Twilight organizaba sus tareas para la tarde mientras que Spike ayudaba reorganizando los tubos de ensayo en el laboratorio. Esa mañana primaveral era hermosa y al mismo tiempo algo atareada puesto que la Princesa Celestia había enviado varias encomiendas y debían ser cumplidas.

A medida que continuaba con sus labores se acercaba el mediodía y su estómago comenzaba a rugir.

"Lo siento Twilight, creo que tendremos que ir a comprar algunas cosas para almorzar." Dijo Spike. "Estuvimos tan ocupados que se me olvidó por completo."

"Perfecto, ¿Que vamos a comer?" Preguntó Pinkie.

"Eh... Pinkie..."

"¿Si Twilight?" Preguntó.

"¿Desde cuando has estado aquí parada?"

"Desde que tu pancita comenzó a gruñir." Respondió.

Twilight puso su pezuña en la cara y no pudo evitar avergonzarse un poco, pero Pinkie Pie siempre solía aparecer de repente o en los momentos menos esperados. Los tres salieron a dar una caminata por el pueblo, habían pasado casi dos días dedicados a sus labores por lo que un poco de aire fresco no les vendría mal.

En la distancia pudo ver a Sweetie Belle, Applebloom y Scootaloo corriendo muy contentas, tal vez intentando obtener sus cutie marks como siempre lo hacían. Applejack se encontraba atendiendo el puesto de manzanas en la zona comercial y se cruzaron con Rarity que hacía unas compras.

"Oye amiga, has estado metida en tus libros demasiado tiempo." Dijo Applejack. "Ya era hora de que salgas."

"Es verdad querida, no es nada saludable el no salir a tomar un poco de sol y aire fresco." Agregó Rarity.

"Lo se, es solo que..."

Antes de agregar excusa alguna Spike lanzó su fuego verde provocando que un pergamino aparezca y choque contra Pinkie.

"¿Una carta de la princesa?" Preguntó Rarity.

"Si..." Respondió Twilight mientras la leía. "Dice que terminaron con la investigación de unos artefactos mágicos y me enviará los resultados para analizarlos..." Agregó algo cansada.

"Lo que significa que esta semana valdrá por dos." Refunfuñó Spike pateando una roca.

Spike infló sus cachetes y comenzó a mirar hacia todas direcciones de forma algo desesperada, corrió detrás del carro de manzanas y se vio cómo una llamarada más grande salía por detrás.

Al asomarse vieron que parecía haberle dolido un poco el envio, a un lado se encontraban desparramados doce pergaminos con una banda indicando el orden de cada uno por números provocando que Twilight solo dé un suspiro.

"No es tan malo terroncito." Consoló Applejack. "En unos días empezaremos la temporada de cosecha de manzanas con Big Macintosh, así que comprendo tu sufrimiento."

"Todas tendremos una semana terrible, Fluttershy estará muy ocupada porque hay muchas nuevas camadas de animales por nacer." Dijo Rarity. "Sin mencionar que Rainbow Dash tiene que preparar las lluvias para la temporada con el escuadron del clima y yo estoy preparando muchos pedidos de vestidos primaverales."

"¿Y qué hay de ti Pinkie?"

"Ya será la Noche de las Pesadillas y los Cake están muy ocupados por lo que soy niñera de tiempo completo." Respondió.

Regresando al árbol encontraron a un unicornio con gafas y bata blanca parado frente a la puerta, dio media vuelta rendido al no recibir respuesta alguna pero al elevar su vista se acercó a ellos.

"Señorita Twilight Sparkle." Dijo.

"Hola Doctor, ¿qué lo trae por aquí?" Preguntó Twilight.

"He venido simplemente a hacerle unas preguntas."

Los tres pasaron al interior de la biblioteca, aún estaban todos los libros apilados por todas partes, pergaminos por doquier y varios tarros de tinta con plumas, Spike solo corrió hacia una mesa dejando los pergaminos que les habían enviado.

"Tal vez recuerde a aquel joven potro que trajeron al hospital." Dijo el doctor.

"Si, lo encontramos en una de las casas dañadas." Respondió Twilight. "Debajo de varios escombros."

"Ha estado dormido desde aquel día." Agregó el Doctor. "Una de las cosas más llamativas es que no ha recibido ninguna visita o tampoco nadie ha preguntado por él."

"E-eso es terrible..." Dijo Twilight.

Spike llegaba desde la cocina con una bandeja que contenía una tetera, tres tazas y varias galletas en lo que Twilight acomodaba las cosas en una pequeña mesa sirviendo algo de té al doctor.

"Una de las enfermeras notó hace un par de días que ha comenzado a reaccionar." Continuó relatando. "Pero medio dormido dijo algo... y es la razón de por qué estoy aquí."

"No entiendo doctor."

"Lo que mencionó fue 'Maestra Twilight', ¿esto es familiar para usted?"

Dejó caer la taza de té al suelo provocando que esta se rompiera, observaba al doctor muy sorprendida ante tales palabras.

"Si dispone de tiempo, quisiera que venga a verlo." Ofreció el doctor.

Galopando detrás del doctor cruzó a Applejack, que había sido relevada por su hermano, volviendo a la granja; Twilight le pidió acompañarla al hospital. Ingresando por la puerta principal una de las enfermeras las guió hacia la habitación donde el potro se encontraba.

Vieron en una cama a un joven potro con su pelaje claro y melena castaño oscura acostado con un suero inyectado en una de sus patas delanteras.

"Ya responde a estímulos." Dijo la Enfermera en voz baja.

Twilight se acercó varios pasos poniéndose junto a la cama y Applejack hizo lo mismo del otro lado sin entender demasiado.

"Hola." Saludó Twilight.

El joven comenzó a gimotear un poco moviendo su cabeza muy lentamente de un lado a otro, abrió su boca tomando aire e intentó abrir sus ojos pero no pudo.

"¿Qué... qué pasó?" Preguntó muy débilmente.

"Ho-hola terroncito, ¿cómo te llamas?" Preguntó Applejack.

"¿A... A... Applejack... eres tú?" Preguntó con un poco más de energía.

Ambas ponis realizaron un grito ahogado al oírlo preguntar eso, Twilight no comprendía mucho. Era la primera vez que veían a ese potro pero sabía sus nombres, al elevar su vista vio cómo los ojos de Applejack brillaban mientras que una lágrima corría por su mejilla.

"Su... su voz... n-no puede ser posible." Dijo.

"¿Por qué lloras?" Preguntó.

Al despabilar, notó que la observaba con una mirada algo perdida. Volteó hacia el otro lado mirando a Twilight que aún no salía de su asombro. Sin que puedan decirle nada volvió a cerrar los ojos quedando dormido nuevamente.

"Te-tenemos que... ¡vamos por las demás!" Dijo Twilight saliendo por la puerta de la habitación.

Un par de horas habían pasado y Twilight junto a Applejack reunieron a sus amigas en el hospital, al acercarse a la cama lentamente comenzó a reaccionar de nuevo.

"Me... me siento extraño..." Dijo.

"Estás en un hospital." Dijo Rarity.

"No... no siento mis pies ni mis manos... ¿qué me pasó?"

Tras esas palabras el resto de las ponis se sorprendieron, Rarity comenzó a derramar lágrimas al igual que Pinkie.

"No... no tienen por qué llorar..." Dijo extendiendo una de sus patas a ellas.

La observó con detenimiento y volvió a acercarla a su rostro como si estuviera examinando su pezuña. Girándola lentamente no le despegaba los ojos.

"N-no puede ser." Dijo.

Giró sentándose en la cama con mucho esfuerzo, se paró en sus patas traseras e intentó caminar cayendo al suelo. Desde allí vió sus dos patas delanteras, las observaba muy sorprendido, como si no entendiera qué estaba pasando.

Intentó ponerse de pié tan rápido como pudo pero le fue imposible, ya estaba empezando a verse asustado y nervioso.

"¡Alto!" Exclamó Twilight elevándolo con su magia.

Volvió a colocarlo sobre la cama nuevamente, El potro no dejaba de observarse las pezuñas lleno de temor.

"I-Ian, ¿eres tú?" Preguntó Fluttershy.

"¡He... he sido ponificado!" Exclamó.