

- No – dijo él sin abrir los ojos. Y se giró hacia el otro lado de la cama para apagar la lamparita de su mesita de noche.

- ¿No? - cuestionó ella frunciendo el ceño - ¿Cómo que no?

- Ya te dije que no me parecía ético – se explicó él ahora sí abriendo sus ojos. La habitación se iluminaba sólo por la luz que emitía la lamparita de Temari.

- ¡Shikamaru llevo como un mes sin hacer el amor contigo! – exclamó la kunoichi - ¡No lo entiendo!

- En serio Temari, no me siento bien con la idea de hacerlo mientras estés embarazada... – Shikamaru puso su mejor cara de súplica para tratar que ella le entendiera.

Temari no pudo con su mirada y al final tuvo que resignarse pero aquella insistencia no terminaría por su parte. Sólo lo dejaría estar por ahora.

Al día siguiente tenían que ir temprano a ver los anillos que Temari encargó días atrás.

...

- ¿Qué te parecen? – preguntó ella a su futuro marido delante del mostrador de la joyería.

- Están muy bien, son clásicos anillos de boda. Son sencillos. Me gustan mucho – Shikamaru parecía realmente contento con la elección que había hecho su novia de los anillos de boda. Si bien es cierto que él le dio algunas indicaciones, la elección final la había tomado ella.

Los anillos eran de plata, muy brillantes, por la superficie lisos y por el contorno un acabado mate. Por dentro tenían la inscripción de sus nombres y la fecha de la boda.

- Son geniales – dijo de nuevo el shinobi sonriendo mientras la miraba. Y le dio un besito en los labios.

Completaron el pago y se fueron de regreso a casa. Cuál fue su sorpresa que al llegar a la puerta de su casa se encontraron con un hombre alto, con una maleta en sus manos. Vestido de negro con el pelo castaño oscuro mirando una especie de papelito entre sus manos comprobando una dirección.

Cuando Temari dio dos pasos más se dio cuenta de que el hombre que estaba delante de su casa era su hermano Kankurō y de pronto sintió que su corazón se salía del pecho. Sus pasos de aceleraron y Shikamaru tuvo que apresurarse para seguirla de cerca.

- ¿Kankurō? – preguntó ella y el hombre giró su cabeza a la izquierda. De pronto ella no pudo aguantar su sonrisa y sus lágrimas a la vez y se abalanzó encima de él abrazándolo por sorpresa - ¿Cómo es posible que hayas venido tan pronto?

- Me puse a pensar que si estabas embarazada a lo mejor debías probarte el vestido con tiempo… por si hay que arreglártelo hermanita… y además, quiero saber si el tipo este te está cuidando bien.

Shikamaru sintió un escalofrió al sentir la mirada del chico de pelo castaño que estaba en frente de él abrazando a su futura mujer…


Lo he cortado aquí porque si meto la boda queda demasiado largo! Espero que os guste por ahora!

WTK