Antes que nada NO PERMITO LA ADAPTACIÓN DE NINGUNO DE MIS FIC´S ASÍ COMO SEAN SUBIDOS EN OTRAS PAGINAS ETC... ETC. PARA ELLO PRIMERO CONSÚLTENLO CONMIGO!

El final esta listo, despues de meditarlo mucho, creo que no pude haberlo hecho mejor, espero que sea de su agrado, muchas gracias a todos ustedes por haberme apoyado tantos años.

¡LOS AMO!

Sin más que decir, ¡DISFRUTEN!


ACLARACIONES: Kishimoto-sama es el dueño de Naruto y sus personajes. Sasuke será parte del narrador de la historia.

ADVERTENCIAS:escenas 18+, lenguaje obsceno, violencia. Letras en cursiva hechos del pasado.

¡GRACIAS POR LEER~!


~ADIÓS~

28 de abril 2021

Tenía un cigarro en mi mano mientras miraba a mi alrededor, la suave brisa de verano era tormentosa calmada, ese día en particular la tarde estaba finalizando y el cielo azul se combinaba con un tono rojizo, esperaba que ese día llegara a su fin, de igual manera todo lo que había perdido. Ese día en particular era el aniversario luctuoso de mi hijo, del bebé que había perdido mi mujer… o mejor dicho mi ex mujer. Ella me había abandonado después de haber sido dada de alta, intente dar con ella, la busque en muchos lugares donde pensé que podría encontrarla, pero nunca fue así. Incluso cuando contraté a un detective privado, pareciera que la tierra se la hubiera tragado.

No era para menos, entendía perfectamente el por qué no quería verme, o siquiera estar a mi lado, al final del día sabía que ella se había alejado por culpa de mi necedad de alejarme de mi amante, pero no solo la había perdido a ella, a mi mejor amigo también, descubrí poco después que había sido asignado hace muchos años atrás a una sucursal de nuestra empresa en Estados Unidos, según rumores me habían dicho que lo había negado debido a que había un factor muy importante por el cual siempre terminaba rechazándolo. Cuando me dijeron de ese factor ya sabía a qué se refería… era a mi esposa, ellos habían sido pareja durante años hasta que yo me interpuse entre ellos, y aunque también quería buscar a ese idiota y obligarlo a habla con respecto a mi mujer… jamás pude hacerlo. Fue sino hasta después de casi seis meses, recibí una llamada.


Un extraño número apareció en la pantalla de mi teléfono, no le di mucha importancia, pero algo me decía que tenía que contestar, una parte de mi deseaba que fuera ella, pidiéndome ir hasta donde estuviera, otra que fuera el imbécil de mi amigo para poder recobrar nuestra amistad, fuera como fuera, respondí al llamado, no escuche por algunos segundos nada hasta que un tono de timbre apareció para darme línea con la otra persona que llamaba.

—Sasuke… —sentí que mis sentidos se congelaron de buenas a primeras, sude frio en cuanto escuche su voz, era ella, mi mujer. Por un momento pensé en gritarle en decirle tantas cosas, pero simplemente no pude procesar nada, estaba en nuestra casa, en nuestra recamara, haciéndome recordar todo lo vivido a su lado.

—… ¿Dónde estás? —dije entrecortado. —¿Estas bien? ¿Por qué huiste? ¿Por qué dejaste todo? Cariño yo…

—Eso no tiene importancia. —me corto en seco.

— ¿No tiene importancia? —Fruncí el entrejo con fuerza enojándome al instante—, ¡Maldita sea! ¡Te vas después de perder a nuestro hijo! —Comencé a gritar, aunque sabía que no era la mejor manera de hablar con ella, sentía que una parte de mi vida estaba en sus manos, en su corazón, y era justamente esa la que estaba por romper en mil pedazos—, ¿Cómo carajos crees que me siento? ¡Eres mi mujer, tu obligación era…!

—¿Y la tuya? —dijo con voz neutral. —también tenías una obligación conmigo, una de amarme y respetarme, serme fiel hasta que la muerte nos separara, enfrentar las adversidades juntos y no por separado, pero… ¿Qué hiciste? —no respondí, sabía que no podía contra ese argumento, no podía y jamás lo haría porque había faltado a mi palabra como hombre en su lugar permanecí callado intentado buscar las palabras correctas para ella. — ¿No dirás nada?

—… lo siento, de verdad… yo… —calle de nuevo y nos quedamos embargados en un silencio demencial—, yo te amo —finalice mientras escuchaba un pequeño llanto atorado por parte de ella, le dolía tanto como a mí, al menos tenia a mi favor el que aun sintiera algo, un sentimiento tal vez de amor u odio, pero que estaba presente.

—Quiero el divorcio —finalizo, me tape la boca y trate de tragarme todos los sentimientos que salían a flor de piel, esas palabras habían sido como un cuchillo sobre mí.

—por favor… ¿podemos discutir esto? —dije tratando de mantenerme calmado.

—No hay nada que hablar, tú me fuiste infiel, por nuestra negligencia nuestro hijo murió… —permaneció un momento callada antes de continuar—, no quiero saber nada de ti de nuevo, quiero empezar a vivir, quiero una vida alado de alguien que me dé esa satisfacción de estar viva… —suspiro un momento antes de continuar—, nunca debí haberme casado contigo, tu como yo sabemos que solo me propusiste matrimonio para ganarle a él…

—No digas eso—dije ahora más cabreado de lo que estaba en un inicio—, nos casamos porque nos amábamos en ese momento y ahora también, podemos superarlo… Piensa…

—Sasuke, no pienso pasar por ese infierno de nuevo… es doloroso saber que… —pauso antes de continuar—, íbamos a tener un bebé, se suponía… debía en estos momentos tener en mis brazos a mi hijo, pero no es así, lo perdí porque no tuviste los pantalones suficientes para decirme que estas follando con otra, no cometeré un error más en mi vida. Este es el fin…

—por favor, te amo —suplique sin miedo a nada.

—amo a otro hombre Sasuke —murmuro bajito, cosa que hizo que cerrara mis ojos y revolviera mi cabello. — Quiero estar bien con él, no ocultarme o siquiera pensar que estoy con él sabiendo que soy aun tu esposa.

—… —suspire—, ¿has estado con él después de perder a nuestro hijo?

—-… —no escuche nada—, Sasuke…

— ¿Lo has estado?

—No lo comprenderías… —finalizo antes de tragarme la bilis que emergía de mi garganta.

—No te lo daré —dije con determinación. — tu regresaras conmigo, eres mi mujer, eres mía.

—no quiero seguir con esto, mi abogado te hará llegar toda la documentación, en lo que a mí respecta esto se ha terminado…

—por dios… no lo hagas… escucha, no me importa si has estado con él, lo importante es que podamos seguir avanzando juntos… yo…

—Sasuke… —dijo pesadamente—, no fuiste el único infiel en esto, yo también lo fui.

—¿Qué? —Suspiro pesadamente, no, no podía ser.

—tú lo conoces perfectamente —no respondí, era él… mi mejor amigo, mi hermano, mi amante me lo había advertido, pero simplemente había desistido de la absurda idea.—, solo quería que lo supieras por mí, fue una noche, y eso solo significo, hasta que supe que seguías con ella… lo nuestro siguió fluyendo hasta el punto en que… me enamore de nuevo de él —Paro en seco, se detuvo en seco mientras intentaba escoger bien sus palabras—, he decidido que no quiero seguir contigo, por eso decidí irme en cuanto fui dada de alta del hospital sin avisarte, esto es lo mejor para los dos. —no dije nada me quedé en silencio. —Adiós Sasuke… —susurro antes de colgar, solo escuché el sonido del teléfono, mientras abandonaba miraba una fotografía de nuestra boda y la lanzaba contra la pared, tenía sentimientos encontrados, ira, rabia, dolor y resignación… lo supe en ese momento, aunque siempre lo sabía, que ellos se entendía a escondidas, aunque mejor de lo que hubiera pensado. Me deje caer sobre la que había sido nuestra cama por años, y entonces fue ahí que lo supe. La había perdido para siempre.


—Hey Sasuke… —volví a mirar a mi compañero, un chico de cabello alborotado y ojos azules, era demasiado parecido a mi mejor amigo. Tenía hasta sus mejillas unas líneas a sus costados, con la única excepción que era más serio, sus cabellos eran largos y negros, pero no fuera por ello, sería prácticamente él hablando físicamente, en cuanto a su carácter era más sombrío de lo que mi amigo había llegado alguna vez ser.

—Menma… —salude de igual manera, he de admitir que este tipo era lo que muchos llamarían molesto e incluso fastidioso, pero a esas alturas era el único amigo que tenía, después de que mi mujer me abandonará, me quede solo, desistí la idea de seguir buscándola después de que su abogado me amenazara con demandarme por acoso si seguía insistiendo con verla, renuncie a mi trabajo debido a las miradas insistentes que me juzgaban por el hecho de haber montado semejante espectáculo donde murió mi hijo por una pelea sin sentido entre ambos. Había procurado empezar de nuevo todo, aunque claro no era tan sencillo, había llegado a esa empresa por azares del destino y había mantenido una buena relación laboral con todos. Ya tenía poco más de cuatro años ahí y había logrado subir de puesto sin mayor problema, hasta que llego Menma con el que empecé a tener una especie de amistad-rivalidad, cosa que nos hizo realmente cercanos, de cierta forma me recordaba a mi viejo amigo, realmente a veces me ponía nostálgico eso, pero realmente había llegado apreciar a Menma. —¿Qué haces aquí? ¿No tenías el día libre? —pregunté mientras encendía un cigarro imitándome, estábamos en la azotea del edificio.

—Sí, pero uno de los idiotas de los practicantes elimino información importante, es una suerte que haya realizado respaldos…

—¿Entonces ya terminaste? —Asintió—, ¿Qué sigues haciendo aquí?

—¡Vaya, no pensé que te importara mucho el que me fuera; Uchiha! —reí por su mal chiste.

—Usualmente tan pronto como terminas te vas… —se quedó pensativo y lo vi tentado en decir algo, pero no lo hizo, simplemente me dio la espalda mientras se recargaba contra el bandaral. Seguí fumando sin más.

—Mi hermano vino a visitarme…

—No sabias que tenías un hermano. —dije sorprendiéndome ante tal confesión, si lo cierto es que éramos una especie de amigos, ninguno sabía mucho del otro, era como un especie de trato en silencio entre ambos, hasta que el otro quisiera hablarlo, no se podía hacer preguntas incomodas. Sin duda esta era una de esas.

—Nadie lo sabe… —le dio una buena chupada a su cigarro antes de continuar—, es mi hermano gemelo —dijo pesadamente—, nuestros padres se divorciaron hace mucho tiempo, yo me quede con mi padre aquí, pero él se fue con nuestra madre, teníamos alrededor de diez años.

— ¿Cómo es él? —pregunte curioso.

—Un completo idiota en todo —Empezó a decir—, siempre era fastidioso, siempre metiéndose en problemas por cosas estúpidas, bromas pesadas o defender a algún pobre diablo… pero, es un buen hombre, como somos gemelos idénticos, odiaba verme como él, así que en un acto de rebeldía teñí mi cabello

—Así que no eres moreno. —levanto una ceja a modo de cuestión.

—Mi color natural es bastante molesto… —se cruzó de brazos, haciendo que riera un poco ante su actitud un tanto infantil.

— ¿En dónde trabaja?

—Estaba trabajando aquí en Japón pero se fue a Estados Unidos a una sucursal de una empresa en la que trabajaba…

— ¿Qué empresa era? —dije inmediatamente al escuchar aquello.

—La empresa era… —escuchamos su celular, lo tomo mirando la pantalla de mala gana, se excusó y entro directamente al edificio. Trate de no pensar mucho en lo que recién había dicho, sería demasiada coincidencia que él… sacudí mis cabellos, aquello sería vilmente una jugada del destino. Permanecí ahí otros cinco minutos antes de incorporarme apagando mi cigarro cuando levanté mi vista, sentí que mi corazón se detuvo de pronto.


Ante mí, estaba una pelirrosa de ojos azules, no pasada de los cuatro años, pero se veía absolutamente adorable, su piel era aperlada y tenía dos colitas a sus costados, un vestido rojo y zapatos a juego le daban el aspecto de una pequeña muñeca, era demasiado parecida a ella, sino fuera por sus ojos, sería una copia en pequeño, sonreí casi al inmediato de haber captado mi atención. Me miro curiosa, en cuanto escuchamos pasos, se alarmo, corrió detrás de mí, intente quitarme del camino, pero simplemente ella me tomo de la mano y me hizo correr detrás de ella, por lo general nunca me había gustado jugar con niños, pero la verdad era que aquella pequeña tenía el mismo aspecto de mi ex mujer… mi hijo hubiera sido como ella pensé, sonriendo cabizbajo.

—Oji-chan —dijo la pequeña—, ¡no hagas ruido sino perderé! —reí ante su elocuencia.

—De acuerdo, te ayudaré —me regalo una de las sonrisas más hermosas que hubiera visto, me sentí un poco culpable, era como ver a mi ex mujer de nuevo, era su viva imagen si esa niña fuera su hija… o si fuera mía… deje ese pensamiento tan lastimero por la paz, lentamente me empecé a sentir mal por idealizarla con ella, pero preferí ignorar esos sentimientos de lado. Escuchamos que la puerta se abrió de pronto y nos escondimos, aunque pude notar dos sombras nuevas, supuse que era alguien conocido de esta niña.

—¡Te dije que la cuidaras! —escuche una voz masculina.

—No es mi culpa que sea tan escurridiza —respondió una melodiosa voz femenina—, estoy segura de que podemos encontrarla si dejas de culparme y me ayudas a buscarla, de lo contrario Menma-ojisan se enojara con nosotros —era sobrina de Menma, la pequeña jalo de mi antes de poder reaccionar estábamos corriendo alrededor de la azotea en cuanto, el chico apareció frente a nosotros, pare en seco… Era demasiado parecido a él. Rubio, de piel tostada y grandes y expresivos ojos… ojos color jade. Me quede pasmado mientras la pequeña hacia todo lo posible para que reaccionara, pero no fue así. Simplemente me quede embobado mirándolo, el rubio a su vez levanto una ceja, pero me ignoro de lleno cuando vio a la pequeña.

— ¡Kasumi-chan! —Dijo el rubio mientras esta se escondía detrás de mí.

—¡No es justo, Oni-chan hiciste trampa! —Me quede como idiota mirándolo mientras tomaba a la pequeña en sus brazos.

—Kasumi-chan, no debes hacer eso… —me volví en cuanto me di cuenta de una voz a mis espaldas, me encontré con algo que no sé ni siquiera al día de hoy como explicar. Había una pequeña morena de ojos negros, su piel era tan nívea y sus cabellos llegaban hasta su cintura, su ropa era color rojo y se acercaba a nosotros con determinación, el aspecto que tenía, sus facciones y complexiones eran parecidas a las de mi madre. — Discúlpate con el señor ahora.

—No quiero —dijo la pelirrosa mientras la morena fruncía el entrejo.

—¿Quieres que te acuse con papá y mamá? —la pelirrosa hizo un mohín, pero finalmente negó con la cabeza. —Discúlpate hermanita —, se bajó de su hermano y se acercó a mi haciendo una pequeña reverencia.

—¡Disculpe mi comportamiento, por favor! —dijo enérgica solo asentí ante lo recién dicho cuando los tres sonrieron intente acercarme a ellos.

— ¡Kasumi, Kai… Sarada! —Menma apareció frente a mi—, ¿Dónde se habían metido? Su madre está muy preocupada por ustedes niños —los tres se miraron entre si tratando de dar una excusa convincente.

—Se perdieron buscando el baño, yo les estaba ayudando a regresar —dije rápidamente, mientras los tres asentían agradecidos en silencio.

—Sasuke… pensé que te habías ido —negué con la cabeza—, pues muchas gracias, su madre habría enloquecido si hacían alguna travesura.

—Menma-san, ¿Encontraste a…? —apareció frente a mí de repente, era ella, se veía a simple vista hermosa, usaba un vestido color arena que se acentuaba a ella y sus cabellos sueltos eran más largos ahora que en el pasado llegaban ahora hasta sus glúteos, sus labios eran rosas al igual que sus mejillas, no tenía maquillaje como acostumbraba, su belleza era natural, se acercó hasta los niños ignorándome de primera instancia, pero paro en cuanto me miro y me sentí como un completo idiota por alegrarme el verla.

—Sakura-san, estaban buscando el baño, Sasuke los estaba ayudando a regresar.

—Mucho gusto Sasuke Uchiha —dije extendiendo mi mano, esperanzado a que ella la estrechara.

—Mamá el señor te esta saludando, haz lo mismo—dijo el rubio lo que hizo que ella fruncía parcialmente el entrejo.

—Un placer dijo finalmente —pero no estrechó mi mano—, Niños bajen ahora mismo, sus abuelos le están esperando.

—¡Si! —gritaron emocionados mientras bajaban con Menma tomados de la mano, a excepción de la morena, quien se giró y avanzo hasta mí.

—Muchas gracias por ayudar a mis hermanos —dijo con una sonrisa, cosa que me hizo tener un nudo en la garganta, sentí una especie de sentimiento dulce brotando de mi pecho.

—Cuando gustes pequeña —Asintió yendo con los demás, comenzó a caminar la pelirrosa—, tienes buen aspecto. —dije haciendo que parara. — Los niños se ven que son maravillosos… —No se movió de su lugar. — Esa niña, Sarada-chan… ella luciría como nuestra hija ¿No te parece? —pregunte mientras se giraba sobre sus talones.

— Sarada y Kai son mellizos… —dijo antes de caminar—, los tuve al mismo tiempo, no hay manera de que fuera parecida a ti. —su mirada fue fría y sin vida.

—Sí —murmure—, perdona es solo que…

—Me case de nuevo… —cerré los ojos con dolor—, Naruto como puedes sospechar, es el padre de Kasumi, Kai y Sarada.

—Sakura…

—Sakura-chan, los niños están en el auto, ¿Qué esperas…? —el rubio apareció y nos miró alternadamente, primero a mí y después a Sakura, se fue hasta con la pelirrosa quien tomo de la cintura por primera vez vi la mano de la pelirrosa, había un anillo de matrimonio en su dedo anular izquierdo. —Sasuke —comenzó a decir—, Que sorpresa —trato de poner su mejor cara.

—Ha pasado mucho tiempo… seis años tal vez más…

—Ha sido bueno verte Sasuke, parece que te va bien, pero si nos disculpas, mi esposo y yo debemos llevar a los niños a casa. —dijo Sakura.

—Nos vemos Sasuke —Naruto tomo a Sakura y comenzaron a caminar, no sé cómo lo hice pero detuve en seco a ambos y tome entre brazos a la pelirrosa quien no se crispo o se sorprendió de mi atrevimiento.

—Te amo… —murmure—, perdóname Sakura —se separó de mi poco a poco una vez que paso un tiempo prudente, beso mi mejilla mientras había un pequeño rastro de una lágrima en su rostro.

—No puedo Sasuke —murmuro— Adiós… —me dedico una sonrisa, camino hasta el rubio quien la tomo entre sus brazos comenzando a avanzar. Me gire a ver como el sol caía sobre mí, y la luz del cielo desaparecía justo como ella de mi vida una segunda vez. Cerré los ojos y me jure a mí mismo no abrirme con nadie una vez más… al menos no con la intensidad con la que había amado a Sakura.


Se detuvo la mujer de repente y el hombre hizo lo mismo, empezó a sollozar más fuerte de lo que hubiera querido, suspiro y dejo caerse lentamente en el piso, sintiendo como su corazón se rompía una vez más. —Maldito, maldito… maldito… —el rubio se acercó a ella abrazándola.

—Hubiera sido bueno que le dijeras la verdad sobre Sarada… —comenzó a decir el rubio mientras esta negaba con la cabeza.

—No… —dijo en un llanto ahogado—, no, tú sabes como yo que ella es melliza de Kai, ella es tu hija, ¿acaso quieres verla siendo consumida por un hombre cuya idea de ser un buen hombre es acostarse con otra? ¡NO! ¡Sarada es solo tu hija! —murmuro entre lágrimas. La verdad era que nunca aborto, nunca perdió la capacidad de tener hijos, al contrario. Ella había ocultado un secreto demasiado grande para ser contado.

Había sido embarazada de Sasuke y de Naruto al mismo tiempo, algo extraño pero posible, algo llamado superfecundación, había sido el día en que descubrió a su esposo con su amante en el restaurante favorito de la pelirrosa, se había encontrado con el rubio con el que estuvo toda la noche, no habían usado protección aquella vez dando como resultado que estuviera esperando mellizos, había podido perderlos en el momento en que cayó de las escaleras pero su maestra y mejor amiga hicieron hasta lo imposible en salvarlos, le hicieron jurar a la pelirrosa que le dirían a Sasuke que habían muerto y de esa manera pudiera escapar de aquel hombre que había atentado contra de ella y de sus hijos, para poder tener un poco de paz después de tanto dolor.

—Sakura… —murmuro el rubio—sí, es verdad, ellos son mis hijos —dijo el rubio, besándola secando sus lágrimas. Ellos son míos como tú lo eres.

—No me dejes nunca por favor… y nunca permitas que él se acerque a nuestros hijos, nunca, ni a Sarada… —él asintió sin más.

— ¡Papá! ¡Mamá! ¡Los estamos esperando, por qué…! —Paro en seco una morena quien miraba la escena curiosa. — ¿Estas bien mamá? —pregunto una pequeña morena preocupada.

—Todo está bien —dijo levantándose siendo ayudada por el rubio.

—Solo mamá tuvo un ataque de sentimentalismo linda, ya sabes por el embarazo —menciono su padre guiñándole el ojo.

— ¡Es cierto! —dijo con una gran sonrisa en el rostro, si bien Sarada era bastante parecida a Sasuke, todo su ser era luz y alegría como él y la pelirrosa, medito sobre el asunto, Sakura tenía razón, Sarada era su sangre, su niña, el rubio le tomo y beso su frente, la morena se sorprendió de lo recién hecho por su padre.

—Es un hechizo cariño —comenzó a decir—, de esa forma siempre estarás protegida y amada por nosotros. —la morena asintió sonriendo de la forma más dulce, tomo la mano de sus padres quienes comenzaron a avanzar. La pelirrosa por un instante giro su rostro al sentir una mirada sobre ella. Estaba ahí el moreno, no sabía a ciencia cierta desde cuándo, pero estaba observando toda la escena, sintió como su corazón se estrujo, y enseguida sintió que el color se fue de sus mejillas, más solo le dedico una lastimera sonrisa y asintió transmitiendo su dolor y entender, el entendimiento de porqué le había ocultado todo e hizo lo que hizo por tratar de ser feliz. La chica cerró sus ojos.

—Gracias… —murmuro antes de irse con su familia, el moreno abandono el lugar hasta que miro perderse de su vista a su ex mujer con su ex mejor amigo. En el fondo sabía que era lo correcto, el que ellos fueran felices, y por primera vez en su vida, deseo que ella fuera realmente feliz, que aquella felicidad que encontró con el rubio fuera eterna, aunque eso significará sacrificar la suya...


Bueno niños, hasta aquí termina la historia, lo cierto era que originalmente quería cambiar mucho la aptitud de Sakura respecto a Sasuke, siendo una vil mujer en su encuentro, pero no el punto, ella siempre lo amo, y le perdono todo, hasta que tuvo el valor suficiente para salir adelante. Creo que eso es importante para los que somos lastimados por otros.

Nuevamente les agradezco el haberme apoyado, los amo de sobremanera.

Dios los bendiga hoy y siempre.

Cindy~