¡La desaparecida ha aparecido! (?) Bueno perdón mi ausencia, estaba en bloqueo de inspiración, mi negitoro no llegaba a mi kokoro, no cuando ahora tengo otro amor. *Queendrama* Seiyuus, idols, lindos trajes, nueve chicas, ships, etc. Dejando de lado mis cosas randoms, les dejo el capitulo de esta historia.
Onegai dejen review para seguir con esta dramática y romantica historia *Mano al kokoro*
Pd: Mi inspiracion llegó al escuchar la canción de Azu- For you, deberian escucharla para sentir la emocion.
Disclaimer: Vocaloid no me pertenece.
05 Crush
Miku Pov.
Un silencio cómodo nos invadió cuando nos separarnos de aquel abrazo reconfortante. Al momento de dirigir mi mirada hacia la chica sentada al lado de mí, su mirada azul cristalino se encontró con la mía.
-Ne, Hatsune-san, ¿Te gustaría ir a alguna parte conmigo? –Preguntó con cierta timidez.
-¿Alguna parte? –Repetí su pregunta, sin saber a qué se refería.
-Sí, es mi plan de tratar todo lo imposible para volver a ver tu sonrisa.
Sentí de un momento a otro mis mejillas calentarse.
-Uhm... Si acepto..., ¿A dónde iríamos? –Pregunté recelosa.
-Oh, mi hermanastra me regaló unas entradas para la nueva pista de hielo que abrieron. –Del bolsillo de su saco blanco, sacó dos entradas.
-N-nunca he patinado en mi vida... –Susurré con vergüenza.
-Yo te enseñaré, así que no te preocupes por eso –Sonrió levemente.
-Si tú me enseñarás, entonces acepto. –Respondí.
-¡Fantástico!, ¿Te parece bien si nos vemos en ese lugar a las 6:00 pm? –Una linda sonrisa se dibujó en sus labios.
-Estaré ahí.
-Lleva ropa cómoda que te brinda calor. Oh, debo irme, prometí ayudar a Meiko con la limpieza.
-Nos vemos después. –Me despedí de ella.
Megurine-san solo sonrió y se fue a hacer lo que había dicho.
Por un momento mis preocupaciones se habían ido cuando miré a Megurine-san acercarse hacia mí, pero estas volvieron de inmediato al perder su presencia.
-¿Cuándo podré liberarme de la jaula? –Pregunté a la nada.
La única respuesta que cruzaba en mi mente era la muerte.
Pero sé que no tendré las suficientes agallas para hacerlo, así que lo único que puedo hacer es resignarme y dejar que mis padres hagan lo que quieran con mi vida...
Luka Pov.
-Hiciste caso omiso a mi advertencia. –Fue el saludo que recibí por parte de mi mejor amiga.
-Hola a ti también. –Dije con sarcasmo.
Meiko solo se cruzó de brazos.
-Volveré a preguntarte, ¿Por qué tanto interés en Hatsune-san? –Bufé con molestia ante su pregunta.
-Pareciera como si estuvieras celosa. –Meiko solo desvió su mirada. –Si en verdad quieres saber el por qué mi interés hacia aquella chica, Bien te lo diré.
Dudé un momento, pero en verdad que me molestaba la actitud de mi amiga.
-Creo que me atrae Hatsune-san. –Dije con total sinceridad.
-No puede atraerte, ¡Sufrirás estando a su lado!
-¿Lo dices por la sociedad? O ¿Por mis padres?, Meiko ambas sabemos que no me importa ninguna de las dos. –Fruncí el ceño.
-¿No te pusiste a pensar que ella tal vez te esté usando para el beneficio de su padre? -Suspiré con exasperación.
-No me la dejas fácil... Además ¿Por qué tanta histeria por convivir con alguien más? Te puedo que asegurar que Miku no es ese tipo de persona.
-Vaya hasta ya le dices por su nombre. –Rodó sus ojos. –Y a tu pregunta anterior solo estoy preocupada por ti, si algo sale mal, te verás involucrada y eso es lo que no quiero.
-No debes preocuparte por mí, puedo defenderme yo sola.
-Eso mismo dijiste aquella vez, pero cuando tu padre te... –La interrumpí con brusquedad.
-¡No lo menciones! –Grité muy fuera de mí. –En verdad Meiko, ¿Qué es lo que quieres que haga?
-Aléjate de ella, solo te causará problemas y tú ya tienes con los tuyos.
-¿Qué pasará si no lo hago? –La reté.
-No estaré ahí cuando me necesites.
-Muy bien. Perfecto Meiko, perfecto, gracias a ti me he dado cuenta que tipo de amiga eres.
Sin recibir alguna respuesta, me alejé de ella.
En cuanto pasaron las horas, el timbre sonó para dar comienzo al receso. Veía a los demás alumnos platicar entre si, al contrario de mí que me encontraba sola, bebiendo mi jugo mientras miraba por la ventana.
-¿Por qué la ceja fruncida? –Preguntó una voz masculina.
-¿Tanto se me nota? –Pregunté de vuelta.
-Por supuesto. Cuéntame que fue lo que pasó, parece como si hubieras tenido una pelea con Meiko-chan.
El chico que se encontraba enfrente de mí era nada más ni nada menos que Shion Kaito, mi otro amigo de la infancia y el novio del amigo de mi hermanastra.
-Así fue. –Respondí cuando solté un suspiro.
-¿Podrías decírmelo? –Sonrió levemente.
Con resignación le conté todo. Al terminar mi relato, el me miró con genuina sorpresa.
-Estoy de acuerdo con Meiko-chan. –Alcé una ceja. –Pero a la vez no, sé que está preocupada por ti y entiendo. Creo que debe dejarte comer tus propios errores.
-Estoy muy segura que lo que estoy haciendo no es un error. –Dije rápidamente.
-Entonces sigue adelante.
-No planeaba detenerme. –Sonreí de medio lado. –Aunque todos estuvieran en mi contra.
-Me gusta tu actitud Megurine.
Miku Pov.
Finalmente me encontraba aquí afuera de la pista de patinaje y no veía por ningún lado a Megurine-san o a Gumi-chan.
Miré mi reloj de muñeca por cuarta vez.
-¡Miku-chan!~ -La voz de Gumi-chan me hizo saltar. -¡Perdón por la tardanza!
Mi nueva amiga se acercaba a mí junto a su novia y a Megurine-san.
Ahora que las veo de cerca...
Gumi-chan vestía un sweater color naranja junto a un pantalón negro y unos tenis blancos.
Masuda-san una camisa de cuello de tortuga color blanca, pantalón negro y unas botas del mismo color.
Y por último Megurine- san vestía una camisa igual a la de Masuda-san a excepción del color que era negra, pantalón blanco y tenis negros.
-Será mejor que entremos. –Sugirió Masuda-san.
Sin más le entregamos nuestras entradas a la chica que estaba en la puerta y nos adentramos al lugar.
Escogimos las zapatillas que nos servirían para el hielo y fuimos hacia la gran pista.
-Bien, vamos Hatsune-san... –Miré por un momento el hielo que estaba enfrente de mí. –No tienes por qué preocuparte, cierto caerás algunas veces, pero si te esfuerzas lo lograrás.
Aquellas lindas palabras de apoyo me hicieron sonreír.
-Yo te sostendré. –Megurine-san extendió su mano derecha hacia mí.
-Confío en ti. –Tomé la mano extendida.
La chica enfrente de mi comenzó a llevarme hacia el centro de la pista con dificultad, ya que mis piernas temblaban.
-Primero que nada tienes que tener buen equilibrio. –Asentí a sus palabras. –Bien, ahora lentamente te guiaré.
Esta vez tomó mis dos manos entre las suyas, Megurine-san con lentitud dio pasos hacia atrás, mirando cada 10 segundos hacia atrás.
Al hacer esto por unos cuantos minutos, pude estabilizar mi equilibrio.
-Te soltaré, ¿Bien? –Por un momento el pánico me invadió. –No te preocupes, dijiste que confiabas en mi ¿No?
-S-Si. –Respondí con nervios.
-Vamos... –Soltó mis manos. –Me alejaré unos cuantos pasos y tu vendrás hacia mí, ¿Te parece bien?
-No te alejes demasiado.
-No lo haré. –Rió suavemente.
Seguí las indicaciones que me dio. Cuando estaba a punto de acercarme por fin a ella, perdí el equilibrio...
Pensé que me caería al hielo, pero una suave tomó a tiempo mi antebrazo, acercándome a su cuerpo.
-Te tengo. –Unos brazos delgados habían rodeado mi cintura.
-G-Gracias.
Gracias a su acción, nuestros rostros habían quedado muy cerca.
-¿Cómo es que eres tan buena en esto? –Pregunté.
-Bueno, solía bailar sobre el hielo e ir a competencias. –Respondió.
-¿Ya no lo haces? –Pregunté nuevamente.
-Me dejó de interesar al saber que era solo un desperdicio de mi tiempo. –Desvió su mirada.
Estas mintiendo ¿Verdad?, lo sé porque tu voz sonó rota de tan solo decirlo.
-Luka... –Ella volvió a mirarme con sorpresa en sus ojos, aquella emoción que trataba de ocultar su verdadero sentimiento. –Tú en verdad no quisiste decir eso, ¿Verdad?
-Yo...
Por favor dime que es lo que te atormenta, no quiero ver esos ojos azules bañados en tristeza y melancolía.
¡Dime lo que en verdad sientes!
CONTINUARÁ...