Hace poco comenze a leer historias de las Tortugas Ninjas y me comenzo a rondar esta idea en a cabeza. La escribí en mi cuaderno y hasta ahora la voy a subir. Espero que la disfruten. Besos y abrazos :)


Leo se levantó con una sensación extraña recorriendo todo su cuerpo. Se sentó en el borde de su cama y se quedó ahí por unos minutos, con la esperanza de que esa sensación fuera solo porque estaba adormilado. Se sentía muy ligero pero no sabía la razón. Se llevó una mano a la cabeza y tardó unos segundos en darse cuenta de que tenía algo entre sus dedos. Era una cosa sedosa y suave que estaba conformada por…

-¿Pelo?- murmuró consternado. Rápidamente pensó que se trataba de una broma de Miguel Ángel. Frunció el ceño e intentó jalar cualquier cosa que su hermano pudiera haberle pegado a su cabeza. Pero en vez de que se le zafara cualquier cosa, solo logro que le doliera. Frunció aún más el ceño un poco preocupado. Sujetó un mechón de cabello para verlo mejor, pero entonces pudo ver su mano.

Estaba… diferente. Era como… como la mano de un humano. Tragó saliva intentando no gritar. Se miró completamente, descubriendo que su cuerpo no era el de siempre. Era… el de un humano. De pronto, hasta para su propia sorpresa, comenzó a reír. Se levantó de su cama, con una sonrisa incrédula. Comenzó a caminar por toda la habitación, murmurando

-E-esto no es p-posible… es imp- imposible… es un mal sueño… exacto, es un muy mal sueño- En un instante agarró su katana y con un movimiento rápido, hizo un corte profundo en su mano izquierda. Se mordió el labio para evitar gritar, aunque ahora era por dolor. Se sujetó la mano, sin preocuparse del sangrado que la herida provoco. Volvió a murmurar poniéndose cada vez más histérico- No es… no es un sueño. ¡Ay Dios! ¡No es un sueño! ¡Es real!-

Iba a ponerse a gritar… pero alguien se le adelanto. Un grito aterrorizado se oyó por toda la guarida y provenía del cuarto de Mikey. Se olvidó de su situación y salió precipitadamente de su cuarto. Recorrió el pasillo y entró en la habitación de su otōto. Pero en vez de que lo recibiera el rostro familiar de Mikey, encontró a un chico rubio de ojos color miel sentado en su cama. Los dos se miraron por unos segundos a los ojos antes de preguntarse mutuamente

-¡¿Mikey/Leo?!- Leo retrocedió un paso asombrado y el recién reconocido Mikey se pegó a la pared un poco aterrado. Antes de que pudieran decir algo otros dos gritos se escucharon, solo que ahora provinieron de las habitaciones de sus otros dos hermanos. Leo salió corriendo para averiguar si a Donnie y a Rafael les pasaba pues… lo mismo que a ellos.

Primero entró a la habitación de Rafael. El espectáculo que lo recibió no era el que esperaba. Su hermano… o eso esperaba, estaba en una esquina de la habitación medio acurrucado mirándose frenéticamente las manos. Se acercó y se arrodillo junto a él para intentar tranquilizarlo, aunque sinceramente creía que él mismo iba a comenzar a llorar en unos minutos. Puso una mano en su hombro y al sentir el tacto Rafael volteo a verlo. Abrió los ojos desmesuradamente y se levantó como un resorte

-¡¿Quién eres tú?! ¡¿Qué haces aquí?!- se alejó de la esquina y se pagó a la pared contraria. Eso le permitió a Leo mirarlo bien. Rafa estaba en la misma… "situación" que Mickey y que él. Se levantó lentamente tratando de no alterar más a su hermano.

-Rafa, soy yo. Soy Leo- Rafa frunció el ceño y dijo

-Mi hermano es una tortuga- Leo rodo los ojos y preguntó

-¿No me crees?- Rafael negó con la cabeza-¿Quieres que te lo demuestre?- Rafa dijo de manera sarcástica

-Si eres tan amable- Leo tomó aire y dijo

-Cuando tenías 6 años, le pusiste sal al chocolate de Mickey y luego culpaste a Donnie. A los 7 rompiste una de las herramientas nuevas de Donnie y dijiste que Mickey la había tirado al drenaje. A los 8 intentaste ponerle pimienta a mi vaso pero te equivocaste y se lo pusiste al té del Sensei y volviste a culpar a Mickey. En ninguna de las ocasiones Sensei te creyó y te castigó. Después de eso todas las bromas que había, pensábamos que eras tú, lo que Mickey utilizaba para hacer bromas pesadas sin que lo castigaran- Rafa lo seguía viendo con escepticismo y Leo agregó- Ok, yo no quería utilizar esto pero… Tu fobia hacia las cucarachas inició cuando un día que nosotros dos salimos sin el permiso de Sensei, nos quedamos dormidos cerca de la pared y cuando despertamos sentiste que algo te caminaba por la cabeza y resulta que era una cucaracha. Saliste corriendo y gritando, como no me dejabas ayudarte, la cucaracha siguió caminando por tu cara hasta que se te metió a la…- Rafael hizo una mueca de asco y lo interrumpió

-¡Ok! ¡Ok! ¡Te creo! Pero por favor ya no cuentes eso… es asqueroso- Leo sonrió y Rafa lo miró con extrañeza- Pero ¿Qué te paso?- Leonardo frunció el ceño

-Dirás, ¿Qué "nos" pasó?- Rafael se dio un vistazo a sí mismo y otra vez se comenzó a mirar las manos frenéticamente. Leo se dio cuenta de que otro ataque de pánico se acercaba y apenas iba a tratar de tranquilizarlo cuando se oyó otro grito. Eso hizo que los dos miraran hacia la puerta y murmuraran-

-Donnie…- Los dos hermanos mayores salieron corriendo hacia el cuarto de su hermano. En el pasillo encontraron a Mickey quien también se dirigía al cuarto de su hermano genio. Intentaron abrir la puerta pero estaba atrancada con llave. Y antes de que Leo o Mickey pudieran pedirle a Donnie que la abriera, Rafa le dio una patada y la rompió. Entraron preocupados pero lo único que oyeron fue el reclamo indignado de Donnie

-¡Oye! ¡Ya es la tercera puerta en esta semana!- los 'intrusos' compartieron una mirada confundida al no encontrar a su hermano tan espantado. Donnie estaba sentado en su cama con una mirada de enfado. De repente se dio cuenta de cómo estaban sus hermanos, su mirada cambió a una de desconcierto

-Wow, pensé que era un sueño- murmuró. Todos compartieron un par de miradas confundidas en un silencio algo incómodo, antes de que Mickey preguntara

-Entonces… ¿Que paso?-

Y ese fue el primer capitulo, espero que les haya gustado. Dejen reviews, que no cuestan nada. Besos y abrazos ;)