N/A: No pos, Tatakae. ¿En qué me había quedado? Oh, sí. Rechazaron a Levi uwu A seguirle y lamento si esta vez el capítulo no es muy cómico, pero no me burlaría del rechazo a Levi :'D Hay que tener conciencia de ello.


Capítulo 6

¿Alguna vez creyeron en el karma? Dicen que en tu actual vida pagas por tus actos cometidos en la anterior, ya sea que tengas demasiada suerte o que ahora tu vida sea una mierda. Bueno, yo no fui el hombre más decente del mundo en mi anterior vida, de hecho fui un desgraciado.

Entré al ejército para aprovecharme de la soltería de muchas soldados, y al ver que siempre se sentían atraídas por mí, me las follé. Claro, no a todas, pero sí se me consideraba un golfo en la legión. Esto me trae como consecuencia que ahora tengo que pagar para tener una segunda oportunidad sin caer en la mala suerte, aun si luego no recuerdo cuál fue mi precio. Bueno, me alegra saber que no recordaré nada.

Mi nombre es Nikolas. Diría mi apellido, pero no es seguro que conserve siquiera mi nombre en la siguiente vida. Sin embargo, a la fecha parece como si las personas no aprovecharan para ponerle un nombre diferente al que pusieron en la vida anterior a sus hijos. Y bien, como tardaré en existir, si es que lo logro, creo que podrían ponerme otro, porque mis padres ya reencarnaron hace tiempo y posiblemente sea hijo de otra pareja.

En realidad para tener una segunda vida, a los que quedamos estancados sin reencarnar se nos encomendó una misión, que consiste en algo así como ayudar a que el karma se cumpla… Aunque no es exactamente eso.

Podría decirse que una persona que cometió crímenes en la anterior, nazca con una suerte de lo peor, pero puede ser favorecido por alguna acción noble que haya hecho y por ende tenga el derecho a que se cumpla una de sus voluntades nobles. El trabajo que nosotros tenemos es cumplirles ese deseo por decir así.

Parece que me castigan por haber sido tan puto.

La persona que me corresponde vigilar para que su voluntad se cumpla es el sargento Levi Ackerman, ahora conocido como Levi Lance. Bien, dije que no siempre se conserva el nombre o apellido.

Al comienzo creí que sería genial ayudar a aquel que se conocía como "el soldado más fuerte de la humanidad", a aquel quien entregó su vida por ayudar a las personas que vivían dentro de las murallas resguardándose de titanes. Aunque jamás creí que este hombre nacería con el karma de haber sido un criminal si murió como héroe. En todo caso lo debieron hacer un "ángel guardián" como dicen que nosotros somos y pudo tener buena suerte cuando naciera.

Pero creo que su lista de pecados era larga como para darle el derecho. A veces pongo en juicio las decisiones del Creador, porque incluso el karma del señor Levi lo hizo reencarnar como una mujer que terminara siendo acosada por todo aquel hombre que golpeó alguna vez en su vida. Siento lástima por el señor Ackerman, o debería decir, la señorita Lance. Bueno, señor Lance. Lo último he de decir que es mi culpa.

Los vigilantes o ángeles guardianes solo podemos actuar mediante las plegarias sinceras a Dios de nuestros encargados. Así que no dudé en aprovechar la primera plegaria sincera de la señorita para volverla nuevamente hombre. A decir verdad fue algo que tardó mucho en hacer, porque hasta sus treinta años sus pedidos a Dios se basaban en maldiciones e insultos. La linda señorita Levi era todo un caso, para mi desgracia.

¿Y cuál es la voluntad que le debía cumplir? Algo que creí simple y resulta que no lo es.

El sargento Levi murió solitario, sin siquiera saber si era correspondido por aquella persona que amó, porque ni siquiera el ser el más fuerte de la humanidad tuvo el valor de decir lo que sentía y aquella persona le fue arrebatada de sus brazos. El deseo de aquel hombre era ser correspondido.

¿Ser correspondido? Ser mujer con exceso de protestona no había ayudado ahora. Le pateaba los huevos a cualquiera que intentara seducirla. Me da lástima el señor Erwin, quien es el que a la fecha ha aguantado más y sigue intentando. Pero bueno, en ausencia de que a Levi le gustaran los hombres, la hice uno para que esta vez intentara con mujeres.

¿Y adivinen qué? Le gustó un hombre.

Señor Levi, jódase. No sé de relaciones homosexuales.


La poca expresión de aquel hombre lo hizo contenerse. En un instante había sido rechazado por el bonito chico de ojos lindos que lo había hecho sentir un total desastre un par de días y que incluso le había robado un beso.

Podría haberle deseado la peor de las mierdas por eso, pero no lo hizo. Simplemente dio la vuelta y se retiró a su habitación.

—Quiero dormir. Solo lárgate pronto, cuatro ojos —una voz seca bien no se diferenciaba de una forzada.

—Levi… —Hanji entendía que habló de más y era la responsable, ¿o no?

—Oh, que descanse, Levi-san —respondió el muchacho como si nada, viéndolo solo cómo se retiraba y luego volteo a ver a la castaña que tenía en frente—. Y bien, señorita, ¿qué le parece si…?

—Cierra el puto pico —le respondió mientras lo veía amenazante.

—¿Eh? —respondió sin entender el cambio de humor repentino de la mujer.

—Lo que le hiciste a Levi… —susurró en voz baja.

—¿Eh? ¿Yo? B-bueno… —seguía sin entender.

—No te hagas el tonto, sabes de lo que hablo.

En realidad no sabía.

—Y-yo… Levi-san… ¡No me diga que le contó! —reaccionó pensando en todas las posibilidades.

—¿Ah? —lo pensó un poco—. Oh, muchacho, claro que me contó. Levi me dice todo sobre él —fingió una sonrisa momentánea para verse apacible y saber qué le podía sacar al castaño.

—¡Waaah! ¡Qué vergüenza! —se cubrió el joven—. Jamás creí que Levi-san le diría a alguien lo del beso. En serio qué vergüenza…

Hanji tenía una personalidad muy cambiante. Aunque siempre pareciera una loca alegre y desinteresada, tenía su lado psicópata cuando algo que le importaba se veía amenazado. Y bueno, Levi siempre le importó, tal vez más que lo que debería. Y ahora este castaño intruso era una total amenaza que estaba rompiendo a su enano.

—¿Besaste a Levi? —preguntó en seco analizando esas palabras.

—¿Eh? ¡¿No era eso lo que le había dicho?! —el rostro del menor empezaba a arder de la total vergüenza que ahora sentía. Hablaba de más y no sabía cómo callarse—. ¡Me siento tan estúpido! S-solo ignore eso. En realidad el beso no significó nada…

—No fue nada para ti.

El rostro atónito de la castaña no tenía precio. Profanaron los labios de alguien tan importante para ella y solo para que no significara nada. Rompían el duro corazón de Levi, para nada. Eran las palabras que rondaban la mente de esta mujer. Esa Hanji que pocos conocían despertaría.

—Levi no es nada para ti, bastardo —esa voz fuerte e imponente de la mujer no era buena señal.

—¿Eh? N-no quiero decir eso. N-no es como si L-levi-san no importara…

—Deja de tartamudear, cabrón —respondió con voz seca. Del coraje tomó al joven de la playera y lo sacó del departamento de golpe. Levi no debía escuchar el alboroto.

—¡¿Qué le pasa?! —preguntó el joven asustado, cuando de repente la mano de esa castaña se pasó por su cuello y lo comenzó a apretar fuertemente recargándolo contra la pared. Lo estaba asfixiando sin darle oportunidad de escapar.

—Esto es una advertencia, mocoso. No quiero que te metas con Levi. Si me llego a enterar de que le hiciste algo, date por muerto —afiló su mirada que mostraba una total rabia interna—. Realmente date por muerto.

La mujer le apretó un poco más el cuello para que entendiera el mensaje, mientras el otro carente de fuerzas por la falta de respiración trataba de librarse de las manos que lo asfixiaban. Después de unos momentos fue la misma castaña quien lo soltó. El chico se dejó caer al suelo mientras recuperaba el aire.

—Va en serio, mocoso. Lastima a Levi y no vivirás para contarlo —se retiró la de lentes a paso firme, evitando voltear atrás. No quería ver la cara del desgraciado que tenía inquieto a Levi, ahora debía pensar en todas las maneras posibles para reponer a su compañero. Realmente lo atesoraba.

Eren acababa de conocer a alguien que según parecía podía exceder los límites de Mikasa. Fue realmente extraño el cambio de personalidad repentino de la mujer y sin ningún motivo que el ocurriera.

—Ugh… —trataba de tomar aire el muchacho sin perderla de vista—. Ella… ¿Estará enamorada… de Levi-san?

Sin importar cual fuera la respuesta, sabía que debía temerle a esa mujer.


Solo debía ignorar al perro.

Esos eran los pensamientos con los que trataba de llenar su mente durante toda la noche.

Decir adiós a su primer amor.

Simplemente no fue correspondido y ya. ¿Qué más podía hacer? Se sentía estúpido por haber buscado en línea cómo conquistarlo y haber comprado hasta cosas con que resultarle atractivo, aparte del perfume que le regaló Hanji. Se preguntaba si esa mujer se burlaría de él en la mañana.

Era un hombre, así que no debía relacionarse con otro, aun si el matrimonio gay fuera legal en esas fechas. Un hombre debe salir con una mujer, era lo que pensaba desde antes. Así que si era hombre… buscaría una mujer. No estaría de arrastrado tras Jaeger, que el mocoso siguiera su vida como perro faldero tras la chica que le gustara.

Levi sería un hombre, no un marica. Esperaba que poco a poco los restos de pensamientos estúpidos que pasaron por su mente sobre Eren Jaeger se marcharan.

Hombre… ¿Qué hacían los hombres? Sea lo que sea, se supone que esa sería su nueva vida. No entraría en depresión, claro que no.

No concilió el sueño hasta altas horas, pero despertó temprano, y más animado de lo que debería. Ciertamente tenía una extraña habilidad para superar las cosas rápido. La negación al amor de Jaeger durante la noche le funcionó. Demostraría que saldría adelante.

Después de tomar un buen baño, vistió una de sus mejores ropas acompañado de aquel perfume que le regaló su amiga. Tenía pensado ir a trabajar y hacer planes para cuando saliera del allí. Preparó su maletín del trabajo y se dirigió a la cocina por algo para desayunar.

Y extrañamente se encontró con aquel chico quien parecía que también se levantó temprano, pero a diferencia de él, estaba en fachas y con unas tremendas ojeras.

—Oh, pareces un maldito zombie —se acercó sin temor. No sentiría aquel extraño hormigueo nunca más, y desde ahora decidió que se lo haría notar a sí mismo.

—D-disculpe —habló con temor todavía recordando a cierta castaña—. Creí que se levantaría más tarde…

—No tiene nada de malo que madrugue. ¿Tienes algo de té? —preguntó como si nada.

—¿No tomará café esta vez?

—No, quiero cambiar algo de mi rutina —se puso a buscar entre la alacena.

—Está al lado izquierdo —respondió el joven en voz baja.

—Gracias —lo sacó para prepararse algo, ignorando al joven—. Por cierto, hoy llegaré tarde.

—Está bien, señor… —el castaño trataba de ser evasivo.

—Hmm, te ves con menos ánimos que de costumbre.

—Solo no dormí bien y… Usted se ve más fresco.

—Estoy de buenas —bueno, la expresión seria no cambiaba, pero había algo diferente en su aura, además de no sentirse intimidado.

—Bien por usted —tomó un par de tostadas de mantequilla el muchacho y trató de retirarse lo antes posible.

—Oi, ¿prepararás la cena? —preguntó antes de ver que este se retirara.

—Si usted gusta —intentó sonreír forzosamente.

—Solo decía para que me guardes algo en ese caso.

—Está bien, le dejaré algo —Eren se fue a su habitación lo más rápido posible para luego dar un suspiro profundo desde ahí.

¿Lo mejor sería evitarlo para no tener problemas con la castaña? Pues sería difícil si era su compañero de departamento y ahora le hablaba. De alguna manera se las arreglaría para que la castaña no lo amenazara. Tal vez si conseguía novia de una vez por todas, aquella mujer vería que no tenía interés en Levi y lo dejara en paz. Solo habría que hablar con Annie y…. En definitiva aún le faltaban pelotas como para confesarse a esa mujer. Aun así lo intentaría.

—Actúa extraño —se dijo el ojiplata antes de acabar de tomarse su té.

Para la hora que era, sería buena idea ir caminando al trabajo. Aprovecharía para conocer la ciudad y relajarse, además de que se había sentido con ánimos de poder enfrentar al castaño. Sin embargo, aún tenía dudas sobre si lo había logrado manejar por estar en estado de negación o si realmente el muchacho no significó nada.

Después de pensar un poco en qué hacer por la tarde, decidió.

—Creo que irme de putas… no estaría mal.

En definitiva era un evidente estado de negación. "Olvida al moreno a toda costa aun si actúas contra tus principios." Levi no era un ninfómano, era un maldito virgen que ahora se quería ir a follar como si nada. ¿Qué tan problemático podría ser el estado de negación de Levi?

Bueno, por el momento su guardián no pensaba en los problemas.

—¡Se irá de putas! —comentó animado aquel otro pelinegro—. El señor Levi ahora sí me entiende.


N/A: Ok, ya les presenté al culpable del cambio de sexo de Levi, aunque tendrá participación algo distante e-e No pues, sí cometerá desastre y medio con Levi.

Un Levi en negación que se quiere ir de putas y Hanji sacó su lado psicópata uwu Esa mujer es un encanto :'D ¿Qué pasará con el niño tatakae? Averígüenlo en el próximo lel

Oh, me habían preguntado por el ataque de la Leviconda… Mmm… Lemon más o menos hasta el capítulo 10 u 11 e-e No puedo decir con exactitud.

¡Gracias por leer!