Hola gente hermosa de FanFiction, pues... Si, si ya sé que debo actualizaciones, pero, no he estado con muchas ideas para las historias que tengo pendientes, por lo que estarán en Off por un rato en lo que estructuro mejor esas historias. Pero fuera de eso, aquí estoy, con algo fresco y nuevo, esperando que les agrade.

Debo decir que esta historia, nació luego de finalizar mi fic Lobos y ciervosme enganche con la pareja AsprosxSasha, no sé, siento que tienen algo especial y me gusta probar nuevas cosas, no limitarme a los Oc's y lo canónico. Originalmente esto iba a ser para en fandom de SNK que me tiene muy pegada últimamente, pero no quiero abandonar a la gente del fandom de SS. Así que aquí me tienen, escribiendo una historia relativamente corta, y digo relativa, porque quiero que sea de 10 o 12 capítulos, que actualizare por semana.

Advertencia: Clasificación T por ahora, probablemente cambie a M, lenguaje altisonante, Yaoi implícito

Notas: Para no crear confusión las edades de los personajes están sutilmente cambiadas: Aspros: 26, Sasha: 15, Shion: 17, Dohko: 18.

Disclaimer: Los personajes de TLC No me pertenecen, todos son de Shiori Teshirogi

Sin nada más que agregar, disfruta la lectura, eres bienvenido a dejar tus comentarios en un cálido review.

Abaddon Dewitt


PROLOGO


Los recuerdos vienen y van, su mente estaba totalmente llena de ellos, como pequeñas pesadillas que se deslizaban por su cama para envolverla sin dejarla dormir en paz, la serenidad de su rostro estaba siendo opacada por las pequeñas ojeras que comenzaban a marcarse en sus perfectos orbes verdes, suspiro por quinta vez mientras sostenía una taza de Te en sus delgados dedos, recorriendo la fina porcelana e inhalando la infusión de manzanilla con miel, una de sus ya solo dos doncellas, la miraba con insistencia, preocupada por la pequeña estuvo incitada a ir por el Patriarca, pero ella se negó, no quería preocuparlo, no iba a preocuparlo por banalidades… aun que aquello no era exactamente una.

Despertó en medio de la noche luego de uno de sus tantos terrores nocturnos, agitada y sudando, ya había pasado medio año desde el terrible holocausto, y aun tenia en su mente, las muertes de todos y cada uno de los caballeros que sacrificaron sus vidas en pos de la humanidad, en pos de ella y de su deber como diosa de la guerra, era una niña que se vio obligada a madurar en un mundo cruento y bárbaro. Pero una niña al fin y al cabo, fuera como fuere, cuando creyó que encontraría la paz entre los brazos de la parca, se vio nuevamente de regreso en el Santuario, cansada, mallugada, no solo físicamente, emocionalmente estaba rota, en total soledad luego de ver morir a Tenma y Alone, respirando hondo para tratar de asimilarlo. El tiempo cicatrizaba las heridas, pero dejaba profundas bragaduras que no sabía si eran capaces de sanar.

Sintió un tirón en el bajo vientre, una especie de retortijón que la hizo estremecer y sudar frío, trago saliva de manera espesa y dejo salir el aire de sus delgados labios pálidos, no hizo ruido alguno, no se quejo, solo trato de relajarse tumbándose sobre la incomoda pieza de mármol que funcionaba como una cama, el frío que se colaba por las rendijas de su cámara, le calo hasta los huesos, sus pequeños pies se sentían helados y aun así no le importo, estuvo demasiado inmiscuida en sus asuntos, antes de darse cuenta de que entre sus piernas, se extendía un tenue calor, un liquido que le recorría los muslos y se secaba dándole un escalofrío que le erizo cada vello de la piel. Se incorporo sobre la dura pieza y miro el largo vestido blanco con un horrible manchón rojo, exactamente entre sus piernas. Se horrorizo ante el hecho de no saber que es lo que le estaba pasando, mientras su corazón se desbocaba ¿estaba muriendo? Las preguntas avasallaron su mente, la inocencia de no saber que es lo que le pasaba, la hizo mascullar el nombre de una de las muchachas que se encontraban a su servicio «Liesse, Liesse» se escuchaba en medio de la penumbra con una voz cortada y aterrada por lo que acontecía en su cuerpo.

Una morena más alta que ella de ojos avellana, entro de inmediato, observo entre las sombras el rostro pálido con las facciones entumecidas por el miedo, se alarmo y antes de salir en búsqueda de Shion, la delgada mano de su diosa la detuvo. Sasha se negó avergonzada mientras le mostraba el problema. Estaba sangrando de la entrepierna y no tenia idea del porque. Más que su seguridad, la vergüenza de tener que decirle al patriarca que, estaba sangrando de "ese" lugar, le parecía algo totalmente deshonroso, Liesse la miro enternecida, claro, Athena era apenas una niña, y dudaba que en un lugar dominado por hombres, la pobre estuviera instruida en lo que se trataba ser una Mujer, desgraciadamente ya no estaban en el viejo apogeo de hacia apenas un año, el Santuario estaba en decadencia, y Sasha solo era atendida por un par de doncellas de no más de dieciocho, además de que si se tomaba en cuenta que era una Diosa Virgen, incluía que esa clase de temas tan terrenales, probablemente no fueran decorosos para alguien de su nivel, pero, aun así seguía siendo una niña nacida de un vientre mortal, que tarde o temprano, por más diosa que fuere, sufriría las mismas penurias que una mujer normal.

Las preguntas en el rostro de Sasha eran demasiado retóricas, contestarlas era sencillo cuando se encontraba en confianza con la joven que explico que aquello, era algo totalmente normal en las mujeres, sangrar no tenía nada de malo explicándolo más detalladamente como un:

«Es un regalo de los dioses, cuando sangras, es una prueba de que has dejado de ser una niña, para convertirte en mujer, tu sangre es un símbolo de vida, significa que eres capaz de llevar en tu vientre el fruto del amor»

Aun que para Sasha, la oración «Llevar el fruto del amor» no era algo que comprendiera del todo, al final, debía permanecer como la diosa casta que se juro desde la época del mito. Aun que sin saberlo, la revelación terminaría por cambiar su vida totalmente.

Y allí estaba, encogida en esa fría plancha de mármol, con una taza de Te, esperando a que el baño estuviera listo, el olor ferroso y penetrante de la sangre que emanaba calida desde su centro, la incomodaba, no era asco, más bien era vergüenza, ofuscación de no saber que es lo que estaba pasando, las explicaciones de Liesse continuaron por un rato más, cuando estuvo listo el cuarto de baño para que la pequeña diosa pudiera asearse. Miro la estela de sangre que se diluía en el agua, respiro profundo y cerro los ojos. Liesse explico que eso le pasaría cada mes durante tres o cuatro días, para la suerte o desgracia de la doncella, nunca informo a Athena, que durante ese tiempo, la diosa debía permanecer en su cámara en un rito de purificación, esas quizá eran las desventajas de haber perdido a su patriarca y tener ahora uno de improviso.

Termino de asearse, se levanto de la tina para poder cubrirse con una bata, pero nuevamente observo como la sangre volvía a emanar de sus piernas, y rápidamente se zambullo en el agua, la doncella sonrío conmovida, la invito a levantarse y Sasha accedió queriéndolo o no, el agua se estaba tornando fría, y en la madrugada no era bueno exponerse a ello. Respiro tratando de calmarse, aun estaba amedrentada pero al menos ya no como antes. Agradeció un con gesto amable, y luego de ello Liesse le entrego algunas compresas, las cuales le explico como usar. Liesse aclaro que a partir de ese momento, ella se encargaría de lavar las compresas y le daría más cuando las necesitara.

—Liesse —mascullo la diosa —Por favor, no le digas nada a Shion

La doncella se admiro por la petición, eso era algo delicado, pero los ojos suplicantes de la diosa la hicieron acceder, manteniendo eso como un secreto entre diosa y doncella.

Vivo, estaba vivo, claro si a eso se le podía llamar vida, no sabía si era un castigo divino impuesto por esa chiquilla, o por él mismo cuando vio la imperiosa necesidad de regresar al lugar que lo vio ser un traidor, pero de nada servia comenzar a pensar en el pasado, cuando en ese momento se veía libre de guerras y de una insufrible realidad, todo había terminado. Sus pecados habían sido perdonados, nuevamente se vestía de dorado a favor de la diosa de la guerra, miro el magnifico templo que se alzaba arriba de las doce casas, que ahora lucían en total decadencia y soledad, él, además de ese novato llamado Teneo, eran los únicos caballeros de la elite dorada, que protegían a Athena. Supo que Dohko ahora tenía una misión en tierras lejanas y que no volvería al Santuario, a menos que fuera demasiado necesario y se enfatizaba el «Demasiado», oh ese mocoso impertinente y testarudo, aun recordaba cuando había llegado al Santuario, no era más que un escuálido niño famélico que presumía de que algún día, él sería uno de los doce de la elite dorada, y así lo había cumplido, de cualquier manera, él había rescatado su inmaduro culo, junto al de su inseparable compañero, el carnero, al que irónicamente ahora le debía respeto y obediencia, malditas ironías de la vida.

Él, el poderoso Aspros de Géminis, que hizo temblar al mismo Hades, y que sello a Kairos, le debía respeto a un mocoso de diecisiete que apenas había corrido con la suerte de sobrevivir a una guerra santa, pero las cosas eran así y no podía darse el lujo ve volver a cometer errores… no, cuando la vida de Defteros había sido arrastrada por ese circulo de traición, venganza y muerte, porque al final de todo, él era el culpable de que ahora su gemelo, su otra mitad, estuviera vagando en el Estigia acompañado de los otros nueve. Se suponía que él era quien debía morir y Defteros ocupar su lugar, pero ya no había lugar para lamentarse por sus actos pasados.

Aspros —la voz de Shion vía cosmos lo saco de sus cavilaciones —Te necesito en la sala del patriarca

Bufo exasperado, eran las doce del medio día, ¡por el amor a Athena! Hacía un calor del gran carajo y no estaba de humor para cumplirle los caprichitos al patriarca en ese momento.

—¿Con Armadura o sin armadura? —preguntó sarcástico en voz alta rodando los ojos y cruzándose de brazos

Deja tus sarcasmos Géminis y sube ahora

Lidiar con Aspros no sería sencillo, Defteros era más maleable, aun debajo del osco carácter pulido por los años, a diferencia de Aspros, Defteros era más cauteloso, y prefería pasar desapercibido, quizá por las duras lecciones de la vida dentro del Santuario. Géminis se coloco la Armadura, miro la cantidad de camino por recorrer y comenzó su travesía, al menos no tenía que pedir permiso a nadie para pasar, eso era una ventaja, aun que, ver vacíos los templos, con las armaduras armadas en los potestades, en espera de sus futuros dueños, era una escena más deprimente y frustrante, que soportar los berridos y quejas de sus moradores.

Finalmente se presento a los pies de la enorme puerta que se abría en automático para dejarlo entrar, miro a su alrededor y el sonido de eco de sus pasos le dio un sutil escalofrío, observo al caballero de Tauro, en posición solemne y a Shion ocupando la silla papal, chasqueo la lengua fastidiado y se paro frente al novato de la segunda casa sin prestarle atención.

—Gracias por venir —Shion se aclaro la garganta —Los mande a llamar, ya que les daré misiones

¡Al fin! Sus suplicas habían sido escuchadas por Athena, saldría del santuario para hacer algo más productivo que permanecer con el culo entumido dentro de su casa por «Temor a que un enemigo del santuario nos ataque ahora que estamos en decadencia» estuvo a punto de sonreír y aceptar cualquier cosa, lo que fuera, pero la mirada de Shion lo calló, sin espetar nada resoplo molesto, bien, esperaba que al menos fuera algo interesante.

—Como saben, estamos escasos de recursos y en decadencia, solo contamos con dos caballeros dorados, y de los dos, uno es apenas un novato, no podemos arriesgarnos a un ataque del enemigo, por esa razón he tomado cartas en el asunto, Teneo necesito que asistas a un pueblo de Asia, he encontrado en las estrellas a futuros caballeros que vestirán de plata, tu misión será traerlos al Santuario. —hablo parsimonioso

Aspros espero expectante, ¿Cuál sería su misión? Enarco una ceja cuando Shion comenzó a dudar, su mirada lo decía todo, era algo que probablemente no le agradaría, a ninguno de los dos…

—Aspros —hizo una pausa dudosa mientras apretaba los nudillos debajo de la larga tunica patriarcal —Por petición de nuestra diosa Athena, deberás escoltarla durante todo el mes —soltó aquello y el rostro de Géminis se volvió un poema —Anteriormente Sisifo se encargaba de velar por ella, ser su guardia personal, pero en vista de que este ya no se encuentra ocuparas su lugar de manera temporal

Oh no, no, no, él no iba a hacerlo, eso era… humillante, guardaespaldas, no, niñero de la mocosa, Shion estaba loco si pretendía dejar a ese pequeño fastidio a su cuidado, en su cabeza paso la imagen de Defteros y el resto burlándose de él con carcajadas sonoras, estuvo por protestar, por mandar todo al carajo y salir enfurecido de esa sala que más bien parecía un circo.

—No creas que es algo que me agrade —aclaro el patriarca —De hecho estuve en contra de esto, pero las decisiones de Athena son irrefutables y lo sabes, tómalo como una manera de enmendarte

¿Enmendarse? ¿En serio? Ella ya lo había perdonado, ya no había nada que enmendar, nada que decir sobre sus errores del pasado, frunció el ceño y maldijo en silencio, la cabeza estaba por estallarle y decirle a Shion que si necesitaba una niñera lo hiciera él, pero antes de protestar, miro la delgada figura de la diosa asomarse detrás del trono, sus ojos tímidos y movimientos suaves lo dejaron en silencio, la observo de manera intensa, y Sasha se percato de eso, causando un leve tono rosado en sus mejillas. Aspros enarco una ceja, era la primera vez que miraba ese lado tan… sensible, de la diosa, cuando la conoció, tenía una mirada decidida y podía decir que hasta fiera, pero en ese momento no parecía más que una niña indefensa.

—Diosa Athena, usted no debería estar aquí —la reprendió Shion

—Tranquilo —respondió rápidamente —Esta bien

—¿Necesita algo? —preguntó curioso

Sasha clavo sus ojos verdes en Aspros, trato de sostenerle la mirada pero no pudo, la intimidaba demasiado, tal vez había sido mala idea solicitar sus servicios como guardia, Aspros difería demasiado de la mirada siempre calida y comprensiva de Sisifo, Géminis solo rodó los ojos y volvió su atención a un punto muerto de ese espacio, pero cuando Aspros despego su mirada, Sasha noto algo, algo que no había visto en sus caballeros, en nadie, salvo en ella… y eso era… tristeza, los ojos de Aspros reflejaban tristeza, se preguntó la razón, hasta recordar que él tenía un hermano gemelo, al que no conoció, pero estaba segura que era un gran hombre, había escuchado que Defteros, se sacrifico para darle nuevamente vida a su gemelo, un acto desinteresado de amor puro, y su pequeño corazón divino se contrajo enternecido.

—¿Y? —Aspros hablo sin mucho entusiasmo —¿Cuándo comienza mi trabajo?

Shion réprobo su pregunta pero la calida mano de Athena posada en su hombro lo tranquilizo, Teneo parecía en ese momento solo un espectador, aun que de alguna manera, él notaba la perturbación del ambiente, escucho rumores sobre el caballero de Géminis, su pasado atroz, las acciones que lo llevaron a ser lo que había sido y quiso hablar, negándose a que alguien como él se atreviera a cuidar de la diosa.

—Escúchame bien mocoso de mierda, lo que pasara o dejara de pasar en el pasado de mi vida, no es algo que te incumba, si Athena quiere que sea su guardia seré su guardia, y tú no te vas a entrometer —Aspros inquirió al mirar la reprobación de Teneo —Estamos aquí para obedecer, así que puedes ir y lamentarte a otro lado

El muchacho se quedo en silencio tragándose sus palabras, conocía bien que entre todos los rumores, el más esparcido era que Aspros había sido capaz de hacer retroceder a Hades con una de sus técnicas, y que además, había sido capaz de sellar a un dios primordial, eso era suficiente además de sobrevivir a la guerra santa, para no tener que inmiscuirse, por mucho que le desagradara, en los asuntos de Géminis.

—Te voy a pedir que en presencia de la diosa no uses ese vocabulario tan soez —Shion se masajeo las sienes

—Esta bien Shion —Sasha lo tranquilizo —Estoy acostumbrada —recordó a su caballero de Escorpio y una sonrisa melancólica adorno su rostro

—Si ya no hay nada que espetar me retiro, tengo cosas que hacer

—Aspros, la señorita Athena quiere salir a pasear —lo retuvo antes de que se retirara —Si no hay nada más, Teneo retirate y parte enseguida, yo ire a la biblioteca de Star Hill, Aspros… cuida de nuestra diosa —reprocho con sus ojos antes de colocarse el casco de patriarca y retirarse

Géminis apretó los labios y puños, se contuvo nuevamente y camino hasta quedar frente a la diosa, la escudriño con la mirada, había algo diferente, algo particularmente diferente en ella esa mañana, Sasha se tenso, quizá Aspros se había percatado de "ese" aroma y los colores se le subieron al rostro, tembló por un momento antes de retomar la compostura.

—Si no quiere no hay problema señor Aspros —mascullo

—Shion acaba de cagarme el día, no subí desde Géminis hasta aquí para que digas que al final no vamos a ninguna parte —la reprendió y Sasha se contrajo —Vamos mocosa

¿Había escuchado bien? ¡Aspros la había llamado mocosa!, extrañamente su corazón se regocijo por sus palabras, cada vez que Kardia se refería a ella de esa manera se sentía como una simple muchacha normal, y ahora Aspros usaba el mismo termino, inmediatamente Sasha asintió y se adelanto a caminar, Aspros la siguió. Por instinto sus ojos se fijaron en la menuda figura de la diosa, y nuevamente noto ese "algo" extraño que Sasha tenía esa mañana.

Caminaron por largo rato, Sasha se dejaba caer en la hierba y miraba el Santuario desde lo alto de una colina, las labores de reconstrucción ya habían avanzado bastante, y sus responsabilidades amenguaron, una sensación agradable se acuno en ella dejándola sentirse libre, y antes de darse cuenta, el cielo se torno gris, un gris bastante intenso, los truenos comenzaron a sonar con vehemencia y Aspros chasqueo la lengua, lo que le faltaba… las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer, y Géminis busco a Athena, estaba fascinada con la llovizna.

—Tenemos que irnos —indico sin mucho tacto

—Quedémonos un rato por favor

—Esta lloviendo, y Shion va a joderme si llegas toda mojada —bufo

—No, no, yo hablare con él, por favor —rogó con esos ojos de cordero que no causaban efecto en Aspros… quizá…

—Bien —se quedo sin opciones y se cruzo de brazos.

Cuando el caprichito de la diosa termino, estaba toda mojada, pero caminaba feliz, Aspros no prestaba atención a nada más que no fueran sus propios pensamientos, sus ojos perdidos en un punto fijo del vacío, hasta llegados a la sala del patriarca, Sasha llamo a Liesse que al verla empapada inmediatamente fue por toallas, ofreciéndole una a Aspros que se negó y estuvo a punto de retirarse cansado y fastidiado pero la pequeña mano de la diosa lo detuvo.

—Gracias Aspros —susurro con una sonrisa

Sin siquiera dejarlo responder, Sasha lo abrazo de manera calida, como lo hubiera hecho con Sisifo, Kardia o Tenma, Aspros se paralizo, su cabeza rápidamente trabajo al sentir el pequeño cuerpo húmedo de la diosa pegándose al frío metal de la armadura, contuvo la respiración por un momento antes de inhalar el aroma fresco de Sasha.

No contestó, únicamente chasqueo la lengua con ese estoicismo de siempre y se retiro. Por su parte Sasha sintió un extraño hormigueo en su estomago y Liesse se quedo en silencio, algo estaba comenzando a pasar en Sasha y eso la preocupaba.

En Géminis, Aspros se saco la armadura y busco una toalla para secarse antes de coger un resfrío, se tumbo sobre la cama cansado y pensativo, era la primera vez que tenía esa clase de contacto con su diosa, aun percibía el calor que emanaba de su pequeño cuerpo, el aroma de su largo cabello lila y… ¡No mierda! Debía dejar de pensar en esas cosas, era su diosa y peor aun, era una niña, se sentía un pervertido al ver de esa manera a la pequeña Athena, aun que si prestaba más atención, nuevamente se sentía extraño al percatarse de que "algo" había cambiado, algo de lo que seguramente ni Shion se percato. Claro el honorable "patriarca" seguramente estaba demasiado inmiscuido en su relación a distancia con Dohko, como para notar que algo le pasaba a la diosa. Suspiro cansado esperando poder dormir.