Es cierto que nadie se acuerda de mí. Es cierto que la fecha de mi cumpleaños se ve opacada por el de América, también es cierto que no hago una fiesta grande ni nada por el estilo, y por lo tanto, prácticamente nadie me viene a felicitar. Pero no importa. Porque él siempre se acuerda cuándo cumplo años, y este día siempre toma mi mano cariñosamente y me dice:

— ¡Feliz cumpleaños Canadá!

La verdad no importa que sólo estemos nosotros dos, paseando por parques y lugares tranquilos; la verdad es que con México a mi lado no puedo sentirme sólo.


¿Qué dijeron? ¿Que ésta ya se olvidó del cumple de Canadá? ¡Pos no! aunque sea lo recuerdo con un drabble.