Se que debo una explicación de porque me demoré todo un año. Pero solo diré que soy cobarde y disfruten el capítulo!

Capítulo 14

Sutil, simple; delicada...

Así se sentía aquella caricia en su mejilla rosa.

Aquél contacto perfumado por la naturaleza nocturna le estaba gustando, tanto como para aumentar ese acercamiento. Tal vez en un abrazo, tal vez en un fugaz beso.

Sus azulados ojos observaron con atención las delicadas facciones de la chica. Notó su comodidad a su mano, la única parte de su cuerpo que se atrevió a tocarla, y una sonrisa de contentura se posó en sus finos labios. Ella no lo rechazaba, es más, ella lo aceptaba.

Por ese motivo debe ser que él quería aún más. Por esa simple aceptación, esa que se lo demostraba bajo aquellos parpados coloridos que guardaba celosamente sus escarlatas ojos.

Un centímetro, solo uno, fue el acercamiento que se animó a dar y quedar un poco más cerca de ella. Indetectable para ella, pero importante para él.

Inhaló profundamente, eh hizo de ese contacto suave un poco más de presión. Exhalo lento.

Ella abrió sus ojos gentilmente, regalandolé a él una mirada mística...la conjugación perfecta entre su propio brillo y el de la luna. Exquisita fusión, que, lo estaba llevando a la ensoñación. Y los segundos pasaron, pero, entre ellos el tiempo no importaba en lo más mínimo.

Él único capaz de atravesar ese momento entre ellos fue un pequeño. La imagen de Yuki llegó como estrella fugaz a la mente de Hinata. ¿Qué estaba haciendo?, ella disfrutando un momentáneo receso de su vida, con un rubio que cada día la fascinaba más; y su pequeño solo, literalmente, preocupado por ella y su hermana.

Despertó, a fuerza de voluntad y observó con mirada seria a Minato. No era el momento, ni el lugar para querer hacerse la chica enamorada. Nunca lo seria, mucho menos con él.

-Gracias por todo Minato-san -dijo ella en automático y siguió su camino a paso acelerado

-¿Qué?- murmuró el rubio extrañado. Elevó su mirada sin dar crédito a lo que había sucedido. Hinata se marchaba a prisa compensada, pues se notaba que no quería incomodar a Milara quien dormía en sus brazos. Él la observó unos segundos más de manera desentendida. ¿Qué había sucedido?, acaso ¿actuó muy rápidamente para ella? Llevó su mano derecha a su cuello y lo masajeo intentando, de alguna manera, deshacer una incomodidad más bien interna que externa. Suspiro, nada podía hacer, ella de alguna manera lo había rechazado.

Desvió su mirada hacia el cúmulo de tierra mojada y negra que había echo con Milara, y pensó profundamente si lo que estaba haciendo era bueno.

El paso que había dado era muy grande, demasiado a su parecer si lo analizaba con calma. Había decidido poner fin al lazo ya inexistente con Kushina, por obvias razones... y ahora que quería re-abrirlos para alguien más, era drásticamente rechazado. Bueno, tal vez no tanto. Él no se había confesado, y dada la situación se tomaría un poco mas de tiempo del que tenia pensado para hacerlo. ¿Tendría que reconsiderar su decisión?

Suspiro por segunda vez, más profundo que la anterior y observó el cielo iluminado buscando una clara señal de que camino tomar. O por lo menos una afirmación de que lo estaba haciendo era lo correcto. Para su mala suerte, ningún astro parecía interesado en su vida, pero ¿quien sabe?, tal vez la mañana lo escucharía mejor. De cualquier forma siempre se había llevado mejor con el sol, que con la inentendible luna.

OXOXOXOXOXOXOXOXO

Llegó hasta la torre de la Hokage. Se detuvo y respiró. Un aire limpio de culpas le llenó los pulmones y le hizo recobrar el habla, pues tosió un poco debido a la exagerada inhalación. Bajo sus parpados centrando apenas su vista en una pequeñas piedras de colores que adornaban la entrada a la torre, y luego los elevó muy por arriba del cielo. Tontamente creyó que esa acción guardaría las cristalinas lagrimas que acusaba con salir. No fue así.

Lloró, no mucho, pero si pesadamente. Lo había rechazado. Había rechazado aquel beso que intentaba darle Minato. Y ahora cargaba con las consecuencias. No quería rechazarlo, muy profundo y también cercano, ella deseaba ese beso. ¿Por qué? No iba a negarlo, él le gustaba, indebidamente pero le gustaba.

Negó con su cabeza numerosas veces, ¿como pudo caer de nuevo? Se supone que a ella no debía gustarle nadie, pero en el caso de que así fuera ¿no podía ser alguien más?, ¿tenía que ser justamente él?

Momentáneamente se preguntó por que la negativa hacia ese rubio, sabía que una de las razones era por ser el padre de Naruto, pero había algo más.

Ingresó sin responderse así misma su auto-cuestionamiento. Sabia que Kurenai estaba allí y tenía que ver a su pequeño.

Recorrió los pasillos de la torre. Se extraño que Shizune no estaba en su lugar de trabajo, pero no le dio ni la más mínima importancia. Llegó hasta la puerta de la oficina de la Hokage, no se molestó en golpear la puerta pues estaba abierta de par en par, se asomó y para su sorpresa ademas de Yuki y Kurenai, había alguien más que los acompañaba.

-¿Nidaime-sama?- murmuro casi como un susurro, pero del que ninguno que se encontraba en esa habitación paso desapercibido. El nombrado

giró su rostro hacia la dirección del murmullo y su rostro cambió de expresión. Aliviadamente y, de alguna manera, contento observó a Hinata de los pies a la cabeza, maravillado por tenerla de nuevo de frente.

Obvia acción que no pasó desapercibida por la gran Tsunade, quien sigilosamente guardo sus pensamientos muy en su mente.

-¡Hinata, encontraste a Milara!- exclamó altiva Kurenai, mientras sostenía de una mano a su pequeña Aya. Ella simplemente asintió vivazmente, luego ingresó apresuradamente aun con Milara en sus brazos, y fue junto a Kurenai y Yuki quien al tenerla cerca abrazo sus piernas llorando.

Nidaime no ocultó su desconcierto de escuchar otro nombre referido a Haruka, "tal vez esa mujer es consciente de la verdad sobre Haruka-san" se permitió pensar observando disimuladamente a Kurenai.

-Me alegro de verlo- exclamó la ex Hyuga regalandole una sonrisa llena de calidez al Nidaime , mientras bajaba a la altura de Yuki y lo abrazaba. -ya esta bien, todo esta bien Yuki- contuvo a su hijo quien lloraba todabía más.

-Es bueno verla bien Haruka-san- expresó el sensei devolviendo otra sonrisa, menos expresiva pero igual de cálida. -Escuche que la pequeña Milara tuvo un percance- ella dejo de ver a su pequeño y observó a ex Hokage, asintió seriamente ante sus palabras -¿como se encuentra?-

-Ahora bien...por suerte- contestó seguida de un suspiro pequeño.

Él solo asintió sin preguntar mas detalle, no era conveniente agregar mas nada sobre la situación de los niños con personas ajenas cerca.

-Sensei, ¿Cuando llegó? ¿el sensei y Neji-nisan también llegaron?- preguntó apresurada por saber.

-Si, llegamos hace una hora. - respondió con lo justo.

-ya veo, y ¿Se encuentran bien? - cuestionó a no verlos allí con Nidaime -¿donde están ahora?- "¿habrán podido librar a Neji-nisan del sello?" no se animó a preguntarle.

-Llevando a cabo un reto- contesto sin más la rubia. Nidaime la observo con ojos fulminantes, pero ella actuó como si no lo hubiera notado.

-¿Qué?- exclamó sin pensar la ex Hyuga -¿Un reto?, ¿Cuál reto?-

-Puedes verlo por ti misma- retomó la palabra la rubia. -Pero te advierto que no se sera lindo de presenciar-

-¡Tsunade!- exclamó al borde de perder la razón hacia su sobrina.

-De echo es un poco vergonzoso- finalizó Kurenai, quien se gano una mirada de desprecio por parte del Nidaime.

-¿De que están hablando? - reprochó Hinata al no entender nada.

-Te lo mostraré si quieres- sonrió la rubia con inocencia -Deja a los niños con este tipo y Kurenai- Hinata se impresionó por las palabras irrespetuosas con las que se dirigía la Hokage a Nidaime, pero viendo la expresión de ambos se dio cuenta que entre ellos se había librado una guerra de insultos de antemano. -Ellos pueden cuidarlos aquí, así que no perdamos el tiempo-

-Pe-pero- exclamó aun más desentendida.

-Ve Hinata... yo cuidare de los niños- exclamó con una sonrisa Kurenai. Aunque era mas una mueca forzosa que dejo salir al sentir la presencia de enojo del hombre ninja.

Aún sin estar del todo segura, aceptó al fin. Salio luego de despedirse de su pequeño y dejando al cuidado de Kurenai a Milara, y sin más acompaño a la Hokage a la salida.

OXOXOXOXOXOXOXOXO

El ceño fruncido de Neji lo decía todo. Él era un respetable ninja de élite, y nunca, de los nunca perdía un reto.

Pero lamentablemente estaba más cerca de perderlo que de ganarlo.

Observó frustrado y contraído la mirada del viejo que tenía delante, el vaso casi vació que sostenía su arrugada mano y luego, esos ojos rojos que tanto estaban molestándolo.

Tomó su tercer vaso de sake sin apartar la mirada de aquel viejo y bebió el líquido. Su garganta picaba todavía más que el anterior vaso y su cerebro, bastaba con ver sus ojos para saber que no podía ya procesar del todo bien información.

La sonrisa blanca y filosa del anciano se mostró preponderante, y eso enfadó aún más a Neji.

El anciano tomó su sexto vaso y se lo llevó a los labios, el líquido desapareció en segundos. Un ruido de satisfacción y agrado fue exhalado por él demostrándole al ninja Hyuga que todavía estaba en sus cinco sentidos.

Neji tomó su cuarto vaso, su pulso estaba ya fallándole, pero con el poco control que poseía sostuvo su bebida lo más firme que pudo. Era una realidad, Neji no estaba echo para la bebida, y ese anciano parecía saberlo de ante mano. Arrugó sus ojos anticipando el trago que le daría a ese licor, desgustando la quemadura inevitable que le produciría a su ya afectada garganta. Elevó sus ojos hacia el anciano mientras que el vaso tocaba ya sus labios contraídos, una sombra pasó por detrás de ese viejo y eso le dio una gran idea al ninja Hyuga.

Un cambio!- gritó

Desconcertado se puso de pie ante la sorpresiva mirada del anciano. -pido un cambio- se tambaleó un poco, pero su mano robusta pudo sostenerse de la mesa de madera. -¡Es valido!-

-Nunca acordamos que podíamos hacer cambios...- respondió el anciano.

-¡Exacto!- respondió Neji exaltado, muy probablemente por el alcohol. - Pero...tampoco dijimos...que estaba prohibido, ¿no?- no separó su mirada blanca de los ojos rojos del anciano, una porque no quería verse intimidado, y otra, porque ya estaba siendo lo demasiado cobarde al pedir que alguien más intercediera por él.

-¡Hmp!- expresó el anciano cruzándose de brazos, demostrando una vez más que el alcohol que había ingerido aún no le hacia efecto. - ¿Y quien va a reemplazarte?-

Neji no se hizo esperar para responder, elevó su mano y señaló a la única persona que estaba cerca del anciano, ajena a todo pero lamentablemente cerca del espectáculo.

El sensei giró su cabeza y siguió con su mirada el camino que recorría la señal del Hyuga.

-¡Nara!- gritó inevitablemente Neji. El señalado elevó su mirada perezosa de un par de aros que observó en un comercio nocturno, seguramente se los compraría a la hermana del Kazekage, hacia la persona que gritó su nombre. -¡Ven!- demandó Neji. Shikamaru observo para todos lados, ¿Neji lo había llamado?, ¿What?

Su campo de visión no pudo identificar a nadie que poseyera su mismo apellido, inevitablemente era a él a quien llamaba un extrañado Hyuga.

Se acercó sigilosamente a la escena, identificó al anciano que lo observaba serio, se extraño por eso. Elevó luego su mirada hacia un Neji que no actuaba como el Neji normal, pues el Hyuga que cada vez tenía más en frente se tambaleaba, estaba un poco sonrojado y su mirada somnolienta. ¿Ese era realmente Neji Hyuga?

Unos cinco pasos lo alejaban del Hyuga, había adoptado esa distancia por precaución.

-¿Neji?- preguntó. -¿eres tú?-

-¡Claro!- gritó el otro. -¿Quién más sino?-

Bueno esa respuesta no se esperaba, el Neji Hyuga normal no respondería así. Observó la situación, ninguna presencia extraña se sentía entre aquellas dos personas, ningún extraño se estaba haciendo pasar por el genio Hyuga, por lo menos eso dedujo, ¿acaso...?

Observó las botellas de sake, los vasos delante de Neji y del anciano, y sacó una conclusión. Relajó su cuerpo tenso ante lo extraño y tomando su normal actitud, dijo -¿Estas borracho Hyuga?-

-¡ehh?- musitó el Hyuga sosteniéndose con ambas manos del borde de madera- ¡¿Borracho...yo?- exclamó señalándose.

Una risa de burla fue liberada por el anciano mientras se llevaba su séptimo vaso a sus labios y acaba en segundos el líquido.

-¡No!- respondió altanero- ¡No estoy borracho!- señalo al anciano-estos ancianos...me han retado a beber con ellos-

"¿ellos?", se preguntó Shikamaru al observar al anciano solo, ¿donde estaba el otro anciano?

-y...- continúo Neji. -ya no puedo seguir-

"Eso es obvio" se volvió a responder el Nara.

-por eso...te necesito...- El Hyuga se abalanzó hacia Shikamaru, este sorprendido por sus acciones no pudo reaccionar lo bastante rápido del Hyuga y ahora era sujetado por sus hombros por este mismo. Sus ojos vieron sorpresivos a los blancos del Hyuga, ninguna palabra se cruzaba por su cabeza en ese momento. -Por favor Nara...gánale a estos viejos... mi vida...¡No!- gritó de nuevo- ¡la de mi prima, dependen todo de tí!- y se tiró sobre el pecho del Nara quedándose automáticamente dormido.

-¿Qué?- exclamó el Nara sin entender casi nada de lo que había dicho e Hyuga.

-Que te sientes a beber- respondió el sensei, Shikamaru lo observó desconcertado aún con el Hyuga tirado sobre él.

Era obvio que ese anciano le era desconocido, la chica que lo acompañaba muy similar a Hinata, también era desconocida; pero la Hokage estaba muy cerca de la escena inmutada, ¿aquel anciano no era peligroso?. Parece que no, y la joven a su lado tampoco. - Si es que eres lo suficientemente hombre- concluyó el anciano bebiendo su octavo vaso. Shikamaru lo observó una vez, ¿acaso creía que con esa frase lo obligaría a perder la compostura?, tal vez con Neji había funcionado, y demasiado bien, pero él era obviamente diferente, su hombría no caería solo por no aceptar beber alcohol.

-Sensei- exclamó una Hinata contrariada de todo lo que había visto.-Por favor no obligues a nadie a beber contigo- se acercó claramente molesta.

-Pero si yo no eh obligado a nadie.- dijo el anciano con expresión de alguien inocente que estaba siendo acusado injustamente.

-¿Y por que Neji está en ese estado?- le cuestionó la ex Hyuga.

-Él fue quien aceptó beber por su cuenta, yo no obligué a nadie- cruzó sus brazos con expresión de niño regañado.

Hinata exhaló un suspiro. -Vamos sensei, tu también has bebido de más- el anciano relajó su mirada y sonrió poniéndose al instante sonrosado.

-je je ¿lo descubriste?- exclamó rascando se barbilla con su dedo indice.

-Por supuesto, tu no resistes más de dos vasos...- exclamó Hinata sosteniendo al anciano de uno de sus brazos, el se dejó guiar mientras reía. La postura de alguien totalmente borracho se hizo presente en el anciano.

"¿Estaba fingiendo?" -increíble- murmuraron para si el Nara y la Hokage al compartir el mismo pensamiento.

-¡Pero le gané!- gritó por fin, alejándose con su "hija" seguramente a la posada.

-Esto...- mencionó Shikamaru ajeno de todo, pero con el Hyuga aún en sus brazos. -¿qué sucederá con Neji?-

-Llévalo a la posada- exclamó Tsunade quien se había quedado al margen de todo. -te lo pido Shikamaru-

El Nara suspiró frustrado, sinceramente así no era como había pensado que terminaría su noche. No señor, se supone que el tendría una cita nocturna con Temari, por eso mismo había decidido no ir al festejo del padre de Naruto. Pero en su lugar estaba allí llevando a un borracho entre sus brazos y siguiendo a dos ninjas que se supone eran desconocidos para él. ¡pero que noche!

Tsunade por su parte negó con su cabeza, la situación era extraña.

-¿No resiste más de dos vasos?- si, eso era lo más extraño. -¿Que clase de anciano es?- obviamente lo decía alguien capaz de devorarse botella tras botella de licor.

No, alguien tan experta como la gran Tsunade no podía entender a aquellos que eran débiles ante el alcohol.

OXOXOXOXOXOXOXOXO

Suspiró al sostener la manija de la puerta de su hogar. Sabía que siempre suspiraba antes de ingresar a su hogar, era casi como una costumbre, pero esta vez el sentimiento era diferente. La imagen de Kushina ya no pasaba por su cabeza al suspirar, no, ahora era una joven de mirada escarlata la que había ocupado ese puesto.

Lo había rechazado y eso, por algún motivo, seguía oprimiéndole el corazón.

Contrajo sus ojos azules en una clara expresión de alguien que no comprendía, y es que aún no lograba entenderlo. ¿Cuando se había enamorado?, ¿tan rápido había podido olvidar a su antiguo amor?

Movió y relajo los músculos de su cuello y espalda, no era el momento para seguirse interrogando. Debía dormir por lo menos cinco horas ya que debía amanecer temprano. Al parecer la Hokage tenía una misión importante para él.

Se extraño por eso, la rubia siempre le decía con anticipación las misiones que le encomendaría, además siempre tenía un rango más elevado que la S, extraño porque el último rango siempre era S, pero bueno, él parecía ser especial por alguna razón.

No quiso demorarse más con sus pensamientos, cada minuto era restado para su descanso.

Abrió por fin la puerta, y sinceramente nunca espero ver aquello.

Botellas tiradas, comida esparcida por doquier, ninjas jóvenes durmiendo en distintos rincones de su casa, los muebles tirados, y desastre, desastre, desastre.

¿Ese era Rock Lee en ropa de mujer?

Un poco aturdido cerro la puerta, estaba enojado, claramente, pero él era conocido por tener una actitud serena. Respiró profundo, contó hasta diez, no mejor hasta veinte, y sin prestar atención a cada cosa, persona y lo que fuere que estaba esparcido por su piso camino hasta llegar a su habitación.

No pasó por la cocina por más sediento que estaba, sabía lo que se encontraría allí, así que mejor evitarlo.

Abrió la puerta de su habitación, espero con deseo que por lo menos todos esos amigos de su hijo, e incluso su mismo hijo hallan respetado la privacidad de su habitación.

Pero...grande fue su desilusión al ver que no había sido así, en su propia cama dormían abrazados y sin ropa su nuera y su muy querido hijo.

Contó esta vez hasta cincuenta, y mientras lo hacia tomó un bolso y comenzó a guardar ropa, elementos de higiene, y demás cosas.

Llegó hasta el sesenta y nueve cuando tomó otro bolso mucho más pequeño debajo de su cama, este estaba repleto de armas. Así como estaba lo guardo en el anterior bolso. Lo tomó y se lo llevó a su espalda, sin mirar hacia atrás cerró la puerta de la habitación. Se dirigió al baño principal. Pero no pudo entrar.

Salió asqueado apenas no más había asomado su cabeza y es que el baño era un completo desastre.

Abrió de mala gana la habitación de su hijo, se sorprendió al no encontrar a nadie allí, más aún de que el cuarto que siempre estaba echo un asco, ahora estaba muy ordenado.

La imagen de Hinata se pasó por su cabeza, negó exhalando el oxígeno de más. Había olvidado que Sakura le había pedido que limpiara todo, ¿y así se lo pagaba, dejando la casa echa un desastre?

Cada vez tenía una imagen más desacertada de su futura nuera.

Se recostó en la cama, cerró sus ojos intentando conciliar el sueño, pero por obvias razones no podía. Ahora se preguntaba en que momento Hinata había mudado sus cosas de nuevo a la posada, hasta la mañana de ese día aún estaban allí.

Negó intentando restarle importancia a la situación por esas horas que quedaban quería olvidarse de todo, del desastre, de su hijo, su nuera, y el rechazo de esa joven.

OXOXOXOXOXOXOXOXO

El sol le estaba dando de lleno en su cara, si seguía en esa posición lo segaría completamente. Abrió entonces sus azules ojos, se sentó en la cama y rascó su cabeza. La migraña le pegó de lleno.

-¡Auuuuhh, dolor!- se quejo Naruto. Observó el lugar intentando distinguir el espacio y el tiempo, al parecer era de mañana, y estaba en...¿la habitación de su padre? -¡Maldición!-

Salio casi volando de la cama, y se dirigió al baño, noto por el frio su desnudez, y como si un balde de agua congelada le hubiera caído en su espalda recordó. ¡Había tenido su primera vez con Sakura!

-¡Sakura!- abrió la puerta del baño de su padre y vio hacia la cama.-¿Sakura?-

ella no estaba.

Asomó su cabeza por fuera de la habitación, observo ambos extremos del pasillo. No había rastro de nadie, ni Sakura, ni su padre. ¿estaba solo?

Se adentró a su habitación encontrándola completamente ordenada, un golpe en su frente dado por su propia mano adormeció un poco su cerebro.

¡Se supone que él había llevado a Sakura a su habitación, no la de su padre!

¡Su padre!, tragó fuertemente al imaginarse la cara que puso su padre al encontrarlo de esa manera, y encima en su habitación.

Idiota, idiota, idiota!- se gritó a su mismo por su enorme error.

¿No pudo haberle faltado mas el respeto a su padre?, que por cierto, ¿donde estaba?

Se vistió y lavó, salio hacia la cocina, pero solo llegó hasta el pasillo.

¿Esta era su casa?, ¿este desastre de casa era de él?

Tragó de nuevo, y camino hasta la cocina, seguramente su padre estaba allí.

No supo si debía sentir alivio o no al encontrase solo en el desastre de su casa. Ni Sakura, ni su padre, ni sus "invitados" estaban.

Abrió la heladera, una sed terrible le había secado la garganta, saco una botella con agua y al momento de cerrar la puerta encontró una nota pegada. La tomó y observó su letra antes de leerla, esa letra era de su progenitor.

La leyó con cuidado, en ella decía que saldría de misión y que cuando llegara quería la casa limpia y en completo orden.

Allí no había ninguna amenaza, su papi no era de esos que amenazaban, pero por alguna razón sentía mucho más peligro que a una simple amenaza.

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Su cuello resonó en la oficina de la Hokage, estaba cansado ya que solo puedo dormir tres horas y quizás menos.

-¿Exhausto?- preguntó con burla la rubia.

-Sabes que si- le contestó el rubio sin verla, y es que no le daría el lujo de reírse de él, hoy no estaba de humor.

-Oh, vamos! Tu fuiste el que se perdió de la diversión..- exclamó ella, sin dejar de escribir un manuscrito. -por lo que eh escuchado tu hijo hizo la fiesta del año-

-Ni que lo digas- se abstuvo a solo decir aquello. -No debe haber habido otro espectáculo como ese-

-Eso lo dudo- refutó ella. Minato se digno a verla. Ella sonrió aún más- yo vi uno más ridículo que ese-

-¿A si?- exclamó él más por decir algo que por curiosidad.

-Si- respondió recordando el espectáculo que había dado Neji y el anciano Kaisame. -Créeme era muy ridículo, hasta sentí pena-

-¿pena?, ¿la gran Tsunade sintió pena?- ella elevó su mirada hacia el rubio, era extraño que él que era tan respetuoso aún cuando ella lo molestaba le respondiera así. Debía de estar muy cansado, o muy malhumorado. -Ambos-

-¿qué?- expresó sorprendida.

-Estoy cansado y malhumorado- dijo masajeando sus hombros.

-¿Ahora también lees la mente?- exclamó la rubia tratando de no verse afectada por aquella deducción.

-No, pero tu cara lo decía todo- respondió.

Esa respuesta a ella le valió, a él también debía resultarle rara su propia actitud, por ello lo dejo pasar. De cualquier manera era imposible que ella se enojara con él.

-y bien...¿Qué misión me tienes?- le preguntó el rubio levantándose del sillón. - se supone que debía estar aquí temprano- y había llegado más temprano de lo habitual con sus cosas por el simple echo de que no pudo conciliar mucho el sueño.

-Eso lo sabrás muy pronto- continuó ella escribiendo. Y es que ni ella sabía bien de que se trataba esa misión, solo sabía que algo queria ese anciano de ella; más especificamente de Minato.

-¿Por que tanto secreto?- continuó el rubio cuestionando.

-Ni yo lo se con certeza, pero...- lo observó sonriendo.- estoy casi segura que te gustará hacerlo- tal vez.

La atemorizante sonrisa de la rubia lo descolocó un poco, más aún así sus palabras. No le desagradaba realizar misiones, pero tampoco era su hobby hacerlas, viviría bien sin hacerlas, así que ¿a qué se refería la rubia?

Separó sus labios para replicarle a la rubia sus palabras, pero antes de poder hacerlo alguien llamó a la puerta.

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Extraño.

Esa era la palabra que describía el ambiente. No sabía que hacia ese anciano en la oficina de la Hokage, tampoco porque estaba de lentes negros.

Hinata a su lado también estaba un poco contraída, tampoco entendía mucho.

-¿Nueva moda? -preguntó la rubia con una de sus sonrisas mas burlonas a un anciano que estaba sentado enfrente de ella y con sus brazos cruzados.

-tal vez- respondió él.

Ella carraspeó al darse cuenta de que ese anciano no le seguiría su juego, ¿Qué pasaba ese día, todos habían perdido el sentido del humor?

-Y bien, ¿que era esa misión urgente que ibas a comentarme?- exclamó la rubia seria y tratándolo como igual, pues después de ver que ese hombre no resistía la bebida como ella, se dijo que él no era merecedor de tanto honorífico. -Escucho-

-No me iré con ruedos- exclamó descruzando sus brazos y quitándose los lentes, revelando una mirada cansada. Mirada de alguien que estaba sobrellevando una resaca. -Mi hija tiene que partir a una misión que pone en juego la supervivencia de todos, debe irse lo antes posible.- Hinata quien había desviado su mirada de ambos rubios y de su propio sensei, ahora lo miraba directamente.

-Sensei, ¿qué esta...- comentó Hinata sorprendida por lo que estaba revelando el anciano, pero su sensei interrumpió sus palabras con más diálogo.

-Y necesito una escolta para ella- repuso el anciano.

-Vaya, pues parece de rango S- exclamó la rubia sin sorprenderse, algo parecido había intuido.

-Esto esta muy lejos de una categoría Hokage- le contestó el sensei expresivamente serio.

-Hmp- exclamó ella un tanto molesta por esa última frase, "¡disculpé si toda misión aquí posee categoría!", se abstuvo de decirlo, pero no de pensarlo. - y supongo que has elegido a su escolta-

-Pues si...- respondió de nuevo y esta vez cruzándose de brazos de nuevo. -quiero que la acompañe Minato Namikaze-

-¡Sensei!- exclamó Hinata un poco eufórica -¿Qué esta diciendo?, ¿Porque esta revelando todo esto?- se levantó del asiento claramente ofendida y sin comprender las acciones de su sensei, ¿acaso el alcohol aún no había desaparecido de las venas de su sensei?.

-Porque ellos merecen saber- expresó sin observarla. - ¿y bien, acepta la misión?-

-¡Sensei se supone que Nidaime me acompañaría!, ¿Porque esta cambiando todo?- discutió Hinata.

-Tobirama no puede acompañarte, él tiene otra misión- le respondió sin mirarla y con expresión aún más seria que antes.

-Pe-pero, ¿no pensaba consultarlo conmigo antes?- cuestionó la ex Hyuga sin poder ocultar decepción ante las acciones de su sensei, ¿Es que era poco confiable?

-No hubo oportunidad para decírtelo... lo decidí ayer cuando volvía de la Isla- expresó tras un suspiro. - Tobirama está de acuerdo, y Neji Hyuga también-

-¿Neji?- se sorprendió por ello.

-Mejor dicho no tenía opción, ¿no?- exclamó la rubia metiéndose en la discusión atando conjeturas del duelo de bebidas de ayer.

-Pero sensei...puedo ir yo sola- continuó Hinata con su discusión. Minato ajeno a ellos la observó enojado, ¿esta situación era un nuevo rechazo?, pues ella parecía empeñada en que él no la acompañara.

-¡Basta!- se enojó el anciano, Hinata quedó silenciada al instante y ambos rubios lo observaron un poco contraídos. -¡sabes que no te dejaré ir sola, además Tobirama se quedará a proteger a tus hijos!-

-¿Y eso porque?- interrogó la rubia.

-Ambos niños son portadores de Genbu- respondió el anciano.

Hinata lo observaba sin dar crédito a las palabras de su sensei, ¡en serio estaba revelando todo!

-¿Genbu?- cuestionó la rubia. -¿esos niños?-

-Si, por ese motivo Tobirama se queda a protegerlos, y por eso necesito una nueva escolta- prosiguió – Todos correremos peligro si ambos niños son secuestrados por el enemigo, más aún ellos-

-¿Y porque debo ser yo?- cuestionó el rubio quien había decidido no meterse, pero era de su persona de quien hablaba.

-Porque confío en ti- respondió sin más el anciano- eres el único al que puedo entregarle a mi hija- sin más el anciano se puso de pie y, para sorpresa de todos, incluida la misma Hinata, le ofreció una reverencia al rubio. -Por favor, te lo pido-

Minato se quedó sin palabras, al igual que las otras dos mujeres que estaban allí, nunca esperaron que el anciano hiciera aquello.

Pero aún estaba dudoso, observó a Hinata quien miraba con tristeza a su sensei y se cuestionó a si mismo si debía o no aceptar. Ella se notaba firme en que no quería compañía, SU compañía, y ¿él que debía hacer?

Pensó por segundos la situación, tal vez era la oportunidad para aclarar su mente, ella lo había rechazado y tal vez con esa misión él podría darse cuenta que ella en realidad no le gustaba, tal vez solo era una ilusión.

Suspiró y observó de nuevo a la joven, sea o no una ilusión ella corría peligro. Ella y los niños también.

-Esta bien- exclamó por fin el rubio. Hinata, la rubia y el mismo anciano lo observaron. -Acepto la misión- Aquellas palabras le sonaron a condena a la ex Hyuga. No tan solo se sintió traicionada por su sensei, sino que ahora debía lidiar los días que duraran esa misión con los sentimientos que estaban latentes por ese rubio.

Aquella misión iba ser más que difícil.

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Continuará.

Disculpen aún en este nuevo año mis muy horrores ortográficos, nunca cambiaré.

Ya-ne^^