Este fanfic participa en el reto "Crossovers" del foro "I am SHERlocked"

Crossover: Sherlock/The mortal instruments.

Disclaimer: Ningún término ni personaje me pertenece. Si esto fue creado es gracias a Sir Arthur Conan Doyle, la BBC y Cassandra Clare. Yo nada más me divierto con esto. :3

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...:::SILENCE:::...

En algún momento, la nieve había dejado de caer olvidando sobre el piso y sobre las copas de los arboles cercanos una capa blanca y suave como el algodón.

El frío seguía siendo intenso y frente a él, John titiritaba ligeramente, un temblor apenas perceptible pero que estaba presente. Se había subido la cremallera de su chamarra hasta la barbilla y mantenía las manos metidas dentro de los bolsillos resguardándolas del frio.

El móvil volvió a vibrar insistente dentro de las profundidades de su abrigo, pero lo ignoro. Simplemente quería seguir contemplándolo a él y a su eterna curiosidad.

Lo vio girarse. Un movimiento rápido que agito su cabello y elimino definitivamente los últimos copos que quedaban sobre el. John lo miro y sonrió, una mirada y una sonrisa casi fugaces antes de que volviera a centrar su concentración en lo que tenia enfrente. Dos simples gestos que sin saber por qué lo dejaron completamente desprotegido.

Dejo escapar lentamente el aire de sus pulmones, como si eso fuera a ayudarle a regresar el orden a su cuerpo. ¡Odiaba lo que John podía provocar en él!

¡Por el Ángel! ¡¿Que le estaba pasando?!

¿Por que ese estúpido cosquilleo en el estomago? Por qué con esa sonrisa tímida -pero indudablemente atractiva- John lograba hacer que todo pensamiento coherente abandonara su mente. ¿Por que todo lo relevante parecía carecer de importancia cuando él hacia eso? Por qué sus sentidos se embotaban y todas y cada una de sus ideas se revolvían hasta el punto en que todo su palacio mental parecía estar de cabeza.

Echo la cabeza hacia atrás, he intento desesperadamente regresar el orden a su rápido tren de pensamientos.

Los sentimientos eran estúpidos. Prefería la ausencia de sentimientos; cualquier otra cosa suponía confusión y esa era una sensación desagradable a la que no estaba acostumbrado.

Los cazadores de sombras eran entrenados desde pequeños para odiar y erradicar a los demonios y Sherlock no había sido la excepción. Los odiaba y eso era lo único que su rostro dejaba relucir mientras peleaba. Eso y nada más, y muy a menudo Mycroft y Greg bromearon diciendo que ese era el único sentimiento real que él tenía. Y no se podía negar que tenían un punto valido. Los sentimientos no eran lo suyo... Y después de tanto tiempo sin convivir con ellos pensaba que habían desaparecido de su interior.

Sin embargo, desde aquella noche- Esa en la John no solo lo había mirado a través de las runas de glamour, si no, que había visto más allá. Había mirado a Sherlock y sin ninguna razón aparente había confiado en él como nunca nadie antes lo había hecho- había descubierto que no era así y desde entonces, había recibido sordas puñaladas de todo cada vez que John hacía algo como eso. ¡Por el Ángel! ¡Esa sonrisa! Era indiscutible el hecho de que John podía provocar en Sherlock cientos de reacciones que nunca había pensado que podía experimentar, por que John lo era todo excepto común...


La estatua de un ángel con el rostro fiero, hermoso y triste, se erguía majestuosa en medio de lapidas de piedra tallada.

Era el mismo ángel que John había visto en el instituto de Londres. Raziel, según le había dicho Sherlock, él ángel al que Jonathan Shadowhunter había invocado en el lago Lyn, para posteriormente rogarle que mezclara su sangre en una copa con la suya para crear una nueva raza de guerreros que guardarían al mundo de las fuerzas demoniacas que llegaban a la tierra con un solo propósito... Destruir.

Bajo un suspiro, John lo contemplo una vez más, recordando la historia que Sherlock le había contado y con los dedos temblorosos y casi congelados, desprendió una fina capa de hielo que cubría la inscripción tallada en la base casi sepultada en la fría nieve.

Había una fecha "1234" y algunas palabras alrededor de ella "NEPHILIM: FACILIS DECENSOS AVERNI"

Lo leyó con el ceño fruncido y no tuvo la necesidad de preguntar que era lo que significaba, pues, mientras sus manos temblaban ligeramente a sus costados y la nieve blanca y suave crujía bajo sus pies como pequeñas hojas secas; sintió una nueva presencia a su espalda que lo petrifico por completo.

"El descenso al infierno es fácil" respondió una voz a la pregunta no formulada.

Y sin poderlo evitar, John profirió una leve exclamación ahogada. Las palabras no habían sido percibidas por sus oídos, si no, que habían resonado dentro de las paredes de su mente, como un pensamiento.

Se estremeció y se giro lentamente para mirar como un hombre cubierto con una túnica de color hueso avanzaba hacia ellos en completo silencio, con el largo y grueso manto arremolinándose mientras se movía. Sin hacer el menor ruido al andar, no se oía ni la más leve pisada sobre la nieve, incluso la capa, que debería haber susurrado, se movía silenciosa.

-¡Oh, Sherrinford!- exclamo con alegría Sherlock, sacando a John completamente de su estado de estupor.

"No mas, Sherlock" respondió en su mente el extraño ser.

-John, el hermano Noha, de la ciudad silenciosa -continúo recuperando la compostura mientras el hermano se detenía frente a él.

Y estuvo lo suficientemente cerca para que John notara que bajo la capucha el rostro quedaba completamente en las sombras. Era alto-lo suficiente para superar a Sherlock por una cabeza- y lo envolvía el olor a tinta y sangre.

Se estremeció sin poder evitarlo, y lentamente, el rostro encapuchado del hermano silencioso se volvió hacia él.

Se sintió instantáneamente desnudo, con la sensación de no saber que decir o que hacer. Sherlock lo tomo por la manga de su chaqueta y lo jalo hacia él, dándole al hermano silencioso espacio suficiente para llegar hasta la estatua del ángel.

Fue hasta ese momento en que se dio cuenta de que se había estado olvidando de respirar. Se quedo quieto, con la espalda pegada al suave pecho de su compañero, inhalando y exhalando con lentitud mientras miraba como el hermano Noha sacaba de algún bolsillo de su túnica una estela que brillaba débilmente y grababa en la piedra una runa. De repente y como respuesta, la delicada boca del ángel se abrió de par en par en un grito silencioso y un enorme agujero negro apareció en la zona cubierta de nieve a los pies de Noha.

"Sean bienvenidos a la Ciudad de Hueso" Anuncio y con un rápido movimiento alzó las manos hacia su cabeza y se echó la capucha atrás.

Olvidando mágicamente el contacto de las manos de Sherlock sobre su abdomen, John contuvo sin mucho excito el impulso de gritar.

La cabeza era calva, lisa y blanca, y la cara, ¡Por el Ángel, la cara! Estaba completamente deformada y mutilada, tenia oscuras muescas donde en el pasado habían estado los ojos, y los labios, que antaño habían sido como los de su hermano, delgados y delicados, estaban entrecruzados y cosidos con finas líneas negras.

Sherlock lo soltó y lo miro fijamente a los ojos con su mirada analítica. Esa en la que entrecerraba los ojos y apretaba los suaves labios en una fina línea. Esa mirada que podía deducir todo y dejar a la luz los más oscuros secretos. Esa que parecía poner nervioso a todo aquel al que el Nephilim se la dirigía, pero a la que John comenzaba a acostumbrarse.

Y sin dudarlo, ya se había percatado del nerviosismo de John.

-Vamos-dijo con impaciencia y lentamente, John se vio obligado a caminar hacia el borde donde miro los peldaños de granito, irregulares y desgastados por el uso que daban paso a la oscuridad por donde el hermano silencioso ya había desaparecido.

Bajo torpemente por los escalones, tropezó varias veces y hubiera caído de no ser por el otro Nephilim, que lo sostenía antes de que se siquiera se diera cuenta de que había resbalado. Pronto John se encontró firmemente aferrado al brazo de Sherlock, negándose infantilmente a soltarlo.

La escalera finalizó en un rellano plano; y frente ellos se extendió un túnel largo y agrietado. A intervalos había antorchas colocadas a lo largo de los pasillos, que iluminaban con llamas azules y verdes el rostro anguloso de Sherlock.

El primer atisbo iluminado que John vio de la Ciudad silenciosa fue el de una estancia amplia y de techo alto, con hileras de imponentes arcos de mármol grisáceo y pulido, que se alzaban por encima de sus cabezas.

-¿La ciudad de hueso?- pregunto John en un susurro cuando se sintió capaz de articular palabras. Hacia frio, he inconscientemente, se abrazo aun más al cuerpo cálido de su compañero, gesto que a él no pareció incomodarle.

-Existen diferentes niveles en la Ciudad Silenciosa.-explico, mirándolo con esos ojos que no eran de ningún color en concreto sino de todos, dependiendo de la luz.- Pero en este nivel están los mausoleos y el lugar de cremación.- y rápidamente, al ver la expresión de John, se apresuro a agregar- Los que mueren en combate se incineran; sus cenizas se utilizan para construir los arcos de mármol que ves aquí. La sangre y los huesos de los cazadores de demonios son en sí una poderosa protección contra el mal. Incluso en la muerte, la Clave sirve a la causa.

"Los esperan en el Ossuarium" indico el hermano silencioso por delante de ellos y de mala gana Sherlock se aparto de John, para seguirlo en el mismo silencio imposible con el que Noah caminaba.

Se movían tan silenciosos como el humo mientras que los zapatos de John repiqueteaban como disparos contra el suelo mármol.

Sherlock gruño y por un instante le dedico a John una mirada de "¿en serio?" mientras traspasaba el primer arco y veía por el rabillo del ojo la pequeña construcción del mausoleo, con la runa de luto grabada en la puerta- firmemente cerrada con pasadores de hierro- resaltando en trazos negros en la blanca piedra.

Arrugo la nariz y con ambas manos metidas en los bolsillos del abrigo, se apresuro a avanzar hacia la última puerta.

-Que la conversación se detenga. Que la risa cese. Este es el lugar donde la muerte se deleita enseñando la vida.


Mycroft se tenso a su lado y no hizo falta que la runa Parabatai en su pecho se lo advirtiera para que Greg se diera cuenta de que estaba nervioso. Se estaba mordiendo el labio y un fino hilo de sangre comenzaba a brotar por la comisura de su boca. Esa era la primera vez desde que lo conocía que Greg lo miraba hacer algo así y además, por si fuera poco, su rostro literalmente se estaba tornando de un verde poco natural que amenazaba con devolver en cualquier momento el desayuno que había ingerido esa mañana.

Suspiro he intento poner su atención en otra cosa. Si lo seguía mirándolo estaba seguro de que terminaría echando por la borda todo el libro gris.

Reviso por centésima vez en ese día la pantalla luminosa de su celular. Ni un solo mensaje ¡Holmes ni siquiera se había dignado a responder un maldito mensaje!

Respiro hondo, no era buena idea perder los estribos y mucho menos ahí, ya era suficientemente malo con que uno de los dos comenzara a turbarse.

-Llegara. Por ningún motivo se perdería esto. - lo conforto Mycroft. Y entonces, súbitamente, como si no lo soportara más, aparto la mirada de lo que tenia enfrente y apretó la palma de su mano contra su boca. Miraba hacia el techo, incapaz de regresar la vista hacia la mesa de mármol. Había palidecido hasta el punto de estar tan blanco como la nieve.

-¡Ya es suficiente!- murmuro Greg y lentamente se acerco a su Parabatai, miró a ambos lados y tras cerciorarse de que nadie los estaba observando -Molly y Anderson estaban ocupados al otro lado de la habitación- lo tomo de la mano, entrelazo sus dedos con los de él y lentamente comenzó a acariciar con el pulgar el dorso de su mano, maravillándose con la extraña sensación que despertaba el simple hecho de poder tocar esa piel que hasta ese momento solo había tocado para marcar runas y para nada más. No por miedo a lo que el libro gris dijera que estaba prohibido, si no, por miedo al rechazo de Mycroft que siempre daba muestras de obedecer todas y cada una de las reglas establecidas para los Cazadores de sombras.

Sintió a Mycroft tensarse aun más ante el súbito contacto, pero se controlo y le sonrió agradecido. Aunque nunca fuera a admitirlo, esa simple acción lo había reconfortado.

-Gracias- balbuceo él y los finos mechones de cabello pelirrojo que caían sobre su frente se agitaron con la suave brisa de la respiración de Greg.

Mierda. Se había acercado demasiado. Carraspeo y se alejo un poco al tiempo en que Sherlock y John atravesaban la puerta.


¡Ok, pueden golpearme! Me tarde demasiado en terminar este capitulo y aun así, fue cortito y no me gusto mucho. Sigo con bloqueo creativo y por más que lo intento no puedo conectar más de dos líneas sin que sienta que no tiene coherencia. ¡Y me quedan tan poquito tiempo para terminarlo!

Necesito ir a dormir un rato y ordenar mis ideas. Planeaba escribir más y dejarlo hasta su regreso al 221B... Pero bah! Intente escribir dos líneas más y simplemente no pude...

En fin... Sip, puse a Sherrinford como Hermano Silencioso. Solo que cuando un Cazador de sombras decide serlo deja atrás todo, hasta su nombre. No pensaba ponerlo, hasta que me di cuenta de que Sherlock necesitaba un contacto dentro de la ciudad silenciosa ¿Para que? *suspenso*

Por otro lado Greg. Como dije en el primer capitulo, el libro gris contiene todas las "reglas" y pues una de ellas es que esta prohibido tener algo más que una amistad con tu Parabatai. Hay runas que desaparecen (las iratze y las de Glamour por ejemplo) y hay otras que son permanentes, la Enkeli, las de habilidades en combate y la Parabatai, pero de todas formas hay maneras de quitarlas...aunque ninguna es muy alentadora *otra vez, suspenso*

Pasando a un asunto del capítulo anterior… Irene…desde ahí fue donde comencé a dudar de mi cordura... Necesitaba "lideres" para los subterráneos -el nombre que se les da a toda criatura que no es demonio, ángel, cazador o mundano- y al instante pensé en ella para representar a los vampiros... para los Hombres lobo, las hadas y los brujos... Sigo pensando...

Y aquí, haciendo promoción, si gustan pueden darse una vuelta por mi otro fic de Sherlock que tengo... Un Mystrade que escribi igual para un reto. No es muy bueno, pero le tengo cariño :3 se llama "I was born to love you" (es un One-Shot)

Gracias por leer y por aguantar mis locuras. Y en verdad, ¡Mil gracias por los reviews! Me ponen feliz! :3 (se los respondo en un ratito)

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