Hola a todos!

Ha pasado un tiempo pero aquí les traigo el siguiente capítulo!


Capitulo 12

¿Qué debería hacer? ¿Llamarle de vuelta? Pero, ¿para qué? Los sucesos de la noche pasada se agolpaban en mi mente y el sentimiento de angustia que sentí en aquel momento me volvió a golpear duramente. Simplemente no podía permitirme pensar en ello. De nada serviría continuar nadando en el dolor. Lo mejor era olvidarlo y pasar pagina. Me gustaba un chico que tenía novia. Vale, bien. Pues seríamos amigos. ¿Y que mejor manera de olvidarme de él que irme de viaje?

El lunes partiría con mi madre rumbo a la capital y estaríamos allí durante un par de semanas para cerrar una serie de negocios con otra empresa. Mi padre lo había iniciado antes de morir y nosotras íbamos a continuarlo. Faltaría a las clases y no vería a ninguno de mis amigos hasta que volviera. Tan solo Jellal sabía de este viaje. Debería decírselo a Levy. Con todo este asunto de la fiesta se me había olvidado por completo contárselo.

Subí a mi habitación una vez terminé de desayunar para cambiarme y preparar las maletas para el viaje. Pero antes de hacerlo, cogí mi teléfono y marqué el número de Levy. Ella contestó al primer tono.

-¿Lucy?- preguntó cuando respondió.

-Hola Levy, ¿qué tal la fiesta de anoche? ¿Ha pasado algo con Gajeel que deba saber? –pregunté sin poder evitarlo mientras me reía. Ya me la estaba imaginando con las mejillas encendidas al otro lado de la línea.

-Pero que dices Lucy! –respondió ella nerviosa. –No tendrías falta de preguntar si no te hubieras ido. Por cierto, ¿cómo estas?

-Estoy perfectamente, no te preocupes. –respondí rápidamente. Lo que menos quería era hablar de ello.- Llamaba para decirte que no iré a clase las próximas dos semanas.

-¿Qué? ¿Y eso por qué?- pregunto sonando alarmada.- ¿Ha pasado algo?

-No, no, solamente un viaje de negocios de mi madre y voy a acompañarla.- La tranquilicé.- Os llamaré de vez en cuando y os contaré como va todo.

-Bueno, está bien. Esperaremos a que nos llames entonces!

Después de despedirnos comencé a hacer las maletas. Tendría dos semanas para poner en orden mis pensamientos y también para distraerme de ellos.

Lucy no había respondido a ninguna de mis llamadas. No había conseguido localizarla en todo el fin de semana pero tenía la esperanza de hablar con ella en clase. Ni siquiera había podido estar con ella en mi propia fiesta. Cuando había vuelto a por ella al darme cuanta de que no vendría a buscarme, ya se había marchado. Había desaparecido. Pero hablaría con ella hoy. Tenía algo importante que decirle y no podía seguir posponiéndolo.

Sin embargo, Lucy no fue ese día a clase. Tampoco fue en toda la semana. Gracias a Erza se había enterado de que se había tenido que ir de viaje, pero no sabía cuando volvería. Tampoco respondía ninguna de mis llamadas. Siempre saltaba el maldito contestador. Y también sabía que hablaba con todos ellos menos conmigo. Después de escucharles hablando sobre Lucy habían cambiado de tema cuando me acerqué. Quizás no fuese la persona más inteligente, pero no era tan lento como para no darme cuenta de que algo me estaban escondiendo.

La segunda semana pasó y Lucy seguí sin aparecer. Aunque mis esperanzas ya se habían desvanecido continuaba llamándola todos los días a la espera de que respondiera. Tenía que admitir que la echaba de menos más de lo que pensaba. Y no saber que le sucedía conmigo me estaba volviendo loco. Había interrogada a Juvia, Erza, Levy… incluso había probado suerte con Gajeel y Gray. Pero ninguno de ellos sabía nada. Bueno, eso era lo que decían, porque estaba más que claro que lo sabían con todo lujo de detalles, por lo menos ellas. Después de todo, no es un secreto que las chicas se lo cuentan todo entre ellas.

Todos los días al llegar a casa Happy me recibía. Así era como había decidido llamar al gato que me había regalado Lucy. Y entonces, ahí íbamos de nuevo. Me acordaba de ella incluso en mi propia casa.

Era lunes de nuevo y como de costumbre estaba aparcando en el mismo sitio de siempre. Iba ensimismado con mis propios pensamientos cuando paré en seco. Un impresionante Audi blanco obstruía mi camino. Me quedé paralizado durante unos instantes antes de entrar corriendo a la clase. Únicamente una persona podía ser la propietaria de ese coche. Y así era. Me detuve en el marco de la puerta mientras recuperaba en aliento mirando asombrado hacia dentro. Se encontraba sentada en su sitio hablando animadamente con Juvia cuando, al notar mi presencia, se giró y me sonrió. Pero, la conocía lo suficiente como para saber que era forzada.

Lucy había vuelto.


Hasta aquí el capitulo de hoy!

Ya se que es un poco corto, peeero es un capitulo de transición a la siguiente parte de la historia!

Nos vemos en el próximo capitulo!