¡Hola personas! que tristeza, es el final de la historia y de verdad me da gusto haber escogido subirla aquí. Me da mucha emoción todo esto y mil gracias por seguir la historia, por las criticas constructivas, muchas gracias por darse el tiempo de leerla.

Fue hermoso haberla compartido con ustedes y haber leído sus opiniones, ahora hemos llegado ya al final :c

Fue un placer escribir para ustedes, volveré pronto con una nueva historia pero mientras tanto pueden buscarme en wattpad, mi usuario es "Dess", de todos modos el link esta en mi perfil.

Los quiero, se cuidan. Ahora... A leer que no hace daño. :D


Sonó un golpe seco, un sonido que le rompió el corazón a una chica mientras le rompía mucho más que eso a la otra. La vampiro quedo suspendida a escasos centímetros del suelo observando con horror el cuerpo inerte de la persona que más amaba en el mundo, estaba temblando sin poder evitarlo, sus hombros subían y bajaban rápidamente debido al llanto, tenía los ojos empañados y apenas alcanzaba a ver la escena ante ella. Todo había sido tan rápido, no la había alcanzado a tiempo y ahora ya no volvería a ver ni a estar una sola vez mas con su princesa. Callo de rodillas al suelo llorando amargamente, estiro la mano hasta el rostro de la peli rosa y acaricio suavemente su mejilla, estaba húmedo debido a las lágrimas, se acercó más y abrazo suavemente su cuerpo levantándolo un poco del suelo. En el suelo corría algo parecido a jarabe, estaba cayendo desde la herida que la joven princesa tenía en la cabeza.

Sintió la presencia de alguien junto a ella y su sangre hirvió con tanta rabia que sintió que en esos momentos podría matar a la primera persona que se cruzara en su camino y mucho más si se trataba de esta persona.

-Marceline, yo…- trato de explicarse el joven que por fin había reaccionado a la situación

-¡Cállate!- grito sin dejarlo terminar. Tenía los ojos empapados y la mirada llena de ira

-No era mi intención- dijo el vampiro a una prudente distancia de su hermana

-No era tu intención- repitió con ironía –No debiste jugar con ella- volteo a verlo con la vista vacía

El joven vampiro no pudo evitar temblar de miedo con aquella mirada, la joven no mostraba ya expresión alguna en su rostro, parecía como si de un momento a otro su vida se hubiera extinguido y lo único que quedara de ella fuera su cuerpo que se movía casi por instinto.

-…- enmudeció sin poder responder al comentario de su hermana

La vampira quería ir a golpearlo… quería matarlo, pero no se atrevía a soltar el cuerpo de su princesa así que no lo hizo. Miro de nuevo el cuerpo que yacía entre sus brazos y hablo sin siquiera voltear a mirarlo.

-Vete- dijo simplemente y el vampiro obedeció

Acaricio suavemente el rostro de la princesa y recordó el día en que se conocieron, recordó a una pequeña niña de tan solo 10 años a la que amaba ir a ver todos los días, recordó el momento en que se separaron mas también se acordó de su reencuentro en aquella estúpida reunión y de cómo las cosas habían vuelto a ser mejor que antes, recordó las bromas y los besos, la compañía y la soledad que sentía cuando estaba con ella, pensó en el momento en que se alejó y en cómo había dolido hacerlo por segunda ocasión. Sentía que era culpa suya, jamás debió haberse marchado del reino y mucho menos haber presionado tanto a la princesa para que hiciera pública su relación, hubiera preferido vivir toda la vida a escondidas con ella a verla morir de esa manera.

Las lágrimas no dejaban de caer de sus ojos al suave rostro de la chica, la aferro más hacia sí con más fuerza, tratando de devolverle la vida con ese abrazo e intentando que le dieran otra oportunidad, solo una, para decirle cuanto la amaba y que no dejaría de hacerlo nunca, solo una, en la que pudiera cuidarla todos los días y decirle a todo el mundo lo mucho que la amaba, solo quería una oportunidad para poder compartir su vida con la de ella, solo quería verla sonreír una vez más.

De pronto su vista se fue oscureciendo sin poder evitarlo, no quería separarse de Bonnibel y no la soltó a pesar de no ver ya nada. Después de unos segundos una tenue luz apareció en su visión y trato de verla con más claridad, enfoco la vista y pudo darse cuenta de que ya no se encontraba en el mismo lugar, esto era demasiado diferente de donde estaba, hasta que por fin se dio cuenta donde se encontraba. Al parecer estaba en la habitación de la princesa pero ¿Cómo había llegado ahí desde el reino de Aaa? ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente? Miles de preguntas se proyectaron en su mente tan rápido que tuvo que sostenerse la cabeza por lo mucho que empezó a dolerle. Escucho voces a su alrededor y busco con la mirada a las personas ahí dentro.

-Hey, está despertando- anuncio el perro

-¿Marceline, como te sienes?- pregunto el humano

-¿Cómo llegue aquí?- cuestiono ella sentándose en la cama

-Nosotros te trajimos cuando te desmayaste- respondió Finn

-Estabas ardiendo en fiebre- comento su amigo canino

De repente recordó todo lo que había pasado, la pelea, la separación, su visita al reino de Aaa y… se asustó, sintió un horrible miedo y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Sus amigos se quedaron viéndola con un rostro de sorpresa ya que nunca la habían visto llorar y mucho menos con esa expresión de pánico que reflejaba su rostro.

-¿Qué pasa, Marce?- pregunto Jake

-Bonnie…- logro balbucear la reina de los vampiros

-¿Qué pasa con la princesa?- cuestiono Finn extrañado

La vampira no pudo responderle y oculto su rostro entre sus manos. Oyó la puerta de la habitación abrirse y escucho los pasos de los chicos dirigirse a la salida pero también sintió una presencia acercarse y el corazón le dio un vuelco, debían estarle fallando sus sentidos, no podía ser ella, la había visto quedar sin vida justo frente a sus ojos.

-Marcy…-

Cuando escucho su voz no pudo más y volteo a mirarla con la vista empañada y el rostro lleno de ilusión.

-Bonnie…-

La peli rosa iba a decir algo más pero la vampira se le abalanzo encima haciendo que las dos cayeran al piso y no la soltó, se abrazó a ella con todas sus fuerzas. La princesa chicle se abrazó a ella también sin decir una sola palabra para no romper el momento tan mágico que se había formado. La vampira cerró los ojos tratando de asimilar lo que pasaba, no podía creer que su preciada Bonnibel siguiera con vida, la había visto morir frente a sus ojos. Abrió los ojos con sorpresa cuando se dio cuenta de todo pero aun así tenía que asegurarse.

-Bonnie- se separó un poco para verla a los ojos -¿Qué paso antes de desmayarme?-

-No estoy segura, tal vez fue porque no habías comido por tres días o…- siendo interrumpida

-No, no hablo de eso ¿Qué paso entre nosotros?-

-Te marchaste ¿recuerdas? Me hiciste elegir y yo… me quede callada-paró y agrego apresuradamente –Pero no me dejaste terminar, yo…- la interrumpió de nuevo la vampira pero esta vez colocando sus dedos sobre los labios de la peli rosa

-Eso era todo lo que necesitaba saber- se abrazó de nuevo a ella

-Creí que me odiabas-

-Jamás podría odiarte, Bonnie, yo te amo- dijo tranquilamente

-Yo también te amo, Marcy, y te elijo a ti, por encima de todos yo siempre te elijo a ti-

-No sé qué haría sin ti- confeso la vampira

-¿Por qué me preguntaste que había pasado?-

-He tenido un horrible sueño, sabes-

La princesa se separó un poco y se le quedo viendo, sabía que para que Marceline hablara de un horrible sueño tenía que ser verdad, le acaricio las mejillas con los dedos como dándole apoyo y comprensión y luego preguntó.

-¿Qué soñaste?-

-Soñé que te perdía, que te perdía para siempre- unas finas lagrimas salieron de sus ojos sin poder evitarlo

-No vas a perderme- la halo de nuevo hacia ella y la volvió a abrazar

Después de un rato de estar tiradas en el suelo se levantaron y la princesa le ordeno a la vampira volver a la cama y por primera vez esta obedeció sin rechistar ni poner excusas, simplemente se sentó sobre la cama y se tapó con las sabanas rosas que había desde un inicio. La peli rosa se sentó a su lado y le tomo la mano.

-Has dormido por tres días- le explico

-¿En serio he dormido tanto?-

-Sí, me tenías preocupada, cuando Finn y Jake te trajeron llevabas apenas unas horas inconsciente y me asusté mucho- confeso la joven

-No tienes de que preocuparte, los vampiros somos muy resistentes y además… no morimos-

-Lo sé, pero estabas delirando y eso me preocupo, a veces llorabas por al menos una hora y después tu rostro volvía a mostrar ese semblante de tristeza, y tu fiebre no bajaba-

-Siento haberte preocupado- se disculpo

-No importa, me da gusto verte mejor-

La peli rosa se levantó y fue a hacer pasar a los demás amigos quienes las habían dejado solas para que pudieran hablar pero en cuanto la princesa abrió la puerta dos cuerpos cayeron al suelo pues al parecer se encontraban recargados en esta y la chica los miro con reproche mientras ellos solo pusieron una nerviosa sonrisa. Marceline se asustó por lo que sus amigos pudieran haber escuchado y se puso nerviosa sin querer.

-Chicos, pasen, quiero contarles algo- comento la princesa

-¿Qué les vas a contar, Princesa?- pregunto Marceline

-No me gusta cuando me dices así- confeso volteando a verla y después se giró con sus amigos, suspiro y agregó –Estoy enamorada de Marceline-

Todos los presentes quedaron con la boca abierta por lo inesperado de la confesión, inclusive la reina de los vampiros quien no se imaginaba que la princesa pudiera decir aquello en ese preciso momento. Se le quedaron mirando realmente sorprendidos, el primero en reaccionar fue el chico humano quien lo medito un segundo y comento.

-Hacen una linda pareja, chicas- sonrió

-No pudiste encontrar a alguien mejor, Marceline- dijo el perro saliendo de su anonadamiento

-Gracias por tomárselo tan bien- les sonrió la princesa con un suspiro de alivio

-¿Y tú, Marceline? ¿También la amas?- quiso saber el humano

-Con todo el corazón- se levantó flotando y abrazo a la chica por detrás escondiendo su rostro en su espalda

Una semana después

-¿Mentita, ya está todo listo?- pregunto la princesa bastante nerviosa

-Sí, ya todos han llegado y se encuentran en el salón- respondió el dulce tranquilamente

-Gracias- se despidió y camino de un lado a otro de la sala tratando de calmarse

La vampira solo la observaba sentada en un sillón, sabía que esto era un gran paso en la vida de la princesa pero no podía dejar de sonreír al observarla, tenía en su rostro esa cara de idiota que solía poner siempre que la veía. Observaba como caminaba y como se mordía el dedo suavemente tratando de calmar sus nervios sin conseguirlo en lo absoluto, se encontraba casi babeando por el pequeño y lindo vestido que llevaba su novia, le quedaba pegado al cuerpo y lo llevaba un palmo arriba de la rodilla, era color rosa con algunos encajes blancos y hacia resaltar sus hermosos ojos de una manera inigualable. Estaba tan anonada que ni siquiera noto que la princesa estaba hablándole.

-¿Qué tanto estás viendo, Marceline?-

-A mi linda novia- sonrió coquetamente y se acercó hasta ella

La tomo por la cintura acercándola aún más, la peli rosa tenía los brazos atrapados entre su cuerpo y el pecho de la vampira así que no podía moverse y tampoco era como si quisiera hacerlo.

-Este no es el momento, Marcy- dijo tratando de convencerse más a ella misma que a la otra chica

-¿De qué hablas? Aún hay tiempo de sobra- sonrió pícaramente

La vampira se acercó y beso los labios de la princesa, mordiéndolos suavemente. La Dulce princesa se dejó llevar por la pelinegra sintiendo como esta invadía su boca con su lengua y ella hiso lo mismo con la suya hasta que les falto el aire y tuvieron que separarse. Se miraron jadeando por ese beso y la reina de los vampiros se acercó hasta su cuello besándolo un poco salvaje, dejando pequeñas marcas.

-Es… espera- dijo la princesa entrecortadamente

La rockera hiso caso omiso y continúo, desabrocho el vestido de la princesa y este cayó al suelo dejando roja de vergüenza la cara de la chica. Marceline se separó un poco solo para verla de arriba abajo y sonrió de una manera bastante lasciva, se acercó de nuevo besándola de un modo un tanto desesperado, continuo besando su abdomen y así todo su cuerpo. La princesa se tapó la boca con la mano para no hacer ruido y sin embargo no pudo evitar que de ella salieran unos suspiros que apenas y eran audibles para la chica que se encontraba con ella y que al escucharlos definitivamente no quiso parar.

-¿Por qué tardara tanto la princesa?- pregunto Finn quien se encontraba junto con su amigo en el salón real esperando el anuncio de la Dulce princesa

-Debes estar divirtiéndose un poco, Finn- dijo el perro divertido

-¿Divirtiéndose?- cuestiono sin entender

-Definitivamente no eres muy listo para esto, hermanito- se lamentó el perro

-¿Por qué nos hace esperar tanto?- pregunto a los chicos una vanidosa princesa

-Seguro que ya no tarda- le aseguro el humano

-Pues eso espero porque tengo que ir a broncearme- espeto la joven

-Tranquila, Lumpy- comento Flame colocándose al lado de su novio

Mientras fuera de la sala estaba un pequeño dulce tocando la puerta insistentemente tratando de sacar de ahí a su princesa debido a que los invitados empezaban a desesperarse.

-¡Princesa, su pueblo la espera!- comunico la menta

-Ya voy- se oyó al otro lado de la puerta

Después de unos minutos salió la princesa con el cabello un poco alborotado y el vestido algo desacomodado, detrás de ella salió también la vampira en las mismas condiciones y el dulce no tuvo que hacer ni el mínimo esfuerzo para saber lo que había pasado. Desde que la princesa había regresado había presenciado ya varias escenas como esa y ya hasta le daba igual lo que hicieran así que solo suspiro.

-¡Canela!- llamo al panecillo

-¿Qué pasa?- pregunto llegando

-Arregla un poco a las chicas- le ordeno

La princesa le sonrió un tanto apenada mientras el panecillo las conducía a una habitación para darles algunos retoques. El mayordomo mientras tanto se quedó ahí para limpiar la sala antes de que alguien viera el pequeño "problema" por el que las chicas aun no salían.

En unos cuantos minutos las chicas ya estaban listas y se encontraban ambas ya de pie frente a todos los dulces de Ooo, la princesa estaba bastante nerviosa pero el que Marceline estuviera ahí con ella le daba fuerzas para hacer cualquier cosa. La vampira veía a toda la gente a su alrededor y no le molestaba en lo absoluto pero sí que se quedó boquiabierta cuando noto que ahí entre la multitud se encontraba también su padre, Hunson Abadeer.

-Personas del reino- comenzó la chica –los he requerido aquí para informarles algo muy importante o más bien, de alguien muy importante en mi vida, me gustaría presentarles a esa persona y desearía que aceptaran las cosas como son o que al menos hagan el intento. Yo… estoy enamorada- confeso por fin

Se oyó mucho barullo por parte del pueblo hasta que uno de ellos se atrevió a preguntar lo que se les oía comentar a todos.

-¿De quién se enamoró, su majestad?- pregunto el caramelo

-La persona de la que me enamoré y con quien mantengo una relación es… Marceline Abadeer- dijo y tomo la mano de la chica, más que nada en busca de apoyo

De pronto un silencio sepulcral reino en el gran salón, todos estaban impactados y nadie sabía cómo reaccionar. Un leve ruido los saco de su sorpresa y pronto aquel pequeño aplauso se hiso escuchar aún más. El rey de los demonios aplaudía pausadamente con una sonrisa llena de cariño en el rostro, Marceline se tomó la garganta con su mano libre pues tenía un nudo que amenazaba con llenarle pronto el rostro de lágrimas y trataba de reprimirlo. Finn y Jake fueron los siguientes en seguir con los aplausos y después de ellos se les unió también Flame, Lumpy e incluso había ido Marshall y le sonreía con ternura a la pareja, pronto todo el salón se llenó de aplausos y tal vez la vampira lo había podido evitar pero la princesa no pudo y rompió a llorar, de alegría y de alivio.

-¡Beso!- grito Jake desde la multitud y todos los presentes corearon con él

Las chicas miraron a la multitud y después se miraron avergonzadas, tenían el rostro de un leve tono rojizo. Volvieron a mirarse y finalmente Marceline tomo la iniciativa y llevo sus manos hasta el rostro de la princesa, lo atrajo hacia sí y después de una breve pausa para mirarse, se besaron. Fue un beso lento y tierno, lleno de sentimiento, de esos que no solo se dan con la boca sino también con el corazón y que se les pone toda el alma. Cuando se separaron el público estalló en aplausos hacia la pareja y grito lleno de emoción por la bonita escena que acababan de ver.

-¡Esa es mi hija!- grito el gran demonio a lo que las dos chicas rieron

Un par de horas después se encontraban ya ellas solas en la habitación de la dulce princesa, mirándose fijamente la una a la otra sin decir una sola palabra, no hacía falta pues ambas sabían lo que la otra sentía y no existían palabras con las que pudieran explicarlo. La princesa se acercó más y se acurruco junto a la vampira, oliendo su aroma, disfrutando de su compañía. La pelinegra la rodeó con su brazo protectoramente y así se quedaron dormidas la una al lado de la otra, sintiendo como el destino no había querido separarlas.

-Te amo, Marcy- susurro la princesa entre sueños haciendo que la vampira curvara sus labios en una sonrisa llena de amor

-También te amo- susurro muy quedito para no despertarla

La vampira le beso la frente suavemente y cerró los ojos quedándose dormida al lado de la persona que más amaba en el mundo, así sería de ahora en adelante y aunque aún tenían muchas cosas en las que pensar, también tenían muchos días más para pensarlas.