Hola a todos, con esto doy por terminado por fin el fic de llamas de culpa agua de redencion. Muchas gracias a todos por haberlo leido durante este tiempo, se que os he hecho sufrir en más de una ocasión, pero creo que al final ha merecido la pena.
Este último capitulo está dedicado a todos vosotros que hacéis posible esta historia. Un besazo muy fuerte y nos vemos próximamente.
Atte: DarkWhisper
Era un día hermoso de primavera, los pájaros cantaban y los cerezos ya estaban en flor llenándolo todo de un hermoso olor y color. Todo parecía perfecto aquel día, y muchos, que habían rezado para aquello sonreían al ver que sus plegarias habían sido escuchadas.
En Iwatobi, en la casa que se encontraba al final del templo una chica de veinte años, de cabellos castaños y ojos azules terminaba de arreglarse en su cuarto frente al espejo, se miraba y no se reconocía.
-Estas preciosa Yukie-dijo una vo a su espalda haciendola girarse para ver a su "madre" regalandole una sonrisa de oreja a oreja.
-Gracias mamá -sonrió mientras el hombre se acercaba para verla bien
Hoy era un día muy especial en la vida de Yukie, y Haruka tenía sentimientos encontrados en esos momentos, por una parte estaba feliz, pero por otra notaba la tristeza agolparse en su interior., no podía creer que el tiempo hubiera pasado tan rápido y ahora estuviera viendo a su pequeña Yukie vestida con hermoso vestido de novia blanco, con palabra de honor y corta cola, de su cuello pendía un colgante de planta que concordaba con sus adornos del pelo en forma de tiarra de flores de nacar, regalo de sus abuelos. Su cabello estaba peinado en una larga trenza por la que estaban enganchadas de manera sutil algunas flores blancas, su piel pálida tenía una fina y apenas perceptible capa de maquillaje, hoy Yukie se casaba con el hombre que esperaba que la cuidara como si le fuera la vida en ello.
Haruka se mordió los labios, aunque no era alguien expresivo, con la edad y el criado de dos hijos se había vuelto más abierto a las emociones, y ahora mismo no podía evitar mostrar el cúmulo de estas. Recorrió con la vista la habitación que era de su hija, toda ella con fotos de diferentes períodos de su vida, su primer día de escuela, al lado de Haruka que la había llevado, una escursión con sus amigos, la llegada de Mizuki a sus vidas, sus numerosos cumpleaños, su ceremonia de graduación, su primera competición en natación, su primer día de universidad, todo un largo recorrido de los momentos en los que habían estado juntos, sabía que aquello no significaba una separación definitiva, pero solo de imaginar que aquel estúpido Mikoshiba con complejo de Matsuoka se llevaba a su hija, le hacía desear tener una máquina del tiempo para retroceder a unos años antes y meter a su pequeña en un convento.
-Mamá, Yukie, tenemos que irnos-llamó una voz desde la puerta de la habitación, ahí había un chico de trece años, de cabellos negros y ojos verdes vestido con un traje negro con corbata verde oliva que resaltaba sus ojos, su segundo y último hijo, Mizuki Tachibana Nanase.-Papá nos está esperando
-Ya vamos -sonrió Yukie a su hermano menor, el día en que sus padres habían ido a adoptarlo, ella se había quedado enamorada de su hermano y había jurado protegerlo durante toda su vida.
-Estas preciosa hermanita -sonrio el joven a su hermana antes de abrazarla con cuidado.
Bajaron al piso inferior donde un Makoto ya de cuarenta años les esperaba, vestido con un traje negro con corbata, tenía ya algunas canas en el pelo, y en su rostro las arrugas empezaban a hacer aparcición, sobretodo en la comisura de los labios y en los ojos, ojos verdes que seguían tan vivos como el primer día, ahora era el jefe de la escuela de natación de Iwatobi cuando el entrenador Sasabe se retiró y le pasó el mando.
-Mi pequeña, estas preciosa -sonrió Makoto mirando a Yukie, notando las lágrimas querer salir de sus ojos.
-No llores papá -pidió Yukie, ella también tenía los sentimientos a flor de piel.
-Vamos, vamos que no llegamos, y Mikoshiba es capaz de sufrir un infarto-recordó Mizuko a su familia.
El lugar donde se celebraba la ceremonia era una gran explanada verde rodeada de árboles de cerezo, con sillas blancas unidas por ramilletes de flores a cada lado de una alfombra color salmón que había acabado salpicada por algunos pétalos de cerezo, al final de la alfombra, Kyo Mikoshina esperaba a la que sabía que era la mujer de su vida.
Haruka y Mizuki se adelantaron a Makoto y Yukie, tomando asiento en la primera fila junto a Mizuki, Ran y los hijos de estas, Tsuki y Taiyou, siendo que este último se puso muy contento al ver a su primo con el cual se llevaba apenas cinco meses.
Yukie hizo acto de presencia mientras Fairy Tail de Yiruma sonaba de fondo, su hija les había comentado en alguna ocasión que esa canción había sonado la primera vez que se besó con Kyo y era muy especial para ella. La vio caminar de la mano de Makoto que la entregaría al más joven de los Mikoshiba que estaba acompañado por una hermosa Gou vestida con un largo vesitido rojo metido en la cintura, de palabra de honor y un chal de tul por encima, su pelo estaba recogido en un gracil moño, y el sutil maquillaje la hacía ver más joven de lo que en realidad ya era.
La ceremonia fue corta y en todo momento Haruka pudo ver como Kyo no le quitaba ojo a Yukie de encima, le recordaba tanto a Makoto el día que se casaron, el castaño en ningun momento quitó su vista de él, hasta llegó a tomar su mano en un momento de la ceremonia.
-Yo Makoto Tachibana, me entrego a ti, Haruka Nanase, para amarte y respetarte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de mi vida -había dicho Makoto antes de deslizar el anillo en su dedo, conteniendo las lágrimas por la emoción de ver que Haruka por fin iba a casarse con él.
-Yo, Haruka Nanase, me entrego a ti, Makoto Tachibana, para amarte y respetarte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de mi vida -había sido su respuesta mientras colocaba el anillo en el dedo de Makoto para ligarlo a él de por vida.
Ahora en el presente veía la misma escena entre su hija y su ahora nuero y sin poder evitarlo acaricio con cuidado su alianza, notando que Makoto hacía lo mismo.
-¡que vivan los novios!-gritó Mizuryuu una vez la ceremonia terminó, levantandose y aplaudiendo.
-¡Vivan!-gritó el resto aplaudiendo de igual manera a la pareja que miraba algo cohibida la escena.
Se desplazaron todos al restaurante que Haruka había acabado montando en su pueblo natal, el mejor de Iwatobi donde ahora vivían de manera permanente, y que hoy había cerrado para acoger el convite de la boda. La comida fue amena y agradable, había sido una ceremonia intima, solo los amigos cercanos y la familia, los novios no necesitaban nada más.
Desde la mesa principal Haruka veía todo el salón y sus invitados, en una mesa estaban sus padres junto con los de Makoto, la madre de Rin y los padres de los Mikoshiba, charlando animadamente. En otra mesa estaban Ran, que era una abogada de prestigio, junto a Mizuryuu a la cual le habían acabado dando la dirección del hospital, la doctora ahora tenía algunas arrugas surcando su frente y comisuras labiales, y alguna cana en su morena melena. A su lado sus hijos Tsuki, que iba a terminar pronto la secundaria, y Taiyou que iba a la misma clase que Mizuki, y tenía fijación por él, el pequeño era la copia masculina de Mizuryuu, sobretodo en su personalidad. En otra mesa estaba la familia de Rei y Nagisa, con los gemelos, ya graduados uno en biología marina y otro en ingenieria del medio ambiente, y sus tres hermanos menores, Himeko, Kanako y Minato, los cuales estaban en primaria, se les veía felices y contentos, Rei había acabado siendo uno de los mejores científicos del pais, y sus descubrimientos sobre diversas enfermedades habían salvado muchas vidas, Nagisa por su parte era un actor reconocido mundialmente, y casi no había año en el que no acabara nominado por alguna pelicula o una miniserie, aunque últimamente había dejado paso a la carrera de seiyuu para poder pasar más tiempo con su familia. En otra mesa estaba la familia de Sousuke y Mikoshiba junto con Rin y Ai, Sousuke era ahora el nuevo jefe de policia, y a su edad de cuarenta años podía estar orgulloso de ser uno de los policias que más crimenes había resuelto, por su parte el pequeño Mikosiba había habierto junto con su hermano varios centros deportivos, siendo que el personalemente dirigía uno de ellos. Ai seguía siendo pediatra, pero también era la mano derecha de Mizuryuu, siendo uno de los médicos más queridos, sobretodo por los niños, Rin por su parte había acabado de jefe de la sección de homicidios de la policia de Tokyo, y con su nuevo estudio en criminología se había vuelto un gran referente para toda la policia de Japón. Entre ambas parejas estaba una que se había formado y por la cual Haruka había ganado un fin de semana en un Onsen con Makoto, Hikari Matsuoka y Ryota Yamazaki, los cuales a sus veinte años ya esperaban su primer hijo, a pesar de no estar casados.
En la última mesa estaban Ren Tachibana, que ahora era profesor de jardin de infancia en la escuela de Iwatobi y su esposo Hayato Shigino, que era profesor de natación en el centro donde conociera en su día a Makoto, ambos disfrutando de un feliz matrimonio del que había surgido su hija Tamako, la cual cursaba secundaria alta y era la capitana del equipo de baloncesto femenino. Junto a ellos estaba Yoshi Haku, el joven hijo de Kisumi y Ren, y el cual había venido desde Estados Unidos donde tenía una beca universitaria por su habilidad en el baloncesto, solo para ver el enlace.
Muchas cosas habían pasado desde ese día en que cometió la idiotez de acostarse con Rin, desde el día en que casi pierde a Makoto por culpa de sus hormonas, muchos momentos preciados en su vida, que si le preguntasen sin duda volvería a revivir.
-¿estas feliz Haru-chan? -le preguntó Makoto aquella noche en su dormitorio antes de dormir.
Y mientras recorria las arrugas que se habían formado en su rostro con los dedos y le miraba a aquellos ojos vivos, Haruka Nanase asintió.
-No podría estar más feliz Makoto
FIN
29/10/1014
23:30
Espero que les haya gustado. Muchas gracias por leer