Una visita del Continente Americano

Capitulo 3. Las habilidades de un latino.

-¡Despierten manada de vagos!

Eso de ver a España enojado era casi como algo nuevo, y eso que la mayoría creían que él solía ser mas paciente pues no le habían visto ni remotamente cerca de tratar igual a Romano, y el ultimo no era muy pacifico que se diga.

El primero en despertar fue Guatemala, quien al ver a Nicaragua prácticamente encima de él le empujo, haciendo que cayera de la mesa, como también él mismo al estar aun medio dormido, y entre ellos dos comenzó una pelea, que termino de despertar a los demás.

-¡Quien les dijo que durmieran en la sala! – grito España, llamando la atención de los latinos, quienes le miraban con miedo.

-Bueno, me voy – hablo Rusia, caminando como si nada para salir de la sala.

Y solo eso sirvió como señal, si Rusia abandonaría ese lugar que en poco tiempo se convertiría en un campo de batalla, los demás deberían irse sin siquiera avisar. En pocos segundos, la sala quedo en completo silencio, con todos los latinos sentados en el suelo de la sala y España frente a ellos, aun más paranoico a como estaba cuando se levanto, como si un padre fuera a regañar a sus hijos por hacer algo malo.

-¿Que les paso por la cabeza cuando destruyeron la sala? – España señalo a cada uno de ellos, frunciendo el ceño.

-¿Que destruimos? – casi demando saber Argentina.

-¡No recuerdo haber tirado ese florero! – alzo la voz, con lo cual Argentina se escondió detrás de Chile –. ¡Esa almohada tiene el relleno esparcido por todos lados!

-¡Fue Colombia! – gritaron al unisonó, con lo cual España le fulmino con la mirada.

-¡Gracias, Argentina! – calló un momento al lanzarle una mirada, y después se comenzó a reír, con lo cual, el argentino se le acerco, dispuesto a golpearle.

-¿Por qué te ríes de mi?

-Es difícil tomarte en serio con esa cosa en tu cara – suspiro, explicándole España.

El argentino, confundido, se levanto, acercándose a un espejo de lugar. Frunció el ceño, su cara estaba completamente rallada con marcador negro y alcanzaba a leer la palabra "che" entre ellas.

-¡Quien rayos me hizo esto!

-Nadie le vaya a responder – susurro Venezuela, tratando de mantenerse oculto, no como Colombia.

-¡Por Dios, estoy tratando de hacerles caer en cuenta del mal que hicieron anoche! – siguió España en su paranoia.

-¡Pero no iniciamos una guerra!

-¡Ni desatamos un arma biológica!

-¡O un arma nuclear!

-¡O traficamos droga!

Esta vez, España suspiro, más resignado que molesto, se le había olvidado que él era el único que sabia lidiar con ellos, ¿Y si a él no le entendían a quien le iban a entender? ¡No por nada les conocía desde hace mucho tiempo!

-¿Que hicieron? – apareció Perú, seguido de México, quien estaba igual de asustado.

-¿Donde estaban? – pregunto Brasil –. ¿Aun en el baño?

-Bueno, verán – procedió a explicar México –. Cuando Perú entro al baño, como que me dormí en la puerta de este

-¿"Como que me dormí"? – ironizó Perú –. ¡Crees que me gusta dormir en el suelo frio!

-¡Basta, todos, a sus habitaciones! – alzo una ceja, al ver como los chicos se veían entre sí, sonriendo.

-¿En serio, será todo lo que dirás? – pregunto Ecuador, extrañado.

-Y pensar que la conquista nos daba miedo

-Oh, no se preocupen – el español rodo los ojos –. Me iré con mis amigos, y ustedes no irán

-Está bien – Chile hablo por los demás –. ¿Nos dejaras solos en la casa?

-¡Claro que no, si en una noche destruyeron la sala, en un día lo hacen con mi casa! – alzo una de sus manos, tentado a arrancarles en cabello a cada uno –. ¡Les voy a dejar con Alemania!

-¡Que, no! – otra vez, respondieron todos al mismo tiempo.

-No se preocupen, tal vez Italia se quede con ustedes

Acto seguido, el español les lanzo una última mirada, para después a los gritos llamar a sus amigos y sacarles de la casa, aunque estos replicaran de todas las maneras posibles, excusas como que no habían desayunado, bañado o que seguían en pijama no tardaron en ser escuchadas, pero al ver el colapso psicológico por el que estaba pasando España decidieron hacer lo que él decía por primera vez en sus vidas, incluso Romano que solía llevarle la contraria. Alemania, no tan convencido por tener que hacer de niñero, solo asintió, al momento que escuchaba a Italia detrás de si expresar la emoción que tendría si se quedaba en la casa con Alemania y con los latinos, que a su parecer eran más interesantes de lo que todos creían.

Algunos minutos después, los latinos se encontraban en sus habitaciones, armando escándalo con sus respectivos compañeros, como lo habían hecho la noche anterior, mientras que Italia y Alemania se dedicaban a organizar la sala por iniciativa del italiano.

Costa Rica peleaba con Venezuela, para decidir quién entraba primero al baño de la habitación, mientras Panamá sacaba su notebook y la colocaba encima de la cama, al momento que sentía a Colombia sentarse a su lado, tranquilo y sin preguntarle nada, lo cual le extraño, pues siempre solía molestarle.

-¿Que sucede? – cuestiono Panamá.

-Solo quiero saber que vas a hacer – suspiro, ante la desconfianza de su hermano.

-Bueno, Chile me pidió que habláramos por video

-¡Yo quiero ver! – salto a la cama Venezuela, entusiasmado.

-¿Esa fue toda nuestra pelea? – ofendido, sobreactuó Costa Rica.

-¿Ya olvidaste la última vez que hicimos un video?

Costa Rica lo pensó por un momento, para después correr a la cama y sentarse junto a los otros tres, la última vez que habían hecho un video no había sido del todo malo, pasaron todo un día hablando de estupideces. Panamá suspiro, pero aun así, Chile le había dicho específicamente que todos tenían que estar reunidos a una hora exacta, pues hablarían de algo, según todos "importante".

En una esquina superior de la pantalla se veía el video de Brasil, quien estaba intentando reunir a todos sus compañeros que parecían estar haciendo otra cosa, pues Ecuador habla algo sin sentido con Perú y Bolivia estaba atrás, sentado sin decir nada. México por su parte estaba calmado, explicándole algo a Honduras, Nicaragua y Guatemala, quienes parecían interesados. Y por último estaban Uruguay y Paraguay, los que veían a Argentina gritar y molestar a Chile.

- ¡Pero Chile, no se cual es cual! – de inmediato Panamá y Colombia se miraron entre sí, pues sabían de que estaban hablando.

-Mira Argentina – señalo la pantalla, mientras el chico le prestaba atención – uno esta sonriendo y el otro nos mira como si quisiera matarnos, el primero es Colombia, el segundo es Panamá

-¡Oye! – se quejo el colombiano, para sorpresa de su hermano –. ¡A veces, también me mira como si quisiera tirarme por el canal!

-¡Cállate Colombia! – le grito, esa mirada solo se la había dado tres veces en su vida –. ¿Para qué estamos todos reunidos?

-¿Otra vez planearemos una fiesta? – la inocente voz de Bolivia no se hizo esperar.

-No, eso solo paso una vez – le recordó Guatemala.

-En realidad, es porque no podemos salir de las habitaciones – aclaro Chile.

-¿Y desde cuando hacemos lo que dice España? – decían varias naciones al mismo tiempo.

-Creo que desde 1492 – dijo México, dejando a los demás más serios de lo normal –. ¡Cultura general chicos!

-¡Eso no importa! – le regaño Paraguay –. ¡Yo saldría de la habitación si Alemania no estuviera aquí!

-La verdad, es que el da algo de miedo – un suspiro general se escucho.

-Entonces, tendríamos que encontrar la manera de que él no sea un problema

-¡Ah, yo tengo una idea! – exclamo Brasil, llamando la atención de los demás.

-¡Adoro las ideas de Brasil, como la zamba, y cuando todas esas chicas bailan!

-¡Venezuela! – le gritaron todos, haciendo que se asustara.

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Italia caminaba distraídamente hacia la cocina, pues según él, ya había pasado demasiado tiempo desde la última vez que había comido. El chico pensó que ese día seria más interesante, después de todo, él era el único que pensaba que los latinos eran menos dramáticos de los que todos creían, pero España les había condenado a pasar el resto del día en sus habitaciones por lo que sería casi imposible estar con ellos.

Paso frente a una puerta, la cual se abrió casi enseguida, mostrando a Paraguay sonriéndole, mientras sacaba una de sus manos por la puerta y le tomaba por el cuello de la camisa, arrastrándole hacia la habitación. Cerró la puerta tras de sí, viendo como prácticamente él y Uruguay se le acercaron, hablándole una infinidad de temas desconocidos para el italiano, Chile terminaba una video llamada con México y Argentina estaba más atrás, observando todo desde su cama.

-¿Italia, estas aburrido, solo? – le pregunto Paraguay, a uno de sus costados.

-Quería hacer algo con ustedes – sonrió, típico en él –. Si Alemania les ve en el pasillo se enojara

-Pero tenemos una ventana – la señalo Chile –. La habitación de México está cerca

Y sin darle oportunidad a Italia de protestar, le tomaron por ambos brazos y salieron todos por la ventana que daba hacia el patio de España, lo que ellos no sabían, es que el Italiano estaba igual o más que emocionado que ellos. Uruguay le distraía hablando sobre pasta, Paraguay por su lado observaba el panorama y Chile y Argentina al final caminaban como si nada, sin embargo, Chile alcanzo a notar que el argentino estaba nervioso, cosa rara si consideraba su personalidad, típica de los de su país.

-¿Que te sucede? – le pregunto el chileno a su amigo.

-Esto es secuestro – dramatizo el chico.

-No es cierto – Chile alzo una ceja –. Italia vino por su cuenta, no le obligamos

-Es que, hacérselo a ustedes es costumbre – suspiro, mirándole fijamente – ¡Aunque España no nos diga nada, todos saben que Italia es de Alemania, y si nos mata, casi lo hace una vez, al mundo entero!

Exagerado, eso era lo que Chile podía decir de Argentina en ese momento. Le tomo de los hombros, topándole la boca con una de sus manos, el chico había comenzado a gritar como un loco de manicomio y lo que menos querían en ese momento era que su plan se echara a perder por culpa de este.

Algunos minutos después de caminar con cuidado por el patio de España, vieron a lo lejos a México, abriendo la ventana de su habitación, por la cual entraron todos, viendo a las demás naciones que ahí se encontraban, Honduras y Guatemala jugando Jenga, invitando de inmediato a Italia, para que no sospechara nada y además, distraerlo mientras el plan se llevaba acabo, Nicaragua mirándose frente a un espejo, acomodando su chaqueta negra y su corbata, pues aunque él no quisiera era parte del plan. Chile se dedico a ir hacia la computadora de Guatemala, por la cual se podía ver a Brasil impaciente, esperando a que los demás le dieran el aviso para seguir con el plan, pero al ver a Chile ahí, y a aun Argentina corriendo por todos lados, procedió a dar la señal para proseguir con el plan, con lo cual Nicaragua asintió y salió de la habitación por la ventana, Brasil por su parte avisó que estaría en unos minutos ahí con sus compañeros, y el video termino.

En otra habitación, Costa Rica y Venezuela se dedicaban a observar como Colombia luchaba contra una corbata y su intento de atarla al rededor de su cuello, al momento que veían a Panamá quitársela y hacerlo por él, mientras le lanzaba algunos comentarios, como el hecho de que tenía que hacerlo bien.

-Relájate Panamá, lo hare bien – le sonrió Colombia, haciendo que el chico frunciera el ceño.

-No confió en ti – le confesó.

-Qué lindo hermano tengo – dijo con sarcasmo, rodando los ojos –. Brasil si lo hace

-¿Colombia, ya estás?

Apareció Nicaragua, entrando por la ventana, al momento que el colombiano se lo afirmaba y tomaban un papel que estaba encima de su cama, discutiendo algunos detalles con Nicaragua y dispuestos a irse, esperando a que el plan no terminara en una falla.

-Uh, Colombia – le llamo Panamá –. Sé que lo harás bien

El chico sonrió, alzando su pulgar en alto y desapareciendo a través de la puerta de su cuarto. Panamá suspiro, abriendo la ventana de la habitación junto con los demás países y salieron de ahí, hacia el lugar de encuentro donde se suponía ya estaban las demás naciones.

-Colombia tiene razón – hablo Venezuela –. Eres todo bipolar con él

-¡Cállate! – gritó el panameño, con lo cual solo hizo darle la razón al venezolano –. Solo lo dije para que no saliera nada mal

-Esa ni tú te la crees – decía Costa Rica, sonriendo abiertamente.

Panamá rodo los ojos, aunque una imperceptible sonrisa salió de sus labios por un momento. Al otro lado de la casa, Alemania se encontraba en la sala, sentado en un sofá leyendo un libro mientras Italia se dignaba a aparecer, pero al mismo tiempo sabia que algo le había sucedido, el Italiano no solía tardarse tanto, a lo mejor se había perdido en el camino de regreso, por lo que decidió que le iría a buscar.

Ni bien se levanto del sofá aparecieron Nicaragua y Colombia en la sala, confundiéndole, pues si no mal recordaba España les había prohibido salir de la habitación, y él se había quedado ahí para evitar que eso sucediera, aunque la verdad a él le daba igual si salían o no, ya mucho tenia con Italia como para cuidar de otras dieciocho naciones.

-Tenemos a Italia secuestrado

-¡Colombia! – le regaño Nicaragua, lo que menos quería en ese momento era salir muerto de ahí.

-¿Otra vez? – suspiro Alemania –. ¿Cómo va eso de que lo secuestraron?

-No sabemos, nosotros no lo hicimos – alzo los hombros Colombia.

-Generalmente me lo devuelven unas horas después – resumió Alemania, alzando una ceja –. ¿Qué hacen ustedes aquí?

-Vinimos a hacer una tregua – hablo el colombiano, entregándole un papel que saco de uno de sus bolsillos.

-"Tratado de…" – Alemania frunció el ceño – la siguiente palabra está mal escrita

-Te lo dije – sonrió Nicaragua, para molestia del otro latino.

-Aun así, la letra esta bonita – siguió Alemania.

-Oh, la escribió Venezuela – el centroamericano le miro confundido, al parecer al colombiano le había dado pereza escribirla.

El alemán volvió a sentarse en el sofá, para leer con calma las escasas líneas que formaban el, según los latinos, tratado para devolverle a Italia. Los otros dos chicos se sentaron juntos en otro sofá, esperando a que Alemania diera una respuesta, mientras tomaban el libro que el rubio leía con anterioridad, aburriéndose de inmediato, pues era un libro de historia.

-¿No creen que esto es un tanto extremista? – hablo Alemania, después de un rato.

-¿Por qué? – dijeron los latinos al mismo tiempo, tomando el papel y leyéndolo –. ¿Refuerzo militar en caso de una guerra?

-Yo no le dije a Venezuela que escribiera eso – alzo una ceja Colombia –. Panamá me lo dijo, debí escribirlo por mi mismo

-Olvida este papel – lo arrugo Nicaragua –. Solo queremos apoyo amistoso mientras estamos en la casa de España

-¿Solo eso? – Alemania cruzo sus brazos –. De acuerdo

Nicaragua y Colombia sonrieron, y casi de inmediato abrazaron a Alemania, él no era tan malo como creían, tal vez Italia de verdad le había cambiado.

En el punto de reunión, es decir, en la habitación de México los otros latinos se dedicaban a esperar a que llegaran los dos que hablarían con el alemán, mientras Argentina ya se había calmado y estaba jugando jenga junto con Italia, Bolivia, Costa Rica y Perú. La puerta de la habitación se abrió mostrando a Colombia y Nicaragua, este ultimo tirándole a la cabeza el papel que minutos antes había arrugado con sus manos, seguido entro Alemania, quien miraba todo con sorpresa en su rostro, si bien sabía que no les había prestado la suficiente atención, el hecho de que estuvieran todos en la habitación, hubieran secuestrado a Italia y armaran ese plan ya decía mucho de ellos.

Alemania se abrió paso ante los chicos, viendo en la mitad de la habitación a Italia, curiosamente le veía preocupado, algo no muy común en él.

-¿Qué te pasa Italia? – le pregunto, acercándosele.

-¡Alemania, no se cual ficha sacar!

Alzo una ceja, al momento que se acercaba a la montaña de palitos de madera organizados y veía con detalle cada movimiento que podía hacer. Cuando estuvo seguro, saco uno de los palitos y la montaña se derrumbo ante sus ojos.

-Eso no me lo esperaba – susurro, organizándolo para volver a jugar.

Algunas horas después, la puerta principal de la casa de España se escuchó, mientras él entraba por esta seguido de sus demás amigos, quienes parecían cansados de pasar el día por toda la ciudad. Lo primero que busco con la mirada fue a Alemania, a quien no encontraba por ningún lugar de la casa, entonces decidió buscar a Italia, quien con algo de suerte estaría con el alemán.

Al no encontrarle se dispuso a ir a ver a los latinos, pues durante ese día se había sentido culpable de tratarles tan estrictamente, después de todo, los latinos solían ser así, eso bien lo recordaba. Abrió la puerta de la habitación de México, encontrándose con una peculiar escena: Todos estaban reunidos en círculo, mirando hacia Alemania, quien estaba sentado en la mitad de este, como niño pequeño, recibiendo varios consejos sobre lo que debería hacer.

-¿Qué carajos paso aquí? – cuestiono España, más perdido de lo normal.

-Ah, España, regresaste – le miro Alemania, alzando una ceja –. Ayúdame a sacar un palito, esto es más difícil que la segunda guerra mundial

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Notas de la autora:

¡Hola a todos otra vez! Solo me llevo una semana actualizar, así que podría decirse que estoy feliz.

Pasando al capítulo, adoro la capacidad que los latinos tenemos de persuadir a las demás personas, sea para la razón que sea. ¿Si España no detuvo a los latinos, que capacidad tenia de hacerlo Alemania? ¡No había posibilidad! (?

Con respecto a los reviews, muchas gracias a las personas que los escriben, y también, a aquellos que leen así no los dejen, también trato de poner un poco más de las naciones que me han pedido, espero que esas personas estén a gusto con lo poco que hago.

¡Nos vemos el siguiente capítulo, adiós!