Bueno esta historia llega a su fin. Cómo ya os he ido diciendo hace mucho que dejó de ser la historia que en un prinicipio yo pensé. Cada día me cuesta más escribirla. Así que antes de que la odie he decidido terminarla. Espero que os guste un poco este cap, y siento si la historia ha quedado regular tirando a mal. Gracias a todos los que habeis leido y a todos lo que tambien habeis comentado, infinitas gracias.


Caminaban con sus manos entrelazadas. Habían decidido ir dando un paseo hasta la casa de los padres de la detective. Se miraban de costado y sonreían. Desde hacía tres meses a ninguno se le borraba esa tonta sonrisa de sus caras. Al menos no lo hacía cuando estaban juntos, por separado habían podido disimularla.

Aunque ese disimulo les había supuesto algún que otro quebradero de cabeza. La detective había tenido que aguantar las charlas de Lanie sobre la necesidad de atacar y lograr vencer todas las barreras del escritor. Había habido días en los que Kate había deseado gritarle que no tenía que vencer ninguna barrera, que por fin, después de tantos años, habían comenzado una relación.

Por su parte el escritor también había sufrido las charlas de su hija. Alexis le repetía cada día que al final perdería a Kate. Insistía en que llegaría algún tío y se la llevaría. Rick tan solo le decía a su hija que pasaría lo que tuviese que pasar. Logrando con esa frase que cada día Alexis se marchase enfadada a su dormitorio, no podía entender el, a su modo de ver, "pasotismo" de su padre.

-Llegó el día – Kate apretó un poco más la mano del escritor. Rick la miró y sonrió asintiendo.

-¿Nos perdonarán?

-Seguro que sí. Sólo nos quieren ver felices no les importará que les hayamos tenido engañados estos meses. A fin de cuentas, sólo queríamos disfrutar de nuestra relación un poco antes de que todos se enterasen – Rick la miraba no muy convencido.

-No sé si Alexis se lo tomará tan bien como dices y tú con Lanie vas a tener una buena bronca – Kate dejaba de sonreír al escuchar el nombre de su amiga.

-Vale, igual nos matan. Quizás deberíamos haber juntado a todos, así sólo tendríamos que contarlo una vez.

-Venga, no somos unos cobardes. Saca las llaves y entremos – Llevaban más de diez minutos en la puerta de la casa del matrimonio Beckett. Desde dentro les miraban sin entender muy bien porque no habían entrado aún.

-¿Los escondemos? – Le preguntó Rick con una sonrisa pícara.

-Cariño, no la liemos más – Kate le acariciaba el rostro y finalmente abrían la puerta – Hola, ya hemos llegado.

Johanna, Jim y Alexis les esperaban en el salón. Cuando por fin entraron Kate se abrazó a su madre con fuerza. Castle saludó a Jim y tomó a su hija por el hombro dejándole un beso en la cabeza.

-Vaya, estáis muy cariñosos – Kate y Rick se miraron al escuchar a Alexis.

-¿Qué pasa? – Fue la pregunta que les hizo Johanna separándose un poco de su hija.

-¿Tenemos que preocuparnos? – Dijo Jim con un tono bastante serio.

-No, tranquilos – Contestaron ambos- Queríamos contaros una cosa – Comenzó Kate- Pero no es nada malo, ¿verdad Castle? – Rick la miró entrecerrando los ojos. Kate le había pasado la pelota a él.

-No, no es nada malo. Veréis – Se pasaba la mano por el pelo, signo inequívoco de nerviosismo.

-Será mejor que nos sentemos - Dijo Alexis al ver ese gesto en su padre- Está histérico y cuando eso sucede la charla va para largo. Parece mentira que seas escritor – Castle le dio un pequeño golpe en el brazo por lo que le había dicho. Kate no pudo evitar sonreírse.

-Kate, no te pongas de su lado porque no lo cuento – Kate se ponía seria y levantaba las manos en son de paz.

-Bueno, continúo. Hace diez años me fui de esta ciudad porque me estaba ahogando. Sentía que si me quedaba aquí nunca podría volver a ser quien fui. Pero lo que hice en realidad fue ser un cobarde – Dijo mirando a la detective- La verdadera razón, es que me fui por miedo. Miedo a lo que había empezado a sentir – Guardó silencio. Le costaba abrirse de esa forma- Me había enamorado. Me enamoré de la mujer más increíble que jamás había conocido – Alexis comenzó a sonreír y miró a la detective- La conocía desde siempre, pero nunca la había mirado. Pero cuando Mer murió, ella se convirtió en mi todo. Me ayudó. Ni un solo día me falló. Daba lo mismo lo mal que yo estuviera que ella siempre estaba a mi lado. Y con cada día que pasaba, ella se iba metiendo en mi corazón – Johanna tomó la mano de su marido y comenzó a sonreír- Siempre fue ella, ahora lo sé. He tardado casi once años en asumir que ella es la mujer de mi vida. Que no hay nada malo en ser feliz o al menos intentarlo. Que por ello no traiciono a la que un día fue mi esposa. La quiero, la amo y por fin decidí que lo que sentimos el uno por el otro merece la pena ser vivido- Se acercó a la detective y le tomó de la mano- Kate es el amor de mi vida y ya no me importa gritarlo. Te amo Kate Beckett, te amo como nunca pensé que se pudiera amar.

-Dios, ¡estáis juntos! – Gritó Alexis totalmente emocionada- ¡Al fin estáis juntos! – Se ponía en pie y se lanzaba a abrazar a ambos – Soy tan feliz.

-Sí al final, logré convencer a este cabezota de que dos personas que se aman como lo hacemos nosotros, deben estar juntos. Sé desde hace años que él es el hombre de mi vida. Pero intenté olvidarlo. Y casi lo logré hasta que volvió a la ciudad y todos los sentimientos que había escondido aparecieron de nuevo y lo hicieron con más fuerza que nunca. Cuando se marchó a Europa creí morir. Pero yo también fui cobarde. Pude haber ido tras él, pero preferí quedarme aquí y vivir una vida a medias – Rick le acariciaba con infinita ternura la cara- Pero ya no. Ahora vivo plenamente. Ahora tengo a mi lado al hombre que quiero. Al hombre con el que quiero formar una familia – Miraba a Alexis- no al hombre con el que quiero ampliar la familia, porque tú eres mi familia – Le dijo a Alexis haciendo que esta comenzase a llorar.

Ambos se miraron, sonrieron, se tomaron de la mano con fuerza - ¡Nos hemos casado! – Los rostros de sus familiares se desencajaron en ese instante.

-¿Qué? – Preguntó Johanna poniéndose en pie al mismo tiempo que su marido.

-¿Cómo coño que os habéis casado? Joder, creíamos que nos estabais diciendo que estabais empezando a salir – Decía un Jim totalmente fuera de sí- Me cago en todo. Joder las cosas no se hacen así.

-Papá – comenzaba a decir Kate.

-Ni papá ni leches. Eres mi única hija, siempre pensé que te llevaría hasta el altar – Johanna se acercó a su marido y le acarició la espalda tratando de calmarle- Y tú Rick , joder creía que eras mi amigo.

Kate y Rick se miraron y agacharon la cabeza. No se lo habían tomado bien, nada bien. Alexis continuaba sin decir nada.

-¿Os habéis casado? – Dijo la joven al fin y ellos asintieron – ya, ¿pero lo vamos a celebrar? – volvieron a asentir.

-Lo sentimos, pero creímos que después de casi diez años amándonos no había razón para esperar más – Decía Rick.

-Nos casamos hace tres días – Dijo Kate con algo de timidez.

-El caso fuera de la ciudad – Dijo Alexis- ¿Había caso al menos?

-Sí, claro que había. Pero cuando lo cerramos, nos pareció tan bonito el lugar en el que estábamos. Que empezamos a hablar de lo maravilloso que sería casarnos allí y finalmente lo hicimos – Decía Rick abrazando a su esposa – Y lo siento si no os gusta, pero es la mejor decisión que hemos tomado jamás.

-Felicidades – Fue Johanna la primera en poner un poco de cordura- Es cierto que nos ha sorprendido pero no por ello nos alegramos menos ¿cierto? – Dijo mirando a su marido y a Alexis.

-Vale, me alegro – Dijo Jim- pero quiero una boda aquí para poder llevar a mi hija hasta el altar.

-Eso, y yo para ser tu madrina – Dijo Alexis.

-Bueno, pues yo no seré nada y sólo disfrutaré de la ceremonia – Dijo Johanna haciendo con ellos que todos rompiesen a reír.

-Lanie te va a matar – Dijo Alexis mirando a Kate y soltando una enorme carcajada.