Guardián

Escrito por Blessende / Traducción por Maru de Kusanagi

Parte del universo "Searching for Levi / Buscando a Levi". Año 2007. Capítulo dos de dos


NT: Al traducir se pierde, pero Eren tiene diecisiete años en esta historia

NT 2: Me sugirieron en un review que debí dejar la palabra 'sunshine', así como suena. Si bien muchos saben inglés, hay gente que no entiende nada, y mi idea es tratar de dejar esto en el castellano más neutro posible, además de que Levi usa el término en un sentido literal de 'luz de sol'. Por ese motivo, me vi obligada a usar un término que suene entre tierno y burlón, pero que, a la vez, capte el significado de lo que Eren es para la vida de Levi ('el áureo sol en su vida').


Parte 2

Levi despertó cuando una corriente de frío llenó el cuarto. Se sentó apoyándose en el respaldo, los ojos grises vagaron al reloj en la pared. Eran las cuatro de la tarde, lo que significaba que se había dormido una maldita hora completa. Su atención primero se fijó en el termo de acero inoxidable en la mesa. Se posaba inocuamente en el vidrio traslúcido, un objeto que era difícil no ver… dado que el cabo estaba seguro de que no había ningún termo haciéndole compañía anteriormente. Tomó una servilleta de papel y lo recogió elegantemente, como si manipulara una bomba nuclear que estaba a punto de explotar. Considerando los enemigos que Rivaille tenía, nuevos y viejos, tanto fuera como dentro del Estado, tenía justificados motivos para ser cauto.

Levi olisqueó el borde del termo.

Sopa, descubrió con una ligera sorpresa.

Sólo una inofensiva sopa.

¿Y qué rayos hacia una sopa en su mesa de café?

Y, entonces, había otros rastros.

Estaba el sofocado ladrido que venía de las profundidades del cuarto de escobas. Estaba la corriente fría en la casa, la cual Levi atribuyó a las puertas del balcón, descuidadamente abiertas. Y, entonces, estaba la parka verde que lo envolvía.

Levi emitió un ligero suspiro.

Todo gritaba un único nombre.

Eren.

Eren Jaeger.

El mocoso extraordinario-

En los últimos dos años, Rivaille había cambiado tres veces su cerradura. Amenazado al chico con un dolor inexplicable si se atrevía a cruzar el espacio personal de Levi (lo que el chico hacía una y otra vez). Levi también luchó para mantener sus intercambios al mínimo, limitados a los almuerzos y reportes de entrenamiento. Y, aun así, Eren se estaba volviendo verdaderamente el elemento impredecible que el Estado había declarado que era.

Así que, si el mocoso consiguió meterse dentro… ¿Dónde estaba?

Levi miró en derredor del departamento vacío, y su filosa mirada captó una anomalía en el orden de su mundo. La luz estaba prendida en la cocina, y parecía que alguien revolvió la heladera.

No, carajo, no… Pensó Levi mientras se levantaba del sofá y se apeó duramente hasta allí. Los beneficios de una siesta ya lo abandonaban.

Abrió la heladera, y, obviamente, sus municiones faltaban. El arma no estaba, así como sus cuchillas mecánicas. Se volvió velozmente y caminó al guardarropa de su habitación. Sí, Levi descubrió que su uniforme de antidisturbios también faltando. Jaeger había rapiñado bien.

Jodido imbécil.

'Gale', llamó Levi a la red mientras se pasaba una mano por el cabello rapado. 'Repite los últimos cinco mensajes' dijo en el silencio del 1263.

..-..

Oluo Bozado estaba sentado en el crucero, mezclando su baraja de naipes ausentemente. Quizás, esa no era toda la verdad. Su mente no estaba en realidad vagando como acostumbraba la mayoría de los días. Porque él estaba observando a cierta pelirroja en la distancia. Pelirrojo, castaño rojizo, castaño avellana, siempre estaba en un dilema cuando tenía que describir el verdadero color de sus cabellos. Petra estaba sentada afuera del crucero, siguiendo los planos del terreno con Ird y Gunther. Se metió un mechón de cabellos detrás de una oreja y la mujer señaló una de las salidas del mapa de la red de subterráneos. El distrito Brianne era conocido por su notoria red de laberínticos túneles subterráneos, y no era una sorpresa que la guerrilla se haya ocultado en este laberinto.

'Chicos, puede ser cualquier sitio entre las escaleras de emergencia hasta la plataforma cuatro', dijo Petra, haciendo una línea en el mapa. Ah, allí estaba esa seguridad y valor, que él tanto admiraba. Oluo era capaz de oírla a través del comunicador. Y sonrió ligeramente. Petra Ral era absolutamente seria por fuera, pero, sin el cabo presente, podía notar la inquietud en su voz. Y, sin embargo, Oluo encontraba la voz de la mujer relajante para sus oídos. Petra podía hablar sobre el clima de Titán, y él seguiría deseando mimarla. Ella podría retarlo en sobre el tipo de pervertido que era, y Oluo seguiría adorando a esa pelirroja. Por Jove, ella incluso podía hablar sobre el Cabo, y Oluo la oiría pacientemente. Porque Oluo Bozado era un idiota romántico, y no podía evitarlo.

Ird se aclaró la garganta, interrumpiendo la observación de Petra. '¿Ningún fallecido aun?' preguntó el hombre de coleta, señalando el amuleto para la buena suerte que siempre llevaba al cuello.

Oluo suspiró.

¡Cómo hubiera querido casarse y asentarse! Salvo porque había cierta jovencita en su vida que seguía enganchada con el inalcanzable cabo enano del infierno.

Petra sacudió la cabeza en respuesta a la pregunta de Ird. 'Ningún civil aun. Pero el dueño del droide fue hallado estrangulado esta mañana.'

'¿El dueño?' un Gunther de cabellos oscuros repuso con el ceño fruncido.

Petra asintió, forzando sus ojos a volver al mapa. 'Eso lo que dijo inteligencia. Están revisando las cámaras de vigilancia del túnel para captar un rostro. Es un INSbot, chicos.'

Los dos hombres hicieron una mueca.

Incluso Oluo masculló al oírlo, y una ácida expresión se asentó en sus facciones avejentadas, los años no habían sido clementes con Bozado, a diferencia de otros. A pesar de que era más joven que su líder de escuadrón, el cabo Levi, la gente solía pensar que Oluo era mayor. Y mientras a Oluo le importaba un pepino lo que la mayoría de la gente pensara, sí le molestaba que Petra así lo sintiera. Se preguntaba, en silencio, si podría tener una pizca de la atención de Petra si se viera más agradable a la vista.

Sólo percátate de mí de una buena vez, linda doncella, murmuró Oluo por lo bajo. No me hago más joven.

Suspiró y miró a la pequeña telepantalla del crucero.

Un INSbot.

No era una sorpresa. La población de Titán había roto el equilibro entre los géneros, en favor a los varones. La solución del Estado para la crisis de los géneros fue permitir el florecimiento de la industria de droides recreacionales. Que era un nombre bonito para los robots sexuales.

Sucio, pensó Oluo. Podridas y asquerosas mentes. Puaj, puaj, puaj.

Se metió un cigarrillo a la boca y lo encendió, sus ojos arrugados se suavizaron al volver a ver a Petra.

Se preguntó cómo en el mundo una máquina podría reemplazar el cariñoso corazón de una mujer. Una buena mujer, que podía tenerte el desayuno listo en las mañanas con una sonrisa alegre e invencible. Aunque Oluo guardaba la sospecha de que Petra era terrible cocinando. Pero estaba bien. Si su linda doncella no podía tenerle las tostadas y huevos revueltos listos, y aunque ella no fuera madrugadora, él seguiría deseando despertarse a su lado cada mañana, más que a una tonta máquina.

El soliloquio de Oluo fue interrumpido por el llamado en la ventana del crucero. Se volvió y descubrió una figura vestida con un uniforme antidisturbios afuera. Oluo bajó la ventanilla, pero la figura no hizo gesto para quitarse el casco. Oluo reconoció el uniforme.

'¿Ca-cabo? ¿Es usted?' preguntó Oluo, rápidamente apartando su cigarrillo.

La figura enmascarada asintió y le alzó los pulgares.

Oluo achinó los ojos. ¿Desde cuándo el cabo hablaba por señas? ¿Qué seguía? ¿Choca los cinco? ¿Choca los puños? Tuvo un involuntario temblor ante esa idea.

'Cabo… ¿e-está usted bien?' preguntó, cada vez más reticente. 'Oí que no se encontraba bien.'

La figura se puso rígida.

Y habló en una voz que no sonó para nada al Cabo. Era más alta y carecía de la característica rudeza de su líder. Quizás era la fiebre hablando.

'Sí, sí, estoy bien… eh, cara de verga', fue la hosca respuesta. '¿Cuál es la situación?'

Oluo frunció el ceño y señaló a la telepantalla del crucero.

'Un INSbot asesino se esconde en el túnel del subterráneo, señor. La Policía Militar pidió nuestra ayuda. O, mejor dicho, nos encajó el caso.'

Hubo un breve silencio.

'¿Algún problema, señor?' preguntó Oluo al hombre de afuera.

'¿Un qué… asesino?'

Las sospechas de Oluo se acentuaron. Miró el casco oscuro, preguntándose si el hombre le estaba bromeando. ¿El cabo no prestaba atención en una conversación? ¿Acaso el mundo se venía abajo? ¿La estrella enana finalmente se consumía?

'Un INSbot, señor. ¿De verdad… está usted bien?'

El Cabo asintió y disipó su preocupación con un gesto.

'Voy a entrar' dijo el hombre, señalando la entrada del túnel.

Los ojos de Oluo se abrieron como platos.

'Wow. Pero, cabo, ¿qué hay del resto del escuadrón?'

'No son necesarios, soldado. Puedo ocuparme del cabrón yo solo. Soy, eh, el soldado más fuerte de la humanidad, ¿verdad?'

Antes de que Oluo pudiera alertar a los demás, la figura envestida con el uniforme antidisturbios partió, marchando por los caminos subterráneos. Oyó el trueno de los pasos descender, bajando hacia las profundidades de los niveles. Ahora, que Bozado se ponía a pensar sobre la figura que desaparecía, el Cabo parecía más alto… como si el hombre hubiera crecido un par de centímetros en una noche.

Nah.

¿El cabo, alto?

Debió imaginarlo.

Vio a Petra temblar dentro del crucero, la oreja pegada a su reloj. Se veía un poco agitada.

'Oluo', silbó ella. 'El cabo acaba de llamar. Está un poco demorado, y nos pidió que velemos por Eren. ¿Con quién hablabas recién?'

Los ojos de Oluo se abrieron de par en par. Miró la entrada al túnel, pero la figura enmascarada había desaparecido. El hombre escupió.

Ay, pendejo de mierda.

..-..

Eren no sabía qué diablos le picó. No estaba seguro de qué lo sorprendía más. El hecho de que en verdad se robó el uniforme y el equipo de Levi. O que nadie se había percatado ni sospechado de él. Se quitó el casco oscuro, agradecido de que los vidrios polarizados lo hayan ocultado. Cargándolo debajo de su brazo, el adolescente caminó por el túnel. Era bueno que Levi vistiera un uniforme antidisturbios. El uniforme negro de comando había resultado muy útil. Dudaba que hubiera cabido en las ropas diarias del cabo, dado que el hombre era unos centímetros más bajo que él.

Un INSbot, se repitió Eren en voz alta, sus pasos rebotando en el suelo desierto. La Policía Militar había acordonado todo el perímetro para dejar que los Cuerpos hicieran el trabajo sucio.

Así que, se iba a enfrentar con un INSbot, lo que rayos fuera. Eren deseó haber prestado más atención en clase. Apretó los dientes para tranquilizarse. No sabía qué clase de droide se suponía que fuera. Pero lo iba a descubrir y a eliminar, juró en silencio.

Caminó por el húmedo y oscuro camino, pasando salidas numeradas del uno al cuatro. Las luces a energía nuclear titilaron por encima, y tuvo la rara sensación de ser seguido. Pero cuando Eren se volvió a echar un rápido vistazo, no había nadie. Ni un alma. O máquina.

Con los pelos de la nuca erizados, retomó su lenta marcha por la plataforma subterránea, mirando las numerosas maquinas expendedoras brillando al costado. El constante zumbar y brillar le resultaba burlón, poniéndolo de los nervios. Delante una tienda de beneficencia, un maniquí automatizado le saludaba y la mano de Eren fue instintivamente a la funda de su pistola. El maniquí le sonrió sin parecer ofenderse.

No, este era amistoso.

Eren dejó salir el aire, relajándose y caminó por la soledad de la red de subterráneos (1) de Titán.

Y fue entonces cuando lo escuchó.

Los pasos detrás de él.

Pequeños y nerviosos pasos.

Eren sacó la Ruger P87 de Levi de la funda y se volvió, apuntando a la sombra detrás de él.

Eren quedó sorprendido.

Había una pequeña niña parada en la plataforma, a tres metros de distancia. Vestía un vestido rosa, y cargaba un osito de peluche en sus manos. Miraba el cañón del arma e inclinaba la cabeza, preguntándose qué era eso.

Eren bajó el arma, avergonzado.

'Perdona. ¿Acaso… te asusté?' le preguntó.

La niña era pequeña, de apenas cinco años de edad.

Ella sacudió la cabeza.

'¿Cómo te llamas?' preguntó Eren mientras daba cuidados pasos hacia la niña. Ella no respondió, y él dobló una rodilla delante de ella. ¿Estaría asustada? ¿Estaría perdida y shockeada? Sus ojos almendrados era de un brillante color ónice, y su cabello era bermejo.

Eren se paralizó al ver la herida en su rodilla derecha.

'Estás lastimada. ¿Qué haces aquí? Esta zona se supone que fue evacuada.'

Y entonces fue cuando oyó los pasos y el inconfundible sonido del equipo de maniobras silbando en el vacío silencioso del túnel. Vio a Petra emerger del fondo del camino.

'¡EREN! ¡ALÉJATE DE ESO!' Gritó ella, sus ojos entornados y furiosos. Sacó sus cuchillas de zirconio, girando en el aire y aterrizando a una distancia segura. Ella mantuvo su posición, sus ojos yendo de él a la niña.

'¿Alejarme? ¿De qué? ¿De qué estás hablando, Petra-?' preguntó él, confundido.

La pelirroja le clavó la mirada.

'¡De ésa cosa en tus brazos, Jaeger!'

Eren la miró, exasperado, y rodó los ojos. 'Oh, vamos, Petra. Ella no es-'

Pero Eren nunca completó lo que iba a decir. La pequeña enredó sus brazos alrededor de su cuello. Apretó, sus ojos de ónice dilatándose y Eren se dio cuenta de cuán frío era su cuerpito. Eren se volvió a verla. Miró mientras ella abría su boquita, y pudo ver el aterciopelado interior. No era el aterciopelado de una boca, sino de seda y con una lengua serpentina.

'Ay, Dios, Eren. ¡Aléjate!' oyó a Petra implorar. '¡ALÉJATE DE ELLA! Ahorcó a su último dueño.'

Pero Eren sentía que el aire se le iba, y la visión se le nublaba. Había manchas en sus ojos, y el corazón le retumbaba en las sienes. La niña lo empujó al suelo, montando sobre su pecho y sus pequeños dedos apretaron más fuerte, tratando de acabar con su vida. El castaño agarró las manos de la niña, luchando por el control, tratando de liberarse. Pero la niña era fuerte.

Como una máquina.

Momento, ella era una máquina.

Carajo.

¿Cómo no lo vi venir?

Eren vio un brillo enceguecedor en el aire encima de él, como la sombra de un halcón contra las luces del túnel.

'¡EREN!', Gruñó una voz conocida. '¡No te cagues moviendo!' ordenó la voz, y Eren vio al hombre descender en un espiral. La puntería del semidios era tan buena como de costumbre. Su corte fue limpio, y la cabeza del droide se separó con una nube de humo y chispazos. La cabeza decapitada del androide rodó por la tierra, deteniéndose junto a una máquina expendedora.

Eren sintió los dedos en su cuello aflojar.

El cuerpo decapitado de la niña convulsionó antes de caer a un lado. Se tumbó y yació allí, con el silencio de una tumba.

Con los pulmones luchando por aire, Eren admiró al furibundo hombre que se paraba delante de él.

..-..

Levi no dijo nada en el camino de regreso.

Aunque Oluo Bozado habló lo suficiente.

Oluo le llamó 'adolescente imprudente', un 'mocoso malcriado', una 'mancha en la cara de la humanidad', y un montón de otros títulos poco amables que Eren no deseaba realmente recordar de momento. Petra le clavó los ojos todo el tiempo, sus delicados brazos cruzados por encima de su chaleco antibalas. Ird y Gunther decidieron fumar en silencio, aunque Eren podía verlos mirarlo con desconfianza.

Por supuesto, Levi no dijo nada. Su placida expresión sólo llenaba una laguna de palabras.

Cuando regresaron al departamento de Levi y pasaron por la puerta de entrada, observó al Cabo dejar las llaves en un mostrador. El más bajo estalló en un acceso de toses y se sentó en el sofá, respirando dificultosamente. A pesar de que el adolescente no estaba seguro de si era por la fiebre o la ira. Rivaille se volvió a mirarlo, forzándose en mantener la expresión neutra.

Al momento, Eren abrió el cierre del uniforme, lo dobló y lo dejó en el mostrador, siendo lo más ordenado posible. Dejó la munición y el equipo al lado. Y, entonces, se volvió a ver al pelinegro.

Se midieron uno al otro en la penumbra azul del departamento, Levi no habiéndose tomado la molestia de encender las luces. El silencio le pesó al adolescente más que las palabras de Oluo Bozado.

'¿Por qué… no dices nada?' dijo Eren al fin, sin poder evitarlo. 'Adelante y rétame. Si te hace sentir mejor.'

'No. Las palabras son un desperdicio en ti.' Fue la mordaz respuesta.

Eren tragó saliva y cerró los ojos.

Levi profirió un gruñido grave. '¿Te das cuenta de las consecuencias de tus actos? Si deseas ponerte en peligro, adelante, Jaeger. Serás un problema menos del que me tenga que preocupar. Pero nunca vuelvas a joder con mi equipo. Soy responsable de sus vidas, cabeza hueca. ¿Entiendes eso?'

Eren abrió los ojos y asintió, poniendo una mano en un codo incomodado.

'S-sí, lo entiendo.'

Levi le clavó la mirada. 'Señor', le corrigió.

'Sí, lo entiendo, señor.' Se corrigió Eren prestamente. El chico se mordió un cachete por dentro, sintiéndose un poco culpable. 'Mire. Lo siento.' Admitió al fin, sus ojos fijos en el piso.

Levi le miró gravemente.

'¿Lo sientes?' le preguntó Levi, incrédulo. 'Ok, soldado. Veamos si de verdad comprendes qué es lo que sientes. Agárrate las orejas.'

Eren lo miró boquiabierto.

'¿Qué agarre mis qué?'

'Agarra tus OREJAS, imbécil.'

Eren sujetó los lóbulos de sus orejas con los dedos.

Levi sonrió, divertido por la inesperada obediencia. 'Bien. Ahora, deme diez sentadillas y reláteme todos los errores que hizo hoy. En voz alta. Y más vale que se arrepienta de todos ellos mientras las hace.'

Eren le frunció el ceño. Esto era más que degradante. Esto era una humillación de la peor calaña.

'Levi, yo-' empezó a reclamar.

Levi le miró gélidamente. No iba a discutir.

'No le veo hacer sentadillas, soldado.' Le remarcó.

'Bien.' Suspiró Eren y tomando aire, se agachó renuente para la primera.

'Siento haberle mentido a su equipo…' se disculpó Eren, sintiendo los dedos en sus orejas. 'Prometo no volver a hacerlo', anunció al pararse.

Levi se cruzó de piernas. Su atención fue a la telepantalla en el living, el aburrimiento evidente en su pálido rostro. En la penumbra, levantó una mano indicándole a Eren que siga.

Eren volvió a agacharse.

'Siento haber irrumpido en su departamento. Trataré de llamar a la puerta la próxima vez.'

Levi resopló, evidentemente sin creerse nada del último juramento.

'Siento haber encerrado a Krobe' dijo Eren, sacando la lengua. 'Pero su perro se la buscaba.'

Levi soltó un grave y resonante sonido, que resonó en el vacío departamento.

Eren fijó su mirada en el hombre.

'Siento haberle dicho a la señora Norman que le gusta el BDSM.'

Hubo una breve pausa. Levi se volvió velozmente a él y su rostro evidenciaba por primera vez impresión. ¿Qué? ¿Qué demonios-?

Eren luchó con el deseo de sonreír.

'Siento ser un alborotador.'

Levi atrapó la mirada de los ojos turquesa con sus ojos grises. Sí, claro, rayo de sol.

Eren sonrió.

'Siento ser sólo un Terrícola. Y todavía no entiendo su mundo. En especial el porqué un droide fue construido para parecerse a una niñita, y cómo fue que se volvió una amenaza para la sociedad.'

Levi se encogió de hombros. Agarró el termo de la mesa, lo destapó y tomó un sorbo. Sorprendentemente, seguía tibia. '¿Por qué, preguntas? Es porque eres un incauto, un sentimental y sigues aferrado a tus morales. Tienes que ser despiadado si quieres sobrevivir aquí en Titán. Ser una mariquita no ayuda, soldado.'

Eren asintió levemente. Se encogió cuando hizo la séptima sentadilla.

'Siento haber pretendido ser usted, Cabo. Pero sus zapatos son demasiado grandes para llenar y su uniforme demasiado estrecho.'

Levi le miró gélidamente mientras tomaba otro trago, observando al chico por encima del borde. Algo pasó entre ellos. Una chispa de entendimiento, quizás. Sus ojos grises nunca dejaron al castaño, mientras Levi dejaba el termo en la mesa.

'Sigue.' Le ordenó Levi.

'Siento casi haber muerto. Pero, créame, no lo buscaba.'

Levi siguió callado, la tensión de sus hombres aflojando.

Eren tomó aire y siguió.

'Siento que… me preocupe por usted. Pero no creo poder dejar de sentirme así.'

Hubo un silencio tenso y el castaño casi tenía miedo de alzar la vista.

Eren volvió a agacharse, doblando las rodillas. Se levantó y apartó los dedos de sus orejas. Se encontró con la mirada de Levi con voluntad de acero.

'Siento desear protegerlo y apoyarlo. Aunque usted no desee que lo haga.'

Eren dejó que el silencio los consuma.

Levi se volvió y lo escrutó en silencio. ¿Qué pensaría ese hombre? ¿Cuál sería la respuesta que escogería?

El cuasi Napoleón de ojos grises señaló las cosas desperdigadas en el mostrador.

'Ponles en sus sitio y lárgate.' Dijo Levi, antes de volver a hundirse entre los almohadones y poniendo un brazo sobre sus ojos.

Qué fastidio, pensó Eren para sí. ¿Es todo lo que dirás, Levi?

Pero asintió. Porque Eren era un soldado, y sabia que el otro hombre era su guardián, su superior. Eso era todo. Eso era todo lo que su relación podía ser. Al menos, eso era lo que presentía. Se movió al mostrador, derrotado y comenzó a recoger las cosas de a una.

Y, entonces, para gran sorpresa suya, el Cabo lo llamó.

'Eren…'

'¿Sí, señor?'

'… Gracias por la sopa.'

Eren hizo un pausa en su labor, sorprendido.

Sonrió suavemente.

'De nada.'

..-..

Cuando Eren había terminado en retornar a la casa a como era antes (y rescatar a Krobe de las maléficas profundidades del cuarto de escobas), regresó al living para hallar al Cabo dormido. Eren puso una mano sobre su frente vacilantemente, y estuvo agradecido en descubrir que la fiebre había bajado. Fue al dormitorio y regresó con una manta. Envolvió al durmiente en su calidez y se agachó a su lado en el sofá.

Con un suspiro, observó a Levi y las ojeras debajo de sus ojos.

Eren apartó los mechones de pelo negro de su rostro.

De repente recordó una vieja nana que su madre solía cantarle. Se agachó junto al oído del Cabo y se la recitó en el tono más bajo que podía.

Duérmete mi niño, no llores más,
Papá un pajarito te comprará
Y si el pajarito no cantará,
Papá un diamante te comprará

Eren casi rió ante esa imagen. Tuvo el valor para pasar un dedo por los finos pómulos. La piel de Levi era pálida como si hubiera vivido en una tierra helada, privado de luz solar toda su vida. El chico de la tierra olvidaba la estrella enana de Titán en ocasiones. Eren pasó el dedo por la nariz y el labio superior, su dedo deteniéndose en ese sitio prohibido. Que era, la boca de Rivaille. Pero, bajo los oscuros tonos del atardecer, Eren no encontraba nada más tentador que esos labios.

Y si el diamante deja de brillar
Papá tu boca besará… y a volar.

Sin oír las advertencias en su cabeza, Eren se inclinó a presionar sus labios contra la mejilla del hombre y permaneció así lo más que pudo, observando la nuez de Levi moverse. Tomó valor y, volviendo a ser sí mismo, alzó su cabeza, se inclinó sobre la boca entreabierta y dio un rápido beso a esos finos y hoscos labios. El hombre ni se inmutó, su respiración seguía calma y suave como las olas del mar que regresan a la costa.

Eren terminó la nana, su mirada suavizándose.

Y si este beso no lleva a más,
El héroe de mi mundo siendo seguirás
(2)

Cuando finalmente retrocedió (o, más bien, se obligó), Eren puso una mano en su boca con el deseo que gritar '¡Gol!'.

¡Sí!

¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!

¡Lo hizo!

Eren sonrió triunfante y retrocedió a la puerta antes de que el imbécil del cabo infernal despierte y se percate de qué acababa de hacer. Tras una última mirada al hombre que dormía en el sofá, cerró la puerta tan suave como pudo. Hubo un clic y la llave se puso sola.

1263, decía la placa.

La miró largamente y, con un pesado suspiro, dio la vuelta.

Eren Jaeger se encontró con el gato negro de la señora Norman en el pasillo. Lo miró con astucia. Aaah, sé lo que hiciste ahí dentro, gatito. Y arderás en el infierno por ello, parecía decirle. Deteniéndose brevemente para tomarle una pata y simular un saludo a la bestezuela, se forzó a regresar a la lúgubre soledad de la las barracas de entrenamiento.

En el living del departamento del doceavo piso, Levi se puso una mano sobre la cara, preguntándose si el calor en su cara se debía a la fiebre.

Eren, idiota… eso ni sonó a una nana.

Mocoso estúpido, murmuró por lo bajo. Aprovechándose de un enfermo.

Recordó la plegaria del chico, las palabras repitiéndose en los oscuros abismos de su mente.

Siento desear protegerlo y apoyarlo. Aunque usted no desee que lo haga

Levi se preguntó quién era el verdadero guardián en esta artificiosa relación. Volvió a dormirse en el espacio de la calidez de la manta que lo envolvía, en el espacio de la calidez que dejaba la caricia de Eren.


Atrae sobre todo sus miradas el áureo sol
Resplandeciente como el Empíreo,
Y hacia él dirige su vuelo
En virtud de la influencia de sus magnéticos rayos,
Que templan con dulce calor el universo y,
Aunque invisibles, penetran con benigna eficacia
En todas partes, hasta en lo más profundo de los abismos
Paraíso Perdido, Libro III, Milton.


1En Inglaterra y Argentina, así se le dice al metro.

2 Lalala fue un dolor de cabeza de adaptar… A ver, a muchos debe sonarle de peliculas americanas. Esta nana a mí nunca me la cantaron, pero la conozco de eso. Justo después de mencionar el diamante, Eren dice 'Papa will kiss your mouth… so fuckin' crass', literalmente 'Papá besará tu boca… qué jodido grosero', pero no rimaba para nada. Después, el último verso es 'You'll still be the little hero in my universe', que es 'seguirás siendo el pequeño héroe de mi universo', pero era demasiado largo y no rimaba, por eso lo dejé así (sí, la canturreaba en mi cabeza para ver que sonara más o menos bien… ok, estoy enferma…).