La mirada del escritor escudriñaba el mar que se extendía ante sus ojos. Los reflejos rojizos de la puesta del sol bañaban las aguas, haciendo que el color azul quedara sustituido por uno rojizo. Como si fuego y agua lucharan en una batalla interminable sobre un gran manto azul. La arena totalmente fría a causa de la humedad se filtraba por los dedos de sus pies. Se estremeció cuando una ola llegó a ellos, mojándolos por completo.

Cerró los ojos con fuerza, llenando sus pulmones de aire puro y limpio, intentando despejar su mente del bochorno y agobio acumulado. Se pasó la mano por el pelo, tranquilizándose. Podía escuchar el barullo de gente a su espalda. Las sillas de plástico colocándose sobre la arena blanca. La música sonando a través de los grandes altavoces colocados uno a cada lado del altar.

Miró por encima de su hombro. La gente comenzaba a llegar, sentándose por filas, tal y como se les había indicado. Sonrió al ver a su madre dirigiendo a los invitados en la entrada central.

Las vistas eran maravillosas. La playa en la que estaban era privada y nadie que no estuviera invitado a la boda no podría entrar o curiosear. Suspiró. Un decorado perfecto para un día perfecto.

El altar estaba rodeado de enredaderas verdes que ascendían hasta el punto más alto. Pétalos rojos y blancos adornaban la arena totalmente blanca y suave.

Comenzó a andar en esa dirección. Espósito y Ryan hablaban con el padre que momentos después oficiaría la ceremonia. Las manos le sudaban por los nervios. Se las pasó por el pantalón blanco para secarlas. Miró su reloj. Esperaba que todo saliera según lo planeado.

Lanie revoloteaba a su alrededor, dándole los últimos retoques de maquillaje, o arreglando las arrugas de su vestido. Martha iba y venía de vez en cuando, avisando del tiempo que les quedaba para el esperado momento. Suspiró.

-Cariño estás preciosa.-una voz a sus espaldas la sobresaltó. Los ojos verdosos de su madre estaban bañados en lágrimas de emoción. Se mordió el labio inferior al notar como poco a poco un nudo le impedía tragar.

-Mamá...-susurró abrazándola. Se sintió mucho más cómoda en sus brazos, aliviando la pesadez que le producían los nervios.

-Papá esta esperando fuera. Todo está precioso.-dijo su madre melancólica. Le dio un beso cariñoso en la mejilla.

-¿Rick?

-Richard está guapísimo. Ya lo verás.-la tranquilizó. Las puertas de la carpa se abrieron, dejándole ver todo el camino hasta el altar.-Vamos mi vida, es la hora.-le susurró su madre animándola a caminar.

Su padre le tendía un brazo para que pudiera conducirla hasta el altar. Conforme se movía por la arena millones de recuerdos la asaltaban. Cuatro años habían pasado. Cuatro años que se habían esfumado en nada. Recordaba cada minuto al lado de Castle como si hubiera ocurrido el día anterior. Cada beso, cada abrazo, cada sonrisa, cada mirada... Todo estaba grabado a fuego en su cabeza.

"In My Veins" sonaba de fondo. Esa canción. Se había acordado. Su canción. Volvió al momento que hacía cuatro años atrás vivían. Un baile lento y lleno de amor. La boda de Jenny y Ryan, donde Castle le prometió que estaría toda su vida con ella y años después le había pedido matrimonio en ese mismo lugar. La había llevado hacía ese salón de baile y arrodillado le había entregado el anillo que ahora llevaba Ryan en sus manos.

Un tirón eléctrico recorrió su bajo vientre al verlo. La camisa blanca estaba totalmente abierta, dejando ver su bien trabajado pecho y abdominal. Dios. Estaba totalmente segura de que quería pasar el resto de su vida con él. Sonrió como una idiota cuando le guiñó el ojo para tranquilizarla. Frenaron el paso antes de llegar. Su padre se acercó para abrazarla, besándole ambas mejillas con cariño.

-Te quiero hija.-le susurró apretándole las manos. Esta le sonrió como una hija le sonreiría a su padre diciéndole que le quiere sin palabras.

Suspiró. Castle le tendía la mano. Ryan y Espósito estaban detrás de él, sonriéndole. Sintió esa descarga eléctrica tan familiar cuando tocó su piel.

-Hola.-le susurró Castle rodeándola por la cintura, acercándola más a él.

-Hola.-respondió ella con un hilo de voz. Sonrió cuando le besó el pelo.

Ambos miraron al frente. El padre les sonreía. Le apretó la mano con suavidad. Nunca se hubiera imaginado que estaría a punto de casarse con ella, delante de cientos de personas. La quería tanto... Desde el primer momento en que observó sus ojos verdosos se enamoró perdidamente. Su historia no tendría fin y quería comprometerse hasta el final.

El inicio de la ceremonia pasó bastante rápido, ya que no podía dejar de pensar en su futuro juntos, en los momentos vividos y en lo que les quedaba por llorar, reír... Levantó la vista del suelo cuando todo se quedó en silencio, esperándolo a él. Miró a Ryan con complicidad, pidiéndole los anillos con la mirada. Este se los entregó con una sonrisa. Bufo, cogiendo el de Beckett.

-Prometo amarte y respetarte. Quererte como la princesa que eres. Hacerte feliz hasta el final de mis días. Porqué solo te quiero a ti para el resto de mi vida. Eres la mujer más enloquecedora, perfecta, inteligente y arrebatadora que conozco, pero no me enamoré de ti por eso, si no por tu forma de ser. Por tu pasión de luchar contra la justicia. Porque cuando estoy contigo el mundo se detiene y solo somos tú y yo.-una lágrima comenzó a rodar por la mejilla de la detective. Castle sonrió, limpiándosela con el dedo índice.-Katherine Houghton Beckett, te amo con toda mi alma.-comenzó a colocarle la alianza alrededor del dedo anular suavemente.-Te prometo los mejores polvos de tu vida.-le susurró con una sonrisa. Esta rió entre dientes, observando sus ojos azules con cariño.

-Tú nunca paras.-respondió esta con un hilo de voz para que solo pudiera oírlo él. Le dejó un beso en la mejilla, haciéndole sonreír. Suspiró, cogiendo la alianza de Castle.
Inspiró con fuerza, llenándose de valentía.-Prometo estar contigo siempre. En lo bueno y en lo malo, porque también te quiero para el resto de mi vida. Porque me haces sentir la persona más afortunada del mundo. Con solo una de tus miradas haces que todo se llene de color y alegría dentro de mi. Haces que me olvide de todo y solo pueda concentrarme en ti. Me encanta tu parte de niño pequeño, como jugamos con tus consolas, como nos enfadamos y nos reconciliamos al instante porque no podemos vivir el uno sin el otro.-El escritor acariciaba su mano, intentando que se relajara, pero era muy difícil. No podía de dejar de observar sus labios.-Richard Edgar Alexander Rodgers Castle, te quiero y siempre te querré.-sin poder evitarlo se acercó a sus labios, rozándolos, sabiendo que aún no era el momento. Castle sonrió poniéndole la mano en su espalda. Se separó con cuidado, susurrándole un "te quiero".

-¡Que no es la hora del beso!-gritó Espósito desde la primera fila, riendo junto a Lanie. La gente estalló en una carcajada. La forense lloraba de emoción. Castle abrazó a Beckett, sonriéndole a Espósito con picardía. Se volvieron a girar hacia el padre.

-Ahora que los votos matrimoniales ya están dichos y todos están conformes, pasemos a las declaraciones.-siguió el cura mirando a Castle. Este sonrió cogiendo las manos de Beckett.

-Yo, Richard Edgar Alexander Rodgers Castle, prometo amarte y respetarte, en la riqueza y en la pobreza, en lo bueno y en lo malo, en la salud y la enfermedad, ahora y siempre, todos los días de mi vida.-recitó Castle con una sonrisa cariñosa.
Cuando Beckett recitó de nuevo sus misma palabras, el escritor esperaba que acabara de hablar para poder besar sus labios hasta que no pudieran respirar ninguno de los dos. Tragó saliva con fuerza cuando el cura dijo:

-Por el poder que Dios me ha concedido, yo os declaro marido y mujer.-miró a Castle con una sonrisa amable.-Ya puedes besar a la novia.-Este miró a Beckett, que se mordía el labio inferior impaciente. Se acercó a sus labios, besándolos con cariño y pasión, abriéndolos al contacto para poder enlazar su lengua con la de ella. Beckett se separó con cuidado para tirar el ramo de flores, que cayó en manos de Lanie.

Castle la cogió por las piernas, levantándola del suelo mientras todos aplaudían eufóricos y les lanzaban piropos o silbidos. Esta enlazó sus brazos alrededor del cuello sin dejar de besarlo.

El escritor comenzó a andar hacia el agua con Beckett entre sus brazos. Se sentía el hombre más feliz del mundo y quería celebrarlo. Cuando esta se dio cuenta de donde estaban pataleó en sus brazos gritando, consiguiendo más besos por parte del escritor.

-Para.-Castle la desafió con la mirada con una sonrisa traviesa.-Ni se te ocurra.

-Dime que me quieres.-esta negó con la cabeza, riendo. Detrás de ellos todos los asistentes esperaban impacientes entre risas.-Dímelo y te bajo.-hizo un ademán de tirarla, haciendo que gritara.

-¡Vale vale! Te quiero.-dijo entre dientes intentando ocultar una sonrisa.

-Más alto inspectora.

-¡Te quiero!-gritó con todas sus fuerzas. Este sonrió.

-Yo también, pero hace mucho calor y como no podemos quitarnos la ropa...-dijo gritando mientras saltaba las olas. Beckett mordía su oreja con fuerza, buscando alguna posibilidad para librarse, pero no la obtuvo. Los brazos de Castle se abrieron, dejándola caer al agua. Este cayó también mojándose entero. Se puso de rodillas a su lado.

-Hola.-le susurró pasándose la mano por el pelo, mojándoselo.

-Te odio.-respondió esta entrecerrando los ojos. Castle se abalanzó sobre sus labios, besándonos con el máximo cariño posible, haciéndola sonreír.-Señora Castle, espero una buena luna de miel.-la abrazó bajo el agua, dejando que esta apoyara la cabeza en su pecho.

Observaron como los demás corrían también hacia la playa para bañarse con ellos. Castle mecía a Beckett entre sus brazos mientras dejaba pequeños besos en sus labios.

-Rick, creo que vamos a ser papás.-dijo Beckett examinando su reacción. Este abrió mucho los ojos incapaz de articular palabra. En lugar de decir nada, la abrazó más contra él, poseyendo sus labios, justo cuando sus amigos comenzaban a llegar junto a ellos. Cerró los ojos, consciente de que en menos de un año un bebé de ojos azules o verdes llenaría su casa de alegría, cuando creía que eso era imposible. Pero realmente...nada es imposible.

Bueno chicos, desgraciadamente esto ha llegado a su fin:$ Espero que os haya gustado el capítulo. Mañana empezaré el nuevo que se titulará "Memories Never Die" Es un poco AU pero no del todo. Creo que os gustará, pero para gustos colores JAJAJAJAJAJAJ, gracias por haber estado siguiendo el fic y por haber dado follow o favs o simplemente expresar opinión en un comentario. Intentaré hacerlo mejor en el próximo *_* Un beso chicos, gracias por todo!: