Lo que somos
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La recepcionista cruzó sus piernas y alzó sus lentes. La escena era bastante tensa.
Sakura Haruno, abrió sus ojos y parpadeó muchas veces. Pudo sentir su corazón salirse al ver a Sasuke Uchiha frente a ella, ¿hacia cuanto que no lo veía? Quizá desde que terminaron la Universidad. No. Tal vez fue un poco más.
Los años habían pasado, pero el recuerdo del Uchiha seguía en su corazón. Trató de no mezclar su profesionalidad con sus sentimientos, aunque estaba con Naruto aún tenía sentimientos hacia el menor de los Uchiha, pero esos los había guardado en el fondo de su corazón muy adentro donde nadie –ni siquiera ella- supiera de ellos. Pero el ver sus ojos negros y esa expresión en su rostro hizo que todos los esfuerzos por olvidarle en esos años se fueran al retrete.
Sasuke vestía con una chaqueta negra, sus manos estaban metidas a los bolsillos de un pantalón de mezclilla, su cabello estaba despeinado y escondía su boca en una bufanda color azul marino.
Itachi pareció soltar un pequeño gruñido. Estuvieron los tres de esa manera por lo menos cuarenta segundos, los cuales fueron eternos, como si el tiempo se congelara.
-Sasuke…- Sakura fue la primera en romper la tensión. Miro a su ex amante y quizá a su primer amor- donar no es un juego- la pelirrosa bajo la mirada. No podía verle a los ojos.
-Sí- fue la respuesta del Uchiha- quiero y puedo donar.
-¿Pero que te sucede?- Itachi, quién hasta el momento se había mantenido aislado hablaba con un expresión fría- ¿qué quieres Sasuke?
-Me he enterado que Hinata está grave- alzó sus hombros despreocupadamente- fui su ex prometido y también su amigo, por ende sé muchas cosas de ella y eso incluye su tipo de sangre.
Sakura con temor miró a Itachi, esperando alguna respuesta más no la encontró.
-No podemos perder el tiempo, cada segundo cuenta- tomó a Sasuke del hombro- sígueme.
Itachi no dijo absolutamente nada. Ni Sasuke.
Sakura corría por el pasillo, incluso parecía que ni tocaba el suelo por lo rápido que corría. Sasuke la seguía con la mirada, no se veía preocupado ni desesperado.
-¡Shizune!- Sakura tocó una puerta color gris.
-¿Sakura?- Shizune abrió los ojos- pensé que …
-Necesito le hagas un análisis de sangre a ese hombre- señaló con su dedo a Sasuke- tipo de sangre y si tiene alguna enfermedad, es de suma urgencia.
-En diez minutos lo tendrás.
Sakura se recargó en el pasillo. No sé sentía bien emocionalmente, más no quería que sus emociones comprometieran una transfusión de sangre y una cesárea.
-No cambias- Sasuke abrió la puerta gris- ¿es aquí?
-Sí- su voz era temblorosa- sé que…
-Odio las revisiones médicas- ya había entrado al pequeño consultorio, en el cuál estaba Shizune con unos aparatos.
-Por aquí- señaló.
Sasuke caminó y se sentó de mala gana en una silla, se le afigura a esas que usaban los dentistas en sus consultorios.
Sakura observó su rostro, no había cambiado en nada. O quizá sí, su mirada era triste. El azabache hizo una mueca cuando sintió que Shizune le estaba piando el brazo y Sakura sabía el porqué, el odiaba todo lo relacionado a los piquetes y jeringas.
-Tú tampoco cambias- dijo con tono burlón.
-¿Cómo fue?- ahora su expresión no era fría ni despreocupada, sino que tenía un tinte de interés. Sakura entendió la pregunta.
-Aproximadamente hace tres horas, llegó una ambulancia. Se decía que era una paciente joven y embarazada pero que esta había sangrado, aunado a síntomas de hipotensión de parte de Hinata.
-¿Hipotensión?
-Presión baja- Sakura se sentó enfrente de Sasuke, por el momento lo único que podía hacer era esperar los resultados de laboratorio, y de ser positivos proceder a la transfusión de sangre.
-¿Estará bien?
Sakura suspiró.
-No lo sé, cómo médico debería dar ánimos, pero a la vez debo ser directa y no decir mentiras. Y no, si ella no recibe sangre en las siguientes dos horas morirá. Y desde luego, que estaría en peligro la vida de los bebés.
Sasuke abrió sus ojos.
-¿Bebés?
-Oh- cruzó sus piernas y se mordió un labio- creo dije de más. Para ser honestos, no sé en donde estaba Hinata, nunca vino a una revisión, yo fui la que le atendió cuando supo que esperaría un hijo de tu hermano. Supongo no se hizo ultrasonidos y por ello no se enteró- alzó sus hombros- por lo que Itachi me comenta, ella viajo a México y recién acababan de llegar,eso pudo haber afectado.
Sasuke suspiró.
-Ella no morirá- su voz se cortó por un momento, pero después volvió al mismo tono frío de siempre- mañana es su cumpleaños.
-Es cierto- Sakura ladeó su cabeza- ¿cómo te has enterado?
-Naruto es muy escandaloso.
-Ah- Sakura cerró sus ojos con enojo- creo pasé ese detalle por alto. El me marcó justo en el momento cuando yo estaba recibiendo la ambulancia y lo único que le alcancé a decir fue "estoy ocupada, Hinata ha llegado de emergencia al hospital". Me dejé llevar por mis emociones.
-Que noevedad- Sasuke sonrió, con una de tantas de sus sonrisas fingidas.
-El sarcasmo siempre fue tu fuerte, ¿eh?- la voz de Sakura se cortaba en un hilo.
-Me enteré que te has casado- las muecas de dolor de Sasuke iban en aumento, a pesar de que Shizune ya había terminado de "picotearlo"
-Si- su voz no mostraba ninguna emoción.
-¿Naruto es buen esposo?- Sasuke pareció reir. En verdad.
-Ah, ya sabes como es- rodó sus ojos- pero en general lo es.
-¿Cuándo fue?
-No es propio de ti hacer preguntas personales, Sasuke.
-Tienes razón, pero, mi mejor amigo ya no me cuenta nada de su vida.
-Fue hace dos meses, una boda pequeña por el civil. Aún no nos casamos por la iglesia
Sasuke la miró con un aire de nostalgia.
-Me da gusto, Haruno. Eres una buena persona.
-¿Qué le has hecho a Sasuke?- su voz sonaba sarcástica. En eso, Shizune le extendía los resultados.
Sakura los tomó y empezó a ojearlos. Suspiró cansada.
-Todo está en orden- con la mirada, Shizune supo que debía dejarlos- ahora, tengo que hacerte una pregunta muy importante Sasuke.
El asintió.
-¿Tienes alguna enfermedad? ¿Tatuajes?
-No y no.
-Perdón pero… no estoy tan segura- la voz de Sakura sonaba tímida- debo asegurarme que…
Pero en ese momento Sasuke se puso de pie, inmediatamente se quito lo que quedaba de su abrigo negro y procedió a quitarse la playera negra que traía puesta.
Sakura abrió sus ojos sorprendida, sus piernas no se movían y su cerebro apenas y procesaba lo que estaba viendo. Sasuke se desnudaba. Frente a ella.
-¿Me crees tan hijo de puta para mentir?
Ella asintió.
-Bien- lo único que quedaba de el era un bóxer , incluso los calcetines estaban esparcidos en el suelo junto con su otra ropa- ¿ves en mi algún tatuaje, Sakura?
Ella apresuradamente negó. Sentía como sus cachetes se volvían rojos, rápidamente corrió para buscarle un bata y al momento se la aventó.
-¡Ponte eso!
Sasuke soltó una risotada.
-Tienes la misma cara que aquella vez.
-No me jodas- Sakura ponía sus manos a la cintura- ¡eres un cinico!
-Gracias- esbozó una sonrisa picara- creo lo recuerdas.
Y la verdad era que Sakura recordaba perfectamente aquel día. Era invierno y eran los exámenes finales del Instituto, apenas se había decidido por la medicina, ese día hubo una fiesta y ella estaba enamorada. Las copas de más no favorecieron…
Al final ella se había acostado con él, pero ese era un secreto entre ellos. Ni siquiera Naruto sabía eso. Desde luego, ese fue de los últimos encuentros entre ella y Sasuke, él ese día le dijo que ella era importante, muy importante en su vida. Y ella como blanca paloma le creyó, sin saber que era una más de su colección. Todos los besos, palabras y caricias se las llevó el viento, pero las conservó en su corazón. Perdió la virginidad con un descarado. Un hijo de puta.
Y ahora ella estaba frente a él, en modo laboral. Sí. Aunque después de todo Sakura se sentía como una idiota.
Una vil idiota.
¿Acaso aún le amaba? ¿Aún?
En "venganza" le dio tantos piquetes como pudo, en pocos minutos ella llevaría la sangre hacia la sala de operaciones y ayudaría a la parte medico.
-No has contestado- Sasuke esbozó una sonrisa maliciosa.
Sakura alzó su ceja, entre tanto piquete y sus propios pensamientos no había escuchado las palabras del azabache.
-¿Disculpa?
-Olvídalo, estoy interrumpiendo tu trabajo.
-De hecho- Sakura sonrió desanimada- en pocos minutos me tendré que ir de aquí y deberás quedarte en reposo una hora.
-¿no me puedo largar inmediatamente?
-No- fue la tajante respuesta de Sakura.
-¿Me has olvidado?- Sasuke parecía serio. Ahora el se encontraba recostado en la cama del consultorio, observando como su sangre estaba en unos tubitos. Asco, eso fue lo que le dio.
Sakura lo miró con tristeza. Abrió la cortina del consultorio, afuera, el cielo tenía un tinte color naranja con rojo, era el atardecer. En ese momento ella se estaba cuestionando eso ¿lo había olvidado? ¿en verdad? Si contestaba que "si" probablemente fuera una mentira, pero si decía que "no" era otra aún peor. ¿Entonces?
-Te diré algo- Sasuke se incorporaba de la cama, a pesar de la cara de dolor que tenía- he dicho miles de mentiras en mi vida, falsas promesas e ilusiones. Solamente una vez me enamoré, pero mis propios sentimientos me alejaron de ella- su voz sonaba sincera, o eso creía Sakura- tú no me mereces. Conozco esa mirada de duda. Sé lo que piensas, no sabes que decir porque ni siquiera sabes la respuesta. Solo quiero decirte que seas feliz con Naruto. En verdad, te aprecio como persona pero te aseguro que te odiaré si no haces todo lo que este en tus manos por Hinata. Lo juro.
Sakura sintió un escalofrió recorrer su cuerpo, ya pronto sería el tiempo de quitarle todas esas "agujas". Mientras tanto debía estar ahí, pero no era por "obligación" de hecho, bien podía irse y vagar en el pasillo, su estancia en la sala de operaciones sería innecesaria sin la "materia prima".
-Lo siento- una lagrima errante recorrió su mejilla, su cabeza estaba explotando en busca de respuestas innecesarias- pero no te creo.
Sasuke asintió.
-No esperaba otra cosa, en mi consiencia quedará que esta es de las pocas verdades que te he dicho.
-¿Ha habido una verdad?- Sakura tenía unas ganas horribles de golpearle.
-Que te estimo.
-Ah- se llevó su mano al pecho- ¿gracias?
-Pero la mentira más grande que te dije, fue que eres importante. Muy importante.
Sakura gruñó e inmediatamente le quito las agujas, sin ninguna compasión. Usualmente solía ser muy "dulce" con sus pacientes y se tardaba mucho en atenderlos. Sin embargo, parecía que quería dañar a Sasuke, quería que le doliera. ¿Acaso no sentía?
Sasuke apretó sus labios, reteniendo un grito de dolor.
-Adiós- dijo Sasuke en un murmullo- no nos veremos en mucho tiempo.
Sakura le dirigió una mirada cargada de resentimiento.
-Te…te odio- gimoteó en un intento de decirle otra cosa.
-Demuestra que me odias y dile a Itachi que venga.
Sakura azotó la puerta.
Itachi Uchiha estaba frente a su hermano. Apretaba los puños salvajemente mientras lo observaba. Sí, era su hermano pero no comprendía absolutamente nada.
-Siento hacerte perder el tiempo- su tono de voz era autoritario, monótono, frío. Como siempre- pero debía hablar contigo antes de irme.
-¿no te parece suficiente?- Itachi se sentó frente a él- te haces la victima de tu propia obra, pero estas actuando muy mal Sasuke.
Recalcó su nombre con desprecio, en otra ocasión le diría "hermanito". Pero esos tiempos estaban tan lejanos.
-"Maybe yes, maybe no, I don't know" (*Tal vez sí, tal vez no, no lo sé*)
Itachi alzó su ceja. Su hermano podía ser muy fastidioso cuando se lo proponía.
-Dejate de juegos y ve al grano.
-Somos Uchihas, trataré de ser directo. Todo empezó después de que te fuiste. Yo … ¿sabes que quería estudiar?
Itachi negó.
-Yo quería pintar- esbozó una sonrisa- pintar, pintar. ¿Ironico? Sí. Lo es. Ino me ha cambiado por un pintor.
Itachi abrió sus ojos y Sasuke soltó una risotada de nervios.
-Puto karma, ¿verdad?, tú te fuiste a aquel internado gringo cuando yo tenía catorce, después de eso quisiste ser arquitecto. ¿Y que más? Ah sí, alguien debía encargarse de las empresas.
-Eres un ser humano, cada quién hace de su vida lo que quiere- dijo Itachi.
-Sí. Yo no quería decepcionar a mi padre. En fin, de cualquier modo nuestra madre falleció y no pudimos decirte, una verdadera tragedia. Los días de infancia quedaron atrás. ¿Sabes? Tenía un vicio por las mujeres.
-Que novedad- entre cerró sus ojos- si no me lo dices no me doy cuenta.
-Me acosté con las que quería. Pero siempre hubo una que nunca accedió, solamente una. Hinata Hyuga.
-Si veniste hablar de ella- se puso de pie- no me interesa oír tu historia. En este momento esta al borde de la muerte, ¿y tú? Hablando de tus aventuras. Eres de lo peor, Sasuke.
-Relajate, será la última vez que nos veamos, debemos estar bien '¿no? Sólo dejame terminar, después ódiame todo lo que quieras.
El mayor de los Uchihas asintió.
-Fue entonces que dije "no estaría mal hacerla mía" y la idea me gustó. Después las cosas se fueron dando poco a poco. Y las circunstancias se dieron de una manera "jodidamente perfecta". "Por que no ser ambiciosos" eran mis palabras de hace años. Yo sería dueño de las empresas Uchihas, un pequeño reino. Y mi novia era una Hyuga. El escenario perfecto para un maniático del control, ¿no lo crees?
-Imbecil- escupió Itachi.
-Permiteme. Esos fueron mis pensamientos iniciales, pero conforme paso el tiempo, la cama de las demás chicas me quedaba grande y me dije "que hijo de puta soy, en este momento debería llamarle" y lo hacía. Y me sentía bien. Con el tiempo la quise, y el número de mujeres bajo. Ya tenía en mente que hacer para la boda. Te juro que en ese momento pensé en ella y no en su apellido.
Itachi no dijo nada.
-Con el tiempo, Hiashi me dijo que debía alejarme de ella ya que yo no era el hombre que el esperaba para su pequeña hija.
-Vaya, hasta que le doy la razón en algo.
-Y yo me negué a esa idea. Cierto día, le propuse matrimonio, pero a los días… mi vida dio un giro radical. Ya sabes, la empresas Mangekyo y Sharingan siempre hacen revisiones médicas a los trabajadores, y dije "no estaría mal hacerme una". Mis análisis fueron perfectos, incluso el doctor señaló que yo viviría por mucho tiempo. En general, todos los trabajadores gozaban de buena salud física y mental.
-¿Y?- alzó los hombros- no es propio de ti desviarte tanto del tema
-Lo sé- carraspeó la garganta- pero es importante que lo sepas.
"La secretaría había tocado dos veces a mi puerta. Era de esos días en que estaba agotado mentalmente, tanto trabajo me estresaba de una manera sobrenatural. Con una voz exigente la hice pasar a la oficina del Presidente de Mangekyo.
-Sasuke-sama.
La chica hizo una leve reverencia.
-¿Qué pasa?- Saqué un cigariillo para liberar la tensión.
-El doctor Menendez solicita verle de manera urgente, esta en la sala de espera.
-Que pase
El doctor, era amigo cercano de la familia, director de una reconocida farmacéutica y de un Hospital. Habíamos hecho un convenio en donde su Hospital haría revisiones anuales a todos los trabajadores. Incluyendome.
-Sasuke-sama de antemano quiero agradecerle que su familia siga interesada en nuestros servicios.
-¿Sucede algo?- ya estaba harto de visitas estúpidas.
-En realidad, quiero concluir que la salud de sus trabajadores es excelente. Pero hay algo que debo decirle.
-Adelante.
-Es sobre usted.
-Sea directo.
-Usted no puede tener hijos"
Itachi abrió sus ojos con sorpresa. Sasuke seguía recostado.
-Evidentemente pedí una segunda opinión pero solo gasté tiempo y dinero- hizo una mueca- ¿sabes como me sentí?, en fin. Todo esto paso una semana después de que le pedí matrimonio a Hinata. Y me puse a pensar en todas las cosas, tanto buenas y malas. Yo jamás podría ser padre y su mayor sueño era tener la familia que nunca pudo ¿qué clase de marido sería yo?
Itachi soltó una carcajada.
-Lo más curioso es que dijiste que el hijo que ella esperaba era tuyo.
-Era mi último intento para ganar la batalla, tu siempre tuviste todo. Y es verdad, quizá si le hubiera dicho a Hinata "hey no puedo tener hijos" ella, con su alma tan pura me habría dicho "tranquilo, yo te quiero tal y como eres. Un hijo no marcará la diferencia"
Itachi se acercó a él y le dio una cachetada.
Sasuke bajó la mirada.
-Me enteré por Naruto que ella sería madre, el vive pensando que aún somos novios, que estúpido, ¿no? Por eso fue que decidí dejarle y herirle.
-Camino fácil para los cobardes, ¿sabes Sasuke? Lamento mucho que jamás puedas tener hijos, en verdad. Debió ser algo muy duro para ti, pero las cosas las hiciste mal. Ahora tengo tantas preguntas, pero no puedo sacar ninguna. Solamente te diré ¿para que demonios viniste? ¿por qué?
-Si Hinata muere, me sentiré como el único responsable por el resto de mi vida.
-¿Lo hiciste para expiar tu crimen? ¿O solo para poder dormir tranquilo?
-Yo no podré dormir tranquilo en ningún momento, onii-chan.
-Hace tiempo que no escuchaba esa palabra
-¿Onii-chan? Es verdad- Sasuke suspiró y se sentó en la cama, aún tenía esa incomoda bata que le dio Sakura- solo cuidala ¿si? Soy el peor de los estúpidos, por ello. Ya he renunciado a la empresa.
Itachi abrió su boca.
-Padre no quiere saber nada de Mangekyo ni de Shringan, tu sabes que si se dejan esas empresas a la deriva se acabaran y todo el legado Uchiha se irá al demonio por ello… sé que tu serás buen presidente. No te preocupes por las firmas del consejo, todas están en mi escritorio. Haz de la empresa lo que te parezca mejor.
-No sé que decir.
-No hay nada que decir, no te pido perdón. Porque eso no arreglará nada, después de esto puedes odiarme.
-¿Y a donde te irás?- Sasuke se ponía sus pantalones.
-Estados Unidos, aún no sé que haré ahí, pero me iré. No puedo permanecer ni un segundo más aquí.
-Te deseo lo mejor- Itachi esbozó una débil sonrisa
-Lo mismo digo
De repente, la puerta se cerró.
-Necesito un poco de Sake- Tsunade se abanicaba con unas hojas que había encontrado en el escritorio de su "alumna" favorita.
-No… no debería tomar- un chico con lentes se acercaba a ella preocupadamente.
-Tonterías, ahorita la chiquilla ya debe estar muy feliz con sus hijos.
-Debe ser- el chico, cuyo nombre era Kabuto le esbozó una sonrisa.
-¿Ha venido por aquí Jiraiya?- La rubia se pintó los labios.
-Ya son casi la una de la madruga, vino como a las tres de la tarde.
-Ya veo- y asintió.
En una habitación aparte, Hinata se encontraba dormía. El día/noche había sido de lo mpás agotador para ella, estuvo a punto de morir. Sin embargo alguien le donó sangre y eso ocasionó que la cesarea fuera un éxito.
Itachi estaba sentado junto a ella, acariciaba su cabello. Aún estaba dormida, le dio un tierno beso en la mejilla.
-Hinata- una pequeña lágrima salió- gracias.
-¿Y cómo se supone que se cambia esto?- Hanabi negaba con la cabeza- ¿no te vueltes loca?
Hinata negó con la cabeza.
Ahora su casa era aquella que Itachi había construido, en la cupal había vivido. Ese día era importante para ella porque sus bebés cumplían un mes de nacidos.
Había tenido dos, uno era niño y la otra niña. Ambos tenían el cabello negro como su padre, pero de piel blanca como ella, los ojos de la pequeña Mikoto eran color negros, un negro azabache. Mientras que los de su hijo mayor eran como los que ella tenía, color perlados.
-Creeme que si yo tuviera dos hijos me volvería loca ¡los dos lloran al mismo tiempo!-Hanabi cargaba al mayor de los hermanos- ¿Debo cambiarle el pañal?
Hinata asintió.
-Te agradezco que hayas venido Hanabi- Hinata le ponía talco a la pequeña Mikoto.
-Obito-kun es inquieto
-No, no lo es- rió Hinata- pero creo que tu lo inquietas con tu grititos.
-Es que este niño- hizo una carita rara- es un pillo. Yo creo cuando este niño tenga quince ya serás hasta abuela.
-¡Callate!- la Hyuga mayor soltó una risotada.
La casa de los Uchiha estaba en armonía, Itachi trabajaba en las empresas familiares. A su mando, se pudieron recuperar de aquella perdida por "Xanadú".
-Oye- dijo Hanabi a su hermana en un susurro- ¿te has enterado?
-¿Qué?- Hinata preparaba la segunda ronda de biberones matutinos.
-Neji se casará ¿no es increíble?
Hinata abrió sus ojos con sorpresa.
-¿Enserio?
-Sí, en su perfil social publicó una invitación, al parecer siempre si se casará con Tenten.
-Ella nunca supo que….
-¡Tonterias!- gritó, haciendo que el bebé que estaba entre sus brazos pataleara- ¡Oh! Lo siento Obi…..
-Quizá ya lo sabe, a final de cuentas…
-Solo eramos victimas de nuestra soledad, nada de importancia. Aquellos besos con mi propio primo fueron estupideces- rodó sus ojos- mejor cuéntame… ¿Por qué me pediste ayuda?
-Ah, sobre eso… pienso hacer una pequeña reunión.
-¿Reunión?
-Invité a comer a unos amigos, sus nombre son Hiyori Kazane y Eishirou Sugata.
-¿Eh?- puso cara de perfecto "what?"- No los conozco
-Son amigos muy cercanos de Itachi, hace mucho tiempo que no se ven…creo le hará bien.
-Me da gusto, ¡oye! ¿Qué crees?
-¿Qué?
-Me han dado la beca en París, ¡podré ser fotógrafa!
Hinata sonrió animadamente.
-Esto hay que festejarlo.
-Sé que mi padre dirá que soy una tonta, pero eso ya no importa.
-A todo esto…¿el sabe sobre…?
-¿Sobre Obi-kun y Miko-chan?- así era como Hanabi les decía de cariño a los dos pequeños- lo sabe, era más que obvio, estuviste en los encabezados.
-Vaya- se rascó la cabeza- que cosas…
-Oye Hina…¿puedo confesarte algo?
-Claro, habla ahora o calla para siempre.
-Eres una persona sumamente fuerte.
-¿Eh?
-Te admiro y te pido perdón por todas las veces que te ofendí, que te hice menos. En serio.
-No hay nada que perdonar, creo que las dos tuvimos nuestros momentos, yo estaba tan ensimismada en Sasuke y solo pensaba en él, sin darme cuenta que nunca sería lo mejor porque el destino tenía otros planes.
-Ya sé- rodó sus ojos divertida- ¿sabes de que más me he enterado en facebook?
-Parece ser que las vacaciones hacen que estes más tiempo en esa red
Hanabi se rió.
-Sakura y Naruto tendrán un bebé.
-¿Qué?- la mandibula de Hinata casi se cae al suelo
-Deberías invitarlos a comer un día de estos.
-No esta nada mal la idea.
De repente, un ruido interrumpió a las dos chicas.
Hanabi dejó con mucho cuidado al mayor de los hermanos y se dirigó a abrir la puerta.
-¿Padre?- abrió sus ojos con total sorpresa.
-¿Puedo pasar?- preguntó con su cara de siempre, tan seria.
-¿Pasa algo?- Hinata había escuchado que alguien pedía pasar.
-Ah, Hina… este- Hanabi se tocó su vestido- padre dice que si puede pasar.
-¡C….cl..claro!- respondió en un tartamudeo
Hiashi Hyuga. Líder de la empresa Byakugan y padre de dos hijas.
La mayor de ellas era Hinata Hyuga, la cuál tenia un parecido extraordinario con su ya difunta esposa, Noriko Hyuga. Siempre había sido un padre duro con sus hijas, aunque Hinata tenía muy vagos recuerdos de él como un padre amoroso. Pero claro que sólo eran recuerdos desvanecidos por el tiempo y por la misma existencia.
-Me ofende que no me hayas dicho sobre mis nietos- esbozó una sonrisa fraternal.
Hanabi comenzó a temblar.
-¿Alguien gusta té?- pero nadie respondió- Bueno… creo que haré un poco- y se retiró.
Hinata seguía sentada en un sillón grande.
-¿Cuál es su nombre?- Hiashi señaló al niño.
-S…se llama Obito.
Abrió sus ojos.
-Asi se llamaba el primo de Itachi, ¿verdad?
-Si
-Este niño tiene los ojos perlados, ¿sabias que asi los tenían todos los Hyuga y eran signos de tener el Byakugan?
-En el antiguo mundo de los shinobis
-Nuestros antecesores fueron fuertes, libraron grandes batallas. Todos tenían estos ojos. Me da alegría saber que ya soy abuelo.
-¿Enserio?- Hinata bajo la mirada
-Siempre fui muy duro, ¿no? Neji, Hanabi y especial tú tuvieron que pasar por cosas horribles. Y mira como cambian las cosas, ahora tu primo se casará con una buena mujer. Hanabi… yo sé que ella se irá, y supongo que en este momento debe estar escuchando, y sí, acepto que se vaya a París.
Un gritito proveniente de la cocina se escuchó.
-Y a ti, hija. Puedo decir que esta niña es idéntica a los Uchiha.
Sonrió
-Su nombre es Mikoto
-Nunca te he hablado de mi vida, ¿cierto?
-No
-Verás, cuando era un adolescente solía tener un grupo de amigos. Minato, Kushina, Fugaku, Hizashi, Mikoto y Noriko. Con el pasar del tiempo, se fueron formando las parejas entre nosotros. Te confesaré que fui novio de Mikoto.
La boca de Hinata se abrió al igual que sus ojos.
-Suena raro pero sin duda "Mikoto" se parece a Mikoto. De eso no hay duda. Me dolió tanto perder a tu padre… pero su muerte no fue sorpresiva.
-¿Cómo?
-Sé que un día ella se fue, y usteds creyeron que su muerte fue repentina.
Hinata asintió.
-La realidad es que a ella le habían detectado cáncer, en una fase irremediable. Ni todo el dinero del mundo podría curarla. Nada. Desde aquel día decidí alejarme a todo lo que me ataba a ella, y eso incluía a mis hijas. Fui un tonto, pero el dolor se había apoderado de mí.
-Creo que su muerte fue lo mejor
-Lo fue, ella ya estaba sufriendo mucho. Los dolores de cabeza le acajaban día y noche sin descanso. Cuando ella murió se sintió a soledad, y ahora que te veo sé que eres su reflejo. Eres igual a ella, tienes la misma mirada y el mismo corazón.
-¿No crees que es muy escotado?-
-¡Para nada! ¡Tranquila!- Sakura estaba a lado de ella, su pancita de emabrazada era evidente. Usaba un vestido rosa claro- te ves hermosa, Hinata.
-Opino lo mismo- una chica de vestido dorado y cabello castaño asentía- ¡eres hermosa!
-Y yo opino que eres horrenda- dijo en tono de broma Hanabi.
Las cuatro chicas rieron al unísino.
-¿Se supone debo bajarme de esta limosina?- su voz era temblorosa
-Obviamente, tu te bajaras y nosotras como hermosas y sensuales damas de honor iremos detrás de ti.
-¿Y si no ha llegado?
-¡Mujer! Sé que ahorita debes estar nerviosa hasta donde ya no, pero tranquila. El seguramente ya esta ahí.
-¿Por qué la limosina esta blindada?- preguntó Hinata, mientras una gotita de sudor la recorría.
-Porque queremos que nadie te vea, hasta el momento en que tu te descubras el velo, el te verá y entonces se besaran.
-Esto es como un sueño- susurré
-¡No! No es un sueño, es la realidad Hinata.
-Hoy te casarás.
Hinata finalmente bajo de la limosina, la iglesia que tenía frente a ella era hermosa.
Caminó lentamente, mientras sus amigas la seguían. Suspiró.
Hoy era el día.
La marcha Nupcial sonó y todo mundo se puso de pie. Pasos lentos pero seguros. Hinata quería correr, claro que sí.
Itachi Uchiha estaba frente a sus ojos. Traje negro y una camisa blanca como el vestido de ella. Una corbata plateada, así como los ojos de ella. Y su cara tan hermosa como siempre.
Incluso ella pudo notar un brillo especial en sus ojos.
En la primera fila estaba su padre, del otro lado se encontraba Fugaku. Ambos hombres tenían a sus nietos, uno cada uno. Fugaku había encontrado "mona" a la niña, mientras que Hiashi había sentido mucho orgullo por Obito.
Sakura y Naruto estaban ahí, al igual que Tenten y Neji.
Itachi la miró.
Ambos se sonrieron.
-Te ves … hermosa- Hinata juraría que Itachi soltó una lágrima.
-Te amo.
-Te amo Hinata Hyuga.
-Esto es lo que somos… una familia.
"Antes de encontrarte el mundo era tan gris. Pero ahora que te tengo sólo sé que jamás te dejaré ir, porque tu pintas mi mundo de colores, y esto... al final es LO QUE SOMOS"
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Epilogo
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Eran las nueve de la mañana. Ella sabía lo que pasaría si llegaba tarde al trabajo de su ahora nuevo jefe. Se había enterado que era el mejor pintor de Francia. Hacia ya diez años que ella vivía ahí, sin embargo, ahora ella estaba en Konohoa nuevamente.
También debía visitar a su hermana. El día de hoy estaba destinado a una cena familiar y de amigos. Pero para ello debía conducir.
Ella odiaba conducir.
Hinata e Itachi habían tenido un tercer hijo, por lo cual Hanabi tenía que conocer a su sobrino en persona.
Aunque, a la menor de las Hyuga le causó gracia el ver una nota en una revista.
"Ino Yamanaka, ¿con kilos de más? aparentemente la ruptura con su marido le ha llevado a una depresión..."
No era que le causara gracia la miseria de la rubia, sino que al final. El Karma era Karma.
Y de Sasuke, lo poco que Hanabi sabía era que se había vuelto gay.
¿Sería eso acaso posible?
"TODO EN ESTA VIDA ES POSIBLE"- se repitió así misma.
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FIN
Quiero hacer un agradecimiento a cada una de las personas que siguieron y siguen este fic :') me es raro terminarlo. Todo surgió como una idea rápida, ya había escrito antes pero esta historia me fue envolviendo poco a poco... pero tranquilos, me verán por aquí escribiendo algunas historias. Ya saben, mis parejas favoritas son todas las que tengan que ver con Hinata y alguno de los hermanos Uchiha.
Gracias. Gracias. Por cada review.
Por cada visita.
Enserio, todo esto me motiva a seguir escribiendo y mejorando.
¡Gracias!
Y esto fue...LO QUE SOMOS.