Junto a ti.
Summary: Jaken, Ah-Un e incluso Irasue están cansados de que Sesshomaru no admita sus sentimientos por Rin y harán lo que esté a su alcance para unir al estoico demonio con la risueña humana pero las consecuencias pueden ser fatales. Regalo de cumpleaños para Ako Nomura del foro ¡Siéntate!
Disclaimer: Inuyasha no me pertenece, es propiedad de Rumiko Takahashi y yo únicamente lo utilizo para escribir.
Este fic va dedicado a Ako Nomura por su cumpleaños, guapa espero que te guste y que haya cumplido con tus expectativas y si tienes alguna sugerencia, queja, comentario o lo que se te ocurra no dudes en hacérmelo saber. ¡Felicidades! *Lanza confeti desesperadamente mientras baila*.
CAPITULO 1.
Ya era suficiente, aquel hijo suyo iba a terminar por fin con su longeva vida, pueda que fuera Irasue la Señora de las Tierras del Oeste pero en algún momento su tiempo en este mundo terminaría y el terco de Sesshomaru seguiría sin encontrar una esposa, desde más o menos la época en que Inu no Taishō se enamoró de la insoportable humana madre del híbrido de Inuyasha ella había buscado incansablemente por todo el Reino del Oeste e incluso más allá a una youkai que fuera lo suficientemente buena para su hijo; debía ser hermosa pues su hijo no tenía mal gusto, ser callada y obediente, saber de etiqueta y sobretodo no representar ninguna distracción para su hijo.
Pero cada vez que creía haber encontrado a la youkai perfecta después de hacerla afrontar el entrenamiento más riguroso y cuando por fin su hijo aceptaba venir a su castillo lo cual definitivamente no ocurría con frecuencia, ella intentaba presentarla. Conocía bien a su hijo y sabía que una conversación sería imposible pero, ¡¿Qué le costaba darle al menos una maldita mirada?!
Pero ya era suficiente, había tenido una gran cantidad de paciencia teniendo en cuenta su carácter teniendo la esperanza que un día en uno de sus viajes encontrase a alguien pero sólo se la pasaba con aquel youkai insignificante que lo idolatraba…y eso definitivamente comenzaba a inquietarla.
—Ryo, tráeme la piedra Meido.
—Como ordene, señora.
—Amo bonito, ¿Iremos a ver a la mocosa otra ves?
Jaken no esperaba realmente una respuesta, conocía de sobra el camino para ir a la aldea de Inuyasha por lo que el silencio de su amo no lo sorprendió realmente, simplemente se limitó a jalar un poco más fuerte las riendas de Ah-Un para que se apresurara pues seguramente el amo bonito querría llegar allí a medio día, conocía de sobra aquella rutina que se había repetido más veces de las que podría contar a lo largo de los últimos 10 años y a los únicos que parecía cansarles era a él e Inuyasha.
—Basta Rin deja de comerte las uñas, no se ve bien en una señorita de 18 años, especialmente en una tan linda como tú. —le reprendió dulcemente la anciana Kaede.
Rin levantó la mirada y le dedicó una sonrisa que iluminó sus bonitos ojos chocolate, Kaede era para ella lo más cercano que tenía a una madre.
—Es fácil decirlo, pero cada vez que viene no puedo evitarlo mi corazón late tan fuerte que siento que resuena en el bosque y que en mi estómago miles de mariposas bailan.
—Tranquila mi niña, llegará pronto. Él nunca te ha fallado.
—Lo sé, anciana Kaede gracias.
Cuando la anciana Kaede se hubo ido Rin volvió a sumergirse en sus pensamientos, ya no era más una niña había cumplido 18 años y estaba segura de que tenía ya la edad suficiente para poder volver con el amo Sesshomaru y no es que se sintiera incómoda en la aldea, de eso nada. Kagome, Inuyasha, Miroku, Sango, Shippou y qué decir de la anciana Kaede, todos ellos le habían dado una familia y mucho amor pero simplemente debía irse junto a quien le había salvado la vida y plagaba cada uno de sus sueños.
—Rin.
El tono de voz era inconfundible, nadie poseía un tono como aquel, capaz de enviar automáticamente un tono rosa a sus mejillas.
Cuando lo vio ahí de pie a solo unos cuantos metros de distancia no lo pensó ni por un instante y corriendo se abrazó con fuerza a él, para cualquier otro ser del universo sería un claro suicidio tocar así fuera con un dedo al imponente Lord de las Tierras del Oeste pero para Rin estaba permitido y Sesshomaru depositó una mano sobre su negra cabellera.
— ¡Mocosa maleducada! ¿Cuántas veces debo decirte que no toques al amo bonito?
Pero antes de que pudiera continuar Rin lo había levantado del suelo y lo abrazaba tan fuerte que el pobre Jaken se comenzaba a poner azul.
Ah golpeó delicadamente su brazo para que también a ellos los saludara y así lo hizo Rin, cuando volvió a ver a su amo Rin sintió como su cara enrojecía con mayor intensidad, puede que siempre le llevara presentes pero eso no la había hecho dejar de sentir que no los merecía.
—Ábrelo, te gustará.
Fue lo único que dijo mientras le extendía una caja pequeña de madera pulida con incrustaciones de nácar, al abrirla Rin se quedó sin palabras, un hermoso collar de cadena de plata con un colgante con un rubí en forma de gota la maravilló y cuando iba a comenzar a agradecerle Sesshomaru dijo:
—Jaken, ve a dar de comer a Ah-Un.
—P-pero amo bonito, Jaken también quiere conversar con la mocosa, quiero decir con Rin.
Una sola de las miradas de hielo de Sesshomaru bastó para hacer cambiar de idea al demonio rana.
Rin y Sesshomaru se sentaron en la rivera del río que atraviesa la aldea y ahí ella le contaba hasta el más mínimo detalle de la vida de cada uno de los habitantes de la aldea y aunque a Sesshomaru no podía importarle menos todo aquello el sonido de la voz de su protegida lo alegraba por dentro.
Irasue no podía creer lo que había visto, si alguien se lo hubiera contado habría sufrido un inmenso ataque de risa y luego hubiera degollado a alguien capaz de decir tal barbaridad pero ella misma lo había visto y escuchado todo y aún su mente no podía procesarlo. Su hijo, Sesshomaru regalándole cosas, prestándole atención y tocando a una HUMANA. Cometiendo semejante acto de ridiculez y cursilería.
Cuando le había dicho que heredó aquel mal rasgo de su padre lo había dicho para molestarlo y lograr que la abandonara no porque realmente lo creyera, pero luego de esto no podía estar más segura. La única mujer que pudo llegar al corazón de hielo de su hijo no era más que una humana huérfana y ya que era así y dado que conocía tan bien a su hijo ella sería a la única que el desposaría y marcaría para siempre como suya.
Y ya que así era de ser ella no esperaría a que su hijo tomara la iniciativa pues si lo hacía la humana terminaría muriendo de vejez antes que conseguir casarse con su hijo. A ella no le fascinaba, le parecía demasiado pusilánime y escuálida pero ya que lo había logrado no podía ser otra más que ella la que se casaría con Sesshomaru aunque eso representara tener nietos híbridos.
Necesitaba ejecutar un plan para que aquel romance floreciera lo antes posible teniendo en cuenta la corta vida de Rin y ya tenía a quien creía el cómplice perfecto para la misión.
Sólo sentí que me elevaba por los aires junto con Ah-Un y aunque mi amo estaba cerca y grité hasta quedarme sin voz pero ni él ni Rin voltearon a vernos, cuando llegamos reconocí inmediatamente aquellos aposentos aunque solo los había pisado una vez, era el palacio de la madre de mi señor.
—Pequeño demonio, te he traído hasta aquí pues necesito tu colaboración en un tema que concierne a mi hijo y por lo tanto a mí.
— ¿Y-yo? La madre de mi amo bonito busca mi ayuda. Es el segundo día más feliz de mi vida, solamente superado por cuando comencé a viajar con el amo bonito —dijo Jaken al borde de un colapso nervioso.
—Si no te calmas ya pequeño demonio, te mataré y me las arreglaré yo sola.
—Lo siento, no pasará otra vez.
—Sé lo que mi hijo siente por aquella humana llamada Rin, y como sé que es casi imposible llegar a su corazón pues ni tu ni yo lo hemos logrado haré todo lo que esté a mi alcance para que se casen y tengan descendencia que yo pueda conocer y entrenar.
—No he querido realmente admitirlo pero todo apunta a que mi amo bonito podría sentir algo verdaderamente por la mocosa.
—Es por eso que necesito tu ayuda, para pensar en algo que lo haga reaccionar. ¿Es que acaso no entiendes nada?
—Bien pues podríamos hacer que Ah-Un mientras demos un paseo la tire "accidentalmente", o conseguir a un humano que atraiga a Rin.
—Nada de eso funcionaría Sesshomaru la atraparía en un parpadeo y ningún humano podría igualar la belleza de mi hijo. Pero creo que ya sé lo que haré: voy a preparar un sake especial que te mandaré a entregar a mi hijo. Él no lo probará pues detesta esa clase de bebidas pero la humana es curiosa y caerá en la tentación de beberlo. Al poco tiempo enfermará de algo desconocido para todos los humanos y que ningún youkai sabrá curar, cuando haya perdido casi por completo las esperanzas vendrá a mí y yo le daré un antídoto hecho a base de la flor de 7 colores y ahí entenderá cuánto la ama, como cuando la salvó de niña.
—Es un plan brillante, digno de usted. ¿Y cuándo lo pondremos en práctica?
—Esta misma noche.
Sesshomaru sabía que las visitas a su protegida no terminaban hasta que la llevaba de paseo sobre Ah-Un junto con Jaken pero ambos habían desparecido y él estaba punto de impacientarse cuando Jaken llegó corriendo con el dragón de dos cabezas y en su mano traía una botella envuelta.
—Amo bonito, la sacerdotisa esposa del inútil de Inuyasha me ha enviado esto para usted.
—Ponlo en las alforjas.
Ya lo había olido, era sake y no tenía ningún peligro.
— ¿Señor Jaken podría probarlo?
—Claro enana ya que el amo no quiere, pero no mucho ¿sí?
—Vaya señor Jaken es dulce pero un poco fuerte, ¿quisiera probarlo?
—Ehh… no mejor no y apúrate que nos quedamos atrás.
Alrededor de 10 minutos después Rin que iba en el lomo de Ah-Un comenzó a retorcerse de dolor hasta que le resultó imposible continuar y a pesar de que odiaba molestar a Sesshomaru tuvo que pedirle que se detuvieran.
— ¿Qué ocurre Rin? —preguntó más preocupado de lo que él mismo quería admitir aunque sin ningún gesto que lo delatara.
—Me duele demasiado el estómago amo, es insoportable, siento como si mi interior quemara.
—Jaken, acamparemos aquí. Prepara un té para Rin.
Cuando Jaken se fue a buscar leña, Sesshomaru se dio cuenta de que Rin temblaba y sus dientes castañeaban con fuerza, y la causa de la enfermedad de Rin sólo podía ser una, aquel sake que la humana había enviado.
La cara de Rin estaba demasiado pálida y aunque temblaba tenía la temperatura realmente alta, Sesshomaru se sentó a su lado, colocó la cabeza de Rin en su regazo y la cobijó con su estola.
Para mañana que Rin se hubiera restablecido el mismo asesinaría a la miko causante del dolor de su protegida y no habría nada que el imbécil de Inuyasha pudiera hacer para detenerlo.
Nota de la autora: En un principio la idea era que esta historia fuera un One!Shot pero luego la idea fue creciendo así que estará dividida en capítulos que iré actualizando próximamente.
Feliz cumpleaños Ako una vez más y ojalá sea de tu agrado.
Esta y otras actividades de Inuyasha se desarrollan en el barco pirata del Foro ¡Siéntate! al que deberías embarcarte si te apasiona Inuyasha.
Se agradecen los reviews que me ayudan a conocer su opinión sobre lo que escribo.
Becky.