Disclaimer: Cómo entrenar a tu dragón 2 y Valiente pertenecen a sus respectivos creadores.


Era una sensación extraña la que recorría su pecho pero ¿Qué era? Parecía nerviosismo mezclado con una emoción desconocida. Todas estas sensaciones nuevas la molestaban, odiaba sentirse así pero al mismo tiempo le encantaba. Seguramente estaba enferma, eso era la única explicación posible para su malestar.

Apostaba a que ese explorador vikingo era el que la había contagiado de alguna extraña enfermedad, después de todo era un extranjero proveniente de lugares desconocidos en donde podría haber un sinfín de enfermedades nuevas, porque esa era la única explicación que se le ocurría ya que todo había comenzado desde que él apareció.

Cuando lo vio por primera vez sintió su rostro arder a tal punto que sentía que su piel podría hacer competencia con sus rizos color fuego ¿Acaso sería fiebre? Incluso cuando él se acerca para hablarle, Mérida siente a su corazón saltar y una estúpida alegría se apodera de ella, eso no es normal.

Incluso su sola mirada le molestaba, pero en el buen sentido, el chico (llamado Hiccup) tenía unos preciosos ojos verdes que eran capaces de hacerle olvidar al mundo, nunca nadie le había hecho sentir algo así.

Pero ella no lo detesta simplemente su presencia perturba sus sentidos, cuando se suele encontrar con él en los solitarios pasillos de su castillo siente a su piernas temblar como hojas sacudidas por el viento. A veces sentía que se olvidaba de respirar pero le gustaba eso, era algo agradable.

Realmente esa curiosa enfermedad la está torturando mucho, por eso se pregunta si: ¿Lo que siente tendrá cura?


Notas finales: Algo absurdo y encima corto pero sentía necesidad de escribir sobre esta pareja y esta historia salió. Espero que les agrade…

¡Adiós!