La Imagen de mi espejo.

Capitulo primero:

"Una asignación inaudita"

Sakura Haruno llegó a su casa haciendo sonar los pies con enfado. Se sacó las sandalias y las lanzó a cualquier lugar… Cosa que en realidad no era importante ya que toda su casa era un caos. Las ventajas de vivir sola a veces no eran suficientes.

Golpeó la pared con su puño. No dirigió nada de chakra a él así que solo descarapeló la pintura y le hizo una grieta. Hubo algo de dolor pero no el suficiente para calmar su estado de indignación.

Finalmente Menma y Sasuke habían llevado sus peleas demasiado lejos, finalmente las amenazas de muerte y las puyas habían tenido respuesta y de no ser por la intervención del siempre optimista Kakashi Hatake, sin duda la sangre habría llegado al río.

Sasuke había llegado esta vez con un ridículo y enorme ramo de flores y se había casi bañado en alguna nueva colonia. Era obvio que una vez más pretendía pedirle una cita, era algo normal con lo que ella estaba acostumbrada a lidiar, pero en esta ocasión Menma se molestó, la misión era básicamente infiltrarse y espiar un feudo rural ceca de la frontera hacia Kumo. La idea era pasar completamente desapercibidos (Incluso tenían uniformes especiales para la misión) Solo que el aroma de Sasuke parecía notarse a metros de distancia.

—Deberías de usar más la cabeza y menos el pene para pensar. —Refunfuño Menma. Sakura fingió no haber escuchado eso.

—Por lo menos yo lo uso para algo. —Sasuke lanzó la puya cargada con todo el sarcasmo que pudo.

Y Sakura horrorizada vio como la energía del Kyuubi estallaba en Menma, Sasuke se lanzó hacia atrás y ella arriesgándose hacia adelante para contener al muchacho Rubio. Por fortuna Kakashi apareció en el momento preciso para ayudarle. Lograron contener al muchacho pero aquel escape de Chakra provoco que Anbus y Jounin se arremolinaran en el parque donde estaban.

La llamada de atención por parte de Gondaime Hokage también fue difícil, escucharla enumerar todas las veces en que los dos chicos habían ocasionado algún problema minimizaba por mucho los logros del equipo siete, al final y con una actitud de desánimo la líder de Konoha decidió asignar la misión a otro equipo y mandar a sus casa al grupo, mientras se decidía como reasignarlos.

Sasuke salió sin mucha preocupación de la oficina, afuera lo esperaban sus padres y regreso al barrio Uchiha como si acabara de salir de la escuela. Sakura vio a Menma discutir con sus padres, era muy inusual ver a Minato Namikaze tan serio. Kushina, bueno la señora era la imagen viva de la indignación y a Menma parecía no importarle. Sakura a veces no entendía como Menma podía ser tan… oscuro y sus padres tan alegres… Y hablando de alegres…

— ¡Sakura-chan! —Kakashi se acercó a ella, radiando toda esa energía positiva que parecía un aura brillante a su alrededor— Debemos de considerar esto una gran oportunidad para empezar frescos y con un nuevo empuje a nuestra juventud.

—Si… Cierto. —Sakura no estaba muy segura de ello, pero titubear ante Kakashi equivalía a recibir otro largo sermón y ella no estaba de humor— Pero creo que aprovechare para ir a mi casa y tomar un baño… Quitarse las "malas vibraciones del día" —La chica se mordió el labio inferior, pensando que la última frase había sido un poco excesiva.

Pero Kakashi estalló en lágrimas y la abrazó con fuerza.

— ¡Finalmente entiendes el verdadero significado de la fuerza juvenil! ¡Que maestro más orgulloso soy!

Kakashi se detuvo cuando sintió que lo que estaba abrazando era en realidad un tronco de madera. Sakura ya saltaba por detrás de una casa y se perdía en el horizonte de tejados del pueblo.

Ahora ya en su casa la chica no podía sentirse más enfadada. Todos sus esfuerzos para ser una ninja excelente, para ser parte de "algo" se estaban esfumando. Volvería a quedarse sola, como lo había estado desde que pudiera recordar con claridad. Finalmente la furia dio paso a una tristeza debilitante. Se fue quitando la ropa mientras arrastraba los pies a su baño y cerró la puerta tras de sí.

Hundida en el agua caliente de su tina se dedicó a perderse en sus pensamientos, a recordar un poco de su caótica vida. Hija de los héroes de Konoha, la mejor estudiante de la academia, había aprendido jutsus de nivel jounin cuando muchos solo podían dominar lo básico. Ella Menma y Sasuke eran los shinobis más jóvenes en ser promovidos a chunin en mucho tiempo. Pero los caracteres tan dispares entre ellos los hacían un grupo difícil. Salió de la bañera y después de secarse fue directo a la cama, no quería ya pensar más en eso. Tomó al pequeño peluche con el que dormía y lo apretó contra su pecho mientras el sueño la invadía con más rapidez de la que hubiera esperado.

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Al día siguiente se dirigió sin muchos ánimos a la torre del Hokage, la sola idea de una nueva asignación la deprimía… Pero ya estaba citada y eso no podía evitarse. Con el rabillo del ojo creyó notar algo, era poco probable que algún ninja enemigo se infiltrara en la aldea en esos días pero de cualquier manera sintió que algo no andaba bien. Simuló no haberse dado cuenta y giró inesperadamente en una callejón.

Activo los sellos para realizar un cambiazo y al mismo tiempo dejó una trampa explosiva en el lugar. Cuando apareció un par de manzanas más adelante pudo escuchar una explosión. Aquello confirmó sus sospechas y se lanzó en carrera a la torre del Hokage para informar. Pasó como una exhalación atreves de las puertas, desoyendo el reclamo de los guardias; en dos saltos subió las escaleras y sin más ceremonia abrió la puerta de la oficina principal.

— ¡Tsunade-sama! —Exclamó la muchacha pero el resto de la frase se le atoró en la garganta al ver quienes estaban ahí.

El grupo de ninjas mercenarios conocidos como Akatsuki, criminales buscados en los libros Bingo de muchos países pero que secretamente eran aliados del Konohagakure. Aquellos rostros duros y de miradas penetrantes se mantuvieron fijos en ella, especialmente el enorme shinobi conocido como Kisame Hoshigaki quien tenía la capa sucia, llena de pedazos de cal.

—La pequeña rata rosa es muy desconfiada. —Dijo finalmente mostrando una sonrisa que más bien parecía una amenaza— Casi caigo en esa trampa.

Sakura dio una especie de gruñido y retó con la mirada al enorme ninja, pero este solo giró los ojos divertido y después dirigió su atención a la Hokage que no parecía muy interesada en la pelea.

—El grupo Akatsuki interceptó un correo oculto de Kumogakure. —Dijo Tsunade calándose los lentes— Aunque su procedencia es algo dudosa es posible que se trate de una amenaza real. En todo caso habrá que tomar medidas precautorias.

Sakura un poco desconcertada tomó el papel que le extendía la Hokage. Era un pergamino medio quemado, reconoció el papel auto-destructible, sin duda el correo había tratado de impedir que lo leyeran al sentirse acorralado.

"… bajo, nunca esperaran que se destruyan así los símbolos de Konoha (espacio quemado)… Haruno caerá ante sus propios secretos… (El resto esta quemado)"

Fue hasta el momento que Sakura vio el sello en la última esquina del papel cuando entendió la preocupación de su maestra. Era un sapo sentado en posición de loto, la firma personal del criminal llamado Jiraya el Ermitaño.

—Jiraya juró que acabaría con todo Konoha algún día. —Tsunade se quitó sus lentes y los dejó sobre su escritorio— Siempre hemos sospechado que la aparición del Kitsune no Kyuubi fue causada por él.

Sakura bajó la vista mientras la memoria de sus padres muertos le llegaba una vez más. Kizashi su padre era el hombre que había logrado sellar al monstruo en el interior de Menma y Mebuki, su madre, le había ayudado con el último aliento de su cuerpo. Todo aquello era según lo que había creido hasta entonces un terrible desastre, un accidente, pero…

—Yo misma mataré a Jiraya. —Dijo levantando la cabeza con los ojos encendidos por la furia.

Hubo el espasmo de una risa mal contenida. El hombre llamado Hidan se cruzó de brazos.

—Aunque me gusta su espíritu, no apostaría ni medio ryo por ella… Sería mal negocio.

—Tu falta de fe en el espíritu humano es molesta. —Kakuzu, su compañero le lanzó una mirada de desaprobación— Los dioses son benévolos con esta niña, así lo dicen los santos designios de…

—Me estas matando de aburrimiento Kaku-chan. —Le interrumpió Hidan con sorna.

— ¡A callar ustedes dos!

La voz potente y autoritaria surgió de la puerta de la oficina, tres miembros más de Akatsuki venían entrando. Sakura se sintió extrañamente turbada cuando reconoció al que había gritado. El líder del grupo: Itachi Uchiha.

—Tenemos la información y la sospecha. —Itachi caminó hasta el escritorio y se colocó al lado de Sakura, ignorándola— Al final la decisión depende de usted, Tsunade-sama.

La mujer parecía muy pensativa. Miró al grupo presente y después centro su atención en el joven Uchiha.

—Regresaras temporalmente al servicio activo del Konohagakure… Mantendrás una vigilancia personal en Sakura Haruno hasta que se te de otra orden.

El muchacho hizo una reverencia de aceptación mientras parecía no notar que la joven de cabello rosa estaba a punto de explotar.

— ¡¿Disculpen?! —Sakura estaba roja, sin saber si era furia, vergüenza o simple y pura indignación— ¡Soy un shinobi de la hoja, soy un combatiente altamente capacitado, No necesito niñera!

—No tienes ni la menor idea de lo que un criminal como Jiraya es capaz de hacer. —Dijo Tsunade sin perder la calma— Itachi Uchiha permanecerá como tu guardia personal y el resto de Akatsuki estarán apoyando a los Anbu para cualquier contingencia… Por lo pronto es todo, la reunión ha terminado.

Sakura iba a decir algo más cuando notó que la oficina estaba vacía. A excepción de ella, Tsunade y el hijo mayor de Fugaku Uchiha, que parecía extrañamente complacido.

—Tienes demasiados días de descanso y recreo acumulados Sakura. —Dijo la Hokage mientras se dedicaba afanosamente a revisar unos papeles— Te sugiero fuertemente que los tomes y te largues de mi oficina antes de que Shizune te encuentre aquí y te invite a beber.

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Ella ahora caminaba por las calles del pueblo con una extraña sensación de incomodidad. Y era extraña porque en realidad no sabía que pensar o cómo reaccionar ante su "guardaespaldas" conocía a Sasuke Uchiha, sabía de sus intenciones y de cómo mantenerlo a raya si era necesario pero aquel hombre que caminaba a su lado era un misterio… un misterio envuelto en una demasiado llamativa capa negra con nubes rojas.

—No vas a andar detrás de mí vestido así ¿Verdad?

—Evidentemente no. —Dijo Itachi abriendo su capa y mostrando que llevaba una mochila al costado— Tengo mi uniforme Anbu y algo de ropa de civil, me cambiare en cuanto estemos en tu casa. —Dio dos pasos más y notó que Sakura se había detenido de golpe, sus ojos verdes estaban abierto de par en par y se perdían en el horizonte— ¿Pasa algo malo, Sakura-san?

Un chico en su casa. Un chico de verdad en su casa, en el desastre de ropa, polvo, basura y platos sucios que ella llamaba casa…

—De… Ninguna… Jodida… ¡Manera! —Sakura envió todo su chakra a los pies y dio un salto espectacular— ¡Tu no vas a entrar en mi casa!

—Son órdenes de la Hokage. —Itachi iba atrás de ella, no parecía especialmente apurado— Ella fue muy específica: Vigilancia personal.

— ¡Eso no va a pasar! —Sakura dio un salto más y giró la cabeza para ver donde estaba Itachi. El chico se mantenía a una distancia prudente y no parecía costarle trabajo.

— ¡Vista al frente Sakura-san! —Gritó Itachi.

La chica giró con rapidez pero ya fue demasiado tarde, alcanzó a cubrirse la cara con los brazos y encoger el cuerpo, pero entró a su departamento a través de la pared, haciendo una ventana nueva al lado de la puerta.

El polvo se dispersó y Sakura descruzó los brazos, había logrado detener su entrada y aparte del boquete en la pared no había más daños, algo de ropa tirada en el suelo, un par de bolsas de basura abiertas y un serio muchacho parado justo a su lado. Ella suspiró lastimeramente, ya no podía sentirse más avergonzada.

—Mi casa es un chiquero… Anda búrlate.

Itachi dejó su maleta en el suelo y miró a su alrededor. Esquivo algunos empaques de comida instantánea esparcidos en el suelo y le dedico una mirada a unas vaporosas bragas blancas que descansaban sobre un sillón. Que desaparecieron tras la espalda de Sakura en un parpadeó.

—Convivir con Kisame Hoshigaki amplio mucho mi concepto de lo que es un "chiquero" Sakura-san. Incluso puedo percibir cierto orden en este lugar.

—Nunca tengo tiempo de limpiar nada. —Dijo Sakura en un intento de excusarse.

—Las jornadas que tiene entre las misiones con su equipo y las horas de entrenamiento con Tsunade deben de absorber mucho tiempo, entiendo porque esta descuidado.

Sakura lo miró a los ojos, tratando de encontrar una nota de sarcasmo en sus palabras pero no había tal cosa. El muchacho ladeo un poco la cabeza y sonrió.

—Yo recogeré la basura y los escombros ¿Esta bien?

Sakura asintió rápidamente con la cabeza, insegura de como sonaría su voz. Había visto muchas sonrisas. Las exageradas, ocultas tras la máscara de Kakashi, las de desprecio de Menma, las falsas de Sasuke, las lascivas y extrañas de Neji Hyuuga… Pero nada se comparaba a la que aquel muchacho le acababa de regalar.

"Y va a ayudarme a limpiar mi casa" pensó mientras un agradable calor se encendía en su pecho, que desapareció casi al instante "¡Mierda! Mi ropa sucia esta sobre la cama"

CONTINUARA…

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Notas del Autor: No soy precisamente fan del Itasaku para empezar pero Higurashi-fanfiction si lo es y como se trata de su cumpleaños hay que hacer algunos compromisos.

Escogí el universo de Road to ninja porque ahí es la primera vez que vemos una interacción más personal entre Itachi y sakura, ademas de que me permitirá jugar un poco con sus personalidades, no sabemos mucho de ellos en ese mundo, así que tengo una pagina en blanco para experimentar. Pero no pienso ahondar demasiado en todos los aspectos de ese mundo, sería llevarme las cabras al monte y de lo que se trata es presentar una "Simpática y tonta historia de amor" aun así espero este a la altura de sus expectativas y especialmente a la altura de las expectativas de mi esposa, a quien le dedico el fic con todo el amor del mundo.

Siguiente episodio: "Dos bajo un techo"