Ok. Primero que todo, tengan en cuenta que la historia se basará en que Freddy al igual que Bonnie, Chica, Foxy y Golden -este último son personajes humanos, no Animatronic, ya que, en otra ocasión el FNAF x Reader si lo será.

Bueno, que empiece el fanfic :33

Sería tan triste mi vida que llegó a ser el mismísimo paraíso, por que, estaba segura de que el infierno era mejor de lo que llegué a vivir en mi infancia y la adolescencia.

Niña de padres divorciados, criada por una abuela, una madre trabajadora que apenas le correspondía las palabras, consentida por tíos, abandonada por un padre con otra familia ya formada... Horrible.

Peor aún, la adolescencia desató lo peor de mí: Me convertí adicta a todo lo que un adulto no quiere.

Ya habré perdido la cuenta de cuantas veces me habré rateado del instituto privado -y peor, ¡De monjas!- con tal de ir a corretear por las calles de los alrededores con otros compañeros para sentirnos rebeldes.

Emborracharse, fumar y tener en las manos las drogas ilegales pensaba que era lo mejor.

Tarde, como a los 17 años o 18 ya no recuerdo, el fallecimiento de mi madre y mi independencia antes que las autoridades me pusieran con otra persona y la patria potestad, dejé toda mi familia y huí de casa.

Me sentía sucia, sucia en todos los sentidos.

No olvidé noches en velas que pasé llorando dentro de una despensa de unas compañeras que me habían dado lugar cuando les dije todo, nunca se negaron, ya que, no querían problemas, y yo, era su amiga.

Cuando la policía tocó a la puerta de mis compañeras, me tocó dejar todo, en excepción de mi morral con la poca ropa que tenía y mi libro favorito.

Ahí me volví a las calles, temiendo por mi vida.

Vagué por días, hasta que, cuando me senté en un jardín botánico, un hombre leía al lado mío el diario del día de hoy.

Además de mi noticia, en uno de los encabezados estaba puesto la propuesta de necesidad de un guardia en el establecimiento de Freddy Fazbear's Pizza, un lugar donde se dedicaban a hacerle el día "Bonito" a los nenes... Pobresitos.

-Bastante plata, ¿No lo creé, señorita?

-¿Huuh? ¿Me está hablando a mí?

-No hay nadie más en el parque-sonrió el hombre de galera negra.

-Oh.

-Le vuelvo a preguntar: ¿No es bastante plata para un guardia de seguridad para solo una semana?

-Tal vez sea por ladrones-musité, el hombre rió.

Giré a verlo mejor.

El sujeto estaba vestido de traje esmoquin color canela, una corbata de lazo negra, zapatos bajos oscuros y la galera que había notado desde un principio. Observando detalladamente, su piel era acaramelada, su cara tenía unas pecas en los pómulos y en sus ojos rasgados como los de un asiático y un greco, el color de un cristal me observó detenidamente. Su cabello... Era uno fluffy caído delicadamente sobre sus ojos y patillas, el marrón acaramelado brilló.

-Eres un Christian Grey-susurré embobada.

-¿Disculpa?-dejó escapar una risita, oh, ese tono... Un tono tan masculino y agudo.

-¿Eh? ¡...! ¡N-No q-qu-qui- es de- yo- tú-!

Siguió riendo. Perfecto _, lo asustarás y se irá.

Algo al instante me sacó de mis pensamientos: Era él. Él se había acercado y agarró entre sus manos unos de mis mechones.

-Tienes olor a... chocolate... _.

-Ngh...

Él sonrió.

-Sé que eres tú, ¿Acaso crees que soy idiota?

-...

-Mira, no te entregaré a la policía.-miró para un costado suspirando y apoyó la mano en mi cabeza.

-... ¿Cuál es la condición?

-¿Condición?

-Me resulta muy... Extraño-gemí y intenté apartarme pero me sujetó con la otra mano en el hombro. Acto seguido, shockeada observé que apegó mi cara a su cuello, abrazándome, y me escondió más contra él hasta que sentí los pasos.

-Buenos días.

-Buenos días, oficial.

-...

A los segundos, me soltó.

-¡¿P-Po-Por qué haz hecho eso?!

-Agradecérmelo luego.

-¡P-Pero...!

-Oye, si no te diste cuenta, te acabo de escudar de que te llevaran a la comisaria-suspiró-, en fin, mira la hora, vámonos.

-¡No cambies de tema!

-... ¿Eres así de histérica?-musitó, se fue desprendiendo el saco negro y la galera-, ten.

-... ¿Qué esh eshto?-balbucee todavía sonrojada

-¿Quieres seguir viva?

- P-Pues claro.

-Entonces pontelo, dale.

-...

No podría creer lo que estaba haciendo, me paré del asiento y él me acomodo el saco para que me quedara muy holgado, era grande, MUY grande para el cuerpo tan... Rellenito que tenía. Ok, no era la Barbie que la mayoría de las chicas era, pero, en estos días, con la poca comida, de seguro unos pocos gramos bajé.

La galera se ajustó para que cayera frente a mis ojos, haciéndome gemir por reflejo.

-Vamos, no es para tanto.

-Lo dijo usted, señor...

-... Oye.

-¿Qué?-gruñí. El sujeto me agarró en brazos y caminó-¡¿Qué haces?!

-Shht.

Caminó hasta el centro del parque, paró cerca de un estanque de lotos y me observó suspirando.

-Cierra la boca.

-¿Eh? ¿Qué di-?-y ahí acabé yendo, al estanque.

Empapada, me sujeté del borde del piso y lo observé.

-¡SÁCAME DE AQUÍ, POR FAVOR!

-¿Está linda el agua?

-¡Dale!

-Bien bien-rió y me extendió la mano-, arriba.

En sus brazos, temblando, él empezó a murmurarme lo que seria el plan hasta llegar a un lugar donde nadie me reconociera.

-¿Porqué me tirastes al estanque?

-Fue parte del plan.

-No entiendo.

-Tu ropa te delataría, que estes mojada, con el pelo en la cara, mi galera y mi saco de marca, te dan otro aspecto y los que te ven dirán que "sin querer" nos caímos al estanque y pasarán de nuestra facha.

-Oh, inteligente.

-Es lógica.-sonrió.

-... Por cierto...

-¿Hm?

-Hasta ahora no sé tu nombre.

-... ¿Has visto el pájaro ese? Es azul.

-!... ¡No cambies de tema!

-Los pájaros azules son muy bonitos, son únicos...

-¡Oye!

-Tal vez tengas hambre, y frío, y hambre...

-¡Escúchame! ¿Quieres?

Siempre me pregunté, porqué acepté la ayuda de un extraño, tal vez, por que en ese momento estaba lo más desesperadamente posible que no importo la ayuda de quien sea, ya sea un ángel o el mismísimo Lucifer.

En todo caso, no fue mucho tiempo estimado que duramos en la caminata en donde él me arrastraba a veces de la manga del saco y cargaba con mi morral.

-Por ciento, ¿Que traes en el morral?

-Ropa, y una manzana... creo.

-¿Y has sobrevivido con eso?

-Supongo que sí-meneé la cabeza a un costado y bufe-, no soy de comer mucho.

-Ya veo.

-...

-Cierra los ojos-musitó él.

-Ok.

Me tapó de todos modos con una de sus manos la cara y con la otra me guió hasta que me avisó por unos escalones y donde estaba la puerta. Cuando estaba más adentro y el cerró una puerta aparente de vidrio, me giré buscando su respuesta.

-¿Ya...?

-Adelante.-Abrí los ojos y miré el lugar perpleja; era un salón a oscuras y desordenado, mesas y sillas por allí, puertas por allá y un gran escenario.

-Ahora sí déjame presentarme: Yo soy Freddy Fazbear.